de Lector
No. 23 Mayo 2017 Año II
Santiago de Querétaro, Querétaro vidas miercolees leer más allá OTRAS ARTES escritores queretanos Entre filosofía, cárcel Memnón y Brahmín La academia francesa Cándido o el optimismo y trascendencia
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Voltaire
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en las adaptaciones
Gabriel Vega Real
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Estimado Lector, este número presentamos a un excelente autor francés: Voltaire. Más conocido por su pseudónimo, su nombre real es Francois-Marie Arouet, nacido en París el 21 de noviembre de 1694 y siendo uno de los principales representantes de la Ilustración. En la sección VIDAS de Roberto Delgado, encontrarás la vida solitaria de nuestro autor, que no dejó heredero alguno y quien murió once años antes del estallido de la Revolución Francesa. En el MIERCOLEES podrás leer dos exquisitos cuentos: Memnón o la saniduría, sobre un sabio que se prometió ser totalmente cuerdo y en un día pierde todo y la Historia de un buen Brahmín, cuyas reflexiones llevan a la frase famosa de Sócrates: yo solo se, que no se nada, porque mientras mas aprendo me doy cuenta de mi ignorancia. En LEER MÁS ALLÁ, Valeria García nos muestra la interesante historia de la ocupación en el puesto número treinta y tres de Voltaire en la Academia Francesa, cuyo objetivo era el de establecer normas a la lengua francesa y hacerla más pura y comprensible para todos. En OTRAS ARTES, Addy Melba reltata sobre las adaptaciones de la novela Cándido o el Optimismo, que fue llevada por BBC a la pantalla chica a través de su serie “Play of the Month”. En ESCRITORES QUERETANOS se presenta a Gabriel Vega Real, uno de los mejores y más experimentados narradores de nuestro Estado, con los cuentos La teoría de Green Witch y Yie brel, el niño fantasma. En RECOMENDACIONES, la Librería Sancho Panza ofrece descuento en el libro La pareja de al lado de Shari Lapena. Disfruta este número. PRT
Mayo 2017 Santiago de Querétaro, Querétaro Dirección editorial Patricio Rebollar
Vidas
ENTRE FILOSOFÍA, CÁRCEL Y TRASCENDENCIA Roberto Delgado
MiercoLees
MEMNÓN Y BRAHMÍN Daniel Defoe
Leer más allá
La academia francesa Valeria García Origel
Otras artes
CÁNDIDO Y EL OPTIMISMO EN LAS ADAPTACIONES Addy Melba
Escritores Queretanos
Asistencia editorial Valeria García Origel Relaciones Públicas Diana Pesquera Circulación y promoción Librerías Nuevos Horizontes, Librería Sancho Panza, Amadeus, Punta del Cielo, La Charamusca, Dipac, Moser Kafé. Colaboradores Patricio Rebollar, Diana Pesquera, Ricardo Rabell, Librería Sancho Panza, Valeria García Origel, Addy Melba Espinosa, Roberto Delgado Ríos, Gabriel Vega Real.
La teoría de Green Witch y Yie brel, el niño fantasma Gabriel Vega Real suscríbete para obtener la versión digital
blogpartres@gmail.com
L de Lector. Mayo 2017, año II, No. 23. Publicación mensual editada por Par Tres Editores, S.A. de C.V., Fray José de la Coruña 243, colonia Quintas del Marqués, 76047, Santiago de Querétaro, Querétaro. Sitio web: www. par-tres.com, blogpartres@gmail.com. Editor Responsable: Patricio Rebollar. ISSN: 2448-5586 tramitado por el Instituto Nacional de Derechos de Autor. Impreso por Hear Industria Gráfica, ubicado en Calle 1, No. 101, Zona Industrial Benito Juárez, 76120, Santiago de Querétaro, Querétaro, este número se terminó de imprimir el 28 de abril de 2017 con un tiraje de 1000 ejemplares.
Se permite la reproducción parcial de esta obra en lo concerniente al texto del Autor del Mes en virtud de encontrarse libre de Derechos de Autor, en cuanto a las demás secciones de la publicación, se prohíbe su reproducción parcial o total, por cualquier medio, sin la anuencia por escrito de los titulares de los derechos correspondientes.
vidas Entre filosofía, cárcel y trascendencia “Yo como Don Quijote, me invento pasiones para ejercitarme” Voltaire. Para dimensionar esta colaboración, tenemos que darle contexto forzosamente. ¿Qué representó el periodo de “La Ilustración”? Sin abundar mucho en la respuesta, podemos decir que “La Ilustración” fue un movimiento cultural e intelectual que se dio en los siglos XVII y XVIII en los países de Francia, Inglaterra y Alemania. Su principal objetivo fue disipar las tinieblas de la humanidad con la razón, por ello se le denominó también “El Siglo de las Luces”. Estamos hablando de la generación precedente a la de Maximilien Robespierre, artífice de la Revolución Francesa cuya base ideológica fue precisamente la que le otorgaron como estafeta los grandes filósofos anteriores. Así, en ese mundo de luces y sombras, el 21 de noviembre de 1694 nació en París Francois-Marie Arouet. Fue el quinto hijo del matrimonio compuesto por el abogado Francois Arouet y la aristócrata Marie Marguerite d´Áumary. Desde muy joven, Francois había decidido convertirse en escritor, sin embargo su padre le obligó a estudiar derecho y posteriormente trabajar en La Haya de donde fue despedido por tener un amorío con una protestante. Francois nunca dejó de escribir poemas, ensayos y estudios históricos. Sin embargo, el contenido de la mayoría de ellos se basaba en críticas hacia el gobierno, lo que le ocasionó encarcelamientos. Hacia 1917 sucedieron dos hechos decisivos en su vida: su obra teatral Edipo lo pone en el mapa de la clase intelectual del país y adopta el nombre “Voltaire”. Dicho pseudónimo es un anagrama de su nombre en latín (“Arovet Li”) aunque también se atri-
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Por Roberto Delgado
buye a “le petit volontaire” como le decía su familia y al pueblo de “Airvault” de donde su familia era originaria. En 1923, el poema épico sobre la vida de Enrique IV, La Henriade, fue un éxito instantáneo, del que muchos aseguran que en el rubro poético, es su obra maestra. Sin embargo, vinieron algunos fracasos y por supuesto envidias. Un nuevo conflicto con miembros de la nobleza francesa le provocó otro encarcelamiento y su posterior exilio en Gran Bretaña donde de inmediato se mezcló con la aristocracia conociendo a Pope, Gay, Swift, entre otros. Esta estancia marcó decisivamente una influencia en su trabajo sobre todo en el campo de la libertad religiosa. Después de dos años y medio de destierro obligado, Voltaire regresó a París donde a causa de negocios inteligentes y a la herencia de su fallecido padre, se volvió rico de inmediato. Para este momento, los éxitos seguían con la obra Zaire y con sus ensayos de crítica sobre el gobierno, la religión y la literatura de su país que de nueva cuenta le provocaron el exilio. De éstos ensayos, nace la famosa Tolerancia Religiosa que implicaba respetar y aceptar la existencia de otras formas de vida. Es en este momento que Voltaire se convierte prácticamente en filósofo, viaja por Europa y mantiene una larga relación amorosa con Emilie du Chatelet, una filósofa casada y madre de tres. Voltaire nunca tuvo hijos y hacia el final de su vida nos entregó la extraordinaria novela corta Cándido (donde criticaba el optimismo histórico de Leibniz) y un diccionario filosófico que revolucionó su época. Voltaire murió en París en 1778, (once años antes del estallido de la Revolución Francesa) dejando una aportación extraordinaria al “Siglo de las Luces”.
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Memnón y brahmín Memnón o la sabiduría humana Memnón concibió un día la extravagante idea de ser completamente cuerdo, locura que pocos hombres han dejado de sufrir. Memnón discurría así: –Para ser muy cuerdo, y, en consecuencia muy feliz, basta con no dejarse arrastrar de las pasiones, cosa fácil como nadie ignora. Lo primero, nunca he de amar a ninguna mujer. Cuando contemple a una mujer hermosa me diré a mí mismo: «Llegará un día en que esa cara se llene de arrugas, esos bellos ojos perderán su brillo, ese busto firme y turgente se volverá fofo y caído, esa abundancia de pelo se trocará en calvicie». Me bastará figurarme entonces cómo será esa linda cabeza para que no me haga perder la mía. Lo segundo, siempre seré sobrio por más que me tiente la gula, los vinos exquisitos y el placer de las fiestas. Tendré muy en cuenta las consecuencias de los excesos de la mesa: el estómago estropeado, la cabeza pesada, la incapacidad para el trabajo. Comeré con sobriedad y con el goce de la salud, mis ideas serán claras y felices. Luego -continuaba Memnón-, no descuidaré mi hacienda. Soy hombre moderado. Tengo un capital que me produce buena renta y otro capital que maneja para acrecentarlo el tesorero general de Nínive. Con ellos puedo vivir sin depender de nadie, que es la mayor fortuna. No necesitaré nunca ir a besar manos de palaciegos, ni envidiaré a nadie, ni de nadie seré envidiado. Amigos tengo –dijo, en fin–, y los conservaré, porque jamás he de serles desleal y ellos serán buenos conmigo y yo con ellos; tampoco en esto hay dificultad. Formado así su plan, se puso a pasear por su cuarto y luego se asomó a la ventana. Dos señoras que iban por la calle llamaron su atención; una era vieja y la otra moza, linda y por lo mucho que gemía y lloraba debía sufrir una gran pena. Su con-
Por Voltaire
goja la favorecía y daba una gracia especial. Impresionado nuestro sabio, no por la belleza de la muchacha, pues estaba seguro de no rendirse a tal debilidad, sino por el desconsuelo de que daba muestra, bajó y se acercó piadoso a la joven ninivita. Ella le contó, con la más ingenua y tierna expresión, las maldades de que la hacía víctima un tío suyo (que no tenía), las mañas con que la había privado de una fortuna (que nunca había poseído) y el temor que le causaban su violencia y brutalidad. –Usted parece un hombre discreto –le dijo–. Si me hiciera el favor de venir a mi casa yo le explicaría mi situación y estoy segura de que me sacaría del apuro en que me veo. No tuvo reparo Memnón en acompañarla para examinar despacio sus asuntos y darle buenos consejos. Una vez en su casa, la afligida damisela le condujo, a una alcoba perfumada, le dijo que se sentase en un blando sofá que allí había y se sentó ella frente a él. Hablaba la joven bajando los ojos y enjugándose las lágrimas de vez en cuando. Al levantarlos siempre se cruzaban sus miradas con las del sensato Memnón. Sus palabras se hacían más afectuosas cuando ambos se miraban. Memnón se interesaba más y más en lo que oía, aumentando su deseo de servir a tan hermosa y desdichada criatura. Con el calor de la conversación, se fueron acercando poco a poco, hasta que los consejos de Memnón se hicieron tan cariñosos y próximos a la muchacha, que ni ésta ni aquél sabían ya dónde estaban, ni si realmente hablaban o no. Fue en este momento preciso cuando, como ya el lector se habrá imaginado, se presentó el tío, armado de punta en blanco. El hombre empezó a vociferar y a decir que iba a matar a su sobrina y al sabio Memnón. Luego, ya calmado, manifestó que sólo les perdonaría si el galante caballero le entregaba una fuerte cantidad.
Memnón le dio cuanto dinero tenía. Y menos mal que su aventura no le trajo consecuencias peores, pues todavía no se había descubierto América y las bellas afligidas no resultaban tan peligrosas como en nuestros tiempos. Confuso e indignado, Memnón volvió a su casa, donde le esperaba la invitación de unos amigos para comer con ellos. –Si me quedo solo en casa –dijo– me entristeceré más y puedo caer malo; mejor es ir a comer en su compañía, que al fin son amigos íntimos; me distraeré y olvidaré el disparate que he cometido. Fue a la comida, y sus amigos, viendo que estaba algo triste, le obligaron a que bebiese para disipar su melancolía. El vino, si se bebe con moderación es medicina para el ánimo y para el cuerpo; así pensaba el sabio Memnón, pero a pesar de ello se embriagó. Le propusieron jugar a los naipes; el juego, cuando no se exponen cantidades importantes, es una diversión inocente. Pero Memnón perdió cuanto llevaba en el bolsillo, y cuatro veces más sobre su palabra. Una de las jugadas produjo una disputa, e irritados los ánimos, el más íntimo de aquellos amigos suyos le tiró a la cabeza un cubilete, con tanta fuerza, que le saltó un ojo. Total, que llevaron a su casa al sabio Memnón borracho, sin dinero y con un ojo menos. Después de dormir un rato, Memnón envía a su criado a casa del tesorero general de Nínive para que le diera dinero y poder pagar a sus amigos las deudas del juego. A poco vuelve su criado con la noticia de que el tesorero ha suspendido pagos y defraudado una gran cantidad. Angustiado Memnón corre a Palacio con un parche en el ojo y un memorial en la mano, pidiendo justicia al rey contra el tesorero. En la antecámara vio a muchas damas, todas como peonzas al revés, con elegantes tontillos de cinco metros de circunferencia y diez de cola. Una dama que le conocía, dijo, mirándole a hurtadillas: –¡Jesús, qué horror! Y otra, que era muy amiga suya: –Buenas tardes, señor Memnón –le dijo–, cuánto me alegro de veros señor Memnón. Créame que me encanta encontrarlo. Pero dígame, ¿quién lo ha dejado
tuerto, señor Memnón? Dicho esto se fue sin aguardar respuesta. Memnón se ocultó lo mejor que pudo en espera de que pasase el rey y cuando éste apareció, Memnón, después de besar el suelo tres veces, le alargó un memorial, que tomó el soberano con mucha afabilidad y pasó a uno de sus ministros para que se informase. El ministro llamó aparte a Memnón, para decirle en tono de mofa no exento de cólera: –Eres un tuerto bastante atrevido. ¿Por qué has entregado al rey un memorial en vez de enviármelo a mí? El tesorero es hombre honesto y yo le protejo porque es sobrino de una doncella de mi querida. No des un paso más en este asunto si no quieres perder el ojo sano que os queda. De esa suerte, Memnón, que por la mañana había tomado la resolución de no amar, de no acudir a festines, ni jugar, ni reñir con nadie, ni, sobre todo, poner los pies en Palacio, antes de anochecer había sido engañado por una mujer, se había emborrachado, había jugado, le habían saltado un ojo en una riña y había ido a Palacio donde se burlaron de él. Confuso, abrumado por sus desgracias, regresó a su casa. Al ir a entrar vio que se hallaba llena de alguaciles y escribanos, que le estaban embargando los muebles a petición de sus acreedores. Casi sin sentido permaneció inmóvil bajo una palmera. A poco acertó a pasar por allí la bella damisela de aquella mañana. Iba paseando con su amado tío y no pudo contener la risa al observar a Memnón con su parche. Ya de noche se acostó Memnón sobre un montón de paja, cerca de los muros de su casa. Le acometió un acceso de fiebre y con ella una pesadilla: se le apareció en su letargo un espíritu celeste, resplandeciente como el sol y provisto de seis hermosas alas, pero sin pies, cabeza ni cola, un ser que no tenía semejanza con ninguna criatura humana. –¿Quién eres? –le dijo Memnón. –Tu genio protector –le respondió la aparición. –Pues devuélveme –repuso Memnón– mi ojo, mi salud, mi dinero y mi cordura. Y en seguida le contó todo lo que había perdido aquel día y de qué manera.
–Aventuras son esas –replicó el espíritu– que nunca suceden en el mundo donde nosotros vivimos. –Pues, ¿en qué mundo vivís? –Mi patria dista quinientos millones de leguas del sol, y es aquella estrellita junto a Sirio que puedes observar desde aquí. –¡Admirable país! –dijo Memnón–. Así pues, ¿no tienen allá bribonas que engañen a los hombres de bien, ni amigos que les estafen su dinero y les destrocen un ojo, ni deudores que quiebren, ni ministros que se rían de ustedess mientras les niegan justicia? –No –le dijo el habitante de la minúscula estrella–. Nada de eso; no nos engañan las mujeres, porque no las hay; no somos glotones, porque no comemos; no nos pueden sacar los ojos, porque en nada se parece nuestro cuerpo al tuyo; ni los ministros cometen injusticias, porque todos somos iguales y no hay ministros. Entonces Memnón le dijo: –Pero sin mujeres y sin comer, ¿en qué pasan el tiempo? –En cuidar –dijo el genio– de los demás mundos que están a nuestro cargo. Por eso he venido a consolarte. –¡Ay! –replicó Memnón–. ¿Y por qué no viniste anoche para evitar que hiciera tanto disparate? –Porque fui a consolar a Asan, tu hermano mayor, que es más desventurado que tú, pues has de saber que Su Graciosa Majestad el Rey de las Indias, en cuyo palacio tiene el honor de ocupar un cargo, le mandó arrancar los dos ojos por haber cometido leve falta. Ahora le tienen en un calabozo amarrado de pies y manos. –¡Pardiez! –exclamó Memnón–. ¡Pues sí que nos sirve de mucho a la familia, que nos proteja un genio bueno! De dos hermanos que somos, el uno está ciego y el otro tuerto, el uno tirado entre paja y el otro en una cárcel. –Tu suerte cambiará –dijo el genio protector–. Verdad es que ya en toda tu vida no dejarás de ser tuerto; pero aparte de eso, serás feliz a condición de que no cometas nunca la locura de pretender ser cuerdo del todo. –¿Es que eso no es posible? –preguntó Memnón reprimiendo un sollozo.
–No. Como no es posible ser del todo inteligente, del todo sano, del todo poderoso o del todo feliz. Nosotros mismos estamos lejos de serlo. Sin embargo, existe un mundo donde eso se logra; pero a ese sólo se llega después de pasar grado a grado por los cien mil millones de mundos que ruedan por el espacio. En el segundo hay menos placer y menos sabiduría que en el primero; en el tercero menos que en el segundo, y así sucesivamente hasta el último, en el que ya todos sus habitantes están locos del todo. –Mucho me temo –dijo Memnón–, que esa gran casa de orates del universo lo sea precisamente el mundo en que vivimos nosotros. –No tanto, no tanto –dijo el espíritu–; pero cerca le anda. –Entonces –replicó Memnón–, ¿ciertos poetas y ciertos filósofos que afirman que «todo es como debe ser» están equivocados? –No. Tienen razón –dijo el filósofo del otro mundo–, si consideramos el universo en su conjunto –¡Ah! –respondió el pobre Memnón–. Ahí tienes una cosa en que no creeré mientras sea tuerto.
Historia de un buen brahmín En el curso de mis viajes tropecé con un viejo brahmín, hombre de muy buen juicio, lleno de ingenio y muy sabio; además, era rico, y por lo tanto su juicio era aún mejor; pues, al no carecer de nada, no tenía necesidad de engañar a nadie. Su familia estaba muy bien gobernada por tres hermosas mujeres que se esforzaban por complacerlo; y cuando no se distraía con mujeres, se ocupaba de filosofar. Cerca de su casa, que era bella, bien adornada y rodeada de jardines encantadores, vivía una vieja india beata, imbécil y bastante pobre. Cierto día el brahmín me dijo: –Quisiera no haber nacido. Le pregunté por qué. Me respondió: –Hace cuarenta años que estudio, y son cuarenta años perdidos; enseño a los demás y yo lo ignoro todo: esta situación hace que mi alma se sienta tan humillada y asqueada que la vida me resulta insoportable. He nacido, vivo en el tiempo y no sé lo que es el tiempo; me encuentro en un punto entre dos eternidades, como dicen nuestros sabios, y no tengo ni la menor idea de la eternidad. Estoy compuesto de materia; pienso, y jamás he podido llegar a saber lo que produce el pensamiento; ignoro si mi entendimiento es en mí una simple facultad, como la de andar o la de digerir, y si pienso con mi cabeza como cojo las cosas con mis manos. No solamente me es desconocido el principio de mi pensamiento, sino que incluso el principio de mis movimientos me es igualmente ignorado: no sé por qué existo. Sin embargo, todos los días me hacen preguntas acerca de todos esos mundos; y hay que responderlas; no tengo nada interesante que decir; hablo mucho, y después de haber hablado me quedo confuso y avergonzado de mí mismo. »Lo peor es cuando me preguntan si Brahma fue producido por Visnú o si los dos son eternos. Dios es testigo de que no sé ni una palabra de todo eso, y bien que se ve por mis respuestas. ‘¡Ah, reverendo padre! (me dicen), explícanos cómo el mal inunda toda la tierra.’ Mi ignorancia es igual a la de los que me formulan esta pregunta; a veces les digo que en el mundo
todo va del mejor modo posible; pero los que se han arruinado o han sido mutilados en la guerra no me creen, y yo tampoco me lo creo; me retiro a mi casa abrumado por mi curiosidad y mi ignorancia. Leo nuestros antiguos libros y ellos espesan todavía más mis tinieblas. Hablo con mis compañeros: los unos me responden que hay que gozar de la vida y burlarse de los hombres; los otros creen saber algo y se pierden en ideas extravagantes; todo aumenta el sentimiento doloroso que experimento. A veces estoy a punto de caer en la desesperación cuando pienso que, después de tanto estudiar, no sé ni de dónde vengo, ni lo que soy, ni adónde iré, ni lo que será de mí.” El estado de este buen hombre me causó verdadera pena: nadie era más razonable ni más sincero que él. Comprendí que cuantos más conocimientos tenía en su cabeza y más sensibilidad en su corazón, más desgraciado era. Aquel mismo día vi a la vieja que vivía cerca de su casa; le pregunté si alguna vez se había sentido afligida por no saber cómo estaba hecha su alma. Ella ni siquiera comprendió mi pregunta: en toda su vida nunca había reflexionado ni un momento acerca de una sola de las cuestiones que torturaban al brahmín; creía con toda su alma en las metamorfosis de Visnú, y con tal de poder tener de vez en cuando agua del Ganges para lavarse, se consideraba la más feliz de las mujeres. Impresionado por la dicha de aquella pobre mujer, volví a visitar a mi filósofo y le dije: –¿No le avergüenza ser desgraciado cuando a su puerta hay una vieja autómata que no piensa en nada y que vive contenta. –Tiene usted razón –me respondió–; cien veces me tengo dicho que yo sería feliz si fuese tan necio como mi vecina; sin embargo, no quisiera semejante felicidad. Esta respuesta de mi brahmín me produjo mayor impresión que todo lo demás; me examiné a mí mismo y vi que, en efecto, no quisiera ser feliz a condición de ser imbécil. Propuse el dilema a unos filósofos, que fueron de mi misma opinión. Y no obstante –decía yo–, hay una es-
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más de voltaire
candalosa contradicción en esta manera de pensar; porque, al fin y al cabo, ¿de qué se trata? De ser feliz. ¿Qué importa tener talento o ser necio? Todavía hay más: los que están satisfechos de cómo son, están muy seguros de estar satisfechos; los que razonan, no están tan seguros de razonar bien. Está, pues, bien claro –decía yo– que habría que aspirar a no tener sentido común, por poco que este sentido común contribuya a nuestra infelicidad. Todo el mundo fue de mi parecer, y sin embargo no encontré a nadie que quisiera aceptar el trato de convertirse en imbécil para vivir contento. De lo cual deduje que, aunque apreciamos mucho la felicidad, aún apreciamos más la razón. Pero, después de haber reflexionado sobre el asunto, me parece que preferir la razón a la felicidad es ser muy insensato. ¿Cómo, pues, puede explicarse esta contradicción? Como todas las demás. Hay aquí materia para hablar muchísimo.
Por la editorial
Datos Curiosos I
En 1742 su Mahoma o El fanatismo es prohibida y, un año después, publica Mérope. Por esta época, viaja a Berlín, donde fue nombrado académico, historiógrafo y Caballero de la Cámara Real.
Cuando regresó a Francia en 1728, difundió sus ideas políticas, el pensamiento del científico Isaac Newton y del filósofo John Locke, luego plasmadas en II sus Cartas filosóficas o inglesas, que harán aparecer a la sociedad francesa como atrasada y sin tolerancia, causando gran controversia y escándalo. En 1713 obtuvo el cargo de secretario de la embajada francesa en La Haya, traIII bajo del que fue expulsado debido a un idilio con una refugiada francesa llamada Catherine Olympe Dunoyer. En el Palacio de Versalles puede admi-
IV rarse un busto de Voltaire, tallado en mármol.
Defendió la tolerancia por encima de
V todo: No comparto lo que dices, pero defenderé hasta la muerte tu derecho a decirlo.
leer más allá
La academia francesa Luego de la Revolución francesa, se buscó iluminar a la humanidad mediante un movimiento cultural e intelectual: La Ilustración. Inglaterra presentó los primeros rasgos del movimiento y precisamente Voltaire, nuestro actual protagonista, asentó el movimiento en Francia, contagiando a todos con su fascinación por la cultura inglesa e iniciando corrientes, como el enciclopedismo, que conllevaban la colaboración de ambos países. Con la certeza de que el conocimiento podría lograr un mejor mundo, políticos e intelectuales se reunían en casas de aristócratas y gente de mucho dinero para debatir sobre aspectos económicos, científicos, culturales, sociales y políticos. Ubicándonos en este contexto, podemos pues entender el surgimiento de una institución cuyo objetivo es el de regular y perfeccionar el idioma francés, les hablo de La Academia Francesa, fundada en 1635 por el cardenal Richelieu. Algunos literatos comenzaron a organizar reuniones extraoficiales donde se llevaban a cabo mesas redondas de gramática y crítica literaria, a las que el cardenal asistía con frecuencia y de las cuales percibió formalidad y un interés genuino y, por ello, dio a la academia su carácter oficial, aprobado por Luis XIII, rey en ese entonces de Francia. La principal tarea de dicha institución era la de componer un diccionario que pudiera cumplir con la misión asignada: establecer normas a la lengua francesa y hacerla más pura y comprensible para todos. Et voilà, en 1694 fue publicado el primer diccionario de la academia francesa, que, a diferencia de los diccionarios descriptivos, busca mantener el francés literario,
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que además de elegante pueda tratar todas las artes y las ciencias. A partir de 1672 las sesiones de la academia se celebraban en el Louvre, y tiempo después se continuaron en el Colegio de las Cuatro Naciones, que es desde 1805 hasta el día de hoy, palacio del Instituto de Francia. La academia está compuesta por cuarenta miembros apodados “los inmortales”, cuyo origen reside en el lema asignado por el cardenal Richelieu, “A la inmortalidad”, en referencia a la preservación de la lengua francesa. Desde su fundación, la academia ha recibido a más de setecientos miembros, desde poetas hasta militares, médicos, científicos, historiadores, novelistas, entre otros, que han ocupado los “cuarenta sillones”. En 1746, Voltaire ocupó el asiento número treinta y tres, que hoy en día y desde el 2013 es ocupado por la escritora francesa, Dominique Bona. Escritores ilustres como Descartes, Rousseau, Balzac, Proust, entre muchos otros, nunca pudieron formar parte de la academia a pesar de su talento y por ello ha sido muy criticada, sin embargo, la labor que cada miembro en la academia ha realizado, ha sido muy valiosa para la lengua francesa. En todos sus años de existencia, nunca se han interrumpido las actividades en la institución con excepción del periodo en que se llevaba a cabo la revolución. Voltaire fue un académico muy importante y uno de los principales representantes de la Ilustración, un período en el que la fe de la humanidad se dirigía hacia el progreso y la razón y que tuvo resultados tan positivos que hasta el día de hoy continúan su labor, justo como la academia francesa.
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11 OTRAS ARTES Cándido y el optimismo en las adaptaciones Hay dos maneras de ser optimistas en las adaptaciones: con su razón de ser y con su capacidad de transportarnos al mundo del autor a través de los ojos de un director. No importa el formato, siempre es interesante como las grandes obras terminan en manos de otros artistas que buscan compartir con el mundo la grandeza que percibieron. Empezando por el año posterior a su publicación, esta obra inició su travesía por otras artes cuando empezaron a publicar nuevas aventuras del protagonista. Para 1860 ya contaba con casi 10 secuelas por escritores que en estos tiempos entrarían en el género “fan fiction” y que entonces solo recibían el término de apócrifos. Algunos años después, Cándido vio la luz en Broadway bajo la dirección de Tyrone Guthrie con música de Leonard Bernstein. Y como las buenas adaptaciones no pueden quedar en un solo medio, la BBC la llevó a la pantalla chica a través de su serie “Play of the Month”. Esto fue una adaptación a televisión de la obra musical que a su vez era una adaptación del libro. Magnifica receta para obviar todo lo importante de la obra original. El cine, por supuesto, no se podía quedar atrás y el cineasta francés, Norbert Carbonnaux , la llevó a la gran pantalla en 1960. En esta adaptación se tomaron la libertad creativa de trasladar el conflicto a la Segunda Guerra Mundial. Y el título pasó a ser Cándido y el optimismo del siglo XX. Nada es tan bueno como la obra original. Pero como todo ha sido creado para un fin y ese es necesariamente el mejor
Por Addy Melba
fin, le damos el optimista beneficio de la duda a las adaptaciones y pensamos en el “mejor fin” que pueden tener. ¿Cuántas personas recuerdan a Voltaire solo como un nombre para pasar algún examen escolar? Seguro muchos han leído o han sido obligados a escuchar algún análisis profundo y analítico sobre la obra de este filósofo y han pensando que “el mejor fin” es presumir de sabio o dormir un rato. Cuanta equivocación en los prejuicios. Las adaptaciones se hicieron y seguramente se seguirán haciendo porque los temas de la obra siguen vigentes. Y porque la obra en sí representa un rato de lectura agradable, no solo de reflexión y análisis sobre las tragedias de este mundo terrible en el que nos tocó vivir y en el que algunos pseudo seguidores de Pangloss afirman que todo tiene una razón de ser y que el cosmos está conspirando para que con un soplo mágico se realicen todos tus sueños que además decretaste y visualizaste en tu clase de yoga. Esta obra es un momento para olvidarte del mundo, reírte de ti mismo y al final, si; tal vez reflexionar un poco. Pero fue sin duda esta historia llena de situaciones tan hostiles que te hacen cuestionar las bases mismas de tu propia visión del mundo, las que han llevado a tantos a tratar de transmitir a otros esta crítica al optimismo. De forma optimista, los que afirman que para que leer si hay una película, podrán al menos conocer un poco de esta obra. En el mejor de los casos, se despertará la curiosidad por saber que pasó con este joven que tanto sufrió en el mejor de los mundos.
Una colección de la A a la Z con las obras más reconocidas de la literatura clásica. 27 autores consagrados y cuidadosamente seleccionados para que vivas en cada letra una aventura. Te invitamos a que seas parte de esta colección y te sumerjas en el abecédario más exclusivo uniendo tus letras favoritas y fomentando la lectura y cultura de nuestro país.
CHRÉTIEN DE TROYES
LANCELOT, EL CABALLERO DE LA CARRETA Meleagant ha secuestrado a la reina Ginebra, esposa del Rey Arturo, y es misión de los caballeros acudir a su rescate. Lancelot, impulsado por su amor devoto y profunda admiración hacia ella, se ofrece a salvarla sin saber lo que le espera en el camino. Una aventura llena de obstáculos y sacrificios, de desconocidos, de humillación, de peligro y, sobre todo, de amor. Lancelot debe enfrentar el signo de mayor vergüenza social de la Edad Media, subir a una carreta conducida por un ganadero, lo cual le otorga el título a dicha obra, y por lo que pierde su honor que, poco a poco recupera siendo siempre vencedor en las batallas libradas, hasta la última de ellas. Un amor cortés por excelencia cuya fuerza vencerá cualquier impedimento para cumplir la misión, y que, en un final inesperado, guardará un secreto que lo llevará a una última batalla para defender a su reina.
VOLTAIRE - LA PRINCESA DE BABILONIA - CÁNDIDO O EL OPTIMISMO Resulta que Formosanta es la princesa más hermosa de la tierra y su padre, para casarla, llama a los grandes reyes del mundo: llegan de Egipto, Escita y de las Indias; dirante los concursos por su mano se cuela Amazán, que también era hermoso, montado en un unicornio y enamorado locamente de la princesa que termina persiguiéndolo por todo el mundo. Por otro lado, Cándido es un completo bobo al que durante toda su vida la gente le ve la cara, pero llaga e El Dorado, saca cien bueyes repletos de joyas, pierde noventa y ocho en el camino y los últimos dos se los roban, hasta uqedar más pobre que cuando empezó la novela.
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escritores Queretanos
La teoría de Green Witch y Yie brel, el niño fantasma Por Gabriel Vega Real Gabriel Vega Real, nació en la Ciudad de México el 26 de mayo de 1954. Actualmente radica en la Ciudad de Querétaro. Estudió en la Escuela de Escritores de Querétaro SOGEM en 2004. Dentro de sus publicaciones se encuentra el libro de cuentos El Vendedor de Poemas (Fondo Editorial de Querétaro, 2006), El bozal (Fondo Editorial de Querétaro, 2007), novela Héroes Inconclusos (Editorial Calygramma, 2009), libro de cuentos La muerte tiene mirada de algodón de azúcar (Fondo Editorial de Querétaro, 2011), Ermuz y las cantantes siderales (Par Tres / Biblioteca Digital de Escritores Queretanos, 2011), novela Jeremías (Diario de Querétaro, Suplemento Cultural Barroco y Par Tres, 2012).
La teoría de Green Witch Mi teoría es simple. Si tiras primero y marcas el centro, dejas sin oportunidad a tu oponente. Esta es la regla de oro del juego del gato. Basándose en esto, establecí la teoría del presentimiento. En donde, sin más bases que el presentimiento, postulé que el universo se dejaría de expandir justo cuando el meridiano 0, al que llamé Green, y el paralelo 0, al que llamé Witch, coincidieran exactamente con el centro del sol. Mi teoría fue ampliamente conocida en los círculos científicos de todo el mundo, en honor al lugar de Inglaterra donde crecí, le llamaron La Teoría De Green Witch. Varias veces estuve postulado al premio Nobel de Física, pero como la ciencia no se basa en presentimientos, sino en hechos comprobados, nunca me hice merecedor a la alta distinción para la investigación científica de la humanidad. Después de visitar las más prestigiadas universidades del mundo, en donde trataba de explicar mi teoría, me regresaron a Inglaterra. Tras exhaustivos exámenes psiquiátricos, me encerraron en una casa de recuperación mental, en donde durante muchos años traté de convencer a los terapeutas que la teoría del presentimiento está basada en una compleja red de coordenadas geográficas que funcionan de la misma forma en que está estructurado el universo; no los pude convencer.
Incluso, los enfermos mentales que se paseaban por todos lados se cansaron de escucharme. Tras largas jornadas de reflexión y de dejar juegos de gato en todas partes, finalmente decidí aceptar todo lo que dijeran los doctores. A la edad de sesenta y cuatro años me mandaron a mi casa, en Green Witch, en donde se habían acumulado verdaderos costales de correspondencia. Mi cuenta bancaria había crecido enormemente. El Real Consejo Británico para la Ciencia y la Tecnología depositaba puntualmente mis honorarios como investigador. Por tal motivo, no tuve ningún problema para alquilar el yate y navegar hasta donde me encuentro en este momento. En el psiquiátrico me diagnosticaron una enfermedad llamada Trastorno Obsesivo Compulsivo; conocida como TOC. En este momento, estoy muy cerca del punto de Green Witch. Son cerca las 0 horas del día 0 del año 9000 del calendario Judío, estoy grabando mi voz en la caja negra que le adapté al yate. El sol se ve muy cerca, el mar evapora sus moléculas de hidrógeno y oxígeno. De verdad que los doctores tenían razón, mi teoría nació de un desorden compulsivo de mi personalidad, sólo es mi imaginación la que me hace sentir este calor que nace en los huesos y se evapora por los poros de la piel. Llegamos al lugar, no pasa nada, el sol se siente muy cerca, pero nada. Única-
mente se distingue cómo se empiezan a ionizar los elementos químicos del agua. Decía que es el año 9000 del calendario judío, o sea, que estamos en el año cero, porque si usted le quita el número nueve a cualquier cantidad y trata de sumar los dígitos que la componen, el orden de los sumandosss s s s s
Yie brel, el niño fantasma Shhh…¡Cállense! ¿Escuchan? Son unos pasitos en la sombra de la fogata. Nada más se oyen en esta parte del bosque. En ninguna otra parte se escuchan. Échenle más lumbre a la fogata. ¿Quieren saber de quien son los pasos? Son del ángel del niño fantasma que se perdió en el bosque. No se rían, también los niños fantasma tienen ángel de la guarda. Hace muchos años, vino una familia a pasear al bosque. Eran cuatro personas, el papá, la mamá, y dos hermanos; un niño rubio, y su hermana pelirroja. El papá se llama Arcano, la mamá, Bestolay, la hermana mayor, Aura, y el niño fantasma del bosque, Yie Brel. Pues bien, vivían en un lugar del Polo Norte de la tierra que se llama Aurora Boreal, es un lugar de muchos colores que no se ve siempre. Dicen los que lo conocen, que es un lugar que se asoma en el cielo cuando Dios se despierta. Los colores se arrastran entre las nubes como el arco iris, rebotan en la nieve y regresan al cielo. Bueno ustedes deben saber que en el Polo Norte hay nieve, ¿verdad? También hay osos polares, esquimales, focas, hielo, y hace mucho frío. Un día, Bestolay, la mamá de Yie Brel y Aura, platicó con Arcano, su esposo, y entre los dos planearon un paseo; un viaje al centro del mundo para sentir el calor del sol, admirar los árboles junto al río, ver a los pájaros cantando entre las ramas de los árboles, las mariposas, y sentir la humedad del río al meter sus manos en el agua. Después de ver el bosque, regresarían al Polo Norte, para subirse a los colores de La Aurora Boreal, verían el universo desde la parte más alta de la tie-
rra, y al igual que todos los días, le darían los buenos días al sol. Pero Yie Brel, vio una mariposa negra. Se soltó de la mano de Bestolay, su mamá, y extendió sus manos para tocarla. Vio que la mariposa se acercaba a sus manos, y luego se alejaba. Estuvo siguiendo a la mariposa hasta que el sol se quería ir a dormir. Buscó con la mirada a su familia, pero no los encontró. Sus papás y su hermana lo buscaron, hasta que casi oscureció, pero sabían que si no regresaban a la Aurora Boreal, podrían desaparecer. Su cuerpo se alimentaba de las luces del sol, y si eran tocados por la sombra de la noche nunca regresarían. Con los ojos llenos de llanto, que eran pequeños copos de nieve, Arcano, Bestolay y Aura regresaron a la Aurora Boreal, cuando la sombra de la noche tocó a Yie Brel, su cuerpo desapareció. Yie Brel lloró toda la noche. Sus lágrimas eran pequeños pedazos de hielo. Al amanecer, el bosque estaba cubierto de granizo, que era el llanto de Yie Brel. Dios quiso regresarle el cuerpo, pero eso era imposible; su cuerpo había volado al cielo y estaba disperso por todo el universo. Entonces, viendo Dios que la mariposa negra se le acercaba peligrosamente, le mandó un Ángel Guardián para que lo cuidara. Al salir el sol, el Ángel Guardián hizo un puente de colores entre el bosque y el Polo Norte para que El Niño Fantasma del bosque visitara a sus padres y su hermana. El puente es el Arco Iris, ¿lo han visto? Yie Brel en la noche es una sombra, y de día es el Arco Iris. No se suelten de las manos, la mariposa negra aún sigue rondando por el bosque. Shhh. Cállense, ¿ven la mariposa de colores? Es el Ángel guardián de Yie Brel. ¡Me lleva el demonio! ¿A quién carajos se le ocurrió echar a la fogata la cambáis indica que siembran los guardianes del bosque? Biblioteca Digital de Escritores Queretanos Más textos de Ana Ermuz y las cantantes siderales Mutantman El gallo galán El jardín mágico Elías Tano Jr. & Tanos Sr.
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Recomendaciones Resulta que Formosanta es la princesa más hermosa de la tierra y su padre, para casarla, llama a los grandes reyes del mundo: llegan de Egipto, Escita y de las Indias; dirante los concursos por su mano se cuela Amazán, que también era hermoso, montado en un unicornio y enamorado locamente de la princesa que termina persiguiéndolo por todo el mundo. Por otro lado, Cándido es un completo bobo al que durante toda su vida la gente le ve la cara, pero llaga e El Dorado, saca cien bueyes repletos de joyas, pierde noventa y ocho en el camino y los últimos dos se los roban, hasta uqedar más pobre que cuando empezó la novela.
LA PAREJA DE AL LADO Shari Lapena
Finalista de los Premios Goodreads 2016. Tu vecina te dijo que preferiría que no llevaras a tu bebé de seis meses a la cena. No es nada personal, simplemente no soporta sus llantos. Tu marido estaba de acuerdo. Después de todo, vivís en la casa de al lado. Podíais llevaros el monitor infantil y turnaros para pasar a verla cada media hora. Tu hija dormía cuando fuiste a comprobar por última vez. Sin embargo, en este momento, mientras subes corriendo las escaleras hasta su habitación envuelta en un absoluto silencio, confirmas que tu peor pesadilla se ha hecho realidad: ha desaparecido. Nunca antes habías tenido que llamar a la policía. Ahora están en tu casa y quién sabe lo que pueden llegar a descubrir. ¿De qué serías capaz cuando has sobrepasado tus límites? Librería Sancho Panza te regala un 10% en el libro recomendado
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