Octubre 2014 // Carrera de Comunicaci贸n// Pontificia Universidad Javeriana Cali ISSN 2011-0200
No. 16
Ilustraci贸n// Casanova Estudiante de Dise帽o de Comunicaci贸n // dcasanova@javerianacali.edu.co
Jorge Manrique Grisales
EDITOR GENERAL Sebastián Henao
JEFE DE REDACCIÓN Carlos Rendón
DISEÑO EDITORIAL
Juan David Moreno Díaz
Diseño de Portada
Juan David Moreno Díaz
CONSEJO DE REDACCIÓN Juan Alberto Zapata Isabella Ángel Luis Miguel Tróchez Luisa Ordóñez Sebastián Henao Isabella Naranjo Carlos Rendón Juan José Rueda
ILUSTRADORES Y FOTOGRAFIAS Andrea Fernández Casanova Danny Wang Ling Estefanía Gordillo Juan David Naranjo Jorge Manrique Grisales Jorge Andres Giraldo Kevin Nieto Laurasofia Polanco Laura Sáenz Pilar Contreras Sebastián Jinete Verónica De Castro Verónica Wiedman
CONTENIDO
COORDINADOR GENERAL
CONTENIDO
GAME OVER
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Cronica de un celular perdido
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Campeón Mundial de clavados
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Nunca 10 Nosce te ipsum
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Intranquilidad onírica
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El petronio desde el escenario
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Estar en primer semestre es…
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Una revolución llamada mafalda
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Mi abuelo me dejó a Gardel
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Un periódico para contar las historias de la Terminal
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“La Cosmopolita”
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El perfil de los comunicadores javerianos
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una comunicadora javeriana que dialoga con lo social
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Semana de la comunicación ¡Vuelve!
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Parqueaderos y narraciones transmedia
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Comunicación con calidad: para ver lo que pasa en la carrera
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una carrera para pensar diferente
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Qué dicen de vos en la Javeriana
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Navegando en las mareas Rock al Parque
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Tatuajes ¿Cielo o infierno?
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La derecha
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Masivo Inhumano de Occidente
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Las 15 Copas de Hans Chávez
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Del diario a la bitácora
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Microperfiles
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GAME OVER Texto// Juan David Gómez Estudiante de Comunicación // jgomez41@javerianacali.edu.co
En ese momento, Daniel recordó por un instante los comentarios de sus compañeros de clase sobre la debilidad de aquel personaje para escapar de las persecuciones policiales (mientras sangraba, con la ayuda de su brazo izquierdo trataba de acomodar el derecho encima del mesón de madera. Desde el momento en que sucedieron los hechos, había quedado con aquel brazo totalmente inmóvil a causa de la herida. Por supuesto que eso dificultaría una posible fuga y una inevitable persecución policial, pero el daño ya estaba hecho y todo era simplemente una consecuencia del reciente y trágico suceso. Una vez en la mesa, tomó la taza de café que había encontrado preparada en la cocina y empezó a beber. Sabía que las horas en aquella lejana y vieja cabaña del pueblo no iban a ser muchas y que pronto llegaría el momento de huir, ya fuera por el regreso de la familia que habitaba el lugar o por la llegada de los policías. Un sudor nervioso bajaba por su frente y recorría su cara, paraba finalmente en su pecho y era absorbido rápidamente por su camisilla verde manchada de sangre. Terminó el café, llevó la taza a la cocina y empezó a recorrer el lugar. Todavía le quedaba algo de tiempo para descansar y prepararse. Entró a la primera habitación. Era el cuarto de una niña. Entre calzoncitos, un diario personal, cartas de amor y faldas de colores, tomó un par de medias, pues las habría de utilizar más tarde para tratar de taponar la herida sangrante de su brazo derecho. Pasó a la siguiente habitación, luego a la siguiente y a su vez a la siguiente. Después entró a un estudio colmado de libros, papeles y un viejo escritorio. Nada más de lo que encontró en la vieja cabaña le interesó.
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Volvió a la cocina a servirse una nueva taza de café. Había pasado casi una hora y ya empezaba a sentir el resuello de sus perseguidores. Entonces recordó todo: su madre lo había levantado muy temprano para asistir a una entrevista de trabajo con un ganadero del pueblo. ¬—Levántate, se te hace tarde para ir donde Don Joaquín —dijo ella. Hasta ese momento no había tenido el valor de confesarle a su madre que la entrevista ya la había perdido una semana antes por impuntualidad. Sin embargo, fingió salir apurado y empezó a recorrer sin rumbo fijo las calles del pueblo. De repente, un viejo deudor de la familia cruzó la cuadra y ahora estaban uno enfrente del otro. El resto de lo acontecido lo tiene bien claro: la víctima no obedeció a su pedido, no quiso entregar las pertenencias y entre un cruce de puñaladas el sujeto cayó ensangrentado sobre el polvo de la calle.
Nuevamente el sudor de la angustia recorría su cuerpo. No había manera de emprender la huida. Lo único que encontró fue un diminuto matorral a las afueras de la cabaña que milagrosamente lograba esconderlo. Trataba de detener por momentos la respiración para no llamar la atención. El día había empezado a oscurecerse. Las nubes se tornaron negras como si el ambiente se confabulara para hacer de aquella situación un evento brutalmente macabro. Vio que los agentes salieron de la casa convencidos de que nadie había en su interior. Para su desgracia, empezaron a recorrer el sector externo y se fueron acercando. Pateaban con cizaña los matorrales. ¡Asesino! ¡Te vamos a arrancar las uñas!, gritaban al aire esperando que él los escuchara. Pensó en entregarse, tal vez era mejor salir de eso de una buena vez y no seguir soportando tan desesperante persecución.
Entonces agarró el par de medias que había sacado de la primera habitación y empezó a hacerse una básica curación en su brazo derecho. Una de las puñaladas de la víctima le había rozado el brazo derecho causando la herida. No era muy profunda, limpió un poco la zona donde el sangrado era cada vez más abundante y ató con fuerza una de las medias. En ese momento sonó un estruendoso golpe en la puerta y pensó en la llegada de sus enemigos. En efecto, alcanzó a ver por una de las ventanas a varios agentes de la policía armados. —Me matarán como a un perro —pensó. No le quedaba otra alternativa que desenvainar su puñal y correr hacia una ventana trasera para tratar de escapar o defenderse.
-¡Ja-ja-ja! A que no adivinan a quién acabo de encontrar, manifestó un agente con un tono de voz sádico y perverso. ¡Pedazo de basura! ¡Porquería! Yo voy a ser el afortunado de… sonó el disparo y el cuerpo cayó al suelo ensangrentado). Entonces Daniel escuchó las palabras de su madre —Ya basta. Fue suficiente por hoy. Tus tíos no te mandarán de la capital nunca más un regalo como este. Está comprobado que no sabes controlar el tiempo de juego. Apaga la consola.
Un agente tumbó la puerta con una patada y acto seguido entraron otros seis policías. Avanzaron por los cuartos, primero entraron a la habitación de paredes rosadas que imaginaron se trataba del cuarto de alguna niña no mayor de 15 años, siguieron por los cuartos aledaños y por último entraron al estudio colmado de libros y papeles. No encontraron nada.
—No hay necesidad del regaño, igual ya me mataron como me habían advertido mis compañeros de clase. Este muñeco de camisilla verde ensangrentada es una güeva, jamás hubiera escapado con ese brazo derecho que no le sirve para nada… —Daniel, apágalo inmediatamente y ven a ver las noticias. Al parecer hubo una pelea con puñales en una calle del pueblo y se dice que el joven implicado en el asesinato de la víctima fue capturado y asesinado por algunos policías a las afueras de una vieja cabaña…
Edición 16 // Revista Pasá la voz
Crónica de un celular perdido Texto// Estefanía Gordillo Gómez Estudiante de Comunicación// estefania97@javerianacali.edu.co
El miércoles pasado empezó como cualquier otro miércoles. El típico corre corre de todos los días para llegar. Ese día tengo clase en Educación Continua, que es el edificio que menos me gusta porque por alguna extraña razón siento que las escaleras son eternas y así corra para llegar rápido, estas siempre me retrasan. Cuando salí de clase fui al baño y me encontré con una amiga. Nos quedamos hablando un momento solamente porque tenía una cita con el director del Departamento. Tras resolver una inquietud con el directivo, hice unas vueltas que tenía pendientes. Fue entonces cuando me percaté que no tenía mi celular conmigo.
Ese mismo día, entré a los baños que quedan debajo de la biblioteca. Saliendo de allí, vi una pequeña oficina que jamás había visto antes. No sabía que la Universidad tenía una oficina de objetos perdidos. Decidí entrar a echar un vistazo. Me encontré con varios objetos: chaquetas, sacos, maletines, cartucheras, un casco de moto, un croc, loncheras (una contenía un almuerzo intacto), cremas corporales, memorias, audífonos, cargadores de computador y celular, gafas, libros, cuadernos, relojes, porta planos, carpetas y maletines. Todos estos objetos
perdidos despertaron mi curiosidad así que le pregunté al encargado. Me dijo que los objetos son guardados un máximo de dos semestres y si no llega el dueño a reclamarlos, son donados a una iglesia. Lo que más curioso me pareció, incluso más que los objetos que encontré, es que varias personas sí conocen la oficina y hacen uso de ella. Lo que quiero decir es que sí existe en la universidad gente que al encontrar algo ajeno lo lleva a la oficina de objetos perdidos y lo hacen con la esperanza de que el dueño lo recupere.
Entré en pánico. Sentí que me hacía falta una parte de mí. De inmediato, empecé a llamar a mi número con el celular de un amigo. Al principio timbraba y esto me tranquilizó. Dos horas después, tras llamar incontables veces, sonó apagado. En este punto lo di por perdido completamente. Llegué a mi casa temprano, alrededor de las dos de la tarde. Estaba triste y con rabia ¿Cómo había podido dejar mi celular tirado en el baño? Le conté lo que había pasado a mi mamá. Y, como siempre, me ofreció una posible solución. Me sugirió reportarlo como perdido por medio de la página web de iCloud (recomiendo tener una cuenta de iCloud si se tiene un iPhone. Es tremendamente útil). Al reportar mi celular como perdido, la página de iCloud me dio la opción de escribir un mensaje a mi dispositivo. El mensaje que envié contenía mi clave para desbloquear el celular y el número de mi mamá. En la tarde, mi mamá recibió una llamada. Era una señora diciéndole que mi celular lo podíamos recoger en el barrio El Vallado. Mi mamá le dijo a la señora que no. Recuerdo haber pensado en ese momento: “ya paila con mi celular”. Al día siguiente, recibí una llamada al número de mi mamá. Esta vez se trataba de una señora encargada de hacer el aseo en el Edificio de Educación Continua. Me dijo que había encontrado mi celular en el baño de hombres. Pensé entonces en lo afortunada que había sido. No a todo el mundo que deja su celular tirado se lo devuelven. La señora del aseo fue muy honrada al regresármelo. ilustración// Danny Wang Lin Estudiante Diseño de Comunicación Visual // danny.wang@javerianacali.edu.co
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La
era del meme-sapiens Texto// Lina Uribe Egresada de Comunicación // lauribe@javerianacali.edu.co
Hace algunas semanas, mi amigo Javier Escobar, uno de los community manager del diario El País, se declaró abiertamente en sus redes sociales como un ‘memerólogo’. Aunque el término aún no se encuentra en las listas de la Real Academia, él lo define como aquel que crea y analiza memes; en su caso, para complementar la labor periodística diaria del medio para el que trabaja. Y es que en la era de información, los famosos memes se han convertido en una herramienta perfecta para recrear la actualidad nacional e, incluso, hacer más digeribles algunos temas que antes no lo eran. Sin importar mucho su estética, estos contenidos se viralizan en cuestión de segundos y ganan tanta importancia que ya son parte fundamental de la agenda informativa de los medios de comunicación por ser un fiel reflejo de la opinión de los usuarios. Javier, por ejemplo, no deja pasar un día sin publicar una galería de memes derivados de los hechos que fueron noticia durante la jornada. Su labor de escoger aquellas piezas que traduzcan con humor a los acontecimientos del día es ya una exitosa rutina periodística. Aunque sería una exageración decir que los memes han puesto al periodismo de opinión en manos del ciudadano del común, no estamos lejos de esto. ¿Qué hubiera sido, por ejemplo, de las traumáticas elecciones presidenciales sin aquellos memes en los que se mezclaban las caras de los candidatos para evidenciar las alianzas Santos-Clara López y
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Zuluaga – Marta Lucía Ramírez? ¿Quién no les sacó gusto a esos otros en los que se recreaba un trío amoroso entre Zuluaga, Uribe y Clara López? Desde este punto de vista, los comicios no fueron del todo malos.
Los memes en la u
Ahora bien, existen otros memes que no surgen de lo noticioso sino que hacen apología al humor cotidiano. Hace varios meses encontré una página en Facebook que se titula ‘Memes Javeriana’ y funciona como una ventana para exhibir los memes que los mismos estudiantes comparten o hacen sobre temas de la universidad. Son muy comunes, por ejemplo, aquellos que presentan instrucciones para saber cómo actuar en caso de que no haya estudiado para un examen, u otros que exponen lo traumático que resulta todo lo relacionado con la tesis. La página se creó a mediados del 2012 y ya completa casi los 10.000 seguidores. A Luis, su creador, le surgió esta iniciativa a raíz de que no existía una página en la que se pudiera mostrar, de forma divertida, lo que pasaba en la Universidad. “Los primeros memes de la página los diseñaba yo, pero luego creé un correo electrónico y una cuenta de Twitter y por ahí empezaron a llegar más de otros estudiantes. La idea es tener algo de humor negro sin faltarle al respeto a la Javeriana”, asegura el estudiante de últimos semestres de Ingeniería Civil.
Aunque se autodenomina un ‘diseñador frustrado’, este futuro ingeniero ha sido el encargado de mantener esta página los últimos dos años y medio y ha liderado otras actividades como el Harlem Shake que se hizo a principios de 2013 en el teatrino. Ha hecho, por cuenta propia, cursos virtuales para el manejo de programas de diseño gráfico y esto le ha ayudado para reforzar la estética de su labor. En este momento, Luis está buscando nuevos administradores para la página ‘Memes Javeriana’ pues se acerca el momento de dejar la universidad. “Estoy buscando personas que sean comprometidas y que se apasionen con esto, que mantengan la página actualizada y que sepan algo de diseño gráfico. Esto es, más que todo, un hobby”, dice el universitario.
Larga vida para los memes
Mi amigo Javier seguirá siendo, creo que por un buen tiempo, el ‘Memerólogo’ de El País. Luis, por su parte, no dejará morir su página ‘Memes Javeriana’ así se acerque el momento de su grado. Se vislumbra entonces una larga vida para los memes en esta era de los meme-medios de información. Deje de lado las críticas y permítase reír.
Edición 16 // Revista Pasá la voz
Datos que no meme-sabía La palabra ‘meme’ es un neologismo acuñado por el investigador británico Richard Dawkins, que hace referencia a una unidad teórica de información cultural transmisible entre individuos. Sin embargo, lejos de la ciencia, lo que En internet se conoce comúnmente como ‘memes’ no es más que un contenido (imagen, audio, video, frase, etc) que se viraliza rápidamente y que puede ser modificado para comunicar otros mensajes. Una búsqueda simple de ‘Meme internet’ en Google arroja cerca de 99 millones de resultados. Hay páginas con software especializados para crear memes, tales como memegenerator.es, imagechef.com y generadormemes.com. La dinámica es muy simple: basta con escoger un personaje prediseñado y agregarle el mensaje deseado; la página se encarga de acomodar el diseño.
Hay profesores en la Javeriana que ya están implementando la creación de memes como actividad de clase. Luis, el administrador de ‘Memes Javeriana’, está buscando un nuevo administrador para la página. Interesados, enviar propuestas.
Imágenes// www.fb.com/Memesjaveriana
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Mundial
Campeón de clavados Texto// Carlos Andrés Rendón Estudiante de Comunicación Jefe de Redacción de Pasá La Voz crendon64@javerianacali.edu.co
Cuando tenía 8 años, el campeón mundial de clavados de altura, el caleño Orlando Duque, se iba para las canchas Panamericanas. Lo curioso era que no iba a las piscinas. Su pasión en ese entonces era jugar fútbol en un terreno que quedaba atrás de ese escenario deportivo. Se hizo amigo del agua allí mismo cuando cumplió nueve años. Hace unas semanas, nos enteremos que Orlando Duque estaba de nuevo en las canchas Panamericanas y decidimos irlo a buscar con la incertidumbre de si nos iba a dar una entrevista para Pasá La Voz. Pues no sólo nos dio la entrevista sino que se tomó la foto con un ejemplar de la revista. Para quienes no saben, en agosto pasado, Duque se ganó el Campeonato Mundial de Clavados en Altura, en Kazan, Rusia.
Orlando ¿qué es eso del Cliff Diving?
Es básicamente lo mismo que los clavados: la misma técnica, la misma composición de los saltos pero con una gran diferencia que es la altura. Saltamos tres veces más alto. La altura principal son 10 metros en piscina pero nosotros saltamos de 30-40 metros. Por eso, al tener más tiempo, podemos hacer más cosas en el aire, pero también el impacto con el agua es mucho más fuerte y por eso más peligroso también.
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Tengo un amiguito que es un gran fan tuyo y me ha manifestado que quiere ser clavadista. Sin embargo, él me pregunta si, para aprender, ¿debe empezar saltando también en ríos o lagos?
No para nada. Yo empecé aquí, en las canchas Panamericanas. 10 años en estas piscinas. La idea es que primero él pueda aprender la parte técnica de los clavados y de ahí en adelante puede empezar a hacer saltos más altos y aumentar la dificultad.
Edición 16 // Revista Pasá la voz
Mundial ¿A qué edad empezaste?
Yo empecé a los nueve años. Entrené aquí hasta los 21 y de ahí partí a Europa.
¿Cuál fue tu primer salto en esta modalidad?
Fue en Suiza. Un triple salto de medio giro para el campeonato mundial de 1992.
¿Cuál es el que más recuerdas?
El que más recuerdo fue uno en el mundial del 2000, cuando gané mi primer campeonato.
¿Cuando te vas fuera del país qué es lo que más extrañas?
Todo, la familia, la comida, mis amigos. Yo llego aquí y soy muy feliz.
¿Qué les puedes decir a los jóvenes deportistas?
Que busquen lo que les apasiona. A todos nos ha gustado un deporte: hoy probablemente quieran ser ciclistas, mañana beisbolistas. Pero eso, que busquen lo que les gusta y así, con pasión, podrás dedicarle mucho más tiempo y empeño.
¿Hace falta más apoyo a este deporte?
En realidad sí. Aquí lo que se ha hecho es casi que con las uñas. El apoyo se ha dado pero de la empresa privada.
¿Cuál es la comida favorita de Orlando?
Toda (risas). Realmente como mucho, llevo una vida donde el deporte exige que coma mucho. Pero bueno, la comida vallecaucana podría decir que es mi favorita.
Música favorita
El rock pero pues, nunca suena mal una buena salsa.
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Nunca Texto// Luis MiguelTróchez Estudiante de Comunicación // ltrochez55@javerianacali.edu.co
No entiendo cómo quebré mi “no” y accedí a tenerla cerca aún cuando el odio me consumía. No entiendo ahora cómo cargo con su peso, con sus ojos, con su boca, su sonrisa. Nunca la había amado tanto, nuca la había odiado, o al menos aborrecido; nunca había quitado una vida, nunca había sentido tanto placer desmedido como lo hice en ese momento, nuca había fundido mis manos en piel ajena como lo hice en ese instante, nunca pensé tenerla en mi cabeza para siempre; recordar, soñar y delirar con sus ojos perdidos en el desespero o sus gritos ahogados por mis manos. Nunca me propuse cambiar la historia, en ir más allá, en cruzar la línea de lo irracional, de lo lógico. No solo maté por amor… maté lo que más amaba.
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Nosce te ipsum Texto// Sebastián Brito Estudiante de Filosofía// sebastianbritto@javerianacali.edu.co
El observador se observa a sí mismo observando: La incomodad es la extraña intriga afrontada al quebrar con el esquema del “YO” y la posición con la cual afronto el mundo al perder la visión de mi propia identidad: fijar la vista en lo desconocido hace que mis sentidos se vuelvan volátiles, que choquen rápidamente uno contra el otro y abran los agujeros que dejan chorrear mis preguntas. De este modo, al iniciar la búsqueda del sentido de mi irracionalidad, las preguntas se vuelven olas que me abruman y me bañan lentamente hasta encontrarme perdido en un mar intentando conceptualizar un vaso de agua. Y allí, en medio del caos, aflora la claridad. No busco un esquema propio del “YO” porque yo soy el vaso de agua y lo desconocido es el mar. Pero el mar acarrea con mi ser dejando claro que esa es su esencia y que el extraño en realidad soy yo y no el mar, unidos por el simple hecho de ser agua ambos. Si en esencia somos iguales, ¿por qué soy tan diferente?
Verdugo
Corazón humano, recuerda descansar de vez en cuando. Así no te has de fatigar del repetitivo palpitar
Edición 16 // Revista Pasá la voz Texto// Juan David Villegas Estudiante de Comunicación// jvillegas21@javerianacali.edu.co
de sueños reprimidos.
Intranquilidad onírica Texto// Juan José Cadena Estudiante de Comunicación// reaccionencadena@javerianacali.edu.co
La última vez que morí era martes por la tarde y lo vi sin remordimiento alguno desde un balcón. Recuerdo la carne triturada en el suelo, el olor metálico que se atoraba en la garganta, sombras que corrían sin rumbo fijo, sin coordinación. Era muy temprano y nadie habitaba las calles, el cielo se me escurría entre los párpados mientras el campo se llenaba de payasos alegres y sentía el palpitar de mis músculos corriendo. Me gusta el sentimiento cuando nadie me entierra y de seguro es porque no pasa muy seguido. Me gusta la putrefacción emergente en el aire, los gritos enfrascados en un iris inquieto y juguetón, caer de espaldas con la vista en un punto fijo que te observa con una negligencia insoportable. Me gusta perderme en el vacío retorcido que se crea en un espacio lleno de incomodidades, multiversos incomprendidos, secretos yuxtapuestos. Secretos, murmullos escoltados por un par de labios pálidos que hacen un pacto indiferente y no dan más; estrepitosos tumbos en una habitación oscura. Puerta sellada, caminantes que la ignoran, crecientes ganas de mover los brazos, inexorable destino de quien nunca respiró. Siento la piel helada y parece ser que no me importa, mientras el pináculo de mi existencia se me hace esquivo, mientras me impregno de una humanidad inútil que dispara canciones sin sentido en todas direcciones. Estoy un tanto harto de morir entre quimeras mediocres, de ahogarme en los manantiales más calmos y cristalinos, de deambular entre gusanos incoherentes e insensatos. Tal vez por ser instrumento de bajo calibre cohabito las arenas más oxidadas e innecesarias del desierto menos conocido, soy un garabato transicional dibujado en un cuaderno, la esencia irracional que es capaz de juzgarse y con sin igual vehemencia arrasa los jardines. Ya se me cayó el techo, ya fui atropellado, ya me ahogué, me incendié, exploté, me caí, me accidente, estuve enfermo y me dieron de baja. Se acabaron las sorpresas y sigo aquí sentado, la emoción se fue esfumando ante la eternidad que palpita frente a esa desnuda y amarga silueta, y sólo quedan habladurías incoloras, el sinsabor de un insípido letrero, un absurdo recién nacido entre lágrimas esperando su turno para agonizar, para ver sus sueños arder, para existir.
Ilustración// Lisbeth M. Paví Estudiante de Artes Visuales// lpavi83@javerianacali.edu.co
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EL
PETRONIO DESDE EL ESCENARIO
Texto// Juan Alberto Zapata Estudiante de Comunicación // jzapata82@javerianacali.edu.co
Eran las ocho de la mañana y, justo antes de salir para la universidad, recibí una llamada de un profesor del colegio que siempre me tenía en cuenta para los proyectos musicales. Su mensaje era claro y conciso: “necesito que cantés hoy en la noche con Willy García en el lanzamiento de su nuevo sencillo, en la inauguración del Petronio Álvarez”. Pues yo no sabía si sentirme honrado porque iba a estar al lado de uno de los personajes que más admiro por su trayectoria musical, ícono de la salsa representativa de Cali, esa que cuando suena en cualquier parte del mundo uno tiene que bailarla o al menos recordar el olor del pandebono, o si sentirme preocupado porque en ocho horas tenía que estar en el escenario frente a miles de personas y cantar una canción que nunca había escuchado en la vida. En fin, me pegué el celular al oído y me puse a escuchar la canción hasta que se me quedara grabada. Pero había otro problema: no tenía ni idea de qué parte de la canción me tocaba. Llegué a la Universidad para clase de nueve e intenté poner la mayor atención posible en lo que decía la profesora, pero era inútil, había una película en mi cabeza protagonizada por un personaje al que el público le tiraba tomates, o chontaduros en este caso, después de que se le olvidaba la letra de la canción. Por fin, salí de la única clase que tenía aquel miércoles y me encontré con mi novia para almorzar. “¡Cálmate! A ti siempre te sale todo bien” me decía ella, pero mi película seguía reproduciéndose en mi cabeza. “Es que ni siquiera me sé la bendita canción” respondía yo, y así continuaba el ciclo de la discusión hasta que ella entró a su clase y yo encontré cualquier salón para seguir practicando… Era como si
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fuera el parcial más complicado del semestre. Prendí el computador y abrí el correo: “El Petronio abre sus puertas hoy”, nada mejor que un titular que te recuerde que vas a estar detrás de esas puertas cantándole a un público que espera que te sepas la canción. Pero bueno, no importa, la gente no alcanza a escucharme, pensé yo. Fue cuando sonó mi celular y empezaron los mensajes de varios familiares felicitándome y manifestando su orgullo. La presión aumentaba y de pronto me di cuenta de que la inauguración la iban a trasmitir por Telepacífico. Entonces empecé en la etapa de la resignación: “ya, lo que fue, fue”. No había vuelta atrás. Ya me había comprometido y tenía que superar esa situación. A las seis de la tarde en punto llegué a las Canchas Panamericanas. Allí todo se movía al son de currulaos y salsa choque. Ingresé a los camerinos luego de tres filtros en donde me pidieron mi nombre y vaya sorpresa al encontrarme con mi profesor. Willy no había llegado y lo peor era que ninguno de nosotros, los integrantes de su coro, sabíamos qué parte debíamos cantar; ni siquiera el profesor. Empecé a notar, una hora después que el ruido del público que estaba al otro lado de la cortina era cada vez más fuerte. Los espectadores estaban llenando el césped de las Canchas Panamericanas y la tensión subía. Willy todavía no llegaba y ya había empezado el evento. Hasta que por fin, un moreno al que todos
saludaban y que llevaba una camiseta con el lema “Yo tengo fe” cruzó la entrada de los camerinos. Treinta minutos después ya éramos doce personas, desde niños hasta adultos, vestidos con una toga habana al mejor estilo de un coro góspel. Con al menos el coro aprendido nuestra función no era más que impactar al público con la inesperada llegada de una escolanía. Cinco minutos antes de salir al escenario se me olvidó toda la canción; afortunadamente en el público había cuatro personas que me dieron tranquilidad: mis papás, mi hermano y mi novia. Todo salió bien. La canción gustó y el público vibró. Aunque, según me dijeron, casi no nos escuchamos y la cantante de adelante tapó mi rostro en televisión, al mejor estilo de Mike Wazowski, la experiencia fue única e irrepetible. Fue magnífico ser parte de una de las fiestas más tradicionales del hermoso Pacífico, que entre pobreza y escasez tiene mucho potencial artístico y gastronómico. Un potencial del que fui testigo, que me llenó de orgullo y me motivó a volver al Petronio el próximo año, ojalá también desde el escenario, preferiblemente bajo otras circunstancias.
Edición 16 // Revista Pasá la voz
Estar en primer semestre es… Texto// LauraSofia Polanco Estudiante de Comunicación // Laura1996@javerianacali.edu.co “¿Qué se siente estar en primer semestre?” Dijo el javeriano de tercer semestre al neojaveriano, o como se dice coloquialmente, primíparo. Lanzan esta pregunta con ánimo curioso, pero dar una respuesta a veces está implícito en no darla porque te intimida el universitario de tercer semestre que ya pasó por donde estás y al parecer, ahora le resulta natural aquello que nuestro débil cuerpo de colegial todavía busca desesperadamente: adaptarse. Acudí a otra fuente cercana en mi misma situación: Juan Diego Tejeda, Ingeniería Industrial con interés en sistemas. La curiosa escena transcurrió de la siguiente manera: “¿Puedes decirme en una palabra para ti qué es estar en primer semestre?”, su respuesta fue bastante implícita: “Después te digo que mañana tengo quiz de Matemáticas Fundamentales a las 7:00 a.m. y el lunes tengo parcial de la misma materia a la misma hora. Hablamos luego que estas ecuaciones están bravas y me falta estudiar conjuntos (tono de la línea)”.
en primer semestre es “ver en clase un video sobre la mutilación femenina y que luego tengas que escribir un ensayo sobre cómo te sientes después de haberlo visto”. Los trabajos que plantean como sencillos no lo son, no sabes de formatos o preferencias en ninguna clase y de ningún profesor. Cuando te da gripa al día siguiente tienes clase en Almendros o en Palmas. No sabes cómo reunirte con un grupo de trabajo que, por cosas del destino, nada de lo que a ti te queda cerca les queda cerca a ellos. Tienes la esperanza de editar un trabajo importante en Adobe Premier y terminas haciéndolo en Movie Maker. Nada sale como crees o sale sin que sepas cómo pasó porque no has dormido lo suficiente como para que tu cerebro pueda hacer el ejercicio de recordación. Es estar fuera de lugar en toda actividad del Medio… “Sentirse como mosco en leche” es pan de cada día del primíparo. Estamos hablando de tener que llegar rápido a un lugar y darte cuenta de que hiciste una vuel-
ta estúpida por no pensar en aquel otro camino. No te acurdas de los salones y hasta algunos tenemos el coraje de gritar que nos intimidan las conversaciones que se arman entre los de tercer semestre de nuestras carreras. Si nada te sale después de una semana de trasnocho a ellos les sale hasta en una tarde de “desparche”. Los mismos que en muchos casos no son esquivos si en medio de tu inocencia quieres consultarles o hablarles en busca de ayuda, pero los individuos que no entran en esta descripción son más bien fríos y cortantes con los primíparos que se les acerquen. La aclaración necesaria: los neojaverianos queremos ser como el primer ejemplo de javeriano experimentado. Es el esfuerzo y la frustración de intentar llegar a ese punto en que los de tercer o segundo semestre se encuentran: tenerle apodo amistoso al señor que te presta los equipos, saber llegar a un edificio sin tomar caminos innecesarios, armar “parches” y salidas, comer sano y balanceado de la manera más económica posible, hacer ejercicio e integrarse a alguna actividad del Medio… Todo esto sin perder un quiz, parcial o una materia.
Uno de mis compañeros que desarrolló su propia teoría para responder a esta inquietud fue Sebastián Brito de Psicología y con ansias de hacer doble titulación en Filosofía. No dudó en, lo que fue para él, iluminarme con su sabiduría: “la universidad es un viaje donde se degrada el cuerpo y crece el ser humano. Donde se come pasta fría en “el hueco, mientras lees”. Habiendo dicho todo esto, solo me queda reflexionar sobre mi propia experiencia, valiéndome de un cerebro cuyas neuronas han sido alimentadas a lo largo de una semana y media por tinto, capuchino y Coca Cola. Es decir, para mí, estar en primer semestre es: ser valiente y expresar una idea brillante y que alguien de tercer semestre te haga una pregunta que no puedas contestar; es hablar con cautela cuando solo tú y otro “primíparo” decidieron participar en una actividad manejada por estudiantes de tercer o cuarto semestre; es intentar no caerle mal de entrada al profesor pero al mismo tiempo tener comentarios que le gusten. Prácticamente, es no sobarte si te golpeas la cabeza al frente de un grupo de personas que hacen ver tan fácil lo que hasta ahora está sacrificando tu salud, tu sueño y tu alimentación. Como dijo mi amigo, el filósofo amateur antes descrito, estar
Ilustración// Veronica Wiedmann Estudiante de Diseño de Comunicación Visual // verowiedmann@javerianacali.edu.co
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UNA REVOLUCIÓN LLAMADA MAFALDA
Qué sensata es Mafalda al recordarnos con esta frase lo importante que es despertar de una vez por todas y no permitir que el dulce sueño de la conformidad nos consuma. Qué sensible es ante la realidad, reconoce que solo desde el aporte de uno mismo se puede generar un cambio. Y qué consciente es de la naturaleza del hombre que comprende que nadie va a salvar el mundo por otro. Mafalda está haciendo un llamado directo y universal, y no uno a prohibir la sopa, sino uno a que cada uno de nosotros tome consciencia de lo que le está aportando al mundo para que cada vez sea mucho mejor. Uno no se puede pasar la vida diciendo que anhela cambios y no hacer nada para propiciarlos, y Mafalda es consciente de ello. A sus seis años no le ha quedado grande entender que solo los actos, las opiniones y las ideas nuevas pueden ser el factor diferenciador entre la sociedad que juzgamos y la sociedad que podemos llegar a ser. Pero, ¿sabemos realmente quien es Mafalda? Muchos simplemente la leen y se ríen con sus ocurrencias, pero pocos conocen el trasfondo social y humano que inspira Mafalda. Para quienes entienden a Mafalda como una vocera del pueblo latinoamericano, entenderán que es completamente normal pensar en las mentes más revolucionarias de América Latina y evocar inmediatamente a un simpática niña de seis años, una niña que ha nacido en un hogar común, viviendo una vida común, pero teniendo algo extraordinariamente particular: se preocupa excesivamente por todo lo que sucede en el mundo y se informa
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¡Sonamos muchachos! ¡Resulta que si uno no se apura a cambiar el mundo, después es el mundo el que lo cambia a uno!
constantemente por todos los medios posibles de los sucesos que afectan y perjudican al planeta. A su corta edad, esta niña presenta una fuerte crítica a la sociedad y ha aprendido a no callar lo que piensa y a opinar acerca de todo. Le da vida a un cómic, sueña con la paz mundial, odia la sopa y lleva un nombre que ha recorrido América Latina y seguramente recorrerá toda la historia del mundo: Mafalda. En 1964, Quino decidió dar vida a Mafalda, una niña argentina que centra su existencia en la preocupación por la humanidad y en la rebelión al legado histórico de sus mayores. Representa la clase media latinoamericana, pero sus inquietudes y críticas son de carácter universal. Ahora bien, para quienes aparte de leer a Mafalda leen todo el periódico, estarán de acuerdo en que cuando nos levantamos en la mañana y buscamos el diario, leemos los titulares y las noticias de mayor interés. Puede que encontremos un artículo tan bueno que es casi imposible omitirlo y pasar la página. Personalmente, no es un artículo lo que no puedo omitir, es una tira cómica llamada Mafalda. Todos los días me río con ella. Siempre que la leo tengo exactamente la misma sensación: que hace justo las preguntas que mi generación y todo el mundo debería hacerse. El humor de Mafalda no es un humor cualquiera, es una protesta a muchas de las cosas que oprimen y perjudican a la sociedad. Ella no es graciosa simplemente por ser un comic. Ella es graciosa porque uti-
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Texto// Laura Sánchez Castro Estudiante de Comunicación// Laura98sc@javerianacali.edu.co
liza el humor para manifestar su desacuerdo con el orden convencional del mundo. Mientras leo a Mafalda suelo darme cuenta de muchas cosas importantes. Una de ellas es que no es un simple dibujo, ella mueve la existencia de todos los que la leen. Quien lea a Mafalda está destinado a replantearse el quién es y para qué existe. Ella es la firme y simpática invitación a la juventud a rebelarse contra la sociedad y cuestionarse el mundo tal y como es. Nos recuerda a todos que las mentes distintas son las que marcan la historia, que vale la pena preguntar cosas nunca antes cuestionadas, que al mundo lo transforman nuestros actos no nuestras quejas, que la opinión es libre, que el destino de la voz es ser escuchada, que el cambio es posible solo si lo luchamos nosotros y que las preguntas cobran valor si se vive en busca de su respuesta. Mafalda nos mueve la existencia y nos humaniza, y lo hace por ser curiosa, por no tragar entero, por entender la diferencia entre resignarse y aceptar, por pensar en cosas nunca antes pensadas y por hacer que nos demos cuenta de que la vida solo cobra sentido en la búsqueda de respuestas a preguntas jamás antes hechas. Mafalda es el trasfondo del espíritu de una nueva generación, una que no se resigna o rinde al mundo tal como es, sino que vive y existe para transformarlo y hacerlo cada vez un lugar mucho mejor.
Edición 16 // Revista Pasá la voz Vivir se puede interpretar de muchas formas. Vivir para estudiar, ser un profesional, conseguir un buen trabajo, conseguir una pareja, comprar un carro y una casa y trabajar hasta el cansancio para que tus hijos puedan repetir el ciclo. Esa interpretación de la vida y de existir es lo que Mafalda le juzga a sus padres: vivir para que las próximas generaciones repitan la historia, pero nunca para que la transformen. Eso es lo que Mafalda quiere, una sociedad y un mundo donde las ideas y las preguntas nuevas sean tomadas en cuenta, porque en últimas estas definirán quiénes somos y a qué vinimos. Existir no consiste en vivir, sino en hacer de la vida todo por lo que vale la pena tenerla.
Ilustración// Kevin Nieto Estudiante Diseño de Comunicación Visual //
knieto72@javerianacali.edu.co
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Mi abuelo
me dejó a Gardel Texto// Luis MIguel Tróchez Estudiante de Comunicación // ltrochez55@javerianacali.edu.co Es increíble que el tiempo pase y aún extrañemos. Año 2000. Con siete años era tan solo un chico, esa edad en la que nada importa o nada preocupa, la edad en la que aprendemos a apegarnos a las cosas y a amar de verdad, una época de mi vida en la que mi abuelo era un segundo padre que hasta el día de hoy creo que no aprendí a amar; no al menos como él lo merecía, como yo lo merecía. Pensé que lo conocía de la mejor manera, un viejo majo de metro noventa de alto, corpulento, siempre bien vestido y con su cabello bien puesto al mejor estilo de los galanes de los años 50; todo un superhéroe, siempre dispuesto a hacer hasta lo imposible por satisfacer a los suyos. Sería él quién viviría en mi memoria hasta el día de hoy. Aún recuerdo ese sábado con toda claridad: mi abuelo, siempre elegante, decidió salir conmigo a recorrer las viejas calles de su pueblo natal (Palmira); por supuesto yo tenía que estar a su altura, así que entre él y mi madre me eligieron el mejor atuendo: camisa blanca de bolsillo, pantalón negro de traje y zapatos de material embetunados hasta el cansancio. Finalmente estábamos listos para conquistar el mundo, o al menos eso sentía. Luego de mucho caminar exhibiendo nuestra gala, llegamos a nuestro destino: una cantina ubicada en una esquina. Al principio me sentí invadido por la incomodidad; ya entenderán, un niño inmerso en un mundo de mayores, un espacio de no más de cinco metros por cinco metros, oscuro, sin ventanas y algunas luces navideñas. Sin embargo, me empecé a amoldar a la situación, me empecé a sentir como uno más, como un hombrecito entre muchos hombres más, igual de majos a mi abuelo, luciendo sus trajes caros, sus sombreros de antaño de correa negra, sus zapatos relucientes y sus botones y mancornas de oro. Superhéroes que se bañaban en sudor y cerveza, que se reían y arreglaban al
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país mientras de fondo reverberaba y cantoneaba un tango; el tango, mi gran descubrimiento y el hilo conductor de esta historia. De fondo “Volver con la frente marchita las nieves del tiempo platearon mi sien”. No entendía qué era esa música o a qué hacía referencia dicha letra. En el momento, como era claro, no me interesó, lo dejé pasar, me dejé envolver por el ambiente, la burla, la charla, la cerveza, el compinche, las luces navideñas, las ventanas que no estaban; en fin un hombrecito entre muchos hombres, extasiado por la vida de adultos, por la vida de uno en particular, por el transcurrir de una cantina de esquina. Año 2014. Con 21 años preocupado por todo y problematizando hasta un soplo, despierto junto a un radio después de una resaca. Oprimo play y vaya sorpresa, suena de fondo un tango, el tango, mi gran descubrimiento y el hilo conductor de esta historia. Resuena el corito que cantaba el gran cantautor argentino Carlos Gardel de la canción escrita por Alfredo Le Pera, “Volver”, del año 1935. Y entonces entendí que aquel día del año 2000 no fue un día normal, que en aquel momento se inmortalizaría el cabello plateado de mi abuelo, su frente marchita, las viejas calles que recorrimos, los tangos de Gardel, aquella cantina de esquina, a mi superhéroe, a la memoria que le llora y a ese sueño del presente que ante la falta de amor le suplica “volver”.
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El oficio de equilibrista de un comunnity manager Texto// Sebastián Henao Estudiante de Comunicación Editor de Pasá La Voz shenao08@javerianacali.edu.co “Se nota que hicieron trampa para pasar a la final”… Fue uno de los comentarios en el Facebook el día de las finales en la Copa Loyola. “Dejá de ser tan mal perdedor, llorón” hubiera tecleado en la barra de comentarios como respuesta. Pero no, en vez de eso iba a sonreír y a responder amablemente como lo haría una reina de belleza en algún certamen municipal: “si le preguntas a tu entrenador, sabrás por qué no clasificaron a la final”. Y listo… punta, tacón, punta, tacón. Lo lógico es que hubiese terminado ahí. “Nadie es tan perdedor como para ponerse a pelear con un community manager”, pensé. Qué equivocado estaba.
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Como si el karma fuera proporcional a la fuerza de gravedad, cayó la ira de esta persona sobre mí, tal cual cae la mía al final del día sobre la persona que maneja la cuenta de Metrocali. Comentario tras comentario, este personaje seguía ensañado con su cuento de que le habíamos hecho trampa. La rabia y el pánico comenzaron a surgir, no podía dejar que alguien nos acusara de hacer trampa y menos por un medio como Facebook. Tras encontrar a la persona que me pudo dar los argumentos para demostrar de una vez por todas que en la Javeriana se juega limpio, le pregunté a Sara, mi compañera de trabajo y quien además se mueve en el mundo de las redes sociales, que cómo hacía ella para lidiar con personas así. “No te lo tomés personal, ellos le escriben a la Copa, no a vos”.
Fue con esta experiencia que finalmente comprendí de qué se trataba este trabajo. Hasta ahora me había limitado a programar las publicaciones y poner los resultados de los diferentes deportes, pero no me había tocado lidiar con alguien de esta manera. Reflexioné y me puse a pensar en todas las veces que cada community manager es madreado en las redes sociales y cómo a éste no le queda de otra que sonreír, echar su discursito pacífico y si no soluciona nada, ignorar el problema. Somos la cara de una empresa, evento o lo que sea, que ha confiado en nosotros para hablarle a su comunidad. Es por esto que a toda persona que esté interesada en ejercer este cargo, le recomiendo más que nada que se prepare en una escuela zen y se arme de paciencia, porque la va a necesitar.
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Fotografía// Verónica De Castro Estudiante de Ingenieria Industrial//
vmde@javerianacali.edu.co
Deporte, adrenalina y mucho periodismo en la Copa Loyola La Copa Loyola 2014 significó para Sara Botero una experiencia cargada de adrenalina, la misma que recorre su cuerpo cuando representa a Colombia a nivel internacional en competencias de tiro o cuando a pleno pulmón desciende a las profundidades en sus prácticas de buceo extremo. Esta vez fue el periodismo el que la puso a correr con resultados, fotografías y respuestas rápidas en los foros abiertos para el cubrimiento del evento deportivo. La jornada de esta estudiante de Comunicación comenzaba temprano y terminaba tarde de la noche. Su portátil y el computador de escritorio de la sala de prensa del evento permanecían al tope con ventanas abiertas a toda hora para retocar fotos, subir artículos, chatear y pedirle paciencia a algunos que acosaban para que sus notas estuvieran al aire.
El cúmulo de información proveniente de los reporteros habilitados desde las asignaturas de Fotografía, Escritura Periodística, Televisión y HTC era agobiante. Había que seleccionar, corregir y subir todo en cuestión de minutos para que las noticias fluyeran y los cibernautas pudieran comentar, retwittear, alabar o maldecir.
vista clavada en los penaltis con los que se definió la final de fútbol entre la Javeriana y la San Buenaventura. Con los puños apretados, los presentes vimos como el triunfo se escapaba de los pies de los pateadores de la Javeriana… Pitazo final… Así fuera una noticia no tan buena para la Javeriana, había que registrarla y allí estaba Sara para hacerlo.
La Copa Loyola en sus 15 años representó para Sara Botero vivir la febril experiencia de una sala de redacción de un medio de comunicación. A veces ni quedaba tiempo para almorzar porque primero había que esperar como terminaba el partido de fútbol sala, el encuentro de baloncesto o las finales de natación. El último día de la Copa, vimos a Sara con la
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Un periódico para contar las historias de la Terminal Al cumplir 40 años de vida, la Terminal de Transportes de Cali, contó su propia historia a través del periódico Por Tierra, elaborado en conjunto por estudiantes de las carreras de Comunicación y Diseño de Comunicación Visual de la Pontificia Universidad Javeriana Seccional Cali. Gracias a la iniciativa de la egresada y hoy jefe de Comunicaciones de la Terminal, Alejandra Bolívar, y la coordinación de varios docentes, en el primer semestre de 2014 comenzó un proceso de investigación, reconocimiento y producción de los estudiantes que en ese período académico cursaban las asignaturas de Escritura Periodística, Comunicación y Ciudad, Periodismo Electrónico y Diseño de Periódicos. Para algunos, la Terminal era un simple referente por donde a veces pasaban. Pero poco a poco, los involucrados en el proyecto fueron descubriendo historias como la de la señora del muelle de San Blas que todos los días iba a esperar a alguien; o la de Javier Francisco Collazos, un mudo que dio mucho de qué hablar por sus anécdotas . Tampoco pasaron inadvertidos por las páginas de Por Tierra los exóticos diseños del pan cocodrilo de Hernán Toro o la historia de cómo fue que se despachó el primer viaje de Trans-Ipiales hace ya cuatro décadas. Además del periódico, los estudiantes de Comunicación crearon otras piezas para recrear un acontecimiento de ciudad que se celebró el pasado 15 de agosto, día en que se
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recordó la inauguración de la que por siempre será la primera terminal de transportes que tuvo Colombia. Para los estudiantes, la experiencia significó muchas horas de búsqueda de historias, fotografías y diseño que hicieron posible mostrar a la ciudad productos significativos de Comunicación que le representaron a la Universidad un reconocimiento público por
parte de las autoridades locales y de los directivos de la Terminal de Transportes de Cali . El periódico Por Tierra circuló con el diario local El País y también se distribuyó durante una semana entre los usuarios de la Terminal. Se hizo historia y la carrera de Comunicación estuvo allí para contarla junto con el talento de los estudiantes de Diseño de Comunicación Visual.
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Trabajo de grado meritorio en Comunicación
“La Cosmopolita” el lugar donde todos son bienvenidos Texto// Karol Pico Egresada de Comunicación// karolpico@gmail.com En una ciudad todos compartimos una característica común, somos transeúntes, creamos rutas, espacios de reunión y encuentro, compartimos prácticas y rituales sociales que nos hacen pertenecer y reconocernos como vecinos y pares de un lado o de otro. La pregunta sobre las riñas de gallos como una práctica ritual y la inquietud por explorar la fotografía como un lenguaje, me llevó a reconocer que la periferia tiene unos discursos que complejizan los imaginarios de nuestra ciudad y que existen lugares de anonimatos como la Gallera La Cosmopolita, cargados de sentido para quienes lo habitan. La Cosmopolita: lugar habitado. Encuentro e interacción social alrededor de la riña de gallos, se concibió como un trabajo exploratorio cuyo objetivo fue observar e interpelar a través de la fotografía análoga la realidad de un otro, su contexto, un lugar y la práctica como acontecimiento para el encuentro social. Desde ese punto de vista expone la importancia de la gallera como un espacio de socialización y de reconocimiento público para los habitantes y vecinos de la vereda Pilas de Cabuyal, ubicada al oeste de la ciudad de Cali. La periferia como co-relato de la urbe La ciudad ha continuado desarrollándose hacia el oeste lo que genera una proximidad mayor entre el barrio en expansión de la clase media-alta y la zona de ladera que alberga a personas cuyos gustos, oficios y costumbres están más ligados a un contexto rural que urbano. Allí se encuentra la afición por los gallos de pelea.
dando ocasión al reconocimiento a partir de relaciones de parentesco social de distinta índole y que están asociadas a los modos y costumbres de los habitantes que llegaron para habitar un nuevo territorio. Así, La Cosmopolita se convierte en el lugar para expresarse sin ningún reparo o juzgamiento, para reconocerse en su tradición, sus problemáticas, conflictos cotidianos y visión de mundo. Su existencia tiene gran importancia para los habitantes de la vereda porque lo han apropiado como lugar de reunión y encuentro ante la ausencia de otros espacios consolidados en el sector. Una muestra de eso es que allí se celebran los acontecimientos más importantes de la comunidad: matrimonios, grados, cumpleaños, conciertos, fiestas y reuniones de interés colectivo. Es un espacio que ha ido configurándose por sus usos como un lugar para el encuentro social. La mayoría de las personas que la frecuentan provienen de sectores populares, correspondientes a estratos socioeconómicos 1 y 2, que habitan en zonas de ladera de Cali (Terrón Colorado, la Portada, Vista Hermosa, Montebello, Dapa, Los Chorros, Alto Normandía, Alto Meléndez, Pichindé y Polvorines, entre otros), pobladas originalmente por migrantes mestizos de los departamentos de Cauca, Nariño, Huila, eje cafetero, y de municipios aledaños a Cali. En definitiva, así como en los otros ámbitos de la vida social, las diferencias, las presiones y las dinámicas están mediadas por las características socioeconómicas de los grupos.
La gallera también es reconocida por personas de otros barrios y corregimientos aledaños por ser una gallera bailable. Es ley y hace parte de la comunión entre los aficionados “visitar” los distintos escenarios de combate y cumplir como anfitrión. Desde este lugar, se identificó que existe toda una movilidad de personas suscitada no solo por la afición a los gallos de pelea, sino por la oferta de un salón bailable en La Cosmopolita. Esta es una de las razones por las que el bailadero de La Cosmo, como le dicen, se ha popularizado en otros sectores. La existencia de este lugar refleja como los grupos se congregan y comparten contextos socioculturales similares. Son habitantes de los barrios periféricos o sectores populares, se conocen entre sí ya sea porque son vecinos o porque se han encontrado en el marco de su afición en los escenarios de actividad gallística. La descripción intenta dar cuenta de esa realidad y es el resultado de un trabajo de observación participante, cuyo objetivo es mostrar el carácter de un lugar y una práctica. El punto de partida fue el reconocimiento porque se valora la singularidad de lo otro y su naturaleza, concediendo importancia a la existencia de “La Cosmopolita” como un espacio antropológico, existencial y significativo para las personas que lo frecuentan.
El personaje está en casa cuando está a gusto con la retórica de la gente con la que comparte su vida. El signo de que se está en casa es que logra hacerse entender sin demasiados problemas, y que al mismo tiempo logra seguir las razones de sus interlocutores sin necesidad de largas explicaciones. (Augé, 1992, p. 111)
En estos lugares de la periferia se reivindican el sentido de las identidades colectivas,
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El perfil de los comunicadores javerianos
El egresado de la Carrera de Comunicación de la Pontificia Universidad Javeriana Seccional Cali es un profesional con excelentes habilidades para la planeación y liderazgo de procesos y proyectos de alto nivel y responsabilidad, caracterizado por comprender las lógicas de las organizaciones, medios de comunicación y plataformas multimediales. De acuerdo con los énfasis del programa, los siguientes son las características de los comunicadores javerianos: Producción Audiovisual. El Comunicador con énfasis en Producción Audiovisual tiene la capacidad de involucrarse en todas las fases de creación de productos audiovisuales: documental, ficción, producción de televisión y otras expresiones. El comunicador tiene dominio del lenguaje audiovisual y articula elementos creativos, estéticos y éticos.
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Producción Multimedial. El Comunicador con énfasis en Producción Multimedial es un profesional competente para planear, dirigir, ejecutar y validar proyectos y propuestas innovadoras que vinculen el uso de diversas herramientas y plataformas multimediales; además de tener la capacidad de generar contenidos multipropósito en diálogo con las Tecnologías de la Información y la Comunicación, explorando las formas de expresión emergentes con una perspectiva estética y ética. El Comunicador con énfasis en Comunicación en las organizaciones, asume la comunicación como eje estratégico de las distintas formas organizativas que hoy se observan en la sociedad. Es un profesional que comprende los escenarios y las metodologías de intervención desde la comunicación y aborda
la gestión integral de proyectos orientados a la cohesión social, a la sostenibilidad, a la construcción de ciudadanía y a la productividad. Es un comunicador con sentido ético y de responsabilidad social. En la formación del comunicador javeriano se propende por que el estudiante adquiera las competencias cognitivas, socio-afectivas y comunicativas necesarias para que el futuro profesional de la comunicación pueda: interactuar con otras personas, comprender los fenómenos y problemas comunicativos y proponer alternativas de solución, con un sentido ético y social. Asi mismo, se espera que el comunicador tenga la posibilidad de dirigir proyectos, procesos y emprender iniciativas orientadas hacia la creación de empresas de comunicación.
Edición 16 // Revista Pasá la voz
Paola Sánchez: una comunicadora javeriana que dialoga con lo social A Paola Sánchez la vimos en la pasada Semana del Salud en la Javeriana Cali bajo un sugerente pendón en el que se anunciaban cosas maravillas para jovencitas interesadas en el modelaje y en ganar mucho dinero en el exterior. En otras palabras, estaba promocionando un paraíso que hoy buscan afanosamente muchas mujeres en las redes sociales, en los avisos de prensa o en volantes que se entregan en cualquier calle de Colombia. Bajo la inocencia del aviso, algunas estudiantes de la Javeriana se acercaron a preguntar, pero de allí no salieron con contratos, formularios para solicitar visas o listas de requisitos… Salieron con algo más valioso: información para no caer en las redes de tráfico de personas. Desde su pregrado en Comunicación, Paola se interesó en este tema. Realizó varios trabajos sobre este asunto, incluyendo su proyecto de grado, y aún sigue firme en su propósito de ayudar a prevenir este delito. Las lecciones aprendidas en la universidad y su sentido crítico frente a la realidad llevaron a Paola a emprender otras búsquedas. España, fue una de esas escalas. En 2013 ingresó a la Universidad Pablo de Olavide, de Sevilla, de dónde está a punto de recibir su master en Ciencias Sociales e intervención social. La capital andaluza le permitió adentrarse en los vericuetos de un mestizaje cultural con fuertes raíces árabes que la seducen cuando recorre El Alcázar o el barrio Santa Cruz. “Cuando llegué a España descubrí muchas cosas que conectan conmigo, con mi propia historia, pero también cuestioné el sentido de invasión y saqueo que tuvo la conquista española”, afirma. Explica que la comunicación es decisiva en su vida y más cuando descubrió el filón de la Comunicación para el cambio social. “Cuando ingresé al master, me sentí segura con la preparación que llevaba y rápidamente me integré con pedagogos, psicólogos y educadores sociales que tuve como compañeros”. Una cosa que siempre distinguirá a Paola es su deseo por querer transformar su entorno.
“Cuando comprendí que la comunicación para el cambio social tenía el potencial de estudiar la sociedad como yo quería, la vida me cambió”, precisa. Coherente con su pensamiento, trabajó su tesis de master en la prevención del tráfico de personas. “Somos el tercer país en víctimas de este delito en América Latina y por eso cada
vez que puedo, proporciono información sobre las formas más comunes de reclutamiento de mujeres y hombres”, indica. Sólo le falta defender sus tesis y estará cumplida otra de sus metas, una en la que invirtió buena dosis de pasión por lo social y mucha capacidad de observación y adaptación a las nuevas realidades de cursar posgrados en Europa.
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¿Qué es? La Semana de la Comunicación se concibe como un espacio de interlocución y encuentro de los actores que constituyen la comunidad académica de la Carrera de Comunicación:estudiantes, egresados, docentes y directivos.
Se restablecerán los lazos con los egresados de la Carrera destacando sus ejecutorias en el mundo laboral. La Carrera de Comunicación empezó en el segundo semestre de 2002. En sus primeros años, se organizaron encuentros con profesionales de la Comunicación para que contaran sus experiencias y debatieran algunos temas de coyuntura. Con en el tiempo, se destinó una semana para concentrar estos encuentros. A este espacio se le denominó Semana de la Comunicación.
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¡Vue
La participación de los estudiantes ha sido fundamental en la organización de la Semana de la Comunicación. Como parte de su formación, realizan gestión y contribuyen con el diseño de las estrategias y las piezas comunicativas de difusión del evento.
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elve! Importantes investigadores de la región y estudiantes con trabajos de grado meritorios participarán en una jornada académica.
En 2014, la Carrera de Comunicación decidió revivir la Semana de la Comunicación con varios eventos. Este año es fundamental para el programa por cuanto se avanza en el proceso de Autoevaluación con miras a la acreditación de alta calidad.
La creatividad estará presente en una maratón de filminutos sobre momentos de la Carrera de Comunicación en la que podrán participar equipos de máximo cinco personas, de todos los énfasis. Como parte de la programación de la Semana de la Comunicación, se reviven los Premios Magis de Comunicación con los que se reconoce la producción realizada por los estudiantes dentro de su proceso formativo.
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NO SOLO SOMOS COMUNICADORES
Texto// Fernando Becerra Estudiante de Comunicación // fbecerra@javerianacali.edu.co Desde hace algún tiempo se han divulgado entre los estudiantes de Comunicación unos nuevos escenarios de investigación de los que poco se había hablando anteriormente. Todo comenzó hace un par de años con la iniciativa de algunos profesores de la carrera que observaron ciertas coincidencias entre sus intereses de estudio y decidieron unirse para conformar unos espacios de diálogo y participación en los que se compartieran aspectos relacionados con lo teórico y lo metodológico, propios de una investigación. Tiempo después esta idea dejó de ser únicamente parte de los diálogos entre profesores y comenzó a dirigirse a los estudiantes que en ese momento se encontraban en la fase de investigación más fuerte de toda la carrera.
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Se trata de los semilleros de investigación, una serie de colectivos de estudio que soportan las líneas de investigación “Comunicación y Ciudad”, “Producción Cultural”, “Comunicación y Educación” y “Comunicación en las Organizaciones”, pertenecientes al grupo “Procesos y Medios de Comunicación” de la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales. Estas iniciativas no han sido solamente un acompañamiento a los proyectos de grado de la carrera de Comunicación, sino que se han transformado en el espacio más indicado para la formación de estudiantes con fortalezas en todo lo referente a la investigación.
Edición 16 // Revista Pasá la voz El trabajo dentro de los semilleros se ha caracterizado por ser dinámico y participativo, pues todos sus integrantes se vinculan a las investigaciones y toman protagonismo al momento de desarrollarlas. Lo mismo sucede cuando los colectivos se encuentran en la fase de escritura y formación teórica, dado que en la primera etapa se redactan textos que son retroalimentados por los estudiantes y los asesores del semillero y en la segunda se realizan lecturas individuales que luego son compartidas con todos los miembros del mismo. Todo lo anterior con el objetivo de permitirle a cada uno de los estudiantes experimentar y aprender de todas las fases que se pueden presentar dentro de una investigación. Asimismo, el escenario de los semilleros se ha convertido en una oportunidad para que todos los integrantes logren acercarse a poblaciones con las que probablemente no se han relacionado antes. Esto se ha podido evidenciar con los diferentes trabajos que se han desarrollado en las líneas de investigación en lugares como Bahía Málaga y el barrio Decepaz en el caso del semillero de Comunicación para el Cambio Social; en el municipio de Candelaria con el semillero de Comunicación Pública y en el distrito de Aguablanca con el que ha trabajo la línea de Comunicación y Ciudad. Esto ha permitido que los estudiantes comprendan las dinámicas comunicativas propias de las comunidades o territorios con los que trabajan y que no se queden únicamente en indagaciones teóricas y en el diseño de instrumentos metodológicos. La pregunta que ahora queda es ¿Para dónde van estas iniciativas? A pesar de que actualmente no cuenten con pleno reconocimiento institucional, los semilleros han venido fortaleciéndose en su formación, en sus asesores, en sus metodologías y por ende, en la calidad de sus investigaciones, lo que ha permitido que estos espacios se visibilicen ante la carrera de Comunicación, ante actores externos que se interesan por la labor de los semilleros y antes los estudiantes que cada vez más se acercan a los mismos. Como resultado del trabajo de dos años, los semilleros de investigación han logrado que la formación de los comunicadores en la universidad sea más integral y forje excelentes investigadores dentro de su campo.
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Ase de la semana
Texto// Laura Carvajal Castro & Juan Pablo Ortega Sterling Estudiantes de Comunicación //
ota es lo mejor que nos podía pasar” EntreTiempo es un proyecto que nació Dilos ego Simeone. en pasillos de la Universidad Javeriana. Combina la pasión por el fútbol y el gusto por el periodismo de dos estudiantes de la carrera de Comunicación. Encontramos en él una herramienta para desarrollar habilidades y poner en práctica conocimientos adquiridos en las materias que ofrece el programa.
Patrocina:
Inicialmente pensamos desarrollar el proyecto por fuera de la universidad cuando nos graduáramos. La idea que se tenía era realizar un programa deportivo en televisión, donde se opinara, cuestionara y debatiera sobre fútbol, pero finalmente, concluimos que ello demandaba gastos demasiado altos y un gran bagaje en la profesión que para la época no
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se tendría. Se nos ocurrió entonces la idea de una revista universitaria, pero el proyecto seguía siendo demasiado grande, así que decidimos iniciar con un folleto. Cuando pensamos en poner en marcha nuestras ideas, nos dirigimos al profesor Jorge Manrique Grisales para exponerle el proyecto. Él nos guió y apoyó a lo largo del proceso. Fue una ardua labor que demandó tiempo, sacrificio y entrega total. Entre dos estudiantes debíamos hacer las veces de recolectores de información, seleccionadores de la misma, escritores, redactores, editores, diseñadores, buscar la forma de imprimirlo, poner los recursos, doblar cada folleto e incluso repartirlos, pero no siendo poco,
powertagspotrs
No. 4 Mayo 6concretos, 2014 originales, debimos ser veraces, y aprender a dar una información fresca, rápida, que pudiera leerse en cinco minutos. Una hoja de folleto implicaba una semana entera de trabajo. Para que el profesor Manrique aprobara el folleto y empezara a circular, tuvieron que pasar más o menos cuatro borradores, una edición cero que debíamos ir adaptando al tipo de público e información que estábamos dando. Finalmente, cuando fue aprobado, pasamos a testarlo entre nuestros amigos y tuvo una buena acogida, aunque siempre hubo el comentario que debería ser a full color, pero
Obreros estrenaron la gramilla del inacabado estadio inaugural. Los trabajadores se dieron el gusto de jugar por primera vez en la cancha que abrirá el evento más importante del fútbol.
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nuestro folleto, que apenas nacía, no contaba con los recursos económicos necesarios para esa clase de impresión. El momento más incómodo era durante la distribución, pues era la entrega de todo un trabajo que había demandado mucho de nosotros y que algunos despreciaban dejándonos con la mano estirada, ignorándonos o simplemente evitando pasar por nuestro lado para no recibirlo, eran pocos los casos, pero los había. Cuando las personas constataban que se trataba de información futbolística, la percepción hacia el folleto cambiaba completamente y era satisfactorio ver cómo había interés hacia nuestro trabajo. Muchos empezaron a opinar y a enviarnos comentarios al correo del proyecto. Como era de esperarse, estábamos en vísperas de la Copa Mundo y Manrique, como buen periodista, no podía dejar escapar semejante evento de talla mundial Decidimos entonces hacer una edición especial. Siguiendo los consejos que nos habían dado
a lo largo del proceso, decidimos buscar un patrocinador que nos ayudara con la impresión del folleto a full color, con imágenes llamativas y gráficos que impresionaran al lector, algo fuera del papel a blanco y negro que solíamos entregar. Conocimos entonces a la estudiante Sara Botero, dueña de Power Tag, una empresa que se dedica a patrocinar a los deportistas colombianos. Gracias a ella y al apoyo de Pasá La Voz, pudimos sacar un folleto edición especial de la Copa Mundo a full color que circuló con la revista de la Carrera.
saber que las ideas sí pueden convertirse en realidad y que nuestra carrera no es sólo un espacio de formación académica, sino un lugar donde se pueden crear nuevos medios y generar oportunidades para vivir desde ya una profesión fascinante como el periodismo, como diría nuestro Nobel, el mejor oficio del mundo.
El proyecto no murió ahí, actualmente se está trabajando para convertir ese pequeño folleto en un programa futbolístico de radio, que se emita por la emisora Javeriana Estéreo. Todo eso nos hace soñar y pensar en grande,
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Parqueaderos y narraciones transmedia
Durante el primer semestre de 2014 en la Universidad Javeriana Cali, las asignaturas de Industrias de Comunicación e Historias de las Tecnologías de la Comunicación tuvieron un acercamiento práctico y metodológico con el que se buscó experimentar con un tema en particular: las narraciones transmedia. Por narración transmedia entendemos esa capacidad de los relatos de expandirse y generar nuevas historias a partir de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC). Franquicias famosas como Matrix, Harry Potter o series como Breaking Bad, utilizan esquemas o estructuras transmedia que hacen posible la participación activa de los usuarios en múltiples plataformas y medios de consumo cultural. De manera conjunta, los dos grupos de primer semestre de las asignaturas ya men-
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cionadas emprendieron la labor, en principio sencilla, de modificar un relato original en procura de tocar un tema que afecta a toda la comunidad universitaria: los parqueaderos. El ejercicio consistió en modificar la subtitulación de un fragmento de la película La caída, simulando que Hitler se entera que no hay parqueaderos en la Universidad. La entrega de los trabajos dio como resultado dos grupos grandes de producción: -Los que utilizaron el vídeo como medio para ser mordaces, críticos, incluso empleando eufemismos pero sin llegar a plantear una solución de fondo. -Quienes aprovecharon la oportunidad para plantear posibles soluciones sin descuidar el tono jocoso de la narración.
La experiencia permitió crear un acercamiento entre dos asignaturas, con todas las bondades que esto trae consigo: la posibilidad de generar sinergias académicas, la comprensión sobre la naturaleza vinculante del campo de comunicación, así como la construcción colectiva de producción que pueden ser la base de experimentos futuros de laboratorio e innovación. Como ejercicio base, este experimento propició el tono en el que pueden descansar apuestas futuras de trabajo para los comunicadores de la carrera: la creación de clusters de producción, gestión de proyectos transmedia y reflexión en el campo propiamente dicho. Sectores públicos y privados requieren la participación de comunicadores que comprendan los modos en los cuales se puede hacer comunicación o que propongan estrategias con características propias de una época de convergencia.
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Comunicación con Calidad: para ver lo que pasa en la Carrera Texto// Juan Alberto Zapata Caycedo Estudiante de Comunicación// jzapata82@javerianacali.edu.co
Comunicación con Calidad es un espacio donde la carrera de Comunicación se hace visible en formato noticiero que actualiza a la comunidad académica sobre los eventos más relevantes ocurridos trimestralmente, en el marco del proceso de Autoevaluación con miras a la Acreditación de Alta Calidad. Todo empezó en la clase de Escritura Periodística, que daba el profesor Jorge Manrique, en el año 2013, cuyo trabajo final consistía en la entrega, en grupos, de un noticiero que recogiera los hechos ocurridos en una semana del semestre que el docente nos asignaba. Para ese momento, casualmente, se iniciaba el proceso de Autoevaluación con miras a la Acreditación de Alta Calidad del programa, liderado por la profesora y actual directora de la carrera de Comunicación, Adriana Rodríguez. La idea, entonces, se formó en el cerebro mediático del profesor Manrique, quien una tarde después de clases, nos propuso a un grupo de estudiantes: Luis Tróchez, Sebastián Henao, Daniel Espinosa, Sara Montoya y yo, hacer un noticiero sobre lo que pasaba en la carrera, el cual tendría como recompensa, tanto la difusión entre la comunidad
académica como, claro, nuestra nota final. El único problema era que ninguno de los que integrábamos el grupo, habíamos hecho un noticiero antes. Ni siquiera pasaba por nuestras mentes el concepto de “continuidad”. No obstante, todos dijimos que sí, porque si hay algo que hay que aprender en esta profesión es que hay que aprovechar las oportunidades. Por lo menos Luis ya había visto Taller de Producción Audiovisual, así que le fue asignada la función de editor. Sebastián, siempre con su iniciativa, había demostrado durante los tres semestres anteriores, su habilidad organizativa, así que se le fue asignado el rol de logística. Daniel, un estudiante de Medicina, se le midió a hacer de reportero, sin ninguna experiencia previa. Sara, quien era la única mujer del grupo, debía acompañarme en pantalla a mí, quien me arriesgué a cumplir la labor de presentador. Aunque claro está, al final todos terminamos haciendo de todo, Sara llevando los asientos para el set, Luis recogiendo a Sara, Sebastián y yo recogiendo notas, y Daniel llevando el trípode de allá para acá. El momento más complejo fue el de la recolección de notas. Es que nosotros creíamos que el noticiero saldría a emisión con la misma continuidad propuesta en un principio. Pero no, siempre estuvo la astilla en el camino: el entrevistado que quedó mal, la pregunta mal formulada, los encuestados difíciles
y los errores con los apellidos de algunos entrevistados. Además del corre corre con el trípode y la cámara por toda la universidad, la falda para el micrófono, las luces en el set y todas las vueltas para la solicitud de equipos. Y todo esto durante tres semanas, era casi imposible; y saber que los noticieros de los canales de televisión hacen todo esto en mucho menos tiempo, obviamente, nosotros éramos apenas cinco, y no teníamos ni idea de cómo hacer un noticiero. Pero bueno, con la ayuda del profesor, el noticiero pudo salir finalmente a emisión en el evento inaugural del proceso de Autoevaluación con miras a la Acreditación de Alta Calidad. Y al parecer tuvo una buena acogida estudiantil, a juzgar por la calidez de los aplausos. Ahora ya estamos en el proceso de edición de la cuarta emisión del noticiero, con nuevos integrantes, nuevos diseños y nuevas noticias, y a mi parecer, cada día vamos aprendiendo más sobre la comunicación, no solo acerca de lo que pasa en la carrera, sino de cómo se hace en sí misma. Porque el noticiero es eso, una materia sin créditos que vale mucho la pena tomar. Un espacio de convergencia entre los tres énfasis de la carrera: organizaciones, nuevos medios y audiovisual. Un capricho de periodismo. Un lugar para observarnos y ser observados. Una representación del amor que le tenemos a la Comunicación. Es el lugar en donde lo que pasa en la carrera sí se puede ver.
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Una carrera para pensar diferente El programa de Comunicación de la Pontificia Universidad Javeriana se distingue por asumir la comunicación bajo una concepción amplia. Esto se expresa en la articulación que propone entre saberes propios de las áreas de la comunicación, las humanidades, las ciencias sociales, la investigación y el análisis, diseño y ejecución de productos, procesos, proyectos y estrategias de comunicación para distintos contextos sociales. Esta apuesta posibilita que el estudiante se acerque a los objetos de estudio y problemas propios de la comunicación desde un abordaje interdisciplinario. Tanto las teorías como metodologías que se han producido en el marco de los estudios de la comunicación son puestas en relación con los desarrollos de otros campos de conocimiento o disciplinas, lo cual contribuye a reconocer la complejidad de los fenómenos comunicacionales y a situarlos tanto social como históricamente. A través de esta propuesta formativa se superan las dicotomías entre la formación teórica y práctica de los comunicadores, encontrándose un equilibrio y articulación tanto en el núcleo de formación como en los énfasis, de los aspectos conceptuales-teóricos y los prácticos, que se relacionan con las dimensiones técnicas y tecnológicas. A diferencia de otros programas de la región y del país, los énfasis propuestos resultan innovadores en varios sentidos. En primer lugar, el Énfasis de Comunicación en las
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Organizaciones se aleja de la concepción tradicional de la comunicación organizacional que sólo se ocupa de las empresas y considera además la existencia de organizaciones estatales, comunitarias y del tercer sector. Esto permite tener una perspectiva más amplia de las distintas dinámicas y lógicas que asume la comunicación en diferentes espacios sociales. De igual forma, posibilita que la comunicación sea observada, tanto como un pilar para la producción como un factor decisivo para el cambio social, manteniendo una tensión permanente entre las posturas administrativas y críticas de la comunicación. En segundo lugar, en el Énfasis de Producción Multimedial se asume el problema del uso y apropiación social de las tecnologías de la comunicación e información desde un plano teórico como desde la experimentación y producción de distintos mensajes apoyados en estas tecnologías. La reflexión crítica sobre los cambios sociales ocurridos junto con la irrupción de las TIC acompaña las tareas de diseño y producción en esta área. En tercer lugar, el Énfasis de Producción Audiovisual integra elementos desde la estética, el montaje y la producción, que permite problematizar y entender los procesos de producción, realización y difusión de los mensajes audiovisuales. A diferencia de otros programas, que ofrecen producción audiovisual en la región, este énfasis integra todas las etapas de la realización audiovisual, desde la investigación para la
creación hasta el análisis de las lecturas que realizan distintos públicos de los trabajos producidos. La carrera de Comunicación de la Pontificia Universidad Javeriana se distingue además porque se encuentra enmarcada en los principios de la pedagogía ignaciana y en el Proyecto Educativo Javeriano, que apuesta por una formación integral procurando el desarrollo armónico de los individuos en todas sus dimensiones, a través de la excelencia académica, del estudio y la investigación, de la articulación de los saberes propios de una profesión y los de otras disciplinas y áreas de conocimiento, pero además de una formación que potencie la autonomía, la reflexión, la crítica, la inventiva y la responsabilidad social de los estudiantes. La apuesta formativa de la carrera de Comunicación adquiere su solidez y su punto de diferencia con otras ofertas educativas por el enfoque desde el que aborda la comunicación, por su interés de promover una perspectiva interdisciplinaria, por el equilibrio entre los aspectos conceptuales y los prácticos, por los énfasis propuestos y por su compromiso con los retos y desafíos que debe enfrentar el país y la región en tiempos de globalización. (*) Texto adaptado del documento maestro de renovación del registro calificado del programa de Comunicación de la Pontificia Universidad Javeriana Seccional Cali
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NO
ME INTERESA
EL PARAÍSO Texto// Federico Acevedo Estudiante de Comunicación// facevedo@javerianacali.edu.co
Estoy pensando en cómo me voy a justificar el día del juicio final. Con esta lujuria, gula y soberbia que llevo a cuestas, espero no olvidar lo que tengo que decir ese día. Quizás el trance entre la vida y la muerte me borre la memoria. ¡Tenaz! Sería tenaz porque me condeno. Yo debí haber sido bueno. Debí haber ido a misa cada domingo, ponerme la cruz de ceniza cada año, donar dinero a caridad, respetar las jerarquías, obedecer, no cuestionar, entender la desigualdad social y la pobreza como orden natural de Dios. ¡Maldita sea! Esta manía de ver injusticias donde no las hay. A Julieta la amé como a mí mismo. ¿Será que eso cuenta? Por lo menos debe atenuar la pena. Yo sí amé. Fui malo, pero amé. Fui malo pero ayudé a sobrellevar las cargas de mi amada. Sí, eso tiene que contar. Puede que no me dé pase directo a la tierra prometida, pero no me condena a tantos años en el purgatorio. Tampoco creo que me toque el mármol del infierno. Sería muy injusto y allá no puedo protestar. En todo caso, conservo la esperanza de disfrutar de esos ríos de leche y miel. Correr desnudo, como en El Edén. Eso sí que me encantaría. Siempre quise hacerlo. Aquí siempre gocé de virtudes; lástima que solo las haya utilizado para cuestionar. ¡Qué mal! Ahora veo que es mejor tener suerte que virtudes. Tantos idiotas que conocí que se irán directo al cielo. Tuvieron la suerte de no ver lo que yo vi. Tuvieron la suerte de
nacer sin ese espíritu de protesta. O tal vez se hicieron los de la vista gorda. Como estaban tan cómodos, ni modo de incomodarse por los demás. En fin, hicieron muy bien. Ellos sí se van directo al cielo y yo tendré que hacer una paradita en el purgatorio. Pensándolo bien, sería interesante que me dejaran pasar unos días en el infierno, otros en el purgatorio y ya el resto en el cielo. Así podría dar una opinión con conocimiento de causa. Perdón, se me olvidaba que las cosas allá no funcionan como acá. Yo siempre metiéndole razón a todo. Quisiera haber nacido en Egipto. Allá a las almas solo se les hace dos preguntas para entrar al paraíso: ¿Has encontrado dicha en tu vida? ¿Tu vida le ha brindado dicha a otros? El problema es que ahí tampoco sabría si entro al paraíso. He encontrado dicha pero también la desdicha. Les he brindado dicha a otros pero también los he hecho sufrir. En especial a mis seres queridos. ¡Tenaz! Tenaz esto de andar pensando en el paraíso. Menos mal me dio por hacerlo apenas ahora. Si lo hubiese hecho antes no habría hecho nada. Sería un conformista más, de los tantos que subirán al cielo. Y la verdad ya siento pereza del cielo. Puede que sea hermoso, pero siempre he pensado que no importa el lugar sino la compañía. No me interesa esa compañía. De verdad que yo merezco estar en el purgatorio o en el infierno. La decisión final que la tome Dios.
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Qué dicen
de vos en la
Javeriana Texto// Andrea Fernández Estudiante de Comunicación// olympedegouges@javerianacali.edu.co “¡Ah! ¿Vas a tirar sparkies?” me preguntaron unos amigos de Univalle al comentarles que estudiaría en la Javeriana. Con esta pregunta y un gesto petulante me hicieron entender la idea que ellos tenían de los javerianos. Los sparkies hacen referencia a que somos demasiado “gomelos” para recurrir a las papas bomba.
Otra ingeniería estigmatizada es Ingeniería de Sistemas, de la cual se dice que “todos morirán solos”. Y cómo no, si todos los seres humanos morimos solos, pero estos mueren más solos. Por otro lado, se menciona a los de Psicología para aludir problemas propios reprimidos que los exteriorizan en la resolución de los problemas de los otros. Gracias psicólogos.
“¡Uy, eso está lleno de raritos!”, me aseguró una amiga de Icesi. Contrario al pensamiento univalluno, ella considera a los javerianos estrafalarios.
La gama de colores la podemos encontrar en su totalidad en el cabello de los estudiantes de Artes Visuales. De los de Comunicación se expresa que “solo dan lora”. A los de Arquitectura no solo no se les conoce por el hecho de que la altura de sus maquetas oculta sus rostros, sino porque también son de otra universidad, a esa que le dicen Acacias.
Sin embargo, hay muchas más generalizaciones acerca de los estudiantes de la “Ponti”. Cada carrera goza o padece de un bulto de estigmas que ineludiblemente va con ellas. Un ejemplo de estas características estándar está en los de Administración, de quienes se suele decir que su elección por esta carrera es fruto de una incertidumbre ante el mundo, el no saber qué estudiar y el vivir cobijados de unos padres con empresa propia y un puesto asegurado en una corporación. Los de Ingeniería Industrial y Civil son una plaga, no es sino preguntar a cinco estudiantes qué están estudiando y tres de esos cinco responderán “sí, también industrial (o civil)”; muy contrario a los estudiantes de Biología, de quienes estamos seguros de su existencia, pero desconocemos dónde están.
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A los de Medicina se les adivina en los ojos y en la voz su fatiga. Cómo no estarlo, si están en todos lados y se multiplican cada día. Incluso cuando realizaba la planeación de este escrito y pregonaba ayuda a mis colegas sobre lo que se dice de los estudiantes de Medicina nos intentamos cerciorar de que no hubiera ninguno, acción nula porque cada uno encontramos a por lo menos tres en cada esquina. Finalmente el estereotipo de Filosofía los tilda de… En fin… No se puede hacer realmente un arquetipo porque hay pocos estudiantes.
El territorio, es decir, la universidad en sí, también cuenta con sus características propias, algunas curiosas, pero siempre particulares de la Javeriana. Por ejemplo, el teatrino está invadido por los de Diseño; las mesitas de El Lago son centros de fumadores anónimos; “el hueco” es el hostal público, excepto para los de Arquitecura, claro está; Cañas debería ser declarado parte de la Javeriana; la universidad se mantiene a merced de los billetes robados por las maquinitas; la salchipapa de Almendros le salva la vida a cualquiera; encontrar mesa a la una de la tarde es un acto secundario a ir a la capilla a rezar (es un milagro de Dios); los gansos son la mafia rusa: consiguen la comida, el dinero y las gansas que quieran y cuando quieran; las salas de sistemas de Guayacanes se prenden solas, y los pavos son como estudiantes de medicina, siempre están. La diversidad y la esencia de la Javeriana son algo que siempre estará allí. Los estigmas de las carreras evidentemente no se cumplen en todos los casos. Son solo una generalización apresurada de la perspectiva de una estudiante común de primer semestre. Es un hecho que cada persona posee sus particularidades, pero los estereotipos son divertidos de recitar y de atender cuando no te involucran, lo que pasa es que suelen ser falacias urgidas de una conclusión incompleta.
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Ilustración// David Saravia Estudiante de Diseño de Comunicaciòn Visual dsaravia22@javerianacali.edu.co
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Navegando en las mareas de
Rock al Parque Texto// Juan José Rueda Estudiante de Comunicación // juan.rueda@javerianacali.edu.co “¿Tus últimas palabras antes de que toque Molotov?”, le dije a Valeria en uno de los pocos segundos de quietud que nos permitía la plaza del Parque Simón Bolívar, donde se observaba un mar de más de 80.000 cabezas peludas y un enorme escenario que sobresalía 200 metros adelante. “No sé, ¡que nos vamos a morir, porque aquí no hay espacio!” alcanzó a decir ella, justo antes de que el altavoz diera el anuncio y reanudara la agitación y el apretujón de hombros masivo que caracteriza a un festival como Rock al Parque. Fueron tres los días de marea de chaquetas negras moviéndose por casi todo el Simón Bolívar, en donde bandas locales, nacionales e internacionales hicieron temblar la tierra con rock y metal. Nosotros, como ‘calentanos’ desconocedores del panorama del rock local bogotano, decidimos asistir al tercero que era el día en que había más nombres conocidos, reunidos en un extraño coctel explosivo: Su-
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perlitio, Cultura Profética, Doctor Krápula, Aterciopelados, No te va a gustar y Molotov fueron los nombres que más pude recordar durante el trayecto hacia el festival. Cabe mencionar que nuestra condición de turistas caleños no nos fue de mucha ayuda en cuanto a movilidad (seguir llamando MÍO al Transmilenio es síntoma de mal aclimatamiento), y tampoco fue la excepción cuando entramos al Parque, nos confundimos de escenario y casi nos separamos. “Si nos llegamos a perder nos vemos en esa caseta verde”, alcancé a avisarle a Valeria, quien también se mimetizaba dentro de toda esa gente de chaqueta oscura que andaba (y algunos volaban) alrededor nuestro, de camino al escenario. La temperatura del ambiente pareciera que rondaba por los 10°C, pero dentro de ese mar de multitud se podía sentir por los 20°C, cosa que comprobamos cuando decidimos fusionarnos con la fanaticada con la esperanza de encontrar un buen punto de avistamiento... Pero comenzó el oleaje: la gente iba y venía, apretaba, chiflaba y cantaba si es que todavía tenían aire en los pulmones para hacerlo. Fue entonces cuando aprendí que la sensación de individualidad se acrecienta cuando tu integridad física está en peligro, lo que me llevó
a entender por fin el famoso “¡sálvese quien pueda!”, porque esa fue la sensación de todo el trayecto. Quien no se fusionaba con la masa se desmayaba por asfixia y tenía que ser sacado cual cantante famoso, por encima del público. Valeria y yo luchamos por varios minutos por mantener nuestra integridad, usando los codos para defensa personal, mientras Doctor Krápula sonaba de fondo hasta que encontramos nuestro punto de embarque y conseguimos refrescar nuestros pulmones. Y fue allí donde pudimos observar el panorama completo: el huracán de luces de la tarima, los destellos de los smartphones del público y dos extraños remolinos por el centro de la plaza. “Uy, mirá por allá a los pogos”… Pogos… Pogos… Y entonces caí en cuenta: seguía Molotov. Capitán, se avecina una tormenta. Por eso, después de preguntar por nuestras últimas palabras, intenté prepararme mentalmente para la siguiente hora, porque todo conocedor de Molotov sabe que un concierto de ellos no quedaría completo sin cierta canción en particular... Y entonces llegaron, haciendo empezar una nueva algarabía desde el primer riff de guitarra que sonó. Tocaron su repertorio de canciones conocidas y otras no tan conocidas que hicieron mover ese mar
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de fanáticos en todas las direcciones posibles. Pero a pesar de eso, logramos tener un punto de vista relativamente cómodo durante casi toda su intervención, hasta cuando empecé a oír “¡Puuuto! ¡Puuuto! ¡Puuuto!” casi al unísono, a lo largo y ancho de la multitud. Cosa que unos segundos más tarde hizo que una batería sonara al compás de una voz que comenzó a pronunciar “¿Qué? ¿Muy machito?...” ¡Tornado a babor, capitán! Tocaron “Puto”. Eso fue un maremoto de dos minutos y medio compuesto de un sinfín de saltos y unos siete remolinos de pogo que logré identificar en medio de toda esa marejada turbulenta. Fue un panorama tan único (y caótico) que recordé que debía velar por nuestra integridad física. Cuando todo cesó en medio de una extraña nube de aplausos y chiflidos, nos preguntamos: “¿Todavía estamos vivos?” Y entonces llegaron los Aterciopelados en su gran reencuentro. Aparecieron en medio de una particular mezcla de aguas suaves y turbulentas que se sumaron al violín del director de Idartes, Santiago Trujillo, quien llevó la travesía a otro nivel inesperado. Valeria no dejaba de saltar de la alegría. Fue una armoniosa tempestad.
Sin embargo, eso no acababa ahí porque aún faltaba una tormenta más: Anthrax. Pero, de nuevo, nuestra condición de turistas caleños no nos ayudó. Nos vimos en una encrucijada: o presenciar a la banda de metal más esperada de todo el festival o irnos y no tener que dormir en la calle esa noche. ¡Abandonen la nave! Esporádicamente se formaron filas de gente dirigiéndose a las salidas y Valeria y yo logramos encajar dentro de una. Otras filas llegaban a llenar los vacíos del mar de multitud, hasta que la plaza quedó otra vez rebosando su capacidad en un viaje que fue no menos agitado como el del comienzo. Y mientras observaba los fuegos artificiales que empezaron a volar para recibir a Anthrax, supe que más de uno nos odiaría por esa decisión premeditada, pero en el fondo sentí que ya habíamos logrado lo que queríamos desde el principio: poder surcar las aguas de un Rock al Parque… Vivir para contarlo.
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Texto// Luisa Ordoñez Estudiante de Comunicación // lordonez93@javerianacali.edu.co
“Los tatuajes son para los presos”, “alguna tuerca zafada tiene que haber detrás de eso de estarse inyectando tinta”, “eso de estarse pintando cosas es tirarse la piel”, “la gente tatuada es más vulnerable a que la posea el demonio”. Opiniones de personajes variados, interesantes pero en cualquier caso conservadores, que van desde el cura de la parroquia del barrio, pasando por el amigo estudiante de Derecho, siguiendo con el dermatólogo, hasta llegar a los abuelos y el tío bebedor. Todos ellos, así como una buena parte de la sociedad caleña, se declaran en contra de la compleja labor de dejar plasmadas imágenes en la piel. Lo que para unos es cosa de Satán, una demostración de profunda vagancia, la mayor de las ociosidades o incluso un crimen contra la salud, para otros resulta siendo arte, una expresión estética, una terapia emocional, una experiencia espiritual, un estilo de vida o, incluso, una forma rentable de ganarse el pan. Alrededor del arte de tatuar giran una infinidad de paradigmas y estigmas, pero también un universo de tradición cultural y libertad de expresión. El mundo del tatuador y de los tatuados, sus preciados lienzos, resultan siendo objeto de amores y odios, de satanizaciones e idolatrías, pero nunca de indiferencias, los tatuajes no serán nunca objeto de un “me da igual”, porque eso de tener algo escrito en la piel hasta el día en que le cierren a uno la tapa de un ataúd en la cara, eso no le da igual a nadie. Y es que tatuarse no es cualquier paseo. Detrás de la decisión de someterse o no al cuestionado procedimiento no solo están jugando factores sociales, sino también una infinidad de cuestiones a las que debe enfrentarse el futuro paciente. Están los familiares, la cara que le va a hacer la mamá cuando le vea “ese mamarracho”. Están los factores laborales, qué tan difícil será sumergirse en esa selva a la que llaman mundo laboral acompañado del adornito que quiere hacerse en alguna porción de piel. Están los factores económicos, los aproximadamente 60.000 pesos que le va a tocar sacarse del bolsillo por cada 5cm³ de tinta inyectada. Están los factores psicológicos, el precio en dolor que va a tener que pagar por el dibujito, dependiendo
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del tiempo, el aguante y la cantidad de grasa que haya involucrada en la zona. Y están siempre las dudas que matan a muchos tatuados en potencia: ¿querré tener esto en la piel dentro de cincuenta años? ¿Querré que mis hijos (la mayoría aún hipotéticos) me pregunten qué significa lo que tengo en la piel? ¿Y si me engordo? ¿Y si se arruga? Por estas y otra infinidad de razones de orden político, espiritual, estético e incluso religioso es que digo que nadie se va haciendo un tatuaje porque sí, a nadie le da igual si le inyectan tinta en la piel o no. Para descubrir quiénes y por qué toman la decisión de unirse al club, vine a visitar a un reconocido artista y amigo, César Hernández, y a interrumpir con una Canon y una buena dosis de curiosidad su colorido local, Rasec Tattoo. Ubicado a tan solo dos cuadras del popular y excesivamente visitado “Zebra” se encuentra el estudio de rejas blancas y ambiente puramente latino, ambientado por el Suin Romanticón de Monsieur Periné. Quien le abre a uno la puerta es la mamá de César, Doña Nancy, una señora bonachona y tatuada con pavos reales y flores de colores hasta los huesos, la obra maestra del hijo de quien tan orgullosa se siente. Te hace seguir a la salita de espera, que consiste en dos sofás y una mesita llena de revistas y álbumes de fotos de tatuajes, como por si al paciente le falta inspiración. Dos salas de perforación y tatuaje se alcanzan a ver desde el asiento. Una puerta con pinta sospechosa precedida por un letrero que proclama “SOLO ENTRA EL PACIENTE” le espanta a uno toda esperanza de armar fiesta de tatuajes colectiva con las amigas en el estudio. Y es que, como le explica a uno Doña Nancy, el trabajo del tatuador requiere concentración y una comprensión particular de los deseos del paciente. “A fin de cuentas, lo que César le haga le va a quedar ahí hasta que se muera, tiene que ser algo que le guste”. Luego aparece César. Lo saluda a uno con cara de parcero y lo hace seguir a su estudio, donde se hace la magia. Una camilla forrada en plástico transparente, dos espejos, un escritorio, un baño, un computador portátil conectado a una pantalla plasma, una cabeza reducida traída de Haití y una colección de máquinas, agujas y tintas ambientan lo que parece un híbrido entre hospital, sala de tortura y bar de San Antonio. Dos latitas de cer-
veza Poker se abren y comienza la entrevista, que resulta terminando en charla filosófica y sesión de psicoanálisis. La pregunta principal: ¿por qué hace esto la gente? ¿Por qué se tatúan? A César le ha tocado de todo. Desde el que se tatúa al recientemente fallecido amor de la vida, hasta el que quiere un Hello Kitty gótico en el muslo. Frases, Budas, flores, dragones, cruces, nombres. Hay de todo. Pero tienen algo en común: tienen un significado importante. Y muy desde una perspectiva hermenéutica y fenomenológica, si es que en términos intelectuales quiere ponerse la cosa, no se trata de lo que signifique el tatuaje en sí mismo, se trata de lo que signifique para su dueño. Se trata de la trascendencia que ese símbolo puede tener en la vida del paciente, de cómo esa obra de arte puede cambiarle la vida. Ese estudio es un mundo en el que no existen juicios, no existen tatuajes estúpidos, no existen ideas bobas. Solo existen sentimientos, recuerdos y significados; todos muy personales e íntimos. Todo el mundo se tatúa porque quiere recordar algo hasta el último instante, porque quiere que algo con lo que no nació forme parte de su cuerpo, quiere dejar en sus células algo que le marcó la vida. César ha visto gente llorar, gritar y reír de dolor, todo con el objetivo de materializar un sentimiento, una idea o un recuerdo. En todo caso, “cuando te tatúas, te desconectas del mundo, eres tú mismo, estás solo”, como dice César. Si bien el arte de tatuar no es aceptado, disfrutado, ni mucho menos practicado por todos, es en definitiva eso mismo, un arte.
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Derecha Texto// Paola Andrea Fernández Zapata Estudiante de Filosofía y Psicología pfernandez21@javerianacali.edu.co
Amanecí, aplastada como todos los días. La frente sudorosa de Natalia me cubría de un manto húmedo y salado. Se limpió conmigo la saliva que escurría de su boca, lo poco que podía limpiar porque el resto estaba seca y adherida a su cachete. ¡Así no se puede vivir tranquila! ¡Necesito independencia! Mi compañera esta noche gozó de mejor suerte. Claro, ella es la izquierda, a ella se le pasa por alto lo difícil de esta vida. Ella no debe tomar el papel para limpiar el trasero untado de mierda de Natalia, ella no debe sujetar el lapicero ni tomar el mouse y dar click para sufrir luego de túnel carpiano, ella no debe extraer los mocos de sus fosas ni debe rascarle el ojo derecho y tampoco ella debe sostener las bolsas de la basura hasta el shut, chute, chú, no sé cómo se escribe, la verdad la de la ortografía es Natalia, no yo. Ni ella sufre mis suplicios ni yo me libro de ellos. Estoy supeditada a mi querida señora. A rascar su cabeza y a limpiar la biblioteca; a coger las agarraderas sospechosas repletas de bacterias del transporte urbano y a intentar sostenerla de las paredes de un baño público. Jamás me libraré de Natalia, ¿o sí? ¿Será que puedo? Hoy, luego de secar nuevamente los fluidos bucales de la señorita siento que rebasé la copa. Hoy he tomado la decisión. Me amputaré. Me emanciparé y me iré a caminar sola. No sé qué haría como una mano independiente pero tal vez llegue a ser presidente,
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tengo ideas grandes. Natalia ni siquiera ha podido empezar su novela. Solo me utiliza para pegarse en la frente tras sus fallidos intentos. Me decepciona. La aborrezco. Hoy lo he decidido. Pero tengo que tener mucha fuerza. No todas las manos pueden librarse de los tendones que la amarran al brazo. Quiero comentarle a la izquierda mis planes pero sé que de alguna manera puede escribir, con su terrible caligrafía, en alguna hoja, lo que pienso hacer y así se enteraría Natalia. Tengo que hacerlo sola, pero ¿cómo? ¡Ya sé! ¡Todo se decidirá en la cocina! Tengo que tomar un gran impulso. Muy pocas veces he actuado sola, solo tomo ciertas iniciativas cuando se acuesta sobre mí y dura así largo tiempo. Luego, ella se intenta mover y yo me quedo quieta, tan quieta que su cerebro se traba y manda un hormigueo en señal de alarma. Sé que eso le incomoda y me encanta. Ella tiene que sentir cuánto me incomoda su gran cabezota sobre mí, ella debe sentir mi rabia. Y bueno, hoy haré lo mismo pero con más fuerza. Hoy todo se decidirá en la cocina. Natalia, como todas las mañanas, se preparará su café y sus huevos revueltos. Carajo ¿cómo hago para que se antoje de algo que requiera cuchillo? Natalia se paró de la cama, se apoyó en mí para pararse, lo odio y la odio por eso. Fue a la cocina. Al llegar, rogué que se antojara de piña y tuviera que cortar las
rodajas. No sé si fue la fe que le impregné a mis plegarias o simple casualidad pero así lo hizo. Tomó el cuchillo, pensé en mi independencia, mis falanges se llenaron de ímpetu, con una maniobra improvisada apunté el cuchillo hacia mi muñeca. Con fuerza tomé el mango e introduje la lámina metálica ¡No sé qué pasa! Pierdo fuerza. Natalia grita. Izquierda me mira y me dice —¡Cortaste sus venas, nuestras venas! Veo pasar mi corta vida frente a mis uñas. Pienso, tal vez, si me hubiese quedado, si hubiese guardado calma, algún día Natalia escribiría su novela. Poco a poco me fui poniendo pálida. Izquierda y Natalia también perdían color. Quiero gritarle que la amo y que no me decepciona. Intenté abrazarla pero no pude.
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Ilustraci贸n// Sebasti谩n Jinete sjinete@javerianacali.edu.co
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Masivo Inhumano de Occidente Texto// Isabella Naranjo Estudiante de Comunicación inaranjo22@javerianacali.edu.co
Hablaré primero del espacio público, lugar donde cualquier persona tiene derecho a circular, definición que se opone a los espacios privados los cuales se rigen bajo el criterio de límite que denote ya sea la propiedad privada, la reserva gubernamental u otras instituciones, pues es en el espacio privado donde el ser humano puede cohibirse o tener la autoridad de limitar a otro individuo en lo que respecta al contacto físico. Por otra parte, el fenómeno de la multitud comprueba la invasión al espacio personal el cual, bajo situaciones amenas permite la interacción con las demás personas de manera cómoda y adecuada en función de las circunstancias, claro que en este caso en concreto, la circunstancia, que ya llamé multitud, viola por completo los cuatro tipos de distancias zonales (íntima, personal, social, pública) y no solo por parte de personas que circunden un círculo social en común, sino el atrevimiento inesperado y por lo general no culposo por parte de un completo desconocido. Espacio personal, un lindo juego de palabras que nos hace sentir con poder al alejar todo individuo que lo traspase. La pregunta es, verdaderamente, ¿qué tanto control tenemos sobre el espacio personal, nosotros, los pobres cristianos usuarios del MIO? Más que la simple crítica cliché sobre un mal servicio, quiero disfrutar de lo ridículas que son las situaciones en las que hordas de gente agitada nos ponen a penar con el mínimo contacto. Quejarme del sistema de transporte no me trae ninguna solución, por lo que (aunque sea un acto de sumisión
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al sistema) he preferido ver lo desadaptados y vulnerables que podemos llegar a vernos bajo la presión física de otros individuos. La insuficiencia del transporte público nos exige a los ciudadanos perder la integridad moral al vernos obligados a dejar que violen nuestro espacio personal. Esto último nos hace regresar a un espacio primitivo en el cual la lucha por un simple puesto en el bus es equivalente a la lucha por la supervivencia en el comportamiento animal. ¿Han visto alguna vez un galpón de pollos? Si no lo han visto, seguramente lo han vivido. Párese cualquier día de la semana a las 6 de la tarde en la estación de Universidades. El hacinamiento es absoluto. Todo el mundo evade el contacto visual, nadie se conoce con nadie, la gente camina sin rumbo, ni siquiera en dirección a las puertas corredizas, sino en busca de un pequeño espacio desocupado en cual se logre respirar al menos un poco de oxígeno para así descansar del CO2 que bota el resto de la gente. ¿Ha visto alguna vez a las vacas entrando al matadero? Haga fila para entrar al A11 a las 7 de la mañana. Todos resignados, primero, porque ¿quién no tiene cara de resignación para ir a la clases tan temprano?, y segundo porque resignación es lo único que describe nuestra frustración al avanzar dos pasos cada media hora mirando el reloj y pensando en si llegaremos tarde. Además del hecho de que es tanta gente que usted se pone a hacer una fila en la cual espera por más de 45 minutos hasta que finalmente al llegar al vagón donde aborda la ruta, usted se percata que hizo la fila para el bus que no era.
¿Ha visto o presenciado alguna vez una estampida de animales salvajes? Si dice que no, es porque no monta MIO, porque quien haya sido alguna vez usuario de transporte público sabe que el tiempo de espera que publican los tableros electrónicos en las estaciones son sólo una estrategia para retar nuestra paciencia, ya que siempre mienten. Los minutos pasan, y la gente se va acumulando hasta que, por fin, luego de que su ruta aparece cinco veces en el tablero diciéndole que falta “1min” se asoma en la lejanía y es entonces cuando se disparan las ansias de todos esos pollos hacinados que comienzan a correr en dirección a la puerta cuando el bus ni siquiera ha llegado. Usted comienza a empujar y abrirse paso en medio de la estampida para montarse de primero. Otras veces se resigna y se deja de llevar por la estampida que siempre va a ser más fuerte que usted, y de una forma u otra, la multitud lo va a terminar metiendo al bus que no es. En conclusión, el control sobre nuestro espacio personal es cero. Pero piénselo, así que es violado usted también lo viola y sí, es el mal servicio el que nos relega a ese estado bestial de salvajismo, pero no debería ser excusa para justificar nuestro comportamiento. Mentira, usted siga actuando como mejor le haya funcionado hasta ahora. Al fin y al cabo debo confesar que he utilizado mi lonchera metálica y, de vez en cuando, una que otra carpeta para abrirme paso entre la gente.
Edición 16 // Revista Pasá la voz
Las 15 Copas de Hans Chávez Texto// Wilmer Camacho Estudiante de Comunicación wcamacho@javerianacali.edu.co
Hans Chávez está capacitado para resolver algunas cosas que no siempre tienen relación entre sí. Por un lado, es bombero, pero también músico, paramédico y futuro administrador de empresas. Su último rol es el de coordinador logístico de la XV Copa Loyola, un evento en el que tiene que responder por las necesidades de 1300 deportistas y más de 50 delegados de 19 universidades.
horario de los profesores y entrega de elementos, el cumplimiento en la realización y premiación de cada competencia, verificar el sistema de seguridad, etc. Hans ha sido testigo de las 15 ediciones de la Copa Loyola. Para él todas las versiones han sido diferentes y de cada una guarda en su memoria las alegrías, angustias, contratiempos y estrés del día a día que lo han llevado incluso a hablar dormido de las actividades
diarias mientras descansa en Villa Javier. Sentir que la universidad es su casa, las madrugadas para coordinar el trabajo, ir a clases, volver a la realización de la Copa Loyola y terminar un turno con el sentimiento del deber cumplido, lo hace feliz y le da fuerzas para pensar y disponerse para una nueva jornada como anfitrión de la Copa Loyola.
La vocación de servicio lo ha identificado toda su vida haciendo de este javeriano de 34 años un hombre muy activo y curioso por aprender desde música en el Conservatorio, ejercer como enfermero de guerra en el Ejército para después graduarse como paramédico en la Fundación Salamandra y posteriormente vincularse al Cuerpo de Bomberos de Cali como auxiliar de ambulancia. Actualmente coordina, con tres personas más, las actividades logísticas en el Centro Deportivo Loyola. Hans siempre vela por el buen servicio en este sitio, especialmente durante la realización de la Copa Loyola, tiempo en el cual traslada su residencia a la casa Villa Javier, contigua a la cancha de fútbol, para ajustar desde las cinco de la mañana todas las tareas correspondientes a la realización de este evento deportivo. Es quien se encarga de verificar el buen estado y aseo de los baños, de las canchas, gimnasio, piscina, recibir y distribuir los productos de los proveedores, coordinar el
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Del diario a la bitácora Texto// Laura Sáenz Cervantes Estudiante de Artes Visuales Lausaenz95@javerianacali.edu.co
Cada vez que encontraba a mi hermano leyendo mi diario me daban ganas de arrojarle un kame hame ha. Lo peor de todo es que no le bastaba con leerlo. El sentía la necesidad de difundirlo por todas partes. Gracias a eso todos los niños que me gustaban no solo se enteraron de ello sino que también se dieron cuenta de sus roles protagónicos en mis cursis cuentos de amor. Aun no comprendo cómo no desarrollé traumas psicológicos permanentes pasando tantas vergüenzas. Pero antes de seguir hay que definir qué es un diario: Un diario (en mi concepto) es una especie de libro, cuaderno o libreta en el cual se reúnen los fragmentos o aspectos más importantes de la vida cotidiana de quien lo escribe, incluyendo pensamientos, sentimientos, reflexiones, etc. Se tiene la creencia de que el diario es algo propio de las chicas. Algo así como pintarse las uñas y hacer pijamadas. Pero en mi opinión, es una oportunidad más de dialogar con nosotros mismos. Algo que pertenece tanto a hombres como a mujeres. Ya para dejar de lado los discursos de género, se puede concluir que un diario es algo PERSONAL. Para continuar, como lo mencioné antes, nunca tuve la oportunidad de disfrutar de un paraíso oculto cien por ciento propio. Entonces tratando de evitar nuevos problemas y situaciones embarazosas decidí dejar los diarios y guardar todo dentro de
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mí. Posiblemente no fue la mejor solución y tal vez muchos psicólogos concordarían en definirme como una bomba de tiempo. Sinceramente fue lo único que se me ocurrió. Con el tiempo empecé a descubrir cosas que me apasionaban. El dibujo, la pintura, la fotografía… Y sin darme cuenta de un momento a otro comencé a refugiarme dentro de ellas pero siempre de manera confusa e inconstante. Cuando entré a estudiar Artes fue como si un universo completamente incómodo y desconocido se abriera ante mí y en el cual, por alguna extraña razón, me sentí a gusto. Fue entonces cuando escuché por primera vez la palabra Bitácora: Una bitácora es algo así como un cuaderno o libreta en la que se desarrollan bocetos, se toma nota de ideas y/o cualquier información que se considere relevante para algún trabajo. Al principio mi reacción ante la bitácora fue de rotundo rechazo. La veía como algo mecánico y un tanto riesgoso debido a mi
tormentosa relación con el diario. A decir verdad, nunca le di la oportunidad. Simplemente la condené por malas experiencias. Al contrario de mis amigas quienes la aceptaron más gratamente. Pero al observar sus bitácoras me sorprendió mucho todo lo que se podía lograr por medio de ellas. Cada una era absolutamente distinta a otra. Se podía percibir la esencia que las componía. Sin mencionar la ayuda que representaban a la hora de presentar alguna entrega.
Edición 16 // Revista Pasá la voz
A Pesar que tardé, por fin en tercer semestre tomé la decisión de iniciar mi bitácora. Una general… Es la misma con la cual convivo actualmente. En ella no sólo plasmo lo relacionado con mis trabajos. También deposito mis más profundos sentimientos y pensamientos por medio de dibujos, frases y uno que otro recorte. Así mi bitácora se convierte en algo que todos pueden observar… Hasta mi hermano, con la seguridad que allí no se encontrará información comprometedora (al menos no registrada de forma literal). Pero que pese a todo esto no deja de ser mi más fiel cómplice.
Ilustraciones// Laura Sáenz Cervantes Estudiante de Artes Visuales Lausaenz95@javerianacali.edu.co
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Microperfiles Nombre: José Alberto Kattan Kattan. Edad: 55. Como le dicen: en mi casa me dicen José, las personas cercanas me dicen José. ¿Qué no comería jamás?: cosas con vinagre. Cuando se despierta, ¿qué es lo primero que piensa?: en las cosas que tengo que hacer en el día. El sueño más loco: me soñaba mucho volando, pero no volaba como Superman, acostado y con los brazos abiertos, sino como corriendo en el aire. Era un sueño recurrente, me gustaba mucho, me encantaba soñarme con eso. ¿Hamburguesa o pizza?: cualquiera de las dos pero hecha en casa. Un poder: el poder de la justicia. Un chiste: una serpiente le pregunta a otra: —Serpiente, ¿tú sabes si soy venenosa? Y la otra serpiente le dice: —No, ¿por qué? —Porque me acabo de morder la lengua.
Nombre: Alberto Ruiz Saldarriaga. Como le dicen: Beto. Edad: 40. ¿Si fueras famoso, quién serías?: un jugador de fútbol, Messi. La última vez que fuiste a cine: hace un mes. ¿Café o chocolate?: chocolate. La palabra que más usas: ¡con mucho gusto! Un poder: volar. ¿Usa medias cortas o largas?: ambas. ¿Qué no comería jamás?: esa ensalada que es de zanahoria y… no me sé el nombre de esa ensalada, ¿victoriana? ¿A dónde le gustaría viajar?: al Nevado del Ruiz. Cuando está en una fila, ¿habla con las personas de al lado?: Sí. ¿Qué desayunó hoy?: pan, arepa y café.
Nombre: Jorge Iván Ciro. Como le dicen: Ciro. Edad: 30. ¿Qué es lo que más le gusta hacer?: trabajar. ¿Qué no comería jamás?: queso. Lo que más le gusta comer: ensalada. ¿Frío o calor?: frío. ¿Le gusta bailar?: no. Canción favorita: las rancheras. Programa de tv favorito: me gustan más las películas. ¿Qué películas?: las de acción. ¿Qué lo hace feliz?: mi familia. ¿Qué desayunó hoy?: pan, huevos pericos y jugo de lulo. Cuando está en una fila, ¿habla con la gente de al lado?: a veces. Un chiste: no, ninguno. ¿Qué lee?: el periódico. Color favorito: azul.
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Edici贸n 16 // Revista Pas谩 la voz
Ilustracion// Pilar Contreras Dise帽o de Comunicaci贸n Visual xxxxxx@javerianacali.edu.co
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