DÉCIMA POR LA SEMILLA V-Brindo Dijo… by Patricio Alcaino

Brindis en décima campesina

El brindis El diccionario de la Real Academia Española enuncia que en una celebración, el término brindis proviene del aleman "bring dir's", yo te lo ofrezco, para significar la acción de brindar con vino o licor o bien a las palabras que se dicen al brindar, generalmente expresión de buenos deseos o felicitaciones. El brindis es el momento en el que los invitados levantan y entrechocan las copas para manifestar buenos deseos. También se denomina brindis a la acción misma de brindar y a las palabras que se dicen en dicho momento. El verbo brindar tiene en Chile al menos dos significados. Uno es el que se lleva a la práctica alzando la copa y diciendo “!Salud!”. Los menos tímidos son capaces de lanzar un discursillo en honor del festejado o de los presentes, aunque la mayoría de las veces el agregado es simple: “Por la guagua”, “Por los novios”, “Por mi compadre”, etc. El otro acto de brindar consiste en recitar una breve composición poética llamada brindis, que surgió en las ramadas campesinas y urbanas hace más de cien años y que, como muchas de las aficiones del pueblo, hoy goza de perfecta vigencia. Los brindis son casi siempre humorísticos, con una o más estrofas en décimas, aunque las hay también en cuarteta, sextillas y octavas, en las que se pone a prueba el ingenio y la inventiva de quienes hacen el brindis y que deberían terminar con un certero remate. A veces los brindis se improvisan como una competencia, pero son más hermosos aquellos que han sido hechos de antemano, como piedras labradas, y dan la pausa humorística en un encuentro de payadores. Aquí algunos como muestra1: Brindo de forma cordial, aunque sea tomando agua, por los brujos de Rancagua y sus bolas… de cristal. Yo conocí a uno especial que le gustaban las lolas, nunca tuvo de a una sola, era firme como un roble y el brujo veía doble porque tenía dos bolas.

Instancias de la improvisación en Chile. Fidel Améstica. Poeta y Guitarronero. En Web.

El siguiente brindis es una verdadera pieza poética, estructurada en décima encuartetada. El comienzo consiste en una cuarteta, seguida de cuatro estrofas en décima, cada una de las cuales termina con el correspondiente verso de la cuarteta: Si el vino fuera mujer yo la encerrara en mi copa para llevarla a mi boca y embriagarme de placer. Yo no soy un bebedor consuetudinario, pero, si el licor dice: te quiero le entrego todo mi amor. De las uvas al calor tengo por vicio el placer, y en mi ansia por conocer de una boca y de una cara sin beber me emborrachara si el vino fuera mujer. Si sus caricias me diera si me entregara sus ojos para saciar los antojos que andan por dentro y por fuera. Si en sus brazos me tuviera si se volviera mi ropa, sDbana en la que galopa sobre el potro del amor, como eterno bebedor yo la encerrara en mi copa. Si me dijera que sí que soy de su vida el dueño, si realizara este sueño que llevo dentro de mí. Lo mismo que un colibrí a quien la miel le provoca, en una carrera loca entre montañas y llanos; la atrapara con mis manos para llevarla a la boca.

Es que no puedo admitir entre el beso y la bebida, que un cuerpo que tiene vida sea obligado a morir. Con que si vas a partir causándome un padecer, dame tu boca mujer en un lujurioso exceso para arrebatarte un beso y embriagarme de placer

Al respecto, Oreste Plath escribe: … “Los conquistadores bebían sin moderación en los banquetes. Uno de los cargos que se hicieron a don Pedro de Valdivia fue el haber introducido en Chile la moda de los “brindis a la flamenca”, acusación que se hizo más intensa contra el gobernador Alonso de Rivera, en 1602, por su “afición a los brindis de Flandes, que se realizaban con muy gran descomposturas y fealdad, poniendo las botijas de vino en las mesas sobre los manteles y brindando con mil ceremonias por cuantos hombres y mujeres le vienen a la memoria, y a la postre, a los ángeles, porque así se usa en Flandes”2. Sigue Plath: … “Y los chilenos, mezcla hispana al fin, cuando van a comenzar a comer, es decir, cuando están con el estómago vacío, se toman el primer trago, que llaman trago para lavar la olla. Y ya comiendo, se muestran de resuello largo, de aguante para beber. De estos bebedores se dice que tienen buena descolgada o harto declive. Y comienzan sus pedidos con frases indirectas o directas, como éstas: En otras partes pasan y aquí no pasan ná. Y para indicar que se le siga poniendo trago, dirá: Póngale gente a la loma y perros a la quebrá; Póngale otro tragullo pa remojar el capullo; El trago de la ballena, el que la seca la llena. La invitación a beber tiene una fraseología pintoresca que forma un vocabulario gracioso del amigo de chupar, chupeta, del que gusta de empinar el codo, de pelarla de un viaje cuando va de farra, de curadera”3.

2 3

Oreste Plath. Baraja de Chile. Zig-Zag, 1946, Grijalbo, 1998. Id.

Brindo dijo... Por Patricio Alcaíno Martínez

1. Brindis del angelino Brindo dijo un angelino por el gran Salto del Laja, que nuestra región alhaja con turístico destino. Brindando con mucho tino con pipeño de la zona y para pasar la mona, con chichita de manzana; un Yastá por la mañana casi nunca me abandona. En Los Ángeles nací muy cerquita de Chillán, justito allí donde están las viñas que apetecí. Que me lo digan a mí si no les place brindar, cuando me voy a bañar al río Huaqui o Rarinco; mecón que me pego un brinco y al Quilque voy a parar. Con los cristales chocando. yo brindo como se debe y si alguno más se atreve también le vamos cantando. Por esta tierra, pujando, corre hermoso el Bío-bío, beneficiando a un gentío de electricidad y riego; brindo feliz, no lo niego por este terruño mío. 4

2. Brindis del ramadillano Brindo por mi Ramadillas dijo un huasito campero, teniendo mi buen apero me afirmo de maravilla. En mi yegüita rosilla yo salgo a probar los mostos, nada me importa su costo cuando de brindar se trata; para eso yo tengo plata y ya estoy pasando agosto. De Ramadillas yo vengo señores demen permiso, pa’ sentarme en este piso a gastarme lo que tengo. De una cosa le prevengo no me vengan con lesuras que cuando yo ando de cura me pongo muy delicado; comienzo con el guindado y termino con tristura. Por andar días tomando ya sin plata me quedé, si tiene a bien su mercé un vale le estoy firmando. Mañana le estoy pagando, le dejo mi manta en prenda, no sea que me la venda si me demoro en pagarle; a la santa hay que rogarle pa’ que de nuevo me atienda.

3. Brindis por Quilleco Brindo en grande por Quilleco porque es mi pueblo natal, que de una forma fatal me enseñó a tomar al seco. Si ya parezco muñeco de tanto correr la mona, yo brindo por la patrona con filtrado o con pipeño; igualito le hago empeño al chacolí de la zona. Por Quilleco nuevamente estoy brindando a mi modo, y le busco el acomodo para brindar por su gente. Mas les digo amablemente que este pueblo es pura historia, yo lo tengo en mi memoria por eso a brindar me atrevo; si al Condorito me muevo es para estar en la gloria. No me critiquen señores si brindo por mi Quilleco y si de imprudencia peco perdonarán mis errores. Si no soy de sus favores brindando somos amigos, si no ha de tomar conmigo usted no más se lo pierde; mas le pido que recuerde que a mi Quilleco bendigo.

4. Brindis por el Condorito Brindo por el Condorito que es mi casa de llegada, tomo una cerveza helada y sigo con un tintito. Luego un borgoña heladito, el pipeño hay que probarlo, ese que está de mascarlo, vino que me gusta a mí; el famoso chacolí tamién vamos a probarlo. En El Condorito brindo temprano de madrugada, para la hora de llegada de la micro de don Chindo. Me guasqueo de lo lindo mientras suben pasajeros, a Los Ángeles espero que llegaré bueno y sano; con mi canasto en la mano y mis cueros de cordero. El Condorito es mi casa cuando vengo de allá arriba y porque ando a la deriva cuando el vino me rebasa. Yo no sé lo que me pasa si apenitas lo probé, por favor dígame usté si me están moviendo el piso; me estarán haciendo hechizo o de cura’o refalé.

5. Brindis del guitarrero bribón Brindo dijo un guitarrero por el ritmo sincopado, el arpegio bien punteado, y el labrado clavijero. Tocando ritmo ligero rasgueo también con sordina, si una cuerda desafina la corrijo en un momento; si me acompaña un tormento toco cuecas muy cochinas. Yo brindo por mi guitarra que toco con elegancia y me da con abundancia tragullo si ando de farra. Si no me acerco a la barra a pedir algún traguito será porque mi cantito mucho gusta a las chiquillas; me sirven de maravillas y yo les toco un ratito. Yo toco lo que me pida señorita, soy modesto, en guitarra, por supuesto, no será usted presumida. Si viene por repetida al tiro le doy razón, en cosas del corazón tamién le tengo remedio; yo le toco por el medio y le hablo del diapasón.

6. Brindis por las comidas de la abuela Brindo por el estofado, el del santo de mi abuela y también por sus cazuelas de cordero bien oreado. Como porotos poicados y del chauchau no me arranco, con un tintito me embarco a las empaná’s de gallo; y rápido como el rayo, chanfaina con vino blanco. Un pavo con huevo frito me como p’al desayuno, trola de charqui vacuno, café de trigo negrito. Se sorprende el más perito con caldito de sopones, tortilla con chicharrones o sopaipillas con miel; el vino en pipa a granel acompaña a los glotones. Brindaré por la guatita de corderito rellena, que se sirve pa’ la cena bien repleta de patitas. Ni qué hablar de las escritas, ni del ñachi con merquén, como estar en el edén cebolla con longaniza; brindo que ya se divisa la panita en el sartén.

7. Brindis del carpintero Brindo dijo un carpintero por el formón y el cepillo, porque hacer es muy sencillo una mesa y un ropero. Brindando por el colero, la garlopa y el serrucho espero que no sea mucho si brindo por el sargento; a brindar estoy atento pero siempre me hago el cucho. Para hacer un mueble fino escojo buena madera, tiene que ser de primera incluso de humilde pino. Por eso siempre le atino a trabajar con castaño, que esté muy seca y del año, pareja y no tenga nudo; también ocupo a menudo coigüe para el más tacaño. Trabajo buena madera roble, mañío y laurel, noble material aquel para mueble de primera. Creciendo en la cordillera el avellano y la tepa, la araucaria, que yo sepa, alerce también la luma; allá donde vive el puma, y donde el copihue trepa.

Dimensiono la madera con serrucho de costilla, ensamblo de maravilla con tarugo a mi manera. Pulo por dentro y por fuera antes de aplicar barniz, que se mete en la nariz pero el mueble queda lindo; para terminar yo brindo y el cliente se va feliz. En la historia ya está visto, que la labor carpintera, fue la ocupación primera del maestro Jesucristo. Por lo tanto ya me alisto a brindar por san José, carpintero también fue en la remota Galilea; arriesgando que no me crea, voy a brindar otra vez. Aprovecho de brindar por la madera de pino con ella hago un mueble fino aunque poco va a durar. Si me pongo a barnizar yo me cuido del barniz y me hace muy feliz protegerme con vinito; se me ha puesto, compadrito, colorada la nariz.

Ya con esta me despido, a los presentes saludo, saco mi sombrero aludo, por su escucha agradecido. Pa’ la madera he nacido, en labrarla soy certero, en la vida pasajero que al cajón irá a parar; madera pa’ acompañar a este pobre carpintero.

8. Brindis del herrero Brindo comentó un herrero por el yunque y la tenaza, por la fragua que me abrasa y que me ablanda el acero. Brindo también por el cuero de buena pechera que uso, pero parece un abuso que el calor me dé jaqueca; tengo la garganta seca pero el trago me compuso. Si viene por verme un huaso para su mulato herrar, la fragua pongo a girar pa’ calentar el fierrazo. Con el yunque y recio mazo. a golpes voy afinando en un dos por tres forjando la herradura con los clavos; le dejo al mulato herrado, y un cinco le estoy cobrando. Metiendo yunque y martillo, moldeo puro acero a combo, haciendo del yunque el bombo y del mazo los palillos. Aunque parezca sencillo, para dar temple al acero, y resulte duradero, se requiere de maestría; vigilar cómo se enfría es el secreto primero.

Yo caliento el fierro al rojo, uso carbón vegetal, moldeo a combo el metal dándole forma a mi antojo. Se debe tener buen ojo para dar temperatura, si le falta calentura el fierro no se moldea; cuando mucho se lo caldea se traduce en fundidura. La historia a mí me encadena, pero no tengo la culpa, toda la gente me insulta y al escarnio me condena. Herrero con mucha pena aquel que forjó los clavos, que los romanos soldados usaron en Jesucristo; tamaño crimen se ha visto, por eso brindo apenado. Viene ya la despedida voy apagando la fragua mejor será tomar agua pa’ que no dé recaída; Puede quedar encendida la braza del picotón, nunca falta algún tontón que en el tragullo se pasa; pa’ llevar dinero a casa, a cuidarse una porción.

9. Brindis del lacho Salud! disparó un huasito por mi compadre presente, qué mejor que yo le cuente de por qué ando tan mansito. De contarle necesito pa’ encontrarle solución, porque una fiera cuestión me amenaza desde rato; escuche usted mi relato y conozca mi versión. Por andar de lacho un día me sorprendió mi señora y me dio con la cantora en plena cabeza mía. Dios mío, cómo dolía, no me quejé por ser macho, me dejó medio borracho del golpazo que me dio; eso fue lo que pasó por pintármelas de lacho. Eso le pasa compadre por portarse en mala forma es total fuera de norma engañar a mi comadre. De seguro fue a su madre y enseguida le contó por eso le digo yo ojo tenga con su suegra; por andar de patas negras justo golpe recibió.

Mire compadre, no es eso, yo me porto macanudo, de seguro fue el Cachudo que me tentó con el sexo. Yo no soy nadita leso, me pilló desprevenido, maldigo al ángel caído vade retro Satanás; pa’ que vea que no hay más ahora soy un buen marido. No me venga con leseras con el cuento del Cachudo porque el maldito Coludo es ajeno a su tontera. Mejor será si modera su mala forma en beber, cuide más a su mujer como la joya que brilla; que si su suegra lo pilla, al mismo Diablo Ka GH ver. No me asuste más compadre soy inocente, lo juro, pero hay algo muy seguro y es la furia de su madre. Capacito que me ladre y me ataque con locura, como nadie me asegura será mejor que me esconda; si será tirá’ con honda pa’ tratarme de basura.

Compadrito, mejor venga y brindemos un salud, no dispongo de ataúd para la ira de mi suegra. Hay algo que a mí me alegra, que me entienda y me acompañe tengo miedo que me dañe por si acaso se aparece; ya verá lo que acontece, quiera Dios que su ira apañe. No se preocupe mi amigo aquí estoy pa’ defenderlo, el orgullo hay que perderlo por andar usté conmigo. Si no merece castigo nadie lo va a condenar, tampoco lo han de penar, ni su suegra que enloquece; mientras tanto se aparece ¡véngase un trago a tomar!

10. Brindis por el Encuentro Familiar (Décima con pie forzado) El Encuentro, sí señor, Celebro con este vino, Por el mundo campesino Que me heredó su sabor. El Encuentro es una fiesta De magnitud familiar, Por eso hay que celebrar Con corazón y alma puesta. En familia nada cuesta Celebrarlo con honor, Dar abrazos con amor Y brindar de vez en cuando; Por mí ya estoy celebrando El Encuentro, sí señor. Ya se cantan las tonadas, Ya se escuchan mil guitarras, Ya se toma vino en jarra, Ya se come carne asada. Ya se escuchan las contadas De aquel tío campesino Invitando al pueblerino A consumir un brebaje; Haciéndole mi homenaje Celebro con este vino.

Lo invito a brindar, pariente Por esta gran tradición, Que ganó acreditación, Por lo grande de su gente. Familia, tenga presente Que El Encuentro es un camino, Un espacio con destino, Que con celo hay que cuidar; Por eso invito a brindar Por el mundo campesino. Es el Sur enorme nido Que una familia albergó Y que a nosotros nos dio Valor para estar unidos. De oír del verde, sonido, De oler juventud en flor, De verle al canto su olor, De palpar la voz de un sueño; Brindo por campo sureño, Que me heredó su sabor. Ya viene la despedida Y también la primavera, Este verso lo echo afuera, Luego brindo con medida. Quiero mi raza prendida, Ver la bandera flamear, Ver mi familia cantar, Y verla bailar la cueca; Ya mi garganta está seca ¡Por eso voy a brindar!