Ninfa Isidora Vargas Dauré
A NDARES
Jinete Azul Editoral más Librería
ANDARES Ninfa I. Vargas Dauré Registro de Propiedad Intelectual: N° 224069 Primera Edición Verano de 2013 Fotografía, Arte & diseño Patricio Contreras Parra
Jinete Azul Editoral más Librería Constitución Nº 1078 Chillán de Chile
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Prólogo
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Andares
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Capítulo I Andares en la vida
Capìtulo II Andares en los amores
Capìtulo III Andares en la fe
Capìtulo IV Andares en la enfermedad
Capìtulo V Andares en el ocaso
Capìtulo VI Poesía huasa
Glosario
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A mi querida madre que recorrió este glorioso camino de la vida, y que cerró sus ojos el día en que cerré este libro. Hoy bajo las hojas secas descansa su cuerpo agotado de vivir más horas. Y abrí mis manos al cielo y la lloré toda. Hurgó luego en mi alma y ahí se posó sin tiempo sin horas solo a quedarse.
P RÓLOG O
S
eis subtítulos determinó la autora de este poemario Ninfa Isidora Vargas Dauré para calificar la variada gama de ideas, instituciones, ideales e inspiraciones en las cuales navegan sus 156 composiciones poéticas, que este libro contiene. Denominado “ANDARES”. Las seis instancias son Andares en la vida, en los amores, en la fe, en la enfermedad, en el ocaso y en la poesía huasa, la de mayor espacio. En su primera calificación, hay un poema con el título de “Ser”, en que con fuerte sentido humanista, nos señala que pese a nuestros errores, dificultades o limitaciones, nunca debemos dejar de Ser, esto es “ para con vida seguir siendo”, como subraya el último verso de este poema. La compensación viene en seguida, con el poema “ Nuestra vida”, que surge con un cúmulo de bondades, conquistadas gracias a los quehaceres cotidianos y a las inquietudes, que somos capaces de generar. “ Transformación” nombre del poema, con la inevitable presencia de la muerte, no tiene ningún signo de tragedia y dolor. Al contrario, el poema estalla en una suerte de bendición, cuando la poetisa exclama: “Bendita la muerte que pasa con su carroza de cambios que nos hace perpetuos y nos lleva a ser grandes” Toda esta seguidilla de versos, mostrándonos lo bueno y lo malo de la vida, tienen una connotación didáctica, tal vez moralizadora, lecciones que nuestra autora, asimila en los méritos de su proposición “ Mujer poema”. Convencida de su mensaje, Ninfa nos dice ( sólo la estrofa final de los tres que lo integran): “Te leo en celos y en silencio tus palabras me enamoran guardo entera tus formas y te llamo mi poema”.
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Su vastísima capacidad creadora, le permite incursionar con éxito, con la propiedad de quien ya sabe aprisionar en sus versos, las variadas formas que el amor tiene para expresarse. Uno de ellos es el camino emocional que le ofrece el erotismo de buena ley, cualidad que se reconoce al instante. A través de diversos conceptos, como senos, pezones, pechos, la llevan a sugerir comportamientos de reserva, discreción y cuidado, que se advierte con claridad en los consejos que le da a una niña de quince años. Así le escribe; “Cuidado niña” ofreciendo tu polen estás, tu piel es de seda y la querrán tocar, tus labios jugosos incitarán a besar, los pechos esponjan y caderas tornearon algunos golosos mirándote ya están” Pero esa misma sensación, le permite acentuar el milagro del amor, que en su poema “sol”, queda claramente señalado. Apreciemos cómo lo dice: “Bajo el calor de tus rayos, maduraron mis senos, surgió la vida por ocultas venas se olió a néctar y fruta fresca y crecieron las cosechas en la tierra.” Los 19 versos de esta composición terminan así: “En la tarde, sigiloso, te retiras de mi almohada, con tu rescoldo me duermo, y en el alba mientras viva, te espero.” Pero siempre en la misma área y para una lectora de mayor edad, el contenido de su verso es más directo y voluptuoso si lo consideramos con el rigor de la adultez: “Éxtasis”, es un buen ejemplo: “Te quiero sin ropas con tus pechos hirviendo y nalgas rosadas, la espalda robusta y brazos abiertos, con tus manos de hombre yo acariciada. Y ruborizando mi pudor entero tú pecho incólume sobre el mío con el ritmo de la ternura, en el murmullo del éxtasis”
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Obviamente, no es la única relevancia de su capacidad creativa, que surge como un acto supremo del amor: Así lo dice en “Rezo”: “No te rezo por favores concedidos ni por el infierno si existiera. Yo te rezo para que a este cuerpo mío, lo despojes hoy de vida, no se conforma con tenerte, quiere morir para verte.” La muerte es una expresión recurrente en la poesía de Ninfa. Ella tiene clara conciencia de que es inevitable, pero eso no le impide desear que sus efectos se atenúen cuando escribe su poema “ En tu ausencia”. “No quiero bajar a tu sepulcro llena de pena, y que el fétido dolor me envuelva entera. Yo quiero que tu muerte conmigo acabe y en un rincón blando de tu alma los pedazos de la mía ahí se guarden. La multiplicidad de vías que considera Ninfa en su excursión poética, pasa por momentos tristes, también de melancolías y nostalgias o por situaciones sociales, como en “Mujerzuelas” o “ El hombre de la calle” y de onda filosofía, cuando pensando en la muerte, tema recurrente, señala convencida: “Creo en la muerte que acecha y que miramos el cielo, sólo, cuando la sentimos cerca. Creo que con las penas de algunos, otros se van de fiesta.” De acuerdo a su nombre, estos “Andares” no reconocen límites. Aquí está la vida, los amores, la fe, la enfermedad y la partida, con todas las vicisitudes de la muerte y en el capítulo VI de sus ANDARES el espacio preferencial es para la poesía huasa. Donde allí aparece la vida en el campo. Un capítulo completo de situaciones ahí vividas, con el lenguaje popular, propio del campesino. Es una novedosa
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incursión, con episodios diversos protagonizados por “ La vieja malhumorá”, “Cumpleaños de mi amá”, “Las piernas rajuñá”, “Los ojos son pa mirar”, “La embarrá” “ Borracho”, “El hijo”. Donde se nos transporta a un medio auténtico de nuestro pueblo, con su lenguaje, con su amor a la tierra, con espíritu de chilenidad. Donde aparecen sus inquietudes, sus costumbres, sus temores, su lenguaje, en general su idiosincrasia, tan poetizada por muchos cultores de esta poesía que en Chile tiene raíces muy hondas. En la siguiente composición huasa no hay nada que alguna vez no haya ocurrido “Traición” es la palabra mas adecuada para describir el dolor de este huaso: “Un futre de corbata y perfumao le clavó los ojo a mi prenda, mas lamío que animal recién nacío. Con palabras bonitas la llevó a paseare, le sobó el lomo y eso bastó, pa que se olvidara de este peón. ¡Pata en el anca sentí!, con su taquito mejor, y una horqueta en el pecho es mi dolor, blanda´e boca me salió la prenda hacíamos güena yunta los dos, me voltió lejo por un futre, y me siento perdeor. Se que a la juerza no hay amor como´icimos los huasos, la tenía lista pa la marcá y cuando cambié mis ojotas, por zapatos´e cuero`iñor, ya era tarde, otro tenia´e charol. Tan lindo el corazón que lo pintan, pero, buchas que sabe de traición. Pero no es la única expresión chilenísima. En el primer capítulo aparece “ El mercado de Chillán”. Recordemos seis de sus veinte versos . ¡Ya lo puedes sentir! la albahaca, el cilantro, el perejil, esencias del durazno y la papaya
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hacen pilas los limones el murmullo del día y el piropo que no falla. En síntesis, estos “Andares” constituyen una muy buena vuelta por los avatares de la poesía en sus mejores dimensiones, para pensar y para reflexionar en el mundo en que vivimos. Un lenguaje muy bien manejado accesible a cualquier buen lector. Las figuras literarias, como las metáforas, los hipérbaton, las elipsis, los epítetos, las interrogaciones, las hipérboles, fueron consideradas con buen criterio y discreción, todo lo cual permite una fácil comprensión. Notable esfuerzo de ésta escritora, que vitaliza muchos sentimientos que ha venido generando desde su condición de mujer y de psicóloga, que las posibilidades de su rango profesional han ayudado. ¿De que modo? pues, a bosquejar mejor sus intuiciones, a formular las preguntas que siempre son múltiples; a valorar sus visiones de vida, a la par de sus inquietudes emotivas, que de distinto modo se expresan en este poemario. Con un oportuno glosario, pone fin a su incursión poética.
Carlos René Ibacache I. Miembro de la Academia Chilena de la Lengua. Chillán, Septiembre 2012.
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ANDARES
PREÁMBULO
H
uyen nuestras horas a guardarse y arrancan luego los días, para llevarse finalmente la vida.
Esas instancias, tiempos y momentos son nuestros andares, que nos llevan a historias, interrogantes y caminos todos similares que a través de la poesía, pretendo traspasar al lector, donde espero nos lleve a la misma reflexión: que somos todos uno con los mismos anhelos, pretensiones, miedos, alegrías y tristezas. Lo que hace la diferencia es el momento, el entorno o la etapa en que nos toca vivirlas. Nuestros andares en la vida, como en los amores, en la fe, en la enfermedad, en el ocaso y en el campo, son situaciones todas de la vida real, que conforman nuestro paso por la tierra. A través de este poemario, los invito a palpar el alma al desnudo del ser humano, cuando nos encontramos con esta existencia.
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ANDARES EN LA VIDA Capítulo I
“Muchos van hacia la verdad por los caminos de la poesía. Yo llego a la poesía, por los caminos de la verdad”. Joseph Joubert (1754.1824) Ensayista y Moralista Francés
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{Ninfa Isidora Vargas Dauré}
Mis poemas Silueta fértil, donde escapa el silencio, y vibra un cerebro poeta. Huerta de cristales enlazados, donde el talle se alarga, pariendo versos, colgando estrofas.
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Suave, la cintura del lápiz, desliza su tela la hace palabra. Deja al desnudo sus formas y la inspiración toma vuelo el talle más se alarga y las manos del monte más los dedos del cielo todos cooperan. En bandadas puestos los versos y en puñados las estrofas, ya eres poema. Anatomía perfecta, llena de sentimientos, donde el silencio no fue más silencio, se llenó de versos.
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{Ninfa Isidora Vargas Dauré}
Pensamientos Creo que el hombre nace libre, y tropieza en sus nudos teje y teje la vida, sin aprender de puntos, y acaba la madeja, sin saber que ha tejido. Creo que el mundo es paraíso, ¡el hombre lo transforma en sombra!. se le resbala su vaso, y al recogerlo se corta. Creo en la muerte que acecha, y que miramos el cielo, sólo, cuando la sentimos cerca. Creo que de engaños la vida está sembrada. Que con las penas de algunos, otros, se van de fiesta.
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{Ninfa Isidora Vargas Dauré}
Mendigo Cuando a tu abrigo sin remiendos, le pese el lodo a sus costados, y sientas que el viento barre tu esqueleto, dejarás de ser hombre, te llamarán mendigo. Y si el atroz delito de ser pobre, te desnuda los talones y no tengas camino sino asfalto, con el vientre anegado de hambre, y el corazón de carne encogido, dejarás de ser hombre, te llamarán mendigo. Cuando las manos de la acera a jirones jueguen contigo, sin saber como acabar, con la prosaica idea de sostener la vida, dejarás de ser hombre, te llamarán mendigo. Cuando olvides el porqué, bajo la piel hay latidos, dejarás de ser hombre, y habrás conocido el ultraje, de estar vivo.
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{Ninfa Isidora Vargas Dauré}
Feliz cumpleaños ¡ Feliz cumpleaños me dices! ¡ Si es tan corto el camino! y me oprime el vaivén de los días. Si la noche está callada, y el camino desierto, donde el aire frío envuelve mis costados. ¡Feliz cumpleaños me dices! ¡ Si en racimos del cielo cuelgan mis sueños sin vendimias!. Si transito a la muerte, y a la calle del cielo, le temo en silencio. ¡Feliz cumpleaños me dices! si en vagarosa estampida corro a la vejez viva, para sostener en mis hombros, sólo una lápida mía. ¡Vaya! si a la ley de las horas, le faltásemos el respeto. ¿Si el estar viva, no tuviera un precio?.
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Licenciatura Estaba mi niña, encendida en belleza, pintó sus párpados, el uniforme lo deja, sus risas son ecos en pasillos de colegios. ¡Ay Dios!, va con tanta prisa, por vivir mas horas! ¡Ya no es niña sino hembra! Que nadie espine su risa, que esté libre su horizonte, y sin valladares sus sueños. Que en las hendijas de su mente, las raíces formadas como bestias salvajes, embistan risas a su boca, ¡Suelta el pelo y empuña las manos! es pedregosa la vida, el viento no lame en invierno, y el verano ampolla al que duerme, ama siempre el estar más crecida, en mente y cuerpo sigue bregando, la mano te suelto, te he mostrado el camino. ¡Ay Dios, va con tanta prisa, por vivir más horas!.
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{Ninfa Isidora Vargas Dauré}
Ser Antes de nacer eras algo, después de morir serás otro algo. Eliges sin pliegues el camino, y luego lo quiebras con tus pasos. Aspiramos a todo sin barreras, y vivimos siempre tropezando. Escuchamos palabras cancerosas, que prenden fuego al poema. Junto a las heridas, volvemos siempre a tomar formas, como el agua que se amolda al vaso que la sujeta. Somos viejos disfrazados de niños, antiquísimos milenarios. Y seguimos atrapados en el tiempo, como ebrios escapistas, o empapados de entusiasmo. Y tiramos las ubres de la tierra, para con vida seguir siendo.
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{Ninfa Isidora Vargas Dauré}
Mis senos En tiempos de colegiala, dos semillas erupcionaron mi pecho, el viento les presto formas, y en virgíneo seno florecieron como erectos capullos rosa, dos porcelanas blancas. ¡Ay Dios! cómo me avergonzaban. sintiendo a través de mis ropas, ya algunas miradas. Turgentes luego como frutas maduras, se mostraron dos pieles de placer voluptuosas, rebalsaron sus contornos en escotes pronunciados, incitando bajo ropas, ser amados. Adultos luego los tejidos, el pezón abrió sus poros, y con sus ubres boca arriba, dieron al hijo pecho. El hombre taladró de besos su blancura, ¡Ay! la carne lo que recuerda, sin sabanas estaban mis formas y tus ojos sumidos grotescos y lascivos se perdían amor, se perdían, en esos mis dos plumones tersos. que bajo la blusa aún palpitan. ANDARES 27
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Transformación Por los caminos de antaño, han cambiado mis formas. Las semillas tejieron embriones que se hicieron feto, se esfumaron con el tiempo, y apareció mi cuerpo. Si una vez fui niña y ya no fui, tuve quince y ya crecí, los treinta ya los dejé, y los cuarenta ya pisé, los sesenta bailaré tango, a los ochenta será un vals, los cien años llegarán a mi, tal vez bajo un jardín, a los doscientos, volaré feliz, quien sabe por rutas que no son de aquí. ¡Bendita la muerte que pasa! con su carroza de cambios, que nos hace perpetuos, y nos lleva a ser grandes.
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Nuestra vida Habitamos en el pecho de la tierra, y danzamos cual liebre por los campos. La luna no se mete en los rincones, y la lluvia encrespa mares, sin pudores. ¡Que lindos los días de antaño! si de placeres toque cielo. Lavamos la ropa y amasamos el pan, y se nos pone queso al desayunar. En los labios hambrientos se desangra la fruta del parido árbol, que desnudo fue a quedar. Y los bosques tranquilos frente a frente, esperan la noche, para la luna en sus copas anidar. La desnudez venusta de una dama, embriaga de versos al poeta. La gente cruza susurrando notas de Schubert en su garganta. Pero abre el buitre sus alas, y un sepulcro lejano nos espera.
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Y un noble manto verde, nos cubrirá un día por entero. Palpitará el crepúsculo con restos del día, se nos pasará el tiempo, que fue la vida. Y abrirá su pecho la tierra, para luego, naufragar en ella.
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{Ninfa Isidora Vargas Dauré}
Pesadilla De mis manos cuelgan, espesas mieles negras, y escalan heridas abiertas por mis bordes, mis párpados se ciñen en queja dolorosa, sujetando lágrimas, sosegando el miedo. Un escalofrío hiende la espalda exhala mi boca un vaho espeso el alma se escabulle, se escabulle y vuelve a su placenta. Despierta, me dicen despierta, estás teniendo un mal sueño.
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{Ninfa Isidora Vargas Dauré}
El Poeta Con sentimientos teje versos, los acaricia y va hilando formas, cobran vida las palabras, todo empieza a tomar hormas, y los versos están ya, pariendo estrofas. Cubierto de esperanzas, perfila los contornos y acaricia sus caderas, y báquicos cantos lo llevan, a una tercera estrofa. El latido se hace fuerte, se atropellan los sentidos, le saca sus ropas y sin tapujos, su alma se presenta, tal cual niña desnuda, luego baja la frente y amasa, la cuarta estrofa. Es todo sublime bajo el seno blando de la hoja, no aparta los dedos del verso, y como todo en la vida es ligero, ya no es verso ni estrofa, es adulto, es poema. Lo guardará erguido en un libro, cerrará sus tapas protegido, y en las sábanas pulcra y tersa de las hojas, habrá hecho insepultos, sus viejos dedos poetas. 32 ANDARES
{Ninfa Isidora Vargas Dauré}
Tantas preguntas tantas ¡Que efímera la vida y que vil la vejez! ¡Que macabra la belleza que se acaba de perder! ¿Por qué vuelve el humano a ser débil, después de creerse rey?. Si con la sepultura nace el olvido, ¿después del olvido qué?. Si sé es convicto o confeso, solo polvo la materia es. ¿Si nada es eterno, los sentimientos qué? Si todo vuelve a la tierra, y la gleba late en tus pies. ¿Entonces, la nota del piano dónde se fue?. Si la mañana vacía, hoy no lo es. y la crecida de invierno, está seca en mis pies. Si cambia el rumbo del muerto, tampoco lo sé. Tantas preguntas tantas, para los hombres sin fe.
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{Ninfa Isidora Vargas Dauré}
Viento Eres ancho en el desierto salpicado de arena. Viajero que ululas en las cimas y en mis ropas. ¡Las calles del mundo recorres errante! En noches negras de arcano poder como beso estrellado remeces vidrieras. ¿Cuál es tu asilo, cuál tu cielo? Bailas twist en remolinos, y rock and roll en tormenta, silbando siempre boca abierta. Fugaz como la vida, te pareces al hombre, acaricias en verano, azotas en invierno, desnudas en otoño, en primavera te pierdes, te vas sin orillas, te escondes tras mi puerta. Lienzo bello que caminas por la tierra, levantas faldas y mares para terminar luego, jugando con mi pelo.
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{Ninfa Isidora Vargas Dauré}
Infierno Sin el permiso del cielo, el infierno de mí, se hizo dueño. Haber sido tan joven o haber sido tan vieja, y no haber tornado en alegrías, mis nefandos pensamientos. Mirarse en el espejo una mañana y ver, lo que pude haber sido y no fui, porque lo dejé para después. Infierno. Tener que escuchar, cuando el dolor de no tenerlo me grite, que no fui camino en su paso. No poder volver al comienzo, y haber dicho antes, lo que ahora voy diciendo.
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{Ninfa Isidora Vargas Dauré}
El hombre Salvaje grito expulsó la hembra, sesteando el alma brisas cantoras, amaneció el niño en cuna blanca, libando pezones sin demora. Untado en delicadezas vienes, indefenso como las plantas, desnudo como el invierno, protegido de las heladas y arado su suelo. Brincas luego para alcanzar mariposas. Tienes el cráneo grande, lleno de inteligencias. Sin mordiscos su alma, pasa la infancia, ¡le quedan tantos peldaños! y beber tantas horas. En julio tendrá neblina, y en enero más luz su día. Montón de carne palpitante, que embestirá la vida, y madurarán sus trigos, hasta estrellarse un día con la muerte, y habrá sido el mejor poema, en la tierra aparecido.
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{Ninfa Isidora Vargas Dauré}
Temblor en la Tierra. Taladrando muros, puertas y ventanas, llegas a mis bolsillos, balanceando el cuerpo sobre piernas. Vamos y volvemos, tropezamos y caímos. Ruedan los gritos en el cielo, la tierra quiebra sus quijadas, se parte su cáscara, suben las tumbas por las grietas. Y bajo la piel morena de su rostro, pujan y estremecen las arterias. Saltan las capas subterráneas, deslizándose sin pies por mis caminos, y en la urdimbre de gemidos, con mi cuerpo juegas en tus faldas. Las madres cogen los niños, y sin cauce están las plegarias. Luego el silencio, lúgubre y profundo. Y llena de tajos abiertos, se vuelve la tierra a echar cansada, bajo sus escombros muertos. Y estará mañana pariendo flores, para estos huéspedes sin conciencia, que la tienen cargada de miserias, bajo cementos yertos. ANDARES 37
{Ninfa Isidora Vargas Dauré}
Latido en el vientre Te posaste en mi vientre, recamado de sueños, escogiste mal nido, está verde no ha crecido, tiemblan mis hojas, me asustas latido, no puedo contigo, ¡Sal de mi talle! ¡No te aferres a mi carne! Latido en mi vientre. ¿Qué hago contigo? Mis senos están dormidos y mis cabellos trenzados. Te ocultas en una hendija, yo miro al mundo asustada. Fue casi jugando, sin mala intención la naturaleza hizo lo suyo, no aplicó juicio ni razón. Se espinaron mis días, y el látigo del viento vivo, azotó mi conciencia poca. Latido en mi vientre infando, no puedo tenerte, ahí va la inyección. Ya no soy niña, ahora ante todos, sólo una mujer, con mala intención.
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{Ninfa Isidora Vargas Dauré}
Campo chileno Estaba el fogón ardiendo, listo para cocer carne, perfumado el ambiente con las ramas de romero que arden. . La mujer en ausonia pose muele trigo sobre piedras, y las lomas ricas en flores a lo lejos en suave declive sonríen rodeadas de arbustos verdes. Los niños juegan, con ojos risueños el rumor de pájaros a lo lejos, las abejas paladean acacios, y bosquecillos de pataguas hacen señas, los cerezos desprenden chorros de almíbar, y cloquean las gallinas en sus nidales. Ese es el campo chileno, con la luz plomiza en el alba, que quiebra el sentimiento, y con sólo describirlo se urden versos.
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{Ninfa Isidora Vargas Dauré}
Fantasìas de las almas ¿Qué misterio riges alma? Nadie te sepulta, si te condenamos, poder absoluto, mueves las formas. ¡Ay!, si todas las almas se unieran un día. Reiríamos con las risas de los cuerpos, y las bocas de cantos se anegarían. ¡Vaya! si estuviéramos contentos. ¡Ay! si todas las almas se unieran un día, seria tal la luz encendida, que iluminarían los cielos, y entre floridas retamas, a Jesús verían. ¡Ay! si todas las almas se unieran un día. De las jorobadas nubes, bajarían brillando, bajarían las pupilas nostálgicas ahí escondidas. ¡Ay! Si todas las almas se unieran un día, qué digo, es fantasía.
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{Ninfa Isidora Vargas Dauré}
Isi Una tarde de Octubre, diecinueve años en la piel. Montas tu yegua negra deseosas ambas por correr. No recoges tu pelo azabache también, lo dejas libre al viento, galopan soñando al vaivén. Levantan tanta tierra que sólo se ve, tras la cortina de polvo en el atardecer, una gacela bailando, arriba de su corcel. Mientras cortan el aire no se dan cuenta, lo hermosas que se ven. Calientes ya los cuerpos, en competencia se han de ver. Relincha briosa la yegua escarba la tierra, borrasca límpida el deseo espuma blanca en su hocico se deja ver, La niña amansa el instinto, le soba el lomo, la envuelve en sus pies. Privilegio de ambas afiatarse tanto, enredarse en la piel. Es así como ganan y calman su sed. Ellas no se dan cuenta, lo hermosas que se ven.
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{Ninfa Isidora Vargas Dauré}
A una flor
En la tierra mojada, mirando el cielo, rodeada de hierba fresca delicada y sutil ahí estabas. Con mis yemas yo te palpo en mi retina reposas, subyugan tus colores, los ruiseñores se encantan. Ánfora de perfumes, con la brisa danzas, y tu aroma nimba en las quebradas. Luego quiebro tu talle, te pongo en mi mesa, y tus raíces gritan, el dolor bajo tierra. Se caen tus pétalos, cercando el florero, y termino mirando, tus horas de duelo, Ya vez que mi mano, no fue, tu mejor alero..
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{Ninfa Isidora Vargas Dauré}
Volcán Pareces un viejo afiebrado, que cansado de mirar el cielo, remeces de vez en cuando tus quijadas. Y anclado a la tierra, abres tu boca fruncida lanzando al cielo plegarias. De las fisuras de tus labios, se filtra pétrea lava espesa, que cubre mis valles, y deja las ramas negras. Y sigues siempre vivo, bordeando el cielo, fumándote un puro y cubierto en belleza.
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{Ninfa Isidora Vargas Dauré}
Tiempo Me llenas de vida, y al final me matas bien muerta. Eres el mejor maestro, y sepultas luego lo aprendido. ¡Sí en mi primer latido conmigo corrías! vinieron nuevos albores y en nefando secreto me quitabas vida. La noche vino a golpear mi ventana, de santa tal vez poco me queda, mas los pactos, también me los llevas. ¿ Si está decretada la muerte y no he ordeñado mis cosas? Si la sangre barbárica de los héroes, también te la llevas. Si en breve plazo despedirás mi duelo, y mis zapatos juntitos bajo la cama, por más tiempo me reclaman. ¡Ay! si te pareces a la muerte, nada te detiene, todo lo llevas.
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{Ninfa Isidora Vargas Dauré}
Año nuevo ¡Feliz Año nuevo! La tierra se estremece y el polvo se deja ver, el alcohol tiene permiso, las mujeres como en celos, mueven las cinturas, perfuman la piel. Las risas braman desbocadas, dedos amasan las copas, y labios besan sus bordes, deslizando licores, al cauce de sus bocas. Se remecen las tablas de las urnas bajo tierra, recogen sonidos, sesteando recuerdos. ¡Feliz año nuevo!, la fiesta perdura, lo que la serpentina, demora en caer. Luego nimba en puntillas la calma, el licor disipa desagravios, y adormece las señoras. ¡Feliz año nuevo! a los insepultos, a los bajo tierra perdonen la algarabía, ganamos la batalla de estar vivos, sabemos que esta guerra, siempre es perdida.
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{Ninfa Isidora Vargas Dauré}
Embelesos Canta con las aves, mientras hilas el día. Huele la resina y baila a un vaivén, busca rayos de sol, para luego enloquecer. Teje alas a los hijos y hazlos volar bien. Y en la sombra verde del bosque, siente descalza la tierra mojada, busca vertientes y en la luna creciente, en férvido beso, cíñela en tus brazos y el instinto hazlo piel. Si nadie tiene poca alma, y es sublime la esperanza. Si el corazón es de carne y la felicidad es del ser. Si el mar esconde peces de colores, y sus aguas lamen los pies, si el mundo carga embelesos, ¿por qué la tristeza está inserta en el ser?. .
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{Ninfa Isidora Vargas Dauré}
Sol Bajo el calor de tus rayos, maduraron mis senos, y surgió la vida por ocultas venas, se olió a néctar y fruta fresca, y crecieron los lauros en la tierra. Con tu calor me voy de fiesta, nadie ha sido mas dichosa, en el frío del invierno, y en la lobreguez de la tormenta, con tu manto de oro tan al lado y con tus rayos más escasos en invierno. Levantas las aves temprano, y sacando vaho a la tierra siempre estás. Abro mi ventana, el primero en entrar no pides permiso, te deslizas en mi hogar. Te posas en mis mejillas, te engulle mi piel rosada. .
En la tarde sigiloso, te retiras de mi almohada, con tu rescoldo me duermo, y en el alba mientras viva, te espero.
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{Ninfa Isidora Vargas Dauré}
Hombre de la calle ¡Oh pobreza, tanta pobreza! Pies desnudos, que rasguñan las aceras, olor nauseabundo que deja la miseria. Pies callosos las heridas no las sientes. La tierra se encarga, de cubrirlas finalmente. ¡Pasas inadvertido! nadie ve al mendigo. Ausente de techo, el sol labra su espalda. Escarba hierbas en la acera y hace nido. Pálidas y huesosas sus cuencas manos ya no piden. Se cansa el alma, se cansa, le queda poca sombra, arrastra sólo un humano quejido y un estólido pensamiento. Su carne magra, cierra lo poros, y sin luz bajo la piel, el alma a oscura espera, la hora escogida.
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{Ninfa Isidora Vargas Dauré}
Mercado de Chillán ¡Ya lo puedes sentir! la albahaca, el cilantro el perejil, esencias del durazno y la papaya, hacen pilas los limones, el murmullo del día, el piropo que no falla. El sol camina en el cielo, la gente sigue llegando, alboroto exquisito es una fiesta, las guindas revientan en los labios. A trescientos las lechugas y doscientos las cebollas, en los bolsos se sumergen. Llega la tarde, uno que otro que no tuvo monedas, recoge zarcillos regados. Mientras en las afueras, la fresca gleba es bendecida, con el sol encaramado en la fruta, que por largos y generosos brazos el árbol la desliza madura, para saciar los bolsos, hambrientos del mercado.
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{Ninfa Isidora Vargas Dauré}
En cualquier cárcel Entre barrotes negros te encontraste un día. ¡Precisaste de aldabas para continuar la vida! ¿Qué trayecto aprendido, te confundió el camino? ¿Qué mal peldaño escogiste, que te sepulta vivo? ¡Tumbas vivas, son las celdas! Que sólo cercan caminos., donde se llora en silencio, contando los días, amontonando las horas. Donde el roce con hierros, cierra los puños, y la figura se ciñe, en la humedad de los muros. Pero habrás pagado tu nefando exceso, que no sé, si sea bueno. Luego, cederás como todos, y te cambiarás de tumba, a la otra, la de tierra
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{Ninfa Isidora Vargas Dauré}
Potro salvaje ¡En manos de los hombres, caerás un día! Vibran con tu presencia, los rincones y la zarza, tu piel huele a hierba mojada, coraza de músculos a cuesta. Lleno de fuerzas y bríos ¡Brillan tus ancas sedosas!. Elevase el relinchar al viento, un potro enceguecido galopa, desnudando caminos pedregosos. Preso a unas riendas serás conducido. Y tus ojos negros, que taladran con su brillo, serán presos de párpados caídos. ¡En manos de los hombres, caerás un día! Te seguirá el humano al monte, con su ruindad a cuesta. Y el polvo blanco al huir del lazo ceñirá con acerbo tu mente enceguecida. Serás cazado por estas manos sin conciencia, que no les basta desgajar su vida, quieren la tuya a cuestas, a jirones y cabeceando serás atado, y un relinchar estremecerá la noche, cuando seas castrado.
ANDARES 51
{Ninfa Isidora Vargas Dauré}
Perrita vaga Nacieron una tarde tres perritos negros que con un extraño miedo como convulsos mamaban, la hendija mas honda de un vientre. Pero como somos buenos, tan buenos los humanos, en cajita de cartón los resguardamos, los dejamos luego en la esquina para que otro más bueno los reciba. Manos grandes desconocidas, los levantan y trajinan, los más lindos son llevados, a la hembrita no la miran. La lluvia se posó en la caja arañando el nido donde ella estaba, convirtiéndola en perritas, esas, que llaman vaga. Bajo una banca entumida de miedo transpiraba el pan duro y agua del cielo la sustentaban.
52 ANDARES
{Ninfa Isidora Vargas Dauré}
Así fue creciendo, entre multitudes y patadas, el bien y el mal la estrelló, invadida de garrapatas y sudor, por vías de duras piedras nadie sabe como creció. De hambre aúlla en los rincones, su sed en posas detenidas sació, el látigo de lo horrendo la cola arrastró, de asfalto en asfalto sin fin ni razón. No busca va huyendo. La luna le muestra callejones oscuros, y el hombre la punza con miradas torvas. Patitas polvorientas y el hocico seco. Que alguien la recoja a veces sueña. ¡Pero puede morder es peligrosa! ¡Es una quiltra callejera! ¿si tiene rabia y está sarnosa? Sin lugar para un quejido, de los machos se arranca despavorida. Ojalá que una nube le mande riego, y este bajo un quillay florido, le saque brillo a su pelo, la deje esponja, para que al verla bella alguien la recoja.
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{Ninfa Isidora Vargas Daur茅}
A veces mueve su lacia cola, cuando a sus hermanos recuerda, que est谩n calientes y queridos, es que son buenos, tan buenos los humanos. Cuentan que en cajas de cartones, se encontr贸 un perrito muerto, se lo llevo la limpieza, en un cami贸n lejos al olvido. Es que somos buenos, tan buenos los humanos
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{Ninfa Isidora Vargas Dauré}
Perdices Inclinadas las espigas, sujetando sus trigos, mudo el campo, parece festivo, todo quieto entre las ramas del olivo. Yo me acerco a ver el nido, y veo pajitas sueltas, ¡como olvidar el aciago día! si el arroyo que abría la tierra llevaba tres avecitas muertas, y la madre tendida en la piedra, con las alas tiesas. El hombre había hurgado, en su pecho con escopeta. Estaba mudo el campo, tenía pena. Recogí la madre y sus crías muertas, abrí la tierra y las cubrí con sus pajitas sueltas. Pido perdón por la inconciencia, de no querer el humano las avecitas tan nuestras..
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{Ninfa Isidora Vargas Dauré}
Silencio Cuando poso la mirada o florece el sentimiento, cuando el sol aparece y la luna reposa, ahí estás silencio, en los pensamientos, en las cosas idas, un testamento. En el corazón herido y la tristeza muerta, al final del grito, después de la esquila. Donde la ruta cesa. En el tedio que perturba la agonía, ahí estas silencio. En lo que no hice o se lo llevó el viento, en los amores escondidos. Después de la guerra, cuando llega la calma, en los cementerios o en un jardín yermo. En el valle de mis sueños. ahí estás silencio. Cuando esté hurgando la muerte, en mi callar de la alcoba, nos encontraremos de nuevo, tú y yo, silencio.
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{Ninfa Isidora Vargas Dauré}
Diablo
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Pretendí hacerte un poema ¡Cómo pude pensarlo siquiera! ¡Conmigo no te metas! ¡No me harás escribir!. Ganaste, Viejo diablo
ANDARES 57
{Ninfa Isidora Vargas DaurĂŠ}
Mujerzuelas El hombre busca un momento para ellas es el pan. La fiebre viva, el deseo deshonesto, vaciado el instinto, las dejan y se van. Se ponen mĂĄs perfume y arreglan el disfraz. Inmaculadas sus formas, y ultrajadas sus caderas, con tacones de fiesta, exhibe senos, estoica aguanta de frente la carne tibia y perfumada. Mujerzuelas les llaman, no pueden vivir sin el disfraz, si se lo sacan delante nuestro, serĂĄn dos vidas, que de amor saben igual. Pero si le preguntas por la suya, en navaja filosa, se les ha convertido ya.
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{Ninfa Isidora Vargas Dauré}
Humanos Energía viviente y ambulante, con un alma encarnada en la materia. ¡Y qué enorme interior de conciencia! si frunce el seño y se concentra. ¡Que festín en su cabeza!, cuando su boca la llena de besos. En el llanto ama la vida y en la risa el sufrimiento. En mortecina soledad no sobrevive, y con muchos se enferma. En sus hombros carga pasiones, y el tiempo no lo guarda, escasea. A veces no dejan huella, y se les pasa la vida, peinando el cauce de su pelo.
ANDARES 59
{Ninfa Isidora Vargas Dauré}
Gabriela Mistral Sin riendas tu mente, no fue regida todas íbamos a ser reina y fuiste tú la elegida. Suave como el raso perfilaste sentidos y en tu pañuelo blanco perfumado huelo poemas en sus bordes vertidos. Mujer de corteza dura con alma de terciopelo y manos sin pavura. Leí tus poemas tersos y como adicta quedé prendida a los pliegues de tus versos. Rugieron leones en tu mente estrellando poemas en la hoja impaciente. En la profundidad del verso te mostraste desnuda, embelleciendo lo adverso. ¿Quién? alcanza los remos de tu navío inquieto. ¿Quién?, si apenas corremos.
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{Ninfa Isidora Vargas Dauré}
Amparada en tu lápida riegas los huertos de la semilla esparcida. Río de versos tu mente donde baño mis ojos mojados por su corriente. Gabriela, ya eres ida, y sumiste exánime tus huesos en tierra desconocida. Tu boca muda hoy abraza, nuevos versos creados que la muerte amordaza. Tu blanca carne cadavérica y fría se desangró en la tierra, como todos algún día.
ANDARES 61
{Ninfa Isidora Vargas Dauré}
A Pesar. A pesar que el invierno mojó mi suelo, y me encontró descalza, que mi verano no estuvo arbolado, y seco mis ansias. A pesar que el azul de tus ojos me cerró sus párpados, y que por báquicas fiestas del vulgo recibí la ofensa. A pesar que la primavera me sembró dolores y el otoño toca mi espalda. A pesar de todo, acuñé las penas las hice versos y nació un poema.
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{Ninfa Isidora Vargas Dauré}
Espejo No hay certeza en el espejo, con sus grandes ojos duros. ¡Ay, si detrás de mis cuencas me vieras! conocerías el filo de mi lengua, y mi mente te empañaría todo, con su helada tiniebla. ¡Oh!, espejo si supieras el estólido amor que por él siento con más vicios que decencia, en mil cristales te deshicieras. Sólo ves danzar cinturas, ajustes de faldas y estucos en las caras. La verdad no la tienes, se va oculto en el lauro, de cada párpado, que se cierra.
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{Ninfa Isidora Vargas Dauré}
La mesa ¡Como pasa el tiempo, como pasa!, si tantos éramos en la mesa, los hijos cuñados y nietos, las sillas sin uso están quietas, guardadas bajo cubierta. No hay camas deshechas, todos partieron a buscar fiestas, motivadas sus mentes, dejando raíces que luego añoran. Pero están tus manos y las mías, quebrajadas y huesosas aún sobre ésta mesa anunciando también su partida. Aguacero de recuerdos nos llevaremos un día. Y cercándola estarán a veces, de vez en cuando los hijos y nietos, ocupando nuestros espacios. Trasto viejo se hará la mesa, y manitos frescas querrán nueva, sacrosanto será el recuerdo, de los mismos, que la harán leña. Es la ley de la vida, todo pasa a veces, a ser sólo un recuerdo. 64 ANDARES
{Ninfa Isidora Vargas Dauré}
Progreso Tapicé los campos con cemento yerto, mandé con palas la tierra al cielo, arranque los tallos de llanuras y huertos, todo en afán, del llamado progreso. Duermen en templos los murciélagos, la serpiente se retuerce aplastada en su nido, una cabra corre asustada, en su cumbre a lo lejos. y en las noches de fiesta, el grillo expira. Desnudo el arco iris se persigna, y de tantas miserias sembradas, cuando baje a mi tumba, lo haré con vergüenza, sonrojada.
ANDARES 65
{Ninfa Isidora Vargas Dauré}
Mujer poema Sin anáforas tu hermosura, ni acentos en tu seno, buen ritmo tu cintura, cadencia en tus caderas, y los tildes tus lunares todos, en sus puestos. Un verso corto tu boca, en hipérbole los besos que desmenuzo en vocales. Estrofas largas tus piernas, buen nombre en la cabeza. Te leo en celos y en silencio, ¡tus palabras me enamoran! guardo enteras tus formas, y te llamo, mi poema.
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ANDARES EN LOS AMORES Capítulo II
“Cada poema es único. En cada obra late, con mayor o menor grado, toda la poesía. Cada lector busca algo en el poema. Y no es insólito que lo encuentre, ya lo llevaba dentro”.. Octavio Paz (1914-1998) Poeta y ensayista Mexicano
{Ninfa Isidora Vargas Dauré}
Amante En la esquina del día te espero, al que nunca termina su marcha, que me entrega tan sólo un momento, y ungida de besos me silencia. Mis curvas traviesas en sus bordes con sus caricias esponjan, mi piel turgente abre sus poros, con caderas amables y desnudas, y erupcionada mi boca de besos, no concibe el pulso sin tu aliento. Me pertenece el momento, y el calor efímero de la alcoba. ¿Dónde estás luego? a lo lejos. ¿A dónde vas en tu despido? Penetras en mi tiempo, y luego lavo tus pisadas. Extraño sentir y me gustaba ¿Más quién sabe? no fue amor, sólo me tocabas. Y sigo soñando, que me tomas a marchar contigo, en ese camino tuyo, cuando yo sólo, te esperaba.
68 ANDARES
{Ninfa Isidora Vargas Dauré}
Tu demora Yo espero y tu demoras, en el huerto de las parras, tu ausencia destrenza mis ganas, y el sueño se lo lleva el viento, dejándome yerta en las horas. Llueve sobre las uvas negras, y tu demoras. La brisa refrescó las mejillas de la fruta que en gajos risueña cuelga. Maduros luego los racimos, apresurados los pájaros picotean, esperan su vendimia, esperan, y del hollejo roto, el néctar espeso les chorrea. Llueve sobre las uvas negras, y tu demoras. Tanta espera, robàronme el sueño, desnudando mis ramas sin alero. La uva llegó a la mesa y se hizo cálido vino, y la cólera del cielo hizo salud conmigo, al hacerse eterna, tu demora.
ANDARES 69
{Ninfa Isidora Vargas Dauré}
Éxtasis Te quiero sin ropas, con tus pecho hirviendo y nalgas rosadas, la espalda robusta y brazos abiertos, con tus manos de hombre yo acariciada, y ruborizando mi pudor entero, tu pecho incólume sobre el mío, con el ritmo de la ternura, en el murmullo del éxtasis. Y con el aroma de tu cuerpo, empapado en mis narices, envolverme en el placer de comprimirte para latir luego con los latidos de tu artería. Así, te quiero.
70 ANDARES
{Ninfa Isidora Vargas Dauré}
Don Juan Lleno de historias mentidas, seduces a las casadas, te gustan las solteras, les tiras el cebo, atrapándolas luego Estafas luego a la prenda, le comes la fruta y su néctar, y con las quijadas abiertas, huyes raudo por la ribera, saboreando la presa, cazada entre tus dientes. Te divisas luego en otra esquina, con la boca sedienta, y las quijadas más abiertas, olfateando carnes tibias. Es frío tu circo, al que invitas bailar. Para el salto sigues dispuesto, en caderas cadenciosas, de carne blanca y generosa. ¡Cuantas veces a esa sangre le gustabas! y dejaste tu rostro cercado, en esa alma traicionada.
ANDARES 71
{Ninfa Isidora Vargas Dauré}
Mi lecho En tus sábanas con mis formas, bebí el néctar de tus poros, amasada pasión en el lecho, donde mi boca inquieta te buscaba. Hoy mi rostro de dolor desfigurado, siente el cielo lejos, mi perfume se esfumó de tus sábanas, otro cuerpo las amolda y otra boca degusta, el néctar mío de tus poros. Deambulan cada noche en tu almohada, mi boca, mi talle y mi frente, llena de desvelos, sin norte ahí las tienes, y al sentir tu risa loca, se hieren.
72 ANDARES
{Ninfa Isidora Vargas Dauré}
Sonrojada la piel Hermoso beso posaste en mi mejilla, se erupcionó mi carne, se erizó la piel, los latidos brincaron, las arterias también, retozaba mi pecho sin ley. La sangre hirvió un momento, al rojo vivo estaba la piel. Este amor que se rebalsa y no guarda compostura. No me mires, pensaba, al rojo vivo está mi cara. Que no me acuse la piel que bajen los colores, ¡que sea de una vez! ¿Si ese beso en la mejilla? hubiese sido en mi boca, no escribiría estos versos, te tendría en mi alcoba.
ANDARES 73
{Ninfa Isidora Vargas Dauré}
Bajo la Luna Me invitaste al río, se nos hizo tarde. Tras un brinco apareció la luna, la noche esparció las estrellas, la humedad del río, se poso en mi talle, y resbaló la neblina de mis ropas, abriendo flores mustias que miraban. El aire crujió de deseos, levantó las hojas preparó el nido. Un lecho de amores, a orillas del río. La luna nos manda reflejos plateados, se ríe la pícara, ya está acostumbrada. Un halo caliente invadió los cuerpos, se llenó mi boca de besos. La luna sonríe nuevamente, pudorosa y pálida, cogió una nube y se la puso al frente.
74 ANDARES
{Ninfa Isidora Vargas Dauré}
Cuando crezcas Cuando crezcas hijo mío, nimbarán en mí, tus horas primeras de infancia, hurgando en mis senos, jugosos mojados, tendidos hacia el cielo, con el pezón desgarrado, y tu anclado sorbiendo, las raíces de mis venas. Cuando crezcas hijo mío, te irás tan lejos y yo haré silencio, y el camino de la vida, pondrá blanca mi cabeza, se habrán secado mis senos, donde los tuyos crecieron, y mi sentina inconsciente, gritará en silencio. “Lo que tanto se ha querido, no debiera quererse nunca”.
ANDARES 75
{Ninfa Isidora Vargas DaurĂŠ}
Los placeres de tu boca Antojo de la mente, en el festĂn de mi cabeza, amarte salvajemente, y en la cima de tus labios zigzagueantes de caricias, beber a sorbo el misterio, de los pliegues de tu boca. Y al sumirme en tu pecho, desnuda de ropas, se encienda mi piel lozana, y embriagada de dicha plena, habrĂŠ anudado a mi arteria, los placeres de tu boca.
76 ANDARES
{Ninfa Isidora Vargas Dauré}
Madre Me tejiste un día madre, con hilos finos transparentes, las mejillas rosadas, la piel suave y caliente. Pegada a tu resina reía desatada, tu contabas mis dedos, yo miraba tu calma. Desgajando besos de mi cara, y sacando brillo a mis ojos, siempre estabas. En el arco de tus brazos me mecías, y en el cauce de tu pelo yo jugaba, amaba las curvas de tu cabellera ondulada. Nunca estuvo mi cara desnuda de besos, y nunca mi cuello sin guirnaldas. Bajo el ceño vigilante de tus ojos, mis caderas se tornearon y ajuste la falda, pinté mis labios, creció mi espalda, hoy me mece agreste la vida, yo añoro tus brazos.
ANDARES 77
{Ninfa Isidora Vargas Dauré}
Sentimiento Era tan dulce el sentimiento ya ido, estaban las flores abiertas ofreciendo su néctar. ¡Ya no siento! ¡ya no siento!. tu voz me llama y ya no me estremezco, tus caricias me tocan, ya no las siento. Felicidad en el alma, que pasó de prisa, el sentimiento mío, lo he perdido. No te sientas culpable, es sólo el corazón mío que ya no vibra ni arde. Es esta juventud loca, que distrajo mi sentir. Es la flor mía que no se protegió en invierno, se cayeron los pétalos y no guardó el sentimiento.
78 ANDARES
{Ninfa Isidora Vargas Dauré}
Padre Balanceándome en mi siesta siempre estabas, palpando mi vida, cogiendo mi penas. Valles de seda, caminos de felpa, para la niña preciada. Pecosa, regalona y sin un diente, suavemente a media voz me susurrabas, y me cogías estrellas cuando lloraba. Pasaron primaveras por mi ventana, cambiando el ritmo de mis pasos, ya no me seguías, ya no me alcanzabas tenía las piernas largas, se me hizo chica tu falda. Hiciste sublime mi infancia, suprema mi calma y gallardas mis raíces, con el amor que me diste, en el susurro del canto.
ANDARES 79
{Ninfa Isidora Vargas Dauré}
Olvido Que pena irrumpe en mi alma qué me hiciste ¿Qué me has hecho! Tú tan vivo en mi cabeza, y yo en la tuya, cenizas hecha. ¡Si era yo tu niña amada si era yo la de tu pecho!. Con su carne blanca voluptuosa, te ofrecí mis senos intocados, una vez que los bebiste, no los quieres usados. De mis ojos orlados hoy cuelgan, las ojeras del insomnio, y este cuerpo ya sin pulso, huele a muerte en sus rincones. Un amor, otro amor y otro amor, entre tantos el mío, uno más olvidado.
80 ANDARES
{Ninfa Isidora Vargas Dauré}
Cerezos en Flor Nadie ha sido más dichosa, bajo la sombra blanca, de cerezos en flor. Recibiendo besos descarados, y sumida en las aguas de tu piel, ardía con placer el fuego mío. Las hojas aplaudían, aplaudían, y los rayos de sol con colores bermejos, se asomaban en los bordes de las ramas, posándose como cristales en tu pecho, vertiendo delicias a mis ojos. Era almíbar tu perfume, mis manos te ceñían, te ceñían y salpicada de tu aliento reía, reía. Nadie ha sido más dichosa, bajo la sombra blanca, de cerezos en flor.
ANDARES 81
{Ninfa Isidora Vargas Dauré}
En tu ausencia No quiero bajar a tu sepulcro, llena de pena, y el fétido dolor, me envuelva entera. No quiero ante tu muerte en el césped de tu lecho, tener que poner flores ahí sobre tu pecho. No quiero que al dorar las espigas, sin ti mañana deba verlas, y un llanto me persiga, con lágrimas que por ti cuelgan. Yo quiero que tu muerte, conmigo acabe, y en un rincón blando de tu alma, los pedazos de la mía, ahí se guarden.
82 ANDARES
{Ninfa Isidora Vargas Dauré}
Tèrmino Lo que sentí al perderte, ………………………….. .………………………..... …………………………..
Estrofa dos ………………………… ………………………… …………………………
Estrofa tres ………………………… ..……………………….. .…………………………
Estrofa cuatro ..……………………….. ..……………………….. ..………………………... Al sentir le debo, un sentimiento superior, pero si de tu amor ni un rocío, no hay palabras no hay voz.
ANDARES 83
{Ninfa Isidora Vargas Dauré}
Encuentro En caminos de invierno, con los compases del viento, tú venías por la calle, y yo por la calle iba. Con un leve tropiezo, a ti me allego, mi cabellera la eleva el viento, volteando mis rizos en tu cuello. Jamás mis ojos vieron tanto cielo, y en estólido pensamiento, me acogieron tus brazos, en esa calle en que aún te veo, enredado con mis rizos y yo hallándote perfecto. Hoy mojada de nostalgias, atada a tu figura. añorando tu presencia pido relevo Señor, pido relevo, para este sentimiento, que nació en aquel encuentro.
84 ANDARES
{Ninfa Isidora Vargas Dauré}
Penas Si la transparencia de mis enaguas, a tus sentimientos se parecieran, mis trenzas por ti desatadas no sabrían de penas. Y ese velo de luto, que deslizaste en mi cama, veló tu foto entera, esa que guardaba, ahí, bajo mi almohada
ANDARES 85
ANDARES EN LA FE Capítulo III
“Cualquier cosa que se quiere decir sólo hay una palabra para expresarla, un verbo para animarla y un adjetivo para calificarla”. Guy de Manpassant,
{Ninfa Isidora Vargas Dauré}
Confesión No pretendas un piño sosegado, de estas calaveras sin vendimias. Arrastramos pensamientos cualquiera y ácidas las mentes transitan. Tuve malos pensamientos y desvaríos, y mi sangre vibraba de traviesa, mojé mis penas en tu río, y nunca pinte una iglesia. Me diste mañanas alegres, y yo lloraba en mi almohada. Me diste crepúsculos hermosos, que yo ignoraba. Y deje tu palabra, en las esquinas olvidadas. Tuve las manos mezquinas y el puño empinado. Señor, duerme tranquilo en tu cielo hace siglos perdimos la ruta, tal vez no merezcamos un puñado de tierra en la tumba. ¡Te fui amando a pedazos! hoy te has convertido, en el camino de mis pasos.
88 ANDARES
{Ninfa Isidora Vargas Dauré}
Dios en el ser Con el ruido no escuchaba tus silencios, y mis silencios perturbaban tus señales. Tantas flores no veía los jardines, las espigas me tapaban los trigales. Los tumultos escondían al humano, edificios me tapaban las ciudades, los colores no dejaban ver cristales. Los manjares olvidaban tu existencia, y así maduraban mis pasares. Te buscaba en las iglesias, en los altares en rincones de los cielos y en crucifijos olvidados. ¡Tenías sólo mis manos para hacer!, estabas tan cerca y en mi sentir no te busqué, mi latido era el tuyo, al ritmo en mi ser. ¡Ay Dios! si sólo faltaba en mi razón querer.
ANDARES 89
{Ninfa Isidora Vargas Dauré}
Pesar que me Ronda Este peso que me ronda, en el hueco de mi mente. ¡Que taladré tus manos y fracturé tus pies! ¡Te horadé a clavos y ceñí a un madero! para que no transites en mi calle después. Con tu carne ensangrentada y dolor ciego, proclamaste luego al cielo, las palabras divinas que de ti manan, que me torturan y hacen llagas. ¡Padre perdónalos, porque no saben lo que hacen!.
90 ANDARES
{Ninfa Isidora Vargas Dauré}
Padre Nuestro Padre nuestro. ¡No te quiero en el cielo, ni en todo lugar!. te quiero en mi alma, que brinque de paz, te quiero en mis poros enredado en mi pelo, te regalo mi sangre, hago espacio en mi ser. ¡No te quiero en el cielo ni en todo lugar!. Te quiero en mi mente, en mi voz al rezar, quiero de tu amor siempre alimentar. ¡No te quiero en el cielo, te quiero en mi ser!.
ANDARES 91
{Ninfa Isidora Vargas Dauré}
Paraíso en la Tierra La tierra florece, si quito el asfalto, cantan los mares en la orilla, fecundando vientres en el fondo. Las nubes corren despejando días, y los sepulcros se entibian al calor del cielo. Los árboles mecen la alegría posando música en sus ramas. Paraíso , Paraíso de tierra de maduras cosechas, con el halo de Dios nimbando a nuestro lado, es el piso de los humanos, y el cielo, tan cerca.
92 ANDARES
{Ninfa Isidora Vargas Dauré}
Tu patio Dios, a nadie dejas sin muerte acoges el alma, al quebrarse el cuerpo, en el último paso, tomamos el siguiente. ¿Mereceré yo tu patio, me querrás en él? Llena de adolescencias me pasé la vida, soñando contigo, que bajabas a verme, trenzabas mi pelo apoyada en tu manto. Cuando siento el silencio, en esta vejez viva, vacilo y me pregunto. ¿Mereceré yo tu patio, me querrás en él?
ANDARES 93
{Ninfa Isidora Vargas Dauré}
Fantasía divina Jesús. Quiero que me hagas nueva toda, me inundes de luz, tanta luz, que abra mis poros, contagie otras almas y beba sus penas. Fantasía divina que llevo en mi mente. Coger el silencio de un lago para gritar el padre nuestro extendidas mis manos hacerte almohada y que en mi hombro doblase tu cabeza. Fantasía divina que llevo en mi mente. Quiero, poseída de dulzuras, cubrir de mieles las amarguras. rezarte tanto cansar la garganta. dormirme en tu falda, destejer los malos pensamientos. Fantasía divina que llevo en mi mente. Quiero, cortarte flores y más flores de diversos colores, no del arco iris, otros más bellos. te cubriría todo de fragancias, menta y canela. besaría tus manos con tal entrega, que doble mis rodillas y deje mis latidos. Fantasía divina que llevo en mi mente.
94 ANDARES
{Ninfa Isidora Vargas Dauré}
Virgen María Virgen María. Las aguas de Dios te envolvían, cobijando en tu piel rosa, la verdad mía. ¡Cómo no amarte! Sí ese niño en tu vientre, fue el padre mío. si anidaste en tus entrañas, la hechura de Dios la más sublime. ¡Cómo no amarte! Si te hirieron el alma con la cruz viva. Y si fuimos tan malos, ¿Podremos hoy, ser buenos?
ANDARES 95
{Ninfa Isidora Vargas Dauré}
Con la cruz a cuestas ¡Pesa la cruz de madera! se doblan las piernas la columna se curva, como cordones afloran sus venas, mojado el cuerpo la sal lo quema después, las espinas se sumergen, la sangre como arañas se deslizan por su piel. ¿Las lágrimas? no aparecieron en ese ser se fueron al alma, a lavar las heridas, que ardían a más no poder. ¡El madero tiene astillas! ¿Quién sabe si el peso partió su piel? ¿Quién sabe de sus entrañas? ¡Y cuantas partiduras en sus pies!. ¿Cómo quedaría su alma? Quizás, no merezcamos, ni siquiera saber.
96 ANDARES
{Ninfa Isidora Vargas Dauré}
Rezo No te rezo por favores concedidos, ni por el infierno si existiera. No te rezo por el cielo prometido, o el perdón de mis pecados. Yo te rezo para que a este cuerpo mío, lo despojes hoy de vida, no se conforma con tenerte, quiere morir, para verte.
ANDARES 97
{Ninfa Isidora Vargas Dauré}
En oración Elevase una oración un día. La montaña alegre agitó su falda. Se persignó mi rostro cansado, y la cruz alegre espigó entre las cosas, el halo de Dios lo sentía, nimbando en las galegas y mis rosas. Elevase una oración un día. ¿Por qué no fue antes, tanta demora? Por qué hoy que no queda tiempo, y la muerte se acerca, ya es hora. Elevase una oración un día, y era la mía, al final de la vida.
98 ANDARES
{Ninfa Isidora Vargas Dauré}
En agonía Mis pupilas se enfrían fuera del cuerpo, van y vienen latidos sin sentidos, aullaba la vida, en lo oscuro del día no estabas Señor, yo moría. ¡Hazte presente o enójate conmigo! Jala mis cabellos, golpea mis tejidos. quiero fogatas tuyas al lado mío y que engendres cantares, en mi rocío. Grita mi alma sin garganta, buscando tu puerta, quizás no merecida. Aquí me tienes, con los párpados caídos. el cuerpo medio muerto y el alma suspendida. Aquí me tienes, como muchos, buscándote en agonía.
ANDARES 99
{Ninfa Isidora Vargas Daur茅}
En mi mesa Quisiera saber los pensamientos de Dios, y en el deleite de una cita callada, saber que decirle saber que no. Lo espero hoy en mi mesa, tengo partido el pan, cortado el queso, mi coraz贸n abierto y la silla en posici贸n. Quisiera saber los pensamientos de Dios.
100 ANDARES
ANDARES EN LA ENFERMEDAD Capítulo IV
“En el fondo, un poema no es algo que se ve, sino la luz que nos permite ver. Y lo que vemos es la vida”. Robert Penn Warren (1905-1989) Novelista, poeta y critico literario Estadounidense.
{Ninfa Isidora Vargas Dauré}
Niña hermosa. Ojos verdes y pecosa ocho años creciendo bien cabecita de fiestas, que endulzas los sentidos al mirar tu ser. No puedes ocultar, tus fragancias ni secretos. Un día enfermaste, ¡palmadita de la vida!. opacó la luz de tus días. ¿Por qué se enferman los niños? si son ángeles llenos de dulzor. juegan a las muñecas, sólo tienen fantasías, no les cabe el dolor. Poquitas pisadas en el suelo, son sólo capullos no flor. ¿Por qué se enferman los niños? ¿Si el alma en puntillas los engendró? Si en la laguna quieta de un vientre, lavaron su rostro, hoy ceñido de dolor. ¿Porqué se enferman los niños?
102 ANDARES
{Ninfa Isidora Vargas Dauré}
En un frío hospital En hileras los enfermos, en camas blancas salpicadas, los cuellos bambolean el cerebro les pesa, se hunden las almohadas. Amarillos cuelgan los visillos rotos por erguidos ventanales, desfogando por sus agujeros el sol. Unos de lado otros boca arriba al final, todos enjaulados. La cama, nuestra primera estación. Con cerrojos la esperanza, sobre la piel grita el dolor. ¡Corre el visillo roto! ¡Que entre a destajo el sol!. ¡Nadie merece, una cama salpicada con agujeros de sol!.
ANDARES 103
{Ninfa Isidora Vargas Dauré}
Tras la cortina de humo ¡No fumes que te hace mal! ¡tanto me lo han dicho!, ya lo sé huelo a tabaco, nicotina y hiel pulmones cubiertos, ¡y qué!. Murmullas muerte bajo mi piel, el alquitrán se ríe, de mis sueños vertidos. Y el aire cansado, no quiere albergar, la resina amarga, que dejo al pasar. No te acerques a mi alma, quedóme transfigurada, sólo huele a tabaco, y pensar que te gustaba. Todo empezó jugando, luego me acostumbré, A nadie culpo, cortina de humo, que no me permitió ver. Ya es tarde, enciéndeme un cigarro, es todo lo que sé.
104 ANDARES
{Ninfa Isidora Vargas Dauré}
En un río Joven triste, al borde del río se cansó de delirios y desvelos y que un puñal de tristeza, clavara tan honda su melancolía. Quiso una tarde detener sus latidos, sepultándolos en el caudal del río, saciando su apetito, funesto de partida. Los ríos tienen sólo un caudal, no perdonan al sumergido, los cuerpos terrosos turban sus aguas, y no les gusta la muerte arrastrar, la vida reboza de caminos, no elijas sólo el que te llevaría al mar.
ANDARES 105
{Ninfa Isidora Vargas Dauré}
Algún día Veinte años y sobrepeso anchos hombros, piernas gruesas, las formas idas, la mirada en pereza. Montón de carne voluptuosa, que resuma dolor, comprime el alma toda, con el látigo y su peso. Quiero ese vestido, de fina talla y transparente. No te rías, es sólo un sueño que taladra mi vida, pero lo compraré un día. me pondré a dieta, pero será mañana, porque ahora siento hambre en las entrañas mías. Te lo prometo, algún día.
106 ANDARES
{Ninfa Isidora Vargas Dauré}
Les llaman locos Recorres un largo pasillo, silencio se escucha a sus lados, es un viejo hospital solitario, huele a humedad y polvo seco, lleno de enfermos dando vuelta. ¡Morbosa existencia!, están silenciados y ese silencio viene desde adentro. ¡Andan sueltos los locos! dirán algunos, los hombres ríen de su desvarío, pasa por sus cuerpos la vida, pero están en el misterio. Silban los vientos al oír sus lamentos, abren la boca y no son sus palabras. Están cesante de alma, cesante de caminos, y esclavos de instintos desatados. Medicamentos comen su lengua buscan rincones y ahí quedan. Son sólo un bulto que ocupa espacio y hace ruido. Tiemblan las mentes en tormenta, mientras afuera la tarde se embriaga de armonía. Pero un día dejarán el cuerpo y serán igual a todos, sin colores, sin pensamientos, sólo un pellejo muerto
ANDARES 107
{Ninfa Isidora Vargas Dauré}
Alcohol ¡Licor que embotas los sentidos! te empapas en mi sangre, lames mi garganta, después de bebido. Desnudas de instintos la mente, bailas en el cuerpo, y haces tuyos mis pensamientos. La sangre ríe y se agita también se alborota la pícara. Calientes los pies como flotando el aliento fuerte y caliente ¡Borracha!, me gritan. ¡Que importa!, te dejo cordura, es mejor envolverse en vino, que de sombras y desalientos, es mi traje de fiesta, más no sana mi herida. Yo río, río, las imágenes se ciernen, en báquicos sonidos pierdo la caligrafía, y la puerta no es la puerta me equivoco de salida, tropiezo y más río.
108 ANDARES
{Ninfa Isidora Vargas Dauré}
Cáncer Mal que me dejas sin cura, germinas en mi cuerpo, enlutando mis sentidos. desenhebrándome la vida mía. Primavera, contigo he retozado, cada año en estos días, hoy tus aromas no me envuelven, no me prives de fragancias, tú lo limpias todo de lodo y escarcha. Desnudarme de este mal quisiera, que está en mi como la hiedra, silencioso hurgando en mis arterias. Donde un día engendré vida, hoy la muerte con raíces pasa. Mi alma llora toda, por el deseo inmenso, de descender del monte por el riguero, con los besos de la brisa, como en cada primavera.
ANDARES 109
{Ninfa Isidora Vargas Dauré}
Suicidio Sintió pavura el joven, de seguir vivo, y acabó con sus latidos. Yerto su cuerpo en el cuarto, con colillas dispersas por sus lados, ensuciado de silencios, lamía su rostro un viento frío, meciendo el polvo suspendido. Y las grietas de los muros callados, abrieron sus bocas, gritando a la conciencia toda, ¡no quiso acabar con su vida, sólo huir de un mal momento!. Hoy el suelo carga el llanto, que vació la pena del dolor sentido. Nada suspende el silencio, ni un sollozo, ni un lamento, por el ser que yace inerte, en su lecho, boca arriba. En el aire flotaba una plegaria, que por la puerta se esfumaba.
110 ANDARES
ANDARES EN EL OCASO Capítulo IV
“ La poesía es el sentimiento que le sobra al corazón y te sale por la mano”. Carmen Conde ( 1907-1996) Escritora Española
{Ninfa Isidora Vargas Dauré}
Vejez Ya sólo te hilvano vida crucé tantas esquinas, mientras palidecían mis rosas. De tanto verter días, sabor añejo quedó en mi boca. Se desmadejó el tiempo, casi sin darme cuenta. Se cansa la piel de ser suave y de surcos se cubre toda. Quiero pesar menos, ser joven de tez suave y vientre fecundo, pero estoy en pereza, la piel suelta, los párpados caídos, la boca seca. Cabeza liviana invadida de miedos. Fisuras en mis labios, ni siquiera son mis dientes, vaga la muerte por mi valle, la vejez no se colora, y la juventud no vuelve. Sólo, son pesares de vieja, que le quitan felicidad al alma.
112 ANDARES
{Ninfa Isidora Vargas Dauré}
Barba blanca Tú pensamiento y el mío, son uno ante la muerte. Le puse pecho a la vida, y el tiempo lo doblegó entero. Se desfallecen los huesos, que llenos de poros se quiebran, y en mis caminos internos, se pasean lentos los recuerdos. Mis zapatos están vacíos, y dicen allá afuera, que a este señor que duerme, han de llevarlo pronto, derechito al cementerio. Tiene las mejillas tiesas, y los párpados caídos con una barba blanca que le tapa el pecho, ese con el cual, enfrentó la vida.
ANDARES 113
{Ninfa Isidora Vargas Dauré}
Capullos de Rosa La pálida luna, en tu cuerpo se posó, señaló tu partida y ahí se quedó. Callada está la tarde, falta de un latido, el tuyo, que al crepúsculo tantas veces acompañó. ¡Te traje flores, las más hermosas! Siempre quisiste, capullos de rosas para verlas mas con vida para verlas luego rosas. Bajo mi piel, llena de recuerdos, ahí, te acaricio amor. Así te tendré, hilando recuerdos, queriéndote ver hasta que la luna, se me pose también. ¿Quién sabe lo que llamamos muerte, es el paso mejor?. Luego te alcanzo, no lo decido yo, cargado de capullos, para ver ambos la flor.
114 ANDARES
{Ninfa Isidora Vargas Dauré}
Cementerio. Jardín lleno de flores, alzadas, sin raíces en recipientes con agua acompañan un momento entregando su vida junto a los cuerpos. Lápidas de mármol es el crédito a la existencia. Todo en reposo, el sol y el viento mientras abajo, se deshojan los cuerpos. ¿Qué será de aquellos?, que los olvido el tiempo y en polvo se convirtieron. ¿Los que no parpadean, y amoldan la tierra a su vacío esqueleto? ¿Qué será de aquellos, que en el cementerio estuvieron y sólo dejaron, un manojo de tierra y silencio?.
ANDARES 115
{Ninfa Isidora Vargas Dauré}
Ataúd Flotas eterno en la superficie mía. Cuna de humanos sin vida, rasgando la tierra te llevas los cuerpos. Acechas mi sueño, bostezas esperando mi partida. Sibilante el viento me arrastra y silenciosa la vejez me encasilla. Me tendrás atada y vencida, y tapada de homilías, me llevarás un día. Nadie te espera y acechándonos estás, con la tapa abierta, esperando cerrar. Estamos en camino, en mi último alero, te iré a buscar. Y me llevarás donde a muchos, que aún no pueden contar.
116 ANDARES
{Ninfa Isidora Vargas Dauré}
Muerte larga ¡Que larga la muerte, cuando se espera!, palidecen de a poquito los otoños, y el alma se sosiega. El inquieto astro ya no corre, el aliento se torna denso, desnuda los cabellos los deja blancos, la carne se ciñe al hueso, como el sufrimiento a la plegaria. ¡Que larga la muerte, cuando se espera! En profundo mutismo la boca, tendido el cuerpo como estatua fría, piensa el cerebro mientras respira. Que larga la muerte, cuando se espera.
ANDARES 117
{Ninfa Isidora Vargas Dauré}
Muerte filosa Donde fui feliz ya todo ha muerto, y hoy mi paso se hizo lento. Tierra sobre tierra me espera, ¡Te palpo muerte filosa! no te bebo como el vino, me aterra estar sin sombra, y que no hagas ruido, cuando me lleves toda. ¡Abrázame Dios! cuando esté yerta, sostenme que no tendré luceros. Llegamos desnudos, nos vamos con lo puesto. Abortamos la vida, sin quererlo, no se nos pregunta, esto ni aquello. Con la fe tuve dudas, y en la duda quise fe. apareció Dios en mi versos, y este rostro insepulto, no supo de rezos, ¿Si no quisiera irme, si no quisiera el sueño?.
118 ANDARES
{Ninfa Isidora Vargas Dauré}
Otoño Cómo llega el otoño, como llega, que cercana la muerte, que cercana, te toman el alma y se la llevan, por senderos invisibles, sin huellas. El boleto en las manos lo tenemos, pasajeros por la tierra, sin bultos sin maletas, el arribo no sabemos. Palidecemos bajo el olivo, y despojada de colores con poca carne en los huesos, la tierra nos hace nido, abortando quién sabe donde, lo aquí vivido.
ANDARES 119
{Ninfa Isidora Vargas Dauré}
En la despedida Cuando esté muerta boca arriba, con las manos huesosas y yertas, me mirarás el rostro y exclamarás, “está descansando, era toda bondad, que Dios la guarde, que descanse en paz”. Se anegará en llanto alguna mejilla, y mis labios cerrados querrán consolar, los amigos darán su pésame sin más, y la familia recuerdos urdirá. Es así la partida para todos igual desatamos el nudo y enfilamos ya. Después del entierro todos partirán, yo veré sus espaldas, se van a vivir más, me quedaré solita y la noche descenderá. Si damos la espalda a los vivos, ¿los llamados muertos, qué podremos esperar?
120 ANDARES
{Ninfa Isidora Vargas Dauré}
Te amaba vida La muerte ronda, yo la siento ya emprendo el vuelo y no sé cómo se llega. El cuerpo tiembla, el aliento caliente el vientre recogido, el cuerpo no responde, sólo escalofríos. Aprieta mis manos estoy llena de miedos ¡Apriétalas fuerte! para saber que aún vivo ¿por qué no las siento? ¿por qué si aun tengo el aliento caliente, y un humano latido?. Morir en mis cabales siempre pedía no sabía, no sabía, ¡Cuánto amaba te amaba vida!
ANDARES 121
{Ninfa Isidora Vargas Dauré}
Segunda muerte Un día tendré el cuerpo yerto, la tierra me acogerá y por encima dos jarros, sus flores me velarán. Pasará el tiempo y luego vendrá mi segunda partida, la final, la que no deja señal. Cuando no hayan flores en mi tumba y el óxido a los jarros cubra ya, será mi segunda muerte será tu olvido, será el final.
122 ANDARES
{Ninfa Isidora Vargas Dauré}
Cacería Perros hambrientos encontré un día, fieros ladridos, a seguirme venían bullente masa, estaban detrás mío, anhelantes de carne y era la mía. ¡Arrancar de la muerte, huir de la cacería!. Avalancha de fieras mojados en saliva a comerme viva venían. ¡Cómo gruñen! enfurecidos, clavan mi carne gritan las arterias. Colmillos filosos horadan los huesos a borbotones se va la vida. Evangelio de sangre en mi pecho, el viento aullaba sin palabras y transpiraba de angustia el camino al verme coagulada la vida. Si era como todas, con dos luceros, y hoy mi verso huele a fieras. ¿Que importa si fueron perros u otro mal? somos siempre cazados, ¿De la muerte, quién se ha podido soltar?
ANDARES 123
{Ninfa Isidora Vargas Dauré}
¿A dónde van los muertos, Señor? ¿A dónde van los Muertos, Señor? Nadie ha vuelto ¿Por qué razón? Huelo a cielo en los sepulcros, cojo la tierra de los cuerpos idos, y escurre de mis dedos el polvo, desesperado a su nido. ¿A dónde van los muertos, Señor? Si la lluvia desvanece nubes, y desnuda la azulidad de los cielos. Si donde nadie conversa, la tierra desteje esqueletos. ¿Quién deshace la vida? ¿Quién guarda lo amado, quién lo sufrido? Es pequeño el cerebro, horadado de festines. ¡Desconocemos la mano, de quién dones envía!. ¿Quién sabe? si en la paz que mece el alma, se guarda, la verdad perdida.
124 ANDARES
{Ninfa Isidora Vargas Dauré}
Carla Ha golpeado a tu puerta, una voz funesta que de muerte te habló. Silenciosa y sin ruido, nos dejaste un día. ¡No hubo tiempo!, no hubo, sólo partió. ¡Oh!, ¡la vida!, ¡la vida!, Sin tiempo de darle un beso, se la llevó. Estabas muerte en su cartera y nadie la vio, no sintió su peso y a su cuerpo saltó. Hoy flota sobre sus cosas el silencio, y su pecho atado a la tierra, siembra en la madre recuerdos. Pusimos en su lecho muchas rosas, guirnalda de flores blancas, salpicaba su pelo, yertas sus manos adolescentes, revelaban los rigores del destino. Olía a rosas su silencio, e inundada de belleza su rostro mármol, se esfumó.
ANDARES 125
{Ninfa Isidora Vargas Dauré}
Ruego Que no se allegue la muerte, al jardín de mi patio. Y que no cargue su manto negro, el pistilo de mis flores. Que la viajera no ronde mi lecho descalza. Y que no me aprisione la tierra, cuando se duerman mis días. Si toda vida al latido va ceñida. ¿La muerte cómo lo hace, para estar viva?
126 ANDARES
{Ninfa Isidora Vargas Dauré}
En la vejez viva. Con hortensias mis labios, recuerdan tus besos. y esperanzas en las manos, que arrebató el tiempo. Alargue mi falda, maticé el pelo, el tránsito de los días me robó el néctar, y así desfilando pasó mi tiempo. Escucho hoy lejanas las risas, de mis versos perdidos,. nada fue gratis, todo tuvo un precio. Hoy tras mi visillo, siento en mi espalda subir el frío, me hizo lábil la vida, me deja indefensa, salde mi cuenta, me voy como venía.
ANDARES 127
{Ninfa Isidora Vargas Dauré}
Tus cenizas En tu lápida de mármol besé ayer tus iniciales, y mis caricias corrieron a tus cenizas quietas, que con mi aliento levantáronse risueñas. Y un manto de flores, por mis manos puestas, esparció un aroma a tu huerta. Se me allegará también la muerte, y bajo el mismo manto, me tendrás gozoso, pasando mi sangre a tus cenizas quietas.
128 ANDARES
{Ninfa Isidora Vargas Dauré}
Al salirse el alma Te mostraste desnuda una tarde, sin terciopelo vestida. Y en triste retiro reclinada, te vi alma, dejando mis ropas. Oscuro jazmín ante mis ojos, y sin ningún necio consuelo ni bendición cual hace la gente, partes callada, por el mortal camino del cuerpo. Y yo me pregunto, ¿si no estoy añosa?, si te he transportado entera, anidada a mi cuerpo, casi pegajosa. ¿Porque ahora te desprendes, de mis lienzos todos y he de sumirme en silencio a mi piso orgullosa?.
ANDARES 129
{Ninfa Isidora Vargas Dauré}
Los años Cuando los años nos vencen, las sedas de los trajes ya no ríen, el coqueto perfume ya no importa, y la cabellera de oro, en la piel diáfana, se torna de plata, sobre un cuero suelto. Tantos abriles, juntaron inviernos, y la voz dulce se hace gárrula. El hilo de agua cristalina, parece fangoso. Y enjuto y pálido el rostro, indefenso, miserable, se guarda, en una caja, que llaman tumba.
130 ANDARES
{Ninfa Isidora Vargas Dauré}
Frente a la muerte Silencio que a nadie aventaja, por añoso poder triunfas muerte, al triste o dichoso, joven frágil o viejo sabio. Y en la selvosa oscuridad tuya, perderá el sonido mis palabras, y sin humano aspecto entregada me tendrás toda. Y sin permiso las lagrimas, se guardarán tras mi rostro, que posará boca arriba sin quererlo, y frente a frente con el cielo, gallarda posaré el semblante. Y brotará una lápida en la hierba, dónde el sol reflejará mi nombre, por un tiempo, sólo un breve tiempo, mientras destiña.
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POESIA HUASA Capítulo VI
“La poesía tal vez se realiza contando cosas humildes”
Miguel de Cervantes Saavedra (1547-1616) Escritor Español.
{Ninfa Isidora Vargas Dauré}
PREÁMBULO
E
n nuestro aparecer en la tierra a todos se nos pone en un lugar diferente un punto de partida para recorrer el camino de la vida, y es así como nos transformamos luego en; profesionales, empresarios, empleados, independientes, militares, y entre ellos está el huaso personaje típico Chileno, denominándosele así al campesino de la zona agrícola del país. La palabra huaso proviene del quechua y significa “lomo” o “ancas de las bestias”. Se dice que los pueblos originarios de Chile llamaban huasos a los hombres que andaban a caballo, y que más tarde ésta palabra habría pasado a denominar a quienes realizaban faenas agrícolas a caballo. Ya en el siglo XVIII aparecen los primeros huasos en los escritos de algunos cronistas, se les describe como personas del campo, excelentes jinetes y laceadores, que vestían poncho. Pero no fue sino hasta comienzos del siglo XX que los huasos ocuparon un lugar de privilegio en la sociedad chilena. En efecto cuando estaban por cumplirse los primeros cien años de nuestra independencia, la prensa buscaba desesperadamente las raíces de la identidad chilena. Entonces la sociedad se interesó mucho más en nuestras tradiciones, costumbres y personajes típicos. Fue así como se tomó conciencia de que los huasos existían.
ANDARES 135
{Ninfa Isidora Vargas Dauré}
Esta denominación se extendió al campesino criollo que se caracteriza por ser un hombre apegado a la tierra, taciturno, tímido, alejado de los usos de la urbe y que vive de acuerdo a los ritmos naturales propios del ciclo agrícola: la siembra la espera y la cosecha. Trascendiendo su origen campesino la palabra huaso suele ser sinónimo de chileno en América Latina, subrayando la importancia que este grupo tiene en la historia del país. Todo este mundo diferente los hace muy peculiar, la vivencia del dolor, del triunfo, de la alegría y la tristeza en ellos es lo que pretendo entregar en este poemario, destacando sus costumbres y formas de expresión.
136 ANDARES
{Ninfa Isidora Vargas Dauré}
Carta al Final. ¡Qué amargo trago en la vida! Me `ejaste por otra, me `ejaste botá, Pa que veai que soy generosa, lo dejo too tendío, pa quien lo coja. Las melgas están regaita y el jardín lleno `e rosas. Yo sumía en mi cama, llorando desconsolá, pareciendo yegua en celos, de esas que andan desbocá. Te parí dos hijos hermosos, los bendecí con mi ojo y educao están ya. Me gustaba ser tu esposa le echaba azúcar al mate, apasioná. ¡Si me corneabay a besos!, parecías potro salvaje y yo domá. Hoy, zarzamora veí, en mi cuerpo rondar, no te acercai, ni siquiera pa na. Y arañáo `e pena está por dentro, lo que sentí en la quebrá. Anegá en pena vivo, me siento derrumbá. Si calentábai mi cuerpo, en la noche con la helá, me atrincàbai a besos, y yo sin decir na, me quedaba quietecita, esperando má. ¡Que amargo trago en la vida! ¡me `ejaste por otra, me `ejaste botá!.
ANDARES 137
{Ninfa Isidora Vargas Dauré}
Dile a los niños que no jue maldá, que morí enferma, no tienen que saber, que fue por amor de verdá. Diles que me equivoque de frasco, tomé otro que estaba pa` otra cosa destiná. Sé que es mala mi partía, pero me voy enojá, que me perdone diosito la decisión está tomá. Camino al cementerio, no te quiero por allá. Que lo hagan mis hijos, que me cubran de rosas, con su mirá. No merecen tus manos, llevarme a enterrar. Estài advertío, no te quiero por allá. Se me olvidaba, te dejo todo zurcío, dos sacos de harina pa` un tiempo más. Que atizonen bien mi tierra, no quiero ni en pena golver ma. Que perdonen mis hijos, un frasco ´e pastilla tengo `entro, si ya morí hace rato, si estoy vieja y arrugá, Si me `ejaste por otra, si me ’ejaste botá.
138 ANDARES
{Ninfa Isidora Vargas Dauré}
Vieja malhumorá Me puso arisca la vida, y tengo la vieja costumbre de estar enojá. ¡Buchas que tengo rabia! Mis huesos desnuos de carne, se cansan de trabajar. Se me cruzan los ave marías, cuando estoy acostá, y en el rezo repito sin parar, “murió mi viejo y los hijos casaos están ya, los nietos no los veo, ni por casolidad”. ¿Está amargo el mate, o será mi boca desdentá? esta tierra que piso me tiene malhumorá, no se dieron los tomates, se quemaron con la helá, está vacía la tarde, no hay nada que hacer ya. Me voy a ver los porotos, que tengo pa guardar, por si aparecen los hijos, tengan pa llevar, el año pasao les salió gorgojo, no vinieron ná. Le pido perdón a Dios, y no a mis hijo, con ellos estoy enojá, ¿no sé que maldad harán los viejos, que siempre solos hemos de estar?. ¡Bucha que tengo rabia! como termina uno en la vida, llena de hastío, sola y desdentá.
ANDARES 139
{Ninfa Isidora Vargas Dauré}
Trompecé un día Bajaba al pueblo a la chupilca acostumbrá, después de arar la tierra y dejar las juerzas allá. Amainaba la tarde, y la manta de castilla moja` entera y pesá no la sentí en mis hombros, cuando vi, lo que voy a contar. Yo arriaba los bueyes, picaneado por detrás, con la caeza gacha y la chupalla mojá, me trompecé con una damita, que no había visto jamás de delgaíta cintura, unas caderas bien tornía, con dos manzanas bajo su blusa, que se movían al compás, como fresa su boquita, la carita sonrojá. La manta de castilla temblaba entera, me saqué la chupalla pa saludar, nunca tuvo mi boca tanta sonrisa pegá, ella siguió de largo y como animita se fue por la quebrá. ¡Ay Dios que trompezón en la bajá! Parecía ella de pueblo y esa es la pena que da que se jue sin tiempo pa saludar, que al huaso no lo miran, ni siquiera pa na, y yo quedé enamorao, hasta de sus pisá.
140 ANDARES
{Ninfa Isidora Vargas Dauré}
Ramo `e flores Te endilgaste una mañana, como cabra pal monte, a la casa de tu `amá. Te aburriste de hacer fuego, y sacar leche `e madrugá. Soy huaso de pelo en pecho tengo las ojotas bien puesta, y las chupalla en dos manos aprensá, me tiemblan las cañuelas, y paré que voy a lagrimiar, pero tení que escucharme, pa` eso vine pacá. Te quice desde güeñe, y ahora paré que má no te tuve mantel largo, apenas caldo `e papa y tortillas en rescoldo, pero usté` era mi reina, en esta pobreza desgraciá. Cuando le cansen los cementos güelva `onde mi la voy a estar esperando, compre una cocina, pa que no este ma` ahumá, Ahora la `ejo y si no quiere ahorita golver, yo voy a cargosiar y le llevaré flores de esas comprá, hasta que diga que sí, habrán mil ramos má cada domingo la vendré a buscar.
ANDARES 141
{Ninfa Isidora Vargas Dauré}
Y si algún día no endilgo más es que la pela `e mi se acordó pero igualito la voy estar esperando tendío en la urna con las mesmas flores pa` usté` agarrá.
142 ANDARES
{Ninfa Isidora Vargas Dauré}
En mi velorio Un día la muerte se me arrimó, y me aguaité asustao `entro un cajón, con mi camisa nueva y mi pantaloncito mejor, yo que le hice a la ojota, y veo que el zapato, lo más bién me entró. ¡Naiden llora por este peón! Que está boca arriba, manos cruzá, y más tiezo que un tablón, hasta mataron una vaquilla, pa comérsela en mi honor. Dicen que jué un ataque, la cuchara no aguantó. Que importa como jué, si todos nos vamos tarde o despué. ¿Dónde estará mi `iñora? quiero tenerla a mi lao ante que cierren el cajón. Me despío de mi tierra, que comía y too me lo dío, le puse harto arao y siempre respondió. Todo lo que no `ije, quiero gritarlo hoy, ¿pero ´onde estará mi `iñora? no la siento alrededor, ¡buchas! que no viene, ¡buta! sí ya me voy, alguien y no son sus manos, está cerrando el cajón.
ANDARES 143
{Ninfa Isidora Vargas Dauré}
No golver má Con esto ojo cavé mi pena, y ésta boca se quedó callá, cuando vi, que lo mío era amor y lo suyo ná. ¡Sí con un jutre te pille revolcá! con un combo lo mandé a cambiare, sin ganas quedó de golver ma. No está na buena pa` uste la cosa, quedó solterita, sin siquiera haber estao casá. Sí acarriaba dos potros pa`l altar, se moria por un anillo no importaba de cual. Aunque no soy futre, tengo mi dignidad, ahora me voy pa no golver ma, Le podía rogarle pos oiga, pero no tiro más lo bueyes, si no hay cariño, mejor dejo la carga botá, y pobre de mi si con uste güelvo no ve que aprendió de maldad, y como sabe hartazo `e engaño, es que no vale la pena con uste golver ma.
144 ANDARES
{Ninfa Isidora Vargas Dauré}
Arando la tierra Con la espalda mojá y azotao de viento, desnuo la tierra, pasando el arao de allá pacá, detrá de mi yegua, la Golondrina. Así las hei pasao, los inviernos y veraná. Perdone usté lo que voy a `icirle, huelo a carne, sudor y tierra, y a vece este huaso, oler de otra forma le quisiera ya. ¡Que, miércale de vida me tocó llevar! Nunca le usao corbata, y por má gueltas que hei dao estoy donde mesmo parao. Unos cuentan platita con manos de señorita, las mías pare pezuñas y sólo saben de arao. ¡Si soy honrao, cristiano y no vivior! y por más que trabaje la tierra, nunca seré patrón, si me parto el lomo, pa vivir mejor ¡Que mal hice yo `iñor pa ser siempre un peón?, ¿Por qué no nací parao, como mi patrón? ¿Por qué a algunos les cuesta tanto y otros no? Bueno usté ya sabe, lo que pienso yo. Se me olvida `icirle, que el potrero conoce mi dolor, No ve que en cada surco, una lagrima mía ahí cayó. tome uste` un ratito mi arao, me va a entender mejor.
ANDARES 145
{Ninfa Isidora Vargas Dauré}
Las piernas rajuñá Hacía hartazo frío , y porfìao pa` acostarse estaba mi marío. yo toa helá, la lluvia caía como baldía. me puse calceta `e lana y bien arreozá, te volví a llamar, paré que te había tragao la tierra no apareciai na y yo empezaba a desvelar, miro por la ventana y no te aguaitaba la lluvia y el viento sin frenos estaban, te esperé otro rato y ahora ma preocupà me golví a vestir pa salirte a buscar. El viento me ahogaba, el gallinero estaba callaito y la perra echaita, Tu na ni na y ahora yo aterrorizá, ¡ si estabai tomando mate y como `e costumbre te esperaba yo acostá!. Me vuelvo corriendo y toa mojá, no estabaì en ninguna parte y a cántaro el agua, no podía ni gritar. ¡Donde estaba mi marío!, no hay ma `onde buscar, que llegue luego, rogaba que no le pase ná. Se lo tragó la tierra `onde diablo jue a dar, ¡Ay Dios la tormenta en mi pecho está!. De repente sin más apareciste por detrá, andaba el perla tapando la leña, que se podía mojar. Me las teníai que pagar, te llevé a la cama, y después de la retá, te mandé una güena abrazá,
146 ANDARES
{Ninfa Isidora Vargas Dauré}
te juiste entusiasmando con tantas tocaita, y me `ejaste las piernas todas rajuñá. Güendar la nochecita, después del susto la gozá. Sentí el infierno y tantie el cielo, y tu dormí ahora como si ná
ANDARES 147
{Ninfa Isidora Vargas Dauré}
Los ojo son pa mira Yo encerraba las vacas mandà por mi `apá, Y parao al frente mío un jovencito encachao, me estiró la mano pa saludar yo limpié la mía y me juí de apretá. En su ojo me quedé pegá. señorita me `ijo, dónde ubico a su papá, quiero con él un negocio entablar, yo quedé en sus ojo` ensartá Estaba el futre perfumao yo le olía, a jabòn gringo y pomá. Se fueron caminando con mi `apito y na de tonta los seguí por detrá. mi `apá se da güelta, y apagar la cocina, me jué a mandar, butá si la cocina estaba ya apagá güendar mi `apá no entendía que sólo queria agüaitarlo má. Algo pasó conmigo, mejor no le cuento , porque la calda que me daría mi `apá. Ojalá no vengan ma` estos futres bonitos tovía no cierro las quijá, al corazón le puse una cincha bién apretá, porque me dieron ganas, de bajar con él pa la quebrá.
148 ANDARES
{Ninfa Isidora Vargas Dauré}
Cumpleaños de mi `amá Cuatro gallinas en la olleta bien aliñáita, con tres patas de fierro en el fuego bién ensartá. Se había matado un chancho, y la damajuana al medio intalá. Un mantel de hule floreao, colgaba en la mesa principal. Too listo pa la fiesta ochenta años y paraito el lomo, cumplìa mi vieja arrestá. Le faltaba un hijo, eran tre` en su maná, pero uno el Ramón endilgó lejazo . Hicimos un salú con enguindao, hecho también por mi `amá. Tomamos y comimos hasta no dar más, ella miraba pal camino, por si el hijo ausente aparecía ya, y no apareció ni siquiera un recao jué a mandar. Mi vieja `e durmió tristona, y guardó carne por si llegara ´e madrugá. güendar con mi hermano, no arrimó ni pal cumpleaño de su `amá. Pero en la boca de toos zapatió igual, ni las gallinas el chancho ni el trago lo pudieron reemplazar. Por eso mi `amá mejor se jue acostar. Es injusta la vía es siempre más querío el que se portao mal, y pá mi un güenas noches, tranque la puerta y arrégleselas con su almohá. ANDARES 149
{Ninfa Isidora Vargas Dauré}
Pa` l dieciocho Poca carne y harta cebolla, tienen la empaná, pero el tintito la hace rapidito pasar. Suenan las cuecas, cumbias hasta requetón iñor, too regüelto, paré una carboná. Humo sale de cada ramá, los anticuchos, atragantan las lenguas de toa la puebla. Y entro a la primera ramaita donde bailaba Peiro una cueca bién zapatiá. Rosita le ondeaba el pañuelo, y le movía el vestío, se le güelve al otro lao y va pa la segunda vuelta, las espuelas con rabia el Peiro hace vibrar, y bajo enaguas y falsos las caderas de la Rosita cimbran desvergonzá, y ese escote de carne joven, con tanta güelta y cepillao dejaron al Peiro rendío, sin juerzas pa continuar, a la tercera patita, no sabe `onde está. Pa que hablo del ponche, las cabritas, y las manzanas arreozá más donde yo mire, la bandera chilena bien pará. Un cerro de cebolla y el ají cacho ´e cabra esperan llenar las ricas empaná. Ceniza de hualle pa pelar el mote, pa qué hablar del asao, mejor no sigo pos oiga de tanto paladear, se me le anduvo olvidando el motivo de la ramá, y la Rosita con Peiro, quién sabe ahora´onde están. 150 ANDARES
{Ninfa Isidora Vargas Dauré}
El hijo Quedaba harto lejo` el hospital, cuando a mi `iñora los dolores de parto le empezaron ya, y sin más que un quejío, rodó el cabro lleno `e vida, por las piernas `e su `amá, y a los pies del catre jué a dar. Me fui a matar un novillo, pa celebrar con ñachi la llegá. Con sus alforja llena `e vida, y aventajao venía el cabro, na `e calluzo como el papá. Yo saldré mañana hacer parir la tierra, pa que al hijo na le falte, empapao `e risa y pasao a hualle y cilantros con güenos ejemplos crecerá. Dios lo proteja a mi cabro, ayer no lo conocía na, y hoy, ensartao en mi pecho,lo siento ya. Que sea mejor que su paire tampoco lo quiero `eñorito de ciudad, pero la ojota pa` él no la quiero ma, una vez que se la pone,
ANDARES 151
{Ninfa Isidora Vargas Dauré}
queda laciao igual que su `apá, si a toos sus antojos ya estoy rendío. Güendar con la cosa estaba yo tranquilito, y ahora no quiero que a este hijo le pase na.
152 ANDARES
{Ninfa Isidora Vargas Dauré}
Ser vieja Con mi moño bien parao despejo la cara, pa no verme chascona y ma` estirá, porque lo` año, no lo pueo tapar. Que desgracia ser vieja, si por entro no lo siento na. Tener que estar encerraita cuando ajuera la perdices los zorzales, hasta los pidenes me cantan toná. Sí no huelo el cilantro `e mi huerta, y si salgo, una pulmonía me pue dar. No veo el lustre del naranjo, porque estoy cegatona y lente no tengo na. Mis amigas toititas murieron, y yo con ganas de vivir má. Con los jacintos ajuera florecíos, y yo toa destartalá. Que desgracia ser vieja, si por entro no lo siento na. Sólo muevo las cuentas del rosario. Y como la caeza de un pavo, tengo la cara roja de frío y congelá. Le sigo sintiendo cantitos, ahora son las tiucas, tencas y zorzal, si la vida es re linda, que desgracia ser vieja, si por entro no lo siento na, ANDARES 153
{Ninfa Isidora Vargas Dauré}
Un joven gritando ¡Llegaste a viejo veterano! un joven pasó gritando, mire pa toos laos y seguía el diantre vociferando. ¡No estay ni jubilao! ¡Y la carne vieja se acobarda! Metí mis manos a los bolsillos y con güen tranco, seguí andando. ¡Llegaste a viejo veterano! me seguía un joven gritando. Yo me paro y también le ´igó Quédate güeñe callaito, te veí bonito por juera, pero por entro no tení na. Es verdá que me sobra cuero, y la piel liza se arrebata, pero jui güeñe, adulto y veterano. ¡Y estas mesmas estaciones te esperan a ti añiñao!. Y lo último que voy a `icirte afortunao el que llega a viejo y pa llegar a esa meta ¡Buchas, en la via que hay que ser arrestao!.
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{Ninfa Isidora Vargas Dauré}
Mi yegua mulata A las cinco de la mañana, fui a buscar a mi yegua pa cambiarla de potrero. ¡Oiga! y no la encuentro na, le pego un silbìo y otro y no se agüaita ni en la bajá. Mulata la llamo, es la bestia mas linda por estos lao, con una tuza negra que le cuelga desordená dos ancas sedosas, lustrá por estas manos que la conocen entera de tantas sobá. En eso llega jadiando el vecino, y me ´ice ¿Compadre la Mulata está guardá? No iñor , no la encuentro por ni un lao. No la busque ma entonces hay una bestia en el bajo charquía yo creo que mejor no vaya na. Un látigo partío mi pecho, corrí y corrí desbocao arriando toos los pensamientos, pisando yuyos, cardos y huertas. ¡Butas!, si refriego mis narices en su cuerpo, si huele tan rico a sudor y pasto seco, y de sus redondas ancas le sale,
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{Ninfa Isidora Vargas Dauré}
vaho caliente con sudor de hierba y maleza, y sus narices rosá, se abren cuando va a mi encuentro. No se de `onde saqué coraje `iñor pa verla, estaba su cabeza hecho tira,con los ojitos suelto, y desnuo de carne sus huesos, me saco la manta `e castilla negra, y la cubro entera, pa simularle su cuerpo. ¡No me `iga na! Sentí tan grande el puñal que por mi, ahí mesmo muriera. No le conocía el color a la pena. ¡Sí el animal pone sus ancas, pa servir al humano! ¡Si estàn lleno ´e nobleza! palabra que no conoce, el que se supone, tiene conciencia. ¡Y esos hijos `e perra! No saben lo que me hicieron. Me arrebataron el respeto, que por el hombre sentía, me dejaron desnuo de compasión y sentimientos.
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{Ninfa Isidora Vargas Dauré}
La embarrá Mi hija se jué hace rato ¡dicen que anda de ramera! Si es así no la culpo na, el campo estaba lejo ´e la escuela y apenas queó preña la eché cantando pa juera. ¡Iganme lo que quieran! no me voy a enojar na, se que hice una lesera le puse rabia a la pena, y ahora depue `e viejo me arrepiento `e la condena. ¡Y si es verdá que está `e ramera! ¡aunque manos sucias en su cuerpo tuviera! a mi no me importa ahora na. Si yo la eché a la calle con las manos pelá, una guagua en el vientre, y no estaba na educá, ma los jotes ajuera, me la han hecho zumbar, ¿onde estará mi niña? yo necesito su perdoná, pa morir tranquilo, ¡bucha que en la via, uno que hace embarrá!.
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{Ninfa Isidora Vargas Dauré}
El borracho Güendar tantas penas, y el corazón enfiestao bombos y platillos en mi cabeza y con las piernas balanciaito `iñor. Veinte años estao tomando el güen tinto hasta avinagrao a tiritones agarro el vaso, y al güergüero se va rapidito. El cuerpo lo píe `iñor, que el alma se entintó entera y por ahí bota la hei dejao. La noche me agarra en sus rincones ¡ ahí mesmo queo botao! despué despierto de frío, dando tumbos y trompezones, y paqué le cuento al ver mi huella, en la escarcha `onde dormí tirao. ¡Es que ni un perro pos oiga, se merece ahí haber levantao. Ayúdeme usté `iñor y deme otro trago será mejor, pa reventar luego y olvidarme de quien soy, no ´e que antes era respetao `iñor y pa no ver èsta piltraja, mejor estoy curao.
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{Ninfa Isidora Vargas Dauré}
El hijo muerto Ojalá juera mentira, ojalá no se hubiera muerto, La `iñora empapá en llanto, y yo mejor no hubiera nacìo. Si el corazón lo tengo arrebozao `e negro. parezco potro embestío de luto por dentro. Relincho en la noche pa`l cielo, y escarbo la tierra tendío, como loco buscando, a ese hijo ido. Si aletiaba su almita, cuando a mis brazos corría. ¡No tengo coraje pos oiga, no tengo coraje pa no tenerlo! Si me dejó un hueco, un hueco grande aquí `entro. Apegao a mi catre dormía, y los besos en bandá pa` él iban, con su olorcito a leche que tenía. Diosito quiso que voltiara lejos. Y si lo sacó el nido, yo no lo sujeto. Si taitita Dios es güeno, no le voy a quitar su derecho. Si la cuestión es, ¿como yo tapo el hueco? el hueco que sangra aquí `entro.
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{Ninfa Isidora Vargas Dauré}
Mi `iñora A tentones me juí `ando cuenta, lo que hartazo embromé en convencerme que alguien me cambio la `iñora, ella anda por su lao mirando pa`l cielo, enojaos ambos como fieras, y si se cruzan las mirá mejor me asujeto. No `e que otro se ganó su aprecio, y mandó pa`l monte lo nuestro Otro le zapatió en el pecho, ni yo ni naìden puede con eso. Ella me pidió rienda, no se las di na, se las aflojó solita, y quiere ahora mi perdoná, de ´onde agarro la juerza, pa` echarla puerta `juera. Mejor la perdono y miro pa`l potrero. Porque no pueo `ejarla sin ella no valgo na po. Cuando está en mi catre, con el corazón ajuera `iñor la dicha ´e tenerla usté quisiera. ¡Pero el bribón si lo agarro, lo azoto por las corvas! por meterse con mi ´iñora, y quitarme la honra, la hizo su quería, y a mi, me enterró en via.
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{Ninfa Isidora Vargas Dauré}
La Herencia. Güendar que me estoy yendo, el cuerpo quiere ahora, pegar el último aliento, y no me pida na herencia, porque sería una ofensa. Güendar oiga, quien me viera, duermo en la paja con las pulgas dando güelta, y juego a veces con el viento, que arreoza mi espalda y me voltea. Mi platita perdì en apuestas, la familia se jué hace rato los recuerdos revolotean. ¡Me sopló juerte la via! no supe guardar na en la tormenta. Nadie me puso el anca, nadie su mano abierta, cuando me vieron arruinao, toos se dieron güelta. Una cuchara en el jarro, la vida me presta, y un cajón con astillas tengo ´e mesa, mis manos con callos muestran, que juí agricultor y a veces pioneta, hoy le mastico el barro, pa calentarme, al fuego eché la artesa. Sin lápiz ni papel, ni na que poner de herencia, dejo un espacio en la paja, pa` otro jil sin conciencia.
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{Ninfa Isidora Vargas Dauré}
Traición Un Jutre de corbata y perfumao, le clavo los ojos a mi prenda. Más lamío que animal recién nacío, con palabras bonitas la llevó a pasiare, le sobo el lomo y eso bastó, pa que se olvidara de este peón. Patá en el anca sentí, con su taquito mejor, y una orqueta en el pecho es mi dolor. Blanda ´e boca me salió la prenda, haciamos güena yunta, los dos, me volteo lejos por un futre, y me siento perdeor. Se que a la juerza no hay amor, como `icimos los huasos, la tenía lista pa la marcá, y cuando cambie mis ojotas por zapatos `e cuero `iñor, ya era tarde, otro tenía `e charol. Tan lindo el corazón que lo pintan, pero ¡buchas!, que sabe de traición.
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{Ninfa Isidora Vargas Dauré}
La borrachera Si supiera uste `iñor. lo que la noche negra me `ejó. Arriba del caballo curao espoleaba yo, alazana la bestía las narices colorá, con las frena llenas de espumas, y los ijares barnizaos de sudá. Y que parecía `iñor, curao como tagüa y sin razón, la yegua `e lomo gordo y bién formá, me llevaba con sus nalgas asujetao. Too iba bien y la borrachera me agarró, le clavé hasta el fondo las espuelas, y se lanza la bestia en embestía resfalando al fondo `e la quebrá, a mi me lanzó lejos, y la yegua ahí quedó tirá. estoica pa saltar el diantre, estaba tan negra la noche, y pa` obedecer estaba acostumbrá. Quedó enterrá en el suelo, se jue helando de a poquito, y la sangre en sus canillas, le mojaba el campo entero. Si cruzaba los potreros, como lanzá por los aires, al silbìo de este amo, que era chúcaro en su pelo. ANDARES 163
{Ninfa Isidora Vargas Dauré}
Yo le juro por mi taita, que no veo ma` el vino un poquito pa´l dieciocho pero sin montar un pingo, no`e que no jue ná por maldá, sólo por bruto y muchas empiná.
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{Ninfa Isidora Vargas Dauré}
Las penas de adentro Voy a contar mi historia, aunque a nadie le interese, pero tengo que voltear, lo que llevo `entro. En tierras quemá por soles, crecí entre lomas y sembraos. Con un silbío entre dientes, y con las narices colgando, corría en pelo con mi yegua, saltando en los potreros, hasta aquí too era güeno. Cuando crecí se allegaron las penas, nunca heí sío letrao, pero no me ha importao, lo malo es que ahora ser distinto quisiera No `e que me`ijo mi prenda, que no perdiera más tiempo, que conoció uno ma` educao y que ese fulano, me había quitao el puesto. Y pa que se juera el mal recuerdo, un jarro `e tinto me lo mandé adentro, como no se iba la pena le puse más trago al güergüero, y así me lo hei llevao, echándole al güelo. El cielo me mira feo, la luna se da güelta, Las estrellas están negras y yo lleno `e tinto por entro. por penas de amor oiga, a lo que uno llega ANDARES 165
{Ninfa Isidora Vargas Dauré}
Te querì casar conmigo ¿Te querí casar conmigo?, yo siempre te preguntaba cuando estábamos solitos bajo el güalpòn de la quebrada. ¿Te querí casar conmigo? Espera un poco me contestábai, Alomejor pa la cosecha, ten paciencia no falta nada. ¿Te querí casar conmigo? espera otro poco, no seái porfía cuando maduren los trigos, y esté tu mamá bien recuperá. Después de año esperando una tarde en el oído me `íjiste listo ¡casémonos! Y yo te `ije, que ya no. Tantas rogá y tanto no `e tu boca que jueron cuchillá, hiciste que me cansara y ahora `toy desilusioná. Tu suspirai ahora, y a mi no se me da, si no mojaste esta matita, la tuviste puro esperanzá se jué secando solita, y me convenció al final, que lo mío era amor y lo tuyo na. 166 ANDARES
{Ninfa Isidora Vargas Dauré}
La tempestad Los vasos de tinto coloreaban el mantel, me tenían rodeao los amigos, pa contarles como jué, el arriar mulas cargá y partir lejazo atravesando pilcas, pa poder algo vender. Tovía no se oreaban los surcos, por la lluvia recién pasá y endilgamos con tres mulas y cuatro bestias a vender el güen charqui quezo y mermelá. Empezaron de a poquito arrimar rachas de viento y remolinos a huasquiar, un rayo partió el horizonte, y una andá `e truenos a las orejas jue a dar, nosotros en la cima de una quebrá. Una manga `e polvo nos echaban pa`trás, con la polvareda todos ciegos al andar. Güendar la ventolera arrestá, lloraban los ojos rasmillao `e tierra, y las gargantas sumía en polvo gritaban sin tregua. A jirones arriba las nubes ni pa`tras ni pa `elante, atrapá relinchaban las yeguas. Las ramas `e los maitenes nos tapaban y los eucaliptos a punta `e ramalazo
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{Ninfa Isidora Vargas Dauré}
quebrá abajo nos mandaban lejo. El viento volvía arreciar y las mulas espantá, perdimos el charqui el queso, sin camino y botaos, en bandá las plegarias iban . Hasta que por fin un aguacero, rompió el aire y el viento y too jué silencio. Güendar la naturaleza nos hace tambalear, y la muerte nos muestra, en un pasiar.
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{Ninfa Isidora Vargas Dauré}
La pega lejos Tengo una hería del pecho a la caeza, porque la pega me queda hartazo lejo, dejo mi `iñora sola, con dos hijos en el pueblo, y pa qué le cuento la echo `e meno `iñor. Me parto el lomo pa darles techo, pero buchas que estoy lejos. Tiene mi patrona el gesto manso y dos durazno en su pecho. Son blanquitos sus dientes, y gordito sus labios rojos, por onde la mire tienta hartazo `iñor. Cuando llego los domingo mandamos acostare a los cabros, y endilgamos a la pieza, paqué le cuento ma mijo. Ud. entenderá ahorita, porque no quiero estar ma lejos. Aprovecho en este verso, encargarle una peguita, en el pueblo de Coihueco, onde está mi patroncita, con dos críos que paré que son míos, porque me entró la duda, de tanto jote por ahí suelto, y yo solita que la `ejo. ANDARES 169
{Ninfa Isidora Vargas Dauré}
La prenda Un día me dijo mi prenda, que no perdiera más tiempo, que ya pa mí no tenía sentimiento. Desde ese día me tapo, con tinto el güergüero, y cada vez que hablo de ella, un jarro `e vino me lo mando entero. Pero no perdió el que mas quería, ni gano ella por sinvergüenza, aquí perdió el fulano, que se robo la prenda, porque ella lleva a cuesta, tres hijos de otras historias que cuenta. Y pa hijos ajenos, no tengo na paciencia, así que mejor a mi nunca golviera total ya llegará el consuelo mientras tanto estoy cavando un hoyito en la tierra, pa guardar la pena, pero buta que hartazo me cuesta, porque me están ando ganas, de tirarme yo en el forao, que uste` agarre la pala, pa mejor ser un finao.
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{Ninfa Isidora Vargas Dauré}
En la iglesia Escuche oiga lo que voy a `icirle, pa empezar arrimese pacá. Le aseguro que esto le va a cambiar la toná. Mi compadre Don Pedro, sembró el potrero de alfalfa, vino una helá y toitito se jue al diantre. Como él estaba mal, a la iglesia jué a dar, hizo callar al cura y se puso a discursiar. “¡Se creen buenas personas y no piden por el del lao! perdí too lo que tenía, y naìden a mi la mano me ha estirao `iñor vienen toititos a la iglesia, y se dan con la cruz en el pecho, todos saben lo mío y piensan ¡que se las arregle solo el leso!” Despué de retarlos a too, se puso `e rodillas, yo le aseguro que este compadre tampoco esta rezando, naita por el del lao.
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{Ninfa Isidora Vargas Dauré}
El enojo Cuando se espantan las mulas, le palmoteo el cogote cuando se espanta mi `iñora, no me deja na que la toque. Tiene sus mañas la hembra, y corcovea por too, me salió dura `e moyera, y harto embestío su moño. El alma mansa `e los bueyes quisiera que la tuviera. Me tranca la puerta en la noche, y las espinas de su lengua me clavetea. Yo harto le hei aguantao, pero buta que me cuesta le llevé flores un dìa, me las tiró por la cabeza ya no cambiai viejo me grita. Si vo hiciste `e mi lengua, un cuchillo afilao, y me acusài de mañosa. Si juí masita en tus manos, y la amasá jue re poca te olvidaste del cariño, y a mi me jue quedando, lo puro mañosa.
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{Ninfa Isidora Vargas Dauré}
El testamento Cansao de partirme el lomo en tierras que no eran güenas, llevar la mesma vida, contando puras penas, vendí too mi campo, la rancha, los animales hasta la pelela `iñor, y me juí a la ciudá a estar mejor. Pero la viajera al lao mío se echó, no `e que la vejez pega su atrincón y quice hacer testamento, antes de partir a otra estación. Pero no tengo nada `e valor, sólo unas palabras pa qué grabe en su corazón, si a mi me la hubieran dao, distinta sería mi condición. No se le ocurra hacer algo malo, actúe siempre con güena intención. El camino corto no es siempre el mejor, vayáse por el derecho pa qué no de trompezón. Que su casa sea un sitio humilde y acogeor recuerda que la caña nunca es gúen patrón. No galope por la vida, tranco a tranco es mejor, cuando se ponga güero, sabrá porqué lo ’ígo yo,
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{Ninfa Isidora Vargas Dauré}
vaya siempre a la escuela, no baje nunca `e la verea, ser honrao en la vida, es parecerse a Dios. Es mi testamento sin moneas iñor, sólo una güena intención, a veces escuchar a un viejo, vale por un millón.
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{Ninfa Isidora Vargas Dauré}
El placer Me la mandaba al pecho, tres veces seguía, güena pa` aguantar el diantre, y yo con malsano empeño, botaíta la tenía. Y su cuello largo me ofrecía, me calentaba la carne y yo sin pudor, la tomaba en brazos, en mis labios empiná la tenía. No es na lo que Ud. piensa, es sólo mi damajuana `iñor, me la mando toitita al pecho y luego la tenía empinaita sin control. No ve que Ud. es como toos mal pensao y algo bribón.
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{Ninfa Isidora Vargas Dauré}
El atraso ¡Se me atrasó la muerte pos oiga! sin juerzas estoy pa seguir pará, hei cerrao otros ojos, los míos abiertos están, se me fueron las amigas, en mi ojeras guardaitas las he de llevar. ¡Se me atrasó la muerte pos oiga! hartas noches me ha rondao, la sombra no me suelta, ya veo poco, por más que amanezca. Si tenía mira `e galla, y ahora no le veo ná corría como potranca, ahora le ando a tentones y trompezones, tenía una lindo pelo como cascada ondulá, que ahora parece, paja `e corral. Le tocaba la guitarra, ahora con artritis no salen toná, y el pecho me ronca, como tempestá, la piel ya no es na rosa, es un desierto con quebrá. No le `igo pos oiga, que la muerte conmigo está atrasá.
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{Ninfa Isidora Vargas Dauré}
Encamaos Tenía güenas intenciones, cuando una joven me presentaron era endiablá la cabra, y yo na `e tonto y tentao, la invité por si acaso, pa` un lugar oscurito `iñor. Y no me `ijo na que no, con el demonio en el cuerpo, y sin pensarlo dos veces, pa que le cuento ahí estábamos, bien encamaos los dos. ¡Por la chita oiga la hembra!, con su carne tibia `e niña joven, y olores de hierbas azucaraos que lo dejan a una prendao `iñor. Ahora le `igo una cosa, con la conciencia pura, aunque soy campesino y no educao, a la belleza no le esquivo. Pero tanto amor a la primera, no está na bien encaminao, es que me habría gustao le `igo, más orgullosa y rogá y no que con dos sobaita, esté lista pa la ensillá.
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{Ninfa Isidora Vargas Dauré}
Que hubiera corcobiao, con saltos y arrancá, tenía las riendas sueltas, no dio tiempo ni pal rodeo, too en bandeja no se aprecia ná. ¡Endey que me hizo pensar la acostá! no saben las mujeres lo que valen, cualquier huaso las ensucea, con un sí altiro las voltean.
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{Ninfa Isidora Vargas Dauré}
La matanza Otro novillo pa ser castrao lo ponían, y sujetando el escroto con cuidao, ¡ con un tajo atravesao los cuncos rodaban!, parecía too una matanza `onde la sangre corría. Estremecían too con largos bramìos, habían toritos negros y novillos, olor a bestias sudorosas inundaba las narices con los ojos desorbitaos gemían, cada vez que otro cunco cortao les caía. Quedaba en las manos la carne palpitante, temblando el animal bramaba pa´l cielo, las moscas a la fiesta se allegaban. y los huasos satisfechos sonreían pa luego comer con cebolla las criadillas. Las mujeres tiraban los cogotes a los gallos, sacando las hilachas al poroto verde, pal rico caldo que venía. En la mesa un cordero degollao, y con la manteca de un cerdo, chirriaban las sopaipillas. Sé lo que está pensando, pero así no ma` e la sobrevivencia pos oiga, nos lleva, a esta crueldá que Ud. ve. ANDARES 179
{Ninfa Isidora Vargas Dauré}
Las casá Me gustan toititas pos oiga, jovencitas o pasaítas, unas limpias otras ensuciá, decentitas y ligeras, hablaoras o callaita. me doy güelta a la muralla, y hasta luego señorita. Somos diablos los huasos, solteritas las prefiero porque los marios se espantan, y dan insulto con mal olor, si me pillan en su colchón. Un día arrancando en poca ropa, una zurda reventó en mi cara y otro puño derechito en las quijá, ma` una patá `e mula `onde duele más, quedé sin dientes la trompa hinchà lo que si le `igo, que se me pasaron las ganas con las casá, no `e que se pasa susto, y no má son prestá.
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{Ninfa Isidora Vargas Dauré}
El yugo Paré que mis bolsillos están llenos de agujeros, porque les pongo moneas, y resbalan ligerito pa`l suelo. Toos me sacuden como colaero, la mujer pa la comia, los niños pa la escuela, y mi suegra que está enferma, quiere médico de cabecera. Con el clavo y la picana, le saco trote a los bueyes, y el yugo se los mandé yo, el mío por casarme, me lo puse solito `iñor. Reciba don mi consejo, que trabaje también su mujer, porque después de un tiempo, uno se cansa `e poner. Porque lo bueyes son dos, y cuando la carreta cojea, puede llegar el día, en que too se voltea.
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{Ninfa Isidora Vargas Dauré}
El desconfiao Toitito te lo aguanto pero el engaño no. Te acordái, en lo oscuro, cuando bajo mi manta, te apretaba yo. Ayer te arreglaste callaita, y te juiste sin decir ná, te compraste un perjume, el de flor de espino quedaste pasá. Toitito te lo aguanto pero el engaño no. Tú sabí que a ti te tengo, prendá en mi corazón y te dio el apuro, te compraste un juego `e ropa interior, y de casolidad me entero, que guardabai una caja `e bombón, si no te los compre yo, ¿de quíen diablo son?. Toitito te lo aguanto pero el engaño no. Si diez años juntos y dos hijos varón. ¿No te habrái insolentao con otro brivón?. ¡La salía, perfumá, ropa nueva y el bombón, me tienen preocupao necesito explicación! Toitito te lo aguanto pero el engaño no. Cuando me van contando `iñor. Que estaba de cumpleaños, y que el hijo le regaló un perjume, el otro un bombòn, y que la ropa interior, jue al pueblo y la compró, pa darme una sorpresa y la encontrara linda yo.
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{Ninfa Isidora Vargas Dauré}
Que me perdone Taitita Dios, juí mal pensao, y sin mala intención, too fue por cariño, por miedo a perderla ´iñor, voy a comprarle flores y pedirle perdón. Es que, toiitito lo aguanto pero el engaño no.
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{Ninfa Isidora Vargas Dauré}
Arrepentío Estoy harto arrepentío de la `iñora escogía, no ve que es güenamoza de piernas gruesas, toos me la miran y no está na´en venta yo la quiero sosegá y no bravía, y por harto años ma ser su único marío. Y el fantasma de los celos, me molesta que a veces ría y que ni un joven se le acerque ojalá la manejara oiga escondía. Yo no sé de `onde salìan, estos tormentos que yo sentía, seremos los hombres más nobles que ellas, si sólo pa`l jueves santo le salía, estoy celoso hasta pa ´onde mira, es que usté no sabe na que ella tiene veinte años de crecía, y yo cuarenta ma vivìos, entiende usté ahora, a este huaso y su manía.
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{Ninfa Isidora Vargas Dauré}
Su frente y la mía Me está fallando la moyera, y la piernas de lana no responden, paré que cargo un yugo, y las ojeras como cortinas cuelgan. La cara partía y raleaito los dientes blancas las hebras de mi caeza, los huesos se asoman en las quijá, sin músculos y nalgas na, y paque le `igo mi pecho, suena como bramá. Como usté ve jovencito no estoy ya, pero yo me siento feliz, porque miro pal cielo y las estrellan están, y a mi lao mi vieja está haciendo pan, mientras se cuece, nos ponimos a conversar parlotean las torcazas, al pasar, el hogar está risueño, y los nietos a lo lejos ríen sin parar, por eso siento que no me falta na, y lo mejor en la vida, es poderlo contar, que pude llegar a viejo con mi mujer pará, y que no tiene precio, cuando su frente y la mía ahí están.
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{Ninfa Isidora Vargas Dauré}
Toos menos yo Toos viven en pareja, y yo con usted por el civil y la iglesia. Toos usan calculadora, y yo puramente la caeza. Toos huelen perfumao, y yo con agüita `e canal rociao. Toos estudian carreras, y yo aprendo `e la tierra. Toos guardan platita, y yo sólo la cosecha. Toos quedamos al final tiezos ahí no le hago diferencia, endilgamos pa no sé que lao, y por feos bien tapaos.
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{Ninfa Isidora Vargas Dauré}
Limpiecito Si querí `acotate conmigo, bañate primerito, seré `e campo, pero me gustan arreglaito. Cortate las pezuñas y el bigotito, pa arrimarse conmigo, hay que estar perfumaito. Mal aseao, él respeto se pierde de a poquito, con las manos harinosas, no me sobí na el lomito. Las veredas cortaron con navajas mi campito, no corti tú, lo que siente el corazoncito. El que se cría en chiquero lo llaman puerquito, Ud, lo hizo en una casa y tiene igual piñencito. Yo se que de adentro es usté limpiecito, pero la piedra pome, hace rato la dejó de laito Si está el popeye la Clorinda y un canalito, que le cuesta de vez en cuando, un remojito. No ´e que too entra por los ojito, y a mi lao no lo quiero ná sudaito. Yo le canto verdades mijito, usté me gusta hartazo, pero ya le ´ije bien lavaito.
ANDARES 187
{Ninfa Isidora Vargas Dauré}
La estafa Estaba cansao de partirme el lomo en tierras que no eran güenas. y de llevar la mesma vida, con tanto sacrificio y pocas monea. Ricazo de ilusiones estaba yo, y vendí too mi campito, a un futre cualquiera, que sin lealtad ni conciencia, me estafo hasta el alma entera. Y con mis huesos cansados, parto a cobrar lo mío `iñor ¡Dios que llevo `entro!, con brasas en el pecho, y ganas de cortarle los cuncos, junto con el pescuezo. El cielo se me oscureció `e rabia, cuando lo tenía al frente, y le `ije puerco indecente devuélveme lo mío no te las di de añiñao, porque los hombres de tu laya, no merecen ser perdonao. Hilos de baba enfurecio, del hocico me colgaban, y hablando `e bravura y de coraje, de una zurda le atravesé la cara,
188 ANDARES
{Ninfa Isidora Vargas Dauré}
y sin tiempo pa que de un rezo, le mando otros güenos zurdazos. Había caminao unos pasos, y no me resigno na, me doy la güelta y pa que le cuento má, porque mi rabia y la suya salieron a un tiempo, y nos tuvieron que separar, y le `ije, si no me devolví lo mío esto no jue na, porque el huaso afila navaja, cuando le sacan su plata. Y ahí quedó molío en el suelo pero yo sigo igualito estafao.
ANDARES 189
{Ninfa Isidora Vargas Dauré}
El nieto Endilgan los hijos pos oiga, cuando el pelo nos blanquea, se jué la mayor lejazo, y por fortuna o desgracia, estuvo de güelta, paría y abrumá. Terminó con su marío, está sin pega y botá, nos vino a tirar el nieto, y pidió plata prestá, nos dejó un bolso con ropita y da media güelta `iciendo cuando pueda lo vendré a buscar. Se nos tumbó el pecho con verlo, y felices de tenerlo pos oiga, si tiene tres añitos de andares. Juega ahorita con la paja, y untao en leche y narices colgando corre suelto por los potreros, tras las vacas. Después de un año la hija aparece, de güelta con su marìo a buscar el nieto, ¡que ganas de echarlos pa juera! Pero al verlos contentos, no tuve coraje pa `ecirles, que esto no se le hace a los viejos, que somos de carne y hueso, lleno de sentimientos,
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{Ninfa Isidora Vargas Daur茅}
y s贸lo sali贸 麓e mi boca, que juega con las gallinas, toma la leche tibia, anda con las vaca y no tiene ma pesaillas.
ANDARES 191
{Ninfa Isidora Vargas Dauré}
La trilla ¡A yegua a yegua! huelo a trigo sudor y bestias, calciná está la tierra con espigas molías, y entre la niebla de polvo y paja, a too pulmón grito sin mordaza. ¡A yegua a yegua! trote rapidito, galope corto las mujeres ríen con percalas floriá, los corderos asados y el vino, sacan cantos y toná, mientras las eras abren paso, pa juntar las gavillas, formando cerros de barbúas espigas. Se aventan luego las parvas para limpiar el trigo. haciendo pilas de paja, huelo las tortillas. Y mi güaina ´ando güelta me mueve la cintura, que entraíta en kilo la tiene, con rollitos de carne rosá y sus gordos labios me dicen, descansa un poco ven pacá, too es perfecto y bonito, al arrancar de la tierra el pan.
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{Ninfa Isidora Vargas Dauré}
El velorio `e mi suegra En el velorio `e mi suegra, ni el mosconeo de los rezos se escuchaba. La fragancia de la uva en las vendimia atrae las abejas. Los asao de vaquilla en el velorio atrae a los vecinos. Güendar, los toldos de romero y arrayán, onde se juntaron toos hablar de la finá. Las mujeres oiga con ropones amplios, corren pa ya y pacá. ni el gañir de los zorros, ni el címbalo de los sapos, con la fiesta se escuchan na. . Pa que usté vaya sabiendo, que no se endulza na la boca con el padre nuestro, sino con el asao pa tener contento los deudos. No ve que siempre buscamos la dicha, a pesar que el dolor está `entro, que nos ocupamos de otras cosas, pa no vivir las penas, que na` es en serio pos oiga, y que la muerte `e mi suegra, con asao en los campos se festeja, porque si hemos de pasar una noche en vela, es mejor disimulando la pena. No le `igo yo, que al final tomamos too, como queramos que venga.
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{Ninfa Isidora Vargas Dauré}
Confesión Acúsome padrecito de mis pecaos que voy a `icirle, asujétese un poquito que es largo el listaito, y de rodillas aquí le empiezo. Parè que de plegarias me las va a dar toítas Acúsome padrecito que las mujeres me gustan toas, las ajenas con marío, solteritas, las güainas y las pasà les miro las curvas y las canillitas, y las lomas de adelante, no le `igo ma. No agüanto el impulso pos oiga, me le acerco y las invito a paseare, El problema es que tengo `iñora y está la pobre toa enquiscá Ahora llegó mi suegra y mi cuña, y por desgracia tienen las ancas bien formá. ¿Padrecito me está escuchando? Ya pues curita si quea poco, no le he hablao `e mi vecina ni su empleá. padrecito me escucha, padrecito, paré que me pongo a rezar ya. Pero yo no tengo la culpa si yo nací chicharra, diosito lo entenderá, por mas que quiero sosegarme, nací con el diablo y no lo manejo ná, y no por ser huaso, porque al letrao le pasa igual. Y si uste mijo que me escucha le pasa igual, es mejor que ahorita nos pongamos a rezar. 194 ANDARES
{Ninfa Isidora Vargas Dauré}
Dos amores Entre dos mujeres están mis quereres repartío uno mi mairecita, que en el altar de su vientre me dio la vida. El otro mi mujer, que en el altar de la iglesia la llamé `iñora mía. Vivimos los tres apiñaos, pero hace tiempo que las ando agüaitando, que se agarran del moño harto tupio. Yo se que maire hay una sola, y que mujeres son hartas. pero no me den a elegir, porque no tengo na coraje, pa una despedir. Crecí jugando en la era con mi `amá recuerdo su risa con mi primera gateá bordeando los dos el brasero, y en sus sábanas cosía por sus manos yo dormía. A mi `iñora la lleno `e flores y azucenas, y dejo que metas sus manos a mis bolsillos, pa que no le falte na. Así que las voy a decirle a este par de añiñá que las quiero blanda `e hocico, ná de chúcaras y menos corcoviá yo no voy a elegir na, no las quiero del moño en mi rancho,
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{Ninfa Isidora Vargas Dauré}
se van a dar un buen abrazo, si pa vivir sólo yo también me basto, y si me quieren de verdá, es que se van agüenar, estos son mis sentires, yo lo siento hartazo, aunque mi maire este vieja. al asilo no la tiro ná porque ahí van las abandoná, y no por quererla a usté, voy a olvidarme que tuve `amá. Además escuchen bien callá las dos uno no elige, a la madre y enamorao uno es cegatón, ¡así que claven las dos sus rodilla en la tierra, y a pedirle perdón a Diosito que las espera! porque la familia es una bendición, y ninguno de los tres solo va a estar mejor.
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{Ninfa Isidora Vargas Dauré}
Arreglaita ¿ Ande va? tan pituquita, con esa horquilla en el moño toa perjumá y con esa falda ajustaita, ¿Ande va tan bonita? Si hasta se puso un collarcito, el que la conocí en la ramá. Si le flamea un pañuelo en el cuello y va con tacos toa empiná. Se me están levantando las cejas, y no me huele na güena la perjumá. Mejor yo compro las cositas y usté quedese acá, no quiero na que me la miren, o que pa otro sea la arreglá. No me ´ijo na `iñor, se metió pa`entro `e la casa, se sacó el vestío y tiro el collar y la horquilla lejos jué a dar, vino luego la llantá y buchas que me dejó mudo. Después de un rato me grita desconsolá, ¡tu me habiai invitao! y no te acordái na, los diez años que juntos íbamos a brindar, y por mal pensao olvidadizo y desconfiao, pa un güen tiempo, yo, me pondré candao.
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{Ninfa Isidora Vargas Dauré}
La ofensa Me juí a echar una arreglaíta, pa que mi marío me encontrara linda, ¡y que no me manda una güena retá! que paré que el ñachi llegó a la quebrá. En vez de echarme un piropo, me trató `e puta y unas cuantas cosas má, yo no le tengo porque aguantar pesqué mi bolsito y me mandé cambiar. En las trillas me jué a encontrar, pero insulto no le acepto ma, aunque sea mi marío, tengo mi dignidá. Que se creen los hombres, que nos culpan de su maldá, pa nosotras vale el sentimiento, ese que no tienen ná. La mujer que llaman puta, tiene su historia que no cuentan na, y jamás se han molestao, de preguntarles su verdá que si escucharan a una, no la ofenderían má. Yo no mueo la cartera pero las defiendo igual, porque ya está güeno, y aclaremos, quien realmente hace la maldá.
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{Ninfa Isidora Vargas Dauré}
el que tienta con monea, o la que por pan debe flaquear, a si que a toas le `igo nunca se dejen por naíden pisotear hasta las puta merecen ser respetá.
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{Ninfa Isidora Vargas Dauré}
Alma en pena Tantas veces me `ijeron anda velo, el porfiao no lo hacía na, si ya estaba crecío no necesitaba a su `apá. Agárrese compadre me `ijeron, pero su hijo agarró una cuerda, y bajo un árbol tieso está. ¡Qué pasó hijo `e mi alma! ¡ que locura atravesá e` ésta! pa que me hace esto, ahora que crecío está, usté lloraba por entro, que delito jué hacere. porque no me `íjo ná pa saber que cosa juera y poderlo ayudar, si yo soñaba pa usté sólo felicidá. Abracé a mi hijo muerto, y pecho con pecho nos quedamos. Si diosito está mirando, debe estar llorando má, porque el duelo de su pecho, es por tres almas que vivas no están ya, porque arrastró con la mía, y cuando sepa su `amá. ¡Ay hijo `e mi alma, al menos usté se va a enterrar, su madre y yo, como alma en pena, tenemos que el dolor llevar.
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GLOSARI1O
{Ninfa Isidora Vargas Dauré} ALAZÁN: Caballo de pelaje entre color oro y rojizo-pardo oscuro.
CUNCOS : Bolsa que contiene los órganos genitales de los animales.
APRENSÁ: Oprimir Afligir, agobiar, aplastar.
CORVAS: Parte opuesta a la rodilla por donde se dobla la pierna o pata del animal.
AVENTAR: Echar al viento los granos que se limpian en la era. BRIBÓN: Persona que actúa con maldad y bajeza, pícaro.
COYUNDAS: Correa fuerte con que se unen los bueyes al yugo. CEBAR UN MATE: Acto de agregar agua a la infusión.
BARBECHO: Tierra que se deja descansar por uno o varios años.
CUBIL: Sitio donde los animales se recogen para dormir.
BESTIA: Forma de denominar a un animal
ESPOLEAR: Picar con la espuela en la cabalgadura.
BRAMÍOS: Voz características de ciertos animales como toros ciervos o grito fuerte con que manifiesta la ira un animal o persona.
EMBESTÍO: Atacado, chocado, estrellado.
BRAVÍA: Valiente, atrevido, audaz, intrépido valentón. CHUPILCA: Nombre que recibe una bebida alcohólica originaria de la zona centro de Chile, que consta de la mezcla entre chicha y harina tostada. CHUZO: Forma de denominar al caballo.
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ENCABRITAR: Hacer que un caballo se empine, afirmándose sobre los pies y levantando las manos. ENDILGAR: Encaminar, dirigir, facilitar ( a uno), Encajar, endosar, (algo desagradable o impertinente) FRENA: Bocado de fierro puesto al caballo para su conducción.
{Ninfa Isidora Vargas Dauré} FUTRE: Persona que viste elegantemente. GEMEBUNDO: Gemidor, Quejumbroso, Lastimero. Sollozante. GAVILLAS: Conjunto de ramas o tallos unidos o atados por su centro, más grande que un manojo y más pequeño que un haz. HUALLISADA: Árboles jóvenes de roble. IJARES: Cavidad que se halla colocada a uno y otro lado, simétricamente, entre las costillas falsas y los huesos de las caderas en los mamíferos. LAYA: Naturaleza, ralea, calaña, condición, pelaje, clase. MOLLERA: Connotación popular para referirse a la cabeza o a una parte de la cabeza. La “Mollera” es la fontanela anterior que es un espacio entre el hueso frontal del cráneo y los parietales. MOSCONEO: Molestar con pesadez, importunar.
PELEROS: Son piezas de lana de oveja, que se utiliza para proteger el lomo del caballo del roce de los elementos de cuero. Integrante del ensillado o aperos, del caballo PARLOTEO: Conversación sobre un tema cualquiera, indiferente o de poca importancia. PEUCO: Una de las aves de presa más conocidas de chile. REPECHOS: Cuesta bastante pendiente y no larga. Cuesta arriba RENOVAL: Bosque joven, normalmente de tipo secundario. RECHONCHO: Dicho de una persona o de un animal. Grueso y de corta estatura. QUINCHA: Pared, muro, corral, cercas o chozas, que consiste fundamentalmente en un entramado de cualquiera de estos elementos; caña, paja, totora, varilla o bambú recubierto con barro.
PELELA: Bacinica, orinal, en chile cantora.
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