PASAJE RIVAS PASAJE HERNÁNDEZ PASAJE MERCEDEZ GÓMEZ
© 2010, Instituto Distrital de Patrimonio Cultural
ALCALDÍA MAYOR DE BOGOTÁ Alcalde Mayor de Bogotá Samuel Moreno Rojas Secretaria de Cultura, Recreación y Deporte Catalina Ramírez Vallejo Director del Instituto Distrital de Patrimonio Cultural Gabriel Pardo García-Peña
Diseño - Investigación y fotografías actuales Johanna Suárez Diseño Gráfico - Universidad Jorge Tadeo Lozano
Alfredo Barón Leal
Coordinador Pasantías - Centro de Documentación
Corrección de estilo Camilo Escobar
Oficina de Comunicaciones - Instituto Distrital de Patrimonio Cultural
Fredy Díaz
Oficina de Comunicaciones - Instituto Distrital de Patrimonio Cultural
Diagramación Nelson Beltrán
Oficina de Comunicaciones - Instituto Distrital de Patrimonio Cultural
www.patrimoniocultural.gov.co
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Introducción
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El Pasaje Comercial Europeo.
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Pasajes Bogotanos.
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Pasaje Rivas.
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Pasaje Hernández.
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Pasaje Mercedes Gómez.
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Restauraciones e Intervenciones.
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Fuentes documentales.
PASAJES DEL CENTRO HISTÓRICO DE BOGOTÁ
INTRODUCCIÓN
PASAJE RIVAS PASAJE HERNÁNDEZ PASAJE MERCEDES GÓMEZ Bogotá hacia finales del siglo XIX se convertiría en el escenario donde se expresarían las principales reformas políticas, económicas y culturales promovidas durante la segunda mitad del siglo en el país. Acciones tales como la desamortización de manos muertas, el establecimiento de la banca y la adopción del libre cambio en el campo económico favorecieron el desarrollo del comercio incluso bajo las consignas del régimen conservador que se enfrentó ferozmente a los cambios introducidos por los gobiernos liberales. Culturalmente, se abogó por una nueva hispanización y cristianización de todos los aspectos de la vida, que permitieran tener bajo control el orden social, sin que esto fuera impedimento para que Bogotá se permeara de las corrientes artísticas aplicadas en otros polos de desarrollo europeo. La aparición de los pasajes comerciales se da como expresión de una nueva cultura y de un nuevo modelo económico, manteniéndose hasta hoy como símbolos vivos de los cambios que se gestaron en la sociedad colombiana decimonónica. Los antecesores de los actuales centros comerciales de extensa superficie que existen hoy en Bogotá se encuentran ubicados en el centro de la ciudad y son tan pequeños que podrían tener la misma superficie de una actual sala de cine. Tres de algunos de estos “centros comerciales”, el Pasaje Rivas, el Pasaje Hernández y el Pasaje Mercedes Gómez aún se encuentran activos y son desconocidos por las más recientes generaciones pero muy reconocidos por una gran parte de la sociedad capitalina que los visitan para adquirir artesanías, vestidos de primera comunión, de bautizo, de matrimonio o en busca de sastres, entre muchos otros productos y servicios. Esta investigación, realizada por el Centro de Documentación, bajo el programa de pasantías del Instituto Distrital de Patrimonio Cultural, reúne parte de la información oral y documental recopilada con la intención de aportar a la reconstrucción histórica de estos importantes hitos arquitectónicos bogotanos y dar a conocer a la ciudadanía en general la importancia de estos Bienes de Interés Cultural del Distrito Capital.
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PASAJES DEL CENTRO HISTÓRICO DE BOGOTÁ
EL PASAJE COMERCIAL EUROPEO
Los pasajes comerciales existentes en nuestro país deben su origen a la influencia arquitectónica europea, especialmente la francesa y la inglesa, que marcaron fuertemente el estilo de una ciudad como Bogotá en la llamada época republicana, que se desarrolló aproximadamente entre 1840 y 1930,¹ en la cual se aplicaron estilos como el neoclásico, el neogótico, el neocolonial, el art nouveau y el art deco. Muchas de estas nuevas expresiones arquitectónicas serían promovidas desde el mismo gobierno y las altas esferas de la sociedad. Por ejemplo, cuando el General Rafael Reyes estuvo al mando del país (1905-1909) se creó el Ministerio de Obras Públicas y se promovió la construcción de edificaciones con parámetros estilísticos franceses debido al gusto que él adquirió por esta estética cuando fue embajador en dicho país antes de su gobierno. Así mismo, los problemas de orden social en ese momento obligaron a varias personas a radicarse en Europa, siguiendo sus estudios en dichos países y que al regresar traían consigo toda la influencia artística, arquitectónica y de moda en boga en Europa. En este sentido, arquitectos extranjeros como Pietro Cantini, Gastón Lelarge y Robert Farrington, junto con los colombianos educados en el exterior como Mariano Santamaría y Alberto Manrique Martín, traían consigo toda esta influencia europea. El pasaje comercial se conoce en Europa desde 1816 esencialmente con el nombre de galería o pasaje, el cual le daba una nueva posibilidad al espacio público de las urbes que 1. Delgadillo, Hugo. Repertorio Ornamental de la Arquitectura de Época Republicana en Bogotá. Pág. 47.
The Royal Exchange ca. 1890 www.histografica.com
se desarrollaban rápidamente y donde existía un movimiento comercial predominante.2 Sus antecedentes se encuentran principalmente en la ciudad de Londres con el majestuoso The Royal Exchange, diseñado por Sir Thomas Gresham en 1566, y con el elegante Burlignton Arcade, abierto en 1819 y diseñado por Samuel Ware; en la ciudad de París Pierre-Francois Fontaine y Charles Percier construyeron el Galerie D´Orleáns, entre 1828 y 1830, durante el periodo conocido como la Restauración, demolido un siglo después³ y reconocido por ser el primero en ser cubierto por una bóveda de cristal y hierro, al igual que el Galleria Vittorio Emanuelle II, construido por Giuseppe Mengoni entre 1865 y 1867 en Milán, siendo este uno de los pasajes comerciales más importantes que se conservan en el mundo, entre muchos otros.4 La organización más común de este tipo de estructuras fue la de calle-pasillo, que sencillamente consistía en un canal de tráfico donde se organizaban una serie de tiendas a la altura de la calle en ambos costados. Este fenómeno traía consigo una nueva experiencia para los peatones, quienes al penetrar en los pasajes entraban a “un mundo en menor escala” por la monumentalidad de la estructura y por el hecho de mantenerse como un espacio abierto y público.5 Con el desarrollo industrial y el incremento del transporte automotriz en las ciudades los pasajes se transformaron en lugares de paseo y consumo, 2. González, Cecilia. Un Rincón Histórico en Bogotá, El Pasaje Hernández. pág. 37. 3. Ayers, Andrew. The Architecture of París. pág. 49 4. Corporación La Candelaria. Atlas Histórico de Bogotá. pág. 392. 5. González, Cecilia. óp. cit. pág. 37
Galleria Vittorio Emmanuelle II www.everystockphoto.com Fotografía: jake&eva
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Burlington Arcade wikipedia.org/wiki/ Burlington Arcade
Galerie D´Orleáns
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y más que nada, en puntos de encuentro, por ello la presencia de los cafés hacían del pasaje un lugar perfecto para el diálogo, para las discusiones de tono político y cultural, para la espera y para la sumersión en la multitud; ir al pasaje constituía un ejercicio social. Sin embargo, con la posterior aparición en Europa de los Bulevares, de avenidas amplias y arboladas en general sobre vías concéntricas y de fuerza comercial adquirida, los pasajes comerciales se ven amenazados como los principales espacios públicos de la ciudad y pierden fuerza con el paso del tiempo. Con el movimiento moderno vino el cambio de gustos, de moda, con las nuevas influencias arquitectónicas y la zonificación de la ciudad por sectores dependiendo de su función como vivienda, recreación, circulación y trabajo, surgiendo las llamadas “horas muertas”6 a diferentes momentos del día, lo que ocasionó el desuso de los pasajes comerciales por parte de las nuevas generaciones, a lo cual se sumaron los problemas de seguridad durante estas horas en las que en el sector había poca actividad. La aparición de los centros comerciales ya no como calles o pasajes, sino como edificaciones cerradas plantadas en un terreno, brindó a los ciudadanos y comerciantes además de seguridad otras características propias del pasaje comercial, como el techo trasparente y sensación de espacialidad, pero además de ello reunió en un solo lugar entretenimiento y recreación que demandaban las nuevas generaciones.
6. Revista Escala, no. 125. pp. 1-4
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PASAJES BOGOTANOS
El pasaje en Bogotá surge como una nueva propuesta urbana de organización del comercio bajo la iniciativa de inversionistas privados, que buscaban ofrecer diversos productos a sus clientes bajo condiciones de mayor comodidad. Allí no se ofertarían alimentos como en el mercado sino bienes no perecederos, por ejemplo ropa y productos artesanales que el visitante podía adquirir en una vía pública exclusivamente peatonal protegida contra las adversidades climáticas. Germán Mejía Pavoni incluye a los pasajes comerciales como uno de los nuevos signos urbanos introducidos a finales del siglo XIX en Bogotá, que permitieron darle a la ciudad un aspecto mucho más moderno alejándola de su carácter colonial. Este tipo de edificaciones, junto con las sedes bancarias, fueron los aportes arquitectónicos más importantes de la segunda mitad del siglo XIX y son el antecedente más claro de los actuales centros comerciales.7 Es así como en el sector occidental de la antigua Bogotá de finales del siglo XIX se ubican los tres pasajes comerciales objeto de este estudio, el Pasaje Hernández y el Rivas, a los cuales se uniría posteriormente el Pasaje Mercedes-Gómez en los años treinta. Además de estos existieron otros modelos de establecimiento comercial que desafortunadamente no fueron conservados, como las Galerías Arrubla (1846), el Bazar Veracruz (1859) y los Pasajes Navas Azuero, Cuervo y el Santafé, que contaban con elementos propios y características especiales. Los pasajes se desarrollaron como producto de la subdivisión de la propiedad inmueble en la ciudad y del movimiento comercial de fines del siglo XIX. La subdivisión de las manzanas para el desarrollo de nuevos espacios provocó por un lado que su uso fuera diverso entre vivienda, edificios gubernamentales, comerciales, hoteles y bancos, y por otro lado impulsó la iniciativa de contemplar nuevos lugares para habitar que se van proyectando principalmente hacia Chapinero, el cual se mostraba como un lugar para vivir mejor. La valorización del espacio en el centro de Bogotá produjo esta subdivisión en espacios cada vez más pequeños 7. Corporación La Candelaria. óp. cit. pág. 381.
Pasaje Rufino José Cuervo, 1920. Instituto Distrital de Patrimonio Cultural.
Galerías Arrubla (A la izquierda de la foto) 1890. Instituto Distrital de Patrimonio Cultural.
e irregulares, ocasionando la aparición de calles angostas dentro de las manzanas que interconectaban establecimientos comerciales y calles. Como aprovechamiento de este espacio en un sector potencial para el comercio nacen los pasajes comerciales que con las intervenciones arquitectónicas se convierten en símbolos del progreso y modernidad que se respiraba en el momento; el pasaje no es sólo una construcción comercial más sino la materialización de los pensamientos importados de la moda, necesidad y ambición cosmopolita. La estructura se constituía en sí misma en una sola vitrina de los avances y logros del gobierno y el progreso de la ciudad. Los pasajes se diferenciaban de las calles por ser rupturas en el bloque de las manzanas, formando así callejones que permitían entrar libremente al corazón de ellas y transitar por su interior, comunicando en algunas ocasiones dos o más de sus costados 8. Otros factores influirían en la aparición de los pasajes, como los acuerdos comerciales con países europeos, por lo cual se requería de espacios comerciales para los productos importados que se venderían dentro del país, y una creciente aparición de hoteles y entidades bancarias que se ubicarían en el lugar más reconocido de la ciudad: el centro, y por ende, sobre las calles de comercio, en este caso la Calle Real, actual calle 7ª y sus paralelas o ejes conectores de la Plaza de Bolívar, como la calle de Florián. Los pasajes objeto de este estudio, hoy en día dan la sensación de estar separados espacialmente. Sin embargo, durante las primeras décadas del siglo XX compartían un espacio de comunicación común. Como lo evidencia la fotografía de la Plaza Central de Mercado, el Pasaje Gómez y el Pasaje Rivas tenían un contacto directo con la plaza y conformaban un canal de comunicación recíproco para el comercio que se ofrecía tanto en la plaza como en ambos pasajes. Por su parte, el Pasaje Hernández también formaba parte de este circuito comercial debido a su
8. Mejía Pavoni, Germán. Los Años del Cambio Historia Urbana de Bogotá 1810-1910, pág. 219
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cercanía, ya que estos pasajes se encuentran en un radio de tan sólo seis cuadras. La ruptura y la sensación de lejanía se deben efectivamente a la construcción de la calle 10, que separó una buena parte del casco antiguo de la ciudad. A pesar de esta cercanía espacial, cada pasaje se desarrolló bajo razones comerciales diferentes y se especializaron en productos artesanales, ropa y servicios que conservan hasta hoy en día. Para la tercera década del siglo XX la aparición de los estratos socioeconómicos está condicionada por el comercio nacido a finales del siglo XIX. Aquellos comerciantes que hicieron grandes capitales con este auge, se convierten en la clase burguesa, y ubican sus viviendas a las afueras de la ciudad (Teusaquillo, Los Rosales, El Nogal), rompiendo así el perímetro urbano, en busca de viviendas sanitarias y con nuevos materiales siguiendo la moda europea, siendo ya el centro un área congestionada y no apta para la vivienda. Para este entonces la población de la ciudad crece radicalmente con el incremento de la migración del campo a la urbe.9
Aerofotografía Plaza Central de Mercado. 1940 Instituto Distrital de Patrimonio Cultural. Pasaje Rivas Pasaje Mercedes Gómez
9. Rodríguez, Edgar y Sánchez, Francisco. Surgimiento y Evolución del Pasaje Hernández, pág. 3
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Hacia los 50 y 60 al centro de la ciudad se le fueron quitando actividades tanto comerciales como administrativas, trasladándose a los nuevos sectores especializados, como el CAN.10 El abandono del centro de la ciudad como principal lugar de comercio, produjo el establecimiento de un comercio informal no especializado, que llevó a que los pasajes comerciales de principios del siglo XX se olvidaran y perdieran importancia, llevando consigo el deterioro material que hasta la fecha no se ha tratado a fondo. Su mayor detrimento se vino a dar con la aparición de calles comerciales hacia el norte de la ciudad como la calle 13 en Chapinero y la carrera 15, que desde la calle 72 se proyectó hacia uno de los hitos comerciales más importantes de la ciudad: el Centro Comercial Unicentro, heredero de estos ahora pequeños pasajes.11
Vista hacía el sur Calle de Florian, (Grabado por Ricardo Moros Urbina, en Papel Periódico Ilustrado, No. 64, 22 de Abril de 1884).
Aerofotografía. Sector Plaza Central de Mercado. Mayo 1948 Pasaje Rivas Pasaje Mercedes Gómez Pasaje Hernández
10. Revista Escala, no. 125, pág. 2 11. Cámara de Comercio de Bogotá, Bogotá: un evento una década, pp. 28-37
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PASAJE RIVAS
Mercancías para negocio FECHA DE CONSTRUCCIÓN: DECRETO DECLARATORIO: CATEGORÍA DE CONSERVACIÓN:
LOCALIDAD: BARRIO: DIRECCIÓN:
Finales siglo XIX. 678 del 31 de octubre de 1994. B. Inmueble de Conservación. Arquitectónica. La Candelaria. Centro Administrativo. Cra. 10 No. 10-50/54/58.
Una de las estructuras arquitectónicas más interesantes del Centro Histórico de Bogotá es el Pasaje Rivas. Este compite junto con el Pasaje Hernández por el título del pasaje más antiguo de la ciudad. Sin embargo, los datos de la fecha exacta de la construcción de ambos es incierta, solamente se pueden ubicar en un punto del espacio temporal de los tres primeros años de la última década del siglo XIX. Ambos son señalados por primera vez por Carlos Clavijo en su plano de 1894, basado en uno que él mismo había levantado en 1891, y son nombrados en la página 78 de la Guía Práctica de la Capital para El Comercio, Pasajeros, Transeúntes, Etc., de Manuel José Patiño en 1893. Del arquitecto, del proyecto y del Pasaje Rivas no se tiene información, lo cual hace que su fecha de construcción sea incierta. Sin embargo, la técnica utilizada para la realización del edificio, sus materiales como la teja de barro, el bahareque, los muros de adobe y tapia pisada, y su estilo, indican que posiblemente sea más antiguo que el Pasaje Hernández. También existe la posibilidad de que estos pasajes hubiesen surgido, según el plano de Clavijo, como un espacio a cielo abierto, los cuales posteriormente serían cubiertos por un techo que protegería las estructuras de dos plantas. La forma de “L” del pasaje se debe a la integración posterior de la carrera 9ªA, donde se sacaba a exhibición la mercancía artesanal, convirtiéndose tiempo después en el Pasaje Paul y adosándose al Pasaje Rivas junto con el Pasaje Colonial, a mediados de 1940.
Pasaje Rivas, Interior
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Plano Topográfico de Bogotá 1894, Carlos Clavijo, Archivo General de la Nación. Atlas Histórico de Bogotá Cartografía 1791-2007. Pasaje Rivas Pasaje Hernández
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En general, todos los elementos de la construcción de la edificación se conservan originalmente sin mayores intervenciones o cambios.12 Su estructura está conformada por columnas de un metro cuadrado en tapia pisada y soportadas por vigas superpuestas que actualmente siguen en pie y que conforman en la primera planta 10 locales comerciales ubicados paralelamente a lado y lado de un corredor central que va desde la carrera 9ªA hasta la carrera 10ª. A la segunda planta se accede por medio de una escalera que conduce hacia un balcón construido con listones en el piso y una baranda metálica que recorre toda la edificación, donde se encuentran 20 cuartos numerados que actualmente funcionan como depósito de los locales comerciales del primer piso. Esta estructura de dos plantas está protegida por una cubierta de teja de barro soportadas por vigas de madera, en la cual se encuentran cuatro tragaluces que le dan la iluminación y una atmósfera especial al pasaje. La fachada en sus costados presenta en la parte superior dos ventanas rectangulares y en la inferior dos entradas a dos locales comerciales. En la parte central presenta simétricamente una gran puerta de acceso al pasaje y una gran ventana prácticamente del mismo tamaño de la puerta, ambas están conformadas por un arco rebajado. La gran ventana central presenta un diseño especial en la cual se observa en su parte superior una distribución radial que podría decirse imita los rayos del sol y que le ofrece en horas de la tarde una buena iluminación al lugar. El Pasaje Rivas se encuentra ubicado sobre los antiguos terrenos del Convento de La Concepción, el cual cubría dos cuadras enmarcadas desde la carrera 9 hasta la carrera 11 y entre las calles 10 y 11, en el actual barrio Centro Administrativo. Así se encuentra señalada su ubicación y extensión en un plano anónimo de 1848, donde se aprecia que la parte oriental del extenso predio era la única que estaba construida y la occidental era un jardín; lo mismo se puede apreciar en un plano atribuido a Isaac Holton cerca a 1853 y en sus palabras de 1857: “Es una lástima que el gobierno no hubiera confiscado esta magnífica pro12. Gelvez, Germán. La Nostalgia Guardo Pasajes Para el Futuro. El Tiempo, Bogotá, 12 de junio de 2005.
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Detalle Guía Práctica de la Capital para El Comercio, pasajeros, transeúntes, etc., Manuel José Patiño 1893
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piedad antes de lograr la separación entre la Iglesia y el Estado, pero hay algo que todavía puede hacer y es dividir este enorme e inútil inmueble en dos manzanas, evitando así que se dedique la de abajo al recreo de unas pocas monjas ociosas y juguetonas”. Las apreciaciones de Holton serían cumplidas. El 3 de abril de 1858, el alcalde, General Ramón Espina, realizó la apertura de la carrera 10 entre las calles 10 y 11 sobre la huerta del convento y conformó una nueva manzana al occidente del claustro. Tres años después, con la desamortización de Bienes de Manos Muertas, que privó a las monjas de sus propiedades,13 Tomás Cipriano de Mosquera prohibió la realización del mercado en la Plaza de Bolívar y destinó la manzana del claustro, que fue cedida por la nación al municipio, para construir un edificio que albergara este uso. Allí, Juan Manuel Arrubla construiría las galerías destinadas para la Plaza de Mercado de La Concepción, inaugurada en 1864 y que funcionó hasta 1924, cuando fue demolida y reemplazada por la Plaza Central de Mercado (1925-1927), construida por la firma norteamericana Ullen and Co.14 Alrededor de este hito urbano como lo es la Plaza de Mercado, se ubicaron los Pasajes Rivas y Mercedes Gómez, con los cuales la plaza tendría un fuerte vínculo, consolidando el actual carácter comercial de
13. Otra versión afirma que en 1858 las monjas vendieron el huerto a Juan Manuel Arrubla. Atlas Histórico de Bogotá, pág. 96. 14. Corporación la Candelaria. óp. cit. pág. 371
(Abajo, izquierda) Plano de localización, Pasaje Rivas (Abajo, derecha) Convento de la Concepción Detalle Plano Topográfico de la Ciudad de Bogotá. 1848 Anónimo,
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Demolición de la Plaza Central de Mercado 1953 Fondo: Daniel Rodríguez Instituto Distrital de Patrimonio Cultural Pasaje Rivas Pasaje Mercedes Gómez
este sector del centro de la ciudad. La Plaza de Mercado se vería afectada durante los disturbios del 9 de abril y posteriormente sería demolida hacia 1954 con la proyección de la carrera 10, al igual que la iglesia colonial de Santa Inés en 1957. No se conocen quiénes fueron los propietarios iniciales del inmueble, pero alrededor de hace 60 años el pasaje fue propiedad de un suizo llamado Walter Stan, quien posteriormente lo vendió a una familia de apellido Zuluaga, de Medellín.15 Fernando Gutiérrez16 (hijo de Eudelino Gutiérrez y quien fue uno de los trabajadores de la antigua plaza de mercado derribada para darle paso a la ampliación de la carrera 10ª y uno de los comerciantes más antiguos del Pasaje Rivas) nos cuenta datos históricos y de tradición sobre el Pasaje Rivas y del comercio que allí se ha producido. Según esta fuente oral, el origen del Pasaje y la gestión de la idea y diseño vino del señor José María Rivas Groot,17 a mediados de 1894, amigo personal de José Asunción Silva y cercano al arquitecto e ingeniero Gastón Lelarge, quien curiosamente fue profesor de esgrima en el salón de deporte de la casa de la familia Rivas Groot.18
15. Jaimes, Arturo. El Espectador. Diario Económico. El Pasaje Rivas se burló de los almanaques, 21 de octubre de 1997. 16. Entrevista realizada el día 19 de junio de 2009 en las instalaciones del Pasaje Rivas. 17. No existe documentación que compruebe esta afirmación. 18. Cuéllar M.; Delgadillo H.; Escovar E. Gaston Lelarge, Itinerario de su Obra en Colombia, pág. 14
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Pasaje Paul
Estructura superior, Pasaje Rivas
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Fernando nos cuenta: “Inicialmente quería seguir la influencia de los pasajes parisinos, por ello se encargaron diferentes diseños de fachadas siguiendo estos parámetros estilísticos, sin embargo, la construcción final siguió una estructura republicana sin modificaciones hasta la fecha. El propósito inicial del Pasaje Rivas era congregar a la población en torno al comercio aquí ubicado, como una galería comercial, sin embargo, éste no funcionó debido a la condición de espacio cerrado y poca ventilación, que albergaba al interior los malos olores de los transeúntes, entre ellos, indígenas y campesinos. Las condiciones higiénicas del momento hacían que la población prefiriera los espacios abiertos como plazas y plazoletas, razón por la cual el Pasaje Rivas comienza a funcionar como bodega de la Plaza de Mercado. A mediados de 1910 es el centro de acopio artesanal más importante de la épo-
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Planta Superior, Pasaje Rivas
Vigas características del Pasaje Rivas
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Entrada Carrera 10ª Pasaje Rivas
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ca, congregando a comerciantes y artesanos provenientes de todo el país negociando productos hechos con fique, como las alpargatas, empaques y cabuya, principalmente. Este movimiento comercial hace que la segunda planta del pasaje sea utilizada como alquiler de habitaciones para aquellos artesanos y comerciantes provenientes de otros sectores que no disponían de comodidades y facilidades económicas para pagar el hospedaje en un hotel.” En la guía práctica del plano de 1894 de Carlos Clavijo, el alquiler de estas habitaciones de la segunda planta también era ofrecido a estudiantes. Allí aparece un aviso publicitando el arrendamiento y especificando el horario de funcionamiento del pasaje, el cual se abría a las 5 a.m. y cerraba a las 12 p.m. “El Pasaje Rivas fue una de las edificaciones que no sufrió daños en los disturbios de 9 de Abril de 1948, su funcionamiento para los campesinos e indígenas hizo que se respetara la integridad de la construcción, suerte con la que no corrieron muchas otras edificaciones comerciales”. “En los años 60, el Pasaje Rivas es reconocido por viajeros y estudiantes; especialmente los estudiantes de la Universidad Nacional acudían en busca del famoso catre Rivas, fácil de armar y trasladar, práctico para aquellos que dormían en las pensiones estudiantiles. Hoy éste catre sigue siendo buscado por los jóvenes llamados a prestar servicio militar. El Pasaje Rivas comienza a ser visitado por intelectuales y bohemios de la época, en busca de artículos artesanales, del ambiente que allí se congregaba y de la comida y la chicha de alguno de los dos restaurantes tradicionales, el Pepita y el Maracaibo, que se ubicaban en la parte trasera, hoy Pasaje Paul”. Hoy, el Pasaje Rivas es visitado por extranjeros e interesados en artesanías legítimas, en busca de rarezas y artículos típicos de diferentes rincones del país reunidos en un mismo centro comercial, como las hamacas guajiras y de San Jacinto, las mochilas wayúu, instrumentos musicales indígenas, los sombreros vueltiaos y los carrieles paisas que se ofrecen en los almacenes del pasaje, muchos de los cuales siguen en manos de sus dueños originales o de sus hijos y nietos, como en el caso de Fernando Gutiérrez, el Almacén Acosta y El Tauro.
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Detalle. Guía Descriptiva Plano Topográfico de Bogotá Carlos Clavijo, 1894 Archivo General de la Nación. Atlas Histórico de Bogotá Cartografía 1791-2007.
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PASAJE HERNÁNDEZ
Almacenes del Pasaje Hernández Mercancías en General FECHA DE CONSTRUCCIÓN: DECRETO DECLARATORIO:
CATEGORÍA DE CONSERVACIÓN: LOCALIDAD: BARRIO: DIRECCIÓN:
Finales siglo XIX. 1895 del 22 de septiembre de 1993. A. Monumento Nacional. La Candelaria. La Catedral. Calle 12 no. 8-62.
Con toda seguridad el Pasaje Hernández es el inmueble de este tipo que goza de mayor reconocimiento debido a su carácter de Monumento Nacional. Su fachada sobre la calle 12, de estilo republicano, que se confunde entre las fachadas adyacentes, permite el acceso a una calle cubierta exclusivamente peatonal que alberga a lado y lado almacenes, tiendas y negocios que aún de alguna forma transmiten cómo era el ambiente comercial de una época de la ciudad y al cual tesis universitarias y varios artículos de prensa lo señalan como el mejor ejemplo de pasaje comercial de Bogotá. Previamente hay que diferenciar al Edificio Hernández del Pasaje Comercial Hernández. Mientras el primero fue construido en 1918, el segundo es un espacio comercial constituido a finales del siglo XIX y antecede al edificio como galería comercial. Aunque se suele relacionar el nacimiento del pasaje con el del edificio, ya que comparten el mismo nombre debido a que la propietaria de los dos inmuebles es la misma familia, estas dos son construcciones independientes. El Pasaje Hernández como tal hace referencia a un espacio abierto dentro del corazón de la manzana ubicada actualmente entre las carreras 8 y 9 y las calles 12 y 13, su fecha de origen es incierta pero se puede ubicar cerca al año de 1890. En el plano levantado en 1891 por Carlos Clavijo,
Interior Pasaje Hernández.
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ya está señalado; incluso aparece citado textualmente en la guía descriptiva que acompaña al plano de 1894. Así mismo aparece citado en la “Guía Práctica de la Capital para El Comercio, Pasajeros, Transeúntes, etc.,” de Manuel José Patiño en 1893, donde hace una referencia directa al Pasaje Hernández, al igual que al Pasaje Rivas.
(Izquierda) Prolongación del pasaje con la construcción del Banco Alemán Antioqueño y de la Compañia Colombiana de Seguros Entrada sobre la calle 13, 1950 Fondo: José Vicente Ortega Ricaurte Sociedad de Mejoras y Ornato.
Está localizado en el actual barrio de La Catedral, pero la dirección original en 1891 era: parroquia de San Pablo, entre la calle de la Universidad y la calle Cunitas, la calle de San Andrés y la calle de San Antonio, y su principal referencia fue su vecino el Convento de Santo Domingo, derribado a mediados de 1937 con el fin de ampliar los trazados viales y que ocupaba la manzana donde está hoy el edificio Murillo Toro.19
(Derecha) Pasaje y Edificio Hernández Entrada sobre la carrera 8, 1918 Revista Cromos.
José de Jesús Hernández fue el propietario del terreno donde se construyó el Pasaje y el Edificio, un lote con fachada hacia la carrera 8ª y con fachada hacia la calle 12, que por efecto de la subdivisión de las manzanas adquirió por compra a un señor Shools. Allí construyó su casa con fachada sobre la carrera 8ª, dejando el lote que quedaba sobre la calle 12 como acceso y patio de coches. Hacia el año 1894 se construye el pasaje en el lote con fachada hacia la calle 12; en él aparecen algunas oficinas y bodegas de almacenamiento y su segunda planta se usaría como hotel,20 algo similar a lo que sucedería en el Pasaje Rivas. Así que es posible que desde mucho antes el Pasaje Hernández existiera 19. González, Cecilia. Óp. Cit. 20. Rodríguez, Edgar y Sánchez, Francisco. óp. cit. pp. 13-15.
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Localización Pasaje Hernández
Interior Pasaje Hernández
como un pasaje peatonal, que con el interés de la administración pública por aprovechar comercialmente las zonas inactivas de las manzanas que se dieron con la ruptura de las mismas, se convirtiera en una calle comercialmente fuerte con locales a ambos costados, siendo paralela a la calle más importante de la ciudad, la Calle Real del Comercio (carrera 7) y la calle de Florián (carrera 8), primera zona bancaria de Bogotá, que reunió las sedes de los primeros bancos instalados en la ciudad, como el Banco de Bogotá (1871) y el Banco de Colombia (1875). La construcción del Edificio Quintana, que trató de crear un pasaje hacia la carrera 9 y que no se realizó, junto con la construcción en 1934 del Banco Alemán Antioqueño y del edificio Compañía Colombiana de Seguros prolongaron hacia la calle 13 la vía peatonal que inició el Pasaje Hernández desde la calle 12.21 Esta zona en los años 30 se caracterizaría estéticamente por sus fachadas en piedra como símbolo de prestancia de las sedes de estas entidades bancarias. Entre los factores principales que anteceden la valorización comercial del sector está la antigua realización del mercado en la Plaza de Bolívar, lo que ocasionó un crecimiento comercial sobre los ejes que conectaban la ciudad con la plaza, estableciendo la Calle Real y la de Florián como las dos principales vías de congregación de las más sofisticadas y variadas tiendas y bancos, donde a sus alrededores se vendrían a ubicar los pasajes comerciales relevantes de la capital. 22
21. Guías Elarqa de Arquitectura. Tomo II: Guía Bogotá Centro Histórico pp. 78-79. 22. Museo de Desarrollo Urbano. Bogotá Siglo XX, pág. 11
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A comienzos del siglo XX el espíritu modernista invadía el país; la ciudad que hasta ese momento alcanzaba un poco más de los 100.000 habitantes, había vivido avances significativos como la extensión de la red telefónica y la eléctrica, la abolición de las cañerías abiertas, la instauración de agua potable en las viviendas, la conformación del tranvía eléctrico y la expansión de la ciudad hacia el norte. Surgió entonces la necesidad de construir pasajes comerciales modernos que materializaran la idea de progreso comercial, por ello, el Pasaje Hernández, después de su intervención con marcadas influencias europeas, particularmente francesas que se imponían en esta época en la arquitectura, en la moda, en las costumbres y en otras áreas, simbolizaba no sólo una superación sobre las construcciones coloniales que caracterizaban la ciudad sino que era la materialización del logro del progreso, a pesar de la precariedad económica que determinaba a Bogotá. El Pasaje Hernández presenta una fachada de estilo republicano sobre la calle 12, la cual permite acceder a una vía peatonal cubierta por una marquesina a dos aguas. Este inmueble consta de dos pisos. El primero se conecta perpendicularmente con el Edificio Hernández formando una "L" hacia la carrera 8a y se prolonga también hacia la calle 13 con la vía
Pasaje Hernández
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Edificio Hernández Gaston Lelarge, 1910
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peatonal formada por los Edificios Quintana, Banco Agrario Alemán y Compañía Colombiana de Seguros. Al segundo piso se accede por una escalera ubicada en el costado occidental del edificio y se puede recorrer por medio de un balcón con barandas de latón labrado, del cual se suspenden los helechos que tanta distinción le dan al Pasaje como su color verde claro y blanco y sus faroles. Cada piso tiene 17 locales que en sus mejores épocas prestaron su espacio para oficinas de médicos, ingenieros, abogados y principalmente talleres de sastrería, mientras que en el primer piso funcionaron almacenes y cigarrerías que ofrecían los mejores tragos importados. Sin embargo, el establecimiento de los almacenes de paños finos en la calle 12 por parte de los libaneses y turcos que llegaban a la ciudad fue la principal influencia para que la especialización comercial del pasaje fuera y siga siendo, con mucha menos fuerza, las sastrerías y vestidos de la más alta calidad.23 Sin lugar a dudas el hecho que completa e identifica al pasaje es el diseño y la construcción del Edificio Hernández, que le da a esta calle comercial una unidad estética a pesar de ser un conjunto estructuralmente independiente. El responsable del diseño fue el ingeniero y arquitecto francés Gastón Lelarge Regnault (quien diseñaría también en 1925 en la ciudad de Cartagena el Pasaje Leclerc), por encargo de la familia
23. Almanza, Mónica. Un Pasaje de la Historia, Horas Tiempo Cultural D.C., no. 6, Bogotá, junio de 2004, pp. 4-10.
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Hernández Ospina, también propietaria del pasaje. Originalmente el proyecto de Lelarge cubría toda la extensión del lote sobre la calle de Florián, pero fue modificado por Arturo Jaramillo con el fin de dejar un aislamiento que formara una “calle propia” y así conectar perpendicularmente la carrera 8ª con el pasaje dándole forma de “L”. La obra finalmente estuvo a cargo del constructor Juan Ballesteros. El edificio constaba de dos crujías paralelas una con dos niveles en el ala norte que fue demolida y otra con tres niveles que es la actual ala sur.24 Entre los elementos decorativos que invitaban a los ciudadanos a recorrer la calle existían dos mascarones: uno de Mercurio, dios del comercio, y otro de Minerva, diosa de la artesanía, de los cuales se conserva sólo el primero, en el actual ala sur del Edificio Hernández; también en el entablamento de este mismo, aún hoy se puede apreciar el nombre de la edificación. Además, en uno de los arcos superiores se observaba una imagen de sor Teresa del Niño Jesús, arco que enmarcaba la entrada al Pasaje Hernández por la calle de Florián, pero que fue derrumbado por movimientos sísmicos, suprimiendo este llamativo elemento ornamental que se aprecia al fondo en las fotografías publicadas por la revista Cromos el día de la inauguración del Edificio Hernández, artículo en el cual se ovaciona la inauguración de la moderna y suntuosa construcción, así descrita por la revista: “Sus aposentos en admirable distribución armónica, reúnen al par de condiciones estéticas y de higiene, las comodidades que han menester el inquieto abogado, el grave médico, el adusto ingeniero. Los locales para oficina son aireados y llenos de luz. Un edificio así, dotado, es el triunfo auténtico de la ciudad en su marcha al porvenir”. 25
Segunda planta, Pasaje Hernández.
Almacenes Un centavo a un Peso. 1918 Fuente: Roberto Herrera de la Torre 75 años de fotografía, 1865-1940
En el recién construido Edificio Hernández funcionó la sede principal de la famosa cadena de almacenes Un Centavo a Un Peso, propiedad de la firma Carrizosa, Herrera & C.ª, conformada por los hermanos Agustín y Fernando Carrizosa y Roberto Herrera de la Torre. La presencia de este importante almacén en las instalaciones del Edificio Hernández es una prueba del sofisticado y transcendental comercio que en este lugar se llevaba a cabo; los almacenes de Un Centavo a un Peso fueron muestra del ideal de progreso de la época. Este almacén se caracterizaba por ofrecer a los capitalinos productos importados directamente por ellos, contando con una sucursal en Nueva York, además de tener precios cómodos que oscilaban de un centavo a un peso, como lo menciona su nombre. Esto era una innovación ya que el éxito de la empresa consistía en mantener precios bajos con el fin de que el número de compras se elevara, así los pedidos eran de grandes cantidades obteniendo precios reducidos en la importación, y derivando la utilidad al volumen de las ventas, siempre llevando una imagen sofisticada, elegante y de buena calidad.26
24. Cuéllar, Marcela.; Delgadillo, Hugo.; Escovar, Alberto. Óp. cit. pág. 84-85 25. Revista Cromos. La Ciudad Futura, Vol. V. No. 105, Arboleda y Valencia Editores, Bogotá, 9 de marzo de 1918. 26. Revista Cromos. Notas de progreso en el comercio bogotano, vol. V No. 109, Arboleda y Valencia Editores, Bogotá, abril 13 de 1918, pág. 187.
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El Pasaje Hernández es el más claro ejemplo del pasaje europeo, no sólo por su notable influencia arquitectónica sino por su función como punto de reunión, consumo y distracción de los ciudadanos, fortalecidos e impulsados con la construcción del Edificio Hernández, sede de importantes almacenes, de oficinas de abogados, médicos e ingenieros reconocidos y centro comercial de los más sofisticados productos de moda. El éxito del Pasaje Hernández, siguiendo los estándares europeos, fue ejemplo a seguir de sus vecinos quienes perforaron la manzana y dieron origen a una serie de pasajes comerciales que caracterizó la zona, como el Pasaje Colombia.27
27. González, Cecilia. óp. cit.
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PASAJE MERCEDES GÓMEZ
Edificio Comercial Pasaje Gómez FECHA DE CONSTRUCCIÓN: DECRETO DECLARATORIO: CATEGORÍA: LOCALIDAD: BARRIO: DIRECCIÓN:
1936?. 606 de 2001. Inmueble de Interés Cultural de Conservación Integral. Santa Fe. Santa Inés. Calle 11 No. 10-24/26. Calle 12 No. 10-41.
Estos dos pasajes construidos en la primera mitad del siglo XX se encuentran ubicados en el sector comercial de San Victorino y comparten una historia común. De ambos no se encuentra mucha información bibliográfica y documental y no gozan del reconocimiento que tienen los pasajes Rivas y Gómez, a pesar de su importancia histórica y de poseer un valor arquitectónico relevante. No se han encontrado aún datos exactos de los arquitectos que construyeron los inmuebles, sin embargo en Planeación Distrital se conservan algunos planos que muestran que el Pasaje Gómez fue proyectado hacia el año 1936 por la firma Gómez y Villa H. Arquitectos, quienes realizaron un “proyecto de edificio comercial para los señores J. Gómez y Co.”. Por su parte, el Pasaje Mercedes fue construido por Ospinas y Cía. en asocio con Montoya Valenzuela,28 para la señora Mecedes Sierra de Pérez hacia 1941. Esta información recopilada hasta el momento indicaría entonces en teoría que ambos pasajes fueron construidos aparte por estas dos firmas, quizás en fechas distintas y que además las fachadas de las entradas a los dos pasajes guardan una cercana similitud. Los pasajes se encuentran entre las calles 11 y 12 con carrera 10 y atraviesan esta manzana de sur a norte, ubicado en el sector comercial de San Victorino, que durante la Colonia y el siglo XIX se consideraba como el puerto terrestre de Bogotá, ya que era el punto de llegada de los comerciantes que acaban de recorrer el difícil camino desde Honda. 28. Escovar, Alberto. Pasajes Capitales. Periódico DC. Enero de 2003. Pág. 7
Vista superior Pasaje Gómez
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La ampliación de la calle 10 y la demolición de la Plaza de Mercado Central separaron al pasaje de la actividad comercial que compartía muy seguramente con el Pasaje Rivas al igual que a todo el barrio Santa Inés con la del Centro Histórico de Bogotá. Hoy en día el pasaje está un poco perdido dentro de toda la actividad comercial y los edificios que lo rodean, pero su organización espacial y comercial interior es bastante ordenada. En los planos originales del proyecto de Gómez y Villa existe un señalamiento de una construcción ya existente que consta de tres plantas, sin embargo, aún no se ha encontrado más información sobre esta edificación que quizás antecede al pasaje. Inicialmente, el proyecto planeó la construcción de un edificio de 6 plantas que abarcaba al parecer desde la calle 11 hasta la calle 12, posiblemente pensado como un pasaje totalmente cubierto o solo un edificio comercial, finalmente solo al costado de la calle 12 se construyen 5 plantas y un pequeño cuarto como 6° piso, donde funcionaría por un tiempo la celaduría; el resto del edificio lo componen en su mayor parte dos plantas que van prácticamente hasta la mitad de la manzana, lindando el Pasaje Gómez desde este punto con el Mercedes, de aquí continúa la secuencia de dos plantas y termina sobre la calle 11 con una edificación de tres plantas en el segundo piso del pasaje se encuentran varios almacenes y cuenta además con un balcón que rodea el patio interior del edificio, constituyendo así un pasaje a cielo abierto parcialmente.
Plano del Proyecto de Edificio Comercial para los señores J. Gomez y co.
Proyecto de Ascensor
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Fachada Pasaje Gómez Calle12
Fachada Pasaje Mercedes Calle 11
Al igual que el Pasaje Hernández contaba con ornamentos religiosos (página 27) el Pasaje Mercedes cuenta con este en que se puede apreciar a la virgen de la Merced protectora de los reclusos.
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A diferencia de los demás pasajes, este fue construido absolutamente en ladrillo prensado, piedra, con teja de barro y muestra una evolución en el concepto de pasaje comercial mucho más cercano al del centro comercial de hoy. Se proyectó también un ascensor que comunicaría a cada uno de los pisos, uno de los primeros en su época para este tipo de edificaciones, el cual finalmente no se llevó a cabo, y en su lugar, este espacio fue aprovechado como bodega u oficinas por sus posteriores dueños. Las puertas del edificio se habían proyectado bajo el diseño conocido como “puerta de ballesta”, un modelo y estilo de puerta-cortina de acero ondulado, indispensable en todo almacén moderno y muy utilizado en la época pues permitía exhibir los almacenes con seguridad, sencillez, practicidad y elegancia. El Pasaje Gómez y sobre todo el Mercedes presentan en su arquitectura y ornamentación formas muy similares pertenecientes al estilo de moda en esta época, el art deco: estilización arquitectónica curva, letras geométricas, formas escalonadas y ornamentos excepcionales como la imagen de la Virgen de las Mercedes, patrona de los reclusos, tallado circular ubicado al costado norte del Pasaje Mercedes que linda con el costado sur del Gómez, en el cual se utilizan las formas onduladas y la figura humana atlética.
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Virgen de Las Mercedes. Interior Pasajes Mercedes
Puerta de Ballesta publicidad de la revista El Gráfico. Serie 38 Año 8 N°72. Octubre 6 de1917
Plano de localización Pasajes Mercedes Gómez
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Margarita Espitia,29 administradora del pasaje desde hace 6 años, nos cuenta que los dos pasajes eran uno solo hasta que sus propietarios, don José Gómez y su esposa Mercedes, deciden repartir sus bienes después de un proceso de divorcio, dividiendo así el predio en dos y dando nacimiento a los dos pasajes (Mercedes y Gómez) que hacían parte de una misma construcción hasta mediados del siglo XX, dos pasajes independientes que serían bautizados con los apellidos de cada uno de los otrora esposos.30
Almacén tradicional del Pasaje
Ella nos cuenta: “El pasaje Gómez consta de 6 pisos en su parte frontal, inicialmente el primer piso era el único comercial y el segundo bodega, desde el año 1970 la segunda planta es también adecuada con locales comerciales abiertos al público, y los cuatro pisos restantes siguen siendo utilizados como bodegas hasta la fecha. El inmueble tuvo una transformación cuando se convirtió en un pasaje comercial importante en la ciudad, su primera y segunda planta fueron adecuadas comercialmente modificando así puertas y ventanas originales. Estructuralmente la construcción no ha tenido mayores modificaciones, sus intervenciones han sido remodelación de baños, mantenimiento de tubería y pintura, sin embargo, existen planos del año 1982 donde se hace un levantamiento y se planean modificaciones realizadas por el arquitecto José Antonio de la Hoz, pero no existe información concreta si se llevó a cabo. Actualmente, el pasaje Gómez cuenta con 46 locales comerciales. Este pasaje se especializa en el comercio de ropa, aunque su tradición es la venta de vestidos de primera comunión, bautizo y matrimonio”.
Interior Pasaje Mercedes 29. Entrevista realizada el día 19 de junio de 2009. 30. Gelvez, Germán. La Nostalgia Guardo Pasajes para el Futuro, El Tiempo, Bogotá, 12 de junio de 2005.
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RESTAURACIONES, INTERVENCIONES Y PROYECTOS URBANOS
Dentro del plan de transformación diseñado para mejorar la imagen y la apropiación del Centro Histórico por el Instituto Distrital de Patrimonio Cultural y la consultoría Fernando Cortés Larreamendy en el año 200731, se busca la recuperación de los existentes pasajes comerciales ubicados en el centro histórico como lo son el Pasaje Hernández y el Pasaje Rivas, consolidando un circuito de pasajes con recuperación de los pisos tradicionales, restauración de fachadas, vidrieras, cubiertas, iluminación, señalizaciones especiales, paneles informativos de cada uno, fotografías, fechas de construcción, arquitectos y demás referencias históricas, además de la creación de una asociación de comerciantes con el fin de desarrollar un programa de apoyo institucional para su mantenimiento, para lo cual es necesaria la recuperación de fachadas, pintura, techos y cubiertas, pisos tradicionales y la integración de los mismos al espacio público. En el año 1998 la Corporación La Candelaria, hoy Instituto Distrital de Patrimonio Cultural, diseñó el llamado Plan Reencuéntrate,32 un proyecto similar que también planteaba un recorrido comercial continuo para los peatones, el cual vinculaba los pasajes comerciales existentes, en especial el pasaje Rivas, Hernández y Gómez, y a su vez vinculándolos con los más recientes sin perder su carácter especial. Este proyecto tiene en cuenta el mejoramiento de las condiciones ambientales del sector, como la contaminación sonora, visual y el desaseo, además de la recuperación de la actividad comercial desordenada que se ha tomado la parte occidental del Centro Histórico, y problemas como el comercio informal, la falta de parqueaderos y control del tráfico. Sin embargo, los niveles de aceptación para este proyecto no fueron los más altos. La expansión de la ciudad, el nacimiento de nuevas zonas comerciales más sofisticadas, las intervenciones no planeadas adecuadamente, como la transformación de las fachadas, posiblemente por motivos de seguridad, sustituyendo puertas y vitrinas originales por rejas, además 31. Cortés, Fernando. Diseño del Espacio Público para el Centro Histórico de Bogotá D.C., pp. 66-67. 32. Corporación la Candelaria. Plan Reencuéntrate: un compromiso por la Candelaria, pp. 66-67.
El proyecto PASAJES COMERCIALES planteó la creación de un recorrido comercial continuo para peatones, que vinculara los diferentes pasajes existentes en el centro histórico. Plan Reencuéntrate
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de la adición de avisos publicitarios que rompen la homogeneidad del espacio, destruyen la estética inicial de los pasajes y hacen que en la actualidad los pasajes luzcan y funcionen muy diferente a lo que eran en las primeras décadas del siglo XX. Para los años 2000 y 2003, la Corporación La Candelaria y la Alcaldía de Bogotá llevaron a cabo un levantamiento arquitectónico en el Pasaje Hernández, donde se recuperó especialmente el andén original y el piso en piedra, complementando las piezas faltantes y restituyendo las fragmentadas en la primera planta, además de la reparación de las barandas de latón labrado, afectadas por los años y los actos de vandalismo.33 Al Pasaje Rivas por su parte no se le ha efectuado ninguna intervención importante aparte de la renovación de la capa pictórica de su fachada, desarrollada bajo el programa Enlucimiento de Fachadas de la Corporación La Candelaria; esta misma realizó un levantamiento arquitectónico muy básico de este inmueble y también del Hernández, realizado para el inventario de los Bienes de Interés Cultural del Centro Histórico de Bogotá entre 1992 y 1993, del cual se pueden apreciar los cortes longitudinal, transversal y las plantas del primer, segundo piso y la cubierta; los mantenimientos que hasta la fecha se han realizado han sido por parte de los mismos comerciantes en pro del buen estado de su lo33. Revista Horas, Tiempo Cultural D.C., no. 6, Bogotá, junio de 2004
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Programa Enlucimiento de Fachadas de la Corporación la Candelaria.
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cal, por ende, es un pasaje que presenta un deterioro notorio, teniendo en cuenta que es prácticamente el primer centro comercial de la ciudad, construido en la última década del siglo XIX con las técnicas tradicionales de la época, bahareque, tapia pisada y teja de barro. El Pasaje Gómez, que consta de dos plantas comerciales y cuatro que funcionan como bodega, ha sido preservado por sus propietarios comerciantes, realizándose mantenimientos sin modificaciones de estructura, vigas o exteriores. Se sabe que para 1949 se proyectaron algunas reformas en las escaleras y baños del edificio, presentadas por la reconocida firma de arquitectos Cuellar Serrano Gómez. Al igual que el Pasaje Hernández, las ventanas y puertas originales fueron cambiadas por motivos de seguridad.
Pasaje Hernández Barandas
Pasaje Rivas Techo, vigas y tragaluces
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FUENTES DOCUMENTALES
BIBLIOGRAFIA -
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39 Patiño, Manuel José. Guía Práctica de la Capital para El Comercio, pasajeros, transeúntes, etc. Bogotá, Tipografía Salesiana, 1893. Rodríguez, Edgar y Sánchez, Francisco. Surgimiento y Evolución del Pasaje Hernández. Bogotá, Universidad Nacional, IDU, s.f. (documento inédito).
HEMEROGRAFÍA -
Almanza, Mónica. Un Pasaje de la Historia. Horas Tiempo Cultural D.C., no. 6, Bogotá, junio de 2004. Escovar, Alberto. Pasajes Capitales. Periódico DC. Enero de 2003. Gelvez, Germán. La Nostalgia Guardó Pasajes para el Futuro. El Tiempo, Bogotá, 12 de junio de 2005. Jaimes, Arturo. El Pasaje Rivas se burló de los Almanaques. El Espectador, Diario Económico, 21 de octubre de 1997. Revista Escala, Bogotá, 1985, no. 125. año 17. Revista Cromos. La Ciudad Futura, vol. V. no. 105, Arboleda y Valencia Editores, Bogotá, 9 de marzo de 1918. Revista Cromos. Notas de progreso en el Comercio Bogotano, vol. V No. 109, Arboleda y Valencia Editores, Bogotá, 13 de abril de 1918.
DECRETOS -
Decreto 606 (julio de 2001) Decreto 619 (julio de 2000) Decreto 1895 (septiembre de 1993)
ORALES -
Espitia, Margarita, (2009), Administradora Pasaje Gómez. Gutiérrez, Fernando, (2009), propietario local comercial A. Gutiérrez, Pasaje Rivas.
VISUALES -
Bogotá CD. Bogotá, Museo de Desarrollo Urbano. 2000
*Todas las fuentes disponibles para su consulta en el Centro de Documentación del Instituto Distrital de Patrimonio Cultural.