El 1969 cuando el Museo de Desarrollo Urbano (hoy Museo de Bogotá) abrió sus puertas, el alcalde Virgilio Barco Vargas en su discurso de inauguración pronunció las siguientes palabras: “quiero hacer mención de un salón especial dedicado al Congreso Eucarístico Internacional.
Sobra cualquier comentario sobre la importancia que para Colombia y Latinoamérica tuvo este acontecimiento. En sala especial lo recordamos quienes lo vivimos y lo revivirán quienes vendrán en el futuro. Fue ese un momento en el que Bogotá y sus habitantes demostraron su civismo y su cultura que no dudarlo constituyeron frente al mundo el antibogotazo definitivo”. El Congreso Eucarístico enmarcó la visita del sumo pontífice Pablo VI a Bogotá, que como personaje histórico impactó profundamente la vida urbana de la ciudad.