EL COLOR COMO ELEMENTO SIMBร LICO EN LA LITERATURA Nombre: Patricia Calvo Romero Fecha: 12/05/2016 Curso: 1ยบB Especialidad: Interiores Asignatura: Color
03
GREGUERÍAS
POESÍA
01
HAIKU
02
05 GÉNEROS
04
NARRATIVA
POESÍA
El rojo sol de un sueño en el Oriente asoma
El rojo sol de un sueño en el Oriente asoma. Luz en sueños. ¿No tiemblas, andante peregrino? Pasado el llano verde, en la florida loma, acaso está el cercano final de tu camino. Tú no verás del trigo la espiga sazonada y de macizas pomas cargado el manzanar, ni de la vid rugosa la uva aurirrosada ha de exprimir su alegre licor en tu lagar. Cuando el primer aroma exhalen los jazmines y cuando más palpiten las rosas del amor, una mañana de oro que alumbre los jardines, ¿no huirá, como una nube dispersa, el sueño en flor? Campo recién florido y verde, ¡quién pudiera soñar aún largo tiempo en esas pequeñitas corolas azuladas que manchan la pradera, y en esas diminutas primeras margaritas!
Antonio Machado
Antonio Machado Ruiz (1875-1939) fue un poeta español, el más joven de la Generación del 98. En este poema, Machado utiliza el color como elemento descriptivo principal para describir un paisaje de primavera. Los colores profundizan en la esencia de este paisaje. El color rojo del sol describe, como si fuera un amanecer, los primeros dias de la primavera, dando un tono intenso a la imagen porque es una imagen joven y lo mismo pasa con el verde y el azul. La intensidad se refleja en la sencilla descripción que hace del color y el elemento al que lo asocia: “sol rojo”, “llano verde”, “campo verde”... Por otro lado observamos una serie de matices de color que se contraponen a la intensidad de los antes mencionados: “Corolas azuladas”, “ uva aurirrosada”. Machado puede jugar con este contraste de intensidad del color para hacer llegar al lector la sensación de los primeros días de la primavera.
Rima XIII Rima IX Tu pupila es azul y, cuando ríes, su claridad süave me recuerda el trémulo fulgor de la mañana que en el mar se refleja. Tu pupila es azul y, cuando lloras, las transparentes lágrimas en ella se me figuran gotas de rocío sobre una vïoleta. Tu pupila es azul, y si en su fondo como un punto de luz radia una idea, me parece en el cielo de la tarde una perdida estrella. * Besa el aura que gime blandamente las leves ondas que jugando riza; el sol besa a la nube en occidente y de púrpura y oro la matiza; la llama en derredor del tronco ardiente por besar a otra llama se desliza; y hasta el sauce, inclinándose a su peso, al río que le besa, vuelve un beso.
Gustavo Adolfo Becquer
Gustavo Adolfo Bécquer (1836-18701)fue un poeta y narrador español, perteneciente al movimiento del Romanticismo. Su obra más célebre son las Rimas y Leyendas. En el primer poema el azul juega un papel fundamental. En esta época el azul tiene un gran peso por ser el color favorito por los romanticos, ya que expresa melancolía y amor. Bécquer era un poeta romántico que amaba y no era correspondido, por lo que utiliza el color para expresar como le miraba su amada y lo que el sentía: tristeza y melancolía. Pero no relaciona forzadamente el color, lo atribuye a elementos que tienen esta característica, como puede ser el mar, los ojos,las lágrimas, etc. En el segundo poema, Bécquer cambía de escala cromática para expresar, ya no el amor idealizado, sino el amor divino. Con la frase “el Sol besa a la nube en occidente y de púrpura y oro la matiza” quiere decir, desde mi punto de vista, que Dios ilumina al mundo cristiano y le da más vida a su color. Esta época aun era bastante deprimente y Dios era una de las pocas cosas que la gente adoraba por lo tanto deducimos que la vida era de un tono oscuro hasta que Dios la iluminaba y le daba ese mátiza de brillo que necesitaba.
En abril, las aguas mil Son de abril las aguas mil. Sopla el viento achubascado, y entre nublado y nublado hay trozos de cielo añil. Agua y sol. El iris brilla. En una nube lejana, zigzaguea una centella amarilla. La lluvia da en la ventana y el cristal repiqueteo. A través de la neblina que forma la lluvia fina, se divisa un prado verde, y un encinar se esfumina, y una sierra gris se pierde. Los hilos del aguacero sesgan las nacientes frondas, y agitan las turbias ondas en el remanso del Duero. Lloviendo está en los habares y en las pardas sementeras; hay sol en los encinares, charcos por las carreteras. Lluvia y sol. Ya se oscurece el campo, ya se ilumina; allí un cerro desaparece, allá surge una colina. Ya son claros, ya sombríos los dispersos caseríos, los lejanos torreones. Hacia la sierra plomiza van rodando en pelotones nubes de guata y ceniza.
Antonio Machado
En este caso, Machado, que era un gran aficionado a la naturaleza de Castilla, como podemos comprobar, nos esta describiendo 0una tormenta de primavera o de verano. En estas lluvias, como todos sabemos, todo sucede muy deprisa y suelen ser temporales muy intensos, por lo que para describirlo, Machado utiliza, otra vez, colores absolutos de diferentes gamas que se van perdiendo entre tonos grises de nubes, para que así, el lector, más que parecer que lee un poema, parezca que esta viviendo esa lluvia y se sienta más identificado con la naturaleza que se describe. En el momento que sale el sol, la luz lo inhunda todo y las nubes oscuras con sus tonos grises que desaturizan todos los demás se van.
El jardín gris A Francisco Villaespesa ¡Jardín sin jardinero! ¡Viejo jardín, viejo jardín sin alma, jardín muerto! Tus árboles no agita el viento. En el estanque, el agua yace podrida. ¡Ni una onda! El pájaro no se posa en tus ramas. La verdinegra sombra de tus hiedras contrasta con la triste blancura de tus veredas áridas... ¡Jardín, jardín! ¿Qué tienes? ¡Tu soledad es tanta, que no deja poesía a tu tristeza! ¡Llegando a ti, se muere la mirada! Cementerio sin tumbas... Ni una voz, ni recuerdos, ni esperanza. ¡Jardín sin jardinero! ¡Viejo jardín, viejo jardín sin alma! * A Rubén Darío La hora cárdena... La tarde los velos se va quitando... El velo de oro..., el de plata. La hora cárdena...
«Aún es temprano». «Nada veo sino el polvo del camino...» «Aún es temprano». «¿Gritaron, madre?» «No, hija; nadie habló... ¿Lloras?...» «Lo blanco del camino que contemplo las lágrimas me ha saltado...» «No es eso...» «Yo no sé, madre». «Él vendrá, que aún es temprano». «Madre, el humo se está quieto, las nubes parecen mármol..., y los árboles diríase, que tienden abiertos brazos». Un mendigo horrible pasa, y hacia el castillo ha mirado. Una negra mariposa revolotea en el cuarto. La hora cárdena... La tarde los velos se va quitando... El velo de oro, el de plata..., el de celajes violados. ... Y el sol va a caer allá lejos, guerrero herido en el campo. ¡Mal hayan los servidores que sin su señor tornaron, los que con él se partieron y traen, sin él, su caballo!
Manuel Machado
Manuel Machado (1874-1947) fue un poeta y dramaturgo español, enmarcado en el Modernismo, y hermano de Antonio Machado. En el primer poema, Antonio nos presenta un contraste entre el verdinegro y el blanco, este último no lo utiliza como símbolo de pureza, sino de soledad. Este contraste simboliza por un lado lo material, o lo que se puede tocar fisicamente (verdinegro de la hiedra) y lo conceptual que es la blancura de la tristeza. Lo mismo sucede en el segundo poema, en el que el artista describe un contraste entre el blanco del camino, expresando con esto el misterio, y por otro la mariposa negra, la cual representa a la muerte. Tenemos a dos mujeres esperando a sus parientes que vienen de la guerra, y tienen la incertidumbre de si estarán vivos o muertos.
Ronda de los colores
Azul loco y verde loco del lino en rama y en flor. Mareando de oleadas baila el lindo azuleador.
¡Vaya el Color!
El amarillo se viene grande y lleno de fervor y le abren paso todos Cuando el azul se deshoja, como viendo a Agamenón. sigue el verde danzador: A lo humano y lo divino verde-trébol, verde-oliva baila el santo resplandor: y el gayo verde-limón. aromas gajos dorados y el azafrán volador. ¡Vaya hermosura! ¡Vaya el Color! ¡Vaya delirio! ¡Vaya el Color! Rojo manso y rojo bravo ¿rosa y clavel reventón?. Cuando los verdes se Y por fin se van siguiendo al pavo-real del sol, rinden, él salta como un campeón. que los recoge y los lleva como un padre o un ladrón. Bailan uno tras el otro, Mano a mano con nosotros no se sabe cuál mejor, todos eran, ya no son: y los rojos bailan tanto que se queman en su ardor. ¡El cuento del mundo muere al morir el Contador! ¡Vaya locura!
Gabriela Mistral
Gabriela Mistral (1889-1957) fue una poetisa, diplomática, feminista y pedagoga chilena. Una de las principales figuras de la literatura chilena y latinoamericana, fue la primera iberoamericana premiada con el Nobel: ganó el de Literatura en 1945. El poema se fundamenta en la personificación del color, ya que ni el azul es loco ni los verdes se van a rendir a los rojos, por ejemplo. También utiliza la metáfora al comparar al pavo real con el arco iris. En este poema se ve bien claro que la artista esta describiendo la teoria del color, es decir, habla de los colores que componen la luz (rojo, verde, azul, magenta, amarillo y cyan) aunque al cyan lo pone como azul y al magenta como rosa y clavel, para así explicar por qué vemos cada cosa de un color, por ejemplo: “cuando el verde se rinde él (rojo) salta como un campeón”. En una superficie que absorve el verde siempre se va a reflejar el rojo y va a ser el color que vamos a apreciar. De esta manera concluye que “el cuento acaba al morir el contador”, es decir, al apagar la luz no somos capaces de distinguir ningún color.
Amarillo
El Animal Que Llora, Ése Estuvo En Tu Alma Antes de Ser Amarillo; el animal que lame las heridas blancas, ése está ciego en la misericordia; el que duerme en la luz y es miserable, ése agoniza en el relámpago. La mujer cuyo corazón es azul y te alimenta sin descanso, ésa es tu madre dentro de la ira; la mujer que no olvida y está desnuda en el silencio, ésa fue música en tus ojos. Vértigo en la quietud: en los espejos entran sustancias corporales y arden palomas. Tú dibujas juicios y tempestades y lamentos. Así es la luz de la vejez, así la aparición de las heridas blancas.
Antonio Gamoneda
Antonio Gamoneda (1931) es un poeta español, distinguido con el Premio Cervantes en 2006. Escritor autodidacta. Por su fecha de nacimiento se le ha relacionado con el llamado “grupo poético de los años 50”. Para Gamoneda en sus referencias cromáticas y de sinestesía considera que en poesía, el color, el sonido y el olor son significantes, es decir pretenden crear un lenguaje capaz de producir directamente sensaciones y no ideas ni sentimientos. La poesía es sensible, visible en el cromatismo de sus poemas y relaciona el azul como transmisor de vida y el amarillo vinculado al dolor y la muerte. El blanco es para este autor un color asociado a la vejez.
A una rosa
XXXVII ¡Con qué artificio tan divino sales de esa camisa de esmeralda fina, oh rosa celestial alejandrina, coronada de granos orientales! Ya en rubíes te enciendes, ya en corales, ya tu color a púrpura se inclina sentada en esa basa peregrina que forman cinco puntas desiguales. Bien haya tu divino autor, pues mueves a su contemplación el pensamiento, a aun a pensar en nuestros años breves. Así la verde edad se esparce al viento, y así las esperanzas son aleves que tienen en la tierra el fundamento...
Lope de Vega
Lope Félix de Vega Carpio (1562-1635) fue uno de los más importantes poetas y dramaturgos del Siglo de Oro español y, por la extensión de su obra, uno de los más prolíficos autores de la literatura universal. En estos versos el autor utiliza el color para simbolizar el paso del tiempo en una rosa, desde que sale de su capullo esmeralda, pasando por petalos rubies y corales que se van convirtiendo en púrpura pero que antes de morir han esparcido por el viento sus esporas verdes para reproducirse y así la vida siga su ciclo de nacimiento, reproducción y muerte.
Romance sonámbulo Verde que te quiero verde. Verde viento. Verdes ramas. El barco sobre la mar y el caballo en la montaña. Con la sombra en la cintura ella sueña en su baranda, verde carne, pelo verde, con ojos de fría plata. Verde que te quiero verde. Bajo la luna gitana, las cosas le están mirando y ella no puede mirarlas. * Verde que te quiero verde. Grandes estrellas de escarcha, vienen con el pez de sombra que abre el camino del alba. La higuera frota su viento con la lija de sus ramas, y el monte, gato garduño, eriza sus pitas agrias. ¿Pero quién vendrá? ¿Y por dónde...? Ella sigue en su baranda, verde carne, pelo verde, soñando en la mar amarga. * Compadre, quiero cambiar mi caballo por su casa, mi montura por su espejo, mi cuchillo por su manta. Compadre, vengo sangrando, desde los montes de Cabra. Si yo pudiera, mocito, ese trato se cerraba. Pero yo ya no soy yo, ni mi casa es ya mi casa. Compadre, quiero morir decentemente en mi cama. De acero, si puede ser, con las sábanas de holanda. ¿No ves la herida que tengo desde el pecho a la garganta? Trescientas rosas morenas lleva tu pechera blanca. Tu sangre rezuma y huele alrededor de tu faja.
Pero yo ya no soy yo, ni mi casa es ya mi casa. Dejadme subir al menos hasta las altas barandas, dejadme subir, dejadme, hasta las verdes barandas. Barandales de la luna por donde retumba el agua. * Ya suben los dos compadres hacia las altas barandas. Dejando un rastro de sangre. Dejando un rastro de lágrimas. Temblaban en los tejados farolillos de hojalata. Mil panderos de cristal, herían la madrugada. * Verde que te quiero verde, verde viento, verdes ramas. Los dos compadres subieron. El largo viento, dejaba en la boca un raro gusto de hiel, de menta y de albahaca. ¡Compadre! ¿Dónde está, dime? ¿Dónde está mi niña amarga? ¡Cuántas veces te esperó! ¡Cuántas veces te esperara, cara fresca, negro pelo, en esta verde baranda! * Sobre el rostro del aljibe se mecía la gitana. Verde carne, pelo verde, con ojos de fría plata. Un carámbano de luna la sostiene sobre el agua. La noche su puso íntima como una pequeña plaza. Guardias civiles borrachos, en la puerta golpeaban. Verde que te quiero verde. Verde viento. Verdes ramas. El barco sobre la mar. Y el caballo en la montaña.
Federico García Lorca
Federico García Lorca (1898-1936) fue un poeta, dramaturgo y prosista español, también conocido por su destreza en muchas otras artes. Adscrito a la llamada Generación del 27, es el poeta de mayor influencia y popularidad de la literatura española del siglo xx. Murió fusilado el año que comenzó la Guerra Civil Española. En este Romance, el autor utiliza el color verde para referirse a la muerte y al color de piel de los gitanos. El verde como emblema de la muerte actúa como una premonición de los trágicos sucesos que van a tener lugar más adelante. De esta forma el color anticipa los hechos. En cuanto al color plata de los ojos de la muchacha transmite una impresión sombría y fria de alguien que no puede responder a la mirada de quien la observa. Esta vez, el color supone un rasgo de la personalidad.
Alaba los ojos negros de Julia ¿Eva era rubia? No. Con negros ojos vio la manzana del jardín: con labios rojos probó su miel; con labios rojos que saben hoy más ciencia que los sabios. Venus tuvo el azur en sus pupilas, pero su hijo no. Negros y fieros, encienden a las tórtolas tranquilas los dos ojos de Eros. Los ojos de las reinas fabulosas, de las reinas magníficas y fuertes, tenían las pupilas tenebrosas que daban los amores y las muertes. Pentesilea, reina de amazonas; Judith, espada y fuerza de Betulia; Cleopatra, encantadora de coronas, la luz tuvieron de tus ojos, Julia. La negra, que es más luz que la luz blanca del sol, y las azules de los cielos. Luz que el más rojo resplandor arranca al diamante terrible de los celos. Luz negra, luz divina, luz que alegra la luz meridional, luz de las niñas, de las grandes ojeras, ¡oh luz negra que hace cantar a Pan bajo las viñas!
Rubén Darío
Félix Rubén García Sarmiento, conocido como Rubén Darío (1867-1916), fue un poeta, periodista y diplomático nicaragüense, máximo representante del modernismo literario en lengua española. En este poema el color negro tiene mucho peso, color, que además que siempre ha sido relacionado con el luto y la muerte, y que Rubén Darío le esta dando un toque de luz y de sensualidad juntándolo con el rojo de los labios de Julia, de esta manera lo que hace es cambiar el significado de este color para desvincularlo de el mundo de la muerte para acercarlo más al mundo divino. El color se entremezcla en este poema con varios recursos literarios como son la enumeración (luz negra, luz divina); comparación (la negra, que es más luz que la luz blanca del sol y las azules de los cielos), sinestesia (negros y fieros encienden...), paradoja (luz negra) y anteposición (negros ojos). Con todos estos puntos el poeta consigue que veamos al negro con otros ojos.
Trascielo de cielo azul Verde verderol ¡Qué miedo el azul del cielo! ¡Negro! ¡Negro de día en agosto! ¡Qué miedo! ¡Qué espanto en la siesta ardiente! ¡Negro! ¡Negro en las rosas y el río! ¡Qué miedo! ¡Negro con sol en mi tierra (¡negro!) sobre las paredes blancas! ¡Qué miedo! * Verde verderol ¡endulza la puesta del sol! Palacio de encanto, el pinar tardío arrulla con llanto la huida del río. Allí el nido umbrío tiene el verderol. Verde verderol ¡endulza la puesta del sol!
La última brisa es suspiradora, el sol rojo irisa al pino que llora. ¡Vaga y lenta hora nuestra, verderol! Verde verderol ¡endulza la puesta del sol! Soledad y calma, silencio y grandeza. La choza del alma se recoje y reza. De pronto ¡belleza! canta el verderol. Verde verderol ¡endulza la puesta del sol! Su canto enajena (¿se ha parado el viento?) el campo se llena de su sentimiento. Malva es el lamento, verde el verderol. Verde verderol ¡endulza la puesta del sol!
Juan Ramón Jiménez
Juan Ramón Jiménez (1881- 1958) fue un poeta español, ganador del Premio Nobel de Literatura en 1956. En el primer poema pone de manifiesto a través del color, la cara temida de una situación que, aparentemente, es cotidiana o incluso agradable como puede ser el cielo azul o las rosas y el río. Este fin lo consigue con el color negro, al cual se le atribuye las características de siniestro, muerte, miedo, etc. En cambio, en el segundo poema utiliza un color, que no es el blanco, sino el verde, para expresarnos luz. Es un poema infantil en el que el color juega un doble papel: el juego de paabras con el verderol, un pájaro del mismo color, y el elemento cromático para conseguir una percepción directa y visual del niño.
Rima XII Porque son, niña, tus ojos verdes como el mar, te quejas; verdes los tienen las náyades, verdes los tuvo Minerva, y verdes son las pupilas de las huríes del Profeta. El verde es gala y ornato del bosque en la primavera; entre sus siete colores brillante el Iris lo ostenta, las esmeraldas son verdes; verde el color del que espera, y las ondas del océano y el laurel de los poetas. Es tu mejilla temprana rosa de escarcha cubierta, en que el carmín de los pétalos se ve al través de las perlas. Y sin embargo, sé que te quejas porque tus ojos crees que la afean, pues no lo creas. Que parecen sus pupilas húmedas, verdes e inquietas, tempranas hojas de almendro que al soplo del aire tiemblan. Es tu boca de rubíes purpúrea granada abierta
que en el estío convida a apagar la sed con ella, Y sin embargo, sé que te quejas porque tus ojos crees que la afean, pues no lo creas. Que parecen, si enojada tus pupilas centellean, las olas del mar que rompen en las cantábricas peñas. Es tu frente que corona, crespo el oro en ancha trenza, nevada cumbre en que el día su postrera luz refleja. Y sin embargo, sé que te quejas porque tus ojos crees que la afean: pues no lo creas. Que entre las rubias pestañas, junto a las sienes semejan broches de esmeralda y oro que un blanco armiño sujetan. * Porque son, niña, tus ojos verdes como el mar te quejas; quizás, si negros o azules se tornasen, lo sintieras.
Gustavo Adolfo Becquer
Bécquer, como poeta romántico de la época, estaba enamorado, y no era correspondido, como era mandado. Por este motivo, este poeta se pasa la vida escribiendo sobre su amor idealizado e imposible. Se puede apreciar que describe los ojos de la muchacha con miles de verdes, utilizando la comparación para hacerle entender al lector que el color de los ojos de su amada es el más bonito que existe, por lo menos para él. En el último párrafo da a entender que la chica se queja de tener este color de ojos y él le dice que le encantarían si fueran de otro color, es decir, este poema es más bien una lista de pros para hacerle ver a ella que sus ojos son muy bonitos y deje la modestia aparte, y de paso recordarle que a él le gusta así.
Mar de pintor. Diario
Cuatro de la madrugada: Mar azul Prusia. Cielo verde de malaquita. Emociones. Seis de la mañana: Mar morado. Cielo gris. Sports. Nueve de la mañana. Lectura. Una de la tarde: Mar ocre. Cielo blanco. Desamor. Cuatro de la tarde: Mar de plata. Cielo rosa. Nostaljia. Ocho de la tarde: Mar de hierro. Cielo gris. Pensamientos.
Juan Ramón Jiménez
Para Juan Ramón Jiménez, el color tiene un fuerte contenido simbólico. Casi siempre el color de sus poesías aparece ligado a sentimientos o a imágenes visuales pero en pocas ocasiones vinculado a sonidos, armonías y mucho menos a olores o impresiones táctiles. Él es un poeta que quiso ser pintor y en realidad no dejó de serlo nunca, ya que consiguió que el color se convirtiera en una constante en toda su literatura hasta el punto de que las palabras parecen ser utilizadas en sus textos como los colores en los cuadros de un pintor impresionista, constituyendo la luz un elemento fundamental en su prosa: el paisaje es color y el color es poesía. Rojos son sus Jardines galantes, blancos sus Jardines místicos, dorados y malvas sus Jardines dolientes.
El Cristo de Velázquez Blanco tu cuerpo está como el espejo del padre de la luz, del sol vivífico; blanco tu cuerpo al modo de la luna [...] De noche la redonda luna dícenos de como alienta el sol bajo la tierra: y así tu luz: pues eres testimonio Tú el único Dios, y en esta noche sólo por Ti se llega al Padre Eterno: sólo tu luz lunar en nuestra noche cuenta que vive el sol. Con tus abiertos brazos, la negrura del abismo de Dios, tu Padre, rasgas y echándolo hacia atrás, de tu cruz cuelgas el negro manto en que embozado estabas dándotenos desnudo [...] ¿O es que una nube negra de los cielos ese negror, le dio a tu cabellera de nazareno, cual de mustio sauce de una noche sin luna sobre el río? ¿Es la sombra del ala sin perfiles del ángel de la nada negadora, de Luzbel, que en su caída inacabable -fondo no puede dar- su eterna cuita clava en tu frente, en tu razón?
Miguel de Unamuno
Miguel de Unamuno (1864-1936) fue un escritor y filósofo español perteneciente a la generación del 98. En su obra cultivó gran variedad de géneros literarios como novela, ensayo, teatro y poesía. El color blanco del cuerpo de Cristo no es sino el reflejo de la luz divina, de ese Dios eterno e inmortalizador que el hombre anhela, y por eso compara su blancura con la de la luna que refleja como un espejo la luz del sol. Unamuno veía en él la revelación de la existencia de Dios y el triunfo de la Humanidad sobre la muerte. El color negro hace referencia a la melena del Nazareno y a la noche, y está sin duda inspirado por el fondo de tinieblas del cuadro. Simboliza la oscuridad en la que vivía el hombre sin el conocimiento de Dios antes de la venida de Cristo. Pero también representa, por oposición a la luz de Cristo, las fuerzas tenebrosas, el ángel caído, Luzbel.
GREGUERÍAS
Huevos al plato: antifaz blanco con ojos amarillos. * El viejo y deslustrado olivo deja su verde mejor para las jóvenes aceitunas. * Los negros tienen tanto miedo a los rayos poque ya se carbonizaron una vez. * Las noches sin luna todos los corderos son negros. * Los claveles blancos están siempre estrenando ropa interior. * Las medicinas que prepara el farmacéutico con cariño las da en frasco morado y con gorro de dormir. * Hay unas rosas color sangre que parecen haberse herido con sus propias espinas. * ¡Qué cordial y qué calmoso el reloj de torre iluminado entre la nieve! Su luz es amarilla, es luz de incendio sobre la luz de la nieve, luz blanca y fría. * Ese manojo de globos color carmín que lleva la globera, parece un manojo de guindas mollares y monstruosas cogidas con sus rabos. * Los negros son negros porque es tan despiadado el sol de Africa, que sólo así logran estar a la sombra. * Hay una cara amarilla de aficionado nato a la mayonesa. * El clavel blanco refresca las miradas y nos lo colocamos en el ojal de las pupilas. * Del otro lado de la luna cae el pañuelo negro de un dolor de muelas. * Los corsés se ruborizan y por eso se ponen rosas. * Los blancos de las uñas de las bellas manos son medias lunas para terciopelos azules. * Esa pincelada blanca que se inicia en las cabezas es el salibazo del tiempo.
Ramón Gómez de la Serna
Las greguerías son textos breves semejantes a los aforismos, que generalmente constan de una frase de una sola línea y que tratan de expresar en terminos originales pensamientos filosóficos, reflexiones, etc. Las greguerías utilizan, normalmente, el humor y la metáfora. Este estilo se caracteriza por buscar la expontaneidad y el efecto sorpresa del lector. En este punto el color toma un papel fundamental. Las relaciones mentales que plantea Gómez de la Serna para establecer paralelismos en sus composiciones requieren de un fuerte elemento visual. El establecimiento de elementos de percepción, como es el color en este caso, facilita la relación mental entre concepto que lleva a comprender dicho paralelismo.
TĂtulo
1. Allá de mi voz, Vencejo y nube blanca Bajo su sombra. 12. Oscura senda, De pronto llama blanca, Luz que se tensa. 36. Cobijo el aire Bajo el peso azul del mar: Ojo de cristal 38. Cráter de azules, Geometrías de barca: Un vaso de agua. 69. Reino del frío: Vira la rama al rojo, Arde en colores. Juan Antonio González Fuentes, “Haikus sin estación” * ao arashi sadamaru toki ya nae nno iro. Temporal verde: Cuando amaina..., ¡el color de esos brotes de arroz! Kyorai (1651-1702) *
koobai ya irihi no osou matsu kashiwa. Roja flor de ciruelo: el sol poniente ataca pinos y robles. Yosa Buson (1716-1783) * Mil pequeños peces blancos como si hirviera el color del agua. Konishi Raizan (1657-1706) * Pálidas parecen las hojas rojas del otoño ante las olas verdes de los campos de arroz. Kikusha-Ni * Del violeta de las nubes Al morado de los iris Se dirige mi pensamiento. Chiyo-Ni (1703-1775) * Blancos los rostros Que observan El arco iris. Generoso verdor El plato en verano. Tanta verdura. SHINO TATSUKO
El Haiku es un estilo de poesía breve que nació en Japón y cuya esencia es cortar, mediante yuxtaposición, dos ideas o imágenes. Fundamentalmente la temática del Haiku se basa en las sensaciones que produce la naturaleza en la mente del poeta. El elemento del color en el haiku tiene mucho peso, ya que a traves de él intenta describir la naturleza. La exaltación y la brevedad que precisa el haiku hacen de un elemento tan potente en la naturaleza como el color, el aliado perfecto para expresar totalmente esas sensaciones.
NARRATIVA
La lluvia amarilla «Día a día, en efecto, a partir de aquella noche junto al río, la lluvia ha ido anegando mi memoria y tiñendo mi mirada de amarillo. No sólo mi mirada. Las montañas también. Y las casas. Y el cielo. Y los recuerdos que, de ellos, aún siguen suspendidos. Lentamente, al principio, y, luego ya, al ritmo en que los días pasaban por mi vida, todo a mi alrededor se ha ido tiñendo de amarillo como si la mirada no fuera más que la memoria del paisaje y el paisaje un simple espejo de mí mismo. Primero fue la hierba, el musgo de las casas y del río. Luego, el perfil del cielo. Más tarde, las pizarras y las nubes. Los árboles, el agua, la nieve, las aliagas, hasta la propia tierra fue cambiando poco a poco el color negro de su entraña por el de las manzanas corrompidas de Sabina. Al principio, yo creía que aquello era sólo un delirio, una ilusión fugaz de mi mirada y de mi espíritu que se iría de nuevo igual que había venido. Pero aquella ilusión siguió conmigo. Cada vez más precisa. Cada vez más real y más firme. Hasta que, una mañana, al levantarme y abrir la ventana, vi las casas del pueblo completamente ya teñidas de amarillo.»
Julio Llamazares
Julio Alonso Llamazares (1955) es un escritor y periodista español que utilizó el amarillo, en esta obra suya, para representar el abandono y el paso del tiempo. Durante toda la obra de Julio Llamazares, el color amarillo tiene mucho peso, y es que lo utiliza para describir las sensaciones del protagonista cuando ve que el tiempo va pasando y que se va quedando solo en su pueblo, y no solo eso, sino que él mismo se está marchitando como las hojas amarillas del otoño. La soledad esta presente durante toda la obra, ya que se nota, al leer el texto con su singular toque de amarillo, la nostalgia que siente el protagonista del libro. Dese mi punto de vista el título del libro nos describe como ese amarillova cayendo lentamente, empapándolo todo a su paso y tiñendo el paisaje de amarillo, es decir, como todo se va envejeciendo lentamente con el paso del tiempo.
Textos varios de José Martí
«Circundaban las nubes crestas rojas y se mecían como ópalos movibles; había en el cielo esmeraldas vastísimas azules, montes turquinos, rosados carmíneos, arranques bruscos de plata, desborde de los senos de color; sobre montes oscuros, cielos claros, y sobre cuestas tapizadas de violetas arrebatadas ráfagas de oro». * «Entre los colores y los sonidos hay una gran relación. El cornetín de pistón produce sonidos amarillos; la flauta suele tener sonidos azules y anaranjados; el fagot y el violín dan sonidos de color castaño y azul Prusia, y el silencio, que es la ausencia de los sonidos, el color negro. El blanco lo produce el oboe».
José Martí
José Julián Martí Pérez (1853-1895) fue un político republicano democrático, pensador, escritor, periodista, filósofo y poeta cubano, creador del Partido Revolucionario Cubano y organizador de la Guerra del 95 o Guerra Necesaria. Perteneció al movimiento literario del modernismo. En ambos textos podemos apreciar como actúan los colores sobre la mente del escritor, como le asombran y le maravillan, hasta el punto que habla de la sinestesia entre los colores y la música, en el segundo texto. En el primer texto, con el uso de todos esos colores tan vivos con los que describe el paisaje, podemos apreciar que, José Martí era un enamorado de su tierra, y por ese motivo, entre otros, luchaba por la libertad de su pueblo.
Desde el molino. Impresiones de un viaje a París (1894) El pintor la miraba con los ojos entornados, se alejaba del cuadro para verlo a distancia, volvía a acercarse para dar algunas pinceladas, y buscaba en vano en la paleta las íntimas suavidades de color que temblaban en aquella carne color mate amarillento. Por fin tiró los pinceles, diciendo: —Yo no sé: hoy esta mujer es azul como un diablo. La modelo, sin moverse, bajó los ojos inquieta, a fin de ver si realmente se había vuelto azul como decían. —Este blanco azulado es, sin duda, el reflejo de la nieve—le dijimos nosotros para darle ánimo.
Santiago Rusiñol
Santiago Rusiñol y Prats (1861 – 1931) fue un pintor, escritor y dramaturgo español que murió mientras pintaba los jardines de Aranjuez. La sinestesia que utiliza este artista para describir lo azul que está la mujer o el blanco azulado de los relfejos de la nieve es sin duda debido a que era a partes iguales pintor y escritor y para él los colores eran palabras y las palabras colores. Es gracias a este motivo que consigue reflejar con esos tonos tan frios que el pintor de su relato no se encuentra demasiado inspirado para seguir con su obra, la luz no debe de ser la adecuada, y es por ello que nos consigue reflejar perfectamente la saturación mental que siente el artista protagonista al no poder dibujar como lo desearía.
El velo de la reina Mab
«Entonces la reina Mab, del fondo de su carro hecho de una sola perla, tomó un velo azul, casi impalpable, como formado de suspiros o de miradas de ángeles rubios y pensativos. Y aquel velo era el velo de los sueños, de los dulces sueños que hacen ver la vida de color de rosa. Y con él envolvió a los cuatro hombres flacos, barbudos e impertinentes [...]. Y desde entonces, en las buhardillas de los brillantes infelices, donde flota el sueño azul, se piensa en el porvenir como en la aurora, y se oyen risas que quitan la tristeza, y se bailan extrañas farándulas alrededor de un blanco Apolo, de un lindo paisaje, de un violín viejo, de un amarillento manuscrito».
Rubén Darío Publicado en La Época el 2 de octubre de 1887
Como hemos podido comprobar en los poemas anteriores de Rubén Darío, es un auténtico enamorado de los colores, los utiliza para crear una atmósfera mística con la que envolver al lector, como hace en este caso con el azul para referirse a ese velo que son nuestros pensamientos más imaginativos, y al rosa, que por el contexto aprecio que es un rosa palido, con el que quiere decir que la vida es buena y bonita y que todo puede salir bien. El uso del azul, sobre todo, es impresionante, ya que con ese simple tono es capaz de hacer que nos imaginemos imaginando ese mundo al que todas las personas necesitamos volar de vez en cuando y que se encuentra en nosotros mismos, y en el cual los problemas exteriores no tienen tanta importancia y nos permitimos, así, ser un poco más libres.
Cuentos infantiles Rapunzel La Bella Durmiente Blancanieves Caperucita Roja Blancanieves y Rojaflor La serpiente blanca La lรกmpara azul Barba azul La novia blanca y la novia negra Las tres princesas negras Las tres ramas verdes La rosa
Hermanos Grimm
Los Hermanos Grimm vivieron entre 1785-1863, fueron dos hermanos alemanes célebres por sus cuentos para niños, ademas de ser los fundadores de la filología alemana. Originalmente los cuentos de estos hermanos no eran pprecisamente para niños, eran más bien, cuentos de terror para jovenes y adultos, y aunque actualmente se hayan adaptado tanto el contenido de las historias como los colores en un principio eran cuentos oscuros en los que la mayoría de sus historias sucedían de noche o en lugares oscuros y poco transitados, lo que les daba un ambiente terrorífico. Aunque si es verdad, que utilizaron diversos colores, sobretodo para dar nombre a los personajes como es el caso de Rapunzel, la cual en un principio se llamaba Verdinel, o la bella durmiente, quien se llama Rosa. Hoy en día estos cuentos se han versionado y ya no son tan tristes ni oscuros, los hemos llenado de colores que estimulan a los más pequeños consiguiendo con esto unos cuentos coloridos, alegres y para todas los públicos. Estos cuentos son un claro ejemplo de como evolucionan los colores a lo largo del tiempo en una misma sociedad, pasando de una época oscura llena de muerte y misticismo a una época más tranquila, sin muertes, en donde los niños pueden disfrutar de ser niños leyendo este tipo de cuentos.
Alicia en el país de las Maravillas CAPÍTULO I: DESCENSO POR LA MADRIGUERA Alicia empezaba a estar harta de seguir tanto rato sentada en la orilla, junto asu hermana [...] cuando de pronto un Conejo Blanco de ojos rosados pasó velozmente a su lado [...] CAPÍTULO V: CONSEJOS DE UNA ORUGA [...] Alicia se puso de puntillas, y miró por encima del borde de la seta, y sus ojos se encontraron de inmediato con los ojos de una gran oruga azul, que estaba sentaa encima de la seta con los brazos cruzados, fumando tranquilamente una larga pipa y sin prestar la menor atención a Alicia ni a ninguna otra cosa. CAPÍTULO VIII: UNA REINA DECAPITADORA Junto a la entrada del jardín se levantaba un enorme rosal, cuyas rosas eran blancas. Sin embargo, en torno a ellas había tres jardineros que las pintaban, dejándolas rojas. Alicia encontró el asunto muy extraño y se acercó a observarlos [...] La reina se puso roja de furia y, tras dirigirle una mirada fulminante y feroz, empezó a gritar: “¡Qué le corten la cabeza!” [...]
Lewis Carroll
Al comienzo de esta novela, la cual está basada en una niña real, Alicia, el conejo blanco ejerce sobre ella el poder de la atracción, la curiosidad y la intriga, Carroll eligió el blanco por ser un color absoluto y lleno de luz que llama la atención en cualquier escenario, por lo que para la niña no podia pasar desapercibido. Al llegar Alicia al País de las Maravillas se encuentra con un mundo lleno de colores, los cuales llaman su atención continuamente, y en particular, la oruga azul es muy importante, ya que juega el papel de sabio. El azul que utiliza Carroll para la oruga es un color exótico, diferente a los demás y que lo que quiere expresar es la sabiduría de la oruga, dandole el aspecto de maestroguía. Para reflejar la maldad de la reina roja está muy presente el rojo, color que en este caso no quiere significar pasión, sino poder y agresividad. Tanto es así que hasta las flores blancas, que representarían la pureza, las corrompen manchándolas de pintura carmín, color muy parecido a la sangre que deja clarísimo la indiferencia de la reina ante el hecho de tener que mancharse las manos de sangre inocente. En esta obra el color juega un papel importantísimo, ya que sin él no conseguiríamos entender todas las aventuras que vive Alicia y la peronalidad de cada uno de los personajes.
Las zapatillas rojas Érase una vez una niña muy simpática llamada Karen. Era bonita y todo el mundo la quería. Su único defecto, era ser demasiado caprichosa[...] Su mamá le regaló un bonito vestido de bailarina a la vez que la deseaba muchísimas felicidades [...] A la salida de la escuela Karen pasó por delante de una zapatería y vió unas preciosas zapatillas rojas de ballet. - Esas zapatillas serán mías- se dijo la caprichosa chiquilla.[...] Al llegar a casa, corrió al encuentro de su mamá, que estaba preparando la comida y lo primero que hizo fue: - He visto unas zapatillas rojas que harían juego con mi vestido de bailarina [...] La niña obedeció y el diablillo le susurró al oído el malvado plan que había trazado para conseguir las zapatillas [...] La niña se apoderó de las zapatillas y echó a correr, antes de que los dueños de la tienda se despertaran. Mientras corría, sintió de pronto la tentación de probárselas. Y ni corta ni perezosa, se calzó las zapatillas y al instante sus pies empezaron a moverse con una gracia prodigiosa. Bailando recorrió toda la ciudad hasta el puerto, acompañada del diablillo. La niña estaba encantada, pero cuando quiso pararse, notó que era imposible. Sus pies danzaban incansables a pesar de su voluntad. El diablillo se estaba riendo a carcajadas [...] Entonces Karen se dio cuenta de que había tenido una pesadilla y se la contó a su madre [...]
Hans Christian Andersen
Hans Christian Andersen (1805-1875) fue un escritor y poeta danés, famoso por sus cuentos para niños. En el cuento de las zapatillas rojas lo que está siempre presente es ese color rojo que representa la tentación de la niña, pero este sentimiento se va transformando hasta que expresa hasta representar miedo, tensión e impotencia. También tiene mucha relación con el diablillo descrito, porque aunque no aparezca en el relato el color de su piel, ni ningún dato relevante, salta a la vista que es malo y da la sensación que ese color rojo lo ha traido expresamente del infierno a la Tierra para darle una lección a la niña.
Cuento de Navidad [...] Si cada uno de los lisos azulejos hubiese estado en blanco y Scrooge hubiese tenido la facultad de representar en su superficie alguna figura extraída de los dispersos fragmentos de su pensamiento, en cada uno de ellos habría aparecido una copia de la cabeza del viejo Marley [...] [...] Todos llevaban cadenas como las del fantasma de Marley; unos cuantos (tal vez gobiernos culpables) iban encadenados en grupo; ninguno estaba libre de cadenas. Scrooge había conocido en vida a muchos de ellos. Había tenido bastante relación con un viejo fantasma que llevaba un chaleco blanco y una monstruosa caja de caudales atada al tobillo [...] [...] El cabello le caía hasta los hombros y era blanco; como el de un anciano, sin embargo, no había arrugas en su rostro sino la más aterciopelada lozanía [...] [...] La niebla y la escarcha pendían sobre el negro y viejo portón de la casa [...] [...] el sol poniente había dejado una banda de rojo ardiente que iluminó la desolación durante unos instantes, como un ojo rencoroso, y se fue cerrando, cerrando cada vez más, hasta perderse en las espesas tinieblas de la noche más negra. [...] [...] Eran un niño y una niña. Amarillos, flacos, mugrientos, malencarados, lobunos, pero también prosternados en su humildad [...] [...] La frialdad que tenía dentro había congelado sus viejas facciones y afilaba su nariz puntiaguda, acartonaba sus mejillas, daba rigidez a su porte; había enrojecido sus ojos, azulado sus finos labios; esa frialdad se percibía claramente en su voz raspante [...] [...] Sol dorado, cielo azul, dulce aire fresco, alegres campanadas. ¡Ah, glorioso, glorioso! [...]
Charles Dickens
Charles John Huffam Dickens (1812-1870) fue un destacado escritor y novelista inglés, uno de los más conocidos de la literatura universal, y el más sobresaliente de la era victoriana. Cuento de Navidad está cargado de colores simbólicos: El blanco, el escritor lo utiliza continuamente para representar a las almas atormentadas, es decir, está muy vinculado a la muerte durante todo el relato. El negro que describe la oscuridad y a ciertas figuras representa a la muerte, con esa oscuridad que te envuelve y asusta por miedo a no poder ver que más hay, es decir, miedo a lo desconocido. El rojo cuando lo utiliza es simplemente para representar un hecho que se va a desvanecer con la misma fuerza con la que llegó, algo fugaz e imposible de alcanzar. El amarillo de los niños representa a la enfermedad en una época en la que apenas había medicinas y que la gente delicada de salud no tenía muchas posibilidades de salir adelante. Pero al final del relato la cosa cambia. y al haber abierto los ojos a la vida, el protagonista lo ve todo de otro color, vuelve la alegria a su vda y se representa con un maravilloso día de sol y color.
Moby Dick [...] Desde luego, no puede ser sino una buena capa de curtido tropical, pero nunca he oído decir que el curtido de un sol caliente convierta a un hombre blanco en amarillento y purpúreo [...] [...]¿De qué me sirve esta pipa, imaginada para tranquilizar, para enviar suaves vaporesblancos entre blancos y suaves cabellos, no entre mechones de ungris acerado como los míos? Ya no volveré a fumar...” [...] [...] El narval tiene un aspecto muy pintoresco de leopardo, por ser de un color de fondo blanco como la leche, salpicado de manchas negras redondas y alargadas. [...] [...] Despellejaos los ojos buscándola, hombres; mirad bien si hay algo blanco en el agua, en cuanto veáis una burbuja, gritad. [...] [...] ¡Ah, tú, gran Dios blanco, que estás allá en lo alto, no sé dónde, en esa tiniebla, ten piedad de este muchachito negro de aquí abajo; sálvale de todos los hombres que no tienen entrañas para sentir miedo! [...] [...] observamos las blancas honduras de la Vía Láctea [...] [...] Podría ocurrir que transcurriese un largo intervalo antes que se viera la ballena blanca [...] [...] seguir agitando el negro aire sin horizonte alguno [...] [...] sería mejor que dejase de contarme esos cuentos; no estoy tan verde [...] Muchos están verdes como las Montañas Verdes de que proceden [...]
Melville Herman
Herman Melville (1819–1891) fue un escritor estadounidense que además de novela y cuento escribió ensayo y poesía. Un de sus obras más famosas es Moby Dick en la cual la palabra “blanco” aparece más de 102 veces en sus más de 400 páginas. En esta blancura que todo lo envuelve destaca algo, la verdadera protagonista del libro, la ballena blanca, Moby Dick. El escritor pretende, atribuyendole este color, darle el aspecto de algo demoníaco, por lo tanto hemos pasado de un blanco que representa la pureza a un blanco que representa el verdadero mal. Pero no solo aparece este color, el negro y el verde también están muy presentes, el negro representa la oscuridad de la noche y de la soledad interior del protagonista. Mientras que el verde lo usan como juego de palabras para expresar incultura e inocencia, ya que es el color predilecto para reoresentar la juventud y la niñez.
GÉNEROS
Novela rosa
El público que lee este tipo de novela suelen ser mujeres que creen en el amor idealizado y pasional. Por lo tanto para este público se busca una gama de color, que hoy en día se considera femenina, y esa basada en colores rosas, rojos y azules, los cuales han significado siempre el amor pasional, idealizado e incluso no correspondido, como es el caso del azul. Además son novelas con alto contenido erótico, el cual se representa muy bien en los tonos rojizos tanto del fondo de las portadas como de los personajes, a los que se les ha subido la saturación del tono de piel para dar la sensación de calor humano.
Novela negra
La novela políciaca o negra se caracteriza por tener un alto contenido de suspense en su interior, el cual, amenudo, va acompañado de muerte. Por lo tanto, en sus portadas, los colores predominantes van a ser el rojo, el azul y en mayor medida el negro, dejando el blanco para dar unos pequeños toques de atención al lector, el cual va buscando una novela intrigante que le desvele secretos.
Novela histórica
Este tipo de novela está enfocada a un público adulto al cual le gusta los misterios con personajes reales o en entornos históricos, por lo tanto la gama de color debe dar la sensación de viejo, de antiguo, por lo que los colores predominantes son los colores tierra y los ocres. Con la combinación de estos colores se consigue dar esa atmósfera de misterio y de antigüedad.
Novela fantástica
La novela fantástica se caracteriza por tener colores mucho más vivos que el resto en sus portadas, ya que tiene que llamar la atención de un público mucho más amplio, el cual comprende desde niños hasta adultos de diversas edades. Los colores que utiliza, al ser tan llamativos, ponen de manifiesto las aventuras que suceden en el interior del libro, y según el tipo de sucesos fantásticos que les sucede a los personajes y el escenario que envuelve el relato de cada libro, las portadas tendrán colores más frios o cálidos, siempre muy saturados.