Presentacion Un sĂłlo pueblo un mismo cielo una misma tierra Es cuna de historias, relatos, poesĂa, payas y vivencias de cinco corazones de cinco escritores amantes de TulahuĂŠn
Letras y Voces de Tulahuen
Impresión: Librería Rumel, Ovalle Edición y encuadernación: Paula Fredes Dubó Este libro recopilatorio el producto de meses de trabajo, con un grupo de escritores y escritoras de Tulahuén. El proyecto fue realizado con la metodología del Diseño Participativo, donde todos creamos y aportamos en conjunto. Agradecimientos especiales a cada persona que ayudó, ya sea en la producción, en el proceso y gestión. Al equipo de trabajo que formamos y a la disponibilidad de cada uno, gracias por la fe en este proyecto. Ricardo Villalón Isabel Cortés Carlos Delgado Clemente Cortés Luis Ponce Lady Moroso
Del Corazón al Lápiz Del Corazón al Lápiz
Indice
Isabel Cortes
Mujer Chilena de mi pueblo Tulahuén Recuerdos campestres LLamado de auxilio
Clemente Cortes
Entre pena y alegría Memorias de un presente A Pepita Ángel A Ti maestra
Carlos Delgado Sobrevivencia A un amigo
Luis Ponce Poema a la Madre Poema a los pájaros Poema a la tierra Tulahuén
Ricardo Villalon Encuentro en el Valle La irreparable pérdida
Lady Moroso Anexo
Letras Letr a asd sdd deetul tulahu tulahuén é L Letr a asdd etulahuén
Mujer Chilena de mi Pueblo Tulahuen
Isabel Cortes
Maria Isabel Cortes Lopez Nacida en Ramadas de Tulahuén el año 1941, De pequeña ayudaba a la crianza de cabras y cuidar a once hermanos. Hija de Mauricio Cortes y Matilde Lopez. Estudió en la Escuela de Tulahuén hasta Segundo básico, debido al tifus que padeció. Sin embargo, con tan sólo dos años de estudios se vió muy interesada en la lectura, le apasionaba. Fue criancera gran parte de su vida y Vendedora de trigo, harina tostada y otras legumbres. Tiene un libro publicado se llama ‘’viaje al pueblo’’ Actualmente, por problemas de un trauma familiar, no escribe más, sin embargo conserva sus escritos, se dedica a ser dueña de casa, vive con su esposo y con uno de diez hijos.
Es la mujer de mi patria A quien quiero recordar Por ser audaz y valiente Es digna de destacar
Por serpenteados los caminos Vamos guiando el arreo Llevando nuestros ganados A campo de pastoreo Es dura y sacrificada La vida del criancero El cifra sus esperanzas En dios y los aguaceros Pasa lo más de su vida En los cerros el criancero A veces sin mas ayuda Que un perro; fiel compañero Cuida mucho sus aperos Y quiere a sus animales A veces a pleno osol O capeando temportales Yo si sé de cordilleras He cruzado el ventisquero Donde el frío en las alturas Parece calar los huesos
Fueron aquellas mujeres Que con gran valor lucharon Unidas a los patriotas Que su sangre derramaron Tiene el coraje del indio Y de España y su nobleza Pero ante todo es mujer Y madre por naturaleza Y si dios no le dio hijos Es más grande su bondad Cuida huérfanos o ancianos Que han quedado en orfandad Es la mujer de mi pueblo Trabajadora y sencilla Que se esmera en conseguir Bienestar a su familia También como en las ciudades Hay grandes instituciones Donde damas abnegadas Organizan sus labores
Y así juntas trabajemos Con coraje y corazón Por aquellas que nos dieron De una clara mañana Yo añoro aquellos inviernos En los días de aguacero Mi abuelo narraba cuentos Alrededor de un brasero Mientras tanto en la cocina Ya se olía algo bueno La abuela cebaba mate Con harto charqui o con queso Hoy con tanto y tanto invento Y tanto evolucionismo Muchas cosas se han logrado Pero muchas se han perdido Ya no son claras las aguas Por negligencia o descuido Y menos es claro el aure Por el humo enegrecido Por amor a nuestros niños Fijémonos una meta En paz, trabajo y cariño Salvemos nuestro planeta
Recuerdos campestres
Se debe cuidar el árbol A la vera del camino Y así a su paso tendrán La fragancia del espino En el frente de tu casa Un árbol debes plantar Para que aniden las aves Y alegren con su cantar Y tendremos recompensas Si los arboles cuidamos Porque en ellos se purifica El aire que respiramos Quiero dejar en su mente Este bello pensamiento Y al entonar yo mi canto No se me vuelva lamento
Estoy silbando en el viento Estoy riendo y cantando Y en vez de sentirme muerta Me siento resucitando Hay que cuidar nuestro ambiente Y los seres en extinción ¡Que esa tarea la emprenda esta nueva generación! Han escuchado estos gritos De voz de alerta que encierra El triste clamor de madre ¡Yo soy tu madre tierra!
Pero es muy gratificante Aspirar su aroma a limpio Y contemplar extasiado Sus colores infinitos Ya cumplida la jornada Terminaba su labor Se reponen energías Alrededor de un fogón Con un mate bien sebado Con el queso y la toritilla Se cocina el morteriado O el asado a la parrilla Linda es la vida en el campo Se siente satisfacción Conemplando el firmamento Resporando a pleno pulmón Gracias doy al creador Porque parte de mi vida Yo la he vivido en el campo Y le estoy agradecida
Quise empezar este canto Mas se me volvió lamento Yo soy la madre tierra Que de apoco voy muriendo Al oír rugir la sierra Que al árbol corta y tritura Es como que yo sintiera Rasgarse mi vestidura Si quieren cortar un árbol Deben plantar dos o tres Y así al pasar delos años Pueden cortar otra vez
Llamado de auxilio
A veces tiemblo de angustia Al ver la mano de un niño Tirando certeza piedra Y matar a un pajarillo Al sembrador yo le pido ¡No mates las avecitas! Dios devolverá con creces Lo que las aves te quitan Yo soy la tierra y les pido Se detengan a pensar… ¿Qué hacen para protegerme Para no causarme mal? No me llenes de basura Ni mis ríos contamines No arrojes petróleo al mar Porque mueren los delfines No hereden a vuestros hijos Solo desierto y maleza Y enséñenles a cuidar A la madre naturaleza
Entre pena y alegria
Clemente Cortes
Clemente del Jesus Cortes Gonzalez Nacido en Tulahuén, Monte Patria el 25 de Octubre de Enero de 1964. Hijo de Don Jose Raúl Cortés Ramos y la Sra Ana Rosa Gonzales Opazo. Nieto del famoso medico naturista, meico – yerbatero Don Segundo de Carmen Cortés, Quien fue oriundo de Tulahuén y poseía grandes habilidades sin saber leer ni escribir, influyendo en la conservación de las tradiciones Tulahueninas de su nieto Clemente. Amante de folclor en genreal, admirado de Victor Jara, Violeta Parra,Tito Fernandez, entre otros. Reconocido folclorista y versador local.
Hoy comento mi pasado Cuando era yo un niño No recuerdo de mis padres Haber recibido cariño Es que con nueve hijos Pa, abundancia no alcanzaba Nos conformábamos con poquito Eso era, lo que nos tocaba Siendo muy joven nos dejaron Mis hermanos, los mayores Alejándose del rancho Buscando rumbos mejores Me sentí desamparado Y con un dolor enorme Saber que dentro del grupo Era yo el niño pobre Pero dentro de esa pobreza Tuve experiencias muy lindas Cuando con cosas tan simples Nos alegraban la vida Con una pelota de trapo Se divertían los chiquillos Yo jugaba con mis bolitas Que eran cocos de carbonillo Los niños jugaban al luche Otros, al corre la llave Mientras yo me iba al cerro A saborear los illabes
Con los niños en patota Reconociendo lugares Descubrimos una fruta Que la llamaban chagüares Recuerdo la voz de mi madre Cuando hablaba un tanto guapa Con esa batea niña Anda a pallaquear mollaca Que brebaje tan exquisito Que jamás, otro he conocido Y nunca más volveré a probarlo Porque ya ha desaparecido Y siguen desapareciendo Especies de animales Y veo como escasean Las yerbas medicinales El planeta se ha infectado La tierra, ya está enferma Y no hay quien le ponga atajo a este desastre de mierda en mi Tulahuén (paraíso ) sé que hay mucha cultura Pero la inconciencia de la gente Hoy hay mucha más basura Lo que hablan estos versos Es la sincera verdad Y la vida de mi valle Está en manos, de la autoridad.
Memorias de un presente Arnoldo Gonzalez “Pelusita”
A “Pepita” Angel Enrique Villalobos
Con gran pena estoy cantando Porque así tú lo quisiste Con versos que van brotando Comienzo mi paya triste
Con impaciencia esperabas A la sombra de una parra Que fermentara la chicha Pa’ brindar con tu guitarra
A mi mente vino un verso triste Pero con gusto, lo estoy cantando Porque sé que allá en el cielo Mi voz estará escuchando
Cantastes aquí en tu tierra Y en muchos otros rincones Por un capacho de vino Alegrastes los guevones
Si, seguro, se está escuchando Con gran fe yo te lo digo De la madre tierra te canta Con respeto un amigo
Y tomaste tantos días Parecía penitencia Si quedaban sin un pas Hacías la diligencia
Como amigo, a un gran hombre Le aloro su trabajo Porque con gran sacrificio Una linda familia trajo
Quisistes ir contra el vino Pero, este era mucho más guapo Si no es por el vino maldito Tendríamos pelusa pa’ rato
Siempre trabajando duro Cosechaste en esta tierra Campeón fuiste con el hacha Y dominaste bienz la sierra
Pero aún estás presente viejo amigo En cada Tulahuenino En las trillas, en las fiestas Si se brinda un vaso de vino
Fuiste también un personaje Digno de valorar Porque donde no hubo música Siempre supiste cantar
A dios le pido contento Porque este es mi gran anhelo Que mis versos los escuche “pelusita” allá en el cielo.
Niño bueno, niño humilde Así te describo, porque te quiero Con tu sorpresiva despedida Heriste a tus compañeros Por tu inocencia tan grande Reflejada en tu carita Por eso es que tus amigos Te apodaron el “pepita” Del cielo mandaste lluvia Y un inmenso nevazón El blanco de su pureza Lo llevaste en el corazón No sabemos por qué razón Tu vida quiso terminar Peri, si sabemos que fuiste Pepita sin germinar A todos aquí presentes Nos queda un gran consuelo Que si Dios quiso llevarte Porque, faltaba un ángel en el cielo
Soy Chileno, orgulloso Lo digo de corazón Del Río grande Monte patria Limarí Cuarta región Con tanto mar y cordillera Es para vivir en gloria Rodeado de personajes Que sus pasos han hecho historia Entre payas y refranes Nacieron muchos cantores Nació, Gabriela la maestra Con sus poemas de amores
A ti maestra Gabriela Mistral
Dios del cielo le entregó Una gran sabiduría Poniendo en su corazón El don de la poesía Le escribiste a las flores Y tus versos fueron arte Fue el silencio compañero Fiel amigo pa’ inspirarte Por tus hermosos poemas` Que el mundo te valoró El premio de literatura Merecido te entregó A ti maestra de danza y ronda Te digo con amor profundo Siempre estarás reflejada
Sobrevivencia Mi propia historia
Carlos Delgado
Carlos Guillermo Delgado Cortes Hijo de Maria Isabel Cortés Lopez (Poetisa) y Bonifacio Delgado Mujica Nacido el 10 de Octubre de 1963 Es Casado con Elizabeth Navea Navea con la cual tuvo, Dos hijos, Estudió en mi Tulahuén, donde sacó la primaria. Fue criancero junto a su padre, hasta que se accidentó en la cordilleraActualemnte escribe sus vivencias e histrias, además se dedica a la construcción.
A un amigo
Voy a contar una historia Que no es lo que se cuenta Nos sucedió en la cordillera en la época de los ochenta
nuestro ganado atrapado en una interminable nevazón sin saber que sería de ellos sin duda se perdieron
es la historia de un arriero que a un grupo de ellos sucedió ya de regreso a su patria un temporal los afecto
después de días fuimos rescatados por gendarmería argentina también por arrieros chilenos agradecidos por siempre gracias patria “vecina”
fueron seis días de intensa lluvia y un fuerte viento nos perdió y a punto morir congelados nos salvamos gracias a Dios nevaba mucho y seguía nevando nuestros cuerpos no daban mas solo rogamos al cielo porque en momentos pensamos , de ahí salir jamás hambre y frio pasamos en esos días de temporal solos los perros nos acompañaban en ese tramo fatal agotando nuestros esfuerzos caminábamos para podernos salvar en ese maldito trayecto sin saber que iba a pasar un compañero perdimos las pocas cosas aún están en alguna parte la dejamos no se pudieron salvar
Atrás quedaron mil llantos penas y sufrimientos de todo lo que luchamos solo recuerdo lamentos en mi memoria aun perdura ese grupo de arrieros que en la alta cordillera de hambre y frio casi murieron es esta amigo , la historia lo que paso en los ochentas y a un criancero chileno y a su amigo ya perdido aun recuerda y lamenta esta es su verdadera historia y hoy recién la ha contado quiero que sepan su nombre se llama Carlos Delgado .
Aquí en este mi pueblo Poca gente lo conoció Yo les contaré de un amigo Y como fue que murió Fue en el año 1957 Que de don Mijael y Rosenda Nació, En Tulahuén Poniente También llamado ‘’la hacienda’’ Carlos Raul fue su nombre Villalobos Alvares su apellido En estos versos le cuento Lo que a el ha sucedido Yo también era criancero Cuando a el lo conocí Recorriendo campos y praderas Fueron años que a su lado compartí De un amigo yo les cuento Fue amansador y criancero Trenzador y domador Y en media luna buen corralero Arreamos nuestro ganado En cordilleras Argentinas Para ganar el sustento En aquella patria vecina
De regreso a mi patria Rebosando de alegría Desconociendo nuestro destino Y sin saber que pasaría Tanto luchar por la vida Pero tu alma dijo basta Abandonaste tu cuerpo En traslado a calingasta En Argentina quedaste Tu cuerpo ahí botado No teníamos dinero Para que fueras repatriado Lo que pasó aquella noche Y finalmente fue tu muerte Fue un secreto que levamos A la tumba en tu mente Así de triste fue lo que sucedió Y ojalá no pase jamás Hoy con fe a Dios le pido Que allá en el cielo mi amigo “descanse en páz” Hoy he seguido mi vida Recordando lo pasado Estos versos te dedica Tu amigo Carlos Delgado
Luis Ponce
Luis Reyes Ponce Tapia
Poema a la madre
Nacido en San Lorenzo, el año 1943, Hijo de Ilusio Ponce Castañeda y Maria Rita Tapia. Desde pequeño ha sido Agricultor y ganadero. Estudió cuatro años en su lugar de nacimiento, Su primer poema fue a los ocho años “Poema al rodeo”. Fue minero en un tiempo y actualmente se dedica a la Artesanía en cuero, madera y totora Vive con su esposa y dos de sus cinco hijos.
Los pajaritos del campo Alegre con cantar Contentos con toas las Flores que ellas van a picar Los gorriones y los yalezales Y con su lindo trinar es `porque ya viene el día Y luego empieza a chariar
Poema a los Pajaros
Los pajaritos están muy contentos con su lindo Primaveral, tienen flores y semillas pa alimentar Y agua para bañar El trodo era muy también La pasta era muy negra Le tiña todo el plumar
Yo creo que en este mundo No hay tesoro más Valioso que la madre Que cuando yo era niño Que tonto afán li no Tengo con que pagarle Mi linda madre ¡Ay de mí!
Tulahuen
Pobrecita de mi madre cansada de trabajar en el día cocinando Y lavando y haciendo El nuestro pan Para la madre no hay Hio malo auque De mucho que hablar Aunque sea un perezoso Y mal yieno y ella Siempre lo va a ayudar
Mi tierra es una maravilla Me da gusto trabajar Yo siembro un poco Y harto voy a cosechar Me levanto, muy temprano Antes que empiece a aclarar Los pajaritos cantres Con su cantar y yo cuando aclara él Pongo a sembrar y sembrar
Poema a mi tierra
Ensillo mi caballo overo Y al fundo voy a dar Bromar vaca y ternero La rica leche voy a sacar Las carreta con los huelle Llevando el pasto al corral Y los hombre con azadón Pa la barreta trabar y trabajar Yo quiero mucho mi tierra Como que fuera una flor cortada De amanecer con todo su esplendor Aquí va la despedida A nuestra tierra chilena Que el hombre cuando está triste Bailando cueca Olvida todas sus penas
Tulahuén es muy bonito y cariñoso Mejor que la capital Tiene niños muy hermosos Que es muy bonito e’ mirar Tiene montañas muy altas Que es difíciles de’scalar Y tiene caballos brillosos Que el huaso temerá Tiene un delicioso vino Que los hace mucho bien Por eso yo voy diciendo Viva viva Tulahuén! Un canto a Tulahuén Tulahuén os pueblo querido Cuna de mi infancia yo aprendí A quererte desde mi niñez Tesoro y fragancia Quien pudiera verte de nuevo otra vez Trocito de cielo donde Dios piadoso la vida te dio gentil rinconcito de este Chile hermoso que hay que emocionado te canto yo
Ricardo Villalon
Escaló la primera montaña con mucha dificultad, llegó casi traspirado arriba y miró a lo lejos, se decía: la mamá tenía razón, detrás de ese cerro enorme, había otros cerros, pero no se desilusionó de su idea, dijo: voy a bajar esta quebrada voy a subir la montaña más alta, detrás de esa debe haber algo, y continuó, llegado el medio día, ya había escalado varias montañas, estaba decepcionado, la mamá tenía razón al parecer. Se sirvió un cocaví, tomó agua y se animó, dijo: voy a subir esa última montaña, la escaló la escaló, llegó a la cima y miró a lo lejos un llano y una loma, que no le permitía ver más allá, hacia el horizonte, voy a descansar un rato dijo, voy a ir a esa loma y si hay más cerros, me voy a regresar a casa y simplemente la mamá tiene razón, detrás de un cerro hay uno más, caminó, llegó a la loma: otro llano, pero a lo lejos divisó una pequeña sombra, un bulto una imagen, achichó los ojos, se puso las manos como visor y aún no alcanzaba a distinguir de qué se trataba, intrigado comenzó a caminar lentamente hacia aquel objeto, ya más cerca, comenzó a distinguir la figura, simplemente era un árbol, decepcionado dijo: al menos si me acerco un poco más, voy a poder sombrearme debajo de él, y este sería el fin de mi viaje, llegó a los pies del árbol, lo miró y le llamó mucho la atención, porque el tronco de aquel árbol era retorcido, y al parecer era muy muy viejo, por no decir anciano, otra cosa que le llamaba la atención, lo que por el tronco le corrían unas gotas que parecían lágrimas, lo observó, se sentó a los pies del árbol, se apoyó en el, y dijo en sus pensamientos, a mi me pareció que el árbol estaba llorando, pero si no lloran!, como va a llorar un árbol, divagaba en sus pensamientos, y cómo puedo saber, y si le pregunto, debe haberme hecho mal el calor, se me coció el coco, pensar que un árbol está llorando, imposible! y yo más aún se me ocurre preguntarle a un árbol, que por qué está llorando, jamás un árbol me iba a responder, miró hacia arriba y cada vez se convencía más que el árbol estaba llorando, al ver aquellos pequeños cristales que escurrían de su tronco, y definitivamente, miró alrededor y se dijo, y si no hay nadie aquí, le pregunto al árbol y si este no me responde, no voy a hacer el ridículo delante de nadie, se paró, se enfrentó al árbol y le dijo: viejo árbol, por qué estás llorando!?
Ricardo Hernan Villalon Alzamora Nacido en el año 1957 en Cerrillos de tamaya, segundo hijo de un total de seis, sus primeros estudios (hasta tercero básico) los cursó en la escuela del pueblo. A la edad de 10 años, debido al fallecimiento de su padre se trasladan a Ovalle, continuando sus estudios en el colegio San Viator hasta cursar el octavo básico, la enseñanza media la realiza en la Escuela agrícola de Ovalle y La Serena egresando el año 1978, el año 1979 recibe el titulo de técnico agrícola realizando este año varios cursos en Inacap. El año 80 realiza varios trabaos de administración agrícola. En el año 1981 (marzo) comienza su labor docente en la Escuela de Tulahuén, en esta se desempeña como encargado en el taller agropecuario. Durante su labor realiza labores docentes en varias asignaturas y niveles (matemáticas, comprensión natural, tecnología talleres de lenguaje y matemáticas. La docencia la ejerció paralelamente algunas actividades agrícolas particulares, después de 35 años de servicio, a la edad de 60 años (2016) solicité mi retiro de la docencia. En la actualidad (2017) estoy dedicado a la agricultura.
El reencuentro
Un pequeño niño vivía en un valle, él desde muy pequeño se sentaba en el corredor de su casa y miraba los cerros, la mamá lo miraba decía: que estará pensando o mirando este niño, pero no se atrevía a preguntarle en qué estaba pensando o qué estaba mirando. Hasta que un día la mamá se atreve y le dice: hijo, ¿qué miras tanto las montañas los cerros, has visto algo que te llama la atención? -Mama ¿sabes qué? Siempre he querido saber qué hay detrás de los cerros. -Qué va a haber pos hijo, más cerros po’h -Mamá yo creo que hay algo distinto allá.- Él se imaginaba una ciudad de oro, otros seres, un castillo de cristal, valle con peces y animales distintos, unicornios o dinosaurios, echaba a volar su imaginación. -¡Pero hijo! Yo te aseguro que lo que hay allá al otro lado, son cerros (se río).Pasó un año o dos, y el chico este persistía en lo mismo, observar casi todas las tardes… hasta que un día le dijo la mamá: Hijo ahora que estás más grande, ¿por qué no sales de la duda? -¿Pero mamá a qué te refieres? -¡Anda! Sube las montañas y ve qué hay detrás de ellas y te vas a dar cuenta que son cerros y cerros. -Mama yo estoy seguro, completamente seguro, que hay algo distinto. Él continuaba soñando con sus hermosos castillos, esos seres que prácticamente algunas noches no lo dejaban ni dormir -Ya mama, ¿y como lo voy a hacer? -Mira, Yo te voy a preparar un cocaví, una mochila, con fruta, con galletas con agüita y tú vas a escalar la montaña, tienes que ir calculando la hora, para que regreses temprano y no se te haga la noche por allá. -Ya mamá, mañana me levanto temprano entonces, y voy a salir. Esa noche casi no pudo dormir, se levantó muy temprano, tomó su mochila, se despidió de un beso con su mamá, su mama le deseó mucha suerte, que tuviese cuidado lo aconsejó y se fue.
Una pequeña ráfaga de viento, meció las hojas de aquel árbol y eso fue todo lo que escuchó, se sentó de nuevo dijo, las tonteras que a mí se me ocurren, en ese momento, no supo si el cansancio, lo venció y se quedó un poco dormido, o realmente ocurrió lo que a continuación el narra, dice, que el árbol comenzó a temblar y del suelo se levantó una enorme raíz con tres puntas en el extremo, que parecían dedos y se vinieron directo hacia su rostro, pero no, en realidad, lo que hicieron fue sujetarlo del cuello y de los hombros, él se dio vuelta como queriendo decir: suéltame!, cando mira hacia atrás, le pareció ver en el árbol unos ojos profundos una nariz, una boca y el árbol le dijo: no te asustes viajero, soy yo, voy a responder tu pregunta, él forcejeó, trató de zafarse, no temas amigo! No te haré daño! Escúchame! Cada viajero que pasa, disfruta de mis frutos, del dulzor de mis frutos a veces del aroma de mis flores y como tú, muchos gozan del verdor de mis hojas y de la sombra que ellas produces, sin embargo ellos, cada vez que pasan, clavan en mi, sus herramientas, y algunos, graban también con cortaplumas o cuchillas, su nombre, dejando según ellos creen, un recuerdo he allí, la consecuencia de mis lágrimas, la raíz me soltó del cuello y de los hombros y se introdujo con fuerza nuevamente en la tierra, yo me levanté espantado, queriendo escapar, tomé mi mochila, me la puse, y dispuesto a tomar la carrera, pensé: en realidad no me hizo daño, por qué voy a escapar, me volví a aquel viejo árbol, hice una venia y dije, gracias viejo y sabio árbol, y re regresé a mi casa a contarle a mi madre la aventura que había vivido.
La irreparable perdida
En un valle parecido a este, vivía una enorme familia y vivía muy feliz, cada mañana que se levantaban, se iban a un lugar favoritos por ellos y cantaban, todos a coro, los hijos, los nietos, los abuelos, los papás, mamás, tíos, primos, todos toda la familia se reunían y cantaban sobre una enorme roca, una vez que cantaban y cada vez mejoraban y trataban de mejorar su canto, las voces que hacían, ya contentos con lo realizado, bajaban al valle a disfrutar, de los frutos que este producía, el alimento estaba en abundancia, era nada más que recogerlas, frutas, semillas, raíces, todo lo que encuentran tallos tiernos, etc, después que comían, regresaban nuevamente a su lugar favorito y disfrutaban del paisaje de su hermoso valle, así pasaban los días. Entre ellos había un pequeño, que siempre estaba pensando en cómo satisfacer a los demás, llevaba agua si encontraba buen fruto, se los hacía llegar a los que todavía estaba insatisfechos, a sus padres, siempre buscaba y repartía lo mejor para los demás. Un día bajaron como normalmente lo hacían, a alimentarse, y este chico se desvío un poco del lugar donde iban generalmente a comer, y para sorpresa y gusto de él, se encontró una enorme cantidad de comida, un alimento que era el favorito para la familia, corrió rápidamente y les avisó: he encontrado una gran fuente de alimento y del mejor que puedan ustedes desear: vengan vengan, síganme, la familia le creyó, lo siguió, y en realidad era cierto había cantidades para todos, y empezaron a comer, con gusto él sentado a lo lejos los miraba, y sentía un gozo en su alma de haber hecho algo bien por su familia, ya satisfechos alguno empezaron a retirarse al lugar de origen, hasta que finalmente no quedó ninguno, y él estaba tan contento, que se había olvidado de comer,
A patricia le llamaba cada vez más la atención, una grieta oscura que se divisaba en un enorme barranco. Pablito ya estaba enterado de la existencia de la cueva, pero su hermana no dejaba de pedirle que fuesen a ver lo que había allí. Los pequeños tenían como vecino a Don benjamín, viejo arriero que sufría de su cadera, les decía que debido a que una noche muy oscura cruzando un río, en la orilla opuesta apareció la silueta de un hombre con un poncho que le llegaba al suelo y con un gran sombrero negro que le cubría el rostro, la mula se había recatado comenzando a retroceder, llegando a la orilla, espueleándola intentó hacerla cruzar, esta corcoveo y lo lanzó sobre una roca, dice que se le apartó un grito desde lo más profundo, pues el dolor fue terrible, se desmayó y estuvo así hasta el mediodía, la mula se acercó a olfatearlo y él la trajo a duras penas, logró subir y se dirigió al pueblo más cercano. Bueno, esta era una de las historias de Don Benjamín, que cada vez que los chicos lo visitaban les contaba otras historias. Una tarde, sentados con los niños debajo de un damasco vieron pasar una pequeña culebra, Don Benja les indicó que a esos bichitos ni a ningún otro, se les debía hacer daño, contó que en uno de sus viajes, vieron a una enorme culebra más o menos del grosor del brazo de Pablito, y que un compañero la persiguió a caballo, el reptil se habría escondido en una mata de chacay, arbusto espinoso. Como ya se había hecho la tarde, acamparon, luego de tomar la choca, rendidos por la larga jornada, como era de costumbre usaron las monturas de almohadas, los arrieros se despertaron temprano a preparar el desayuno, después arreglaron la carga, cuando se dispusieron a ensillar los mancos, Alberto fue a tomar su montura más debajo de esta, estaba la culebra que embravecida intentó morder al arriero. Entre los tres intentaban quitarle la pertenencia, pero cada vez que lo hacían, la culebra los atacaba, Alberto solo rescató una carona en la que tuvo que emprender el viaje. De regreso pasaron a buscar el casco, el reptil ya no estaba, aquel joven arriero hasta el día de hoy, camina con cierta dificultad debido a las ampollas que como consecuencia de su crueldad, se le formaron en el largo viaje.
Que no te correspondía a ti? Para que se lo trajiste al niño, si el niño no hace ni caso, el niño es el responsable alimentarlo, era para él, fue consecuencia de discusiones, … él sufría, ya se había olvidado de cantar, algunas mañanas despertaba, apenas abría los ojos al amanecer, aclaraba la garanta, iba a cantar y se acordaba que estaba en prisión, fue motivo de muchas discusiones, le limpiaste la jaula? Distintos motivos, un día, él ya resuelto a quedarse definitivamente en ese lugar, extendió sus brazos hacia el cielo a un hermoso amanecer, miró con sus ojos llorosos, hacia donde se supone estaba el señor, y dijo: padre, por qué me diste esta hermosa voz para cantar y me tienen tan triste aquí, y por qué me has dado estas hermosas alas para volar y no me dejas en libertad?
Yko
La rutina diaria, levantar a sus hijos, llevarlos al jardín y luego al trabajo (un día como cualquiera). Los pequeños tenían: tres años la niña y cuatro el varón. Su madre pasaría en la tarde a buscarlos. Otilia salió atrasada del trabajo, preocupada por sus niños no vio venir aquel vehículo que la pasó a llevar, el conductor se detuvo, rápidamente con ayuda de los peatones, la subieron al carro y fue trasladada al hospital. El teléfono sonó, respondió una enfermera, era una de las educadoras que preguntaba por la madre de los pequeños, ante la grave situación, los niños serian trasladados a un hogar. Transcurrieron aproximadamente dos semanas, de exámenes y análisis, el diagnostico de Otilia fue parálisis de las extremidades inferiores, había sufrido una gravísima lesión en la columna, Fabián el conductor que la había atropellado se había hecho cargo de toda la situación hospitalaria, además contactaba a los pequeños, llevando y trayendo noticias. La madre había contado que era viuda y que no tenía parientes cercanos en aquella ciudad. Luego de recibir terapia durante algunos meses, fue dada de alta, salió en silla de ruedas, la que debería usar de por vida. El personal de la empresa donde ella trabajaba, había reunido un dinero, le dieron una indemnización de retiro, y sus sistema de previsión le entregó una pensión mínima de por vida. Finalmente se reunió con sus hijos, quienes con su corta edad, no alcanzaban a comprender la dramática situación. Algunos parientes lejanos, los únicos que tenía vivían en un valle, en la pre-cordillera, le propusieron que fuese a vivir con ellos, de esta manera, podrían ayudarla con sus terapias y con el cuidado de los pequeños. Con el dinero de su retiro, compró una pequeña hijuela, con una casita, allí llevó a vivir a los niños, mientras la madre se preocupaba de los quehaceres y la comida de sus niños, ellos vivían corriendo aventuras, en este nuevo hogar, que día a día les permitía desarrollar habilidades, utilizando al máximo su imaginación. Construían casas, máquinas, herramientas, armas, naves, creaban selvas, se imaginaban amigos, enemigos, seres monstruosos, cada espacio lo habían hecho propio, la propiedad no fue suficiente para estos pequeños y comenzaron a salir al cencerro y la quebrada.
Anexo
Aquel día fueron una tercera vez a visitarlo, algo les decía que ya había nacido, abrieron el nido, y el huevo estaba partido por la mitad, la pequeña tomó la parte superior y lo abrió, allí estaba de un color violeta azulado, cabeza redonda, grandes ojos, boca pequeña, un par de alas y por raro que parezca una cola, piernas gruesas y unos pies con garras, además tenía sus brazos y manos pequeñas, su piel era suave sin pluma, sobre su frente un pequeño cuerno y por último, tenía orejas puntiagudas, parecía que le sonreía, inmediatamente y sin temor, lo tomaron y acariciaron, Pablito sugirió llevarlo a la casa pero ocultándolo de la mamá. La presencia de Yko, nombre que ambos decidieron ponerle a su amigo, los llenaba de una nueva energía, su madre no se explicaba qué le sucedía, de hecho, ella también se sentía con mejor ánimo y no sólo eso, parecía que las terapias le estaban produciendo unos efectos inesperados. Tal fue la mejora de Otilia que viajó a la ciudad para informar a su médico y realizarse nuevos exámenes, las radiografías mostraban una regeneración de tejidos en su columna, los médicos, no encontraban explicación. Patricia sospechaba que la mejora de su madre se debía a la presencia de Yko, pues una noche, se levantó al baño y de pasada quiso ver cómo se encontraba su amigo ante su asombro, del cuerno de aquel ser, salía una energía visible, de color violeta fosforescente, esta flotaba en dirección a la pieza de su madre y sobre ella, se formaba una nube que cubría completamente su cuerpo. Ya no podían guardar el secreto, decidieron contarle acerca del ser a Don Benja y lo encontraron en la pela de durazno, se sentaron a su lado, y con la cabeza gacha, guardaron silencio, él les ofreció fruta a lo que respondieron negativamente con un movimiento de cabeza, ¡A ver! -dijo el viejo, ¡cuéntenme qué maldad hicieron!, esta vez habló Pablito, contó con detalle lo que estaba sucediendo, bromeando el viejo sugirió, que podrían prestarle a su amigo, para que lo alentase de su cadera. Inocentemente los chicos asintieron al unísono y Don Benja dijo: Miren niños, el único mentiroso aquí, soy yo, así que si es que no me traen pruebas, no les puedo creer.
Los hermanos corrieron a la casa y trajeron escondido en el morral a su amigo, al verlo el viejo, casi se desmayó, pero la sonrisa de Yko lo tranquilizó, salió del morral y se pasó a la falda del anciano, restregando cariñosamente su cabeza, en la pancita del hombre. Instantáneamente Don Benja sintió una energía que recorrió sus viejos huesos, desde aquel día Yko dormía una noche con los niños y otra con el arriero, durante el día los pequeños jugaban a escondidas con su pequeño amigo. La mejora De Otilia y Don Benja, comenzó a ser comentario obligado entre los vecinos, la muchacha que ayudaba a la familia, había sido obligada por sus padres, esto hacía que ella sintiese un poco de rabia contra la familia y el viejo. Fue así como en la comunidad no faltaron quienes pusieron oídos a los comentarios mal intencionados, respecto a la mejoría de la madre y el arriero, desde que tenían pacto, que usaban brujerías o que simplemente tenían algo, la familia comenzó a recibir visitas inesperadas que casi sin disimulo, intentaban revisar cada rincón. Don Benja, hombre honesto, conversó con los niños, sugiriéndoles que era hora de mostrar el secreto a su madre, Otilia tuvo la misma impresión que el viejo. Por otro lado, felicitó a sus hijos por haber guardado el secreto, pues ella siendo una persona educada, sabía lo que ocurriría, si se supiese de la existencia de aquel pequeño ser. Don Benja, que de vez en cuando, debido a su increíble mejoría, Salía a pasear de noche por el pueblo, encontró un grupo de vecinos, estos no notaron su presencia, se amparó en la oscuridad, y escuchó atentamente, discutían de lo que harían si pudiesen descubrir el secreto de la milagrosa mejoría de sus vecinos, todos querían hacerse ricos. Cuando regresó, reunió a la familia y les contó lo que había escuchado, comentando acerca del peligro que corría Yko.
A media noche, el pequeño despertó a los chicos, y con indicaciones, les pidió que lo acompañasen a una pequeña loma, desde donde se apreciaba todo el pueblo, abrió sus alas y extendió sus manos, y desde su pequeño cuerno comenzó a salir la luz violeta, después de un rato, esta cubría todo el pueblo. Al día siguiente estando todos reunidos, no sabían el porqué, nuevamente con señas, dio a entender que necesitaba que lo llevasen al pie de la montaña, que permanecía con nieves eternas en su cumbre. La familia junto con el viejo, prepararon los animales y lo más necesario para el viaje, sin temor alguno, emprendieron la marcha. Todo el pueblo estaba a orillas de la calle, ya no había codicia, admiración, envidia, celos o malas intenciones. Al paso del grupo, inclinaban la cabeza, como forma de saludo, respeto agradecimiento y despedida. Lograron subir a la mitad de la cumbre, Yko abrazó a cada uno, brindándoles una sonrisa y algo de aquella luminosidad, dándoles la espalda, comenzó su viaje, ellos lo acompañaron con la vista, hasta que se perdió en la altura.
Dedicado a todas las personas, que de alguna u otra manera aportaron a la realización de este hermoso proyecto. Gracias al grupo de trabajo por no perder la fe, por la constancia y la disponibilidad, a pesar del frío, del calor o del hambre. A la Municipalidad de Monte Patria por haber hecho posible este proyecto, y a todas las personas de la Escuela Fronteriza de Tulahuén, por el espacio, la amabilidad y la motivación. Con este, esperamos aportar a que no se pierdan los trabajos de las personas de Tulahuén y también demostrar lo riquísimo que es en cultura, arte y patrimonio.
Lady Moroso
Lady Moroso Pizarro Nació el 03 de julio de 1986 en Ovalle, realizó su enseñanza básica en la escuela concentración fronteriza de Tulahuén. Posteriormente realizó sus estudios de enseñanza media en el colegio adventista de la serena Actualmente se desempeña como bibliotecaria en la escuela concentración fronteriza Tulahuén Su especial estímulo para trabajar en este rubro se debe a su amplio interés por la lectura y su motivo por preservar las raíces y tradiciones de su pueblo “Tulahuén”. Si bien no es escritora, es parte del grupo de “letras de Tulahuén” y su rol es fundamental, ya que es la encargada de recibir los trabajos y transcribirlos, además de mediar entre la mayoría que no posee acceso a las tecnologías y la editora del libro.