Legados Culturales de RĂo Hurtado y su vinculaciĂłn con el medio Relatos de Vida e Historias del Secano
Prólogo Luego de un vasto recorrido por el territorio de Río Hurtado, especialmente los sectores secanos (que luego podrán saber con profundidad sobre este término), nace este libro, que hace una invitación a reconocer la labor, el oficio, el esfuerzo, la calidad de vida y la supervivencia de las personas que los habitan. Sin ánimos de romantizar, más bien, de admirar y contemplar con sumo respeto, ya que todas y todos aportamos y vivimos de distintas maneras. Aquí podemos apreciar las características de cada comunidad y junto con esto, la identidad que cada una adquiere, generando de esta manera, una identidad global, ya que, como bien mencionamos anteriormente, vemos en qué se caracteriza cada sector, a su vez, vamos hilando y dándonos cuenta de qué es lo que les une. Agradecemos a cada persona que visitamos, que a pesar del contexto a nivel mundial, nos recibieron con todo el cariño y respeto. A ellas y ellos queremos honrar con esta recopilación de historias y vivencias. Equipo Servicio País 2020 - 2021
Paisaje de la localidad de El Carrizal
La Comuna de Río Hurtado: Breve reseña histórica Río Hurtado es una comuna ubicada en el sector noreste de la provincia del Limarí, en la región de Coquimbo. Limita al norte con la comuna de Andacollo y Vicuña, al sur con la comuna de Monte Patria, al este con la República Argentina y al Oeste con la comuna de Ovalle, y está emplazada en la zona precordillerana del valle de Hurtado, un valle angosto y profundo generado por el río del mismo nombre. Ubicada específicamente en las coordenadas 30º 12’ de latitud sur y 71º 12’ longitud oeste, la comuna de Río Hurtado tiene una superficie de 2.180,9 km² que se extiende en unos 165 kilómetros a lo largo de un fértil y apacible valle rodeado de altas cumbres. Es un medio físico de carácter montañoso que discurre entre cumbres andinas, lo-
mas, cerros, quebradas y algunos fértiles campos y viñedos rodeados por un entorno árido y semidesértico. La comuna de Río Hurtado se caracteriza por su ruralidad y apacibilidad, habitada por gente sencilla, cuyo quehacer diario descansa en actividades productivas ancestrales, como la ganadería caprina y la agricultura. Y sus atractivos turísticos son diversos. Allí todavía existen tradiciones campesinas propias de la vida rural, sus oscuros y límpidos cielos nocturnos son ideales para la observación astronómica, algunas de sus históricas iglesias y capillas datan del siglo XVIII y existen numerosos vestigios del arte rupestre prehispánico y de huellas fosilizadas de la flora y fauna del período cretácico que son de gran interés antropológico y científico.
Los primeros habitantes de la zona del Valle del Río Hurtado fueron la cultura El Molle, la cultura Las Ánimas y el pueblo diaguita, quienes fueron sojuzgados por el imperio Inca hacia el año 1480. Desde la llegada de los primeros conquistadores españoles en 1535, Río Hurtado se presentó como una zona idónea para el cultivo de todo tipo de granos, árboles frutales y parras, dando origen a las primeras producciones de vinos y aguardientes. También en la época colonial comenzó a crecer paulatinamente el ganado caprino, reemplazando a la llama como el principal animal de corral, y se desarrolló progresivamente una incipiente cultura agrícola, a pesar de la existencia de algunos lavaderos de oro al interior y algunos trapiches de molienda de mineral que aprovechaba los yacimientos de Andacollo. Históricamente, las tierras que conforman la actual comuna de Río Hurtado fueron cedidas en 1579 al capitán español Martín de Elvira, quien fuera además conquistador de Cuyo y encomendero en San
Petroglifos en la localidad de El Chacay
Juan, en Argentina. El matrimonio de este oficial peninsular con Micaela de Cisternas Tobar, hija del conquistador Pedro de Cisternas, originó la Hacienda de Samo Alto, que en 1667 limitaba en su sector sur con la hacienda del general Francisco de Aguirre y Cortés, bisnieto del conquistador de La Serena y del Valle del Elqui. Entre los años 1630-1678 hizo presencia en la zona la familia de La Fuente Villalobos en la hacienda Higuerillas, dando paso a una producción ganadera. En el año 1705 la familia de don Juan de Cisternas Miranda, vecino de Mendoza y San Juan, dejó en herencia la estancia de Samo Alto -que tenía un molino- a sus descendientes, quienes fomentaron un proceso de poblamiento en el territorio y fragmentación producto de los matrimonios que se irían efectuando. Las crónicas cuentan que en 1738 los campos de Samo Alto fueron heredados por el capitán Diego de Miranda, con una viña de 600 plantas, ganado y un trapiche.
Cabras alimentándose en Samo Alto
Durante el período colonial los valles limarinos se dividieron en zonas propuestas por la Iglesia Católica, identificándose los curatos de Andacollo, Sotaquí y Barraza, de ese modo, los territorios vinculados al valle de Samo Alto y el río Huamalata, que hoy conocemos como el valle del Río Hurtado, quedaron bajo la jurisdicción de Andacollo, luego de un pequeño periodo bajo la jurisdicción de Sotaquí.
Entre los cerros de los sectores secanos de Río Hurtado
En el siglo XVIII Samo Alto y el valle del río Hurtado pertenecieron al Corregimiento de Coquimbo, limitando al norte con El Tambo, al sur con Las Juntas en la Sierra de Quanto y al oeste con Higuerillas y las tierras de las haciendas de Pangue. En 1831 se creó el Departamento de Ovalle y Samo Alto fue designado Subdelegación, conformada por 7 distritos, que según el censo de 1854 tenían una población de 1.543 habitantes. En 1894 Samo Alto se transformó en comuna, comprendiendo las tierras de El Cobre, Cachaco, Samo Alto, Pichasca, Fundina, Serón, Hurtado, El Chañar y Las Breas. Alrededor de 1895, en Samo Alto, el terrateniente Vidal Videla comenzó a producir un afamado y exquisito vino, producto de las cepas lla-
madas Semillion, Cabernet e Italia, cuyo consumo estaba limitado a las ciudades de Ovalle, Coquimbo y La Serena, con 1.600 cajones anuales. Por entonces, en el mismo lugar ya se producía pisco, que se hacía del jugo de la uva Italia, el cual se preparaba como caldo de vino blanco y después de unos seis meses era llevado a un alambique para su destilación. En la segunda mitad del siglo XIX y gran parte del siglo XX, mientras se consolidaba la ganadería caprina, adquirieron importancia en el valle del río Hurtado otras actividades productivas como la producción de vinos, miel de abeja, cera, trigo, cebada, maíz, frijoles, chirimoyas, lúcumas, limas, limones, duraznos y frutos secos, como pasas. También en este período surge la explotación del cobre y, especialmente, del manganeso, en la estancia de Corral Quemado (Samo Alto).
El Decreto Ley N.º 2.868 del 26 de octubre de 1979, como parte del proceso de regionalización impulsado por el gobierno militar, suprimió la comuna de Samo Alto y, en su lugar, creó la actual comuna de Río Hurtado, que en la actualidad tiene 4.278 habitantes (según el censo de 2017). La misma reforma administrativa de 1979 dejó la zona de Recoleta (El Cobre y Cachaco) fuera de la comuna que hoy es conocida como Río Hurtado. Entre los primeros personajes públicos destacados de la historia de Río Hurtado destacan personajes como Fray Luis Molina, quien enseñó primeras letras en una celda del convento de Recoleta; y el preceptor Juan Antonio Ardiles, creador en 1860 de la primera escuela en la localidad de Recoleta. Posteriormente, hay que mencionar a don Simón A. Concha, miembro del Partido Liberal y primer alcalde de la comuna junto con don Manuel
Portada de bienvenida a Río Hurtado ubicado en la localidad de Tahuinco
J, Carmona y don Rosendo Pinto, durante los años 1894-1897. Don Simón A. Concha alternaría en el máximo puesto edilicio, siendo electo en 5 ocasiones, entre 1894 y 1924. También es recordado don Bernardo Pizarro Rojas, político radical, regidor y alcalde electo en cuatro ocasiones entre los años 1935 y 1950, y quien era conocido como “don Beño” por los habitantes de Río Hurtado; y Jorge Iribarren Charlin (1908-1977), destacado filántropo e investigador, autor de una serie de investigaciones arqueológicas y antropológicas, que lo llevaron a la dirección del Museo Arqueológico de La Serena. El actual alcalde de la comuna de Río Hurtado es don Jaime Gary Valenzuela Rojas, quien asumió por primera vez en 1992, ganando 7 elecciones entre los años 1991 y 2020, con una intervalo de cuatro años (2004-2008), cuando fue alcaldesa la señora Lidia Zapata Pastén.
Las Localidades de Río Hurtado. La capital de la comuna de Río Hurtado es la localidad de Samo Alto, un pequeño caserío de estilo colonial ubicado entre los caseríos de Huampulla y Pichasca, rodeado de áridos cerros y de verde vegetación que crece a lo largo del río. En sus inmediaciones existen extensiones de plantaciones de parras pisqueras y pequeñas y pintorescas iglesias, por donde se pueden observar bulliciosas bandadas de loros tricahue, el ave típica de la zona, que con sus coloridas plumas hacen aún más pintoresco el bello paisaje. A lo largo de sus 165 kilómetros de geografía, donde se entremezclan el verde feraz del valle y las quebradas, las altas cumbres precordilleranas, las desoladas montañas y el ocre terroso y seco de los cerros
Calle única de Río Hurtado que se intersecta con el camino a Andacollo
semiáridos jalonados por cactus y arbustos, Río Hurtado alberga a 22 localidades y villorrios habitados, entre las que destacan Samo Alto, Pichasca, Hurtado, Tabaqueros, Las Breas, El Espinal, El Chacay, Morrillos, Tahuinco, La Huerta, La Cortadera, Huampulla, San Pedro, Fundina, Hurtado, El Chañar, El Romeral, El Sauce, El Bosque, Pabellón, Maitenes de Serón y Serón, cuya economía se sustenta en la producción de uva pisquera para la producción de pisco y aguardiente. En diversos puntos de Río Hurtado se celebran anualmente pintorescas festividades religiosas patronales como la Fiesta del Niño Dios de El Romeral, Fiesta de Nuestra Señora del Carmen en Hurtado, Fiesta de San Pedro en Pichasca y Fiesta de San Francisco en Samo Alto, entre otras, que despiertan el fervor religioso de sus habitantes, aunque la apacible comuna también esconde otros atractivos.
La iglesia de San Francisco Javier de Samo Alto, que data del año 1713
Muy llamativa es la famosa feria costumbrista que se realiza en el mes de enero en Samo Alto, donde se exhiben y venden productos típicos y artesanías, además de celebrarse juegos populares y eventos folklóricos y de gastronomía típica. También son habituales los festivales rancheros de verano; la Fiesta de La Trilla, el Festival del Loro Tricahue (encuentro artístico de la música y el canto popular, que se efectúa en Samo Alto el primer fin de semana de febrero); y la Fiesta de la Vendimia de Serón, actividad cultural y turística que se realiza el tercer fin de semana del mes de abril de cada año y donde los pequeños productores locales enfatizan el trabajo comunitario y familiar de una tradición ancestral para la cosecha de uva pisquera y expresan su gratitud por una buena cosecha. Río Hurtado es famoso también por sus afamados productos artesanales. Es el caso de los alfareros de Tabaqueros, localidad en la que es
posible admirar artesanías en arcilla que son sorprendentes réplicas del milenario arte alfarero diaguita, con jarros patos, cuencos, jarros gatos y otras piezas elaboradas con las mismas técnicas ancestrales de ese pueblo precolombino. También son destacables las artesanías en cuero y los primorosos tejidos realizados por diversas agrupaciones culturales de mujeres tejedoras de Huampulla, Alpahur y Las Minillas, quienes elaboran prendas y tejidos en lana natural de oveja y alpaca. También hay espacio para los productos alimenticios típicos de la zona, como el queso de cabra y las conservas de fino manjar de leche de cabra, en localidades como Serón y Fundina, y mermeladas realizadas a base de innovadoras recetas a base de copao, higos, brevas, alcayotas y otras frutas de la estación.
Jonathan, hijo de Rosita Fernรกndez, modelando los trabajos de su madre, participante de la agrupaciรณn de las Minillas
Río Hurtado: Población y actividades económicas. Río Hurtado es un espacio netamente rural, jalonado por varios paisajes: las imponentes y coloridas alturas de los Andes, los paisajes semidesérticos, las abruptas quebradas y las fértiles llanuras del río Hurtado, rodeadas en lontananza por áridas lomas y cerros poblados sólo por arbustos y cactáceas. Posee, como ya se mencionó, 22 poblados habitados, los que se encuentran repartidos principalmente a lo largo del valle, usando las superficies aluviales en las cuales se desarrolla toda la actividad productiva y comercial. Los poblados que no se encuentran a la orilla del río Hurtado se asientan hacia los cerros y en los cajones que conforman los interfluvios existentes.
Carolina Rojas Pérez criancera de la localidad de Las Minillas, Río Hurtado; con parte de su ganado.
Según el censo del 2017 en las 22 localidades que se encuentran dentro de los confines de la comuna de Río Hurtado viven 4.278 habitantes -básicamente pequeños campesinos, pastores, artesanos y criadores de animales-, quienes se dedican a una actividad económica esencialmente agrícola, de subsistencia, basada en la explotación de pequeños huertos familiares y la crianza del ganado caprino, el gran sustento de la mayoría de los crianceros de la zona, quienes preparan en forma artesanal el apetecido queso de cabra, uno de los productos más afamados y demandados de la comuna.
Legados Culturales de RĂo Hurtado y su vinculaciĂłn con el medio Relatos de Vida e Historias del Secano