in s t itu t o d e fo r m a c ió n d o c e n te c o n t in u a V illa M e r c e d e s
INSTITUTO DE FORMACION DOCENTE CONTINUA PROFESORADO PARA LA ENSEÑANZA PRIMARIA
Recursos Didácticos y Tics “CUENTOS DE TERROR”
Alumna: Sotelo Paula D.N.I: 24.429.533 Profesora responsable: Mariana Reinoso
Comisión: Tarde (rotativo) Año: 2.014
Escuela: N° 12 “Maestras Mercedinas” Grado: 5to “B” Turno: Tarde Área: Lengua y Literatura Tópico: “Cuentos de terror” Cantidad de alumnos: 20 Metas: Que el alumno pueda: • Disfrutar de la lectura de cuentos de terror y conocer sus características generales • Respetar e interesarse por las producciones orales y escritas de otros. • Participar en diversas situaciones de escucha y producción oral, empleando los conocimientos lingüísticos aprendido. • Desarrollar en los alumnos las capacidades necesarias para ser protagonistas en los entornos tecnológicos. Recursos didácticos: pizarrón, láminas, tizas, computadoras.
Desarrollo de la clase Comenzaré la clase preguntando a los alumnos ¿qué palabras asocian con el miedo?, mientras tanto las iré escribiendo en el pizarrón, ¿por qué? ¿Qué situaciones les provocan miedo?, ¿por qué?, ¿a qué le tienen miedo?, ¿cómo expresan sus temores?, ¿qué hacen cuando tienen miedo?, ¿qué sonidos les provocan miedo?, ¿qué películas les dan terror? Luego de escribir todas las palabras aportadas por los alumnos y charlar con ellos llegaremos a la conclusión que los seres humanos sentimos miedo ante un montón de situaciones, algunas reales y otras imaginarias. Ante el miedo, a cada uno nos pasa cosas distintas: tenemos la necesidad de huir, de enfrentarlo, de taparnos los ojos y los oídos, de meternos debajo de las frazadas o de buscar a alguien que nos proteja. Otra forma de enfrentar nuestros miedos es expresarlos en palabras e imágenes. Y tal vez por eso, hombres y mujeres cuentan leyendas, escriben cuentos y novelas, filman películas y pintan cuadros en los que el miedo tiene un lugar. Les preguntaré de nuevo ¿qué palabras asocian con el miedo? en un afiche copiarán las palabras dichas anteriormente. Luego pediré a los alumnos que hagamos una ronda sentados en el suelo para leerle un cuento de terror “Miedo de noche”. Pero primero les contaré que su autora es Ana María Shua, les preguntaré si ¿la conocen?, ¿alguna vez leyeron alguna de sus obras? Les diré que es una autora argentina nacida en 1.951, escribe desde muy chica cuentos para niños, algunos de sus libros son “La sueñera”, “La luz mala”, “La fábrica del terror” entre otros.
Les preguntaré ¿están preparados para esta tenebrosa aventura?, de fondo sonará una música que dará mucho miedo, acorde a la situación,
mientras
voy
leyendo
les
iré
haciendo
algunas
intervenciones. El cuento que les leeré se llama: MIEDO DE NOCHE. Ana María Shua y Paloma Fabrykant ¡Qué susto! ¡Qué espanto! ¡Un cuento de terror viene llegando!
Leandro tenía mucho miedo de quedarse solo de noche, pero nunca lo hubiera confesado. A los 10 años, se sentía demasiado grande para pedirles a sus padres que se quedaran en casa. Pero cuando se iban, todo a su alrededor se volvía amenazador. Le parecía ver cosas por el rabillo del ojo. Cuando daba vuelta la cabeza para mirarlas de frente, las cosas desaparecían. Quedarse en su cuarto, sobre todo, le resultaba intolerable. Taparse la cabeza con la frazada era todavía peor: si los monstruos que se imaginaba lo encontraban así, sin que él pudiera verlos llegar, estaría completamente indefenso.
Lo curioso es que, al mismo tiempo, a Leandro le encantaba leer cuentos de terror. • ¿A ustedes les gusta los cuentos de terror? ¿Cuál han leído? ¿A qué hora los leen? Según las respuestas de los alumnos seguiremos con el relato tenebroso Entonces, lo que hacía cuando sus papás salían era sentarse a leer en el living, con todas las luces prendidas, hasta que volvieran. Un día estaba leyendo un cuento que le gustaba y le daba mucha impresión. Se trataba de un hombre que había entrado en una cabaña perdida en medio del bosque. Pasaba la noche allí y a la mañana descubría que había dos puertas para salir, pero no podía acordarse por cuál de las dos había entrado. Abría una puerta al azar y se encontraba de pronto en otra dimensión. • ¿Qué creen que encontrará al abrir la puerta? Un desierto inmenso y horrible se extendía hasta el infinito. Aquí y allá había unos cactus que se movían lentamente y parecían tener ojos. Una extraña fuerza lo atraía hacia el desierto. Con un gran esfuerzo de la voluntad, el hombre conseguía resistir esa fuerza y se encontraba otra vez dentro de la cabaña. Pero, una vez más, no sabía cuál de las dos puertas daba al bosque y cuál daba al horror. Y tenía tanto miedo que se quedaba encerrado para siempre en la cabaña. Leandro levantó la cabeza sobre el libro y miró a su alrededor. Su
casa
estaba
llena
de
puertas.
La de la cocina, la del baño, la de su cuarto, la del cuarto de sus
padres… Cualquiera de ellas podía conducir a un lugar desconocido y terrible. Varias estaban abiertas. Pero la de la cocina estaba cerrada. Y ahora tenía sed, mucha sed. ¿Se atrevería a abrir la puerta de la cocina? • ¿y ustedes se atreverían? Dudó un momento con la mano sobre el picaporte. Finalmente, abrió de un empujón. Azulejos, microondas, alacenas, cocina, heladera. Todo bien. Entonces abrió la heladera para sacar una gaseosa y se encontró de golpe en un desierto blanco y frío, infinito. Formas de hielo de extraño diseño se movían hacia él, primero lentamente, después cada vez más rápido. La puerta de la heladera había quedado a sus espaldas. Se volvió hacia allí y trató de correr para volver a la cocina, pero el suelo parecía estar hecho de un barro frío y poroso que se adhería a sus pantuflas. Por suerte la heladera no se había cerrado. De algún modo logró aferrarse al borde de la puerta y saltar del otro lado, mientras el barro se tragaba sus pantuflas con un desagradable sonido de absorción. – ¡Leandro! ¡Leandro! –la voz de su madre lo despertó– ¡Te quedaste dormido leyendo en el sillón del living! Era maravilloso volver a ver a sus padres. – ¿Qué te pasó? –Preguntó su papá– ¿Otra vez tuviste un mal sueño? –Pero mira cómo tenés los pies embarrados… ¿Saliste al jardín sin pantuflas? –preguntó la mamá. • ¿Fue pesadilla o realidad?
Durante mucho tiempo Leandro se negó a abrir la puerta de la heladera, y se mostraba muy cauteloso con todas las puertas en general. Con el tiempo se le fue pasando el susto y empezó a comportarse más normalmente. Había muchas explicaciones para lo que le había pasado. Una simple pesadilla, por ejemplo, que lo había hecho caminar en sueños por el jardín. Eso sí: las pantuflas no aparecieron nunca más. Pero hay tantas maneras de que se pierdan unas pantuflas… ¿O no? FIN ✿◕‿◕✿ Al finalizar de leerles el cuento les haré las siguientes preguntas: ¿creen que Leandro fue a otro mundo o que solo tuvo una pesadilla?, ¿qué dice el cuento para que parezca que fue una pesadilla?, ¿qué dice el cuento para que parezca que definitivamente fue a otro mundo?, ¿qué palabras del cuento asocian con el miedo? Si es necesario retomaré parte de la lectura del cuento para que puedan contestar las preguntas e iremos charlando entre todos y les entregaré una copia del cuento leído para que lo peguen en sus carpetas. Luego les daré la siguiente actividad, en donde deberán escribir un cuento elaborado por los alumnos en su computadora utilizando el programa Word. Les mostrare el siguiente tutorial para que se guíen para realizar el cuento.
Luego leerán las siguientes consignas para realizar el cuento:
• En las historias de miedo, debe suceder algo extraño o sobrenatural. • Que el titulo del cuento se relacione con la historia que escribieron. • Revisen el texto cuantas veces lo crean necesario. • Cuando lean sus escritos a otros, podrán descubrir que necesitan corregir algunas cosas. Por eso, cuando terminen de escribir su historia, reléanla para ustedes mismos y también para otras personas( compañeros, amigos, maestros) Mientras los alumnos vayan elaborando los cuentos los iré ayudando para que puedan ir modificando el relato en caso que sea necesario. Pasado los días de elaboración de los cuentos, les pediré a los alumnos, que se sienten en círculo para leer las historias escritas por ellos. Escribiré en el pizarrón el titulo del cuento de terror y los nombres de los alumnos que lo hicieron e iremos escuchando cada historia y observare como cada uno la va relatando. Al finalizar los cuentos los alumnos con sus computadoras deberán realizar un blog y expondrán todos los cuentos elaborados por ellos, formando una antología virtual, en el cual los alumnos de otros grados podrán ingresar al mismo para ver los cuentos realizados y de esa manera daré por finaliza esta secuencia.