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Christian Rivera. La poesía genésica en el B2 de Paúl Puma

LA POESÍA GENÉSICA EN EL B2 DE PAÚL PUMA

Christian Rivera

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Una máxima oriental señala que debemos desconfiar de los comienzos. Comenzar algo es delimitar, es fijar contornos y periferias. Todo intento por trazar un antes y un después evidencia una secreta aspiración fundacional. La poesía no tolera este tipo de legitimaciones, comprende que toda palabra lleva consigo un afán de exclusión, dado que la “realidad” se le muestra como un mural lingüístico que permite distinguir unas cosas en la medida en que desprecia otras. De ahí que sea posible advertir, en la nueva poesía latinoamericana, cierta prevención por lo fundacional. La labor poética exige, a quien se ocupa de ella, la recuperación de una condición anterior a cualquier comienzo. De esta aspiración procede el B2 de Paúl Puma. Al ingresar en su universo poético, nos desconcierta su ánimo de transgresión, su necesidad absoluta de desequilibrar la sintaxis. Así vemos cómo busca nuevos modos de organización conceptual porque el conocimiento de lo que nos rodea no es sólo un collage hecho de rocas, árboles, colores, ruidos y demás; es, sobre todo, un sistema de proposiciones y comprende que para que las cosas sean descritas con una nueva luz es necesario hacerlas surgir de una ruptura, del desvío de la norma. En este sentido, es necesario notar, de entrada, que el poema no se impone “un comienzo”, “un origen”: “A”. El poeta entiende que alfa y omega son demarcaciones; capta esta conflictividad y elude el punto de fuga habitual que delimita los contornos cotidianos, aquellos que separan y distinguen. Por esta razón, donde algunos podrían ver experimentalismo, Paúl Puma señala un sesgo: B (un marco distinto) No el Pater occidental y caucásico, no. Bettina —la destinataria del poema— es mujer, pero, además: negra (Black): Llegados a este punto, es preciso tomar en cuenta la propuesta de un “génesis invertido” en el B2. Aquí, el poeta emprende un movimiento contrario. No

pretende alcanzar la expresión mediante el acoplamiento sintáctico como aquellos “ineptos buceadores de la belleza de la palabra”. No. Su poesía no debe ser una prolongación del efecto de fuga a partir de la explosión originaria: articular, organizar y coordinar lo diseminado. Todo lo contrario, juzga necesario fragmentar sistemáticamente el texto hasta llegar a la matriz, a la partícula más pequeña de lo expresable y una vez ahí, implosionar.

Una galaxia celeste con salpicaduras de sangre Una explosión de leptones o hadrones Una partícula subatómica Un punto como este . B Bettina

Luego de esta implosión, las cosas parecen ordenarse eludiendo el centro (esquivando la parcialidad céntrica del logos) y hace que todo en el B2 sea menguar, oscilar una y otra vez, con el fin de aunar dos perspectivas y expresarlas en un poema de estructura pendular (esta es la razón por la que el B2 se configura como un díptico, al que se va articulando de forma cadenciosa un tercer elemento a través de notas al pie de página). Esta predisposición del B2 a contraerse y expandirse, no tiene otro propósito que acusar el afán de exclusión del logocentrismo occidental; denuncia ese “juego” donde las constantes oposiciones nos condenan a fijar un punto de vista mientras cerramos toda oportunidad de expresión al “otro”, a la “alteridad”. En efecto, puede afirmarse, en este sentido, que el B2 no es solamente una lamentación amorosa, es también un señalamiento a esa categorización que privilegia un punto de vista y discrimina otro.

Yo encarno el racismo de este país. Yo soy el (negro) sucio que descendió de los cimarrones del lejano gran palenque que nunca fueron conquistados por nadie o esclavos de nadie, yo soy el (negro) que acogió en su seno a zambos y mulatos y mestizos y blancos e indios en sus cuevas libres, libérrimas, yo

soy el (negro) que le dio a este país sus mejores explosiones económicas, yo soy el (negro) que clasificó a Ecuador al mundial de fútbol por primera vez y para siempre y que fue confundido por ladrón a la salida de una discoteca. Yo estoy en el (negro) hijuepucta, cuando algún compatriota quiere escupir al aire sin medir las consecuencias de su esquizofrénico racismo… De igual manera, el B2 introduce en sus lectores una sospecha: las palabras no dicen mucho sobre la realidad, toda evidencia posee una dimensión oculta y de esa latencia procede la poesía. De repente, nos damos cuenta de que es imposible poseer con palabras. Nombrar trae consigo una pérdida, una distancia insalvable porque todo acto nominal invoca una ausencia.

Bettina

Aquello que me trastorna la vida es escribir-te O meditar acerca de aquello que no tiene nombre Que no pretende alcanzar resultados Tan solo sentir-te con palabras… Para guardar coherencia con lo expresado, cabe afirmar, como lo hiciera la poeta argentina Alejandra Pizarnik para quien la palabra “nunca es promesa y lo decible equivale siempre a mentir/ el resto es silencio/ sólo que el silencio no existe”. El silencio no existe porque cuando los hechos han eludido las palabras, el entendimiento se ha refugiado en los axiomas, pero estos también son una colección de tropos desgastados. Con este fin, Paúl Puma va de la fragmentación del discurso poético a la falsación de la conjetura científica. tan solo sentirte con palabras para no olvidar que la entropía es aquello que gira alrededor del átomo que gira cerca de aquello que está en el centro milesísimo del átomo que gira alrededor de aquello que no existe.

Negra

En esta misma línea, y siguiendo su tendencia oscilatoria, el poema continúa su desintegración textual hasta llegar a la expresión numérica. Bajo este punto de vista parece evidente que el B2 haga un uso lúdico y mordaz de algunas digresiones científicas, fundamentalmente del cálculo infinitesimal, dado que esta herramienta matemática ha instituido los cimientos de un mundo predictivo cada vez más cuestionado por los sistemas complejos que invalidan todo tipo de precisiones dentro de una realidad gobernada por la indeterminación y el caos.

…Alguien retoma su aparato de contar microbios o mapas estelares y traduce a cifras nuestros cuerpos vulnerables que flotan entre gránulos de tinta sideral. … Bettósfera Atmósfera poblada de entropía… En definitiva, el B2 parece indicar que nuestro sentido estético necesita ser representado por una forma nueva de expresión. Las cosas y sus nombres se confunden en la realidad del mismo modo como la forma y el mármol se hallan incorporados en una estatua. Si quiere cambiarse la forma, es preciso que se tenga el valor de romper el mármol. El B2 es un emplazamiento para romper los contornos y emerger de las profundidades sin nombre de la creación.

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