Publicación de la Coordinadora Paz para las Mujeres Junio 2016 • 13ma Edición
COMUNIDAD TRANSGÉNERO y violencia de GÉ NERO
Género, estigma y violencia: la agresión sexual en la comunidad trans
Necesidades y obstáculos de las personas transgénero en Puerto Rico 1
EDITORIAL La entrega que leerán a continuación está hecha con la esperanza de poder aportar a una sociedad más equitativa y justa. Forma parte de los esfuerzos que ha realizado la Coordinadora Paz para las Mujeres desde el año 2015 junto al grupo de acción Trans Task Force de Puerto Rico. El mismo está compuesto por organizaciones comunitarias, gubernamentales e integrantes de las comunidades LGBTT, profesionales de diversos campos y aliadxs unidxs con el interés de impactar sustancialmente la calidad de vida de las comunidades de personas transgéneros y transexuales de Puerto Rico. Reconocemos que nos preceden otros grupos e individuxs que en su momento tomaron acción ante la necesidad de visibilizar las comunidades trans en Puerto Rico y generar política pública, asegurar servicios y acceso a la justicia. Las comunidades trans son una población vulnerable a sufrir todo tipo de violencias, incluyendo violencia sexual y por parte de parejas o exparejas. El estudio a cargo del equipo de trabajo del Recinto de Ciencias Médicas de la Universidad de Puerto Rico, realizado con 52 personas trans, reveló que 40% de lxs encuestadxs reportó haber experimentado violencia de género y el 70% vivió un acto de acoso o abuso verbal en un lugar público. Es inminente avanzar hacia el objetivo de erradicar la violencia; de ello depende la vida y la dignidad de miles de personas atacadas por el mero hecho de ser diferentes. ¿Qué podemos hacer para cambiar la desventajada posición de las comunidades trans? La Coordinadora Paz para las Mujeres, en su afán y misión de lograr una sociedad libre de violencias, utiliza todos los medios a su haber para hacer
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Coordinadora Paz para la Mujer
la diferencia. Nuestra propuesta es educación para resistir, luchar y transformar. La riqueza de esta edición número 13 de la revista semestral Voz de Voces estriba, en la pluralidad de abordajes sobre las violencias que experimentan las comunidades trans. Aquí cubrimos definiciones de conceptos básicos sobre identidad de género y sexualidad; el panorama y contexto de las violencias, entre ellas, sexual, física y emocional; las necesidades y los obstáculos que confrontan a diario lxs trans en la Isla; propuestas de acción de cada autxr; varios poemas como expresión de indignación, desahogo o celebración de la identidad; y el testimonio de una de las pocas personas trans sobrevivientes de violencia de género en Puerto Rico. Además, en la sección de integrantes, colabora el grupo de apoyo a sobrevivientes de violencia de género, Siempre Vivas de la Universidad de Puerto Rico en Mayagüez. Nos movilizamos para que todos y todas disfrutemos de las mismas oportunidades y la diversidad sea la norma. Seguiremos esforzándonos para que en un futuro cercano, este material educativo sea sólo una pieza historiográfica. Por último, agradecemos a todas las personas quienes, de una forma u otra, colaboraron para que esta edición fuese posible. En especial, a cada autorx, a la Comisión de Derechos Civiles de Puerto Rico por la colaboración con la edición, y a Zulma Oliveras, del equipo de trabajo de la Coordinadora Paz para las Mujeres, por ser enlace con el Trans Task Force para la recopilación de artículos. Disfruten la lectura.
Créditos 13era edición Voz de Voces Junio 2016
CONTENIDO
Editora Invitada Gisel Laracuente Junta Editorial Migna Rivera
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Diseño Gráfico Elite Series Group, Inc. Coordinadora de Publicación Adriana R. Alonso Calderón Colaboradora Irma Lugo Coordinadora Paz para las Mujeres, Inc. Apartado 193008 San Juan, Puerto Rico 00919-3008 San Juan, Puerto Rico 0019-3008 Tel. 787-281-7579 / www.pazparalamujer.org Facebook: Paz Mujer 2016 ©Coordinadora Paz para las Mujeres, Inc. Esta publicación ha sido posible gracias al auspicio de la propuesta VAWA -2016-X1628-PRMU. Las opiniones, hallazgos, conclusiones o recomendaciones expresadas en esta publicación representa la opinión de las/os autores y no reflejan las opiniones del Departamento de Justicia de los Estados Unidos.
NOTA: La letra x es utilizada en la publicación como inclusivo del femenino y masculino de las palabras. Por ejemplo, en vez de niños y niñas, escribiremos niñxs.
Comprendamos los conceptos relacionados a la sexualidad humana e identidad de género
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Género, estigma y violencia: la agresión sexual en la comunidad trans Violencia contra las personas trans: Una mirada al contexto sociocultural y las políticas sociales en Puerto Rico Integrantes conmemoran el Mes de la Mujer con una Marcha Violeta en Mayagüez POESía
Necesidades y obstáculos de las personas transgénero en Puerto Rico
Testimonio
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Acceso a educación gratuita para mujeres migrantes cuidadoras de niños y ancianos MATERIALES EDUCATIVOS
Integrantes Coordinadora Paz para la Mujer
Edición de junio 2016
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Comprendamos los conceptos relacionados a la sexualidad humana e identidad de género Por Eunice Avilés
Con frecuencia, los conceptos relacionados a la sexualidad humana y a la identidad de género son confundidos y utilizados de manera invertida. Además, es común que se usen palabras que hacen referencia a estos conceptos y que sugieren mofa, discrimen y violencia. Esta situación es un reflejo de la falta de educación sobre estos temas y un reflejo de las ideas que permean en la cultura y en la sociedad sobre los roles esperados de cada cual, de acuerdo a su sexo biológico y al género asignado al nacer (de acuerdo al sexo biológico).
Es importante recalcar, que cada día es más común encontrar personas que no se perciben a sí mismos/as dentro de lo que llamamos el “binario” de hombre o mujer. Quiérase decir que estas personas no se perciben a sí mismas como hombre o mujer. Algunos/as se perciben como “neutrales” o “agénero” y otros/as perciben su género como algo más fluido. En Puerto Rico, algunas de estas personas han comenzado a identificarse como “genderqueer” e incluso, una minoría ha comenzado a utilizar pronombres neutrales como “elle”.
Para comenzar a romper con la barrera de la falta de educación y de la mala educación, aquí te presentamos una explicación de los términos básicos sobre la sexualidad humana y la identidad de género.
Desde una perspectiva psicológica, el término “disforia de género” hace referencia a la angustia emocional que experimentan los individuos cuya identidad de género no es congruente con su sexo biológico (con su cuerpo). Por ejemplo, un individuo que socialmente es percibido como un hombre, debido a su sexo biológico, pero quien se percibe como mujer, podría llegar a experimentar dolor emocional (por ejemplo, tristeza profunda y ansiedad) ya que su cuerpo no refleja la percepción que tiene de sí.
Desde una perspectiva de sexualidad humana es importante conocer los conceptos “sexo” y “orientación sexual”. El concepto de “sexo”, no solo se refiere al acto sexual, sino que hace referencia a los aspectos biológicos del ser humano como el sistema reproductor y los genitales (pene y vagina). Por su parte, el concepto de “orientación sexual” se define como la capacidad de atracción física (preferencia sexual) y emocional del ser humano. La orientación sexual se experimenta desde la identidad de género del individuo, no de acuerdo al sexo biológico. Este último concepto, el de la orientación sexual, es frecuentemente confundido con el concepto de identidad de género. Por otro lado, la “identidad de género” es el concepto que tiene un individuo sobre su género (ser hombre, mujer, o algo más fuera del binario de femenino y masculino), independientemente de su sexo biológico. Por su parte, El National Center for Transgender Equality ( July 9, 2016), ha indicado que la “expresión de género” se refiere a como una persona presenta su género externamente, a menudo a través del comportamiento, vestimenta, peinado, voz o características del cuerpo. Cuando nos referimos a una persona “transgénero” estamos hablando de aquellos individuos cuya identidad de género (mujer, hombre o algo más), difiere del género que le fue asignado al nacer (de acuerdo a su sexo biológico). En este caso, el concepto que la persona tiene de sí, sobre el ser mujer, hombre, o algo más, no es congruente con su cuerpo. Por ejemplo, un hombre transgénero es aquel individuo al que la sociedad le asignó el género femenino al nacer por que nació con cromosomas XX, una vagina y órganos reproductores femeninos y quien siente que su cuerpo no es congruente con la percepción que tiene de sí al percibirse a sí mismo como un hombre. En Puerto Rico, aun algunas personas se identifican con el término “transexual” en vez de transgénero y utilizan este último término como uno sombrilla que abarca toda la diversidad de personas que no se identifican con las normas culturales de género asignadas al sexo con el que nacieron. Por lo tanto, no siguen las normas asociadas a ser hombre o mujer dentro de su cultura. El National Center for Transgender Equality (2016) indica que el término “Trans” es utilizado con frecuencia para abreviar el término transgénero. Estos plantean que para tratar a una persona transgénero con respeto debes tratarle de acuerdo a su identidad de género, no de acuerdo a su sexo al nacer. Por tanto, esta organización indica que alguien que vive como una mujer se le reconoce como una mujer transgénero y se le debe referir como “ella”. Un hombre transgénero es aquel que vive como un hombre y se le debe referir como “él”.
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Coordinadora Paz para la Mujer
Algunos individuos transgéneros/transexuales optan por recibir tratamientos médicos, cuando éstos son accesibles, para lograr que su cuerpo sea congruente con su identidad de género. Estos tratamientos médicos permiten la disminución y mejoría de la disforia de género. ¿Cómo se relacionan los conceptos de sexualidad humana y de identidad de género? Veamos un ejemplo. Una mujer transgénero es aquella persona que nace con cromosomas XY, que por su biología la sociedad le asigna el género masculino al nacer, pero quien se percibe así misma como una mujer. Si esta mujer transgénero está atraída emocional y/o sexualmente a otra mujer, ya sea transgénero o no, entonces se considera que ésta es lesbiana. Como ven, la orientación sexual es definida por la identidad de género del individuo, no por su sexo biológico. Al entender claramente estos conceptos, nos damos la oportunidad de conocer más sobre la diversidad humana. Además, el conocimiento de los mismos nos abre la puerta para el desarrollo de la empatía hacia comunidades que son invisibles y discriminadas como lo es la comunidad transgénero en Puerto Rico. Solo estando conscientes de estas realidades aquí descritas, y poniéndonos en el lugar de estas personas para comprender la angustia que puede implicar la disforia de género y el discrimen por identidad de género y orientación sexual, lograremos prevenir la marginación y la violencia contra estos/as hermanos/as.
Referencia
1. National Center for Transgender Equality. (2016). Understanding transgender people: The basics. Recuperado de http://www. transequality.org/issues/resources/understanding-transgender-peoplethe-basics
* La autora es Psicóloga Clínica, terapeuta sexual certificada y especialista en terapia de género.
Género, estigma y violencia:
Se estima que 1 de cada 2 personas trans ha sido agredida/o sexualmente en alguna instancia de su vida.
la agresión sexual en la comunidad trans Por Juan C. Espinosa Charriez A menudo la experiencia de vida de las personas transgénero, transexual y/o de género no conforme está matizada por la marginación, la incomprensión, la discriminación, el acoso y la agresión, como respuestas de una sociedad que victimiza a aquellas/os que reten el binario de género establecido. A pesar del auge en la visibilidad pública y de sus asuntos y necesidades, el malestar social con aquello que tenazmente se denomina como “lo diferente” o “lo equívoco”, sitúa la experiencia de vida de las personas trans dentro del umbral del estigma, el discrimen, el rechazo y el aislamiento social. Así mismo, la inversión de nuestra cultura en dichos estándares, coloca a toda persona y comunidades que desafíen las normas dominantes en torno al sexo, el género y la sexualidad, bajo niveles alarmantes de violencia y abusos tanto de carácter físico como sexual. Este trasfondo social crea un espacio para la intolerancia extrema hacia esta comunidad y se expresa en violencia transfóbica, perpetrada específicamente por su transgresión a la identidad de género. A su vez, dicha violencia toma una nueva forma y dimensión cuando la incomodidad con “lo trans”, deja a las/ os compañeras/os, víctimas sobrevivientes de agresión sexual y violencia doméstica, vulnerables y sin los servicios necesarios. Como muestra, citemos que los centros de servicio y albergues no acogen y/o no se encuentran preparados para atender las necesidades de las personas trans; los/as profesionales de la salud responden de manera prejuiciada y se ha conocido a más de una/o que se retiene de atender a aquellas personas que perciben como “travestidas/os”; y el sistema de justicia con frecuencia les revictimiza. Como si fuera poco, los limitados datos e información disponible, incluida la carencia de estadísticas sobre la población trans en Puerto Rico, y las pocas investigaciones realizadas y dirigidas a estudiar esta comunidad, son un reflejo adicional de la categoría de “segunda” que nuestra sociedad les ha conferido. Preocupantemente, las personas trans son blanco de formas viciosas de violencia, incluida la violencia sexual. Estudios realizados demuestran de manera consistente que la comunidad transgénero, transexual y de género no conforme es víctima de elevados niveles de acoso sexual, intentos de agresión sexual, violación y tentativa de violación, en una variedad de escenarios que incluyen escuelas, lugares de trabajo, prisiones y refugios. Los datos compartidos nos revelan que la mayoría de las personas trans viven los efectos y las consecuencias de la violencia, específicamente de la agresión sexual, y del temor a una posible revictimización. Las investigaciones sobre el trauma informado demuestran con claridad que la respuesta inicial que recibe una víctima de violencia incide en el manejo y la recuperación del evento traumático. Es por ello que el rol de las/os proveedoras/ es de servicio es el de apoyar a la víctima, sin mediar juicios sobre la identidad de género o las circunstancias en las que surge la agresión. Las/os proveedoras/es de servicio deben ser
Datos de un estudio publicado en 2011, realizado en EE. UU. y sus territorios (incluyendo a Puerto Rico), entre 6,436 personas que se identificaban como transgéneros, transexuales y/o de género no conforme, reveló significativas tasas de:
78%
35%
12%
ACOSO
AGRESIÓN FÍSICA
AGRESIÓN SEXUAL
desde grados escolares primarios hasta cuarto año (K a 12), cometidos a razón de su identidad y expresión de género.
6%
66%
6% de las/os encuestadas/os informó haber experimentado agresión sexual en el escenario laboral. Informes adicionales también estiman la prevalencia de las agresiones sexuales en la comunidad trans en hasta un 66%, a menudo acompañadas por agresiones físicas y múltiples abusos. Incluso se han encontrado mayores niveles de violencia sexual en subpoblaciones específicas dentro de las comunidades trans, como son las/os jóvenes, las personas sin hogar y las/os trabajadoras/es sexuales. De un 5% a 9% de las/os sobrevivientes trans informaron haber sido agredidas/os sexualmente por oficiales de la Policía, mientras que un 10% informaron lo propio por parte de profesionales de la salud.
Debido a estas experiencias y al temor de ser revictimizadas/os, las personas trans víctimas de agresión sexual con frecuencia no reportan dichos incidentes, lo que constituye una de las razones principales para el limitado poder estadístico cuando son consideradas, en las tasas de agresión sexual.
capaces de responder con compasión y cuidado, y proporcionar destrezas y recursos que consideren las necesidades específicas de las personas trans que son víctimas sobrevivientes de agresión sexual. Para ello, las/os intercesoras/es en agresión sexual y las/os proveedoras/es de servicio deben ser adiestradas/os formalmente en cómo interactuar con las personas que se identifican como transgénero, transexuales y de género no conforme. Reacciones, preguntas o comentarios inapropiados pueden ocasionar desconfianza en la víctima y elevar sus niveles de autoprotección, lo que conduce a que abandonen sus esfuerzos de buscar los servicios necesarios y requeridos luego de una agresión sexual. Proveer una atención culturalmente competente es vital para servir de manera eficaz a integrantes de las comunidades trans. Los centros de crisis para víctimas sobrevivientes de agresión sexual deben ser un reflejo de esta filosofía, y un refugio de aceptación y recuperación para su salud física y emocional. Edición de junio 2016
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Violencia contra las personas trans:
Una mirada al contexto sociocultural y las políticas sociales en Puerto Rico
Por José Javier Martínez-Vélez y Carlos E. Rodríguez-Díaz Históricamente, una corriente patriarcal y heterosexista ha estado asociada a las instituciones sociales, políticas y económicas en Puerto Rico, así como en otras naciones vecinas del Caribe y Latinoamérica. En ese contexto, se ha gestado una concepción binaria e inalterable en la sexualidad humana.1, 2 Partiendo de la construcción del binomio hombre-mujer, la heteronorma y la regulación sexual de nuestros cuerpos, se han instaurado nociones rígidas con respecto a la expresión de las sexualidades y las distintas manifestaciones del género. Desde los lentes de la heteronormatividad, se han privilegiado las identidades que concurren con la heterosexualidad y los roles tradicionales asociados al género.3, 4 De esta forma, la identidad de un hombre masculino y heterosexual se percibe como la ideal y, por lo tanto, le posiciona en mayor privilegio frente a las “sexualidades periféricas que se alejan del círculo imaginario de la sexualidad normal”.5 Sin embargo, el orden social binario imperante “desconoce la compleja diversidad de la sexualidad y conduce a la exclusión social y política de las personas”.3 Estas nociones sociales, validadas por los discursos de los y las representantes de las instituciones sociales, incluyendo las religiones organizadas, han fomentado una ideología social hostil hacia las diversidades, e intolerante hacia quienes retan las formas tradicionales de entender el género. Básicamente, el acto de transgredir las imposiciones reguladoras a la expresión del género y el entendimiento de la sexualidad humana, transforma a quienes lo ejercen en “el otro” o “la otra”, lo que incrementa su vulnerabilidad social. A pesar de los esfuerzos más recientes, encaminados hacia la equidad y justicia social por los derechos civiles de las poblaciones sexualmente diversas, las personas gay, lesbianas, bisexuales, transexuales y transgénero (GLBTT) aún experimentan disparidades en asuntos de salud y bienestar a causa del estigma, la opresión y la discriminación.6, 7, 8 En particular, las personas transgénero y transexuales, en adelante mencionadas como personas trans, enfrentan serias disparidades en asuntos de salud y bienestar social.9 Desde el marco de los determinantes sociales de la salud, 10 se
han abordado las causas de las disparidades en salud en cuanto a las poblaciones sexualmente diversas. En ese contexto, las personas trans experimentan el impacto negativo de la transfobia, manifestada a través de experiencias de rechazo familiar, aislamiento social, estigma, violencia y discrimen. En especial, la exclusión institucional está matizada por falta de acceso y negación de servicios de salud, falta de oportunidades de empleo y abuso policial, entre otros. Estas experiencias afectan directamente su calidad de vida, salud y bienestar general, así como el acceso a servicios de cuidado primario.9 Más aún, investigadores han determinado que las personas trans, en comparación a otras poblaciones, enfrentan mayores niveles de violencia física y psicológica, incluyendo ataques fatales.9 Estas experiencias de violencia vulnerabilizan su salud física y mental, y desencadenan el desarrollo de trastornos mentales como la depresión, ansiedad o ideación e intento suicida.11 La violencia hacia las personas trans debe entenderse como un asunto de violencia de género y discrimen sociopolítico. Esta es una de las evidencias más claras de cómo nuestra estructura social —incluyendo nuestra cultura— puede provocar desigualdades en poblaciones socialmente vulnerabilizadas. La violencia es un atentado a la salud En Estados Unidos, organizaciones a favor de las poblaciones trans han declarado que existe una epidemia de casos de ataques fatales contra mujeres trans, particularmente contra mujeres de la raza negra. Según un reporte de la Campaña por los Derechos Humanos (HRC, por sus siglas en inglés),12 durante el año 2015 se reportaron, al menos, 21 asesinatos de mujeres trans en distintos estados de la nación norteamericana. La mayoría de estos asesinatos aún están sin esclarecer (impunes) o sin identificar posibles agresores/as.12 En nuestro país también se han reportado casos de ataques contra mujeres trans. Es menester recordar el asesinato de Ashley Santiago, quien fue ultimada en su residencia en el municipio de Corozal, y el de Jorge Steven, quien fue brutalmente asesinado por su agresor. A través de un estudio realizado por nuestro equipo de trabajo en el Recinto de Ciencias Médicas de la Universidad de Puerto Rico, se documentó que en la Isla el 40% de las 52 personas participantes —quienes se identificaron bajo la sombrilla trans—,
Referencias
1. Pichardo, J. (2012). El estigma hacia personas lesbianas, gays, bisexuales y transexuales. En Gaviria, E., García-Ael, C., & Molero, F. (Eds.), Investigación-acción: Aportaciones de la investigación a la reducción del estigma (pp. 111-125). Madrid: Sanz y Torres. 2. Rodríguez-Madera, S. (2009). Género Trans: transitando por las zonas grises. San Juan: Terranova Editores. 3. Escobar-Triana, J. (2007). Diversidad social y exclusión. Revista colombiana de bioética, 2(2), 77-94. 4. Rodríguez-Otero, L., Carrera-Fernández, M., Lameiras-Fernández, M., & Rodríguez-Castro, Y. (2015). Violencia en parejas transexuales, transgénero e intersexuales: una revisión bibliográfica. Saúde e
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Coordinadora Paz para la Mujer
Sociedade, 24(3), 914-935. 5. Fonseca-Hernández, C., & Quintero-Soto, M. (2009). La Teoría Queer: la de-construcción de las sexualidades periféricas. Sociológica, 24(69), 43-60. 6. Departamento de Salud y Recursos Humanos de Estados Unidos. (2010). Healthy People 2020. Recuperado de: https://www.healthypeople. gov/2020/topics-bjectives/topic/lesbian-gay-bisexual-andtransgender-health 7. Instituto de Medicina. (2011). The Health of Lesbian, Gay, Bisexual, and Transgender People: Building a Foundation for Better Understanding Committee on Lesbian, Gay, Bisexual, and Transgender Health Issues
reportaron haber experimentado un acto de violencia por su identidad de género. Así mismo, el 70% de las personas que completaron la encuesta reportaron haber vivido un acto de acoso o abuso verbal en un lugar público. Por lo general, estas experiencias de violencia fueron reportadas en la escuela, al utilizar servicios públicos, en el empleo y al recibir servicios de salud. Oportunidades en el desarrollo de políticas sociales La formulación de políticas públicas a favor de las poblaciones marginadas por la sociedad resulta efectiva para contrarrestar los efectos del estigma social, a la vez que promueve un nuevo acercamiento al bienestar y la salud de estas poblaciones. Recientemente, en Puerto Rico se ha experimentado un avance en la gestión de políticas públicas inclusivas a favor de las poblaciones sexualmente diversas, en especial las personas trans, quienes resultan ser una de las poblaciones más marginadas. Estas medidas han estado centradas en garantizar la seguridad y equidad de las personas trans en asuntos relacionados al acceso a servicios de salud, empleo y educación. Entre estas se destaca la Ley Núm. 22 de 2013 que establece las regulaciones en contra del discrimen por orientación sexual e identidad de género en el empleo, sea público o privado; así como la Ley Núm. 23 de 2013 que extiende las protecciones que concede la Ley Núm. 54 de Violencia Doméstica a las parejas del mismo sexo. Por otra parte, a mediados de 2015, la rama ejecutiva decretó las Órdenes 12, 28 y 29 con el fin de prevenir el acoso escolar por motivo de orientación sexual o identidad de género; revisar y atemperar las políticas del Departamento de Salud de Puerto Rico para garantizar un acceso equitativo a servicios de salud para las personas trans; y permitir el cambio de sexo en las licencias de conducir, respectivamente.
personas trans en Puerto Rico aún se les niegue tramitar el cambio de sexo en la licencia de conducir. De igual manera, es inaceptable que profesionales de la salud no tengan las competencias necesarias para prestar servicios adecuados a las personas trans. Por otra parte, restan asuntos esenciales por atender, como el cambio de sexo en el certificado de nacimiento y el acceso equitativo a los baños públicos. Acorde con las mejores prácticas para subsanar las desigualdades sociales, invitamos a que de forma concertada realicemos tres tareas básicas para reducir la violencia estructural que experimentan las personas trans en nuestra isla. Primero, debemos asegurar la participación equitativa de las personas trans para mejorar sus condiciones de vida. Segundo, estamos llamados a luchar contra la distribución desigual del poder y los recursos disponibles. Tercero, debemos continuar midiendo la magnitud de los problemas que enfrentan las personas trans, analizarlos y evaluar el efecto de las intervenciones que se ejecuten. Solo con compromiso social —y como individuos en nuestra sociedad— es posible garantizar el derecho fundamental a estar en salud.
De igual forma, el Departamento de Educación implementó la Carta Circular número 19 (2014-15) con el propósito de integrar la perspectiva de género a través del currículo de las escuelas públicas del país. Asimismo, se estableció la Carta Circular número 16 (2015-16) sobre el uso del uniforme escolar, que facilita que todo/a estudiante pueda utilizar el uniforme escolar de acuerdo con su identidad de género. Además, la Policía de Puerto Rico implementó la Orden General 624, con el fin de establecer las guías a seguir para sus empleados/as durante la interacción con personas trans. Conclusión y recomendaciones Si bien hemos atestiguado avances en la formulación de políticas sociales, todavía restan grandes esfuerzos para traducirlas en práctica común y cotidiana. Por ejemplo, no es aceptable que a and Research Gaps and Opportunities. Washington, DC: National Academy Press. 8. Organización Mundial de la Salud. (2013). Improving the Health and Well-Being of Lesbian, Gay, Bisexual and Transgender Persons. Report by the Secretariat. Recuperado de: http://www.ghwatch.org/ sites/www.ghwatch.org/files/B133-6_LGBT.pdf. 9. Organización Panamericana de la Salud. (2012). Por la salud de las personas trans: Elementos para el desarrollo de la atención integral de personas trans y sus comunidades en Latinoamérica y el Caribe. Recuperado de: http://www.aidstar-one.com/sites/default/files/Por_la_ Salud_de_las_Personas_Trans.pdf.
10. Organización Mundial de la Salud. (2009). Subsanar las desigualdades en una generación: Alcanzar la equidad sanitaria actuando sobre los determinantes sociales de la salud. Recuperado de: http://apps.who. int/iris/bitstream/10665/44084/1/9789243563701_spa.pdf. 11. Meyer, I. (2003). Prejudice, Social Stress, and Mental Health in Lesbian, Gay, and Bisexual Populations: Conceptual Issues and Research Evidence. Psychol Bull., 129(5), 674-697. 12. Campaña por los Derechos Humanos. (2015). Atendiendo la violencia contra personas transgénero [Addressing anti-transgen der violence]. Recuperado de: http://www.hrc.org/resources/addressing-antitransgender-violence-exploring-realities-challenges-and-sol Edición de junio 2016
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Integrantes conmemoran el Mes de la Mujer con una Marcha Violeta en Mayagüez Por María Pérez En conmemoración del Día Internacional de la Mujer en marzo, la Asociación Colegiales en Apoyo a Siempre Vivas, del Recinto Universitario de Mayagüez, celebró su segunda Marcha Violeta con el fin de concienciar sobre la violencia por razón de género, fomentar la equidad promoviendo la tolerancia y el respeto a la diversidad, y como parte de los esfuerzos por visibilizar el Proyecto y sus servicios.
no se ha dignado a esclarecer”, declaró durante los actos María A. Pérez, una de las representantes del Proyecto Siempre Vivas.
Las escaleras de la Casa Alcaldía se convirtieron en el escenario en el que los y las estudiantes del grupo TeatRUM prepararon un performance que hábilmente representó algunas de las dinámicas que se dan dentro del ciclo de la violencia. Además, fue allí donde representantes de diversas entidades mayagüezanas como Siempre Vivas es una iniciativa universitaria que se la Universidad Carlos Albizu, el Club Exchange y la Alcaldía, dedica a ayudar a sobrevivientes de violencia por además de Olga Hernández de Patiño, rectora de la Universidad razón de género, y provee servicios psicológicos Católica de Mayagüez; John Fernández Van Cleve, rector del individuales para las participantes y sus hijos e hijas, Recinto Universitario de Mayagüez; y Luisa Rosario Seijo grupos de apoyo en diferentes municipios de la Maldonado, directora del Proyecto Siempre Vivas, se manifestaron región oeste de Puerto Rico, así como también talleres en contra de la violencia y reafirmaron un férreo compromiso educativos y asesoría legal. El Proyecto forma parte por erradicarla. Finalmente, sobrevivientes de violencia y de las integrantes de Coordinadora Paz para la Mujer. participantes del Proyecto tomaron el micrófono y compartieron sus experiencias de resistencia y lucha contra la violencia. Este año el lema de la marcha fue “Que nada ni nadie silencie tu voz”, ya que que para combatir la violencia hay que romper El año pasado la Marcha Violeta se llevó a cabo dentro del el silencio. No solo el silencio de quienes día a día sobreviven Recinto de Mayagüez, y posteriormente el Proyecto Siempre la violencia, sino el de toda la comunidad que muchas veces es Vivas atendió alrededor de 20 situaciones de violencia referentes a testigo de la violencia y hasta la condona. Es por esto que Siempre personas de la comunidad universitaria. Vivas decidió llevar la Marcha Violeta al pueblo y culminar en los predios de la Plaza Colón en Mayagüez. “A pesar de que es una triste y alarmante cifra, entendemos que la marcha logró visibilizar el A esta lucha se unieron la Universidad Católica de Mayagüez, la Proyecto e informar a la comunidad universitaria Universidad Carlos Albizu de Mayagüez y un grupo de alrededor sobre la accesibilidad de los servicios. Este año estamos de 150 estudiantes, personal administrativo, sobrevivientes y preparadxs para continuar la batalla y la lucha por los derechos miembros de la comunidad. El compromiso de este grupo de de las mujeres y de todas las personas que sufren la violencia personas fue tal que bajo el arduo sol de las 11:00 de la mañana, machista”, concluyó Pérez. recorrieron la extensa ruta desde el Edificio Josefina Torres Torres en el Recinto Universitario de Mayagüez, hasta el corazón del pueblo entre la Catedral y la Alcaldía. “Estamos extenuadxs, sudadxs y acaloradxs, pero esto es nada comparado con lo que día a día tienen que enfrentar las y los sobrevivientes de violencia. Hoy marchamos por las diez mujeres y los seis hombres que perdieron la vida en 2015 en Puerto Rico por causa de la violencia; por las una de cada cuatro mujeres que a nivel mundial enfrentarán violencia alguna vez en su vida; por el 50% de nuestras estudiantes que son acosadas en el Recinto; por los 131 transexuales que han muerto en América Latina desde 2008 hasta 2014; y por nuestro compañero de clases José Iván Trinidad Cotto, quien perdió la vida en situaciones que la Policía
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Poema de la florecida gris
Por Gaddiel Francisco Ruiz Rivera “Piensan que descifrarme es descifrar un laberinto ya trazado” — A. E. C. No subestimes nada nunca, no sobrestimes nunca nada, ala trunca se repone a la escala gris de la magia blanca y negra. El árbol crece dobla’o buscando al sol se ha torcido y es que solo las astas estremecen la verticalidad, y es que solo las armas. No es justo, Ojouracán, cuando planchas a ciegas nuestras casas, cataclismo de cruz y ficción que arrasa la implacable deidad aireacondicionada de los hospitales y escritorios con corbata, el hormiguero leonino de los moles apedrea el sexo invertido en los probadores. Ojouracán, fálica madrastra de las islas, es una ley durmiendo, un cordero taciturno sobre mi ropa húmeda de nalgas. La vida es una esfera beligerante, pero tiene su magia, su cara herida de cansancio se restaura los ojos recortados multiplican la espectral fantasía de nosotros en trasplante crudo de palabras; la ciencia exacta del prejuicio tapa el sol y a poca luz veo mi cuerpo, arquea leve la espalda, y un cansancio de cifras empapela la ortodoxia del caballo vierte el mar en la parábola, le nacen hijos o hijas de paredes miles sin vitrinas, sin esquinas, sin doctrinas de chinas podridas a medias; es la furia que se sabe empoderada, es vorágine y calma, por la lengua bífida dista del lenguaje 100 km a par de salivazos luz y Ojouracán se despedaza. Agotadas las cifras, dragón despierto, las plumas curarán las esquinas perdidas, derrocarán la fachada binaria del mal tiempo con el arcoíris doble de la alianza: dos nalgas abiertas de Dios que tus garras tragan la semilla redimida en la gota del habla, la florecida universal del órgano diverso en la palabra.
Poesía (Leelah) Josh Alcorn 1997-2014 Por Raymond P. Meléndez-Miranda “perfect little straight Christian boy” ¡No! ¡Señorita Leelah Alcorn! Te hubiese abrazado, dado la mitad de mi alimento y la mitad de mi cubierta, si tan solo te hubiese conocido antes… Me sacudió tu carta. No te hubiese dejado maltratar. Hoy no puedo desvestir este sentido de impotencia. Tu suicidio fue un asesinato cruel a manos de la sociedad. Acecho que tu nombre retumbe en innúmeros oídos. Fue un asesinato bautizado por la mano de dios, de la idea incoherente de “él”. “My death needs to mean something” ¡Tu muerte significa mucho para mí! Cuando me enteré de tus razones, me atreví a pintarme mi primera uña rosada. No más dolencias para ti, niñahermosa. Te aseguro que dejas la comunidad trans en buenas manos. ¡Señorita Leelah Alcorn, por siempre!
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Necesida
de las persona
DISFORIO
Por Valentina Marealta esto no tiene el tambor para ser una canción protesta no tiene el aire para ser un grito no tiene fuerza para ser golpe no tiene pies ¿con qué se come esta ausencia? esto no tiene el cinturón abultado para ser una erección ni la firmeza para ser alguna tetilla ni grande para ser espalda no tiene… se mastica y se escupe se come incompleto este secreto no tiene voz para protestar ni los ojos para ser rostro no tiene A para ser mío no tiene cabeza ¿y el género que de momento tienen las letras? esto es con O ni el éste ni la ésta de la gente esto no tiene la conformidad en la divinidad para ser humano esto no tiene e para ser nene Esto no es nena aunque sea disforia con a aunque sea transfobia con a nombre asignado por mamá con a enfermedad mentala con a acta de nacimienta con a la nena de papá con a cuarto rosita con a cuerpa con a «buenos días, princesa» «¿puedo ayudarla, dama?» «papito, una fotito con eso bien parao, plis» «¿y eso qué coño es?» «chica, discúlpame, éste no es tu baño» «ay, mi amor, si fueras hombre seríamos tan felices» suspiro, sonrío sin ganas y me digo: parece hay vacíos con los que tendrás que vivir.
Por Eunice Avilés La comunidad transgénero y transexual que presenta con variabilidad de género, históricamente ha sido invisible. En vista de la invisibilidad y el discrimen que sufre esta comunidad, llevé a cabo el estudio “Necesidades, obstáculos y plan de acción para satisfacer las necesidades de la comunidad transgénero y con variabilidad de género en Puerto Rico”. Necesidades De este se desprende que dicha comunidad carece de servicios médicos necesarios para atender sus necesidades específicas. Para algunas de estas personas, las necesidades pueden incluir acceso a hormonas que faciliten el desarrollar características sexuales secundarias de acuerdo con el género que se identifiquen. Lxs participantes del estudio también indicaron que carecen de servicios psicológicos provistos por especialistas que entiendan sus necesidades. Un dato que preocupa es que se reportó que algunos profesionales del campo de la medicina son crueles con esta comunidad. Esta crueldad también fue reportada por parte de la Policía. La comunidad transgénero, transexual y que presenta variabilidad de género, en particular quienes que hacen trabajo sexual, han sido abusadas por la Policía. No fue hasta finales del año 2015 que finalmente se completó un protocolo que define cómo deben ser las intervenciones de dicha agencia con esta comunidad. Ahora falta ver cómo se implementará. En términos de protocolos, se indicó que estos no existen para regular las intervenciones de agencias de Gobierno, como el Departamento de la Familia. Un avance que se ha visto empañado por la falta de protocolos para su implementación, ha sido la ley que permite el cambio de marcador de género en la licencia de conducir. Vemos que a pesar de las leyes, estas personas siguen necesitando que se les respete en los espacios laborales, públicos y comunitarios. Estos humanos necesitan acceso a vivienda segura y acceso a albergues seguros, en caso de que sean víctimas de violencia. Todo esto refleja cómo hasta los derechos más básicos de estos humanos son violados constantemente. Obstáculos La cultura fue uno de los primeros elementos identificados. Otros incluyen el discrimen, la falta de conocimiento sobre lo que está sucediendo con esta comunidad, la falta de estadísticas, la crueldad y falta de interés sobre esta comunidad por parte de los profesionales de la salud y la falta de educación sobre cómo satisfacer sus necesidades, entre otros. Mi experiencia al trabajar con la comunidad LGBTTQ en
ades y obstáculos
as transgénero en Puerto Rico general, y en particular con la comunidad transgénero, transexual y que presenta con variabilidad de género, me ha permitido ver el dolor emocional que sufren estos humanos. Los he visto llorar, los he escuchado narrar cómo se sienten asustados/as de reconocer públicamente quiénes son en realidad, por miedo al rechazo y al abuso que los/as podría llevar a la muerte. Aunque no en carne propia, he podido de alguna manera experimentar el vacío que sienten estos seres humanos cuando no son reconocidos/as por quienes son; cuando son considerados/as y tratados/as como ciudadanos/as de segunda clase, como si no tuviesen derechos. Entiendo que la falta de tolerancia y la falta de reconocimiento de sus derechos como seres humanos provienen de la falta de educación y entendimiento de quiénes son. Provienen de la falta de empatía; de la dificultad que tenemos de ponernos en el lugar del otro. Cuántas veces las personas que no son transgénero se preguntan: ¿Cómo se sentiría si yo no pudiera reconocer partes de mi cuerpo como si fueran mías? ¿Cómo se siente el saber que nací con una vagina, pero mi cerebro me dice que debo tener un pene? ¿Cómo se siente ese humano que, por ejemplo, teme ser honesto/a sobre su identidad de género por miedo a perder la custodia de sus hijos/as o por miedo a ser agredido físicamente por aquellos que cometen crímenes de odio? ¿Cómo se siente una niña transgénero que nació biológicamente varón y no puede decir a sus padres cuál es su identidad de género, por miedo a ser discriminada o hasta por miedo a perder a sus padres? En la educación sobre lo que es la identidad de género, la diversidad es la clave. Esta educación debe incluir datos como que ser transgénero, transexual o no encajar en el binario de hombre y mujer, es parte de la diversidad humana. Además, que no es una condición de salud mental, sino más bien es un asunto que en algunos casos —no en todos— puede trabajarse con éxito por medio de tratamiento médico que aún no está accesible para todos y todas en nuestra isla. Se trata de los tratamientos para la disforia de género.
y hacia la comunidad LGB. Sabemos que algunas organizaciones, como la Coordinadora Paz para la Mujer, trabajan para satisfacer las necesidades de esta comunidad. En este momento se está dando forma al Trans Task Force, el cual permitirá que organizaciones e individuos trabajen como una sola fuerza para satisfacer las necesidades de dicha comunidad. Además, se está trabajando con protocolos para los albergues de violencia doméstica y para definir la ubicación de aquellas personas de esta comunidad que sean encarcelados o encarceladas. Nos estamos moviendo, a paso lento, pero firme. ¿Qué podemos hacer? Esto es simple. Primero podemos empezar por reconocer la existencia de esta comunidad y reconocer que son seres humanos. Segundo, podemos ser partícipes de las iniciativas de educación y defensa de los derechos de esta comunidad. Podemos unir nuestros esfuerzos a organizaciones como Amnistía Internacional Puerto Rico y Coordinadora Paz para la Mujer, las cuales se encargan de hacer valer los derechos de todos y todas. Tercero, si sentimos que no es nuestra misión defender a esta comunidad, al menos seamos conscientes de no violentar los derechos que les pertenecen por el simple hecho de ser humanos. Nota: Artículo tomado de la presentación durante el informe anual de Amnistía Internacional de la situación de los derechos humanos en el mundo 2015/16.
¿Hacia dónde nos dirigimos? Definitivamente los cambios legales que se dieron en 2015, como por ejemplo la ley que permite el matrimonio entre personas del mismo sexo, la ley que permite el cambio en el marcador de género en la licencia de conducir y la carta circular del Departamento de Educación, en la que se indica que no se impondrá el uso de una pieza particular de ropa a aquel o aquella estudiante que no se sienta cómodo o cómoda con ella debido a su identidad de género, son un reflejo de cómo nos movemos hacia un mundo donde puede existir más aceptación hacia la comunidad transgénero, transexual y que presenta con variabilidad de género, Edición de junio 2016
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”
Ya soy yo
“
Por Adriana R. Alonso Calderón
Fue en abril que nos reencontramos después de muchos años. Desconocía la historia de violencia que nos compartió para esta edición de la revista Voz de Voces. Por fortuna, sobrevivió y ahora está comprometida con la tarea de concienciar sobre la importancia de la educación hacia la equidad y el respeto de la diversidad.
S: En la universidad la vida es otra. El que no es tan maduro, tiene que madurar. Tiene que hacer “buche” porque si no, queda como ignorante. Nunca tuve problemas. Cuando hacía los trámites en la universidad, dejaba claro que yo era una mujer trans. Esa misma estrategia que desarrollé me daba poder, porque dejaba clara mi identidad desde el principio.
Tuve el privilegio de entrevistar a Suhey Calderón Tirado, de 33 años, activista de los derechos de las mujeres trans en Puerto Rico, quien por causalidad resulta ser mi prima. Este, además de ser el relato de una sobreviviente, significa para mí profundizar en los lazos familiares que nos humanizan.
A: ¿Cómo ha sido tu experiencia laboral? S: Cuando comencé en el mundo laboral, ya se estaban empezando a escuchar los conceptos de identidad, así que cuando me llamaban para entrevistas de trabajo, las personas sabían que yo era trans. En mi resumé el encabezado dice Suhey Calderón y, entre paréntesis, mi nombre legal. Sin embargo, tuve percances en una cadena de tiendas grande. Cuando tomé la capacitación para comenzar el empleo, me dejaron claro que en la identificación del uniforme debía usar mi nombre legal o un apodo que no fuera ofensivo. Yo puse Suhey. La persona de Recursos Humanos me señaló que debía utilizar el nombre legal o que escribiera solo la letra “S”, y le dije que no. Al final gané ese caso entre nosotros y luego no tuve más problemas. Sin embargo, recuerdo que había una persona que tenía situaciones con la administración porque decían que su proceso de cambio de sexo no estaba tan adelantado como el mío y que, por lo tanto, debía utilizar el baño de caballeros.
A: ¿Quién es Suhey? S: Me identifico como mujer trans desde que tengo uso de razón. Me siento así desde siempre y esa realidad chocaba con las creencias religiosas de mi familia. Ser transexual era algo imposible y algo malo para ellos; lo más malo. Tenía que actuar de la forma en que ellos querían para que no me “dieran fuete”. Puedo decir que haber sido asignada varón al nacer afectó mi niñez, debido a la desinformación que existía en ese momento (1983). Cuando pude ser quien yo soy realmente, esa carga se alivió. Ya soy yo. Identificándome como mujer trans, he podido aportar y ayudar a otras personas que pasan o han vivido la misma situación. Para mí, ser mujer trans es un proceso que es para toda la vida. Estaré constantemente educándome y educando a otras hasta el fin de mis días. A: ¿Cómo fue tu niñez y tu crianza? S: Me crié con mis abuelos y, en su ignorancia, eran rudos conmigo. Trataba de actuar, ocultar mi identidad y hacía cosas como llorar encerrada en el baño. En mi casa no podía insultar a nadie, porque no quería faltarles el respeto, pero en la escuela elemental y en la intermedia me salía el “mostro” cuando los otros niños se burlaban por mi personalidad. En la escuela superior había aceptación y, además, tenía familia que trabajaba en la escuela, como mi tía quien era la trabajadora social. No puedo decir que esa escuela fue mala. Todo el mundo me encajonaba en el grupo “gay”, pero a mí no me lo decían de frente. En aquella época no había conceptos de identidad de género. Pudiera decir que había otros compañeros de quienes sí se burlaban. Yo pensaba que estaba bendecida porque de mí no (se burlaban). Los estudiantes líderes en la escuela habían estudiado conmigo, y como también siempre he sido líder, todo el mundo me seguía. A: ¿Cómo fue el proceso de adaptación en la universidad?
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A veces se piensa que la profesión para una transexual es solo una: el trabajo sexual. Pero hay miles. Nosotras mismas nos limitamos, porque pensamos que es lo único que podemos hacer, o muchas veces nos limitan. Por otro lado, he visto agencias que trabajan para la comunidad LGBTQ, que ven a la trans como un problema con sus situaciones y limitaciones. Ese no ha sido mi caso, pero he trabajado para otras agencias en las que he podido identificar actitudes que dicen que sí son pro trans, pero en realidad no lo son. A: ¿Cómo vives como mujer trans en una sociedad transfóbica? S: Tengo mucho carácter, lo que me ha librado de muchas cosas negativas en la calle. Ese carácter es parte de lo que soy. He ido creando un sistema de defensa, según mis experiencias y las de otras mujeres como yo. No es que soy agresiva, sino que con el carácter que tengo me impongo y me paro ante quien sea para darme a respetar. No siempre he usado las mismas técnicas de defensa. Antes lo manejaba de otra manera más violenta, pero he madurado.
Entrevista a Suhey Calderón Tirado, activista trans A: ¿Qué te gustaría contar sobre tu historia como sobreviviente de violencia? S: Saqué lo positivo. Es una lección que me ha ayudado muchísimo. La situación ocurrió hace cinco años. Conocía un chico que sabía que yo soy trans. Corté comunicación con él por un tiempo, pero cuando me dejé de mi pareja de aquel entonces, por casualidad me encontré con el chico e intercambiamos teléfonos. Se convirtió en mi paño de lágrimas. Fui notando interés y atracción hacia mí, pero no podía responderle a ese sentimiento. Yo no quería saber de ningún tipo de relaciones. De tanto que me negué a estar con él, pienso a veces que él planificó una violación. Un día me citó para darle pon a casa de su hermana y yo le hice el favor. Cuando llegamos a donde me dijo que lo llevara, me dijo que me quitara la ropa y yo le dije que no. Lo empujé bien fuerte en el carro, pero siguió intentando. Cuando me volteé para bajarme, me apuñaló. Me agredió y me defendí hasta que no pude más, por la pérdida de sangre y por las heridas en el cuello, la espalda, los brazos, los tendones... Mi oreja terminó picada y mi nariz guindando. Me desplomé. En mi carro había una macana y con eso me dio cantazos en la cabeza. Quedé casi muerta en ese lugar. Estuve esperando morirme, pero una señora me escuchó gritando. Es cuando me recogieron las ambulancias... y en todo momento decían “la muchacha”. Dentro de la gravedad, les digo que soy transexual. Entonces la investigación cambió. Primero investigaban delitos sexuales, pero luego tomó otro giro la investigación. Comenzó el pleito en los tribunales. Tengo que decir que, en mi caso, llegó un momento en que el fiscal objetó para decirle al juez que me preguntara como quería que me trataran. Yo dije: “Como una dama”. La defensa me quiso tratar como hombre de la peor manera; su intención era clara. El juez y el fiscal tuvieron que aclarar en varias ocasiones que yo era mujer, y al final el abogado de defensa no pudo tratarme como hombre. Defensa usó el argumento de que antes del encuentro, yo no le había dicho al atacante que yo era trans, y que era yo quien lo había querido violar. No quise que mi caso fuera público, pero hubo periódicos que lo reseñaron. Publicaron varias versiones de la historia; entre ellas que yo no le había dicho a mi atacante que yo era trans, o que yo era una prostituta y que el hombre se dio cuenta que era trans y, entonces, me lo busqué. Se dejaron llevar también de que el área donde ocurrieron los hechos fue en Santurce. Yo, que había sido víctima, terminé siendo victimaria. Fue bien triste en aquel momento. Estaba vulnerable, sensible.
Tristemente viví la transfobia, y fue indirecta, pero afectó igual que si fuera directa. La persona fue presa porque yo fui muy clara durante el juicio. Le dieron solo dos años y solo dos de probatoria. No se le pudo poner el agravante de crimen de odio. Cuando salió de la cárcel, al mes lo encontraron muerto. En esa misma época habían pasado varios crímenes contra personas de la comunidad trans en Puerto Rico y el mío era otro más. De todos esos crímenes, la única que puede dar testimonio viva, soy yo. La única que ha sobrevivido soy yo. La parte positiva está. He utilizado mi testimonio en diferentes espacios para empoderar. Se ha llevado en reuniones con la procuradora de las Mujeres, con el secretario de Justicia y con el superintendente de la Policía. Ese suceso fue fuerte, pero sufro más la parte de mi familia. No saben los detalles del caso ni saben que al individuo le dieron solo dos años. No quería que se preocuparan más. A: ¿Qué entiendes puede ayudar a que en Puerto Rico se elimine el discrimen y la transfobia? S: Educación, en todo el sentido de la palabra. Yo siempre he dicho que de ahí parte todo. Lo que yo he logrado, entre muchas cosas, ha sido porque me he educado. La universidad no solo debe enseñar inglés y matemáticas, sino también acerca de las leyes que se pueden utilizar, para uno o para otras personas. Se han dado buenos pasos, pero falta mucho más por hacer. Hago lo más que puedo, hasta donde puedo. Respeto y admiro a mis compañeras y amigas que han logrado cosas a través de la prensa. En mi caso, puedo hacerlo más personal, no tan público. Hacen falta más activistas públicas. A la que le gusta, que lo haga y yo apoyo; y a quien no le guste, pues que no lo haga. A mí no me gustan las cámaras. A: ¿Qué quieres hacer a partir de este momento en tu vida? S: No ha sido fácil, pero miro atrás y digo: “lo logré”, y me siento satisfecha. Quiero retomar mis estudios. Hasta el momento, lo que he ido considerando es ser abogada. En lo físico hay otras cosas que voy a hacer. Pienso seguir siendo activista de la comunidad, ser educadora y dejar saber cómo somos realmente las mujeres trans. Tenemos talento, capacidades, etc. Actualmente tengo pareja, y se identifica como un chico heterosexual. En este momento no es prioridad casarme ni ser mamá, pero no lo descarto. Si la vida me da la oportunidad, no diría que no, pero no está en mis planes. Edición de junio 2016
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Acceso a educación gratuita para mujeres migrantes cuidadoras de niños y ancianos Por Carmen J. González Candelario, Ph.D.
“La educación es un acto creador que estimula la reflexión y la acción de los seres humanos sobre su realidad, buscando un futuro más esperanzador, justo y humano”. — Freire (2005) En Puerto Rico contamos con un sector de la población que tiene la encomiable tarea de cuidar a nuestros niños y ancianos dentro de muchos hogares puertorriqueños. Esta población a la cual se le delega ejercer dichas faenas, está compuesta en su mayoría por mujeres migrantes dominicanas de escasos recursos económicos. Cada día estas mujeres tienen la responsabilidad de preparar alimentos, bañar, asistir a ancianos y niños en el hogar, y acompañarlos a citas médicas, por mencionar algunas. Aunque los centros de cuido para ancianos y niños sirven como alternativas viables para satisfacer estas necesidades, ciertamente el cuidado individualizado sigue siendo muy cotizado dentro de la esfera profesional; esto como resultado de las demandas que representa la economía formal del trabajo. Frente al llamado de una sociedad en espera del cuidado tanto de niños como de ancianos, nos encontramos ante el reto de saber si las personas que ejercen estos oficios están o no cualificadas para llevarlos a cabo. Para dar respuesta a esta interrogante observamos que en un estudio realizado por González (2014), el 70% de las mujeres entrevistadas alcanzaron grados entre escuela superior y maestría, pero estas en su mayoría no trabajaban en lo que estudiaron, por lo que se encontró que hay falta de reconocimiento de sus credenciales como extranjeras. Un factor importante que contribuye a este problema en cuanto a los empleos para inmigrantes, es precisamente la falta de reconocimiento o “legalidad” de sus credenciales como extranjeros. Esta incluye la falta de continuidad o validación en el país receptor de la educación extranjera y las experiencias o destrezas laborales de los inmigrantes (Reitz, 2005). Lo cierto es que ante la exclusión y la descontinuación de destrezas por parte del país receptor, este grupo de mujeres se ve en la necesidad de recurrir al cuido de ancianos y niños, y dejar
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a un lado su educación formal. En ese sentido, se ha encontrado que la mayoría de las migrantes comparten la experiencia de descualificación; es decir, que pierden su capacitación profesional y encuentran en la venta de servicios domésticos en el mercado global uno potencial, ya que ayuda a las mujeres a contribuir sustancialmente a la economía familiar como a la del país de origen (Nyberg, 2005). Abrir espacios de educación gratuitos en áreas tan importantes como el cuido de niños y ancianos, servirá para apoderar a estas mujeres trabajadoras en sus lugares de trabajo, sin temor a ser despedidas por negligencia o desconocimiento. La educación no debe ser un privilegio de unos pocos, sino que debe hacerse disponible y accesible para todos los integrantes de la sociedad. Solo a través de la educación podremos alcanzar niveles más altos de libertad personal y colectiva, lo que a su vez servirá como una herramienta esencial para lograr un desarrollo socioeconómico integral, armónico y sostenible, en beneficio de toda la humanidad (Miller & Mullins, 2002). De esta forma, también lograremos un mundo más justo y con mejor calidad de vida en el cual todos sus integrantes, incluyendo las minorías, gocen del éxito personal y la autorrealización como elemento sustantivo para construir una mejor sociedad.
Referencias
1. González, C. J. (2014). Subjetividades de las empleadas domésticas en el campo laboral. (Disertación doctoral). Universidad de Puerto Rico, Río Piedras. 2. Nyberg, N. (2005). Migración, género y desarrollo: El caso dominicano. Centro de Investigación para la Paz, 163-182. 3. Miller, C. E., & Mullins, B. K. (sept. - oct. 2002). Lifelong learning to reduce domestic violence. International Journal of Lifelong Education, 21(3), 474-484. Consultado el 15 de agosto de 2005, en EBSCOhost, Academic Search Premier Database. 4. Reitz, J. W. (2005). Tapping Immigrants’ Skills: New Directions for Canadian Immigration Policy in the Knowledge Economy. Choices, 11 (1), 1-18.
MATERIALES EDUCATIVOS DISPONIBLES 1. Escriba un correo electrónico a info@pazparalamujer.org 2. En el contenido, incluya su Nombre, Posición, Organización, Propósito, teléfono y materiales que solicita 3. Una vez recibamos el correo, se le contactará para coordinar el recogido de los materiales.
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Integrantes Coordinadora Paz para la Mujer, Inc. Albergues • CASA DE LA BONDAD 787-852-2087 casabondad@hotmail.com • CASA PROTEGIDA LUISA CAPETILLO (787) 880-6944 (cuadro del municipio) • CASA PROTEGIDA JULIA DE BURGOS 787-723-3500 casa.julia@hotmail.com • CAPROMUNI I 787-880-2272 capromayaguez@yahoo.com • CAPROMUNI II 787-831-2272 ipvipr@yahoo.com • HOGAR NUEVA MUJER SANTA MARÍA DE LA MERCED 787-263-6473 hogarnm@gmail.com • HOGAR RUTH, INC. 787-883-1805 hogarruth@hotmail.com • LA CASA DE TODOS 787-734-5511 lacasadetodosinc@gmail.com Centros de Servicio • AMATS 787-776-3750, 787-776-3840 jerryomar1@aol.com • CASA PENSAMIENTO MUJER DEL CENTRO, INC. 787-735-3200, 787-735-6698 casapensamientodemujer@gmail.com • CENTRO DE LA MUJER DOMINICANA 787-772-9251 centrodelamujerdominicana@gmail.com • CENTRO MUJER Y NUEVA FAMILIA 787- 857-4685 casonemujer@gmail.com • OFICINA DE PROMOCIÓN Y DESARROLLO HUMANO, OPDH
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