Revista de Arte y Cultura Atenea 1

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Revista de arte y cultura atenea DIRECTOR: Orestes A. Pérez ASESOR LEGAL: Doctor Mario del Pino ASESOR ECONÓMICO: Néstor Pous PORTADA: Diosa Atenea Acrílico de C. Villariño Diagramación y diseño: Editorial Publicaciones Entre Líneas Edición número 1 ISBN: 978-1512034509 Todos los derechos reservados. Dirección postal: P.O. Box. 453402 Miami. Florida. 33245 Email: clubatenea@att.net Tel: 786-247-7073 Una publicación de la escuela de escritores del Club Cultural de Miami “Atenea”.


Quiénes somos El Club Cultural de Miami “ Atenea” es una organización sin fines de lucro, fundada hace más de 17 años, creado con el fin de incrementar el desarrollo creador de las Artes y propender a la divulgación de la cultura hispana en nuestra comunidad, que se ha convertido en un mosaico de nacionalidades, cuyas raíces, costumbres, etc., y el uso diario de nuestro idioma castellano, nos unen en un solo haz, donde pretendemos, junto a otras organizaciones y fundaciones paralelas, rescatar el patrimonio cultural latinoamericano, deseando pasarle la antorcha de todas nuestras actividades a las futuras generaciones, para que históricamente nuestro nombre perdure a través del tiempo.

Actividades El

Club Cultural de Miami “Atenea” desarrolla durante todo el año infinidad de actividades culturales como: Creación de una Escuela de Escritores, Noches Poéticas, Cafés literarios, Talleres de creación literaria, Desayunos mensuales, Almuerzos de aniversarios, Peñas y tertulias de periodistas, escritores y poetas, Concursos internacionales de prosa y poesía, Exposiciones pictóricas colectivas o individuales, edición y presentación de libros y antologías, Coloquios culturales, Conferencias y ensayos sobre el arte, Encuentros internacionales de periodistas, escritores y poetas, Recitales navideños, Celebración del día del idioma y el de la poesía, Participación anual en la Feria Internacional del Libro, Colaboración entusiasta y decisiva con otras organizaciones similares.

En nuestro afán de propender al desarrollo literario y cultural de nuestra comunidad, el Club Cultural de Miami “Atenea”, llenos de entusiasmo, queremos comenzar este año con algunas metas como son:

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Próximas metas

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 Creación de una página WEB que nos identifique como organización cultural en el ámbito de Miami y utilizando la tecnología cibernética moderna para poder proyectarnos en el mundo entero.  Creación y participación en las redes sociales como: Facebook, Twitter, etc.  Creación de un Block o Revista Literaria virtual e impresa.  Lograr rentar un local propio donde podamos realizar todas nuestras actividades y ofrecerlas a cuantos deseen utilizarlo con los mismos fines.  Creación de mesas redondas y debates culturales. Con micrófono abierto para todos los participantes.  Pedir la ayuda a la prensa escrita radial y televisada de Miami para dar a conocer nuestros autores noveles locales y sus producciones artísticas o literarias.

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Atenea por Odalys Fernández Almagro ¡Allí estabas, aquí estás! Por Katty de Armas Amor eterno por Rosa Fuentes Amor que llegas tarde por Orestes A. Pérez Cuento no. 1 por Raquel Gallegos Demasiado tarde por Nancy Bauta Morales La despedida por Leonardo Suriel El lanudito por Leonardo Suriel Diógenes Laercio por Antonio González El amor por Nancy Gutiérrez El asesino de la calle 8 por Orestes A. Pérez Enloqueciendo por Paulino García Epílogo por Néstor Pous La blusa verde por Raquel Gallegos La cita por Rosa Fuentes La sorpresa por Raquel Gallegos Mariposa por Paulino García Mujer por Ana Agosto Vega Nada por Paulino García Para América Ana por Lázara Bello Maza Por siempre por José Satizabal Reflexiones por Lázara Bello Maza Te adoro eterno mar por Orestes A. Pérez La mano por Néstor Pous Yo, el alimento por Paulino García El Libro del mes Poeta invitado: Luis Ángel Casas

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En esta edición:

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Atenea Por: ODALYS FERNÁNDEZ ALMAGRO

En la mitología griega ATENEA o ATENA también conocida como PALAS ATENEA es

Mantenía un carácter dulce y creativo en el mundo de las Artes. De los pueblos conquistados obtuvo para el mismo el nombre de Ática. Aparece en casi todos los episodios de la mitología griega. Fue una de las deidades más representadas en el arte griego y su simbología ejerció profunda influencia sobre el propio pensamiento filosófico de aquella cultura, en especial en los conceptos relativos a la justicia, la sabiduría y la función social de la cultura y las artes, cuyos reflejos son perceptibles hasta nuestros días en todo el Occidente. Su imagen sufrió varias transformaciones a lo largo de los siglos, incorporando nuevos atributos, interactuando con nuevos conceptos e influenciando en otras figuras simbólicas, fue y es usada en varios regímenes políticos por la legitimación de sus principios, penetró incluso en la cultura popular, su intrigante personalidad ha sido de especial

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la diosa de la guerra, de las artes, de la literatura, de la poesía la sabiduría, de la justicia y habilidad, de la creación de eternas civilizaciones y otros mil atributos. Una de las principales divinidades del panteón griego y una de los doce dioses olímpicos. Recibió culto en toda la Grecia Antigua y en toda su área de influencia, desde las colonias griegas de Asia Menor, hasta las de la Península Ibérica y el norte de Arica. Su presencia ha sido atestiguada a través de los años en las proximidades de la India, influyendo en su adoración. Por eso su culto tomo muchos nombres y formas hasta el punto que fue sincretizada con otras divinidades en otras civilizaciones como da su nombre en la mitología romana que se le adoraba bajo el nombre de Minerva. La versión más tradicional de su mito la presenta como hija partenogenética de Zeus, nacida de su frente completamente armada después de que se tragase a su madre, Metis, manteniendo con ello una virginidad perpetua. Era imbatible en la guerra, ni el mismo Ares pudo derrotarla, sin embargo

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apoyo para los escritores, poetas, músicos, artistas plásticos, etc., ligados a los movimientos feministas así como movimientos anti feministas e incluso en algunas corrientes religiosas contemporáneas que volvieron a darle la verdadera adoración situándola como ejemplo a seguir. Algunos historiadores como Eusebio de Cesarea y el semilegendario historiador fenicio Sanoniaton la sitúan como hija de Cronos, un rey de Biblos dominante escritor que provenía de la isla de Ática dándole el nombre de Hera, hermana de Zeus en lugar de su hija. Otros la sitian en relaciones con Triton y Tritonis cosa que dio origen posteriormente a las diversas tradiciones sobre su lugar de nacimiento, de forma que dondequiera que hubiese un rio o una fuente con ese nombre, como Creta, Tesalia, Beocia, Arcadia y Egipto, los habitantes de tales regiones reclamaban que Atenea había nacido entre ellos. Parece que en aquellas regiones había un rio llamado Tritón por lo que fue llamada también Tritones o Tritogenia. Otros historiadores como Eritonio la colocan como hija de Itonio o de Anfitrion y hermana de Iodama, a la que mató y otra según la cual era hija de Hefesto. Hefesto intentó violar a Atenea pero esta lo evito. Su semen cayó al suelo y Erictonio nació de la Tierra. Atenea entonces crio al bebé como su madre adoptiva prometiéndose a sí misma no parir jamás.

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¡Allí estabas, aquí estás! Aquel invierno cruel en desesperanza que anidaba en mi corazón tanta nostalgia en la apertura de mi alma al resurgimiento. ¡Quería amar! y ¡Allí estabas! no eras cierto, tal vez real ni presente, ni pasado, tal vez futuro eras la voz del otro lado del auricular el Ángel listo para entrar en mi vida ya nos habíamos escogido antes de ti y antes de mí en el consciente mundo de las almas ¡Allí estabas! a tres mil millas reforzando con entereza tu promesa. ¡He llegado, para calmar tus desatinos! para cubrir con mi cuerpo tu adultez y liberar las nostalgias de los años crueles pernoctar en tu cama revivir tus sueños. ¡Allí estabas! en el oído interno de mi corazón recordándome causalmente tu llegada era el Príncipe Valiente de mi historia asumiendo el efecto infalible sin preguntas solo tu voz armoniosa fue suficiente mi tiempo de desandar desmoronaba mientras que tú te me acercabas como los padres que yo elegí

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Por: KATTY DE ARMAS

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la familia donde nací y los hijos que no tuve te hacías real solo por voz te dije: sí, aquí te espero vendrás al norte al ansiado encuentro probaremos que el destino no se equivocó en aquel abril, de una primavera nos vimos de frente apostando al amor no tuvimos dudas, estaba escrito el héroe de mi alma llegó a mi rincón en una cita a ciegas ya premeditada sin cuestionar llegamos sin cuestionar seguimos sin cuestionar creció. Al sur me llevaba mi lobo de mar el sol, la playa, las aves, ríos, pesca y libertad. Y tras el tiempo, los años y con los años la paz con la paz, los fundamentos en fundamento, el amor la vida, nuestra familia, la unión en este tiempo presente donde realizado está el conjuro de las almas destinadas al andar no puedo más que decirte: ¡Allí estabas, aquí estás!

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Amor eterno Por: ROSA FUENTES Si al retroceder el tiempo mi juventud regresara al encontrarme contigo estoy segura, te amara. Yo te volvería a amar con la inocencia de entonces te amaría con la fuerza del que solo, una vez ama.

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Y si al pasar a otra vida allí, a ti te encontrara estoy segura, mi amor que allí también, yo te amara.

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Amor que llegas tarde Por: ORESTES A. PÉREZ Amor que llegas tarde con las rosas de otoño me brindas claro cielo y un nuevo amanecer pero soy árbol seco que no ofrece retoño con ramas casi truncas sin poder florecer. Mi cardio yace mustio, mi alma esta marchita mi cuerpo ya no vibra como lo hiciera ayer ni conservo el embrujo de la primera cita soy esas viejas barcas que al mar no han de volver. Soy castillo ruinoso de rotas atalayas hogueras de cenizas que no saben arder las olas moribundas en las desiertas playas o la calma silente de un triste atardecer.

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Amor que brota ahora cual nueva primavera envuelto en el ropaje de una bella mujer te esperé largo tiempo, se hizo inútil la espera amor que llegas tarde, ya no puedes crecer.

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Cuento no. 1 Por: RAQUEL GALLEGOS

Me

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había bajado del autobús, empecé a caminar cuando me doy cuenta que me había bajado en otra parada y frente a mi había una librería, entro y empiezo a mirar en los estantes de los libros de cocina. Se me acerca un joven y me dice: —¿De qué país quiere el libro de cocina? Para quitármelo de encima le contesto: —De los Incas —y cuál fue mi sorpresa cuando me responde: —¿A nombre de quien quiere la dedicatoria? “COMIDA NATURAL Y SALUDABLE DE LOS INCAS” —Yo soy el autor.

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Demasiado tarde Por: NANCY BAUTA MORALES

¡Qué honor! fui elegido para describirte, sin lugar a dudas, yo era el indicado. Solo tenía

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dos horas para lograr que mi punto de vista sobre ti, fuera lo más acertado y realmente posible, para lo cual debía agrupar con desenfado tus muchas cualidades y todas tus cosas positivas, las que no dejaban espacio para más. Llegué a la hora justa y en el preciso momento ya todos me esperaban... También tú, una vez más me lucí con mi facilidad en la escritura, destacando sin exagerar por primera y última vez, todas tus virtudes, tus muchos y grandes logros, el gran talento del cual Dios te había dotado, tu firme y sincera palabra, tu inigualable bondad, tu tierno y enorme corazón. De pronto una gran frustración se apodero de mí, un escalofrío me hizo detener la lectura. Miré a mi alrededor que todos estaban absortos y cómplices de mis palabras y tenían puesta en mi toda su atención y aun mayor sentí mi frustración, la frustración de saber que había perdido para siempre mi gran oportunidad de que escucharas lo antes dicho, además lo que con seguridad nadie como yo sabía, las tantas cosas que muchos ignoraban y solo yo conocía, las muy buenas y grandes obras que te vi lograr sin escatimar en esfuerzo; tanto y tanto más, perdí que me escucharas. Logré que mis manos alcanzaran a sofocar el sollozo que escaparía convertido en grito, di la espalda a tu ataúd y me alejé dejando la despedida de tu duelo trunco y hastiado de tanta soberana mentira.

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La despedida Por: LEONARDO SURIEL

Un toque a la puerta sacó a Josefina y a Mariano de la siesta vespertina. Era el detective Ramírez de la policía de Miami. —¿Qué se le ofrece?—preguntó Don Mariano. Seguidamente el detective le mostró fotografías de un carro Mercedes Benz blanco. —¿Lo reconoce? —Sí. Es de mi hijo. —¿Saben ustedes si él ha prestado el vehículo o alguna otra cosa? —No. Él Salió esta mañana en él. —Bien, lo que tengo que decirles es que la persona que estaba en el vehículo está muerta. —¡No, mi hijo no! —exclamó Josefina. Mariano guardaba silencio a pesar de la conmoción. —El cadáver está en la morgue del Hospital Central, si quieren reconocerlo.

—Sí, es mi hijo. Después de los trámites burocráticos los padres se llevaron el cadáver a la República Dominicana para darle cristiana sepultura.

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Josefina y Mariano se personaron a la morgue para identificar el cadáver. Por las condiciones en que quedó los peritos no recomendaron que lo vieran. Josefina insistió en verlo, y lo vio.

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Y el 21 de enero, día de Nuestra Señora de la Altagracia, patrona del pueblo dominicano, a las cuatro de la tarde, depositaron el féretro en su última morada. Mariano tomó un puñado de tierra y lo lanzó al sarcófago, cayendo de bruces en la fosa. .

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El lanudito Por: LEONARDO SURIEL

La danza había comenzado en las alturas. Buitres negros y auras conformaban la bandada.

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El lanudito, pequeño can blanquecino, hacían cinco días que no se le veía pulular por los callejones y portales de la vecindad. En la medida que bajaban, los círculos concéntricos se estrechaban en espiral invertida. El objetivo estaba en la maleza del callejón citadino. Después del festín, la silueta del lanudito se dibujó en el firmamento.

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Diógenes Laercio Por: ANTONIO GONZÁLEZ

Diógenes Laercio nace en Sinope, en el año 412 a.c., perteneció a la Escuela de Filósofos Cínicos y muere suicidándose dejando de respirar por voluntad propia. Se dice que nada escribió. Lo que se conoce de él lo escribieron sus discípulos. Era hijo de un banquero y posiblemente tuvo acceso a una buena educación en su tiempo. El rey hizo llamar al banquero y le pidió que le hiciera una nueva moneda con su efigie, el padre encomendó a su hijo el encargo de fabricar la nueva moneda. Una vez hecha, la llevaron al rey, pero sucedió que más tarde se descubrió que la moneda pesaba un poco menos que lo pactado y por lo que el rey había pagado. El rey se sintió engañado. Fue apresado y murió en la cárcel y el hijo pudo huir y aparecer más tarde en Atenas, capital de Grecia. Allí vivió como indigente. Dormía en un tubo y no tenía posesión alguna. Comía de lo que le daban sus amigos y fue el más crítico del mundo que le rodeaba. Se dice que Alejandro Magno, una vez le preguntó: —¿Qué puedo hacer por ti? —y le respondió: —Apártate, que me quitas el Sol. En otra ocasión el mismo Alejandro le dijo:

En una guerra entre macedonios y griegos fue hecho prisionero y Filipo, padre de Alejandro le pregunto: —¿No me temes? —a lo que Diógenes le preguntó:

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—De no haber sido Alejandro me hubiera gustado ser Diógenes.

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—¿Eres bueno o eres malo? —y Filipo le respondió: —Soy bueno —y la respuesta fue: —¿Qué puedo yo temer de los buenos? —eso le valió que lo dejaran en libertad. Proclamaba que los dioses habían otorgado a los hombres una vida fácil pero estos lo habían olvidado en busca de exquisiteces, afeites, etc. Por eso, a un soldado que estaba siendo calzado por su criado, le dijo: —No serás enteramente feliz hasta que tu criado te suene las narices, lo que ocurrirá cuando hayas olvidado el uso de tus manos. Sin embargo, este mismo hombre que caminaba por las calles de Atenea con una lámpara en la mano y la gente curiosa le preguntaba: —¿Qué buscas con esa lámpara? a lo que él contestaba:

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—Busco a un hombre honrado porque ni el mismo Diógenes lo era.

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El amor Por: NANCY GUTIÉRREZ

El Amor se perdió un día por el callejón. Lo asustaron los perros que ladraban sin cesar.

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Un gato pasó raudo por su lado y el Amor sintió miedo. Una luz cegadora lo enfrentó una y otra vez, mas el Amor se asustó. Logró pasar por un jardín y vio tantas flores y tantos colores, y un perfume dulce y persistente lo acompañaba. Sintió unas voces. Eran las de un joven y una joven que iban de paseo tomados de la mano. De vez en cuando se daban un beso rápido, como ocultando que se amaban. El Amor se sintió feliz, pues había llegado al lugar perfecto. Dos corazones que solo querían amarse, y saltando la verja se fue con ellos y desde aquel día el Amor se sintió feliz.

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El asesino de la calle 8 Por: ORESTES A. PÉREZ

Sonó el celular y con una voz parecida a la usada por los robots preguntó: ─¿Doctor Samuel Bernal Brenes? ─El mismo, dígame. ─Soy el asesino de la calle ocho y deseo confesar todos mis crímenes. Usted será el prominente abogado de la comunidad judía que defenderá mi caso. Debe de hacer exactamente lo que le digo y no le pesara. Hay dinero, mucho dinero para usted si me ayuda en este caso. Mañana, al atardecer deberá presentarse en el Parque de los Cerezos, en Coral Gables, junto a la basílica Saint Joseph ¿Sabe dónde está? ─Sí, si le conozco ─respondió el letrado sentado tranquilamente frente a su buró de trabajo en la elegante oficina legal de Miami Beach. ─Siga mis instrucciones al pie de la letra o puede que le cueste la vida, total, un crimen más para mí no tiene importancia.

─Deberá llevar en sus manos un ejemplar de El Nuevo Herald en español, sentarse en el banco lateral derecho que está frente a la fuente monumental de las cuatro sílfides, bajo uno de los árboles frondosos, florecidos en esta época del año, lo abrirá en la página cuatro y leerá el artículo sobre mi caso, firmado por una tal periodista llamada Elena Santisteban de la redacción del diario, cosa que es falsa pues fue redactado por el departamento de prensa de la policía de Miami para calmar un poco a la población ante la ineficiencia por encontrar mi paradero y apresarme. Espere por mi llegada. No cometa la tontería de venir armado ni llamar a la policía. Pues puede costarle caro su imprudencia.

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Repitió la voz enigmática.

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Eran las cinco de la tarde del día 25 de septiembre del 2010, cuando Samuel Bernal Brenes siguiendo las instrucciones de su presunto cliente, se acercó al Parque de los Cerezos, cumpliendo estrictamente las instrucciones del presunto asesino. Pero antes había consultado con el Comandante Jaime Labrador, Jefe de la policía del Condado Dade, y su amigo personal, pidiéndole que le enviara agentes vestidos de civil para proteger su seguridad personal, a lo que este le respondió que no se preocupara pues ellos harían el trabajo de atrapar al verdadero criminal antes de que este atentara contra su vida. Estando sentado en el banco referido y fingiendo leer el artículo, sintió en su nuca el frío de un hierro que provenía del silenciador de un revólver magno 405 calibre cuarenta y cinco, con silenciador adaptado. Y como un susurro en sus oídos una voz que le repetía: ─Muy bien, muy bien, veo que aceptó la propuesta, ahora va saber quién es el asesino de la calle 8 voy a voltearme despacio para que vea mi rostro que de seguro le sorprenderá. Nuestro protagonista sudaba copiosamente al comprender que tan cerca estaba de la muerte, no sabía qué hacer ni qué decir, solo en cuestión de segundos descubrió el rostro del delincuente a lo que solo pudo balbucear:

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─¿Isaías? tú, no puedo creerlo. No puedo creerlo.

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Enloqueciendo Con la inocencia de un niño reír cantar saltar bromear por robarte una sonrisa soñar rabiar sufrir al verte amada tocada besada mimada mirada por otros ojos que recorren con dulzura cara pechos abdomen cintura que se niegan a entregarse a mis manos impetuosas ansiosas nerviosas absurdas que acarician el aire que tu cuerpo ha rozado y queda el olor agradable dulce

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Por: PAULINO GARCÍA

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fresco perfumado respirable energizante que mi nariz enloquecida atrapa encarcela no exhala me asfixio casi muero por no dejar escapar el efluvio de tu piel que anhelo gritar tu nombre para seguir viviendo mas allรก de esta locura pensando en ti.

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Epílogo Por: NÉSTOR POUS Ya todo terminó. Tus sufrimientos llegaron al fin tranquilamente y para siempre. Ya puedes descansar. Ya mis ausencias no causaran vacío en tus deseos como amante. Ya todo terminó. Ahora tus días podrán correr tranquilos al futuro nuevamente. Ya puedes ser feliz. Ahora tus noches no se harán largas esperando en vano mi presencia. Ya todo terminó. Ahora tus sueños no ocuparan tu tiempo ni tus ocios vanamente.

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Ya puedes olvidarme.

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La blusa verde Por: RAQUEL GALLEGOS

Débora, la amiga de la infancia y yo estamos ensayando en el coro de la iglesia, no somos grandes voces, pero ayudamos a que los servicios religiosos queden solemnes y a la vez alegres. El grupo de diez personas acordó usar blusa color verde, como correspondía a ese domingo. Débora me decía que llegara temprano y estacionara mi auto cerca de la puerta de la iglesia, pues a veces se veía un elemento no muy recomendable rondando las inmediaciones del templo, y no tuviera un encuentro desagradable. Tardé mucho en ir de un lado para otro de distintas tiendas para encontrar la dichosa blusa que no es mi color preferido, y pasar trabajo probándomelas. Al llegar tarde, tuve que estacionar un poco más lejos de la puerta principal. Salí del auto discretamente. Mire a mi alrededor. No había nada que me inquietara y empecé a caminar en dirección a la iglesia. De repente oigo unos pasos tras de mí, no le doy importancia y apresuro un poco el paso, pero oigo claramente correr y llega primero que yo un joven alto y corpulento, me abre la puerta, paso rápido al zaguán, entonces me toca el hombro y siento la respiración del joven en mi rostro. Me quedo aterrorizada, paralizada, y en ese instante como en una película me pasa por la mente todo lo que me decía mi amiga Débora (cuídate que Dios te ayudará) el joven pasa al frente, me susurra al oído con una voz profunda de locutor de radio y me dice: Señora tiene la blusa al revés y con una amplia sonrisa me deja el paso libre.

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Era el nuevo capellán de la iglesia.

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La cita Por: ROSA FUENTES

Me asomo a la ventana y lo veo a lo lejos esperando por mí. Termino de arreglarme con

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presteza para no hacerlo esperar. Bajo de prisa las escaleras. Pierdo un zapato en mi loca carrera. Retrocedo para recuperarlo y sujeto fuertemente mi sombrero para que no salga volando. Me acerco sonriendo. Ha llegado el momento tan deseado. Me siento muy cerquita de Él. Siento sus suaves y cálidas caricias en mis pies, ahora descalzos. Extiendo mis manos y también lo acaricio. Tengo tanto que contarle. Comienzo por decirle lo feliz que estoy pues al fin he decidido pintar el cuadro que hace tanto tiempo empecé y que por un motivo u otro no he finalizado. Hablé y hablé. Cansada de tanto hablar me tiendo en la arena, cierro mis ojos y el arrullo de las olas me adormece. Siento el saliste que el aire ha dejado en mi boca, como un beso suavemente depositado por un enamorado. Pasa el tiempo. Sube la marea hasta mí, humedeciendo mi vaporoso vestido blanco. Me incorporo con ligereza. Contemplo su inmensidad. Le doy las gracias por estar ahí. Por esperarme cada día. Por escucharme. Por ser mi confidente y le prometo regresar mañana.

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La sorpresa Por: RAQUEL GALLEGOS

Voy a contar el relato como me lo dijo una amiga. Iba manejando por la calle siete del

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N.W. Ya era de noche, cuando recordó que tenía que poner sellos a sus cartas, se dirigió a la sesenta avenida del N.W., hizo una izquierda y de pronto se ve en el aire bajando con el auto lentamente por un declive profundo, su sorpresa fue tan grande que no hizo nada hasta que pudo parar el auto, y con mucho trabajo se quitó el cinturón de seguridad y salió del mismo. Quedando estupefacta por el miedo. Ya se hallaba en el final del barranco y empezó a pedir ayuda, llegaron tres personas, una mujer se sujetó con una mano de un árbol y con la otra, empezó a hacer una cadena humana para sacarla del hueco. Llegaron otras personas que se unieron a la cadena humana de rescate. Un joven llegó hasta ella y le dijo: señora tome mi mano y no la suelte, y poco a poco pudo salir por sus pies de aquel horrible lugar. Varias personas llamaron a la policía pero esta no acudió al lugar de los hechos. Llegó una grúa y arrastró el auto con cadenas de la profundidad del hoyo, pero aquí fue el milagro, ni a ella ni al carro le pasaron nada, entonces pudo ir tranquilamente a su casa, después del susto tan tremendo que había pasado.

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Mariposa Por: PAULINO GARCÍA

Revoloteabas ante mis ojos exhibiendo tus finos colores. Fijo la mira de mi fusil de caza

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entre tus alas y disparo mis ansias de tenerte, que cubren toda esa piel que añoro conquistar. Me lanzo, espada en mano para destruir los obstáculos que aparecen y se multiplican llenos de indecisiones. Reagrupo más fuerzas para el asalto. Te pienso, lo que hace aumentar más los estímulos que impulsan mis instintos caníbales, devorarte lentamente, dejando parte de la cena para después, que no acabara nunca, para que se mantenga viva la llama del deseo de volar entre tus alas.

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Mujer Por: ANA AGOSTO VEGA Tú eres de Dios máxima creación lo más adorable de la sociedad el artista te aclama con verso y canción los hijos de añoran con gran ansiedad. El hombre, te dedica con gran emoción bellas poesías que cantan tu verdad que Dios no se equivocó en su elección al darle vida al hombre y la humanidad. La naturaleza le regala todo su color cuando caminas mostrando tu figura y el sol nos brinda su intenso calor para mostrar tu gran hermosura.

Entre las flores tú eres la más hermosa el hogar se engalana con tu belleza brillas como jardín de esplendidas rosas tu eres soberana de la naturaleza.

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Tú eres la que señorea todo lo creado sin ti no existiría la razón de vivir eres admirable la que ha heredado la razón de la vida de nuestro existir.

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A ti te damos gracias bendito Dios por tan valioso regalo a la sociedad la mรกs grande que tu bondad creo la mujer: madre y esposa de calidad.

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Nada Por: PAULINO GARCÍA

Era una fría mañana de invierno cósmico, al sol, se le detuvo el corazón. Perpendiculares

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sus rayos cayeron al vacío y en todo el espacio sideral se escuchó el lamento de un astro entristecido. Una implosión de sentimientos llegó hasta lo más profundo de su centro de gravedad. Su Luna anhelada, la que pretendía a pesar de pertenecer a Júpiter, lo había mantenido soñando, imaginándosela abrazada por sus ardientes brazos, mientras su boca de volcán quemaba sus cuerpos con llamaradas de amor, a la vez que danzaban tomados de la mano un vals celestial. Anterior al triste momento, se había hecho cada día el propósito de superarse a sí mismo. Se desnudaba de todo lo negativo que pudiera ser obstáculo para llegar a ella. Rompiendo todos los esquemas de las leyes universales, pretendió iluminar la cara oculta de su amada. Se reprochaba a diario no haber sido lo suficientemente ingenioso, por lo que se castigaba mentalmente pensando que la estaba perdiendo y algo que pudo hacer no lo hizo. Quizás no la miró con todo el calor que debió, y la fue alejando de él, sin darse cuenta que ya ella miraba otra orbita. Nunca pudo descifrar el camino a recorrer. Invocó a todos los dioses y estos no supieron responder o callaron por no causar más dolor, hasta que ese día, que guardara en su compungido corazón, descubrió que mientras Júpiter, su rival, se enternecía soñando con los anillos de Saturno, su amada Luna, amaba a otra Luna.

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Para América Ana —En sus cien años de vida—

América Ana fuiste estrella en la juventud para que en la senectud brillaras resplandeciente hoy alumbras el continente como cívica americana tu figura se engalana tu proceder atesoras y seguirás brillando ahora los asaltos te aterronan has permitido que te quiten todo menos la vida y la paciencia siempre me cuentas que fuiste divertida, alegre y jovial formaste un matrimonio ideal y una familia ejemplar así que… no te puedes quejar de lo bien que has vivido y de lo que te has divertido. América has llegado a lo que es difícil llegar a los cien años con mente y salud sigues siendo tu hasta que Dios te permita de este mundo disfrutar.

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Por: LAZARA BELLO MAZA

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Por siempre Por: JOSÉ SATIZABAL

Verla y contemplarla en silencio era la rutina. Sentía temor

Ella lo miraba cuando ocasionalmente lo veía y el cerraba los ojos para no interrumpir su monólogo mental, con el cual la figura de Ella se apoderaba más de sus enajenados pensamientos. Cierto día cuando el sol salió brillante desde la mañana, Él se apresuró a salir a la

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cuando en su desprevenido andar se le acercaba, sin levantar la mirada, la dejaba pasar sin inmutarse, creyendo que sería rechazado. No era cierto, estaba engañando. Su psiquis alterada por el profundo amor, lo hacían ver verdades engañosas que existen únicamente en su imaginación. Ella inocente de todo se alejaba contoneando su silueta, la que registrada en los sentimientos del hombre que quería conquistarla, pero le faltaba valor para expresarlo. La simpatía de ella no tenía limites, saludaba sonriente a todos los jóvenes del barrio, con muchos de ellos se abrazaba y daba besos protocolarios del saludo, actitud que Él no aceptaba y censuraba. El tiempo transcurrió, el amor al igual que la indecisión aumentaron en la vida de Él y pronto los comportamientos normales de Ella se convirtieron en drama. Él, con la mirada inspeccionaba palmo a palmo el cuerpo de Ella, extasiando su alma e incrementando su pasión. Ella continuaba su vida de manera desprevenida y se limitaba a mirar el entorno como era su costumbre, estrellándose sin proponérselo con los ojos escrutadores de Él, quien de inmediato ruborizado emprendía la retirada. Para acercarse y apoderarse de Ella, decidió Él usar el elemento más poderoso con que cuenta el ser humano: la mente. Seguro de su actitud y utilizando su mente le dijo: En tus ojos nace mi país de los sueños, en mi mente te mantendré perenne, porque aquí te moldeo como quiero… Escucharé tu risa, fijaré en mí tus ojos…. Y con un beso beberé tu aliento. Te abrazaré con fuerza para que sientas la pasión que circula por mi pecho. Contemplaré sin restricción tu cuerpo y con prolongados sorbos apuraré mis ilusiones. Gritaré que te amo y no me importa que no me escuches… no me importa… No me importa… en la imaginación te tengo.

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Por su parte, las sombras que se amaban permanecían refugiadas en las sombras de la vida, para que no las vieran y así evitar que las separaran. Desde que las sombras iniciaron su romance, el lugar que buscaron de refugio cubre y protege los amores clandestinos, acompañados de objetos abandonados para no despertar sospechas. Es el depósito de lo inservible donde se encuentran las cosas que todo lo arreglan.

ATENEA

vía por donde Ella alegre y risueña pasaba, y vio como la silueta de Ella se duplicaba, una la de Ella y la otra la de la sombra que se estampaba sobre el suelo. Él se sintió nervioso al observar el fenómeno de luz que no había tenido en cuenta y se quedó estático al ver las réplica de su cuerpo y el de Ella, tirados en el piso. Fijamente miró su propia sombra y describió que al moverse y alejarse del ángulo de luz solar, esta se acercaba desproporcionalmente, y fue así como creyó encontrar la forma de apoderarse de Ella sin que nadie se enterara. Él, más impaciente y fuera de control, corrió desesperadamente hasta alcanzarla a Ella, sin despertar sospechas, cuando logró su objetivo, le ordenó a su sombra atrapar la de ella. La sombra de Él se asustó y creció tanto como pudo para alejar su cabeza y así no escuchar lo que Él le ordenaba, pero fue infructuoso porque la sombra de Ella había crecido en igual proporción y sus cabezas se entrelazaron. Un profundo suspiro se escuchó y después el chasquido de un beso apasionado. Las sombras de Él que la amaba y la de Ella quien en silencio le correspondía, iniciaron un romance que Él y Ella no habían cristalizado por dudas y temores. Él siguió huyéndole a Ella y Ella mirándolo de reojo a manera de preguntase decía: porque se portara así, porque si yo lo quiero. Ninguno de los dos tuvo valor para confesar sus emociones, mientras las sombras, sus sombras vivían sus pasiones donde la obscuridad no deja que se vean las sombras y protegen los amores clandestinos. El tiempo pasó, Él deambulando las calles y Ella, mirándolo a Él, su amor, destruirse sin enterarse. El que era por el mismo amor que le profesaba a ella, el causante de su deterioro y de la tristeza que a Ella le inundaba el alma. Todos los días cuando el sol salía bien resplandeciente, Él se dirigía al sitio estratégico para verla pasar, pero por muchos esfuerzos visuales que hizo no volvió a ver la sombra de Ella, sin enterarse que la del mismo tampoco estaba.

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Reflexiones Por: LAZARA BELLO MAZA No te vayas de este mundo sin: Sembrar un árbol, tener un hijo y escribir un libro. JOSÉ MARTÍ. Las cosas que deben aprenderse: las aprendo. Las cosas que pueden encontrarse: las busco. Y las restantes se las dejo a Dios. SÓFOCLES. Estudia, no para saber alma más, sino saberlo mejor Ya que saber más que los otros es fácil. Lo difícil es saber algo mejor que los otros. SENECA. Donde hay educación no hay distinción de clases.

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CONFUCIO.

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1 Cada vez que realizamos una acción es importante saber que nos mueve realmente a ejecutarla. 2 No hay enemigo que no se pueda vencer cuando a ese enemigo le podemos demostrar lo valiente que somos. 3 Quien te lastima te hace fuerte quien te critica te hace importante quien te envidia te hace valioso y a veces es divertido saber que aquellos que te desean lo peor tienen que soportar que te ocurra lo mejor.

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LÁZARA BELLO MAZA.

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Te adoro eterno mar Por: ORESTES A. PÉREZ

En los atardeceres cuando cansado y abatido después de tu austero navegar por todo el universo te extiendes moribundo besando las arenas de las playas. En cada noche negra con tu lúgubre obscuridad nocturna y el dulce susurrar de canciones marinas impulsado por la suave brisa mantienes el constante movimiento ondulante de tus aguas.

ATENEA

Te adoro eterno mar cuando en las cálidas mañanas con tu permanente azul cantas un himno de amor al acariciar las rocas de los acantilados. Cuando el sol del mediodía llena tus blancas espumas y te conviertes en líquido espejo para reflejar tu inmensidad celeste.

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La mano Por: NÉSTOR POUS

Era

una mano tosca. No había otra palabra para describirla. Era una mano en que las venas que recorrieran su parte superior se marcaban fuertemente, gruesas y bien dibujadas y que se prolongaban hacia unos dedos largos, anchos, burdos, que terminaban en unas uñas cuadradas, gruesas y posiblemente bien afiladas. Si con los dedos extendidos la mano impresionaba, con el puño cerrado amenazaba por su rudeza y por la protuberancia de sus nudillos. Al abrirse el puño, la palma de la mano presentaba con mucha fuerza y muy bien definidas las líneas que la cruzaban de uno a otro extremo, enmarcando las distintas zonas que las quirománticas utilizan para sus profecías. Además, la negrura de la callosa piel demostraba que había sido utilizada en actividades generalmente fuertes y violentas.

Efectivamente, después de estar algún tiempo en reposo, la mano comenzó a moverse, levantándose despacio, avanzando muy cuidadosamente hacia adelante, abierta, y con los dedos extendidos hacia el lugar escogido para asestar el golpe final. Hizo una pausa y de pronto se lanzó con rapidez, asió fuertemente el caballo por el cuello, lo levantó en peso y lo dejó caer sobre el alfil enemigo sacándolo del tablero del juego. —¡JAQUE¡ —se oyó—. Y mate en la próxima.

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Ahora, después de un largo combate, ya todo estaba preparado para asestar el golpe definitivo a su adversario, a su enemigo, al que durante largo rato se había enfrentado en un lucha fuerte y despiadada, y que al fin, después de tanto pelear, había puesto en clara desventaja. Este golpe tenía que ser necesariamente poderoso, demoledor, definitivo. Había llegado el momento de vencer en este encuentro, que por bastante tiempo se estuvo desarrollando y que ahora iba a terminar.

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Yo, el alimento Por: PAULINO GARCÍA

Sentí pánico por primera vez en mi vida. Convivíamos en la carpintería. En ocasiones las

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veis por las vigas del techo, otras asomaban sus hocicos por debajo de las mesas de trabajo. Estaban flacas y solo se alimentaban de aserrín. El día del accidente con la sierra. Aunque la vista nublada por el dolor, vi a una de las más grandes llevarse mi dedo. Traté de alcanzarla, pero subió por una columna hasta el techo, me resigné a perderlo. Un mes después, regresé. Al abrir la puerta estaban en todas partes. Me esperaban. Habían probado mi sabor y se lanzaron a cazarme. Pude hacerme del extinguidor de incendios y frenarlas para tener tiempo de escapar en mi carro. Ya les di parte a las autoridades. Las ratas del taller me quieren comer.

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El Libro del mes Thelma Galván,

En esta oportunidad nos presenta Un rayo de sol entra por la ventana, novela romántica en la que los personajes principales son mujeres cuyas vidas, de una u otra forma son regidas por las reglas sociales de la época, y donde las decisiones las toman los hombres de su círculo familiar. Cada suceso revelado o explicado, es una verdadera revelación para Carolina, protagonista de la obra, quien no conocía nada del pasado de su familia y a la vez es como una confesión de la abuela, quien se libera de la carga de tantos secretos familiares jamás revelados. Está a la venta en todas las Librerías de Miami, Amazon y Brooks and Brooks.

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dominicana de nacimiento deja su país en el año 1992 y desde 1998 vive en Miami, Florida. Es Licenciada en economía y Maestra Certificada en Matemáticas y Educación de Negocios para el Estado de la Florida. Trabajó por tres años como maestra sustituta en el Condado Miami-Dade. Toda su vida ha sido una lectora ávida, y después de haber tenido y criado a tres hijos, y plantado innumerables árboles, decidió que era tiempo de escribir un libro y que más adecuado que una historia sobre algunos secretos de familia.

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Poeta invitado

LUIS ÁNGEL CASAS Miembro de la Academia Norteamericana de la Lengua Española y candidato a Premio Nobel 1965.

En medio del mar era un faro; un faro en la roca desierta; Y dentro del faro otro faro: mi triste pupila despierta. El viento nocturno invocaba las cosas que nadie conoce. El viejo reloj en el faro sombrío marcaba las doce. Las olas median el faro con vara de saltos violentos: Las olas, que nunca han medido la hondura de mis sentimientos.

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El faro

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Y yo con el pluma en la mano sentado a mi negro pupitre, Quería captar el mensaje cifrado en espuma y salitre. De pronto escuché la sirena profunda y serena de un barco. Quede pensativo un momento; mis nervios cual flecha en el arco ¡Yo bien conocía el lamento por nadie percibido! ¡Gemido que hablaba de muerte, de amor, de dolor y de olvido! Entonces, cerrando los ojos, sentí como etéreo contacto; Y abriéndolos luego, me dije: “Aquí todo encuéntrese intacto, Igual que cuando ella vivía “y esclavo de aquel espejismo, Me dije también: ¡todo intacto, mi amor, pues mi amor es el mismo! Después, recordando la fecha, fatídica y fúnebre fecha, Me puse a entonar, por el faro, febril y fantástica endecha: “hoy hace siete años, mi amada, pues hoy como ayer me lo advierte La triste y serena del barco invisible: la Muerte “

El barco pasó frente al faro. Lo vi detenerse allí enfrente. Lo vi, mas no ya en el espejo, ni en sueños que forja la mente. Lo vio mi pupila de faro: mi pupila despierta. Y frente por frente quedaron el barco y la roca desierta. Un coro surgió de ese barco. ¡Oh mística música en calma! Y yo entre las voces del buque buscaba la voz de tu alma. No sé cuánto tiempo, o si el Tiempo también o tampoco existía.

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Busqué, ya en silencio, tu imagen. ¡No vi tu retrato en el marco! Mi rostro busqué en el espejo…. ¡y allí reflejabase el barco! El barco tenía siniestras banderas que fueron mortajas ¡oh noche en que por vez primera vi el barco invisible en que viajas!

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Mas yo te esperaba, lo mismo que los moribundos el día. Y en vano mi vieja ventana se abría en el viento por verte. El viento tenía la misma figura inmortal de la Muerte. El viento nocturno, que hablaba de cosas que nadie conoce. ¡Y el viejo reloj en el faro seguía marcando las doce. ¡Ah, como llegar hasta el buque…. Yo, solo, en la roca desierta! ¡Ah, como llegar si se había parado la Hora en mi puerta! ¡ y tú, de azucenas y lirios vestida en el fúnebre barco! ¡Y yo, ya sin rostro ni espejo, aquí, junto al hueco de un barco! Aquí, siempre aquí… ¡ya por siempre! Y tú siempre allá, sin que un roce de besos y alas nos junte- el viejo reloj da las doce. El buque encalló frente al faro… Y el faro soy yo. Faro infausto En donde hoy arrastra cadenas de penas mi espíritu exhausto.

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Y el mar da con furia en el Faro. No fulge en mi fiebre la aurora. Oyéndose sigue la aciaga serena sirena sonora. Y en medio del mar sigue el faro —el Faro en la Roca Desierta— Y aún sigue girando en el Faro mi triste pupila ya muerta.

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