Teoría del conflicto v3 pcav

Page 1

SILUETAS HISTÓRICAS N.º 8 TEORIA DEL CONFLICTO

Percy C. Acuña Vigil: 17.07.17


Siluetas históricas

Percy C. Acuña Vigil

Nº8

Teoría del conflicto: En las ciencias sociales, existen numerosos enfoques que rechazan o minimizan la importancia del conflicto en la vida colectiva, o que lo sustituyen por una visión spenceriana de la lucha social. Entre estos dos extremos, existe un vasto espacio para abordar el conflicto como una relación, lo cual lo distingue de conductas de guerra o de ruptura. La sociología propone distintas maneras de distinguir el conflicto social y de diferenciar sus modalidades. La cuestión no es solo teórica, sino también empírica e histórica: ¿no hemos pasado –al menos en algunos países– de una era industrial dominada por el conflicto social estructurado que oponía al movimiento obrero frente a los patrones, hacia una nueva era dominada por otro tipo de conflictos con orientaciones netamente culturales? En cualquier tipo de análisis, la noción misma de conflicto debe diferenciarse claramente de la noción de crisis, incluso si ambas coexisten concretamente en la realidad social. Michel Wieviorka: l’Ecole des Hautes Etudes en Sciences Sociales,France https://es.scribd.com/document/56263796/El-conflicto-social

Ralf Dahrendorf Muchos enfoques de las ciencias sociales insisten en la totalidad que constituye una sociedad, en su unidad política muchas veces encarnada por el Estado y en las unidades cultural e histórica que son asociadas frecuentemente a la idea de Nación. Página 2 de 17


Siluetas históricas

Percy C. Acuña Vigil

Nº8

Otros enfoques, por el contrario, le dan a la lucha un papel central en el análisis de la vida social. Los más radicales proponen representaciones social-darwinistas o spencerianas. Existe una tradición sociológica, relativamente diversificada, que se niega a casarse con las visiones que acabamos de mencionar, o por lo menos con sus versiones más extremas, y que ha decidido tomar una cierta distancia al respecto de los enfoques que niegan o minimizan el conflicto y de aquellos que valorizan la concurrencia y el ‘struggle for life’. Esta tradición se esfuerza por dar un lugar importante al concepto de conflicto. Es en este contexto que Randall Collins, ‘the strongest contemporary advocate of conflict theory’ (Anderson, 2007: 662) pudo hablar de una ‘conflict tradition’ que va desde Maquiavelo y Hobbes hasta Marx y Weber (Collins, 1975).

Maquiavelo y Hobbes, abrieron el camino al interesarse en las luchas por el poder. Marx, también propuso, en palabras de Randall Collins, un conjunto de principios que fundarían las bases de una ‘conflict theory of stratification’ –una formulación bastante discutible. Por su lado, según Randall Collins, Max Weber habría resaltado la existencia de múltiples divisiones de clases al mismo tiempo que habría señalado el control de los medios materiales de violencia. La literatura sociológica de las décadas de 1960 y 1970 opuso frecuentemente la definición de Marx sobre el conflicto a la de Weber. Marx inserta el conflicto en su sentido social, es decir el de la lucha delas clases, al centro de la vida colectiva, mientras que Weber se interesa por otras formas de lucha, como por ejemplo las religiosas o las étnicas. Marx está más interesado en la propiedad de los medios de producción y en la explotación del proletariado obrero, por su lado, Weber se interesa más en la burocracia y en la racionalización de la sociedad. Marx cree que se puede concebir una sociedad sin

Página 3 de 17


Siluetas históricas

Percy C. Acuña Vigil

Nº8

conflictos a condición de que se asegure la emancipación del proletariado obrero, Weber se muestra escéptico, y no cree en la desaparición del conflicto, etcétera.

Algunos enfoques consideran que una sociedad está mejor integrada cuando sabe evitar o minimizar el conflicto social, mientras que otros postulan, como lo propone Marx, que el conflicto constituye el motor de la vida social –para Marx, la historia de las sociedades en general, es la historia de las luchas de clases, y aunque su mayor prioridad son las sociedades industriales, su enfoque también es válido para las sociedades mercantiles o campesinas: ‘la historia de cualquier sociedad hasta nuestros días no ha sido más que la historia de las luchas de clases’, escribe en (1848). La mayoría de los pensadores sociales que tratan con el conflicto hacen de él una categoría que admite dimensiones normativas, o que incluye un juicio de valor. Por un lado, algunos, sin negar su existencia o cegarse ante su realidad empírica, o histórica, ven en él un elemento negativo, una patología. Es el caso, sobre todo, de Talcott Parsons, y de muchos otros sociólogos inscritos o no en la corriente funciona-lista: ‘Parsons, escribe Lewis Coser, was led to view conflict as having primarily disruptive, dissociating and dysfunctional consequences. Parsons considers conflict primarily a “disease” ’ (Coser, 1956: 21). Podemos igualmente considerar que uno de los padres fundadores de la sociología, Émile Durkheim, era más sensible a las dimensiones inquietantes del conflicto, que a su capacidad para contribuir al progreso o a la integración social. Por otro lado, otros sociólogos hacen del conflicto, si no un elemento positivo, por lo menos un factor de progreso y de dinamismo, o una forma normal de la vida social, un tipo de interacción Página 4 de 17


Siluetas históricas

Percy C. Acuña Vigil

Nº8

que asegura el cambio o incluso el funcionamiento de la sociedad. Esta apreciación permite precisar las líneas que delimitan el espacio del concepto ‘conflicto’.

En un extremo, el lugar del conflicto está limitado, y es juzgado en términos negativos por aquellos que, desde Émile Durkheim hasta Talcott Parsons, muestran interés por la sociedad definida ante todo como un conjunto integrado por normas, roles y valores; en el otro extremo, cuando la sociedad es analizada como el resultado necesariamente cambiante de la concurrencia y de las luchas despiadadas que desembocan en una selección natural, no hay por lo tanto un lugar para el conflicto, sino más bien para las conductas de depredación, de violencia, de guerra civil o de ruptura el pensamiento de Herbert Spencer, o el darwinismo social no son el resultado de un teoría del conflicto social. Un autor que es particularmente importante en este campo es Georg Simmel quien con este tema del conflicto ejerció una profunda influencia sobre la sociología estadounidense, ya sea sobre Robert Park y os llamados sociólogos de Chicago o, más tarde, sobre Lewis Coser, quien se inspiró en él para pro-poner una teoría funcionalista del conflicto, sub-rayando sus diversas funciones y sus valores positivos. Para Lewis Coser, el conflicto asegura el mantenimiento de un grupo, la cohesión dentro de sus fronteras, e impide que algunos de los miembros lo abandonen: ‘it may contribute to the mainte-nance, adjustment or adaptation of social relationships and social structures’ (Coser, 1956: 151). Vemos que La teoría del conflicto es un paradigma teórico bastante difuso en el pensamiento sociológico. El término teoría del conflicto se cristalizó en la década de Página 5 de 17


Siluetas históricas

Percy C. Acuña Vigil

Nº8

1950, cuando sociólogos como Lewis Coser y Ralf Dahrendorf 1 criticaron el entonces funcionalismo estructural dominante en la sociología por enfatizar excesivamente la naturaleza consensual y libre de conflictos de las sociedades (véase Clásicos del Paradigma de la Teoría del Conflicto). Por lo tanto, proponen la teoría del conflicto como un paradigma independiente de la teoría sociológica con un enfoque distinto en los fenómenos de poder, intereses, coerción y conflicto. Básicamente, la teoría del conflicto asume que las sociedades exhiben divisiones de poder estructurales y desigualdades de recursos que conducen a intereses en conflicto.

El surgimiento de conflictos manifiestos es un fenómeno bastante raro, ya que depende de la movilización de los recursos de poder por parte de los actores sociales y de su organización social. Por lo tanto, la teoría del conflicto asume que las sociedades y otras formas de organización social suelen exhibir estructuras bastante estables de dominación y coerción, puntuadas sólo con poca frecuencia por conflictos manifiestos. Sin embargo, además de algunos autores como Randall Collins (ver obras contemporáneas del paradigma de la teoría de conflictos), sólo unos pocos sociólogos contemporáneos usan la teoría del conflicto de etiquetas para identificar su postura

1 Dahrendorf, Ralf (1979). Las clases sociales y su conflicto en la sociedad industrial . Ediciones Rialp.

Coser, Lewis A.: “Nuevos aportes a la teoría del conflicto social.” (1970). - Amorrortu.

Página 6 de 17


Siluetas históricas

Percy C. Acuña Vigil

Nº8

paradigmática. Por lo tanto, la teoría del conflicto no se ha convertido en un paradigma establecido en la teoría social. Aparte de la noción de teoría del conflicto como paradigma teórico independiente, el término se utiliza a menudo en al menos otros tres significados importantes: en primer lugar, resumir la tradición teórica en la teoría sociológica, que trata del conflicto, el poder, la dominación y el cambio social, Ejemplificado por autores como Karl Marx, Max Weber (1864-1920), y Georg Simmel (1858-d 1918) (véase Clásicos de la tradición de la teoría del conflicto). En segundo lugar, se aplica para denotar el análisis y la explicación de conflictos sociales en diferentes paradigmas sociológicos y en otras ciencias del comportamiento (ver Teoría de Conflictos Multiparadigmáticos y Perspectivas de Otras Disciplinas). Finalmente, la teoría del conflicto de etiquetas se aplica a menudo a la investigación sustantiva sobre las estructuras de poder, la dominación, el conflicto y el cambio (ver Campos de Conflicto). La teoría de los conflictos como paradigma tenía una especie de función catalítica en las ciencias sociales. Fue capaz de demostrar que los clásicos sociológicos también se centraban en los fenómenos de poder y conflicto (véase Clásicos de la Tradición de la Teoría del Conflicto), inspiró otros paradigmas teóricos para ampliar su enfoque para incluir temas hasta ahora descuidados (ver Teoría de Conflictos Multiparadigmáticos) Y contribuyó al surgimiento de la investigación orientada al conflicto en varios campos de la sociología (ver Campos de Conflicto). En las discusiones sociológicas contemporáneas, por lo tanto, la teoría del conflicto es menos importante como un paradigma sociológico independiente que en las diversas formas de teorización del conflicto que ha inspirado.

Fuente Historia y Visión General Dado que la teoría de los conflictos no es un paradigma sociológico independiente completamente establecido, el número de textos introductorios y reflexiones sobre la historia del pensamiento teórico del conflicto es bastante limitado. Bartos y Wehr 2002 proporcionan una introducción general y completa a la explicación del conflicto social. Binns 1977 es una visión completa de la teoría de los conflictos neo-weberianos y marxistas. Bonacker 2008 ofrece una excelente visión de la teoría de conflictos Multiparadigmáticos, que abarca la mayoría de los enfoques teóricos de los conflictos sociales en las ciencias sociales contemporáneas.

Página 7 de 17


Siluetas históricas

Percy C. Acuña Vigil

Nº8

Collins 1994 trata exhaustivamente la tradición de la teoría del conflicto, especialmente Marx y Weber, mientras que Collins 1990 crea un vínculo entre el paradigma teórico del conflicto y el trabajo contemporáneo en la sociología histórica comparada. Demmers 2012 presenta las teorías generales más importantes del conflicto violento. El capítulo de Joas y Knöbl 2011 es un excelente resumen del trabajo clásico en el paradigma de la teoría del conflicto en la década de 1950 y discute las razones de la desaparición de la teoría del conflicto como un paradigma sociológico independiente. Finalmente, Turner 2003 discute brevemente la tradición teórica del conflicto y el paradigma clásico de la teoría del conflicto y se enfoca especialmente en la teoría neoweberiana contemporánea, neomarxista y feminista del conflicto. Otros autores que tratan el tema Julien Freund define al conflicto como un desacuerdo entre dos grupos que manifiestan, una intención hostil, en general a propósito de un derecho y lo afirman eventualmente recurriendo a la violencia.2 Lewis Coser destaca que el conflicto es entre valores y derechos, entre poderes y recursos, para lo cual se busca eliminar a los rivales sin importar los efectos sociales. Ralf Dahrendorf postula que el conflicto es el motor de la historia, es lo que mantiene el desarrollo de la sociedad porque trasciende las relaciones individuales. Su ámbito de desarrollo se da entre los roles sociales, entre los grupos sociales, entre los sectores de la sociedad, entre sociedades y entre organizaciones supranacionales.

2 Freund, Julien (1983) Sociología del Conflicto, Presses Universitaires de France, pág. 65. Coser, Lewis (1913-2003), sociólogo norteamericano, autor del libro “The functions of Social Conflict”, publicado en 1956. Página 8 de 17


Siluetas históricas

Percy C. Acuña Vigil

Nº8

Para Dahrendorf las fuentes estructurales de los conflictos se encuentran en la desigual distribución del poder entre personas y entre grupos, lo que denomina “distribución dicotómica de la autoridad”. En esta dicotomía el conflicto es inevitable entre quienes pretenden mantener el orden y quienes desean alterarlo. Dahrendorf sostiene que la autoridad como el elemento estructural, esencial de la organización social, permite asegurar que ésta es la que provoca el conflicto persistente que, a su vez, reestructura la misma sociedad de la que surgen nuevos conflictos. Norberto Bobbio señala que el conflicto es una forma de interacción social que implica enfrentamientos por el poder de acceso a recursos y a su distribución. Sostiene que, sin embargo, una vez admitido lo señalado surgen de inmediato divergencias respecto a la mayor parte de problemas vinculados al concepto de conflicto y su utilización.3 Bobbio sostiene que el objetivo del conflicto es el control de los recursos, los cuales se presentan bajo formas diversas y pueden situarse en diversos niveles, que se distinguen entre sí por algunas características objetivas, entre las que están: Dimensión, Intensidad, Objetivos.

Sobre la prevención de conflictos armados Serbin y Ugarte 4 indican que la prevención de conflictos es un concepto en proceso de desarrollo y que, para su estudio, se puede considerar:

3 Bobbio, Norberto; Matteuci, Nicola y Pasquino, Gianfranco (2001) Diccionario de Política, Volumen 1, Edición 13, Siglo Veintiuno Editores, pág. 298-304. 4 Andrés Serbin 2007. Paz, conflicto y sociedad civil en América Latina y el Caribe: Andrés Serbin et al. Icaria Editorial. Centro Internacional de Investigaciones para el Desarrollo Página 9 de 17


Siluetas históricas

Percy C. Acuña Vigil

Nº8

Primero, las raíces de la teoría del conflicto. Segundo, las posturas clásicas: Kaldún, Nicolás Maquiavelo, Karl Marx, Karl Von Clawsewitz, Thomas Hobbes, Georges Simmel, Lewis Coser y Henry Kissinger. Tercero, las posturas contemporáneas con las tesis de: Louis Kriesberg, Lewis Coser, Herbert Marcuse, Erick Fromm, Randall Collins, Georges Balandier y Elton McNeil. También el interaccionismo simbólico desarrollado por Mead y Blumer 5 es un factor importante en el estudio de la Teoría del conflicto La Escuela de Chicago (Cooley, Lippmann, Park, Mead y Blumer) surge en EE. UU. durante los años 20 en el contexto de aparición de la opinión pública moderna, el desarrollo de las tecnologías de la información, el sistema democrático y la inmigración europea. Ellos estudian la comunicación como un hecho social significativo y muestran un considerable interés por la opinión pública. Inauguran el conductismo social en un contexto en que se trabajaba o con el individuo como una máquina aislada o con la sociedad como una máquina aislada. Los objetos de estudio más significativos de esta escuela son la Ecología humana, la relación individuocomunidad y la interpretación como factor fundamental en la comunicación. De acuerdo con Herbert Blumer 6, quien acuña el término interaccionismo simbólico en 1938, sus principales premisas son: Las personas actúan sobre los objetos de su mundo e interactúan con otras personas a partir de los significados que los objetos y las personas tienen para ellas. Es decir, a partir de los símbolos. El símbolo permite, además, trascender el ámbito del estímulo sensorial y de lo inmediato, ampliar la percepción del entorno, incrementar la capacidad de resolución de problemas y facilitar la imaginación y la fantasía. Los significados son producto de la interacción social, principalmente la comunicación consciente, que se convierte en esencial, tanto en la constitución del individuo como en (y debido a) la producción social de sentido. El signo es el objeto material que desencadena el significado, y el significado el indicador social que interviene en la construcción de la conducta. Las personas seleccionan, organizan, reproducen y transforman los significados en los procesos interpretativos en función de sus expectativas y propósitos.

5 Mead, George (1934). MIND, SELF and SOCIETY. Chicago: The University of Chicago Press. "George Herbert Mead: The Genesis of the Self and Social Control". Brocku.ca. Retrieved 201308-01. 6 BLUMER, Herbert. (1982). El Interaccionismo simbólico, perspectiva y método. Barcelona Hora D.L. Herbert Blumer (1969). Symbolic Interactionism: Perspective and Method. New Jersey: Prentice-Hall, Inc. p. vii. Página 10 de 17


Siluetas históricas

Percy C. Acuña Vigil

Nº8

Otras premisas importantes son: la distinción entre conducta interna y externa presupone que el individuo se constituye por la interacción social (formación del yo social autoconsciente), y que no es posible entender el yo sin el otro ni a la inversa, y que los grupos y la sociedad se constituyen sobre la base de las interacciones simbólicas de los individuos al tiempo que las hacen posibles.

Referencias históricas El conflicto para los griegos: Heráclito es el presocrático por excelencia que no podemos dejar de mencionar por la defensa a ultranza del conflicto que en su escuela proyecta, así como de la guerra que llega a identificarla como el padre de todas las cosas.7

Su filosofía se podría resumir con la famosa sentencia suya que aparece, por ejemplo, en el Crátilo de Platón, 402, y que dice: [...] que todo se mueve y nada permanece, y, comparando las cosas con la corriente de un río, dice que en el mismo río no nos bañamos dos veces». Este juicio es el que le lleva, también, a afirmar que [...] todas las cosas se hallan en perpetuo flujo y cambio; en ninguna parte del universo se podrá encontrar en reposo eterno, la estabilidad inmutable. Y no sólo hay en él perpetuo cambio; sino también perpetuo conflicto. El carácter permanente que Heráclito otorga al conflicto es el que nos lleva a interpretarlo en su pensamiento como un aspecto inherente de las relaciones sociales y de la naturaleza humana, pues él mismo es quien señala al choque de los opuestos como

7 Mondolfo Rodolfo. Heráclito: Textos y problemas de su interpretación. Siglo XXI. 402a Así mismo, aparece en la Ética Nicomaquea de Aristóteles, VIII 2, 1155bñ, A. Hilary Armstrong. Introducción a la filosofía antigua. EUDEBA. 2007.pg. 26 Ética Nicomaquea VIII, 1155b Página 11 de 17


Siluetas históricas

Percy C. Acuña Vigil

Nº8

la verdadera condición de la vida, siendo este contraste, este choque de opuestos y, con ello, decimos, evidentemente, el conflicto la única armonía posible. “[...] lo opuesto concuerda y que de las cosas discordantes surge la más bella armonía”, “y que todo sucede según discordia”.

Sin embargo, hay que decir, al mismo tiempo, que Heráclito ideó un principio inmanente de orden y medida para gobernar ese mundo de caos, complejidad y conflicto, y que no fuese, por el contrario, un simple caos. Esta misma presencia del conflicto y de la complejidad en la naturaleza humana se encuentra en otros pensadores clásicos de la época como, por ejemplo, Platón, 8 quien ya hace patente el carácter conflictivo de la naturaleza humana desde la misma división que plantea del alma humana en tres partes. En el diálogo el Fedro nos habla de la parte racional del alma ligada a la racionalidad, de la parte irascible en la que se da la valentía y de la parte apetitiva donde se hallan los deseos corporales. A partir de esta división, Platón caracteriza al ser humano justo como aquel en el que tiene lugar un equilibrio entre las tres partes del alma, como aquel en el que de forma armónica se dan los deseos corporales y la valentía, aunque siempre supervisados por la racionalidad, que seguirá teniendo una cierta superioridad respecto a las otras dos partes Esta partición en tres puede ser una buena muestra de los conflictos internos que vivimos las personas, pues ni que decir tiene que son muchas las ocasiones en las que,

8 Platón. 2010. Fedón. Gredos, Madrid 2010. L. Stevenson. 2010. Diez teorías de la naturaleza humana. Catedra, Madrid, 2010. Crátilo de Platón Página 12 de 17


Siluetas históricas

Percy C. Acuña Vigil

Nº8

por ejemplo, no coincide lo que nos dice nuestra racionalidad y nuestros deseos, y es ahí donde surge el conflicto. Doctrina cristiana En la doctrina cristiana hay un antecedente remoto que refiere un primer conflicto: entre los ángeles y arcángeles, al final del cual hubo un combate en el cual salió victorioso el Arcángel San Miguel, desterrando a los “infiernos eternos” al Arcángel caído Luzbel que más tarde fue conocido como Satanás. Este “conflicto de la igualdad de los derechos” es uno de los que más problemas sociales ha causado en la historia de la humanidad. Otro antecedente antiguo es aquel del mito del llamado paraíso terrenal cuando la serpiente tentó a los primeros humanos, a que comieran la fruta del “árbol prohibido”. Cedeño nos advierte que el problema trascendental no radica en el análisis del rol de la serpiente, sino en el dilema de obedecer o desobedecer el mandato de la prohibición puesta en boca de Dios. La obediencia inevitablemente nos hubiera sentenciado a la ignorancia, mientras que la desobediencia nos condujo al conocimiento de la diversidad de la creación.9

Teorías de la desigualdad en la Persia islámica medieval Hubo dos actitudes opuestas hacia la desigualdad en el islam: puntos de vista igualitarios y meritocráticos que favorecían un sistema de estratificación abierto y puntos de vista no igualitarios de la jerarquía como naturales en la sociedad y el universo. Ebn Kaldūn (d. 381/992), Bīrūnī († 440/1048), Ebn Fātek (siglo V / 11) y, sobre todo, el eminente sociólogo y filósofo de la historia, Ebn Kaldūn 809/1406), quienes intentaron explicar la naturaleza y las causas de la diferenciación social. Amerī, al presentar su teoría meritocrática de la diferenciación social en la sociedad islámica (1387/1967, pp. 159-60, 174-76), culpó la noción biohereditaria de la nobleza de los reyes sasánidas y las enseñanzas zoroastrianas por la rígida división entre los nobles y La base de la sociedad sasánida, una división que bloqueaba la movilidad ascendente de muchas personas libres con buenas cualidades. Bīrūnī vio la coerción y el uso de la fuerza física por los gobernantes y las clases dominantes como la principal causa del sistema de castas indo-persa: consideraba innecesarias e impropias las rígidas fronteras de las castas y las estrictas barreras a la movilidad social en la Persia y la India preislámica (Págs. 75-79).

9 Cedeño Araujo, Claudio (1936-2011), místico y filósofo peruano, creador de la Doctrina Septriónica que se caracteriza por sus teorías futuristas en los aspectos científicos y por su total anulación del adoctrinamiento y del dogmatismo. En Interrogantes al Brahmanismo: ¿Existe realmente el Diablo? (1974), Lima, pág. 111-131. Página 13 de 17


Siluetas históricas

Percy C. Acuña Vigil

Nº8

En una discusión sobre el pensamiento social de Platón, Abu'l-Wafā Mobaššer Ebn Fâtek anticipó las ideas elitistas de Vilfredo Pareto (1848-1923, I, capítulos 12-13) y Gaetano Mosca (1858- 1941, pp. 430-64) y abogó por la "circulación de las élites" como un medio para fortalecer el liderazgo político y la sociedad en general. Ebn Kaldūn, anticipando las teorías del conflicto exterior del pensamiento social moderno, influyó en las ideas de sociólogos políticos como Ludwig Gumplowicz (18381909), quien le dedicó un capítulo de su obra de 1899 (Barnes y Baker, II, 267), Y Franz Oppenheimer (1864-1943, pp. 8-31). Ebn Ḵaldūn rastreó los orígenes de la división de la sociedad en clases soberanas y sujetas a la formación del Estado mediante la subyugación de un grupo social con un débil'aṣabīya (esprit de corps) por otro grupo con un fuerte'aṣabīya (I, pp. -301, 313 - 17).

También anticipando la teoría de Karl Marx (1818-83) sobre la "plusvalía" (I, pp. 177-78, 508-18), Ebn Ḵaldūn sostuvo que, una vez establecida, la clase soberana requiere la aquiescencia obligatoria de la clase objeto a su economía a sus Necesidades en términos de extracción de la plusvalía de su trabajo; El capital, las ganancias y las ganancias adquiridas, "en su totalidad o en su mayor parte, son valores obtenidos del trabajo humano" (II, p.314). El poder económico es una función de la dominación política: "Una persona de rango recibe mucho trabajo (libre) que lo hace rico en muy poco tiempo" (II, p.327). Además, la clase dominante superpone sus costumbres y modos de vida a las masas. Ebn Ḵaldūn rechazó la idea de que el nacimiento noble justifica la desigualdad: "El hombre es hijo de las costumbres, no el hijo de sus antepasados." La nobleza y el prestigio son un "accidente que afecta a los seres humanos" (II, 318).

Página 14 de 17


Siluetas históricas

Percy C. Acuña Vigil

Nº8

Las ideas igualitarias y meritocráticas se convirtieron, durante los primeros siglos del islam, en la ideología de los movimientos de protesta entre los grupos desfavorecidos que luchaban por el poder político, especialmente el aristocrático persa Šo'ūbīya, los jarijitas democráticos y los movimientos chiíes (ḡolāt). Más tarde, sin embargo, las ideas igualitarias perdieron gran parte de su potencial revolucionario y se incorporaron gradualmente a la ética del orden establecido, según la cual se admiraba el igualitarismo, el ascetismo y la consideración de los pobres al mismo tiempo que la jerarquía y la desigualdad eran endosadas en la sociedad. http://www.iranicaonline.org/articles/class-system-iv

Autores referentes: Bartos, Otomar J., and Paul Wehr. 2002. Using conflict theory. Cambridge, UK: Cambridge Univ. Press. DOI: 10.1017/CBO9780511613692E-mail Citation» This is a comprehensive approach to the explanation of social conflict. It has an introductory character and links different theoretical perspectives with empirical examples. Binns, David. 1977. Beyond the sociology of conflict. New York: St. Martin’s. E-mail Citation» This is a historical reflection of the conflict theoretical tradition, focusing especially on the Weberian and neo-Weberian tradition in its relationship to Marxism. Bonacker, Thorsten, ed. 2008. Sozialwissenschaftliche Konflikttheorien: Eine Einführung. Wiesbaden: Verlag für Sozialwissenschaften. E-mail Citation»

Página 15 de 17


Siluetas históricas

Percy C. Acuña Vigil

Nº8

This volume covers a broad range of social scientific theories dealing with the phenomenon of social conflict. All contributions have a systematic structure and introduce complex theories in a very comprehensible way. Collins, Randall. 1994. The conflict tradition. In Four sociological traditions. By Randall Collins. New York: Oxford Univ. Press. E-mail Citation» This monograph introduces the history of sociological theory by focusing on four major strands of theory building: the conflict, the rational/utilitarian, the Durkheimian or normative, and the micro-interactionist tradition. Because of the author’s readable style and the annotated list of references, the book’s first chapter is a very good introduction to the conflict theoretical tradition. Collins, Randall. 1990. Conflict theory and the advance of macro-historical sociology. In Frontiers of social theory. Edited by George Ritzer, 68–87. New York: Columbia Univ. Press. E-mail Citation» This chapter discusses the contemporary situation of conflict theoretical thinking and links the classical conflict theory paradigm to contemporary work in comparative historical sociology, especially the work in Mann 1986–2013 (see Contemporary Works in the Conflict Theory Paradigm). It thereby illustrates Collins’s rather encompassing notion of the term conflict theory. Demmers, Jolle. 2012. Theories of violent conflict: An introduction. Abingdon, UK: Routledge. E-mail Citation» This is a book with an introductory character. It explains the most important theories of violent conflict of social psychology, sociology, and political science. Joas, Hans, and Wolfgang Knöbl. 2011. Conflict sociology and conflict theory. In Social Theory: Twenty introductory lectures. By Hans Joas and Wolfgang Knöbl, 174–198. Cambridge, UK: Cambridge Univ. Press. E-mail Citation» This book gives an exhaustive and readable overview of contemporary sociological theorizing. It was originally published in German (Sozialtheorie) in 2004. The chapter not only introduces the main authors and discussions of the classical conflict theory paradigm of the 1950s and 1960s, but it also depicts the failure of conflict theory to establish itself fully as an independent sociological paradigm. Turner, Jonathan H. 2003. The structure of sociological theory. Belmont, CA: Wadsworth. E-mail Citation» The four sub-chapters about conflict theorizing offer a very dense and systematic account of classical and contemporary conflict theory, especially in its neo-Weberian, neo-Marxian, and feminist variety. Turner presents the theories in a very analytic way, summarizing each of them by providing tables of major, empirically testable propositions. Página 16 de 17


Siluetas históricas

Percy C. Acuña Vigil

Nº8

Referentes BLUMER, Herbert. (1982). El Interaccionismo simbólico, perspectiva y método. Barcelona Hora D.L. Herbert Blumer (1969). Symbolic Interactionism: Perspective and Method. New Jersey: Prentice-Hall, Inc. p. vii. Mead, George (1934). MIND, SELF and SOCIETY. Chicago: The University of Chicago Press. "George Herbert Mead: The Genesis of the Self and Social Control". Brocku.ca. Retrieved 2013-08-01. Freund, Julien (1983) Sociología del Conflicto, Presses Universitaires de France, pág. 65. Coser, Lewis (1913-2003), sociólogo norteamericano, autor del libro “The functions of Social Conflict”, publicado en 1956. De Lucas, Fernando (1999) Lecciones de Sociología General, Editorial Centro de Estudios Ramón Areces SA, Madrid, pág. 37-39. Bobbio, Norberto; Matteuci, Nicola y Pasquino, Gianfranco (2001) Diccionario de Política, Volumen 1, Edición 13, Siglo Veintiuno Editores, pág. 298-304. Cedeño Araujo, Claudio (1936-2011), místico y filósofo peruano, creador de la Doctrina Septriónica que se caracteriza por sus teorías futuristas en los aspectos científicos y por su total anulación del adoctrinamiento y del dogmatismo. En Interrogantes al Brahmanismo: ¿Existe realmente el Diablo? (1974), Lima, pág. 111-131. Mondolfo Rodolfo. Heráclito: Textos y problemas de su interpretación. Siglo XXI. 402a Así mismo, aparece en la Ética Nicomaquea de Aristóteles, VIII 2, 1155b, donde se escribe A. Hilary Armstrong. Introducción a la filosofía antigua. EUDEBA. 2007.pg. 26 Ética Nicomaquea VIII, 1155b Platón. 2010. Fedón. Gredos, Madrid 2010. L. Stevenson. 2010. Diez teorías de la naturaleza humana. Catedra, Madrid, 2010. Crátilo de Platón Andrés Serbin 2007. Paz, conflicto y sociedad civil en América Latina y el Caribe: Andrés Serbin et al. Icaria Editorial. Centro Internacional de Investigaciones para el Desarrollo. Ralf Dahrendorf: Crítica e implicancias de su teoría ecléctica de las clases: http://www.scielo.org.ar/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S151468712010000100006 Página 17 de 17


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.