enero de 2013 año XIV n° 122 (sin techo) precio $ 5,00 periodicoeleslabon.wordpress.com
DESOPILANTES CRÍTICAS AL SISTEMA PENITENCIARIO
¿Y los derechos humanos de los represores?
Jerónimo Principiano
Condenado por casos de 29 secuestros y torturas y 16 homicidios que lo tuvieron como protagonista en la última dictadura, el genocida Juan Daniel Amelong denunció ante la Justicia federal que fue trasladado desde la prisión al odontólogo en una combi “sin burletes y sucia” y paseado por el Hospital Militar esposado, ante “la curiosidad pública”.
Narcos, violencia y policía Se pinchó la pelota La sucesión de muertes y tiroteos más la frustración del clásico sostienen al tope de la agenda provincial la crisis de la seguridad. En medio de los cruces mediáticos con tono chicanero comienzan a perfilarse propuestas concretas.
De lunes a viernes de 9 a 12
A propósito del frustrado duelo estival entre canayas y leprosos, el eslabón repasa algunos de los peores momentos de la historia del enfrentamiento entre los dos grandes de una ciudad que supo ser la Capital del fútbol argentino.
Frecuencia Mutual FM 104.1
diario digital producido por la Cooperativa La Masa
www.redaccionrosario.com
página 2 | n° 122
enero de 2013 | el eslabón
EDITORIAL
“
Unas líneas sobre narcos, violencia y policía PAGO 25 MIL PESOS al comando, 20 a la subcomisaría segunda, 15 a los distribuidores, y me pueden llegar a quedar unos siete mil por mes. En un par de años me hago una buena casa en otro lado y me voy de acá”, explicó quien hasta ahora era una referente barrial a los jóvenes militantes. Para los pibes fue duro digerir la información que les daba esa mujer que había empezado a brindar una copa de leche en el barrio, sobre la cual tenían depositadas esperanzas de que sea uno de los puntales de la organización. Los muchachos debieron remontar la dura cuesta de una moral militante golpeada, una vez más, en la desigual batalla librada en los territorios más abandonados de la ciudad. Pero ese impacto estaba lejos de alcanzar lo que vino unos tres meses después, cuando las balas de “soldaditos” de ese y otro bunker de drogas provocaron heridas a varios militantes. Según el testimonio de la mujer que prefirió poner un kiosco, más de la mitad de la renta del negocio es apropiado por la policía. ¿Quiénes son los verdaderos capitalistas en ese mercado? El tipo atravesó la ciudad de punta a punta, durante veinte años, tomando y vendiendo merca día y noche, sin parar. “Sólo merca, el faso es para los giles y te escracha con el olor”, ha dicho. No tenía un kiosquito en la villa, atendía por teléfono y se acercaba en su auto hasta el cliente, estuviera en el centro, Fisherton, Funes, Arroyito, Saladillo o Alberdi. El consumidor que relató a el eslabón la historia de un histórico dealer ya retirado, contó que más de una vez subió a su coche, donde llevaba preparadas cientos de dosis de cocaína, y se sorprendió con que su acompañante era un agente de la policía de Santa Fe. “Hace varios años, me dijo que pagaba 6 lucas al comando y otro tanto no se a qué comisaría, más los adicionales cuando lo acompañaba un agente”, indicó la fuente. “Si te contara quiénes son mis clientes te caés de culo”, dijo que le dijo el dealer. “Jueces, políticos, periodistas, deportistas”, mencionó el distribuidor. “Yo soy un profesional, no un cabeza; y no me sacás un nombre ni muerto”, se ufanó el vendedor. “La última vez que lo vi, andaba ya en un auto de alta gama, tenía un depto-bunker en pleno centro; en estos años de explosión del consumo se había ido para arriba”, cerró su relato el ex cliente del dealer motorizado. “¡Correte Mecha, o te tiro!”, le dijo el pibe que había ido junto a su familia toda la vida al comedor del barrio Ludueña donde Mercedes Delgado y otras trabajadoras sociales servían unas cuatrocientas raciones de comida por día. Mecha, parada en medio de dos bandas que se estaban tiroteando a plena luz del día, acaso haya pensado que sería respetada por aquel lazo de solidaridad que la supo unir con ese chabón, que ahora cargaba un fierro y antes de sacudirle el tiro, que finalmente le quitó la vida, le insistió: “¡Correte Mecha!”.
Periódico mensual fundado el 2 de septiembre de 1999 por Matías Ayastuy, Juan Emilio Basso Feresin, Julián Lafuente, Rodrigo Miró y Jerónimo Principiano.
Los homicidios y la violencia ligada a los grupos narcos en Rosario y Santa Fe, con una cada vez más explícita relación de connivencia con la policía provincial, aumentaron exponencialmente en los últimos años. En Rosario, durante 2012 crecieron un 40 por ciento desde 2011, hasta llegar al récord histórico de 182 muertes del año pasado. Para el investigador en Criminología de la Universidad Nacional del Litoral (UNL), Máximo Sozzo, “que Rosario y Santa Fe tengan registros de homicidios dolosos más cercanos a los países de América Central que a ciudades con las que solían ser comparables –Santiago, Montevideo, Buenos Aires– debería motivar varias cosas. Por empezar, producir mejor información sobre la violencia, aunque por suerte hay mucha experiencia internacional de la que aprender. Y luego definir cómo intervenir sobre el fenómeno”. La problemática, que se impuso en la agenda local tras el fusilamiento de tres militantes del Frente Darío Santillán en enero de 2011, por parte de una banda ligada a la barra de Newell's y afamados narcos rosarinos, tiene un elemento que pone a la provincia de Santa Fe y a su gobierno ante un dilema que aunque en el cruce de chicanas (ver nota “Chicanópolis”) pretenda atajarse diluyendo culpas hacia el Estado nacional –que debe controlar fronteras y rutas nacionales–, torna ineludible su responsabilidad: el rol protagónico de la fuerza de seguridad santafesina en la regulación y administración del narcotráfico en su territorio. El señalamiento no exime de culpas a las gestiones justicialistas anteriores, pero el alza del crimen organizado alrededor de kioscos y bunkers de drogas en las principales ciudades de la provincia, con su correlato de violencia en lo que aparece como una virtual guerra de grupos que se disputan zonas de comercialización, sobre las que después los ganadores arreglan un canon con la fuerza de seguridad para instalar sus negocios, obliga al gobierno socialista a hacerse cargo de que esa es su Policía, y que es del Ejecutivo de quien depende su conducción. Marcelo Saín –quizás uno de los más preparados criminólogos del país–, en una extensa entrevista con este medio (páginas 8 y 9), reafirma que “en Santa Fe la policía es el cartel de la droga”, y plantea que “debe realizarse una reforma profunda de la institución” para controlar el desborde de muerte y violencia que puso a la provincia en la agenda nacional. Pero también reconoce que ese proceso es imposible sin un acuerdo de todos los sectores políticos que tendrían que impulsar la creación de un Consejo Provincial de Reforma de la Policía conducido por el gobernador y refrendado por la Legislatura santafesina.
propietario: Asociación Civil Cadena Informativa RPI Nº 234.810 producción periodística: Cooperativa de Trabajo La Masa director: Juan Emilio Basso Feresin
El triple crimen de Villa Moreno, el affaire Tognolli, el escándalo de su heredero Cristian Sola –actual jefe de la policía denunciado en Asuntos Internos por poseer una mansión valuada en medio millón de pesos–, el asesinato de Mercedes Delgado, la balacera contra tres militantes del Movimiento Evita en Nuevo Alberdi, la espiral de violencia con nueve atentados incluidos que terminó con la suspensión del clásico Newell's-Central, son algunos de los títulos de una lista que llega hasta la increíble cifra de veinte muertes violentas en lo que va de 2013.
Menos Estado “En la provincia de Santa Fe, como en la Argentina en general, se han visto unas reacciones demasiado tibias a lo largo de los años luego del impacto profundo de las reformas neoliberales que desestructuraron radicalmente el tejido social”, planteó Sozzo en su entrevista con el periodista de La Capital Hernán Lascano. “Los esfuerzos desde el 2000 para acá –añadió– tuvieron alcances muy limitados. La provisión de ingresos que produjo la Asignación Universal por Hijo, que es una medida muy importante, no basta para rearmar lazos sociales. La privación no sólo fue privación de ingresos sino fragmentación de los modos de vida que se construían sobre el modo de acceder al ingreso. Es indispensable un tipo de intervención con presencia territorial constante”. Pero en Rosario y Santa Fe hay otro elemento que se agrega a la discusión, y que viene de la mano de trabajadores y funcionarios de segunda línea de áreas del Estado que históricamente aparecían como claves de la gestión socialista, como Salud y Promoción Social, y que constituyen otra variable para agregar al debate. Empleados y profesionales del Estado de la Municipalidad y la provincia, denunciaron en un comunicado “menor presencia, insuficiencia de personal en los equipos e inexistencia de reemplazos por licencia”, a lo que agregaron que “en todos los niveles del Estado existen programas inestables que se sostienen con trabajadores/as precarizado/as, sin estabilidad laboral o mediante proyectos que tienen un tiempo acotado de duración”. “El año pasado hubo un retroceso en muchos espacios: el único actor estatal que quedó fue el efector de salud, pero la demanda que le llega es de una dimensión que no puede resolver”, expresó Débora Daniele, la directora de Salud Mental del municipio, en una declaración que le valió la reprimenda de las autoridades políticas rosarinas. La funcionaria, con el asesinato de Mercedes Delgado en Ludueña como telón de fondo, admitió: “Tengo la responsabilidad de plantear que el 2012 fue un año muy complicado porque no hubo
editor: Manolo Robles editor contrapunto: Jerónimo Principiano editor crack: Guillermo Griecco editor la bola: Santiago Garat diseño gráfico: Javier García Alfaro
mucha presencia estatal”. Desde su conocimiento de las complejidades que atraviesan los barrios de la ciudad, Daniele confesó que "es bastante poco lo que se puede hacer para competir con los circuitos ilegales" y centró nuevamente el eje en el desarrollo de las narco bandas y sus ejércitos de soldaditos en permanente reclutamiento.
Legalícenla Otro debate que debería empezar a ponerse en el horizonte de posibles soluciones se relaciona con el fin del narcotráfico liso y llano, pero ya no siguiendo el paradigma diseñado por el Departamento de Estado de Norteamérica, que exportó al mundo –DEA mediante– su “Guerra contra las Drogas”, declarada por Richard Nixon en 1971, y de la cual todos conocemos los resultados, ya que están a la vista. Estos resultados obligan a mirar cada vez con más atención las propuestas de legalización de las drogas ilegales entendiéndolas como método para resolver una situación asimilable a la generada en Estados Unidos a principios del siglo XX, cuando las mafias se disputaban –a sangre y fuego luego hollywoodizados– el mercado del escabio, tan prohibido por entonces como la marihuana y la cocaína ahora, sin que tal prohibición frenara para nada los índices de consumo, más bien al contrario. En un interesante artículo escrito por los cientistas sociales yanquis Gary S. Becker y Kevin M. Murphy –publicado en La Nación–, quienes han estudiado sesudamente la estrategia estadounidense impuesta al resto del planeta, los intelectuales arriban a la conclusión de que “la completa legalización en ambos lados del mercado bajaría el precio de las drogas, reduciría el papel de los delincuentes en su producción y venta, mejoraría la calidad de vida en muchos barrios marginales, incentivaría a más estudiantes de minorías étnicas en EE.UU. a terminar su educación secundaria y aliviaría sustancialmente los problemas en México y otros países involucrados en el suministro de drogas”. Tras analizar la experiencia de Portugal, que desde 2001 legalizó las drogas, los investigadores norteamericanos indican que esa opción “también reduciría en gran medida el número de presos en cárceles estatales y federales y los efectos nocivos que sufren los drogadictos al pasar años en prisión. Además, podría ahorrarle recursos financieros al Estado”. ¿Y qué pasaría si los psiquiatras y los médicos pudieran recetar marihuana? ¿Usted sabe, señora horrorizada, que su doctor que le receta psicofármacos que le abomban la cabeza y le agujerean la panza para poder dormir tendría menos cargo de conciencia si le pudiese ordenar un tratamiento a base de porro? Sin negar la realidad ni eludir responsabilidades, sin careta ni eufemismos, sin moralina ni prejuicios, sin especulaciones ni tibiezas, habrá que encarar todos los debates necesarios y construir una política de Estado que ya se erige como fundamental y que no hubo ni hay.
corrección: Santiago Garat y Gabriel Zuzek fecha de cierre: 29 de enero de 2012. Impreso en Los Gráficos (Victoria, Entre Ríos). el eslabón utiliza el servicio de la Agencia Nacional de Noticias Télam SE.
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el eslabón | enero de 2013
DESVENTURAS DE UN REPRESOR QUE VA AL ODONTÓLOGO
Los gastados colmillos del teniente Daniel Condenado por casos de 29 secuestros y torturas y 16 homicidios que lo tuvieron como protagonista en la última dictadura, el genocida Juan Daniel Amelong se quejó ante la Justicia federal –lo que disparó todo una movida que incluyó un conflicto por competencias entre jueces–, porque fue trasladado desde la prisión al odontólogo en una combi “sin burletes y sucia” y paseado por el Hospital Militar esposado, ante “la curiosidad pública”. Jerónimo Principiano
Por Luciano Couso
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UANDO SUBIÓ A LA COMBI que lo llevaría desde Marcos Paz hasta el Hospital Militar Central de la ciudad de Buenos Aires, en la madrugada del 17 de julio del año pasado, el abogado y militar retirado dejó de lado los suplicios que supo infligir el “teniente Daniel” a sus inermes detenidos en los calabozos clandestinos. Aunque en otro momento histórico los haya condenado, ahora sabe de eso que vulgarmente se menciona como “los derechos humanos de los delincuentes” y desea hacerlos cumplir. Condenado a reclusión perpetua por 29 privaciones ilegales de la libertad seguidas de torturas y 16 homicidios, delitos que la justicia federal rosarina consideró de lesa humanidad, el reo Juan Daniel Amelong generó un peloteo de competencias en los tribunales al denunciar que el Servicio Penitenciario lo llevó al dentista en una camioneta sin calefacción y a la que “le faltaban burletes”, amén de afectar su “intimidad” al pasearlo por los pasillos de un hospital esposado ante la “curiosidad pública”. Aunque parezca un relato de ciencia ficción, lo mencionado arriba es absolutamente cierto. La Cámara Federal de Apelaciones de Rosario tuvo que dictaminar, el 13 de diciembre pasado, en un conflicto de competencias entre el juzgado federal Nº 4 de Rosario, a cargo de Marcelo Martín Bailaque, y el que encabeza en la ciudad de Buenos Aires María Servini de Cubría. ¿La razón? El presidiario Juan Daniel Amelong, conocido por sus pares durante la última dictadura por su alias de “teniente Daniel”, presentó una denuncia por los presuntos malos tratos recibidos al ser trasladado desde su lugar de detención, en el penal bonaerense de Marcos Paz, hasta el Hospital Central Militar, donde visitó al odontólogo. Amelong espera en el pabellón “de lesa” de Marcos Paz –como se conoce al sector de ese penal donde están alojados los represores de la última dictadura– que la Cámara de Casación Penal de la Nación resuelva la apelación de la sentencia que lo condenó en primera instancia a prisión perpetua. A mediados de abril de 2010, el abogado y militar retirado Amelong fue condenado en el primer juicio por delitos de lesa humanidad que se tramitó en Rosario, junto al ex teniente Oscar Pascual Guerrieri, el ex mayor Jorge Fariña, el ex agente de inteligencia del Ejército Walter Pagano y el Personal Civil de Inteligencia (PCI) Eduardo Tucu Costanzo. Todos participaron de una patota del Destacamento 121 de Inteligencia que durante la última dictadura fue parte de la represión ilegal en Rosario y la región. Para Amelong, “la guerra” no terminó. Mientras batalla en el plano civil para no perder su matrícula de abogado –suspendida por el organismo de Ética del Colegio de Abogados de Rosario– el “teniente Daniel” se atrinchera en la justicia para darle pelea al frío de las combis del Servicio Penitenciario.
El represor va al dentista Según su denuncia ante el juzgado de Bailaque, el 17 de julio pasado fue trasladado desde Marcos Paz a Capital Federal a fin de continuar “un tratamiento odontológico” que el sistema democrático garantiza a las personas privadas de su libertad. De acuerdo al texto de la Cámara Federal en el que resuelve que la competencia para tratar la denuncia corresponde a Servini de Cubría, Amelong “expresa que fue retirado a las 4.30 junto con otros internos y transportado en una combi a la que no le funcionaba la calefacción, tenía rota una de las ventanas por la que ingresaba el frío aire de esa madrugada, le faltaban burletes en las aberturas y se encontraba sucia”. Tras las rejas, el “teniente Daniel” encabeza ahora la guerra limpia. El secuestro, las torturas y los fusilamientos no son métodos adecuados para combatir a los microbios, cuya filiación ideológica es mucho más complejo de establecer que en las personas. El frío del invierno, se sabe, tampoco distingue ideologías. Sigue el texto de la Cámara: “Señala que en esas condiciones estuvieron las casi cinco horas que demoró el traslado, pasando por Campo de Mayo y Devoto, para llegar al Hospital a las 9.30 horas”. Y continúa: “Una vez en el Hospital fue llevado (al igual que los otros dete-
nidos) entre toda la gente que se encontraba en el lugar (pacientes, acompañantes, enfermeros, camilleros, médicos, etc.) por los pasillos y escaleras esposado, con riesgo cierto de caer y sufrir lesiones, además de la exposición a la curiosidad pública a la que se vio sometido y la falta de preservación de su intimidad”.
Autoridad moral Sobre la última parte de su denuncia, el “teniente Daniel” puede exhibir autoridad moral. Las mazmorras a las
que trasladaba a sus “presas” durante la última dictadura no permitían conocer la identidad de los secuestrados y la “curiosidad pública” no accedía a los pormenores de esos procedimientos. Pocos sabían que en la ex Fábrica Militar de Armas “Domingo Matheu”, donde hoy funciona la Unidad Regional II de Policía, había un centro clandestino de detenciones por cuyos delitos cometidos en el lugar Amelong fue condenado 30 años después. También se preservó durante años la identidad del propietario del inmueble donde funcionó el centro clandestino de detenciones conocido como La Ribera o Intermedia, que la familia del “teniente Daniel” puso a disposición del terrorismo de Estado sin fines de lucro. Aún hoy, tres décadas después de aquél genocidio, la sociedad argentina espera satisfacer su “curiosidad pública” sobre el destino de los desaparecidos, sobre lo que el “teniente Daniel” puede aportar quebrando el pacto de silencio que selló con sus camaradas de los 70. El ejercicio de sus derechos como prisionero y la posibilidad de denunciar ante la justicia los malestares que lo aquejan –acceso denegado para las víctimas del terrorismo de Estado–, muestran la consolidación del sistema democrático en la Argentina a treinta años de concluida la última dictadura, basado en la justicia y no en la venganza. De todos modos, Amelong no debería generarse enormes expectativas sobre el desenlace de su denuncia sobre burletes y suciedades. Según la Cámara de Apelaciones, aún no se determinó que hayan existido delitos en el traslado. “Surge de la reseña efectuada en el considerando que antecede que los hechos denunciados (cuya relevancia penal no se encuentra aún establecida, como tampoco se ha esbozado algún encuadre legal)…”, dijeron los camaristas. De todos modos, resolvieron que la competencia corresponde a la jueza federal de Capital, Servini de Cubría, quien deberá establecer si existió delito en el frío traslado del represor, que evidentemente le infligió mayor sufrimiento que el tratamiento odontológico.
Contrastes tenebrosos Lo que el represor Daniel Amelong denuncia ante la Justicia no sólo contrasta tenebrosamente con las torturas y homicidios de los que él mismo participara contra los militantes víctimas de la dictadura. También se da de bruces contra las criminales condiciones de detención de la enorme mayoría de los presos –jóvenes y pobres– alojados en las cárceles de todo el país. En la provincia de Santa Fe, en los últimos meses la mayoría de las
denuncias de entidades de defensa de los derechos humanos de los reclusos como la Coordinadora de Trabajo Carcelario hicieron referencia a sucesos en el Instituto de Rehabilitación del Adolescente de Rosario (Irar) y la cárcel de Piñeyro, a la que se llama “la pequeña Vietnam”. Y los hechos denunciados no pasan por combis sin calefacción ni sometimiento a la curiosidad pública: se trata de torturas y homicidios, lo mismo por lo que el quejoso Amelong fue condenado a prisión perpetua.
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enero de 2013 | el eslabón
EL 2013 TRAE UN NUEVO JUGADOR AL MERCADO GRÁFICO PROVINCIAL
Dypsa suma un refuerzo grosso: la imprenta propia La cooperativa de provisión de servicios que agrupa a periódicos regionales santafesinos –entre ellos el eslabón– se apresta a poner en marcha en San Cristóbal una rotativa con gran capacidad de producción.
Los editores agrupados en Dypsa proponen “precios accesibles y espíritu asociativo”.
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A PUESTA EN MARCHA DE la planta impresora de Dypsa, la cooperativa de provisión de servicios que agrupa a periódicos regionales santafesinos, asoma como importante novedad del año que se inicia en el mercado gráfico y el ámbito periodístico provincial. “Nuestro objetivo es ofrecer precios competitivos y espíritu asociativo, generando recursos para fortalecer el sector de la prensa al que pertenecemos, que es el que tiene la conexión más directa con las realidades regionales, el que responde a los intereses de las comunidades a las que pertenece”, dijo Carlos Lucero, editor de los periódicos El Departamental de San Cristóbal y el Departamental del Norte y presidente de Dypsa, agrupamiento que cuenta entre sus integrantes con este periódico y la cooperativa La Masa. Ya firmados, en diciembre pasado, los convenios y acuerdos correspondientes, en Dypsa estiman que en los primeros meses de este 2013 comenzará a funcionar la rotativa marca Wed Leader, con capacidad para imprimir 10 mil diarios/hora, máquina que perteneciera al diario El Independiente de La Rioja y llega a territorio santafesino en el marco del proyecto Rotativas Argentinas, instrumentado desde el Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social (Inaes) y la Red Gráfica, conformada por más de dos decenas de empresas autogestionadas del rubro. La suma de voluntades que aportan al desarrollo del proyecto se nutre también de los estados provincial y municipal de San Cristóbal, que cedió en comodato a
Dypsa un predio de la ciudad de más de 200 metros cuadrados que perteneciera a los ferrocarriles y que está siendo debidamente acondicionado, bajo dirección de la arquitecta Nadia Barba, para albergar la planta impresora, que desde la ciudad del centro norte santafesino buscará perfilarse como polo de atención de la demanda de una vasta región. Esto de la participación de los tres niveles del Estado fue uno de los aspectos que se destacaron en el acto de firma de convenios y acuerdos que se llevó a cabo el último 12 de diciembre en un acto en San Cristóbal. Allí estuvieron José Orbaiceta, director del Instituto Nacional de Economía Social (Inaes) dependiente del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación; la diputada provincial socialista Inés Bertero, el senador provincial radical Felipe Michlig, el secretario provincial de Asuntos Legislativos Pablo Farías, el director provincial de Medios Ricardo Attala y el intendente anfitrión Horacio Rigo, otro dirigente del radicalismo. Además, se leyeron adhesiones de altas autoridades provinciales y de los diputados nacionales kirchneristas Agustín Rossi y Marcos Cleri y la regional santafesina del Movimiento Evita. Esa convergencia de Nación, provincia y municipio y ese relacionamiento con diversos sectores políticos y sociales -se señaló- es coherente con el modo de construcción, participativo y plural, adoptado por los editores agrupados en Dypsa, que son las empresas familiares y pymes que producen La Tribuna de Rufino, Pueblo Regional de Venado Tuerto, Info Regional de San Genaro, El
Santotomesino, Pausa de Santa Fe, El Eco de Sunchales, El Departamental de San Cristóbal y El Departamental del Norte; más el aporte desde la economía social a través de El Eslabón, con Cadena Informativa y la Cooperativa La Masa, las publicaciones de la Federación de Entidades Mutualistas con sede en Rosario y la Mutual Maestra y el Centro de Diagnóstico y Análisis para la Planificación Estratégica (Cediape). “Venimos trabajando hace más dos años buscando dar respuestas en conjunto a problemas que nos afectan a todos y sabemos que hay muchas publicaciones más en la provincia que comparten situaciones similares, por lo que nuestra intención es sumar y crecer a todos los que entiendan que trabajar asociadamente es una necesidad de la nueva etapa de las comunicaciones en la Argentina”, explicó Lucero en diálogo con El Eslabón. “Nuestro desarrollo es paralelo a toda la lucha de tantos años por la democratización de las comunicaciones que se traduce en las leyes de comunicación audiovisual y de declaración de utilidad pública de la producción, comercialización y distribución de papel para diarios”, agregó Lucero. El presidente de Dypsa resaltó además “la importancia de la decisión estratégica del movimiento cooperativo y mutual de promover instancias de coordinación que agrupen y potencien a los medios de comunicación del sector”. En este sentido, basta repasar la procedencia de los oradores en el acto de diciembre en San Cristóbal: tras la bienvenida a cargo de Lucero y el intendente Rigo se dirigieron a los presentes Narciso Carrizo, de la
Federación de Mutuales Brigadier Estanislao López; Eduardo Olivera, de la Red Gráfica; Manuel Berlanga, de la Cooperativa Trama, concebida para agrupar a medios y productoras audiovisuales; Julio Delgado, presidente de la cooperativa Dypra (Diarios y Periódicos Regionales de la Argentina) y Nahum Mirad, coordinador de la Usina de Medios, el espacio generado entre el Inaes y las entidades de la economía social para trabajar el frente de la comunicación; con cierre a cargo de Orbaiceta, quien integra el directorio del Inaes a partir de su larga trayectoria en el cooperativismo de trabajo de la industria gráfica. También del cooperativismo de trabajo, agrupado en la Federación de Diarios y Comunicadores Cooperativos de la República Argentina (Fadiccra), provienen Delgado y Mirad y varios otros referentes que en distintas regiones del país proyectan sus experiencias de gestión e integración al conjunto de la economía social y el sector pyme. La mayoría de todas estas instancias organizativas son hijas de los intensos últimos años de las comunicaciones en la Argentina, signados por vientos de cambio que no se frenan ni pese a la resistencia de las grandes corporaciones del sector, en especial del grupo Clarín y su batalla en los estrados judiciales todavía sin definirse. Al respecto, en Dypsa la posición es clara y acorde a la del conjunto de los espacios que bregan por una nueva comunicación: “Nosotros esperamos que se haga justicia lo más pronto posible para que la norma se aplique integralmente y todos seamos efectivamente iguales ante la ley”, indicó Lucero.
el eslabón | enero de 2013
el laburante | página 5
NUEVA EMPRESA RECUPERADA EN EL SUR SANTAFESINO
La autogestión no se toma vacaciones En Cerámica Fighiera se escribe un nuevo capítulo de la recuperación de empresas por parte de sus trabajadores. Al cabo de un conflicto por falta de pago, los obreros resolvieron entrar a la planta paralizada para reiniciar la producción. Y el eslabón estuvo ahí. Manuel Costa
Por Manolo Robles
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REINTA OBREROS MÁS DEL sur santafesino comenzaron el año confirmando que la autogestión de los trabajadores es una alternativa que no pierde vigencia. Se trata de personal de Cerámica Fighiera, una empresa del rubro del ladrillo y las tejas con seis décadas de trayectoria que entró en cesación de pagos con sus empleados en noviembre pasado. Como antes hicieron tantos otros -como por ejemplo los laburantes de Mil Hojas y La Cabaña, con quienes tomaron contacto para emprender su propio capítulo de un movimiento cada vez más extendido-, los obreros de Fighiera respondieron al ausentismo patronal con la potenciación de la presencia propia: se organizaron como cooperativa de trabajo y el lunes 28 de enero entraron a la planta de la localidad ubicada 40 kilómetros al sur de Rosario. Juan José Armoa y Nieves Mansilla se prestan a las fotos a la sombra de una arboleda en el acceso a la planta, a la que se llega por el camino de ingreso a Fighiera desde la autopista Rosario-Buenos Aires, cruzando un kilómetro y medio más allá de la ruta 21 hacia el río Paraná. Ahí está fresco para ser pleno verano con sol a pleno, pero Armoa, Mansilla y el resto de sus compañeros agrupados en la cooperativo lo que quieren es volver a sentir cuanto antes el calor de los hornos y los secaderos de ladrillos en plena producción.
La planta, que cubre la cuarta parte de un predio de unas 8 hectáreas, tiene en sus actuales condiciones una capacidad de producción de hasta 450 mil piezas de un amplio abanico de ladrillos y tejas “de buena calidad”, remarcan los trabajadores, que estiman concretar la vuelta a la producción antes que termine febrero y volver al mercado a través de nuevos clientes y también de los habituales de la empresa, que no faltaban, señalan. Por eso no se explican por qué en noviembre del año pasado fueron empujados al conflicto por la falta de pago de sus haberes, que venían sufriendo recortes varios como incumplimientos de aumentos de paritaria ya desde el 2009. Con la intervención y el apoyo del Sindicato de Ceramistas de Capitán Bermúdez al que pertenecen, los trabajadores de Cerámica Fighiera fueron al paro y agotaron todas las instancias de diálogo y pelea sin resultado positivo, por lo que resolvieron establecer guardia permanente en la entrada a la fábrica. “Estábamos dispuestos a charlar y hasta a ceder algo del sueldo otra vez, pero no hubo forma”, recuerda Armoa. Y la paciencia terminó de agotarse cuando la patronal pidió retirar parte de la producción almacenada a cambio de repartir entre los empleados lo obtenido por su venta, pero la promesa no se cumplió. La nueva decepción terminó de dar consenso mayoritario a la idea de apelar a la autogestión que ya había rondado pero se descartaba por su-
ponerla demasiado complicada. Llegó el contacto con referentes del movimiento de empresas recuperadas rosarino y acompañados por ellos y el presidente comunal de Fighiera, Carlos Mariani, se reunieron con el senador provincial Miguel Lifschitz, quien se comprometió a impulsar una ley de expropiación en la Legislatura santafesina y con José Garibay, funcionario del Ministerio de Producción de la provincia, ante quien iniciaron gestiones por financiamiento para revertir la falta de incorporación de tecnología que sufrió la fábrica en los últimos años. “La maquinaria que tenemos está bien, pero necesitamos inversión para poder ser más competitivos porque estás empresas de la zona han mejorado”, dicen los obreros, ya metidos a pensar un desarrollo. En este sentido, el optimismo pasa por el hecho de que, hasta el conflicto, la producción se mantenía en niveles importantes para abastecer la demanda del mercado interno y también para exportar a Uruguay y Chile. “Acá alguien se fue quedando con la plata, otra no hay”, discurren los trabajadores sobre el manejo de la firma por parte de sus dueños, un grupo de varios socios radicados en la zona. Pero en Fighiera ya es tiempo de autogestión. Los obreros, que dicen sentirse acompañados por la comunidad, ya pusieron manos a la obra con los trabajos de limpieza y reacondicionamiento de la planta. En la parte posterior de uno de los galpo-
nes, al aire libre, se ve un grupo disponiendo como corresponde ladrillos y tejas. Mansilla, que es foguista y lleva 40 años en la fábrica, explica el proceso de cocción en una larga hilera de hornos. Armoa, que es un electricista con 20 años de antigüedad, maldice un poco porque al reingresar se encontraron con algunos cables cortados a propósito, acción que atribuyen a “un casi patrón que ya no está más”. Entre los que se anotaron para el primer turno del día del reingreso también hay varios jóvenes, más callados pero enérgicos en los movimientos de traslado y almacenamiento de la producción. A los contactos alentadores con municipio y provincia ya se sumaron las gestiones ante el gobierno nacional para acceder a más asistencia. “Sabemos que ahora las leyes nos favorecen más”, dice Armoa, en alusión a la reforma de la ley de quiebras que posiciona mejor a los trabajadores. Otras eran las condiciones cuando el movimiento de recuperación de empresas irrumpió en la escena social, política y económica del país, a fines de los 90. En Fighiera tienen todo ese bagaje de experiencia a disposición, al que se sigue apelando desde varios colectivos de trabajadores en todo el país, como por ejemplo, por citar un ejemplo reciente y de dimensión importante, el de los de Naranpol. “Ahora tenemos más responsabilidad”, repiten en la fábrica de ladrillos. Otro ladrillo en la construcción de una economía más justa.
página 6 | ciudad
enero de 2013 | el eslabón
VIOLENCIA, NARCOS Y POLICÍAS
Chicanópolis Silvio Moriconi
El diputado Rossi fue conciso al referirse a ello. “En Rosario se cometieron, durante 2012, 182 homicidios mientras que en la ciudad de Córdoba, 62”. “Se puede ver que el año pasado se cometieron en Rosario 140 por ciento más de homicidios que en Córdoba”, subrayó Rossi.
F(e)in de las vacaciones
La sucesión indetenible de muertes y tiroteos más la frustración del clásico entre Central y Newell's sostienen al tope de la agenda provincial la crisis que se disparara con la detención del ex jefe de Policía Hugo Tognoli. Pero a mucho ruido y pocas nueces suenan los cruces mediáticos entre la mayoría de los referentes de oficialismo y oposición provincial y local en torno del hierro caliente, cada vez más caliente. Del verdadero debate, sólo sombras. Por Manuel Costa
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L GOBIERNO DE SANTA FE, más preocupado en contestar dardos que en reconocer la situación, pretende imponer la idea de que todo reproche a sus carencias en materia de seguridad tiene fines electoralistas. La oposición, aferrada a su convicción de que toda la responsabilidad del caso le cabe al partido gobernante, propone poco y nada. En el medio, más de 200 homicidios en poco más de un año colocan a Rosario entre las ciudades más violentas del país. Al referirse al tema, la intendenta Mónica Fein rechazó el mote de “narcópolis” –adoptado por el justicialismo santafesino en un comunicado cuya difusión fue luego desautorizada por sus mismos firmantes–, y advirtió: “Tenemos poca policía” y la que hay “no siempre está a la altura de las circunstancias”. Esas declaraciones de Fein fueron una excepción a las de casi todos los actores políticos de la región, oficialismo u oposición, todas leñas de un debate que al fuego del año electoral pasaron más por un fragoso intercambio de chicanas que por la resolución del problema en sí. La crítica, en boca del senador Miguel Lifschitz “despiadada”, no es –ni nunca fue– patrimonio absoluto de los referentes de la oposición provincial. A cada reproche, siempre insidioso a ojos del socialismo, éste respondió otro con igual ponzoña. Prueba de ello es el cruce de comunicados. Uno del PJ santafesino exhortando al gobierno provincial a reaccionar “de una vez de su letargo” para brindar seguridad, y bautizando a Rosario como “narcópolis”. Otro del PS, acusando a “representantes de esta provincia” –en referencia al secretario de Transporte Alejandro Ramos y al diputado nacional Agustín Rossi– “de encabezar una campaña nacional de estigmatización de su provincia y de Rosario, con el único objetivo de posicionarse electoralmente y de dañar la imagen de uno de los candidatos a presidente con mayores chances para 2015”, por Hermes Binner. Flojo contrataque si se considera lo que señalan a continuación: en otro tramo, el PS comienza reconociendo que “Rosario
ha llamado la atención por una sucesión desgraciada de episodios”. Pero añade que “durante los mismos días también se publicaron los informes de la Corte Suprema de Justicia conducidos por el prestigioso criminólogo y ministro Eugenio Zafaroni que explica que en el conurbano bonaerense el 40 por ciento de homicidios son por venganzas y que en la ciudad de Buenos Aires volvió a trepar el número de homicidios”, evidencia para ellos de que el flagelo es un fenómeno nacional no reflejado de forma ecuánime en los medios. “También en Córdoba –añade– aumentaron durante el 2012 un 70 por ciento los homicidios, en Mendoza el crecimiento fue del 16 por ciento y en Rosario el 15 por ciento”. Rosario queda, según esta versión, como la ciudad en que menos evolucionó la violencia. Y si de violencia se trata, en el texto brillan por su ausencia datos de innegable relevancia. A saber, la comparativa es respecto a 2011. Si se consideran los últimos 24 meses (2010 incluido) el aumento de los homicidios dolosos en la ciudad supera el 40 por ciento. Es que en el tercer año de gestión socialista en la provincia y el vigesimoprimero del
socialismo en la administración municipal, el incremento de homicidios se disparó por las nubes. Así se desprende de la información brindada por el –prestigioso también– investigador en Criminología de la Universidad Nacional, Máximo Sozzo, en una entrevista concedida al diario La Capital. “Estos indicadores empíricos, con sus problemas de elaboración, deben producir un debate sobre la necesidad de reducir los niveles de muerte”, advirtió el experto. “Que Rosario y Santa Fe tengan registros de homicidios dolosos más cercanos a los países de América Central que a ciudades con las que solían ser comparables —Santiago, Montevideo, Buenos Aires— debería motivar varias cosas. Por empezar, producir mejor información sobre la violencia. Y luego definir cómo intervenir sobre el fenómeno”, recomendó. Si cabe un parangón, por cercanía, por cantidad de habitantes, por paridad de recursos, por, en última instancia, ser una ciudad argentina, ese sería la capital de la provincia mediterránea. Y justamente fue la comparación tomada también por la oposición, aunque en sentido contrario.
Finalmente de regreso de su descanso anual, la mandataria municipal rosarina, Mónica Fein, se zambulló de cabeza en el debate: “Creo que una serie de hechos que se han dado en la ciudad que tienen que ver con la violencia nos obligan a sentarnos y profundizar el diálogo político”, dijo en alusión al encuentro que a esas horas estaba a punto de mantener con el Consejo Económico y Social y, luego, con los presidentes de todos los bloques del Concejo Municipal. Reunión que al concluir fue calificada de positiva desde ambos lados. Luego Fein emprendió contra el comunicado de difusión «no autorizado» por el PJ santafesino: “Creo que el aprovechamiento político de algunos sectores y la estigmatización como narcópolis que hace el Partido Justicialista es una barbaridad en términos políticos que intenta estigmatizar a la ciudad y no resolver el problema”. Y si de problemas se trata, la jefa comunal se despachó con uno grande: “Tenemos poca policía y en muchos casos una policía que no está a la altura de la circunstancias”. Fein sostuvo que ese mismo diagnóstico sobre las fuerzas de seguridad lo trazan “los vecinos” de Rosario y que “en algunos casos” es una visión que ella comparte. La mandataria local reconoció también que “hay un déficit que la ciudad no puede abarcar sola, pero estamos haciendo un gran esfuerzo en el tema de la desigualdad social”. Y el esfuerzo ha de ser rotundo. Rosario cerró el 2012 con más de 180 víctimas de homicidios, un promedio de un muerto cada dos días. Prácticamente todos acaecidos en la larga y nutrida franja de miseria que rodea la ciudad. En lo que va de 2013 y a partir de los 20 asesinatos registrados en los primeros 23 días, la ciudad se proyecta este año a duplicar aquel registro. El término narcópolis, de por sí exagerado, no es aplicable a una ciudad industrializada y pujante cuyos habitantes en casi absoluta mayoría pretenden llevar una vida tan honesta como digna. Pero las estadísticas, nos guste o no, vienen a apuntalar las aseveraciones que pululan y que son la comidilla de medios de alcance nacional, que hablan de una virtual pérdida del control de la seguridad por parte del gobierno socialista.
Una postal de dos actitudes La del martes 29 de enero fue una jornada en la que el socialismo puso en evidencia con nitidez mensajes contradictorios: por un lado, Hermes Binner y Antonio Bonfatti, en Buenos Aires, se reiteraron en la queja y la gambeta a las responsabilidades propias; por el otro, en Rosario, Mónica Fein celebró una nueva reunión de tono tan preocupado como amigable con los bloques de concejales opositores, incluido el kirchnerismo al que tanto fustigaron el actual gobernador y su antecesor. La mesa nacional del Frente Amplio Progresista (FAP) realizó una puesta en escena en Buenos Aires para hablar de la situación que atraviesa Santa Fe en materia de seguridad. Allí, tanto Bonfatti como Binner volvieron a referirse al narcotráfico en términos generales como una problemática del “mundo”, y evitaron hacer autocrítica ante las numerosas denuncias que recibió la po-
licía santafesina por vínculos con el tráfico ilegal de estupefacientes. Bonfatti sostuvo al mismo tiempo que “combatir el narcotráfico no se hace imputando responsabilidades sino poniéndonos de acuerdo”, pero sin dejar de posicionarse a la defensiva: “No puede pretenderse que una provincia o una ciudad por sí solas puedan afrontar este delito. Reiteramos nuestra soledad para combatir el narcotráfico. Nosotros lo que estamos pidiendo es que nos ayudemos entre todos, porque todos somos argentinos”. Binner no fue menos a la hora de las invocaciones a la unidad y a “generar un país democrático, normal, donde las opiniones tengan valor, y no uno en el que está siempre presente la disputa”. Pero siempre sin bajarse del reproche: “El gobierno nacional no nos ha ayudado, nos ha dejado solos, esto no nos va a amilanar sino que nos fortalece”.
Mientras tanto, en Rosario, la intendenta Mónica Fein se reunió con los presidentes de todos los bloques del Concejo Municipal con los que acordó una agenda de reuniones que será coordinada por la propia titular del Ejecutivo municipal con el gobernador de la provincia, el jefe de gabinete nacional y con autoridades judiciales provinciales y federales. Desde el kirchnerismo, los concejales del FPV, Norma López y Roberto Sukerman, calificaron como “un hecho positivo que la intendenta reconozca la responsabilidad institucional que le cabe al municipio por los hechos de inseguridad y solicite ayuda a los distintos bloque políticos”. El mismo tono cuidadamente optimista en cuanto a la continuidad de un trabajo conjunto y de real preocupación por la situación en la ciudad campeó en los pronunciamientos de las distintas bancadas del Palacio Vasallo.
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VIOLENCIA, NARCOS Y POLICÍAS
De todo laberinto se sale por arriba Por Gabriel Ganon* No esperes que el rigor de tu camino que tercamente se bifurca en otro, que tercamente se bifurca en otro, tendrá fin Jorge Luis Borges
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ACE POCO MENOS DE UN año exponía mi preocupación por el sostenido crecimiento del índice de homicidios en la ciudad de Rosario (Rosario 12, “Violencia no Casual”, 13-2-2012). Nada de lo que sucedía y sigue sucediendo es fruto de la casualidad. Una política de seguridad carente de información y naturalmente de objetivos materiales iba poco a poco mostrando las consecuencias del desmadre policial y la continua improvisación del Gobierno. El primer mojón crítico de ese camino sin rumbo quedó al descubierto con el triple crimen de Villa Moreno. Tres militantes sociales asesinados y la puesta en escena de las oscuras relaciones entre la policía santafesina y los barras narcotraficantes con base en las barriadas populares rosarinas. Muchas palabras se dijeron pero poco o nada cambió. La tasa de homicidios continuó en crecimiento y los números de fin de año que rondaban las casi 200 muertes colocaban a Rosario en la cúspide de las estadísticas de homicidios en el país y por encima de la ciudad de Miami y muy pero muy cerca de Chicago. De todos modos, existían y existen elementos de juicio para alarmarse aún más. En primer lugar, la baja constante de la tasa de esclarecimiento y condena de los autores de los homicidios. En segundo lugar, la constante elaboración de tan pueriles como poco convincentes interpretaciones de la realidad criminal. Así, como intentando tapar el sol con una mano, el por entonces Director de Análisis Criminal Andres Ferrato, proclamaba en mayo que “hoy por hoy los números nos indican que hay una tendencia a la baja…”. En un vano intento de ataque al sentido común agregaba que “la inseguridad bajó porque son pocos los homicidios cometidos en ocasión de robo y además los suici-
dios son mucho más frecuentes que los homicidios”. De esta manera y de otras más que no vale la pena puntualizar, la crisis en la política de seguridad continuaba forzando la negación literal, interpretativa e implicatoria de la situación. Por eso, no fue una sorpresa que la crisis alcanzara uno de sus puntos más explosivos cuando el jefe de Policía de Santa Fe fue detenido por supuestos vínculos con narcotraficantes. No sólo la muerte creciente y los oscuros vínculos policiales con el narcotráfico entraban en escena sino que ponían de manifiesto que era difícil saber en qué momento el gobierno asumiría la existencia de un problema para abordarlo con pericia, inteligencia, voluntad, audacia y decisión, en lugar de continuar en la negación, permitiendo que el baño de sangre de jóvenes continúe en la periferia rosarina. Quizás sirva para consuelo de los tontos afirmar que el crecimiento de la violencia urbana no es un fenómeno excluyente de Rosario. Bien podría afirmarse que algo parecido ocurrió el año pasado en otras ciudades de USA (Miami, Chicago, Los Ángeles,
Washington, etc.) y de Latinoamérica (San Pablo, Rio de Janeiro, Medellín, Tegucigalpa, Salvador, Guatemala, Sinaloa), porque semejantes niveles de violencia se vinculan en primer lugar, con la reconversión del capitalismo industrial. En segundo lugar, con el fuerte impacto que esas modificaciones tuvieron sobre la vida de las clases populares. En tercer lugar, con que esa transformación también ha hecho crecer las economías delictivas. Por último, con que la injusticia y la violencia de esa transformación tampoco se distribuyen equitativamente. Ambas territorializan en Rosario, como en otros muchos centros urbanos del planeta, en la periferia. Por este motivo, las barriadas populares rosarinas son el epicentro de economías delictivas, desigualdades y violencia. Dentro de este panorama predecible los jóvenes son sus principales víctimas. Sus posibilidades de inserción social se ven limitadas espacial y culturalmente. Los golpea por igual tanto la violencia económica como la física. Así las cosas, el crecimiento de los suicidios adolescentes, muertes violentas no por casua-
lidad, se concentra por lugar, género y generación. Sin embargo, en el caso de Rosario se suman otros factores. Las pruebas al canto del crecimiento de la tasa de homicidios, las jerarquías policiales denunciadas por su enriquecimiento y vínculos con el narcotráfico, las denuncias sobre participación de soldaditos de los narcos en los saqueos de diciembre, la muerte de Mercedes en Ludueña, las heridas sufridas por los militantes del Movimiento Evita, la fallida realización del clásico de futbol de la ciudad, demuestran con claridad que después de aquella nota no sólo nada ha cambiado sino que todo sigue peor y el desmadre policial en ascenso. Desde ese momento las muertes se multiplican y esas ausencias que enrojecieron las calles y entristecen familias y amigos son siete veces más. Muchas de sus anónimas historias perderán notoriedad tan rápido como la tinta se seque en las páginas policiales de los diarios y su sangre se seque en la tierra o el barro de los barrios populares de Rosario. Ni siquiera sus nombres recordarán las autoridades responsables de prevenir y castigar la violencia. La mayoría de sus vidas serán consideradas descartables porque todos integran el grupo que Loic Wacquant llama, parafraseando a Fanon, “Los condenados de la ciudad”. En este contexto vale la pena insistir con algunas preguntas que hicimos y que siguen sin respuestas: ¿Cuántos de estos crímenes aún se encuentran impunes porque no han sido encontrado sus autores materiales? ¿Quiénes son las agencias estatales (policías, jueces y fiscales) que han fracasado en la investigación y el castigo de sus culpables? ¿Cuáles cambios ha facilitado la transición regresiva del monopolio estatal de la violencia hacia la venganza sanguinaria o el mal llamado ajuste de cuentas? ¿Cuánta relación existe entre el fracaso del ejercicio de la punición estatal y el regreso de la cultura del duelo o de los códigos mafiosos de venganza personal? ¿Quién o quiénes pueden ocultar su responsabilidad apelando a clasificaciones diferenciadas en un hecho que penalmente es un homicidio? Si tratándose, como se trata, de que en la mayoría de los casos víctima y victimario se conocen, comparten edades, dificultades de inserción social, vecindario y clase ¿Cuáles son las causas que viabilizan, facilitan, la resolución violenta de sus disputas? Aunque la muerte no es más que la peor violencia que puede sufrir el hombre, la situación no excluye que como consecuencia de negligencias compartidas los hechos sigan revelando la humana finitud de la existencia. * Profesor de Criminología y Política Criminal de la Universidad Nacional de Rosario. Defensor Provincial de Santa Fe.
Barletta y Javkin pidieron “profundizar la reforma y modernización policial” Los presidentes de la UCR y la Coalición Cívica-ARI, Mario Barletta y Pablo Javkin, emitieron una declaración conjunta sobre los crecientes homicidios ocurridos en la ciudad y los ataques narcos que sufrieron militantes sociales en la que aseguran que “hay mucho por hacer” y admiten “la responsabilidad” del Frente Progresista santafesino. Además, realizaron una convocatoria a los diferentes niveles del Estado y a todas las fuerzas políticas de esta provincia, “convencidos de que ese es el único camino para lograr resultados en la lucha contra el narcotráfico y la inseguridad”. El titular de la UCR Barletta y el secretario general de la CC-ARI, Pablo
Javkin, se reunieron en Rosario para analizar el incremento de la criminalidad en esta ciudad, que se puso de manifiesto con el homicidio de una militante social en el barrio Ludueña y la balacera que recibieron tres jóvenes del Movimiento Evita en el barrio Nuevo Alberdi. “Como integrantes del Frente Progresista, sabemos también de nuestra responsabilidad”, señaló el documento difundido. Los titulares de ambos partidos, que en Santa Fe participan del Frente Progresista que gobierna la provincia desde 2007, coincidieron en que no es tiempo de declaraciones “altisonantes”, sino de avanzar en aspectos concretos. Entre ellos, mencionaron el de “profundizar la reforma y moderniza-
ción policial, la mayor participación de los poderes locales y de la ciudadanía, y fuerte control político” de la fuerza de seguridad. Añadieron la importancia de “reglamentar la ley de ética pública y de financiamiento de las campañas electorales, y hacer efectivas las declaraciones juradas de los jefes policiales” santafesinos. Barletta y Javkin también señalaron la importancia de avanzar “con celeridad” en la implementación de la reforma procesal penal, y en la creación de la policía judicial. En su declaración, los jefes partidarios propusieron “una convocatoria amplia e institucionalizada de todos los niveles y poderes del Estado y de
los partidos políticos de la provincia, para coordinar un trabajo común que ponga al Estado y a la política accionando rigurosamente contra el delito y sus redes”. Rechazaron lo que consideraron “el intento de aprovechar esta crisis para sacar ventajas electorales” y solicitaron la Nación “se ponga al frente del control al lavado del dinero, de acciones de las fuerzas de seguridad en la prevención, inteligencia y persecución de las bandas criminales”. Por último, Barletta y Javkin pidieron además que la justicia federal “juzgue y condene a todos los involucrados y fundamentalmente a los eslabones más altos de la cadena del narcotráfico”.
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VIOLENCIA, NARCOS Y POLICÍAS
Saín propone juntarse y diseñar una reforma en serio Para el especialista en Seguridad Democrática, en Santa Fe se debería crear un Consejo de Seguridad con presencia de todas las fuerzas políticas con representación legislativa, encabezado por el gobernador, desde el que se convoque a especialistas que realicen un diagnóstico preciso y al cabo de dos años elaboren un plan efectivo. Por Juane Basso
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ARCELO SAÍN ES UNO de los más respetados criminólogos del país. Estudioso de la problemática de la seguridad y la violencia institucional, consideró que el gobierno socialista no está dispuesto a encarar una reforma de la policía santafesina, a la cual caracterizó como el “cartel de la droga” en la provincia. Saín sigue muy de cerca los acontecimientos que tienen que ver con la problemática de la seguridad y la violencia institucional en Argentina, la región y el mundo, y su voz aparece como una de las más calificadas a la hora de analizar esos fenómenos. A tal punto, que todavía resuena en las crónicas políticas locales la caracterización como “cartel de la droga” que realizara a principios de 2012 sobre la policía santafesina. Ex interventor de la Policía de Seguridad Aeroportuaria por encargo de Néstor Kirchner, el actual diputado bonaerense de Nuevo Encuentro, a pesar de estar de vacaciones, no desconecta ni un segundo. A raíz de un comentario que hizo en su cuenta de twitter, sobre una reciente entrevista a Máximo Sozzo con relación a la criminalidad en la provincia, decidimos sacarlo de la tranquilidad de su escapada a la Costa Atlantica. “Tal cual comenzó el 2012, en 2013 parece profundizarse la violencia relacionada con los narcos y la policía en nuestra provincia”, comenzó a despuntar su pregunta –a veces un poco largas– este cronista, aunque no hizo falta que terminara. “No habría razón para que no sea de esa manera, más allá de los hechos puntuales, porque el negocio sigue y porque todo está estructurado y articulado. No cambió nada”, respondió Saín, rápido, desde su móvil, en el inicio de una charla que duró unos cuarenta minutos, que tuvo entre sus tramos más ricos las propuestas de abordajes posibles frente a la agudización de la problemática de la violencia en Santa Fe, de la cual publicamos una primera parte en Redacción Rosario y aquí se imprime completa. ―¿Para vos la violencia con que arrancamos en Santa Fe este año es una consecuencia lógica de una situación que persiste? ―Claro, no importa si es Carlitos, si es Pérez, si balean a un militante social o matan a pibes por confusión. Lo que sea, pero estas cosas se van a reiterar. Algo parecido pasó también en un ajuste de cuentas en Tres de Febrero, donde mataron a tres pibes, en un vuelto de falopa. Bajaron de un auto, los acribillaron y a otra cosa. Esto va a ser así. ―Considerás que la situación de la provincia de Santa Fe o Rosario no difiere de lo que está ocurriendo en otros lugres del país, como provincia de Buenos Aires? ―No, ahí la gran diferencia está dada en que cuando vos tenés un nivel de regulación policial que maneja el negocio férreo, y distribuye la zona, y hay acuerdo entre los grupos que se dedican al tráfico de drogas y a la vena de drogas, vos tenés un contexto estabilizado, no tenés resolución de conflictos a través
de la violencia. En cambio cuando vos tenés violencia, es porque ocurren dos cosas: hay conflictos entre los grupos que disputan porciones del mercado o controles territoriales que le permiten controlar parte del negocio; o la policía por diferentes razones levantó el pie del acelerador de la regulación. ―¿Podrías definir más precisamente este concepto? ―El concepto de regulación es protección de determinados grupos pero también el establecimiento del límite para que no tenga visibilidad el negocio y que no genere problemas de demanda social, de visibilidad social, y problemas de escándalo político. Eso es lo que garantiza la policía, un control del negocio, por eso le es funcional a la política también. La policía te garantiza dos cosas con la regulación de los mercados ilegales de drogas, pero también de otras cosas. Te garantiza por un lado una forma de control del fenómeno criminal y de la cantidad de crímenes, en el sentido de que lo mantiene en un nivel de invisibilidad social y política, y por ende es una suerte de política de seguridad a través del control ilegal de mercados ilegales. Por otro lado se apropia de parte de la rentabilidad de esos mercados. Es decir, el Estado se financia de alguna manera, con distintos criterios, eso depende de cada situación, a veces se distribuye más, a veces menos dentro de las policías; pero se financia también de esta manera. En algunos lugares ese dinero queda en el ámbito policial, yo creo que eso es lo que ocurre en términos generales en la provincia de Santa Fe. A veces el dinero escala a nivel político como ocurre en la provincia de Buenos Aires. Eso es lo que a mi me hizo tomar distancia de la afirmación que tuvo (el diputado nacional Andrés) Larroque de «narcosocialismo», para mi no es así; pa-
ra mi estos tipos son unos pelotudos, unos incapaces, que los superó la situación y está demostrado que no tienen chapa para dirigir estos temas, pero yo no creo que estiren la mano y financien parte de la actividad política del socialismo con guita proveniente de la cana y la falopa. En cambio en la provincia de Buenos Aires sí ocurre eso, y se lo pudo ver claramente con el caso Candela. ―En una entrevista afirmaste que en Santa Fe la policía es el cartel de la droga. ¿En qué sentido lo planteaste? ―En el sentido que lo estoy describiendo. Es el grupo que tiene capacidad de desarticular, si quiere, el negocio, pero no lo desarticula, participa en él. Lo controla participando. Y es la instancia superior. No hay ningún grupo narco con capacidad de contestación autónoma a la policía. No se ha llegado a eso. Se va a llegar a ese punto, más pronto o más tarde. ―¿Para vos aunque hoy sea sus socia, los grupos narcos no dejan de ver a la policía como un poder distinto a enfrentar en algún momento en que la correlación de fuerzas les sea favorable? ―Obvio. Siempre hay que estudiar caso por caso, pero en general lo que se producen son algunos grupos que tienen capacidad para imponerse por sobre el resto, no siempre a través del uso de la fuerza, a veces es a través de la articulación con el propio Estado, de saber negociar. En el mundo del narcotráfico uno de los valores agregados de los narcotraficantes más destacados es la capacidad de articulación y negociación con el Estado. Una de las grandes virtudes de Pablo Escobar Gaviria fue esa, el tipo era el mejor dentro de Medellín, tenía capacidad como para imponerse sobre el resto de los grupos en función de la negociación con los sectores de la policía y con el resto del
Estado colombiano. No quiero hacer una analogía con Medellín, porque aquello era de una escala mayor, con el agregado no menor de las rutas de colocación del producto en Estados Unidos. Acá va a llegar un punto en el cual, cuando se logre eso, va a haber grupos o sectores narcos con capacidad como para primero establecer una relación de paridad con el gobierno y con el Estado, y después van a tener capacidad de soborno y de control de porciones importantes del Estado y de contestación armada. ―Una suerte de evolución de ese mercado o esa industria del narcotráfico y de los cuadros que van generando esas organizaciones de la economía ilegal… ―No hay desarrollo de emprendimientos criminales complejos sin participación estatal. El Estado está siempre presente. Está la etapa donde el Estado está de una manera activa, como instancia superior, en otros momentos el Estado es más pasivo. Pero esto es lo que está ocurriendo en Santa Fe. ―Yo te proponía, cuando combinamos la entrevista, pensar la problemática de Santa Fe, sabiendo que desde tu óptica es fundamental tener un trabajo a fondo, que comienza con un diagnóstico; pero desde el seguimiento que venís haciendo a los sucesos santafesinos y a partir de tener cierta caracterización, debatir particularidades de nuestro caso y posibles abordajes a la situación que atraviesa la provincia. ¿Cuál es la importancia de elaborar diagnóstico técnico sobre esta realidad? ―Eso es el ABC de cualquier política de seguridad. Si vos no tenés una capacidad como para sopesar el fenómeno, no tenés capacidad para intervenir. Y el socialismo no lo quiere hacer porque sabe que va a llegar a la conclusión de que el narcotráfico en la provincia lo maneja el propio Estado, la propia policía. ―Que eso es algo que ya sabe. ―Sí, pero si lo oficializan. Esa interpretación que todos tienen arriba de la mesa, pero no oficial, los excluye de la obligación de tener que intervenir. Ellos han construido la interpretación de que estos son hechos aislados dentro de la policía santafesina, porque si reconocen que acá hay una intervención regular, sistemática, de la policía, están obligados a llevar adelante un proceso de reforma y depuración de la policía que no se muestran dispuestos a hacer; y no están dispuestos porque implica hacer un acuerdo político con la oposición que no aparece en su voluntad. Además hay que tener en cuenta otro gran tema, que es que la sensibilidad que se genera por los temas de seguridad no se traduce a los votos. Es cómo vos te manejás políticamente. Si a vos te sigue dando votos moverte solo, sin acuerdo político y sin reforma policial, tenés garantizada continuidad y estabilidad ¿Para qué te vas a meter en un proceso de acuerdo político y de reforma policial que te supera en el tiempo, el tiempo de tu propio gobierno, y para el que en realidad no tenés cuadros para llevarlo adelante, y estás obligado inevitablemente a contar con cuadros que no te son propios? Entonces son muchas las dificultades por las cuales veo que el
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DIARIO DEL JUICIO ROSARIO
Suplemento del peri贸dico el eslab贸n
Ilustraci贸n: Sabrina Gullino
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DIARIO DEL JUICIO
JUICIO A LOS GENOCIDAS DE SAN NICOLÁS
Prisión perpetua para tres Manuel Costa
Fernando Manuel Saint Amant, Antonio Federico Bossie y Jorge Muñoz recibieron condena por la Masacre de la calle Juan B. Justo, en la ciudad de San Nicolás. Los familiares de las víctimas celebraron emocionados.
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l 27 de diciembre pasado el Tribunal Oral Federal N°2 de Rosario condenó a prisión perpetua e inhabilitación absoluta a los ex coroneles retirados Fernando Manuel Saint Amant y Antonio Federico Bossie –jefe y número dos del Área Militar 2012 con asiento en San Nicolás durante el terrorismo de Estado– y aplicó la misma pena al entonces jefe de la Policía Federal de esa ciudad, Jorge Muñoz, por la causa conocida como la masacre de Juan B. Justo. En el juicio se ventilaron los pormenores de un operativo realizado por el Ejército y la policía en la madrugada del 19 de noviembre de 1976, en una vivienda de Juan B. Justo al 600, de San Nicolás, en el que fueron asesinados el matrimonio conformado por Omar Amestoy y María del Carmen Fettolini, y sus hijos María Eugenia y Fernando, de tres y cinco años respectivamente. También murió en ese episodio represivo Ana María Granada, quien alcanzó a resguardar con un colchón dentro de un placard a su bebé de apenas 5 meses, quien fue adoptado ilegalmente y luego recuperado por Abuelas y restituida su identidad: se trata de Manuel Gonçalves. El tribunal también condenó a Saint Amant por privación ilegítima de la libertad y el posterior homicidio de seis militantes de la JP-Montoneros desaparecidos en los barrios Trípoli, Don Bos-
co y Santa Rosa, entre abril y mayo de 1977, y por el secuestro de José Emilio Mastroberardino, quien alquiló su vivienda a uno de los matrimonios desaparecidos. En esa causa se investigaron las desapariciones y muertes de María Regina Spotti, María Rosa Baronio, Eduardo Luis Reale, Horacio Arístides Martínez, María Cristina Alvira y Raquel Rosa Alvira. Por último, la sentencia contra el ex jefe militar contempló la sustracción, retención y ocultamiento de un menor de 10 años y el robo agravado –por haber sido cometido con armas– contra los militantes de la JP-Montoneros. Tras la lectura de la sentencia, que fue seguida fuera del recinto de los tribunales federales de Rosario por cientos de militantes, Manuel Gonçalves dijo: “Siento un gran peso menos, la verdad que convivir con los procesos judiciales es muy difícil porque lleva mucho de cada uno de nosotros y la cabeza casi no puede estar en otro lado que no sea en la causa”. “Haber cerrado esto, de esta manera, nos va a permitir no sólo a nosotros como familiares directos sino a toda la sociedad tener un país mucho mejor; y vamos a vivir mucho mejor”, añadió. En esa línea, remarcó que “no significaría nada que estuviéramos sólo nosotros acá, estos juicios son una construcción colectiva y yo no lo tomo
como una situación personal ni busco justicia para mí o por mi mamá o mi papá; la dictadura nos pasó a todos, algunos fuimos afectados directos, otros no, pero todos fuimos afectados de alguna manera”. Por otra parte, uno de los abogados querellantes –y representante de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación–, Lucas Ciarniello, se mostró “conforme y feliz” con la sentencia. “Todo lo que solicitamos fue decidido de esa manera e incluso se dictaron las revocaciones de las exenciones de prisión y las excarcelaciones (para los imputados), más allá de que van a seguir en prisión domiciliaria hasta que la condena quede firme, pero fue un fallo ejemplar declarando todos los delitos como delitos de lesa humanidad”, dijo. Tras conocerse la sentencia, Florencia Amestoy, familiar del matrimonio asesinado en la Masacre de Juan B. Justo, sostuvo que “la Justicia no repara las ausencias pero sí cura un poco el alma maltrecha”. “Llegamos a fin de año con mucha justicia en este país, un país más justo, más libre y más seguro porque los genocidas están donde tendrían que haber estado hace más de 30 años: tras las rejas”, agregó. Víctor Almada, compañero de la desaparecida Regina Spotti, señaló en tanto que las condenas “son el cimien-
to de una larga historia, porque sólo había tres acusados y son muchos más". “No tengo mucha paz pero sí una gran alegría, porque nuestro compromiso con la historia es largo", señaló el hombre que llevaba colgada de su cuello la fotografía de su mujer asesinada por la dictadura. Por su parte, José María Budassi, representante de la Mesa de la Memoria de San Nicolás y testigo en el juicio, recordó que “nunca fueron tan acertadas las palabras de Néstor Kirchner cuando asumió y dijo: `Llegamos sin rencores pero con memoria`". Y agregó: "Hoy llegamos con rencores pero con justicia". La lectura de la sentencia del tribunal integrado por los jueces Jorge Venegas Echagüe, Omar Digerónimo y Beatriz Caballero de Barabani, fue seguida por gran cantidad de militantes de las agrupaciones juveniles La Cámpora, Martín Fierro y JP-Evita, Kolina, Descamisados, Frente Darío Santillán, quienes acompañaros a las Madres y Abuelas de Plaza 25 de Mayo de Rosario y la agrupación HIJOS. También acompañaron a las víctimas y los familiares los nietos recuperados Horacio Pietragalla (diputado nacional del Frente para la Victoria) y Victoria Montenegro, así como autoridades del gobierno de Santa Fe y legisladores y concejales y referentes gremiales de la ciudad y la provincia.
DIARIO DEL JUICIO
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ARRANCA JUICIO POR CASO EN EL CORDÓN INDUSTRIAL
Con Pili en el banquillo, sin Cosidoy en el estrado El 22 de marzo comienza la instancia oral de la causa que investiga el secuestro de Manuel Casado en la ciudad de San Lorenzo. Entre los acusados está el concejal frustrado Pedro Alberto Rodríguez. En el tribunal iba a estar la cuestionada jueza que fue resistida por los organismos, que piden unificación del proceso con otros hechos en la zona Indymedia
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l Tribunal Oral en lo Criminal Federal N° 1 de Rosario fijó fecha de inicio para un nuevo juicio oral por delitos de lesa humanidad en la ciudad. Arrancará el 22 de marzo y juzgará a los represores Ramón Genaro Díaz Bessone, Pedro Alberto Rodríguez, Rubén Osvaldo Cervera y Hugo Horacio Maderna. En el proceso se ventilarán los hechos vinculados al secuestro y privación ilegítima de la libertad cometidos contra Manuel Casado, que era empleado de la Municipalidad de San Lorenzo, aunque las organizaciones de derechos humanos esperan que el caso se unifique con el conjunto de los denunciados en el Cordón Industrial. El juicio se realizará en el marco del expediente “Rodríguez, Pedro Alberto y otros s/ privación ilegítima de la libertad, amenazas, tormentos y violencia” y se prevé que durante el desarrollo del debate declaren 35 testigos. El tribunal estará integrado por los jueces Otmar Paulucci, José María Escobar Cello y María Ivon Vella. La conformación de esa terna quedó constituida tras el apartamiento de la jueza Laura Inés Cosidoy, quien debía participar del proceso, pero su presencia fue repudiada por las organizaciones de derechos humanos, que sostuvieron una fuerte campaña que culminó con la excusación de Cosidoy.
La salida de Cosidoy
“Por su cuestionada trayectoria, las intimidaciones contra ex presos políticos y su declarada amistad con el dictador Leopoldo Fortunato Galtieri, Cosidoy no puede llevar adelante ningún juicio contra responsables del terrorismo de Estado”, habían reclamado los organismos. “Exigimos que Laura Inés Cosidoy no integre un juicio por delitos de lesa humanidad”, decía el texto difundido por las organizaciones que integran Juicio y Castigo Rosario y el Espacio por la Memoria la Verdad y la Justicia del Cordón Industrial para que la jueza sea apartada. Entre los argumentos por los cuales pidieron el apartamiento de Cosidoy, las organizaciones recordaron que “hace un año, en el marco del juicio Díaz Bessone, debimos repudiar enérgicamente las agresiones contra los sobrevivientes del Servicio de Informaciones y testigos del juicio que realizó la jueza Cosidoy en ocasión de su declaración testimonial en ese proceso, en el que se juzgó el accionar de la patota de Feced”. Y en ese sentido añadieron: “En esa oportunidad la doctora Cosidoy hizo una especie de autodesagravio atacando a los testigos que habían señalado en sus testimonios el destrato que la magistrada tuvo con ellos cuando era defensora oficial durante los años de dictadura, y la invitación a colaborar con el terroris-
mo de Estado que la misma les hacía en esa época. No podemos pasar por alto que además Cosidoy confesó a los medios de comunicación de la ciudad haber construido por aquel entonces una relación de amistad con el dictador Galtieri”. Una vez más, como sucediera en otro juicio en el que iba a participar, cuando también recibió el repudio de las organizaciones de derechos humanos, la jueza Cosidoy presentó su inhibición, que le fue aceptada por sus pares.
Unificación de las causas
Este juicio debió comenzar el 12 de diciembre, pero los planteos por el apartamiento de Cosidoy demoraron su inicio. Durante los primeros días de diciembre, en el marco de la campaña contra la jueza amiga de Galtieri, el Espacio por la Memoria la Verdad y la Justicia del Cordón Industrial, además del apartamiento de Cosidoy, había reclamado a través de un comunicado la unificación del caso Casado con otros de la zona. “Estos represores van a ser juzgados por un sólo caso y no junto a las restantes víctimas, con la intención de beneficiar a los genocidas”, esgrimió la entidad de San Lorenzo, desde la que se había expresado que “en el juicio se va a juzgar a los procesados por una sola víctima, Manuel Casado, y no en el juicio denominado Causa de los Trabajadores junto a otras víctimas del terrorismo de Estado perpetrado en todo el Cordón Industrial”.
“Manuel Casado –explicaron en su comunicado–, es una de las víctimas del plan sistemático y tiene el derecho de acceder a la Justicia, pero esta decisión no sólo es en detrimento del resto de los sobrevivientes, del resto de las víctimas, sino que es en detrimento del mismo Manuel Casado, que accederá a un juicio parcializado que no juzgará los tormentos sufridos dentro de la coherente estructura del plan sistemático, sino que intentan reducirlo a un hecho aislado”. Para el Espacio por la Memoria, la Verdad y la Justicia del Cordón Industrial quedaba de manifiesto “la intención deliberada de beneficiar a los genocidas”, debido a que el juicio no contemplará que el “plan sistemático fue justamente un plan perfectamente organizado”; y al “juzgar individualmente a los responsables hace que la verdad se diluya”.
El represor que no llegó a edil
Otro de los condimentos particulares que tendrá este juicio es la historia que rodea a uno de sus imputados, Pedro Pili Rodíguez. El represor había presentado su candidatura al Concejo Municipal en 2009 por un partido vecinalista de San Lorenzo y resultó electo, pero una campaña de las organizaciones de derechos humanos impidió que asuma como edil. Tras largas reuniones, juntada de firmas y presentación de documentación vinculada a la causa por la cual será juzgado en marzo próximo, el resto de los concejales
hizo uso de la facultad de no aprobar el diploma de uno de sus pares, y le impidieron asumir la banca por estar involucrado en delitos de lesa humanidad.
Dos juicios más en Santa Fe
Además del juicio San Lorenzo, la Procuración General de la Nación, a través de la Unidad Especial de Seguimiento de las Causas por Violaciones a los Derechos Humanos, comunicó que el 23 de marzo comenzará en Rosario el juicio oral y público en el que serán juzgados los represores Ariel Zenón Porra, Marino Héctor González, Juan Andrés Cabrera y Alberto Enrique Pelliza, por la privación ilegal de la libertad, tormentos, amenazas y desaparición física de 26 militantes. Este proceso es la segunda parte del conocido “Juicio Guerrieri” que finalizó en 2010. Asimismo, el 27 de junio comenzarán a ser juzgados en la ciudad de Santa Fe los represores Cecilia Ramona Góngora, Elsa Gladis Nazatsky y Danilo Alberto Sambuelli, acusados de sustracción, retención y ocultamiento de un menor de 10 años.
Diaz Bessone II
Durante este año, además, se espera el comienzo de la continuación del juicio oral sobre los crímenes cometidos en el Servicio de Informaciones (SI) de la ex Jefatura, conocido como Díaz Bessone, aunque en este caso falta la confirmación de la fecha.
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DIARIO DEL JUICIO
HABLÓ EL REPRESOR HÉCTOR PEDRO VERGÉS
“Trabajé directamente para Lanata” En una extensa entrevista, el capitán retirado condenado por delitos de lesa humanidad, habló de todo. Confesó alguno de sus crímenes, repartió responsabilidades y acusaciones y aseguró haber trabajado para el periodista ahora enrolado en el Grupo Clarín.
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esde el penal de máxima seguridad de Marcos Paz, donde se encuentra purgando una condena de 23 años de cárcel por el secuestro y desaparición de Javier Coccoz y Julio Gallego Soto, y por el secuestro de la esposa del primero, Cristina Zamponi, el represor Héctor Pedro Vergés contó detalles de su relación con el mundo periodístico. Vergez dijo que en los años noventa, después de publicar el libro Soy Vargas (uno de los alias que utilizaba para cometer sus tropelías), fue convocado por el periodista Jorge Lanata. “Trabajé directamente para Lanata, que me llamaba por teléfono para pedirme investigaciones e incluso algún reportaje bastante liviano”, relató, y luego detalló que “lo que más le interesó fue una investigación que hice sobre un director de ATC que en su momento había puesto Menem, uno flaco alto, pero ahora mismo no recuerdo su nombre”, refiriéndose probablemente a Horacio Frega, presidente de la emisora a fines de esa década, con quien Lanata tuvo varios entredichos en aquel entonces. El capitán retirado reconoció un poco molesto que el actual conductor estrella del grupo Clarín lo mantenía “oculto” y que nunca blanqueó la relación que mantenían. En cambio, se refirió cariñosamente a otra figura del periodismo, Samuel Gelblung, para el que también trabajó. “Chiche fue más noble que Lanata, porque me tenía como panelista” en su programa de TV de aquellos años, recordó. En otro pasaje de la entrevista, Vergés contó cómo fueron los entretelones de la venta de los archivos del Batallón 601 de Inteligencia del Ejército, supuestamente adquiridos por el ex presidente Carlos Saúl Menem durante su segundo mandado, en 250.000 dólares. “La negociación, que estuvo a cargo de (Juan Bautista) Tata Yofré y Fabián Doman, terminó bien”, reveló, volviendo sobre sus conocimientos sobre las actividades “poco conocidas” de algunos periodistas. “Menem le pagó 250.000 dólares a (el general de brigada retirado Jorge Ezequiel) Suárez Nelson. Podés
HEAVY. El fotógrafo de Télam capturó, a través de las cámaras de circuito cerrado, el momento en que el genocida Vergés se hizo el malo. preguntárselo al propio Menem. Decile que yo te lo dije”, acotó. Suárez Nelson, a quien Vergés señaló como quien fuera su jefe directo en la inteligencia militar y que llegó a jefe del referido Batallón de Inteligencia 601 (con sede en un hoy abandonado edificio de la avenida Callao y Viamonte) falleció el 17 de octubre de 2008. Vergés está acusado de ser un asesino serial (de las familias Pujadas y Vaca Narvaja, de estudiantes bolivianos, etc.) antes y después del golpe de estado cívico-militar de marzo de 1976. Antes del golpe, fue uno de los fundadores y jefes del Comando Libertadores de América, versión cor-
dobesa de la Triple A. Después del 24 de marzo fue jefe del campo de concentración y exterminio La Perla, en las afueras de la ciudad de Córdoba. Por lo primero todavía no fue juzgado, y está siéndolo por lo segundo, pero ya ha sido condenado a 23 años de prisión perpetua por crímenes de lesa humanidad cometidos posteriormente en área del Primer Cuerpo de Ejército y particularmente por lo que la inteligencia militar denominó “Operativo Redondo”. Fue a partir de este juicio, recientemente concluido, que surgió el interés por los esfumados archivos de la inteligencia militar, que contienen, entre otras cosas, los dichos de
centenares sino miles de detenidosdesaparecidos, por lo general obtenidos bajo tortura. El interés en los mencionados archivos surgió, más precisamente, por la aparición de las transcripciones de los supuestos interrogatorios hechos por la inteligencia del Ejército al contador Julio Gallego Soto –quien había sido un estrecho colaborador de Juan Perón– y a Rafael Perrota, director del diario “El Cronista”. Ambos permanecen desaparecidos. Vergés, que fue condenado por el secuestro de Gallego Soto y por el del jefe interino de la inteligencia del ERP (Ejército Revolucionario del Pueblo) Javier Coccoz, también desa-
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parecido, a 23 años de prisión, negó haberlos asesinado y señaló a sus presuntos victimarios: “Al teniente Pancho (Coccoz) lo mató a mis espaldas (el teniente coronel Carlos) Vega Aciar el mismo día en que yo despedí en un avión hacia Europa a su mujer (Cristina Zamponi) y al pequeño hijo de ambos”, deslizó sin ponerse colorado, y añadió que “Vega Aciar lo mató por orden de (el general Jorge Ezequiel) Suárez Nelson”. Ante la pregunta de por qué no lo dijo durante el juicio, Vergés respondió que sus abogados, defensores oficiales, no lo defendieron como correspondía porque “estaban absolutamente convencidos de que sería condenado”. Vergés repite que había llegado a un acuerdo con Coccoz, con quien supuestamente mantuvo tres reuniones, al cabo de las cuales llegó a un pacto que incluía que su mujer y su hijo salieran hacia Europa, y que a él se lo dejara salir hacia Brasil. En este sentido, negó haber violado a Cristina Zamponi, como ella denunció a la hora de declarar por teleconferencia desde Barcelona, donde vive. Asimismo, Vergés aseguró que ni él ni Coccoz tuvieron nada que ver con el secuestro y desaparición de (el funcionario del Ministerio de Economía) Juan Carlos Casariego del Bel, y que “(el juez federal Norberto) Oyarbide me lo endilga a mí (al secuestro) porque no sabe a quién endílgarselo o, peor todavía, porque si no me lo endilgara a mí debería endilgárselo a (Guillermo Walter) Klein (secretario de Programación Económica y mano derecha del ministro José Martínez de Hoz)”. Sobre el secuestro de Gallego Soto,
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contó que "en junio de 1977 yo hacia lo que quería, nadie me decía nada. Suárez Nelson, que era mi jefe, me entregó una carpeta con todos los datos de Gallego Soto y me pidió que lo investigara. Así lo hice y le informé a Suárez Nelson que no había nada que hacer con el tipo, que era peronista, que había sido íntimo de Perón, que estaba limpio”. “Entonces –continuó diciendo– Suárez Nelson me dijo que (el general Ramón Genaro) Díaz Bessone (que había sido ministro de Planeamiento de la dictadura) había ordenado que lo mataran, por lo que debíamos secuestrarlo y matarlo sin interrogarlo”, y asegura que se negó a cumplir esa orden: “No soy sicario de Díaz Bessone, le dije a Suárez Nelson". Vergés dijo además que Díaz Bessone mandó matar a Gallego Soto por lo que este sabía del “secuestro de los Gutheim (los empresarios Federico y Miguel Ernesto Gutheim, padre e hijo, en 1976) por orden de Martínez de Hoz”, y que el ejecutor de la orden fue un teniente coronel retirado (que entonces habría sido capitán), Enrique Mónico López Ascárate. “López Ascárate lo secuestró, mató y quemó su cuerpo", aseguró Vergés. “Nuestra preocupación no era tanto militar sino porque había doscientas mil personas, en su mayoría jóvenes, que se movilizaban en apoyo a Montoneros”, confesó en otro tramo de la entrevista que concedió a fines del año pasado a la agencia Télam, en la que también se refirió al copamiento del Regimiento de Infantería de Monte 29 de Formosa por parte de Montoneros. "En lo estrictamente militar –dijo– al soldado (Luis Roberto) Mayol (quien
abrió las puertas del regimiento a los atacantes) el Ejército lo tenía controlado y por eso lo había mandado de Santa Fe a Formosa”; y amplió: “Mayol estaba en contacto con el ingeniero (químico, Raúl Clemente) Yaguer, también santafesino y quien dirigió aquel ataque. Y fue porque Mayol estaba controlando que los Montoneros no pudieron tomar el cuartel”. Vergés dice que años después tuvo la ocasión de “entrevistar (sic) a Yaguer”, lo que derriba la versión oficial de que Yaguer murió al resistir su detención en un control de carreteras el 30 de abril de 1983, un año después de la guerra de Malvinas y dos días después de que la dictadura presentara su “Documento final sobre la subversión y la lucha contra el terrorismo”. Poco antes, el 14 de abril, habían sido secuestrados en Rosario y asesinados en Buenos Aires, por policías a las órdenes del subcomisario Luis Abelardo Patti, otros dirigentes montoneros: Eduardo “Carlón” Pereyra Rossi y Osvaldo “El Viejo” Cambiasso.
Kirchner
En cuanto al ex presidente, el represor dijo: “Néstor Kirchner hizo todo este circo de los juicios ni por sentimientos ni por militancia, los Kirchner nunca fueron montoneros”. Según su hipótesis, “se apioló de que había ahí una veta que se podía explotar”, y agregó: “Es por eso que estamos todos acá”. Por otra parte, Vergés señaló que los presos por delitos de lesa humanidad que se encuentran alojados en el penal de Marcos Paz “nos tratamos
como familia. Sabemos las noticias de todos los muchachos, de los otros lugares (dónde están presos), de los juicios. Somos presos políticos”. Volviendo sobre los temas políticos, el represor pronosticó que “Cristina (Fernández de Kirchner) va a perder las próximas elecciones desastrosamente, y el próximo presidente va a ser (Daniel) Scioli. Tenemos muchas esperanzas de que Scioli pacifique el país y nos ponga en libertad”. Consultado sobre algunas de las causas por delitos de lesa humanidad que se encuentran en etapa de juzgamiento y/o investigación, el capitán retirado sostuvo que “es mentira que haya 500 chicos robados, algunos atorrantes se robaron unos treinta”, y dio su particular versión de los hechos, según la cual “vos matabas una pareja, quedaba un chico, ningún juez de menores quería hacerse cargo, en esas circunstancias se produjo lo que te digo. Aún así, en Córdoba no hubo nenes robados”. Sobre este tema fue aún más allá, y atacó a la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela Barnes de Carlotto, quien según Vergés “pudo inventar una sola (sic) causa. Y es que si se enteraba, Menéndez nos agarraba de las orejas y nos colgaba de un árbol. Lo mismo si se enteraba de que se abusaba de una embarazada detenida”, recordó. Finalmente, consultado sobre si siente algún tipo de arrepentimiento, afirmó: “Soy militar, nos prepararon para matar. En una guerra se mata y se muere. Cuando matás al primero es un shock. Después es menos duro”, concluyó.
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DIARIO DEL JUICIO
INFORME DE LA PROCURACIÓN NACIONAL SOBRE LAS CAUSAS A LOS GENOCIDAS
Los números de la Justicia Ya son 378 los represores condenados por delitos de lesa humanidad cometidos durante la última dictadura, de los cuales 111 recibieron su sentencia en 2012. Además, hay más de mil procesados.
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on un completo informe, la Unidad Especial de la Procuración Nacional elaboró un documento que refleja el estado de las causas contra criminales de lesa humanidad hasta la fecha. Allí se hace un balance de los avances registrados durante 2012, en el que se condenó a 111 personas por primera vez, alcanzando un total de 378 desde el regreso de la democracia. Durante 2012 finalizaron 24 juicios –22 orales y 2 escritos– en los que se condenó a 134 imputados –de los cuales 111 fueron condenados por primera vez, dado que no registraban penas anteriores– y se absolvió a otros 17. Hay 13 juicios en marcha, en los que se juzga a 232 acusados en relación con los casos de más de 1.800 víctimas. El documento destaca que, en 2012, el proceso de juzgamiento por delitos de lesa humanidad“ha alcanzado su punto de máxima expansión”. Ello puede advertirse si se repara en que ese fue el año en el que se logró llevar a juicio oral al mayor número de personas hasta el momento; se concretaron juicios significativos -tanto
Durante 2012 finalizaron 24 juicios –22 orales y 2 escritos– en los que se condenó a 134 imputados.
en cantidad de acusados como de víctimas– y, paralelamente, aumentó de manera perceptible el número de personas procesadas. Esto implica que, durante el año que recién terminó, no sólo se logró juzgar a un número muy importante de personas que ya estaban procesadas, sino que, al mismo tiempo, se lograron nuevos procesamientos. De este modo, el año concluye con 378 personas condenadas –a fines de 2011 había 267– y 1013 procesadas –a fines de 2011 había 843– en todo el país, la cifra más alta alcanzada hasta ahora. Los avances registrados se deben, en gran medida, a que durante 2012 han podido concretarse juicios con una mayor cantidad de acusados -los llamados megajuicios–, entre los que se destacan los realizados en Bahía Blanca, La Plata, Neuquén y Mar del Plata. La Unidad Fiscal también destaca en su informe que a fines del 2012 se iniciaron 3 juicios de grandes dimensiones en Capital Federal (Esma), Córdoba (La Perla) y Tucumán (hechos cometidos en el Arsenal Miguel de Azcuénaga y en la Jefatura de Policía). Estos tres juicios, que continúan en 2013, tienen a 150 personas acusadas por delitos cometidos contra 1.500 víctimas. “Se trata de causas que por su dimensión se aproximan al tipo de juicio que la Unidad Fiscal se fijó como objetivo desde su creación,
En total, desde el regreso de la democracia hasta el presente, se ha juzgado a 422 personas (juicios concluidos), de las cuales 378 fueron condenadas y 44 resultaron absueltas. dado que comprenden un número significativo de acusados y de víctimas”, resalta el informe. En total, desde el regreso de la democracia hasta el presente, se ha juzgado a 422 personas (juicios concluidos), de las cuales 378 fueron condenadas y 44 resultaron absueltas. Cabe destacar que el año que acaba de concluir fue el que aportó el mayor número de nuevos condenados (111). También fue significativo el aumento de personas procesadas durante 2012. Es importante destacar que de las 1013 personas procesadas, 619 ya cuentan con una o más causas elevadas a juicio y otras 75 tienen alguna causa en la que la fiscalía solicitó la elevación a juicio. De este modo, cerca del 70 por ciento (694) de los procesados actuales ya tiene alguna causa en etapa de juicio o cuenta con el requerimiento fiscal para ello. Para la Unidad Fiscal, “este eleva-
do número de personas procesadas que aún deben ser juzgadas, determina la necesidad imperiosa de acelerar el ritmo de los juicios orales, tanto en lo que se refiere a su rápido comienzo una vez que las causas se elevan a juicio, como en la periodicidad de audiencias una vez que éstos comienzan”. La Procuración plantea en su documento que ve “con preocupación que muchos juicios orales se realizan con pocas audiencias semanales, y que en numerosas ocasiones no se sesiona a jornada completa”, y deja sentado por escrito que “uno de los principales desafíos para 2013 es que se establezcan mecanismos que garanticen una debida celeridad”. “Otro desafío para el año próximo es continuar profundizando el proceso de juzgamiento en ciertas áreas, como el análisis de la responsabilidad de actores civiles en el terrorismo de Estado (funcionarios judiciales, empresarios, etc.), los delitos sexuales y la apropiación de niños”, agrega el documento. Sobre este último aspecto, cabe destacar que en octubre de 2012 la Procuradora General de la Nación, Alejandra Gils Carbó, dispuso la creación de la Unidad Especializada para Casos de Apropiación de Niños durante el terrorismo de Estado, a cargo de Martín Niklison y Pablo Parenti, y la aprobación de un Protocolo de actuación para estos casos.
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MEGAJUICIOS
Esma y La Perla se reinician en febrero Tras una breve interrupción durante enero, se retomarán las audiencias en los dos juicios más grandes del país desde el reinicio del proceso de condenas a los represores.
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urante el mes de febrero se retomarán las audiencias en los dos grandes juicios orales que se desarrollan en nuestro país. Uno es en Córdoba, el llamado juicio “La Perla”, donde están siendo juzgados 45 represores y testificarán más de 600 testigos. En tanto, en Capital Federal continuará el emblemático juicio de la “Esma”, con 68 acusados y donde por primera vez se juzga a los responsables de los “vuelos de la muerte”.
La Perla
El 5 de febrero el Tribunal Oral Federal 1 de Córdoba reiniciará las audiencias del juicio oral y público de la megacausa "La Perla" por delitos de lesa humanidad cometidos durante la dictadura cívico militar en la provincia, luego del cuarto intermedio dispuesto el 19 de diciembre último. Dicho martes 5 de febrero, a las 9.30, se realizará la séptima audiencia del proceso de enjuiciamiento que, junto a otros 44 represores, tiene como principal imputado al ex titular del Tercer Cuerpo del Ejército, Luciano Benjamín Menéndez. El proceso de enjuiciamiento comenzó el 4 de diciembre y, en las seis audiencias realizadas hasta el momento, se dieron lectura a las acusaciones de 15 de las 16 causas acumuladas en el debate. Luego del receso se continuará con la lectura del expediente "Barreiro", uno de los más voluminosos, con 82 víctimas y 32 imputados. Por otra parte, está prevista la incorporación de nuevos expedientes en este proceso, que demandará más de un año. No obstante, es probable que en febrero comience la instancia del debate de las pruebas testimoniales y documentales. Previamente, las partes tendrán la posibilidad de realizar sus planteos y los imputados a ejercer el derecho a declarar. Un total de 417 víctimas forman parte de las 16 causas, de las cuales 162 son sobrevivientes y constituyen la prueba testimonial fundamental para el proceso, a lo que se suma más de 600 testigos. Los delitos que se juzgan son privación ilegítima de la libertad, imposición
de tormentos agravados, aplicación de tormentos seguido de muerte, homicidio calificado, tentativa de homicidio calificado, sustracción de menor de 10 años, abuso deshonesto y violación.
Esma
El juicio oral y público por delitos de lesa humanidad cometidos durante la última dictadura cívico militar en la Esma se reanudará el próximo 4 de febrero. Este juicio oral, que comenzó el 28 de noviembre pasado y en el que son juzgados 68 acusados por 789 casos de secuestro, torturas y homicidios, se había reanudado ya tras la resolución del Tribunal Oral en lo Criminal Federal 5 de la Ciudad de Buenos Aires de habi-
litar la feria judicial, lo que permitió que el cuerpo integrado por los jueces Daniel Obligado, Adriana Palliotti y Leopoldo Bruglia, tomara declaración a 19 imputados. Cuando se reanuden las audiencias, se continuará con las exposiciones de los restantes acusados. En el mayor proceso de todos los realizados hasta el momento, llegan a juicio por primera vez ocho aviadores navales y de la Prefectura acusados por los "vuelos de la muerte" en los que se arrojaba prisioneros vivos al mar o al Rio de la Plata para convertirlos en desaparecidos. Se trata de Julio Poch, Emir Sisul Hess, Enrique de Saint George, Miguel García Velazco, Domingo D'Agostino, Ricardo Ormello, Miguel Clement y Mario Arrú.
En tanto, los oficiales de la Armada Alfredo Astiz, Eduardo "El Tigre" Acosta y demás integrantes del grupo de tareas 3.3.2., dieciséis de los cuales ya fueron condenados en octubre de 2010, deberán responder en este debate por nuevos crímenes aún no juzgados, como el secuestro y desaparición de la adolescente sueca Dagmar Hagelin. También en este juicio comparecerán dos civiles, el ex secretario de Hacienda de la dictadura Juan Alemann, imputado de haber presenciado el interrogatorio bajo torturas a Orlando Ruiz, a quien se sindicaba de haber participado de un atentado en su contra y que permanece desaparecido; y el abogado Gonzalo Torres de Tolosa.
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DIARIO DEL JUICIO | Suplemento del periódico el eslabón DIARIO DEL JUICIO
El Diario del Juicio Rosario es un proyecto impulsado por la agrupación HIJOS Rosario, producido por Cadena Informativa y la cooperativa La Masa, que cuenta con el apoyo institucional del Concejo Municipal de Rosario, Fundación Electroingeniería, Amsafé Provincial y Cámara de Diputados de la Provincia de Santa Fe.
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socialismo no estaría dispuesto a un proceso de reforma institucional. ―Como para aportar al debate planteado en Santa Fe sobre el tema policía, narcos, seguridad y violencia, me gustaría que desarrolles las principales líneas que pensás se deberían transitar para abordar la problemática. ―Te voy a tirar los grandes títulos, porque esto es como describirte una operación de corazón, la estrategia general, después tenés que ir a la letra chica. En primer lugar definir algo fundamental, que es quién dirige el proceso de reforma, si lo dirige la policía o lo dirige el escalón político. En estas condiciones no lo puede dirigir la policía, con lo cual vos tenés que estructurar obligatoriamente un escalón de conducción política que hoy no lo tenés, y que no lo resuelve el hecho de que haya un ministro de Seguridad: tenés que armar una estructura de conducción y administración de la policía a nivel ministerial, que hoy está diseminada en el estado mayor policial. Vos le tenés que quitar funciones de administración y conducción a ese “Estado Mayor” de la policía santafesina y transferirlo a lo que es el escalón del ministerio, para lo cual tenés que crear una estructura ministerial que requiere dos cosas: cuadros de gestión y financiamiento. Esto es básico, porque es quién dirige y planifica la reforma. ―Es necesario por el estado en que se encuentra la fuerza policial... ―Ahí entramos en los detalles más finos. Te voy a dar un ejemplo muy simple y clave, que es tener control sobre el personal y la distribución del personal en la policía. La dirección de recursos humanos y su manejo es fundamental. Si eso está en manos de un comisario general dentro del Estado Mayor policial es un palo en la rueda para la reforma. Si el que encabeza esa reforma no tiene capacidad para saber dónde está tal o cual persona dentro de la institución, no tenés posibilidad de reformar nada. Ese es un ejemplo. El tema económico es otro. El tema de la dirección y evaluación del proceso de cambios también. Ese es el primer punto, vos tenés que construir el escalón que va a llevar adelante el proceso. Que puede estar dentro o fuera del ministerio. Puede ser un grupo ad hoc que dependa directamente del gobernador. La segunda cuestión: tenés que reformar el dispositivo funcional de la policía, es decir para qué está. ¿Prevención, investigación? Si investigación supone investigación de delitos complejos debés armar una estructura, una suerte de FBI santafesino, una suerte de sector policial independiente de seguridad preventiva, que va a estar descentralizado, más territorial, que se aboque a todo lo que es crimen organizado. ―¿Y eso implica armar algo nuevo, con todo personal nuevo? ―Y bueno, no, es muy difícil formar algo de cero. Debe haber algo ahí adentro. Tiene que haber gente que sirve. No, no, ahí tenés que estudiar, tiene que haber gente que hoy está pisada, también podés traer gente de afuera, también metés gente nueva, pero al mismo tiempo tenés que ir estructurando eso... En realidad aquí no te purdo dar más especificaciones, para dar más precisiones no se puede hablar en abstracto, hay que estar trabajando en terreno, con el diagnóstico en la mano. Es un quilombo además en los detalles técnicos para explicar en una simple entrevista, cómo se arma la inteligencia, etcétera. Pero sí diferenciar estas dos grandes funciones, por un lado prevención, lo que sería patrullamiento, control en las calles, digamos respuesta inmediata, mantenimiento de orden público. Y por otro lado todo lo que sería seguridad compleja, que además serían detectives especializados en todo lo que es el crimen organizado. El tercer gran escalón a cambiar es todo el régimen de personal. Lo que es la estructura de la profesión policial. La hi-
ponda, eso lleva otro tiempo, requiere otro tipo de trabajo, de auscultación ahí adentro, otro tipo de gestión con relación al personal. Y esto requiere de gente diestra, y el socialismo no tiene gente capaz para todo esto. El cuarto punto es el control externo de la policía. Es decir la policía no se puede controlar a sí misma. Asuntos Internos tiene que estar fuera de la policía. Y tiene que tener una estructura muy sofisticada. Y eso jode, y a lo político, porque cuando empiezan a detectarse problemas de funcionamiento o corrupción es un golpe y hay ministerios que no lo toleran. ―¿Hasta dónde puede aguantar una situación que, según la describe el criminólogo santafesino Máximo Sozzo -en una entrevista que leí recomendada por vos en twitter-, expone que los niveles de violencia que están teniendo Rosario y Santa Fe comienzan a acercarlas más a ciudades de Centroamérica que a Montevideo o Buenos Aires? ―Sí, pero lo que está diciendo ahí Maxi es también que hay que ver qué ocurre con esos niveles de violencia, porque lo que intuimos es que la mayoría de los homicidios tienen que ver con riñas y disputas por control territorial en barrios donde hay muchos negocios vinculados al crimen organizado. Entonces si vos tenés un nivel de homicidios muy importante, como ocurre en
la ciudad de Buenos Aires según el estudio de Eugenio Zaffaroni, y vos tenés un 40 por ciento de los muertos en riña vinculados a estos temas, y otro 40 en violencia doméstica, vos no tenés un problema de inseguridad en la calle, vos tenés un problema de gestión en dos núcleos. Pero si no tenés un diagnóstico, es dificil. Pero si vos tenés esa realidad tenés que intervenir en esos núcleos. ―Con el marco político que tenemos en Santa Fe ¿Qué estrategia posible creés que se podría ensayar para no quedarse de manos cruzadas, al menos para hacer el intento? ―Yo creo que se podría plantear la creación de un Consejo provincial de reforma policial en donde esté el oficialismo y la oposición diseñando todo esto. Vos tenés que promover ese consejo en el marco de un acuerdo político, donde invitás a todos los partidos de la oposición. Pero además ese consejo no debe depender del ministerio de Seguridad, sino directamente del gobernador; y es un consejo que trabaja para el gobernador y con el Parlamento, y lo que tiene que realizar ese concejo es el diagnóstico de la policía y el plan de reforma, no llevar adelante la reforma, y le debe entregar en dos años al gobernador el proyecto de reforma en la mano. Y del sector político que se quede afuera sí podés decir que está especulando con la seguridad pública. Ahí, de alguna manera, lo que hacés es sentar las bases, vas creando un staff de gente que se va metiendo en el tema. ―De lo que decís, por los tiempos electorales que vamos a tener este año y en 2015, parece muy interesante plantearse la cuestión de que el plan se lo entregás al que vaya a gobernar en la próxima gestión, post elecciones. ―Claro. Hay que proponer una consejo provincial de reforma de la policía donde estén convocados dirigentes, legisladores, partidos del oficialismo y de la oposición y expertos propuestos por cada uno de ellos con un plan de reforma, dónde elaboremos un diagnóstico y un plan de reforma. Hay que convocar a expertos nacionales e internacionales, porque la idea no es que eso lo haga tal o cual, la idea es que ahí no haya gente que esté trabajando para el gobierno, sino en el marco de un consejo estatal con respaldo de todos los partidos, que es distinto. Aparte hay que relevar las experiencias internacionales. Las mejores reformas se han hecho así, como en los casos de Irlanda, Sudáfrica, dos grandes reformas serias. De ahí surgirán también las bases para el equipo que después eventualmente el gobierno podría convocar para intervenir en el proceso de reforma.
para combatir a la delincuencia en las villas de Rosario. Por otro lado, defendió el accionar de la policía provincial, a la que justificó por los bajos salarios que perciben: “Sin desprestigiar ninguna actividad de trabajo, un camionero hoy gana un básico de siete mil pesos y un policía está en un básico de cuatro mil”. Como ocurre en la Policía Bonaerense, donde ex comisarios alejados de sus funciones y hasta exonerados como Mario Naldi o Luis Vicat hoy se presentan como “especialistas” en seguridad y dan entrevistas bajo ese rótulo, el ex comisario Giacometti es abogado y hoy preside la Comisión se Seguridad del Colegio de Abogados de Rosario y habla con los medios como un “experto” en la materia. Sin embargo, a diferencia de lo que ocurrió con la bonaerense, donde por muchos años hubo jefaturas civiles de la fuerza, el control de la policía santafesina continúa en manos de los uniformados, a pesar de los reiterados casos denunciados de connivencia con la delincuencia y el crimen organizado. Esta falta de conducción por parte del poder político, es lo que en Santa Fe se
ha denominado “giacomettización” de la política de seguridad: “Un proceso por el cual en lugar de avanzar con el control político o «civil» de la institución policial, el gobierno retrocede cediendo espacios políticos a la misma”, según el ex secretario de Seguridad Comunitaria Enrique Font. En su informe anual de 1998 el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) cuestionó al entonces jefe de la Unidad Regional II de la policía de Santa Fe por minimizar un caso de violencia institucional que conmocionó a la provincia: la feroz golpiza que cuatro uniformados le propinaron al joven Cristian Acosta y luego a sus padres, cuando quisieron defenderlo de la brutalidad policial. Giacometti dijo aquella vez que “en una pelea siempre alguno resulta golpeado”, lo que años más tarde le valió el repudio de distintos sectores políticos y sociales, cuando el entonces gobernador Binner y su ministro de Gobierno, Antonio Bonfatti, lo eligieron, aunque más no fuera por unas horas, como secretario de Seguridad de la provincia.
Archivo. Marcelo Saín mientras ejercía el cargo de Interventor de la Policía Aeroportuaria. permilitarización de la policía te lleva a esta institución de cuarta categoría. Vos tenés que cambiar un montón de aspectos que tienen que ver con darle una impronta más civilista, mucho más vinculada a la gente. Algo que significa un cambio en la capacitación, en el sistema de control, pero también en lo que son las pautas de ascenso, los sistemas de calificación, los mecanismos de promoción de cargos dentro de la organización. Erradicar ritos que son propios de la militarización, como la marcha y ese tipo de cosas que sirven para controlar despóticamente la institución. Esos son cambios que llevan mucho tiempo. Yo diría que necesitás una suerte de intervención de la policía. Una vez iniciado el proceso de cambios vas a tener aliados ahí adentro, también tenés que tener un nivel de gestión muy importante dentro de la propia organización porque te van a aparecer un montón de referentes. Cuando vean que el proceso de cambios empieza a ser cierto, que tiene respaldo político, van a jugar, pero no lo van a hacer hasta que el proceso esté firme. Estructurar una línea de mando propia para un proceso reformista a nosotros en la PSA (Policía de Seguridad Aeroportuaria) nos llevó dos años, pero depurar a la gente nos llevó seis meses. O sea, sacar a los malos es fácil, lo difícil es construir una estructura que te res-
Mano dura A río revuelto, ganancia de manoduristas.En medio del debate de los últimos meses, entrevistado por un canal de TV porteño, el comisario retirado de la policía santafesina y actual abogado, José Luis Giacometti, quien se presenta como “especialista” en temas de seguridad, responsabilizó por la crisis provincial a la “ausencia del Estado” y comparó a la militancia política con el narcotráfico. Giacommetti afirmó que el problema que tiene hoy la ciudad de Rosario se debe a que “el espacio que no ocupa el Estado lo ocupa alguien, y ese alguien puede ser una militancia, puede ser un narco, puede ser cualquier persona que pueda aprovechar esa situación, que la aprovecha porque tiene economía para hacerlo”. El ex comisario, nombrado en 2009 por el entonces gobernador Hermes Binner como secretario de Seguridad Pública –aunque nunca llegó a asumir, por la oposición que generó su figura–, reclamó además “mano dura” por parte del Estado
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NARCOS, VIOLENCIA Y POLICÍA
La militancia en la calle
“
NI UN PIBE MENOS”. “Basta de violencia, basta de asesinatos y basta de represión”. Las consignas que vienen enarbolando las organizaciones populares se corporizaron en dos movilizaciones que animaron la clásica modorra de un nuevo enero rosarino. Las movidas fueron el jueves 24, cuando durante la tarde miles de manifestantes convocados por el espacio Unidos y Organizados marcharon hasta la sede local de la Gobernación para reclamar justicia por los ataques a balazos de narcos a militantes sociales y exigir que el gobierno de Santa Fe “se ponga a gobernar” y “conduzca a la policía” provincial. “Nos gustaría que el gobierno provincial esté acá marchando con nosotros”, dijo el referente nacional del Movimiento Evita, Emilio Pérsico, quien llamó a tomar el problema de la violencia en los barrios como un tema de todos los sectores y no “atravesado por lo electoral”. Pérsico sostuvo además que “si el gobernador Antonio Bonfatti se anima a enfrentar al narcotráfico, encontrará un fuerte apoyo de las familias humildes que ven cómo los narcos se comen a sus hijos”. “Nuestro enemigo no es el gobierno socialista, nuestro enemigo son las bandas narcos que operan en los barrios y atacan a nuestros militantes”, dijo por su parte el diputado nacional Agustín Rossi –titular de la bancada del Frente para la Victoria (FPV)–, quien fue orador final del acto que se realizó en la plaza San Martín. El también diputado nacional del FPV Marcos Cleri –referente provincial de La Cámpora– subrayó a su turno que “desde que gobierna el socialismo tenemos que estar en la calle porque no se hacen cargo de gobernar”. “El problema del gobierno socialista no somos los opositores sino el cien por ciento de los santafesinos, que cree que la policía es parte del problema y no de la solución”, planteó Rossi, tras pedir a la gestión del gobernador Antonio Bonfatti que “reaccione” ante los problemas de inseguridad y ejerza “el control político de la policía”. La movilización, encabezada por el Movimiento Evita y convocada por el espacio kirchnerista Unidos y Organizados, se inició cerca de las 19 frente a los tribunales rosarinos y recorrió las calles del centro hasta la plaza San Martín. Los miles de manifestantes marcharon con banderas y estandartes del Movimiento Evita, La Cámpora, la Corriente de la Militancia, la Martín Fierro, la
FTV, Nuevo Encuentro, Partido del Progreso Social, Partido Comunista, Partido Intransigente y otras fuerzas que participaron de la movilización. Cuando caía la tarde, en el escenario improvisado frente a la sede local de la Gobernación santafesina, tras recordar que el año pasado se registraron 182 homicidios dolosos en Rosario y que en lo que iba de enero ya se habían producido 19, Rossi sostuvo que “no se llega a esta situación sin complicidad de la fuerza policial”. “Si el gobierno está decidido a profundizar e ir con toda su decisión contra el delito narco, si no le tienen miedo a los narcos y a los sectores de la policías que tienen connivencia con el delito, nos va a encontrar apoyando las políticas. Pero de ninguna manera seremos cómplices de la inacción”, planteó el Chivo. Cleri dijo a su turno que “lo único que hacen (los gobernantes provinciales) es mantener el estado de cosas, como buenos neoliberales que son”, al tiempo que afirmó que “el gobierno socialista le está dando la espalda al pueblo rosarino”. En tanto, el secretario general del Movimiento Evita de Santa Fe, José Pepe Berra, sostuvo que “donde no está el Estado vamos a poner la militancia”, pero aclaró que su agrupación no lucha “contra los narcos”. “Esa tarea la tiene que
hacer el Estado, que tiene los instrumentos para hacerlo”, planteó Berra, y dijo que el gobierno de Santa Fe, frente al problema de la inseguridad y el narcotráfico, “no tiene otra idea que victimizarse”. Y concluyó: “No queremos ni un pibe menos en esta ciudad; queremos que Rosario sea una ciudad que merezca ser vivida con dignidad”.
Petitorio por Mecha Durante la mañana de ese mismo jueves, unas quinientas personas se congregaron también frente a los Tribunales Provinciales, para reclamar justicia por “todos los implicados del asesinato de Mercedes Delgado”, quien murió el último 8 de enero al quedar en medio de una balacera de bandas rivales narcos, en el barrio Ludueña. Representantes de la familia de Mercedes Delgado, del centro Comunitario San Cayetano (donde la víctima trabajaba), el Colectivo Caleidoscopio y vecinos del barrio Ludueña entregaron un petitorio a la titular del Juzgado de instrucción 15 de Rosario. Tras expresar que Delgado era “una trabajadora social, una mujer comprometida”; y que fue asesinada “por dos impactos de bala, en la esquina de Bielsa y Garzón”, los manifestantes exigieron en el escrito “justicia” y reclamaron “que
Un radical que pide autocrítica Desde la Unión Cívica Radical una de las voces más intensas fue la del diputado provincial de la UCR, Maximiliano Pullaro, quien pidió autocrítica a la política para enfrentar al narcotráfico y apuntó contra abogados y contadores que cooperan con los narcos para “blanquear el dinero de la droga”. “Nosotros tenemos que desarmar el mercado del delito y decir con toda claridad que los narcos no actúan solos”, sostuvo el diputado provincial de la UCR, que integra el gobernante Frente Progresista santafesino. “Estas organizaciones no sólo cuentan con la protección de sectores de la policía y la justicia, sino también con el asesoramiento de abogados y contadores que les enseñan a no come-
ter errores y blanquear el dinero de la droga”, agregó. Puntualmente, el legislador recordó que “en la Legislatura denuncié a los distribuidores de estupefacientes, pero también señalé cómo es que Ascaini (un hombre procesado por narco que actúa en la localidad santafesina de Villa Cañás, ligado también a la causa Tognolli) pretende blanquear un millón de pesos con la facturación de dos camiones que no ganan ni la cuarta parte”. En ese sentido, mencionó también el “caso de Aldo `Totola` Orozco, reconocido narco de Firmat y la región, que la Brigada de Drogas Peligrosas lo había atrapado en 2012 con dos abogados en su auto”. El diputado provincial oficialista dijo en un
comunicado que “estas cosas pasan en todas las localidades y regiones de la provincia y sería importante que la política comience a decirlas con nombres y apellidos, sin miedo, y desde allí actuar unidos y con decisión”. A la vez, Pullaro pidió una autocrítica a la dirigencia política de la provincia como primer paso para generar un acuerdo contra el crecimiento del narcotráfico en Santa Fe. “La política tiene la obligación de unirse para enfrentar a la principal amenaza a nuestra sociedad, como es el narcotráfico”, sostuvo. “Deberíamos ser autocríticos ya que desde la política no hemos sido capaces de construir un gran acuerdo nacional y provincial de lucha contra el narcotráfico”, concluyó.
Manuel Costa
sean juzgados todos los implicados en el asesinato de nuestra compañera”. “Decimos basta. Basta de narcotráfico, basta de zonas liberadas, basta de asesinatos, basta de violencia, basta de represión. ¿Hasta cuándo los vecinos tenemos que vivir estas situaciones?”, preguntaron. Y agregaron: “Este no es el primer caso que padecen nuestras calles, pero esta vez nos toca de cerca y el dolor no nos va a dejar paralizados, no nos va a dejar inertes, sino lo contrario: la lucha que defendíamos con Meche (como le decían a Mercedes) hoy se hace carne y embandera nuestra lucha”. Finalmente, pidieron que se encuentre a los responsables y exigieron que la causa de Mercedes Delgado “no quede impune y los autores de su muerte reciban el castigo que corresponda”. Tras la entrega del documento, y precedidos por una gran bandera con la leyenda “Justicia por Mercedes. Basta de Impunidad”, los manifestantes se movilizaron por bulevar Oroño hasta la sede de la Gobernación provincial, donde hicieron entrega del mismo petitorio. María Cristina –hermana de Mercedes Delgado–, indicó que “todos quiénes estamos acá pedimos justicia y no otra cosa”. “Siento una gran amargura. Es algo que no puedo entender, ella siempre hablaba del tema de la droga, me contaba de los problemas y del barrio”, añadió.
Movida en Nuevo Alberdi Después de las marchas del jueves 24 en la zona céntrica de la ciudad el escenario de la movida se trasladó al propio barrio de Nuevo Alberdi, donde el viernes 25 y el sábado 26 centenares de militantes, la mayoría pertenecientes al Movimiento Evita, coparon la zona para entusiasmar a los vecinos con una propuesta de trabajo comunitario. Así fue que se pintaron casas, negocios y espacios públicos; se mejoró el alumbrado público, se limpiaron zanjas, se cortaron yuyos. Y al caer la tarde del sábado las actividades tuvieron un cierre de tono festivo, con murgas y recitales. Entre las tareas realizadas se contó la refacción del centro comunitario que coordinaba Ramón Ferreyra, quien junto con su familia debió mudarse del barrio tras denunciar a los atacantes de los tres muchachos que habían sido baleados el 9 de enero, dos de ellos hijos suyos.
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OPOSICIÓN SIN RUMBO CLARO
Nada más que eslogans Pese a que la inflación preocupa, es probable un triunfo del gobierno nacional en el turno electoral de este año, abonado por la falta de propuestas alternativas concretas en el plano económico. Por Rubén Luis Milito
A
UNQUE TODOS LOS argentinos entienden que existe un desfasaje entre los datos del Indec y la realidad, y la inflación preocupa, la presidenta parece encaminarse a una nueva victoria electoral durante este 2013. ¿Por qué? Por empezar, la oposición le ha brindado a la sociedad pocas propuestas alternativas en materia económica, una de ellas es sincerar las mediciones estadísticas. Me voy a tomar el atrevimiento de utilizar, como les gusta hacer a los liberales económicos -que pertenecen a una matriz de pensamiento diferente al liberalismo jurídico político-, una metáfora ligada a los usos y costumbres de los ciudadanos: corregir los datos del INDEC implicaría arreglar un termómetro que funciona mal, pero, por más que se arregle el termómetro y nos dé la temperatura justa, esta medición por sí misma no nos va a dar una calma de la fiebre. Aunque desde la posición de los amigos liberales se podría escuchar decir que si tenemos la medida justa de la fiebre podemos saber qué medicamento hay que prescribirle al paciente. De las visitas al pediatra con los hijos se aprende que si tiene entre 37,5 y 38,5 grados Celsius se le dará Ibuprofreno, mientras que si supera los 38,5 se le dará Dipirona. El problema es que el gobierno sigue ocupando el centro de la escena porque ningún otro actor político de peso en nuestra Argentina ha elaborado un tratamiento alternativo al prescripto por el gobierno. El kirchnerismo está aplicando en estos momentos una receta que contiene una mixtura de acciones ortodoxas y heterodoxas para combatir la inflación. La ortodoxia se visualiza en el pedido a los sindicatos para que moderen sus expectativas salariales, mientras que la hete-
rodoxia se aprecia en la denuncia de abusos en la conformación de los precios. Es más, durante el año 2012 el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner puso bajo órbita del Estado a una de las grandes formadoras de precios, la energética YPF. El nombre del escenario económico es “Sintonía Fina”. Si se aprecia que entre Mastellone, Sancor, Unilever, Procter and Gamble, Arcor, Ambev, Coca Cola y Pepsi manejan el 90 por ciento de las góndolas en el país, es de entender que el único actor fuerte para contener esta concentración es el Estado. El Estado en esta idea de Sintonía Fina es el que debe autorizar o no la evolución de los precios. Estamos hablando de domesticar a un mercado oligopólico. La gran piedra en el zapato, para alcanzar este objetivo, es el cobijo que le otorga el Poder Judicial al grupo
Clarín. Para domesticar a una manada de leones, lo primero que hay que lograr es imponerse al macho dominante, entiéndase el grupo que dirige Magnetto. Además el gobierno ha cerrado la tranquera para la exportación de divisas para cuidar las reservas en el Banco Central. Aparte le ha aplicado un torniquete a las importaciones, porque existe en el mercado internacional una sobreoferta de Manufacturas de Origen Industrial producto del cuadro recesivo de las economías del Hemisferio Norte. Se puede estar de acuerdo o no con el plan, pero es un plan. Mientras que por el lado de la oposición la incongruencia se da por falta de visión de una política económica integral. La única idea es seguir a todo actor social que cuestione al gobierno. Un día “estamos con la CGT que pide aumentos de salarios porque la
inflación es alta”, otro día “apoyamos al presidente de Federación Agraria que pide que se actualice la política cambiaria (entiéndase devaluación y aumento en el precio de los alimentos)”. Se pueden sumar algunas propuestas delirantes como bajar el mínimo no imponible en ganancias, rebajar las retenciones y al mismo tiempo aplicar el 82 porciento móvil en las jubilaciones. Suena lindo, pero económicamente es inviable. A no ser que alguno esté pensando en volver al mercado de capitales para financiar gasto corriente con deuda, como se hizo en la década del 90 con la privatización del sistema previsional. Por lo tanto, para desplazar e imponerse al kirchnerismo los opositores deberán articular un plan serio que genere una alternativa al modelo vigente, más allá de los eslogans.
cial–, resguardándose de los franceses y los yanquis, del napalm y del agente amarillo –el potente herbicida, padre del Roundup–; uno piensa: qué falta que hace por estos pagos que aparezcan tanto por abajo en infraestructura básica –los caños, los túneles–; como que en el mismo mate, en la cabeza de cada uno, esté el cañerío lo más limpio posible para que las ideas-sueños, que nos llegaron al corazón cuarenta años atrás con la lucha
de nuestros pueblos y el triunfo de Vietnam, circulen en estos tiempos, que quizás no sean los de enterrarse y vivir enfierrados como en el Viet Cong, pero sí de estar preparados a ganar cuadra por cuadra, casa por casa, vereda por vereda, al atraso, al coloniaje, que es ya de por sí un tipo de violencia, a la que se le suma este otro tipo, de fierros privatizados, y que el establishmnet hasta ahora tolera, porque le es favorable.
De caños y túneles Por Hilo Negro (desde Cancha Rayada) dos por los Tupas se mandan a mudar para
Y
o no sé, no. En el campito, un caño era un caño, y no vamos a decir que era moneda corriente. Tampoco era un lujo. Era un recurso más. Eso sí, había partidos que de haber un par de caños seguidos de un mismo equipo, al contrario le agarraba como un chuchi de aquellos. En plena época de la fusiladora (autodenominada Libertadora), los anarquistas –nuestros anarcos queridos, como decía la canción de Zitarrosa– alejados del gorilismo, se plegaron a la resistencia peronista, y uno de sus aportes interesantes fue la enseñanza sobre cómo preparar unos buenos caños. En tiempos de mi abuela los que estaban en la mala e iban para peor, decían: “Voy a a tener que ir a vivir a los caños”; porque siempre había caños de alguna obra inconclusa donde vivir -una “situación de calle”, le dicen ahora–. Hay un tema popularizado por Baglietto, Dios y el Diablo en el Taller, donde el Rojo lo invita a fumarse un caño en el baño. Capaz que ahora, hasta el mismo barbudo se prendería a pitar. Los compañeros Orientales producen una gran fuga masiva en una cárcel de la dictadura uruguaya haciendo un gran túnel, un enorme caño donde los compañeros comanda-
seguir la resistencia desde afuera. En la Capi (Ciudad Autónoma de Buenos Aires) hay unos túneles tremendos, gigantescos caños, kilómetros bajo tierra por donde hay vías para que transiten trenes que llevan gente de un lado a otro, obra que da envidia a cualquier ciudad importante del país, pero que a su máxima autoridad la tenencia le quema en las manos –del subte, no–. Terminando el año, en Rosario y alrededores, después de la gran lluvia se vio que faltaron los caños, los grandes caños –y que estén limpios los que sí había–, para que el agua no llegue a barrios que era impensado que se inunden, como Fisherton, o que vuelva a arrasar como en Nuevo Alberdi, acostumbrado ya a la falta de esos caños. En Arroyito, como en el Parque Independencia, cada día que pasa se extraña que desde los túneles local y visitante aparezcan tanto los auriazules como los rojinegros para enfrentarse sin el temor de que haya un reguero de sangre. Cuando uno ve a la primera mandataria visitando los túneles de Cuchi en Vietnam, reivindicando esa historia donde los combatientes patriotas de Ho Chi Minh luchaban por su independencia –tanto política como so-
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CRÓNICAS ROSARINAS DESDE FRANCIA
Belleza, ajuste y represión De viaje por la Ciudad Luz, emblema glamoroso del Viejo continente, uno de los habituales columnistas de el eslabón y Redacción Rosario, desgranó apuntes sobre los contrastes, en plena crisis, de la Europa del siglo XXI. Por Pablo Bilsky, desde París
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E B A J O D E M A N TA S percudidas, semiocultos bajo la fría bruma invernal, mal arropados por el trajinar de incólumes turistas, son una nota al pie de los palacios y los monumentos que se recortan, iluminados, sobre el cielo gris, blanco, terroso de París. Los sin techo, los pobres de siempre y los nuevos, los del último ajuste, buscan abrigo. Todavía no han llegado las temperaturas más crueles, pero ya las autoridades piensan habilitar más refugios. El Museo del Louvre es una orgía de palacios que se penetran entre sí hasta formar una ristra inabarcable. A pocas cuadras de allí, en la esquina de Rivoli y L’Amiral de Cologny, hay una cabina de teléfono habitada. Bajo los restos de un aparato de France Telecom, entre un abigarrado amasijo de ropa de abrigo y una valija plateada, una mujer duerme en cuclillas, luciendo enormes lentes de sol. En la vereda de enfrente un hombre yace sobre la rejilla del Metro, que exhala un hálito tibio y denso. El invierno en el norte de Europa es una larga y fría noche. En París, los grandes edificios y monumentos se tornan más grises, ominosos y amenazantes. Sus imperiales detalles dorados compiten en lo alto con oscuras, inquietas nubes bajas que se arremolinan con furia. Hasta el frío aporta melancolía y belleza gótica a esta ciudad. Pero también, revelando el revés de la trama, desnudando el detrás de la escena que se agazapa entre bambalinas, el invierno complica la vida de los sin techo. Entre el 21 y el 23 de diciembre, de acuerdo al calendario dispuesto tras la Revolución de 1789, comienza el mes denominado Nivoso. Y a partir del 20 de enero, cuando se inicia Lluvioso, al frío y el viento se suma la lluvia. Muchas veces, es una persistente llovizna, lenta, fría, que todo lo penetra y parece no terminar nunca, y juguetea con el viento antes de posar sus gotas frías, leves, sobre calles y transeúntes. El invierno no ha mostrado todavía su rostro más brutal. Con temperaturas que oscilan entre los 7 y los 12 grados, es apenas un otoño con bríos. Pero sólo es cuestión de tiempo. El río Sena congelado, como una gran pista de hielo, como si la sala de baile de uno de los palacios de París se hubiese volcado hacia las calles para tapizar luego el río. Pero nadie baila allí. Todo es desolación. La única música, espantosa, proviene de una jauría de lobos que merodea la ciudad. Primero las bestias almorzaron a un niño, más tarde a catorce personas más. Esto ocurrió en 1438, durante una descomunal helada. Hoy el Sena fluye calmo. El frío es muy leve por ahora. Los bateaux parisien surcan el río con lentitud, repletos de turistas que disfrutan del paisaje escuchando música de Ives Montagne. No muy lejos de allí, en los barrios periféricos, en los refugios para personas sin hogar, y también bien cerca, entre los palacios, en los rincones, umbrales y recovas de los barrios céntricos, el hasta ahora manso invierno amenaza con convertirse en una feroz jauría de lobos capaz de devorar vidas de niños y adultos. En 1871, el hambre empujó a un grupo de parisinos a asaltar el zoológico y devorar la carne putrefacta de los animales que yacían allí, víctimas de los bombardeos. Sucedió mientras la ciudad
Javier García Alfaro
permanecía bajo asedio de las tropas que reprimieron la sublevación. Muy lejos de aquellos hechos, aplastada ya la Comuna y las revoluciones que la precedieron, aquello parece hoy un inverosímil cuento de terror. Acaso no sea así para todos. “Muchos niños están en riesgo de morir de frío este invierno en las calles de París por falta de refugios”, alertó Eric Molinié, presidente del Servicio de Ayuda Médica de Urgencia (Samu), previsor, apenas el invierno llegó a la ciudad. Según informó el Journal du Dimanche los primeros días de diciembre, “Molinié consideró insuficientes las seis mil plazas ofrecidas para todas las personas sin techo en el Ile-de-France, una región muy poblada que comprende a la capital y ocho departamentos ubicados a su alrededor”. “Cada noche entre 200 y 250 personas se quedan fuera de los albergues por falta de capacidad, entre ellos varios menores”, dijo el presidente de la institución al Journal du Dimanche al tiempo que advirtió la posibilidad de una “catástrofe humanitaria”. De acuerdo con el Samu, “después de la crisis económica de 2008 cada vez más familias recurren a esa entidad, sobre todo trabajadores con muy bajos salarios, solicitantes de asilo o mujeres víctimas de la violencia doméstica que abandonan su casa junto a sus hijos”. Molinié alertó de este problema a la ministra de Vivienda Cécile Duflot y al prefecto del Ile-de-France, Daniel Canepa. La titular de Vivienda admitió la gravedad de las condiciones de las personas sin domicilio fijo y demandó a la Iglesia abrir varios edificios desocupados para acogerlas, lo cual provocó fricciones con la jerarquía católica. Duflot urgió a la Iglesia católica a recibir a los sin techo bajo amenaza de expropiar sus espacios inutilizados. “Necesitamos un verdadero shock de solidaridad. Espero que no sea necesario demostrar autoridad. No entiendo por qué la Iglesia Católica no comparte nuestros objetivos de solidaridad”, dijo Duflot al diario Le Parisien. Duflot mencionó la posibilidad de expropiar temporaria o definitivamente los edificios vacíos que pertenezcan a bancos, compañías de seguros, empresas
públicas o privadas, pero también a la Iglesia, si los dispuestos para albergar a las personas no resultan suficientes. La ex ministra de Vivienda del ex presidente conservador Nicolas Sarkozy no ocultó su preocupación por lo que calificó de “catolifobia” y también afirmó que los dichos de la actual ministra son una respuesta del gobierno a la oposición de la Iglesia al matrimonio igualitario. En su libro Los condenados de la ciudad. Gueto periferia y Estado, el sociólogo Loïc Wacquant reflexionó sobre las formas de marginación urbana en los barrios de Chicago y en la periferia de París, conocidos estos últimos como “banlieues”. Wacquant analizó el concepto de “nueva pobreza” y describió la desarticulación del Estado de Bienestar en Europa. Pero su obra se publicó en 2006. Si prestamos atención a las declaraciones de los funcionarios franceses, todo indica que desde esa fecha hasta hoy el avance del neoliberalismo en detrimento del Estado de Bienestar ha seguido su marcha. Ajenos a las discusiones, las estadísticas y los análisis, los sin techo permanecen bajo sus mantas, abrazados a perros de la calle. Apenas dejan asomar sus vasitos de plástico, ávidos de monedas, en el frío de París.
Los bulevares de París Las ciudades son textos que cuentan algunas historias y ocultan otras. La avasallante belleza de París tiene un reverso de sangre y represión. Sus grandes bulevares fueron diseñados por motivos estéticos, sanitarios y urbanísticos, pero también políticos: abrir el camino hacia los barrios proletarios y facilitar el acceso de las fuerzas de la represión. Se demolieron barrios enteros para frenar los reiterados levantamientos que se sucedieron en el siglo XIX. Y, de paso, se hicieron buenos negocios con la especulación inmobiliaria. Palacios dedicados a la mercancía. Mansiones que se conectan con mansiones a través de pasajes elevados, de vidrio, como un sistema circulatorio de una gran bestia arquitectónica de piedra, oro y hierro, adornada, preñada de productos y ávidos compradores. La zona de las grandes tiendas es un laberinto de mercancías y devotos que peregrinan veloces. No buscan un único
centro. El ordenado y fino caos de los productos no les regala un altar, ni un símbolo, ni punto de descanso, sólo un bravo turbión. La expresión “temporada de ofertas” es como un mantra, un breve texto sagrado, la revelación. Las grandes ofertas anuncian su llegada como la del Mesías. Y es el mismo Mesías quien llama y convoca a los consumidores. Pero las voces de las mercancías son graznidos destemplados que surgen de todos los lugares y de ningún lugar. Los peregrinos se mezclan con oficinistas que salen a la calle a fumar, tomar café y conversar con sus compañeros. “La vida es corta, hay que salir de shopping”, pontifica el slogan de una de las tantas marcas de alta costura y diseño que pueblan esta ciudad, que también es, en buena parte, producto del diseño y la planificación. La zona de las grandes tiendas es apenas un ejemplo de los bellos bulevares que surcan, rectos, racionales, buena parte del casco antiguo de la capital de Francia. Uno de esos bulevares lleva el nombre de Georges-Eugène Haussmann, el gran hacedor de París, el que moldeó la imagen de la ciudad que trascendió en el exterior y configuró un poderoso imaginario, imitado y replicado en los más diversos rincones del planeta. Sólo unos pocos barrios quedaron intocados por el proyecto de Haussmann, que convirtió a esta ciudad en palacio, boutique, museo, vidriera y obra de arte. La antigua traza del París medieval convertía a ciertos barrios, surcados por angostas callejuelas, en verdaderas fortalezas, sitios aptos para los levantamientos del proletariado insumiso, sitios fáciles de defender con barricadas a la hora de resistir la represión con las armas en la mano. Las revoluciones de 1830 y 1848 alertaron a las autoridades. Cuando en 1871 estalló la revolución de La Comuna de París, el primer Estado obrero de la historia, ya la traza de la ciudad no era la misma. Las calles estrechas que habían convertido en inexpugnables las barricadas levantadas en los barrios proletarios en 1830 y 1848 ya no existían. Habían sido reemplazadas por grandes, bellos y anchos bulevares. Tan anchos que se hacía prácticamente imposible bloquearlos con barricadas. La renovación de París, realizada por el barón Georges-Eugène Haussmann, había comenzado en 1853 y se extendió hasta 1870, en medio de voces críticas que denunciaron grandes negociados y especulación financiera. La actual majestuosidad de esos enormes espacios oculta, en su revés, sangre obrera, matanzas y represión. Los revolucionarios de La Comuna experimentaron en carne propia los cambios urbanísticos de París. Les costó la vida. Durante la represión a La Comuna, las tropas del gobierno fueron responsables de la matanza de ciudadanos desarmados. La resistencia más tenaz se registró en los barrios obreros del este de París. El 27 de mayo sólo quedaban focos de resistencia en Belleville y Ménilmontant. Miles de comuneros, mujeres, hombres, niñas y niños fueron fusilados en lo que hoy se conoce como “El Muro de los Comuneros” en el cementerio de Père-Lachaise, lejos de la zona de las grandes tiendas. Una placa de mármol blanco y letras doradas recuerda a los muertos. Siempre hay flores en el lugar.
el eslabón | enero de 2013
la bola | página 13
LAS PERIPECIAS DEL CLÁSICO LOCAL
Se pinchó la pelota A propósito del frustrado duelo estival entre canayas y leprosos, el eslabón repasa algunos de los peores momentos de la historia del enfrentamiento entre los dos grandes de una ciudad que supo ser la Capital del fútbol argentino. Fue una ciudad siempre mansa donde nunca hubo batallas, salvo los fieros combates de leprosos y canallas. (Leyenda de Rosario de Rafael Ielpi y Enrique Llopis)
Por Santiago Garat
E
L PRIMERO DE LOS DOS choques veraniegos que debían disputar los equipos rosarinos a comienzos de este año, y en el que volverían a verse las caras después de mucho tiempo, fue cancelado a último momento por los graves incidentes que se registraron en el estadio de Newell’s. Lo curioso es que el partido se jugaba en cancha de Central y sin público visitante. “Es más fácil organizar un ArgentinaInglaterra en Malvinas que un clásico rosarino”, llegó a decir uno de los organizadores del frustrado ida y vuelta que además, y por primera vez en la historia, iba a tener como protagonistas a dos equipos de distintas categorías. Pero no fue la primera vez que debió suspenderse un Central-Newell's (o un Newell'sCentral, para que nadie se enoje), aunque ojalá sí sea la última.
De Leprosos y Canayas Según una de las varias versiones que existen para dar cuenta del origen de los apodos de los equipos de la ciudad, ante una invitación para participar de un partido a beneficio de enfermos de lepra, a principios del siglo pasado, la negativa por parte de los directivos del Club Atlético Rosario Central hizo que de ahí en más a los simpatizantes de dicha institución les valiera el mote de “canallas”, luego acriollado y reemplazado por el “canayas” impuesto por el recordado humorista Roberto Fontanarrosa, y por consecuencia, a los de Newell's, que sí se presentaron, se les grabó a fuego el de “leprosos”. Aquel, si se quiere, podría ser el pionero de los muchos clásicos cancelados de la historia, y el primero debido a la no asistencia de uno de los dos equipos.
Se va a acabar, se va a acabar El último clásico de la dictadura, que se jugó el 9 de octubre de 1983 en el Parque, no terminó. Central, que venía a los tumbos y comenzaba a desandar la dura pendiente que lo depositaría en el Nacional B un año después, goleaba sorpresivamente a la Lepra en su estadio por un contundente 3 a 0, producto de las conquistas de la Pepona José Omar Reinaldi –un cordobés que se dio el gusto de pasar por Belgrano y Talleres (cosa que no le gustó para nada a los hinchas del Pirata, su club de origen) y que físicamente era un calco del personaje del rosarino Luis Rubio, Eber Ludueña–, Gerardo González –que años más tarde se transformaría en dirigente de Futbolistas Argentinos Agremiados– y el Negro Claudio Scalise –odiado por los hinchas de Newell's por haber dado una vuelta olímpica con la camiseta auriazul debajo de la azul y oro de Boca en el mismísimo estadio rojinegro–; pero en una levantada histórica y poco frecuente en la centenaria historia de los enfrentamientos entre leprosos y canayas, el local consiguió revertir el trámite y alcanzar una igualdad con mucho sabor a victoria. Víctor Rogelio Condorito Ramos –goleador histórico de Newell's y cuyo tanto número 100 se lo convertiría a Central en un clásico jugado en la lejana cancha de Ferro, por el Torneo Clasificación a la Libertadores del 89, que la Lepra venció
Sebastián Granata / Télam
por 5 a 3 – y Rubén Darío Ciraolo –gran mediocampista que emigraría al Valencia español, donde terminaría colgando los botines para calzarse el buzo de DT de divisiones inferiores–, en dos oportunidades, le devolvieron el alma al cuerpo a los miles de hinchas rojinegros que deliraban en la vieja tribuna del Palomar mientras los de la popu visitante, “la que daba al museo” y a la que siempre castigaba el sol de los domingos a la tarde, tiraban el alambrado abajo y se enfrentaban con la policía determinando que el juez le pusiera el lamentable cartel de “partido suspendido” a otro clásico rosarino. Por suerte, a los pocos días, volvía la democracia a la golpeada República Argentina y la memoria se empezaba a ocupar de otras cosas en el país.
La Chancha y el que les da de comer Se jugaba la última fecha del torneo 89/90, que ya había quedado en manos del River de Passarella. Central, que era local y podía alcanzar el subcampeonato, se puso rápidamente en ventaja por intermedio del chaqueño Pedro Uliambre. En la jugada siguiente Ariel Cozzoni, que años más tarde tendría a su cargo la coordinación de las infantiles rojinegras, corrió varios metros para pegarle una patada asesina al pobre José Luis Chino Albarenque, quien voló por los aires y ni se enteró del revuelo que se armó detrás suyo. Mientras el árbitro Juan Bava le mostraba la roja a la Chancha y trataba de impedir que el partido se le fuera de las manos, la violencia saltó del campo de juego a las tribunas y la popular leprosa se prendió fuego. Literalmente. Aquella tarde llegó a volar un puesto de Coca Cola, de los que estaban detrás de las bandejas y en el que minutos antes el vendedor habrá expendido alguna que otra hamburguesa, que una decena de bravos muchachos en cuero intentó hacer llegar hasta la línea de cal mientras las llamas que desprendían los montoncitos de papel picado encendidos en las gradas de la popular sur le daban un aire dantesco al asunto. A Blas Lezcano le decían el Patita por
el defecto que le había dejado la polio en las piernas, durante una infancia llena de pobreza, y que le impediría esa tarde zafar de los tiros de la policía. Pese a que los amigos mostraron ante las cámaras la campera de cuero con una roseta de la perdigonada de unos 40 centímetros de ancho que indicaba que le habían disparado a quemarropa y por la espalda, desde la fuerza provincial informaron oficialmente que el hincha de Newell's murió tras recibir accidentalmente una bala que había sido disparada al aire por los agentes del (des)orden. La AFA les dio por perdido el partido y les quitó puntos a ambos equipos –algo que ya había ocurrido en el clásico que, por caprichos del fixture, había caído en la fecha 13 del campeonato 88/89, y que debió suspenderse por “agresión de ambas hinchadas”–. Central se quedó sin subcampeonato y en la liguilla, en vez de al débil Deportivo Español tuvo que enfrentar a Independiente. En definitiva, los únicos que ganaron fueron los violentos que otra vez se salieron con la suya.
Bombas de aquí para allá El 26 de junio de 1996, por la fecha 14 del Clausura de aquel año, la Lepra –que hacía las veces de local en el Gigante porque estaba remodelando el Coloso del Parque– le ganaba cómodamente a su eterno rival con goles del Tanque Iván Gabrich y Bruno Giménez (que más tarde sería Bruno Marioni y que junto a Walter Luján –luego Samuel– pusieron a Newell's en el pedestal de clubes con jugadores que cambiaron su apellido). Volviendo al partido, cuando corrían veinte minutos del complemento y el resultado ya estaba definido hacía rato, el paupérrimo Aníbal Hay (un clon de Homero Adams) sancionó un claro penal para la visita en el arco de la hinchada canaya. Y expulsó al defensor auriazul Horacio Petaco Carbonari por la falta. Y ya había expulsado al Polillita Ruben Fernando Da Silva, por lo que Central quedaba con dos hombres menos y un panorama negro como los botines de Gustavo Carozo Raggio, que era quien iba a cobrar la falta y que nunca llegó a patear porque desde la tribuna llovieron tantas bombas de estruendo que al árbitro no le
quedó otra que pitar el final. La policía había revisado minuciosamente el estadio mundialista en la semana y, además de repetir la acción pocas horas antes del inicio del juego, los cacheos previos habían sido exhaustivos. Los barras habían escondido las bombas en bolsas de consorcio negras que habían sido arrojadas el día anterior a las sucias y oscuras aguas de la fosa que rodea el terreno de juego y estaban estratégicamente atadas con tanza a los caños del último escalón de la bandeja baja. Después las recogieron, como pescadores a sus redes, y volvieron a pudrir la fiesta de la ciudad.
Continuará Resta repasar, lamentablemente, varios frustrados clásicos más. Entre otros, aparecen los dos memorables 4 a 0 (el del 91 en el Parque –cuando los hinchas auriazules no soportaron el baile que el equipo del Loco Marcelo Bielsa, que venía de lograr el campeonato un año antes en la mismísima Bombonera, le estaba propinando al de Carlos Aimar y provocaron serios desmanes que obligaron a suspender el juego–, y el del 97 en Arroyito, –cuando los jugadores rojinegros no soportaron la paliza que le estaba propinando el elenco de Miguel Ángel Russo, que una vez consumado el final del partido revolearía su saco a la eternidad, al de Mario Zanabria, y se retiraron del campo de juego apelando a expulsiones y “lesiones” hasta quedar en inferioridad numérica–); el de la despedida al Matador Mario Alberto Kempes, que duró hasta que al “famoso cordobés” se le ocurrió meter un gol a los 41 años y en el arco de la parcialidad leprosa; y uno que no debió jugarse, ya que minutos antes del inicio un policía de civil asesinó de un disparo a un hincha de Newell's que estaba por ingresar al Gigante, pero que se jugó igual. La historia de los clásicos en los que se pinchó la pelota, continuará. La otra, la verdadera historia, la de los goles, los triunfos, las derrotas, los empates agónicos, las cargadas sanas y el análisis del partido en el diario del lunes... ¿Continuará?
página 14 | crack
enero de 2013 | el eslabón
ENTREVISTA A COKI DEBERNARDI
“Mejor que perder es perderse y ser libre” El músico cañadense charló largo con una periodista de Redacción Rosario y el eslabón poco antes de presentar el dvd Viva Rosario, a fines del año pasado. Habló de sus afectos, sus lugares y de la idea de perderse un poco; de la música más allá del rock y de las cosas que importan a la hora de tocar. Franco Trovato
Por Eugenia Arpesella
A
PRECIADA POR LA CRÍTICA y por sus fieles seguidores como banda de culto, Coki & The Killer Burritos es también una fortaleza del rock en su expresión más genuina, en esa combinación primitiva y casi extinta de una voz medio hecha mierda que se desgarra en guitarras crudas y riffs potentes; el trip poético de tobogán que va de la imagen urbana, marginal, al juego infantil, y el destello sutil, de brillantina o rubí de plástico, para hacernos feliz. Para eso presentaron, el 20 y 21 en Mc Namara, Viva Rosario, el dvd que registra un show en vivo de algunos meses atrás en ese mismo bar. César Debernardi contó que el nombre es “una cargada” al Viva Las Vegas de Elvis Presley, y que Kid Dinamita Love, el próximo disco, va a salir seguro entre abril y mayo del 2013. Algunos temas ya están circulando en la web (myspace.com/thekillerburritos), como Alfombra Voladora, Knock Out y Parque de Canciones. Al “gran rinoceronte blanco del rock argentino” o al “secreto mejor guardado de Rosario” (Martin Pérez dixit) no le interesa la mirada porteña para legitimarse entre los bronces del palo a nivel nacional. Coki dice que Cañada de Gómez sigue siendo su lugar en el mundo y que Rosario es otro en el que vive con gente que quiere y le gusta y con Antonia, su hija, que es lo único que le importa en la vida. Después está la música. Coki es un melómano: “Yo tengo vinilos, no tengo CD’s; salvo la colección que todavía no regalé de Lou Reed, de Bob Dylan, de los Clash y algo de Liliana Herrero, pero no más. De hecho acabo de escuchar en mi casa el último disco de Dylan en vinilo”, asegura, desafiando la mirada incrédula de la cronista generación formato MP3. Debernardi reconoce que no reniega de su propio personaje (ni de casi nada) y asume que se divierte y que le fascina la construcción mítica de otros, como la de Michael Jackson, “que es un genio”, por ejemplo, o la del mismo Presley, “que es el Rey y el mejor cantante del mundo”.
¿Compositor? —No, Mozart componía –dice–. Yo escribo letras arriba de unos acordes completamente inventados por otros, de melodías robadas. Pero también advierte que al momento de tocar, lo que importa es uno. “Cuando toco estoy tratando de hacer una cosa hermosa, maravillosa y única”; y con eso a Coki le alcanza para dar un show increíble a diez personas en un bar en Rafaela, o para cien mil acompañando a Fito Páez en cualquier ciudad del mundo. En 25 años dentro de la cultura rock, Coki grabó con sus dos bandas –la cañadense Punto G y los Killer Burritos– diez discos, entre los cuales dos son de covers: Fan y No creamos nada (2007). Este último incluye temas de los Bee Gees, Velvet Underground y Roberto Gómez Bolaño. Los Killer Burritos, banda en la que,
como en la vida misma, “algunos llegan y otros vuelan”, mantiene desde hace dos años la misma formación, integrada por Eloy Quintana en bajo, Franco Mascotti en guitarras y coros, Diego Olivero en teclados y coros y Tito Barrera en batería. Todos ellos, más Coki y amigos invitados, presentaron el DVD Viva Rosario, realizado por Anoche Producciones, que registra dos fechas de algunos meses atrás con un repertorio que abarcó lo mejor de Mi Parrillada (1998), Un millón de dólares falsos (2001), Perdida (2007) y Punto G, es decir, un poco de todo. —¿Te genera rechazo Buenos Aires? —Mi distancia con Buenos Aires no tiene mucha vuelta ni mística. A mi no me gusta pagar para tocar, no creo en los derechos de piso que le hacen pagar a los músicos, y además no voy a Buenos Aires porque no sé si me siento tan cómodo tocando ahí. Pero toco por todas partes del país, incluso en Buenos Aires. No tengo que hacer una –entre comillas– carrera allá para ser alguien o ser algo, no me interesa.
Rosario tan sólo es un lugar Coki aclara que Viva Rosario no tiene nada que ver con el Monumento a la Bandera ni con la revalorización de paisajes o postales localistas. “Yo no hablo de músicos de Rosario, yo hablo de músicos, ni siquiera de músicos de Latinoamérica. Los músicos son músicos y la gente es gente en cualquier lugar del
mundo. Es igual. Pero de todos modos me gusta mucho la gente que hay acá.”
El perfume de los 80/Punto G “En aquellos años yo era un adolescente. A los 19 grabé mi primer disco (Todo lo que acaba se vuelve insoportable, 1988) y yo no me acuerdo qué pensaba o lo que no pensaba en ese entonces. Éramos bastante quilomberos, pero pasó. No tengo una mirada melancólica sobre los 80. De aquella época me queda la idea de formar una banda para divertirse, para pasarla bien y para expresar lo que queríamos hacer en un lugar tan chiquito como era Cañada de Gómez; me queda la mirada de que en aquel momento estaban todas las cosas por hacer, y con las ganas y el ímpetu que tenía a los 16, 17 años. Pero como que fueron buenísimos. Además, Cañada es mi lugar, ahí están todos mis amigos y mi familia”. —¿Encontraste o buscaste en estos años una coherencia para poder vivir en y del rock? —Más que rock, se trata de hacer música. Yo no sé si busco una ética, es lo que hay en mí. Yo veo a muchos chicos y gente con ganas de seguir tocando, le dan para adelante sin estar atados o preocupados si van a llevar mucha gente a un show o van a vender más discos. Y también veo gente que está más preocupada en cómo hacerse famosa que otra cosa, como en todos lados. Hay gente que tiene un don o una inquietud artística y otra gente
que tiene capacidad para hacer algunas canciones, alguna melodía; y también le interesa ganar dinero. —Y a vos eso no es lo que más te interesa. —Imaginate que tantos años tocando y yo no tengo ni una casa, ni un auto, ni un barco, ni nada. No es que hice dinero con esto, al contrario, perdí muchísimo, pero es una cosa que me gusta a mi, es mi mundo. De hecho también es una bendición que tuve poder hacer canciones y tocar, y también lo respeto como una profesión de la que vivo”. —¿Y con la producción discográfica? —Soy independiente a la fuerza, o sea, me gusta serlo. Me gusta hacer mis discos pero tampoco renegaría si viniese una compañía discográfica que quiere grabar mi música y no me va a poner ninguna traba, de hecho ya lo hice. No estoy en contra de las discográficas, estoy en contra de los contratos horribles que les hacen a los músicos. —¿No te hincha las pelotas la pregunta obligada por Fito, como esta? —No me molesta que me pregunten por Rodolfo porque es mi hermano. Hace quince años que nos vamos de vacaciones juntos y más allá de que toqué infinidad de veces con él o de que fuimos su banda durante cuatro años, mi relación con él es personal. Yo no hablo con él de Fito ni de Coki, sino de nuestros hijos, de la vida. —¿Hay alguna canción que diga más de vos que tu nombre? —Para contestarte algo, puede ser El
el eslabón | enero de 2013
millón… A mi las canciones me gustan por tiempo, a veces digo ¡Uh, qué plomo! El otro día empezamos a hacer una versión nueva de El millón porque los junté a todos y les dije: muchachos vamos a cambiarla porque está al borde de que pase a un cajón por años. No querían, después me dijeron que tenía razón y cambiamos todo. No cambiamos la esencia, pero si el ritmo, más arriba. Y ahí vuelve a ser de nuevo mía, me gusta otra vez. A mi no me gusta mucho tocar Baila, no sé, a veces. Tampoco Cae lenta, pero de todos modos no me molesta. A veces encuentro una versión y le doy la vuelta, pero porque me lo piden. —¿Qué literatura hay en tu música? —Hay literatura mala. Soy un muy mal lector, un mal escucha, un mal mirador de películas, tengo muy mala memoria. Me gustan mucho las novelas, por eso a mi me gusta contar pequeñas historias en las canciones, relatos, con alguna referencia visual, estética y estilística medianamente linda, aunque no sé si es la palabra. Cuando hay algo para contar, hay una canción.
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CUENTOS CORTOS
Ulula
Espaldas pesadas —En tus canciones hay algunas ideas recurrentes –como una suerte de reivindicación– a la caída, a la deriva, a la pérdida, a perderse, a perder. ¿La derrota es un lugar para la creación? —No sé si hay una reivindicación, creo que no. Obvio que entre el ganador y el perdedor elijo siempre estar del lado del que pierde; el que gana es como más poderoso. Pero la idea de perderse a mi me gusta muchísimo. Me gusta ir perdido, lo he hecho en muchos lugares del mundo. Caminar y no saber dónde estoy ni a dónde voy es una muy linda sensación, que es anormal, de por momentos estar libre, porque estar perdido es como estar libre en algún punto. Y me interesa mucho la idea de la libertad. Aunque no es fácil la libertad, a veces es muy dolorosa; pero de vez en cuando está bien perder el norte. —¿Y a qué le tenés miedo? —A la altura, antes… Y le tengo miedo al mármol. El Monumento me da miedo. En un momento le tenía miedo a los aviones, después se me pasó. Pero cuando uno es padre se le tiene miedo a muchas cosas. Si te respondo desde ese lugar, te digo que le puedo tener miedo a cualquier cosa. —¿Y al ridículo? —¿Cómo le voy a tener miedo al ridículo? Del ridículo siempre se vuelve, de la muerte no se vuelve. ¡La cantidad de gente que ha vuelto del ridículo! ¡O que hemos vuelto! Pero para los que vivimos con humor el ridículo es un estado casi perfecto. Además, nunca hice el ridículo con cosas que podían afectar a terceros sino a mi mismo; y no en cosas graves. Ridículo para mi es pararse ante una cantidad enorme de gente y cantar. —¿No se disfruta? —He pasado muchas sensaciones tocando. He tocado con la banda de Fito ante 200 mil, 500 mil, un millón de personas; y es ridículo. Es imposible que se pueda generar algo. El otro día tocamos en La Mula, en Rafaela, para seis personas durante casi dos horas; dimos un show increíble, porque esas seis personas aplaudían a rabiar. Y sí, claro que me gusta cuando hay mucha gente, pero a veces hay mucha gente y a veces no, entonces hay que aprender a ir y volver de esos lugares. Ir y volver, ir y volver. Yo aprendí de chico que no era el hecho la cantidad sino lo que vos estabas haciendo. El hecho primordial cuando uno va a tocar es uno. Pulsar unas cuerdas, apoyar las manos sobre algo y emitir, eso es lo principal. Si eso no está bien, no está bien ni para seis, ni para cien, ni para cien mil. Si eso uno no lo hace con una intensidad y con una intención no está bien para nadie.
Por Daniel Luna
P
or ese entonces la relación con Ana se estaba yendo por un caño, no quiero insinuar que nuestras ganas de estar juntos se hubieran esfumado, no era eso, pero pasábamos todo el día discutiendo, prácticamente no hacíamos el amor, y entre el trabajo, la casa, los hijos, sumado a nuestro desgaste, bueno, todo por un maldito caño; necesitábamos reacomodarnos, hacer un último esfuerzo e intentar reflotar nuestro matrimonio. Así que decidimos tomarnos una semana, lejos de nuestros hijos y de la monotonía inherente a toda familia. Queríamos estar solos, juntos, hablar mucho y decidir de manera adulta qué rumbo tomaba la relación. Dejamos a nuestros dos hijos con una de sus abuelas, subimos un par de cosas al auto y a las nueve de la mañana de un lunes, partimos hacía Mailín, un pequeño pueblo en la provincia de Santiago del Estero. La casa donde íbamos a quedarnos pertenecía a Carlos, un viejo amigo de la infancia, y se encontraba en las afueras del pueblo, como a unos treinta minutos en auto. Había que pasar el pueblo, meterse en un camino de tierra, andar unos diez minutos hasta encontrar una tranquera, pasar la tranquera y seguir otros diez minutos, más o menos, hasta topar con la casa. Es muy fácil, nos había dicho Carlos, también dijo que era el lugar más tranquilo del mundo, un poco tenebroso en las noches, pero que si queríamos estar solos, esa casa, era el lugar perfecto. La casa resultó ser una cabaña, no lo digo con desagrado, era muy linda, toda de madera, tenía dos pisos, dos ventanas grandes en el frente y estaba rodeada de árboles. Literalmente, nos encontramos en una cabaña en el medio del bosque, le dije a Ana. Sí, podemos matarnos a besos y nadie se va a enterar, contestó ella en tono de
broma. Bajamos las cosas del auto y entramos. Estaba sucia, con polvo por todos lados y algo de tierra en el piso, aunque los muebles estaban cubiertos con sábanas. Carlos nos había advertido de la suciedad en la casa, así era y había que limpiarla y punto, apenas llegáramos, me refiero a antes de que oscureciera, no porque nos importara la limpieza como parte esencial de una armónica reconciliación o porque quisiéramos eliminar algún espíritu o mala vibra que habitara en ese lugar, para nada, si no, y fundamentalmente, para evitar que en la noche se nos apareciera algún alacrán, o araña, o un simple ratón arriba de la cama, situación desagradable, de la cual también nos había advertido Carlos. Empezamos por la parte de abajo que por suerte no era muy amplia, en realidad, toda la casa era bastante chica, y más allá de polvo y tierra, no encontramos nada, quiero decir a ningún bicho irritante. Seguimos por la parte de arriba donde se encontraba la habitación, nuestra habitación, al menos por esos días, y aunque parezca estúpido decirlo, llevábamos más de medio día sin discutir y eso era importante para nosotros, teníamos la sensación de que todo se encaminaba hacia una fase tranquila y sin contratiempos, estábamos bien, sin alacranes ni arañas ni ratones, estábamos juntos. Ya casi terminaba de tender la cama, antes la había sacudido, y vi a Ana parada de frente a la ventana mirando hacia afuera, me llamó la atención la fijeza de su mirada y su inmovilidad. Me acerqué y compartimos una imagen que oscilaba entre algo poético y misterioso: parada en la rama de un árbol, una lechuza enorme nos observaba, Es hermosa, dijo Ana, sí, estaba a punto de contestarle, cuando un largo y lastimero gemido salió de ese pico hendido, nunca había escuchado el canto de una lechuza, de hecho, creía que las lechuzas sólo cantaban de
noche e imaginaba el canto como una repetición de la letra U, prolongado, hueco, y no ese gemido agudo que nos erizó la piel, ¡Dios!, atiné a decir en voz baja, ¿Qué?, me preguntó Ana, Nada, le contesté y seguimos ahí, hipnotizados por esos ojos inmensos. Después, salimos a dar una vuelta alrededor de la casa para conocer el lugar. Como empezaba a oscurecer y hacía algo de frío, el recorrido fue relativamente corto: descubrimos un pequeño arroyo, Ana cortó algunas flores y nos entretuvimos pisando un montón de hojas secas. Al regresar a la casa, me subí al auto para estacionarlo, había quedado en el frente y me pareció mejor idea dejarlo a un costado, encendí las luces del auto para realizar la maniobra, una maniobra muy fácil por otra parte, y así lo hice, antes de apagar el auto y las luces, éstas iluminaron el frente de la casa y vi, en el mismo árbol y sobre la misma rama, unos ojos fosfóricos que me observaban. Realmente, no creo en supersticiones o cosa parecida, pero lo cierto es que seguía ahí, mirándome y parecía que se mofaba, con ese rostro redondeado que se me figuraba casi humano, y volvió a cantar. Bajé del auto, intranquilo, y en un primer momento tuve la sensación de estar alucinando, me resultaba increíble, ya no eran dos grandes ojos los que observaban, eran cuatro, después seis, y diez, de a poco, distinguí que los árboles que rodeaban la casa estaban poblados. Una cantidad incierta pero extraordinaria de lechuzas envolvía la casa, daban la sensación de que siempre hubiesen estado ahí, esperando. Entré a la casa en silencio y abracé a Ana, ¿Qué pasa?, me preguntó, Estás temblando, la tomé del brazo y nos acercamos a la ventana, Esteban, tengo miedo, dijo ella, Yo también, confesé, y un grito ensordecedor fue cubriendo todo.
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