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Natividad de Nuestra Señora
1858 con Bernardette Soubirous; en 1917 en Fátima (Portugal), a través de tres niños: Francisco, Jacinta y Lucía. Hay que evitar como nocivo para la fe cuando se presentan manifestaciones de vana credulidad, sentimentalismo, milagrería, práctica exterior sin fe o sin compromisos morales y cuando se disocia a María de la Iglesia y de los sacramentos, ya que es indicio de veracidad cuando el contenido de un mensaje de María está de acuerdo con el Evangelio, la Tradición y el Magisterio de la Iglesia.
María como buena Madre espera que todos sus hijos amen a Cristo y hoy, como en las bodas de Caná, nos vuelve a decir: “haced lo que Él os diga” (Jn 2, 5b); esta es la misión que sigue desarrollando entre todos los hombres. ¿Se pueden dar falsas apariciones marianas?
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La respuesta es sí… por intereses espirituales (no de Dios) o humanos, las supuestas apariciones marianas pueden llevar al engaño, fraude y a desdibujar la misión de
la Virgen María.
No olvidemos que los santos dicen que el Demonio es “la mona de Dios”, pues repite, imita lo que Dios hace para ridiculizarlo y desprestigiarlo. Claros ejemplos hay de muchas apariciones supuestas. Por eso no es extraño escuchar muchas veces en los promotores de estas mentiras y falacias, de estos montajes: “Es la continuación de Fátima...” “Esto es como Fátima”. Si se analiza profundamente las verdaderas apariciones que son las aprobadas por la Iglesia nos damos cuenta de que es muy distinto todo: los mensajes, las formas, etc.
Desde 1831 cuando la Virgen se aparece a santa Catalina en París y le entrega la Medalla Milagrosa tenemos como una “Era de María” que parece que culmina con las apariciones de Fátima, donde la Virgen continuando como en entregas su obra, de un lugar a otro, nos da su celestial mensaje para estos tiempos difíciles, como decía el Papa Juan Pablo II en uno de sus viajes Apostólicos a Fátima: “La voz de María es como la de Juan en el desierto que nos invita a la conversión, a la penitencia, al cambio de vida, a estar alertos a la venida del Señor en cada hombre y en cada acontecimiento, en nuestra vida y en la de la humanidad”. En los mensajes de Fátima, Lourdes, La Salette, la Medalla Milagrosa, Pontmain... La Santísima Virgen habla muy poco, son mensajes muy breves (como las intervenciones de la Virgen en los Evangelios), claros y sencillos. En los mensajes de las “nuevas apariciones” son mensajes larguísimos, aburridos, da la impresión de que no acaban nunca. En las auténticas apariciones los mensajes son de esperanza, de amor a la Iglesia, etc. En las “nuevas apariciones” son mensajes llenos de temor y de miedo. Ya he conocido en mi labor sacerdotal a más de una persona que vive atemorizada por estos mensajes. Otro punto importante a la hora de analizar son los videntes o instrumentos. Si analizamos a santa Catalina Labouré, a santa Bernardita o a los niños de Fátima vamos a encontrar almas cándidas, sencillas, humildes, personas que huyen de la fama, de la estima, que incluso se esconden cuando alguien va a preguntar por los “afortunados” que han visto a la Virgen. Si analizamos a los “videntes” de hoy, estos recorren todo el mundo, aparecen en todos los medios de comunicación social, dan conferencias, asisten a congresos, etc. Se puede percibir un deseo de poder, fama y prestigio. ¡Comparemos! Por otro lado, podemos examinar los frutos. Como dice el Evangelio: “Por sus frutos los conoceréis” (Mt 7, 16). Estas nuevas apariciones no producen más que enredos, líos, problemas de todo tipo, hasta muchas veces enfrentamientos. Es deber de obispos, sacerdotes y laicos al saber sobre las “nuevas apariciones” y ver “los frutos” hacer la comparación con las apariciones verdaderas y aprobadas y hacer un justo discernimiento.
Cuidado con los fenómenos espectaculares Muchas veces en estos “falsos lugares de apariciones” se realizan fenómenos que no tienen explicación. Esto
no es un indicio de que lo que allí sucede es verdadero. El Maligno que es el padre de la mentira, el príncipe de este mundo puede simular signos que aparentemente son de santidad como son el don de lenguas, los estigmas, etc. En la vida de santos de la categoría de san Juan de la Cruz (tiene una doctrina muy buena para discernir todas estas sutilezas y engaños del Demonio en las almas); se cuentan por lo menos dos casos que confirman esto: 1º Cuando san Juan de la Cruz es nombrado por santa “Las aprobaciones de las apariciones de la Virgen María en Teresa confesor de la Encarnación, en el convento de las monjas Agustinas de Ávideterminados la, existe una monja lugares, pretende pues con “fama de santa” fomentar su devoción que tiene don de lenespecial y verdadera guas e interpreta la (Hyperdulía) Sagrada Escritura permanteniendo la auténtica doctrina de acuerdo al Evangelio y la Revelación; y evitando todo exceso”. fectamente junto con otros dones. Alguien manda a san Juan a verla para que la examine y él descubre que todo es engaño del Demonio sobre esta monja a la que tiene posesionada. 2º En el convento de Beas de Segura (Jaén) fundación de santa Teresa, san Juan de la Cruz descubre que la relación que una monja dice tener con el Niño Jesús, es cosa del Maligno que la está engañando con falsas visiones, revelaciones, todas llenas de aparente virtud. No se trata, pues - según pensaba la monja - del Niño Jesús. San Juan de la Cruz descubre la estratagema del Maligno y se da cuenta del gran peligro de estas cosas. También se han dado falsas apariciones personales de la virgen María a santos como en el caso del Padre Pío de Pietrelcina (beatificado en 1999 y canonizado en 2002 por el Papa Juan Pablo II). Esto sucede porque el Demonio quiere hacerlos caer en el engaño, dando mensajes y órdenes que contradicen la Fe, la Tradición y el Magisterio. Satanás se le apareció bajo las formas más variadas: “bajo forma de jovencitas desnudas que bailaron; en forma de crucifijo; bajo forma de un joven amigo de los frailes; bajo forma del padre espiritual, o del padre provincial; del Papa Pío X y del Ángel de la guarda; de san Francisco; de María Santísima (Nuestra Madre celestial), pero también en sus semblantes horribles, con un ejército de espíritus infernales. Él logró librarse de estas agresiones y engaños invocando el nombre de Jesús. Algunas apariciones que fueron declaradas falsas por la Iglesia Católica:
Lipa, Filipinas
Se afirmó que la Santísima Virgen María se apareció varias veces a una monja llamada sor Teresita en un convento carmelita donde vivía en 1948. Al principio, estas visiones recibieron el visto bueno del obispo local, pero después de una investigación más profunda, la Iglesia declaró oficialmente el 28 de marzo de 1951 que las apariciones no tenían origen sobrenatural. El Vaticano reafirmó aquella decisión el 11 de diciembre de 2015.
Agoo, La Unión, Filipinas
Una mujer llamada Judiel Nieva supuestamente presenció varias apariciones celestiales y recibió poderes sobrenaturales entre 1989 y 1993. Después de un cuidadoso examen del obispo local, que evaluó las visiones y los mensajes recibidos, se declaró en 1993 que las apariciones no tenían origen sobrenatural. Una segunda comisión lo confirmó en 1996.
Rochester, Nueva York
Un hombre llamado John Leary asegura recibir regularmente mensajes de Jesús y María desde un viaje en 1993 a Medjugorje. Ha publicado estos mensajes en varios medios impresos y digitales. El 7 de julio de 2000, el obispo local declaró que “las ‘locuciones’ eran de origen humano, no divino”.
Denver, Colorado
En 1990, una mujer llamada Theresa Lopez afirmó haber recibido visiones de la Virgen María en el santuario Mother Cabrini en Denver. Muchos otros la acompañaron y contemplaron el sol esperando una aparición prometida. El obispo local investigó el caso y declaró el 9 de marzo de 1994 que las visiones “carecían de cualquier origen sobrenatural” e instó a los fieles a abstenerse de participar en cualquier cosa relacionada con las visiones.