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¿Puede Estados Unidos conectar a Internet a los cubanos? _Elaine Díaz
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La ruta de Internet en Cuba
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Internet en Cuba: ¿limitada por la política o la economía?
_Anidelys Rodríguez Brito
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_Eloy Viera Cañive
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¿Quién eres, ETECSA?
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Variaciones sobre la wifi
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Te quiero, mi sangre
_Mabel Olalde Azpiri
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_Lianet Fleites
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_Geisy Guia Delis
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_sumario
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Nauta Hogar: nueva herramienta para emprendedores cubanos
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El color verde en la palabra Sígueme
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Se venden héroes a 10 pesos
_Julio Batista Rodríguez
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_Jesús Jank Curbelo
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_Carlos Melián
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Tecnología, educación y cambio social: en busca de hipervínculos _Mónica Baró Sánchez
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El Callejón de los Milagros
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Ocho aplicaciones contra la desconexión
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¿Qué podría hacer el gobierno cubano en el escenario virtual?
_Rogelio Serrano
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_Mónica Baró Sánchez
_Jessica Domínguez Delgado
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POR: ELAINE DÍAZ
_Elaine Díaz 7
¿Puede Estados Unidos conectar a Internet a los cubanos? _I. INTERNET TASK FORCE El miércoles 7 de febrero de 2018, a las diez y media de la mañana, se realizó en el Departamento de Estado la reunión inaugural del Grupo Especial de Trabajo sobre Internet en Cuba (CITF, por sus siglas en inglés), dirigida por John Creamer, subsecretario adjunto para Asuntos del Hemisferio Occidental. Asistieron 16 empleados de diferentes instancias del gobierno, 27 personas como público y 4 periodistas (AFP, AP, Al Jazeera y Radio Martí).
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Se dijo lo que ya sabemos: el bajo acceso a Internet en Cuba es principalmente una decisión política del gobierno; el precio por hora está carísimo; la Red es vital para el desarrollo de la sociedad civil, del periodismo independiente y para la protección de los derechos humanos; no hay conexión directa por cable de fibra óptica entre Cuba y Estados Unidos; el aumento en el acceso a Internet podría contribuir a mejorar los resultados en la salud, la agricultura, el turismo y a proveer nuevas oportunidades para los emprendedores, y se pueden hacer acciones conjuntas para restaurar la conectividad si esta se perdiera después de un huracán. En el público hubo de todo: quienes aplaudieron el interés de Estados Unidos por incrementar el acceso a Internet en Cuba, quienes dijeron que era contraproducente y que aumentaría la desconfianza del gobierno cubano, y quienes no hablaron nada de Internet, sino de la cantidad de trabajadores en la embajada estadounidense en Cuba, de la efectividad del embargo y hasta del reclamo de propiedades en la Isla certificadas por ciudadanos estadounidenses. A las doce del mediodía, John Creamer agradeció al público por su participación, los invitó a enviar sus comentarios a través del sitio web del CITF y les pidió, por favor, que para la próxima se ajustaran al tema. Para entender por qué en esa reunión se debatió lo que se debatió es necesario remitirse a los inicios del CITF. El 23 de enero de 2018 el Departamento de Estado publicó un párrafo anunciando la creación oficial del CITF de acuerdo con el Memorando Presidencial de Seguridad Nacional para fortalecer la política de los Estados Unidos hacia Cuba, de junio de 2017. El objetivo sería “examinar los desafíos tecnológicos y las oportunidades para expandir el acceso a Internet y la libertad de expresión en Cuba”. Al día siguiente, el párrafo fue noticia en los principales medios de comunicación internacionales, nacionales y hasta en blogs y redes sociales. Y ocho días más tarde el Ministerio de Relaciones Exteriores (MINREX) cubano
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_Elaine Díaz
entregó una nota al encargado de negocios de Estados Unidos en La Habana diciendo que las acciones descritas en el párrafo eran un intento “de violar de modo flagrante la soberanía cubana”. Si las fechas de los documentos publicados en el sitio web del Departamento de Estado son exactas, desde el 4 de diciembre de 2017, mucho antes de irse de vacaciones de fin de año, William E. Todd, que actualmente se desempeña como subsecretario interino para Administración del Departamento de Estado, había aprobado indicaciones precisas de “trabajar únicamente en funciones de asesoría relacionadas con el acceso a Internet en Cuba”. O sea, el CITF no tendría capacidad ejecutiva. Toda la financiación necesaria para la organización y el funcionamiento del CITF la proporcionarían la Oficina de Asuntos del Hemisferio Occidental y las agencias participantes. Los costos de esas operaciones quedaban establecidos así:
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10 El CITF estaría compuesto por representantes de departamentos y agencias del gobierno de Estados Unidos y por organizaciones no gubernamentales o entidades privadas relacionadas con Internet. Desde el punto de vista legal, CITF es un Comité Asesor Presidencial bajo la Ley del Comité Asesor Federal (FACA) que “trabajará para garantizar que el asesoramiento se formule de manera que esté abierto a la participación pública”, y “los documentos públicos del CITF se replicarán en el sitio web de CITF”. Esto no significa que todos los documentos serán públicos, sino que aquellos documentos que se decida sean públicos estarán disponibles para su consulta online. Después de la primera reunión se crearon dos subcomités: “uno para analizar el papel de los medios y el flujo de información libre y no regulado en Cuba, y otro para explorar el acceso a Internet en el país”. Así que, mientras lees esta oración, es probable que un miembro del subcomité dedicado al rol de los medios independientes en el libre flujo de información en Cuba te esté acompañando desde su oficina. En resumen, lo que debe entregar el CITF al Secretario de Estado y a la Casa Blanca cuando termine su labor en 2019 es un reporte con recomendaciones. Pedir reportes con recomendaciones para incrementar el acceso a Internet en Cuba no es una excentricidad de Donald Trump. Ya lo hicieron Bill Clinton, George W. Bush y Barack Obama. Antes de Clinton no existía Internet en Cuba (recordemos que fue durante su gobierno que se autorizó finalmente la primera conexión de la Isla a la Red en 1996). Las medidas de Clinton en este ámbito fueron tibias: aprobar que los medios de prensa de Estados Unidos abrieran oficinas en La Habana y autorizar que organizaciones no gubernamentales legales operaran en Cuba y compraran cierto tipo de equipos producidos por Estados Unidos como computadoras y máquinas de fax. Esto permitió a Freedom House, que se autodefine como una “organización independiente dedicada a la expansión de la libertad en el mundo”,
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11 obtener medio millón de dólares en 1995 para comprar computadoras, fotocopiadoras y fax para grupos opositores cubanos, entre otras actividades en la Isla, según un artículo publicado por Roberts L. William en el Journal of Commerce en 1995. Fue la época del hardware y también fue la época en que se firmó la Cuban Liberty and Democratic Solidarity Act (LIBERTAD y Ley Helms-Burton), acelerada por el derribo de dos avionetas de Hermanos al Rescate. Bush fue más radical. En octubre de 2003 estableció la Comisión de Asistencia a una Cuba Libre con el objetivo de identificar “las formas en que el gobierno de Estados Unidos podría acelerar el fin de la dictadura de Castro [Internet mediante] y los programas […] para ayudar al pueblo cubano durante una transición a la democracia”. La comisión destinó un presupuesto considerable: $80 millones de dólares durante dos años para incrementar el apoyo a la sociedad civil, diseminar información no censurada y generar conciencia internacional sobre “las condiciones de Cuba” que ayudara en la transición democrática. Si con dos años no era suficiente, pidió un presupuesto anual adicional de $20 millones hasta que se lograra “el fin del régimen de Castro”. De ese dinero, $24 millones estarían dedicados a la compra de tecnologías de la comunicación para activistas, según un reporte de Miami Herald. Cuando Obama llegó a Cuba en marzo de 2016 pretendía anunciar que Google había alcanzado un acuerdo “para empezar a establecer más acceso wifi y de banda ancha”, con lo que la Isla estaría entrando “en el siglo XXI económicamente”. El anuncio fue grabado y emitido en exclusiva por la cadena ABC News, pero lo máximo que logró Google fue instalar unos centros de datos para que los usuarios pudieran acceder a sus contenidos con mayor velocidad. El frenazo lo había anticipado públicamente José Ramón Machado Ventura casi un año antes, pero ABC News no lo transmitió. De Internet provisto por Estados Unidos, nada, aunque sea gratis. ***
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_2. ÉRASE UNA VEZ ALAN GROSS ¿Es tecnológicamente posible conectar a Internet a los cubanos sin que el gobierno se entere? Pregúntenle a Alan Gross. Para quienes no lo conocen, Alan Gross es el ciudadano estadounidense que viajó cinco veces a Cuba y entró por la Aduana con equipos de comunicación satelital portátiles para proveer acceso a Internet a varias comunidades judías en el país –en principio–. Alan Gross no era filántropo, sino un contratista de la empresa privada Development Alternatives, Inc. (DAI), que a su vez estaba subcontratada desde 2008 por la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID, por sus siglas en inglés) con el objetivo de incrementar el acceso a Internet en Cuba. Gross es el ciudadano que se dice fue cambiado en 2015 por Gerardo Hernández, Ramón Labañino y Antonio Guerrero, los tres cubanos que aún permanecían cumpliendo prisión en Estados Unidos con cargos de espionaje. Pero en el momento de la liberación, el entonces presidente Barack Obama dijo que no, que Gross había sido liberado por el gobierno cubano por razones humanitarias, no a cambio de nadie, y que
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13 “por separado, a cambio de los tres agentes cubanos”, Cuba liberaba “a uno de los agentes de inteligencia más importantes que Estados Unidos haya tenido [en la Isla] y que ha estado en prisión durante casi dos décadas”. Alan Gross fue condenado a cumplir prisión en Cuba durante 15 años en 2011 y salió cuando llevaba cinco. En la Isla, Gross perdió muchas cosas: peso, algunos dientes, su libertad, la apelación ante el Tribunal Supremo de Cuba y una demanda contra los Estados Unidos de América.
Alan Gross vs. Estados Unidos de América (Imagen: Captura de pantalla de la moción para desestimar el caso ante la corte de apelaciones del distrito de Columbia, 2013)
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14 La serie de desafortunados acontecimientos que llevó a Alan Gross a la cárcel comenzó con Clinton. Bajo el marco legal de la Cuban Liberty and Democratic Solidarity Act, aprobada durante su mandato, USAID creó el Cuba Democracy and Contingency Planning Program (CDCPP, conocido como el Programa Cuba) para “acelerar la transición pacífica de Cuba a una sociedad democrática”. El 26 de agosto de 2008, representantes del CDCPP se reunieron con directivos de la DAI para explicarles el objetivo inmediato del Programa Cuba: introducir nuevas opciones de comunicación en la Isla. “A USAID le gustaría aprovechar la red mundial de contactos que tiene DAI en proyectos de promoción de la democracia, para activar redes fuera de los Estados Unidos […] interesadas en ir a Cuba”, refieren las notas del encuentro. El proyecto no era clasificado. Un proyecto clasificado “suponía importantes cargas de seguridad, documentación y retrasos en todas las partes involucradas. No obstante, el Programa Cuba exigía discreción continua”. En otro encuentro con funcionarios de la DAI, el 27 de septiembre de 2008, USAID explicó el lenguaje a utilizar para reclutar a subcontratistas que ejecutaran los proyectos. “DAI busca un [Título del Cargo] para apoyar un proyecto localizado en Washington, D.C., y enfocado en promover la gobernabilidad democrática en Cuba. Financiado por USAID, este programa fomenta condiciones en Cuba que conducen a una transición pacífica hacia un gobierno democrático estable”. La DAI copió este mensaje y lo envió a la empresa JBDC, LCC, con sede en la suite 1115 del 5530 Wisconsin Ave, Maryland, a finales de octubre de 2008. JBDC era, en ese momento, un pequeño grupo de negocios con experiencia en el desarrollo del sector privado en más de 50 países, brindando servicios de desarrollo comercial y de inversiones, utilización de tecnologías de la comunicación, etcétera.
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15 Entre los proyectos previos que listaba aparecía el uso de tecnologías de comunicaciones satelitales. “JBDC proporciona conectividad de banda estrecha a banda ancha a través de Internet vía satélite. Este paquete incluye antena parabólica, electrónica, instalación, administración de red 24×7, con tarifas de acceso mensuales que son escalables para satisfacer las necesidades del cliente”. Entre 2001 y hasta 2008 JBDC había desarrollado y establecido acceso a Internet de banda ancha “para microempresas, asociaciones, ONG y otras organizaciones en ubicaciones remotas, a nivel mundial”, específicamente “en entornos en transición”. Alan Phillip Gross era el director ejecutivo y único miembro de JBDC, LCC. El 10 de febrero de 2009, Gross, a través de la empresa JBDC, LLC, firmó un subcontrato con la DAI por un valor de $258 274 dólares donde se incluía la compra de la tecnología que se necesitaba para establecer las redes de acceso a Internet mediante satélite en Cuba. La propuesta, llamada “ICT4Cuba” o, por su nombre comercial, “ICTs Para la Isla”, debía “capacitar a un grupo primario sobre el uso y el mantenimiento de las tecnologías de información y comunicaciones terrestres y no terrestres actualmente disponibles en el mercado”. A más largo plazo, el proyecto piloto permitiría establecer una base práctica para mejorar la gestión de las iniciativas de transición a la democracia mediante la construcción de redes tecnológicas. JBDC trabajaría inicialmente con la comunidad hebrea y luego con los masones. “Estos grupos son buenos objetivos para establecer con éxito un punto de apoyo de bajo perfil”, decía el proyecto presentado por Gross. “Ambos han ampliado las redes de organización y las comunidades en toda la Isla y tienen fuertes relaciones institucionales con las organizaciones humanitarias y religiosas de Estados Unidos que organizan con frecuencia misiones en [Cuba]”.
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16 Se calculaba que los principales beneficiarios del programa piloto serían 1 800 personas organizadas en 12 comunidades hebreas. Los masones, cuya participación sería confirmada en una segunda fase del proyecto, ascendían a aproximadamente 30 000 personas agrupadas a través de 319 logias en todo el país. En marzo de 2009, Gross realizó su primer viaje a La Habana. De acuerdo con la transcripción del juicio celebrado en el Tribunal Provincial de La Habana el 11 de marzo de 2011, “pudo introducir la tecnología sin ser detectado por la aduana en el Aeropuerto Internacional José Martí y luego interconectó los equipos con la unidad BGAN que permite la comunicación por satélite en la sinagoga de la comunidad hebrea en la capital”. Gross regresó de su primer viaje el 6 de abril de 2009 y reportó a la DAI que el sitio 1, ubicado en La Habana, era utilizado por al menos 252 personas que empleaban las computadoras en el laboratorio de computación y que en su mayoría no requerían capacitación especializada adicional para navegar por Internet. Sin embargo, solo tendrían acceso completo a Internet cuando el BGAN estuviese activado. Las instrucciones de JBDC eran “activar el BGAN a diferentes horas cada día y sin ningún patrón de tiempo en particular”. Durante su segunda visita a Cuba, en abril de 2009, Gross introdujo otro BGAN y una computadora portátil, entre otros dispositivos. En Santiago de Cuba contactó al líder de la Congregación Hebrea e instaló un segundo punto de conexión en la sede de la comunidad hebrea en esa ciudad. “Intentó sin éxito establecer comunicaciones, porque una parte del BGAN estaba rota; decidió dejar el equipo allí y viajar a la capital y de allí regresar a los Estados Unidos”, dice la transcripción del juicio. Poco después de regresar de su segundo viaje, el 4 de mayo de 2009, Gross envió un segundo memorando de viaje a la DAI donde compartía las preocupaciones de seguridad de sus contactos en Santiago de
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17 Cuba. “Esencialmente, el líder del comité dejó muy claro que todos estamos ‘jugando con fuego’ al aceptar participar en [el Proyecto Cuba], y que debemos ser extremadamente cuidadosos sobre las [Actividades del Proyecto] y discretos en cuanto a las personas con las que se debaten tales actividades”. No obstante, el 4 de junio de 2009, Gross regresó a Cuba y estableció el tercer punto de conexión en Camagüey. Contactó al presidente de la comunidad hebrea en esa provincia y declaró que el equipo era una donación de la comunidad judía de Estados Unidos. Instaló el equipo en la sede de la congregación, añadió una red de comunicación satelital inalámbrica y realizó algunas pruebas hasta que pudo conectarse a Internet. Durante ese viaje vio a una patrulla del gobierno con detectores de ondas de transmisión de radio, como las emitidas por el equipo que estaba usando, en el vecindario alrededor de la sinagoga. A su regreso a Estados Unidos, el 18 de junio de 2009, Gross envió un tercer memorándum a la DAI donde reconocía que “las autoridades provinciales son aparentemente muy estrictas en lo que respecta al uso no autorizado de frecuencias de radio… La detección, por lo general, significa la confiscación del equipo y el arresto de los usuarios”. En su cuarto viaje, el 19 de julio de 2009, tuvo un percance en la Aduana. “Los funcionarios cubanos me preguntaron sobre un equipo que había traído. Ofrecí dejar que se quedaran con el equipo y les dije que lo recogería cuando volviera al aeropuerto para mi vuelo de regreso a Estados Unidos, ya que no quería crear ningún problema”. La Certificación del Director de Asuntos Jurídicos de la Aduana General de la República detalló que el inspector aduanero en funciones no retuvo el artículo declarado porque creía que era un módem y, por lo tanto, registró su pago en CADECA como un impuesto a la importación (100 CUC). En su declaración ante la Aduana, Gross no mencionó que
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18 traía equipo de conexión satelital. “De haber sido así, se habría retenido de conformidad con la Resolución 10 de 2006 del MINCOM”. A pesar de todos estos contratiempos, el 17 de septiembre de 2009 la DAI presentó una propuesta a USAID para ampliar el Proyecto Cuba. Estas actividades complementarias extendían el plazo y ampliaban el alcance del Proyecto. USAID aprobó las nuevas actividades y el 8 de octubre de 2009 asignó fondos adicionales para el Proyecto. El 26 de octubre de 2009, la DAI y Gross firmaron la Modificación N.° 5 al subcontrato inicial, donde se incluían acciones que se llevarían a cabo hasta el 31 de octubre de 2010. Poco después, el 23 de noviembre de 2009, Gross partió para su quinto viaje a Cuba. El costo total del nuevo proyecto ascendía a $332 334 dólares. Alan Gross recibiría $63 240 como pago por su trabajo de especialista en tecnologías, que consistía en garantizar la seguridad de los puntos previamente instalados y añadir tres nuevos sitios de conexión. El incentivo para JBDC sería del 32,5 % (o sea, $21 528 dólares). Cada BGAN para el nuevo proyecto valía $2 963 dólares, el precio de activación era de $50 dólares y el costo mensual era de $110 dólares por cada terminal. A esto se sumaba el servicio, a $5,5 dólares por megabyte, y se asignarían 3 000 megabytes durante cuatro meses. El monto total destinado solamente a proveer el servicio de Internet ascendía a $66 000 dólares ($11 000 para cada punto de acceso). Si se hubiera conectado durante un año, a estos precios, USAID habría gastado $264 000 dólares. La noche antes de su regreso a los Estados Unidos, el 3 de diciembre de 2009, Gross fue arrestado por las autoridades cubanas y acusado de crímenes contra la seguridad del Estado. “Después de mi arresto, funcionarios del gobierno cubano me informaron que era ilegal en Cuba distribuir todo lo financiado en su totalidad o en parte por USAID”, dijo Gross. “En ningún momento antes o durante el Proyecto me di cuenta o advertí de que las actividades contempladas por este proyecto patrocinado por USAID eran delitos en Cuba”.
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_Elaine Díaz 19 Después de su arresto, fue trasladado a la prisión de Villa Marista en La Habana y luego al hospital militar Carlos J. Finlay, donde lo mantuvieron en un área de máxima seguridad. Después de 14 meses de detención, fue acusado de haber cometido “actos contra la independencia o la integridad territorial del Estado”, de estar involucrado en “un proyecto subversivo dirigido a derrocar la revolución” y de haber violado el Artículo 91 del Código Penal debido al trabajo que estaba realizando para DAI y USAID. El resultado del juicio, ratificado por el Tribunal Supremo: 15 años de privación de libertad. Entre el año fiscal 2009 y 2011 la DAI recibió más de 6 millones de dólares por su proyecto en Cuba según la base de datos de USAID.
Alan Gross con su esposa Judy, el abogado Scott Gilbert, el representante Chris Van Hollen, demócrata por Maryland, el senador Patrick Leahy, demócrata por Virginia, y el senador Jeff Flake, republicano por Arizona. Todos miran la televisión a bordo de un avión del gobierno que regresa a los Estados Unidos mientras se anuncia la noticia de su liberación, el 17 de diciembre de 2014. (Foto oficial de la Casa Blanca de Lawrence Jackson)
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20 Alan y su esposa Judy Gross demandaron al gobierno de Estados Unidos por negligencia al enviar repetidamente a Gross a hacer un trabajo para el cual “el gobierno sabía que estaba mal preparado, sin proporcionarle la educación más básica, capacitación o advertencias requeridas en las propias directivas por el gobierno”. Y perdieron la demanda. Lo más que lograron fue un acuerdo con DAI por una suma no pública de dinero. Mientras Gross cumplía su sentencia en Cuba, la Office for Cuban Broadcasting (OCB), que administra las estaciones Radio y TV Martí, enviaba a la Isla la misma tecnología de Internet satelital a alta velocidad, “como parte de sus esfuerzos para promover el libre acceso a la Internet y buscar nuevas vías de distribución de sus contenidos”. El programa comenzó en el año fiscal 2013 y concluyó en el año fiscal 2015, según dijo en un correo a El Nuevo Herald Nasserie Carew, vocero del Broadcasting Board of Governors (BBG), la agencia federal a la que pertenece la OCB. El programa de la OCB “consistió en la distribución en Cuba de dispositivos pequeños de comunicación vía satélite de doble vía”, explicó Carew a El Nuevo Herald. “Los usuarios de estos dispositivos podían acceder a Internet a través de satélites comerciales […] y podían compartir este acceso con otras personas cercanas a través de wifi”, añadió el vocero. El programa se suspendió por el alto costo de los dispositivos BGAN así como de la banda ancha del acceso a Internet por satélite. André Mendes, quien se desempeñaba como director interino de la OCB desde 2017 hasta este año, refirió que ya no lo hacían porque “no fue rentable”. Además, la tecnología también había sido utilizada por algunos usuarios para descargar pornografía. ***
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21 _3. EL CAMINO MÁS LARGO El 18 de agosto de 1961, Ernesto “Che” Guevara vio a un joven ayudante de la Casa Blanca llamado Richard Goodwin fumando un cigarro en la habitación donde se celebraba el encuentro inicial de la Alianza para el Progreso en Punta del Este, Montevideo, según cuenta el libro Back Channel to Cuba de William M. LeoGrande y Peter Kornbluh (2014, Ed. The University of North Carolina Press Chapel Hill). El intercambio entre ambos solo podría iniciarse alrededor de un tema: los tabacos cubanos. Un diplomático argentino le dijo al estadounidense que apostaba a que no se fumaba un tabaco cubano. Goodwin respondió que lo haría si pudiera conseguir alguno en su país. Al día siguiente, el Che le envió una caja de habanos con una nota: “Es difícil escribirle al enemigo, por eso me limito a extenderle la mano”. Los habanos iban dirigidos al presidente Kennedy. Durante ese evento, Goodwin y Guevara dialogaron por horas, sentados en el piso de una habitación, sobre posibles vías para negociar un acuerdo entre ambos países. “Cuando […] regresó a Washington, fue directamente a la oficina de Kennedy, le comentó sobre el encuentro y le entregó los tabacos”, dice Back Channel… A pesar del intento de Guevara, apenas unos días más tarde, Goodwin fue nombrado director de un ‘Cuba Task Force’ con el objetivo de “intensificar operaciones encubiertas contra el gobierno de Cuba para hacer retroceder la revolución”. Algunas semanas después, redactaría el documento de la estrategia inicial para la Operación Mangosta, “el esfuerzo estadounidense más extenso y costoso para derrocar a Fidel Castro desde Playa Girón”, que el presidente Kennedy autorizó el 30 de noviembre de 1961. Treinta y siete años después, tras firmar la ley Helms-Burton y sabiendo que había perdido para siempre la posibilidad de eliminar el embargo hacia Cuba a cambio de reformas internas en el país, Clinton aprobó la creación de su propio Cuba Task Force. Esta vez, el objetivo era “centrarse en las disposiciones que requieren un mayor contacto entre cubanos y ciudadanos de los Estados Unidos, y otras medidas diseñadas para alentar y apoyar el crecimiento de la empresa privada y las libertades individuales
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22 en Cuba”. Cuba Task Force recomendó nuevas iniciativas en cinco áreas destinadas a: 1) aumentar los contactos entre los cubanoamericanos y sus familias en la Isla; 2) aumentar los contactos pueblo a pueblo; 3) aumentar la asistencia humanitaria; 4) abrir nuevas actividades del sector privado de Estados Unidos en Cuba; y 5) fomentar el diálogo gobierno a gobierno sobre cuestiones de intereses mutuos de seguridad nacional. Un irritado Ricardo Alarcón, entonces presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular (ANPP), calificó el 8 de enero de 1999 las medidas que emergieron de las recomendaciones del Cuba Task Force como “una nueva fase en la guerra contra Cuba”. Un mes después, el 15 de febrero de 1999, la ANPP aprobó la ley de Protección de la Independencia Nacional y la Economía de Cuba (Ley 88) para “tipificar y sancionar aquellos hechos dirigidos a apoyar, facilitar o colaborar con los objetivos de la Ley
El presidente Barack Obama habla al pueblo de Cuba en el Gran Teatro de La Habana Alicia Alonso el 22 de marzo de 2016. (Foto oficial de la Casa Blanca tomada por Chuck Kennedy).
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23 Helms-Burton”. Específicamente, iba dirigida a aquellos que suministraran información, acumularan, reprodujeran o difundieran materiales del gobierno de Estados Unidos y recibieran o participaran en la distribución de medios financieros “procedentes del gobierno de Estados Unidos de América, sus agencias, dependencias, representantes, [y] funcionarios”. Doce años después, Alan Gross diría ante el Tribunal Provincial de La Habana que no tenía ni idea de que en Cuba estaba prohibido ejecutar programas financiados por USAID. El 22 de marzo de 2016, en el Gran Teatro de la Habana, Obama le dijo al pueblo cubano: “Debería de haber Internet disponible en toda la Isla, para que los cubanos se puedan conectar con el mundo entero y a uno de los motores de crecimiento más fuertes en la historia de la humanidad. […] Y les puedo decir, como amigo, que la prosperidad sustentable en el siglo XXI depende de la educación, la sanidad y la protección del medio ambiente. Pero también depende del intercambio libre y abierto de ideas. Si no pueden acceder a información en Internet; si no pueden estar expuestos a diferentes puntos de vista; entonces no alcanzarán su pleno potencial. Y con el tiempo, la juventud va a perder la esperanza”. En ese contexto de distensión y con el objetivo de “incrementar el acceso a las comunicaciones de los cubanos y su capacidad para comunicarse libremente”, las empresas de telecomunicaciones estadounidenses recibieron autorización para “establecer los mecanismos e infraestructuras necesarios para proveer servicios de Internet y telecomunicaciones en la Isla”. Además, se permitió la venta comercial de “ciertos dispositivos de comunicaciones, software, aplicaciones, hardware y otros servicios para el establecimiento y actualización de sistemas relacionados con las comunicaciones”. Dos años antes, desde 2014, representantes de Google habían comenzado a visitar La Habana. En junio de 2014, su presidente ejecutivo, Eric Schmidt, llegó a Cuba acompañado de Brett Perlmutter, quien más tarde fue nombrado líder para Cuba de Alphabet, la empresa matriz de Google, como parte de la organización Jigsaw, un tanque pensante anteriormente
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24 conocido como Google Ideas. En enero de 2015, Perlmutter y el subdirector de Jigsaw, Scott Carpenter, intercambiaron con estudiantes de la Universidad de Ciencias Informáticas (UCI) y otros jóvenes usuarios cubanos de Internet. Además, “se reunieron con figuras culturales como Kcho y también con personas clave del gobierno cubano”. En 2016, Google abrió un centro tecnológico en el estudio KCHO Romerillo, ubicado en Playa, que ofrecía Internet gratuito en 20 Chromebooks. En el momento de su apertura, Perlmutter dijo que la compañía confiaba en que el estudio Google + Kcho.Mor sería parte de un esfuerzo cooperativo más amplio para llevar acceso a Internet al pueblo cubano. En mayo de ese mismo año, T-Mobile anunció un acuerdo de interconexión y roaming con la Empresa de Telecomunicaciones de Cuba, S.A. (ETECSA), que permitía ampliar las comunicaciones entre los Estados Unidos y Cuba, ofrecer llamadas de voz más económicas para los clientes que desean mantenerse en contacto con amigos y familiares en Cuba, así como planes de datos para sus clientes que viajan a la Isla. Como resultado del acuerdo, los clientes del plan T-Mobile Simple Choice podrían “llamar a teléfonos fijos y teléfonos inalámbricos en Cuba desde Estados Unidos por $0,60 el minuto”. ETECSA también tiene convenios de roaming con Verizon Wireless, con sede en Nueva York; Sprint, con sede en Overland Park Kansas; y AT&T, con sede en Texas. Los datos, en el caso de AT&T, cuestan $2,05 por megabyte. El Task Force de Trump no es el primero –y tampoco luce como el último– de una administración estadounidense. Para saber qué va a recomendar a la Casa Blanca y al Departamento de Estado habrá que esperar a octubre de 2019. Hasta ahora, ha habido dos caminos para ampliar el acceso a Internet en Cuba desde Estados Unidos: la fórmula Gross y la variante pública de Obama (ya sabemos que Gross siguió ocurriendo durante Obama). La primera ignora olímpicamente a las autoridades cubanas y específicamente al monopolio ETECSA, desafía las leyes de Aduana, instala tecnologías en comunidades de interés (ya sean grupos religiosos,
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25 opositores políticos, jóvenes, etcétera) y termina con 15 años de privación de libertad –reducidos a cinco después de intensas negociaciones–, con precios de mantenimiento de operaciones inaccesibles incluso para USAID o, en el más risible de los casos, con la sociedad civil cubana más interesada en descargar pornografía que noticias políticas. La segunda variante, que dialoga con el gobierno y con ETECSA, esa que inició Obama con los anuncios de diciembre de 2016, tampoco ha conseguido ni incrementar exponencialmente el acceso, ni abaratar los costos, ni promover el libre flujo de información en la Isla. Lo más que se alcanzó fueron unos servidores de Google ubicados en La Habana –ETECSA mediante– para que los videos de Marc Anthony y Gente de Zona alojados en YouTube descarguen más rápido.
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P O R : A N I D E LYS B R I T O
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La ruta de Internet en Cuba Delinear la ruta de Internet en Cuba remite a dos circunstancias fundamentales: el bloqueo económico, comercial y financiero de los Estados Unidos y la profunda crisis económica iniciada en los años noventa. Desde los antecedentes tecnológicos que sentaron las bases para la llegada de Internet al país hasta la actualidad, esta tecnología particular se ha dirimido entre complejas tensiones políticas e infraestructurales.
ANTECEDENTES DE INTERNET EN CUBA Los antecedentes de Internet en Cuba se sitúan entre 1970 y 1996. Estos años se distinguen por el desarrollo de un conjunto de tecnologías y servicios para el procesamiento y transmisión de datos que constituyeron la antesala para la conexión del país a la red de redes.
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28 Década de 1970 Ante la necesidad de trabajar en red y compartir recursos para la producción científica, se crean “diseños propios” para la conmutación de paquetes desde el Centro de Investigaciones Digitales (CID) y el Instituto de Matemática, Cibernética y Computación (IMACC).
Década de 1980 Se desarrollan tecnologías para el procesamiento y transmisión de datos, y la creación de redes nacionales. Asociados a estos procesos, es posible mencionar varios acontecimientos significativos: »»El trabajo conjunto con los países miembros del Consejo de Ayuda Mutua (CAME), que permitió el intercambio de información y el acceso a grandes bases de datos, en la medida en que se desarrollaban las redes. »»La introducción y extensión en Cuba de “máquinas grandes” para el procesamiento de datos, y de “minicomputadoras” para aumentar la capacidad y la velocidad de transmisión de datos. Se realizaron las primeras conexiones satelitales entre La Habana y Moscú. »»Se desarrollan las primeras redes de comunicación extendida –WAN (Wide Area Network)– y comienza a usarse el servicio de correo electrónico. »»Surgen los Jóvenes Clubes de Computación y Electrónica, una red de centros tecnológicos comunitarios para la socialización de las tecnologías y la informatización de la sociedad.
1990-1996 A inicios de los noventa, Cuba ocupaba un lugar destacado en la región por la búsqueda de alternativas para el impulso y aplicación de las técnicas de Internet (1), aun cuando el desarrollo alcanzado no era comparable a
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29 las grandes redes universitarias y corporativas de Norteamérica o Europa Occidental. Sin embargo, el sector de la informática y las telecomunicaciones no escapó a los impactos de la profunda crisis económica que sufrió el país con el colapso de los “socialismos reales” y la profundización del bloqueo de Estados Unidos. En el período, es posible mencionar algunos acontecimientos significativos: »»La inclusión de Cuba en un Programa Regional de Desarrollo de las Nuevas Tecnologías para países en Vías de Desarrollo, por parte de la Oficina Regional del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) en La Habana. »»El surgimiento de redes nacionales con servicios innovadores: Tinored, asociada a los Jóvenes Clubes; Infomed, una red colaborativa para gestionar y compartir recursos de información en el ámbito de la salud; CIGBnet, la red del Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología y sus instituciones afiliadas; y RedUniv, red universitaria para información científico-técnica del Ministerio de Educación Superior de Cuba. »»En 1996, a través de una licencia especial, el Departamento de Comercio de los Estados Unidos autorizó la conexión satelital de Cuba a Internet, siempre que no implicara actividades comerciales. Desde la temprana fecha de 1962, la política de Washington prohibió el acceso a hardware y software de procedencia estadounidense, lo que ha encarecido la compra, ha dilatado los tiempos de adquisición y ha dificultado los servicios de posventa y garantía. ***
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EL ACCESO SOCIAL A INTERNET La conexión de Cuba a Internet y las limitaciones infraestructurales y de conectividad llegaron de la mano de una política nacional que priorizó determinados usos, sujetos y sectores. “El acceso social se constituye como una alternativa posible frente a la imposibilidad de acceso universal o pleno” (2).
1997-2012 Estos años estuvieron marcados por la noción de acceso social, y por coyunturas y urgencias contextuales asociadas a la postura defensiva del país ante las tensiones históricas de la relación con Estados Unidos. El período culmina con la conexión de Cuba a Internet mediante fibra óptica. Algunos acontecimientos que marcan la etapa son: »»Se presentan las bases para la informatización de la sociedad cubana, comprendida como un “proceso de utilización ordenada y masiva de las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TIC) para satisfacer
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31 las necesidades de información y conocimiento de todas las personas y esferas de la sociedad, en su esfuerzo por lograr cada vez más eficacia y eficiencia en todos los procesos y por consiguiente, mayor generación de riqueza y aumento en la calidad de vida de los ciudadanos” (3). »»Los usos prioritarios de Internet se fomentan desde espacios institucionales y a precios gratuitos o subsidiados por el Estado para potenciar determinados sectores imprescindibles para el desarrollo científico, económico y social del país. Asimismo, la necesidad de “difundir” la realidad nacional, desde las voces institucionales cubanas, favoreció la presencia de actores vinculados a la cultura y los medios de comunicación. »»La estrategia cubana orientada a la “calidad de los usos”, distinta de los programas de “inclusión digital” a escala global, terminó estableciendo una línea divisoria entre los ciudadanos con y sin acceso a Internet. »»El acceso a la red de redes ha estado signado por la actitud defensiva frente a la política hostil de Estados Unidos, lo que ha provocado una “sobredimensión de la percepción de riesgo de Internet” (4). En la gestión del acceso ha predominado un estilo “restrictivo, a partir de la sobrepresencia de elementos de seguridad y control, justificados o no, cada uno en su contexto, y de la escasez de conectividad” (2). »»La intención de ampliar los usuarios y servicios de Internet en Cuba tienen una expresión palpable en 2012, cuando entró en operación el cable submarino de fibra óptica ALBA-1, que enlaza al país con Venezuela y Jamaica. Con esto, se abre una nueva etapa para el acceso a la red de redes.
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32 EL ACCESO PÚBLICO A INTERNET La “extensión” del acceso a Internet en Cuba debe entenderse en el contexto de reordenamiento económico y social que vive el país. Paralelamente a la política de acceso social, se inauguran los usos públicos de carácter comercial a la red de redes. Estos últimos pasan por las posibilidades económicas de la ciudadanía para costear el servicio.
2013-Actualidad Este período está marcado por la comercialización de los servicios de Internet en Cuba en diferentes modalidades: salas de navegación, zonas
Familia se conecta a la wifi en un parque público (Foto: Ismario Rodríguez)
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33 wifi en espacios públicos, y recientemente se ha comenzado a implementar la conexión en los hogares mediante Nauta Hogar y el acceso a través de datos móviles 3G. Entre los acontecimientos que resultan relevantes en esta etapa, están: »»La búsqueda de sostenibilidad del modelo económico cubano ha implicado la eliminación de algunas gratuidades y las subvenciones por parte del Estado. El acceso a Internet, reconocido en “calidad de gasto” y no como una inversión para el desarrollo presente y futuro de la nación, no escapa a esta realidad. »»En mayo de 2013 se anunció Nauta, el primer servicio de acceso público a Internet en Cuba, a un costo de 4,50 CUC (5,11 USD) por hora, en salas de navegación municipales previo registro de datos personales. Esta tarifa inicial fue muy alta dados los ingresos promedio de la población. Desde entonces, los precios se han reducido paulatinamente, pero se mantienen asociados al consumo por tiempo y no por datos. »»En 2015, se inició el servicio de Internet a través de wifi en espacios públicos, lo que sumó usuarios y usos de la red de redes. Su accesibilidad y extensión en el país han convertido a estos lugares (concebidos originalmente como “primer paso” para la ampliación de la infraestructura de acceso) en el principal proveedor de servicio de Internet. Sin embargo, no reúnen las condiciones necesarias para un uso pleno de este recurso (7). »»La “ampliación” del acceso a Internet no ha estado acompañada de la alfabetización infocomunicacional necesaria para usar óptimamente este importante recurso. Las competencias tecnocomunicativas de los sujetos constituyen una de las principales limitaciones en el uso que hacen de Internet, lo que, en ocasiones, les impide la satisfacción de necesidades básicas (7). »»A finales de 2016 comenzó, en calidad de prueba, el servicio Nauta Hogar, y en 2017 se anunció la conexión mediante datos móviles 3G.
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34 »»Desde el Ministerio de Comunicaciones la preocupación por la ciberseguridad y el control de las ilegalidades, de conjunto con las tensiones desatadas por la política de Estados Unidos, siguen acaparando la atención y los esfuerzos (8).
Fuentes citadas: (1) Jesús Martínez Alfonso: “Una breve mirada a la Historia de Internet en Cuba”, conferencia impartida en Viernes de Cubasí, el 8 de agosto de 2003. (2) Milena Recio: “La hora de los desconectados. Evaluación del diseño de la política de ‘acceso social’”, 2013, http://biblioteca.clacso.edu.ar/ gsdl/collect/clacso/index/assoc/D9247.dir/Recio_Policy_Brief.pdf (3) Ministerio de la Informática y las Comunicaciones [hoy Ministerio de Comunicaciones]: “Informatización de la Sociedad”, http://www.mic.gob. cu/sitiomic/servlet/hinfosoc (4) Rosa Miriam Elizalde: “El consenso de lo posible. Principios para una política de comunicación social socialmente consistente y tecnológicamente sustentable desde la perspectiva de los periodistas cubanos”, tesis de doctorado inédita, Universidad de La Habana, 2013. (5) Hamlet López García: “Notas para una evaluación sociocultural de la política de informatización de la sociedad cubana”, Perfiles de la cultura cubana. Revista digital del Instituto Cubano de Investigación Cultural Juan Marinello, 2008, http://www.perfiles.cult.cu/article.php?article_id=243 (6) “Etecsa: Planes actuales y proyecciones”, Mesa Redonda del 10 de mayo de 2017, http://mesaredonda.cubadebate.cu/mesaredonda/2017/02/01/etecsa-telefonia-informtizacion-y-despliegue-deinternet-en-cuba-video/
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35 (7) Silvia Oramas: “Usos sociales de la red WIFI ETECSA por usuarios del parque 51 de La Lisa”, tesis de licenciatura en Periodismo, Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana, 2016. (8) Wilfredo González Vidal: “Política integral para el perfeccionamiento de la Informatización y las Comunicaciones”, conferencia impartida en el I Congreso Cibersociedad, Varadero, 2017. (9) Oficina Nacional de Estadística e Información. http://www.one. cu/publicaciones/06turismoycomercio/TIC%20Indicadores%20 seleccionados%202016/TIC%20Indicadores%20seleccionados%20 2016.pdf (10) Informe de Cuba sobre la resolución 69/5 de la Asamblea General de las Naciones Unidas, titulada “Necesidad de poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por los Estados Unidos de América contra Cuba”, 2015.
Otras fuentes consultadas: Anidelys Rodríguez-Brito: “El milagro del cacharreo cotidiano. Acercamiento a la historia del periodismo digital cubano”, tesis de licenciatura en Periodismo, Universidad de La Habana, 2005. Fidel A. Rodríguez Fernández: “Acercamiento a las prácticas de circulación de contenidos audiovisuales en ambientes de redes no institucionales en La Habana”, tesis de maestría en Ciencias de la Comunicación, Universidad de La Habana (Investigación en curso).
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POR: ELOY VIERA
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Internet en Cuba: ¿limitada por la política o la economía? Algunos consideran el uso de Internet y las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) un eficaz instrumento para la expresión de la libertad del sujeto y otros resaltan su posible uso para acrecentar el despotismo y la manipulación social. Con independencia del intenso debate que existe sobre el tema, el acceso a Internet resulta indispensable para valorar la libertad del individuo en las sociedades contemporáneas. En 2011, la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU) declaró el acceso a Internet como un derecho humano, por ser una herramienta que facilita el crecimiento y el progreso de la sociedad en su conjunto. Los relatores especiales para la libertad de expresión, en una declaración
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38 conjunta realizada ese mismo año, indicaron que los Estados tienen la obligación de promover el acceso universal a Internet para garantizar el disfrute efectivo del derecho a la libertad de expresión. Frank La Rue, relator especial para la libertad de expresión de Naciones Unidas, estimaba que los beneficios y posibilidades de Internet se fundan en características singulares como su velocidad, su alcance mundial y su relativo anonimato. A la vez, considera que estos rasgos distintivos, que permiten a las personas difundir información en tiempo real y movilizarse, también han ocasionado temor en los gobiernos. Se han aumentado así “las restricciones impuestas a Internet mediante el uso de tecnologías cada vez más avanzadas para bloquear contenidos, vigilar y detectar a activistas y críticos”; se ha tipificado “como delito la expresión legítima de opiniones” y se ha adoptado “legislación restrictiva para justificar esas medidas”. Un estudio reciente de los investigadores Iria Puyosa y Armando Chaguaceda, quienes han aplicado las metodologías empleadas por Freedom on the Net (proyecto de la ONG Freedom House) y la base de datos Variedades de Democracia (V-Dem), asegura que las prácticas de control más evidentes del derecho de acceso a Internet en Latinoamérica son el filtrado de contenidos por palabras clave, el bloqueo de URL por DNS y los apagones de Internet. A estos mecanismos de control, Puyosa y Chaguaceda les han denominado ‘mecanismos de primera generación’. Según los autores del estudio, a partir de 2009 se han desarrollado “controles de segunda generación como restricción temporal de la conectividad en regiones en donde se producen protestas, bloqueo juston-time de aplicaciones móviles”, requerimientos informales de remoción de contenidos a los administradores de sitios web, “ralentización de las conexiones en momentos de alta conflictividad política” y establecimiento de altos costos de los servicios para limitar el acceso masivo a Internet. En su artículo “Cinco regímenes políticos en Latinoamérica, libertad de Internet y mecanismos de control”, Puyosa y Chaguaceda reconocen,
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39 en países con restricciones a la libertad de expresión, la existencia de limitaciones en el desarrollo de la infraestructura de acceso a Internet y el incremento de los controles sobre los proveedores de servicios. Asimismo, encuentran evidencias de prácticas de control que no se basan en mecanismos técnicos, sino policiales, judiciales o administrativos: “impuestos al uso de Internet, requerimientos administrativos a los proveedores de acceso, reportes policiales rutinarios de la actividad ciudadana en Internet y prisión por expresión política en la web”. Mencionan prácticas de monitoreo masivo (en ocasiones visibilizado por el propio gobierno), uso de información publicada en línea para hostigar o acusar legalmente a activistas políticos, así como ciberataques perpetrados contra activistas opositores o patriotic hacking. Cuba, con relación al derecho de acceso a Internet, ha pasado del desconocimiento al establecimiento de infraestructuras y políticas que garantizan y regulan el uso de la red de redes. Un informe publicado por We Are Social y Hootsuite en enero de 2017 anunciaba que Cuba tenía 3 510 000 de usuarios activos de redes sociales en 2016 (de ellos el 90 % se conectaba desde sus móviles). Esto significaba un incremento del 368 % con respecto a 2015, año en que se instalaron las primeras 35 zonas wifi públicas en todo el país. En julio de 2017, en las sesiones previas a la Asamblea Nacional del Poder Popular, el vicepresidente Miguel Díaz Canel empleó esas estadísticas para contrarrestar la presentación de Cuba “como un país desconectado” e indicó que constantemente había “una persecución financiera feroz contra las empresas tecnológicas con las que tenemos convenios […] para poder tener la infraestructura que nos hace falta”. A pesar del reconocimiento internacional del derecho de acceso a Internet como un derecho fundamental, el mismo no ha encontrado reflejo en normas cubanas de mayor jerarquía como las Leyes o la Constitución. Todo el ordenamiento jurídico desarrollado en Cuba con relación a la materia
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40 ha emanado de normativas administrativas, especialmente del Ministerio de Comunicaciones (MINCOM). El arsenal jurídico vigente no solo cuenta con una llamativa dispersión, sino que utiliza principios y lineamientos de la política partidista como sustento para su desarrollo. Muestra de ese particular resulta ser la “Estrategia Nacional para el desarrollo de la infraestructura de conectividad de Banda Ancha en Cuba” (“Estrategia”), publicada por el MINCOM en junio de 2015. El documento no reconoce en su marco legal ninguna norma jurídica y señala que “aunque existen 22 normativas regulatorias ministeriales relacionadas con la banda ancha, estas no se adecuan a la situación actual”. En la actualidad, “como parte de la implementación de la Política Integral para el perfeccionamiento de la Informatización de la sociedad en Cuba, el Ministerio de Comunicaciones elabora un conjunto de normativas jurídicas relacionadas con la banda ancha, en particular, la Ley de Telecomunicaciones/TIC y el Decreto Ley de Informática/TIC y sus normativas complementarias”. La “Estrategia” utiliza como sustento legal los Lineamientos para la política económica y social del Partido y la Revolución y el Objetivo 52 de la Primera Conferencia Nacional del PCC, que reafirma “la necesidad de aprovechar las TIC como herramienta para el desarrollo del conocimiento, la economía y la actividad política e ideológica”. La “Estrategia” reconoce que en el año 2015 Cuba no contaba con banda ancha fija ni móvil y que solo el 3,4 % de los hogares y el 25,7 % de la población usaban Internet. Las cifras oficiales de conectividad han ido aumentando paulatinamente. Según el Anuario publicado por la Oficina Nacional de Estadísticas e Información a finales de 2017, Cuba contaba con 4 529 200 usuarios de servicios de Internet, lo que equivale aproximadamente al 40 % de la población cubana. No obstante, el cómputo de los usuarios incluye a
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41 aquellos que usan la red exclusivamente nacional denominada Intranet como usuarios de Internet global. Los números demuestran que hoy no se puede negar categóricamente la existencia de un sustrato material para el ejercicio del derecho de acceso. Por demás, la tendencia al parecer es a la ampliación, pues las proyecciones declaradas en la “Estrategia” son que para 2020 no menos del 50 % de los hogares cubanos tenga acceso de banda ancha. El concepto banda ancha es primordial para valorar el ejercicio del derecho de acceso. Las limitaciones a la velocidad de la conexión restringen el uso de las potencialidades que la red de redes ofrece. En ese sentido, la ONU ha reconocido que la amplia disponibilidad de banda ancha se considera un factor necesario para la innovación, la productividad, el crecimiento económico y la inversión extranjera. La banda ancha no es un concepto estático teniendo en cuenta que las velocidades de acceso a Internet aumentan constantemente. La velocidad mínima para considerarse banda ancha varía entre los países, pero todos consideran como conexiones de banda ancha aquellas que tienen una elevada capacidad para transportar información. A tono con las indicaciones de la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT), que pertenece a la ONU, el gobierno cubano ha empleado el concepto en sus proyecciones. Sin embargo, ese empleo se ha producido a partir de limitar cuantitativamente un concepto cada vez más mutable. Las proyecciones realizadas por el gobierno en su “Estrategia” indican la implementación de servicio de banda ancha hasta 2020 con una velocidad de al menos 256 kbit/s. Así lo ha establecido en la Resolución 319/15 del ministro de las Comunicaciones, donde se reconocen como banda ancha en Cuba a aquellas conexiones con al menos la velocidad aludida.
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42 No obstante, el gobierno ha declarado también que llegará a lo que ha denominado Banda Ancha Avanzada en 2025, con una velocidad de bajada de 2 048 kbit/s, y a una Banda Ancha Total en 2030, con una velocidad de bajada de 10 Mbit/s. ***
OBSTÁCULOS AL ACCESO Si se sigue la metodología empleada por Freedom on the Net y aplicada por los profesores Puyosa y Chaguaceda, una de las variables indispensables
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43 para evaluar el ejercicio del derecho de acceso a Internet es la existencia de “obstáculos al acceso”. Dentro de esos obstáculos, las barreras de infraestructura constituyen una de las principales dificultades. La velocidad de la conexión demuestra el desarrollo de la infraestructura que soporta el derecho de acceso. A mayor velocidad de conexión, mayor disfrute y mayor aprovechamiento de las ventajas de la red de redes. La banda ancha se ha establecido como concepto ilimitado cuantitativamente, pues el desarrollo de la tecnología tiende al desarrollo constante de la infraestructura. Sin embargo, Cuba ha establecido un concepto cuantitativamente limitado de banda ancha. La limitación, además, puede sugerir la intención de no apelar a la más moderna tecnología, con el propósito de ofrecer una red controlada, donde el usuario no pueda disfrutar de todas sus potencialidades. El concepto cubano de banda ancha y sus proyecciones de desarrollo persiguen colocar a Cuba en los próximos 10 años en el mismo lugar en que la mayoría del mundo se encuentra en la actualidad. Para entender a profundidad el asunto, es conveniente valorar el reporte emitido por Akamai en el primer trimestre de 2017. Esta corporación provee una plataforma de computación distribuida para la entrega de contenido global de Internet y desde 2008 realiza un reporte anual sobre el estado de Internet en el mundo. Según el mentado reporte de 2017, la velocidad de conexión media global fue de 7,2 Mbit/s (Corea del Sur a la cabeza, con una velocidad promedio de 28,6 Mbit/s). El propio reporte declara que en América la velocidad promedio de acceso es de 5,1 Mbit/s. Además de Estados Unidos y Canadá, destacan países como Uruguay (9,5 Mbit/s) y Chile (9,3 Mbit/s). Bolivia tiene una velocidad promedio de acceso de 2,7 Mbit/s, mientras que Venezuela trabaja con 1,8 Mbit/s.
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44 Los valores demuestran que en la actualidad el promedio del mundo se ubica casi en el lugar al que Cuba pretende llegar en 2030. El bloqueo de Estados Unidos contra Cuba, causante de la entrada tardía del país a Internet, no puede ser esgrimido como la única justificación para el limitado acceso de la ciudadanía a este servicio. El bloqueo todavía existe y sin embargo el gobierno ha decidido comenzar a generar las condiciones necesarias para el desarrollo del soporte técnico. La intención de control de las expresiones en la red, justificadas a menudo con la existencia de un enemigo sempiterno, desempeña un importante papel en la ecuación. Baste valorar el siguiente criterio de José Ramón Machado Ventura, vicepresidente del Consejo de Estado y segundo secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba, sobre Internet: “Existen algunos que nos la quieren dar gratis pero no lo hacen con el fin de que el pueblo cubano se comunique, sino con el propósito de penetrarnos y hacer trabajo ideológico para lograr una nueva conquista. Tenemos que poseer Internet, pero a nuestra forma, sabiendo que es una intención del imperialismo manejarla como una vía más de destruir la Revolución”. Los derechos humanos, entre ellos el derecho de acceso, no pueden pasar por el filtro de la ideología. La transversalidad que los caracteriza demuestra que el uso de la ideología como condición para su ejercicio constituye una práctica improcedente. La generación controlada de infraestructura es solo un elemento de los que deben valorarse en el escenario cubano. Los precios de acceso, el control legal y de propiedad de los proveedores de Internet y la dependencia de los organismos reguladores son también factores importantes cuando de obstáculos al acceso se trata. El análisis del disperso marco regulatorio permite juzgar la influencia de esos otros factores en el ejercicio pleno del derecho de acceso. El Decreto 321/2013 regula la última concesión administrativa realizada a la Empresa de Telecomunicaciones de Cuba S.A. (Etecsa) para la
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45 prestación de servicios públicos de telecomunicaciones. En el mismo se le entrega con exclusividad, hasta 2023, el servicio de telefonía fija y móvil en el país. La exclusividad, sin embargo, no alcanza a los servicios de Internet. Estos pueden ser prestados por otros proveedores como el MINTUR, el CITMA, TRD y Gaviota. El Ministerio de Finanzas y Precios es el encargado, al final, de aprobar o no las tarifas máximas, las mismas que han evolucionado desde 4,50 CUC (112,5 CUP) hasta 1 CUC (25 CUP) por hora de conexión y han condicionado el acceso de los ciudadanos cubanos a Internet. En un país donde el salario promedio, según cifras oficiales publicadas en el Anuario Estadístico de 2016 (2017), es de 740 CUP (30 CUC), pagar el precio vigente resulta imposible para muchos. Esto ha limitado considerablemente el uso de la red global, que buena parte de los usuarios emplea solo como vía de comunicación con amigos o familiares que residen fuera del país. ***
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46 LÍMITES AL CONTENIDO Y VULNERACIONES AL DERECHO DE LOS USUARIOS En Cuba, las limitaciones no solo se han producido a partir de obstáculos materiales. Las normas, emanadas fundamentalmente del MINCOM, demuestran que se han establecido límites a los contenidos a distribuir y vulneraciones a los derechos de los usuarios. La problemática con el uso de la red de redes tiene una matriz constitucional. La base de su reconocimiento como derecho humano radica en el hecho de que constituye una plataforma especial para el ejercicio de la libertad de expresión. En ese sentido, las libertades de prensa y de palabra en la Constitución cubana se encuentran condicionadas a los “fines de la sociedad socialista” (Artículo 53). Los múltiples Reglamentos emitidos por el MINCOM para regular las formas de acceso y los contenidos que se comparten desde Cuba en Internet evidencian la materialización del condicionamiento constitucional a la libertad de prensa y expresión. La Resolución 127/2007, “Reglamento de Seguridad para las Tecnologías de la Información”, establece limitaciones de uso de las redes, especialmente en las entidades estatales. Esta norma establece que “la suscripción a listas de correo electrónico y el empleo de conversación en tiempo real (chat) deberá ser autorizado en todos los casos por la dirección de la entidad en correspondencia con sus intereses”. También prohíbe que cualquier persona natural o jurídica envíe mensajes de correo electrónico no solicitados a múltiples usuarios de forma indiscriminada sin importar el carácter de aquellos. Dicha prohibición extiende las limitaciones no solamente al acceso a Internet sino también al uso del correo electrónico. Ante la desconexión, este medio de comunicación digital se ha empleado de manera cotidiana como mecanismo
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47 de intercambio de información y generación de campañas. El “Reglamento” ordena expresamente la implementación de controles dirigidos a impedir e interrumpir la generación de cartas en cadena y el envío de mensajes de correo de forma masiva a través de las redes. Una medida como esta, si bien puede contribuir a la protección técnica de la red, reduce la capacidad de asociación de los usuarios. La normativa mencionada utiliza conceptos vagos y de múltiple interpretación para prohibir ciertos contenidos. De esta manera se prohíbe la difusión de información contraria al interés social, la moral, las buenas costumbres y la integridad de las personas. Así mismo prohíbe los contenidos distribuidos por personas naturales y jurídicas que lesionen la Seguridad Nacional. Más allá de las limitaciones a los contenidos, mayores preocupaciones suscita el monitoreo orientado. El propio “Reglamento” impone a las entidades la obligación de instalar controles y mecanismos que permitan detectar y obstaculizar las actividades que prohíbe. La prohibición de contenidos viene acompañada por la creación de un aparato destinado a la persecución de los transgresores y de mecanismos para su control. Ejemplo de lo anterior lo constituye la Resolución 179 de 2008, que establece otro Reglamento, pero en esta ocasión para los “Proveedores de Servicios de Acceso a Internet al Público”. En este caso, las prohibiciones impuestas a los usuarios se traducen en mandatos de control para los proveedores autorizados para ofrecer el servicio. La Resolución 179/08 orienta que se debe garantizar que en las redes controladas por los proveedores no se utilice software con sistemas criptográficos o transferencia de ficheros cifrados. Dispone, además, que se tomen las medidas necesarias para impedir el acceso a sitios cuyos contenidos sean contrarios al interés social, la moral y las buenas costumbres, y el uso de aplicaciones que afecten la integridad o la seguridad del Estado.
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48 Lo más llamativo es que luego de disponer la imposibilidad de encriptar y proteger los contenidos personales transmitidos, ordena el establecimiento de procedimientos que aseguren la identificación del origen de los accesos, “así como su registro y conservación por un tiempo no menor de un año”. Se logra así eliminar los mecanismos de protección adicional de contenidos personales para facilitar el monitoreo y control de todos los contenidos a los que se acceda y distribuya.
La vigilancia y el monitoreo constituyen una vulneración de la privacidad de los usuarios en la red. Su principal efecto ha sido una autocensura muy
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49 extendida. Condición autoimpuesta que es considerada internacionalmente como un medidor negativo del derecho de acceso. A pesar de que el MINCOM reconoció en febrero pasado que prepara un nuevo reglamento de seguridad informática, más acorde con el avance de las tecnologías de la informatización y las telecomunicaciones en el país, lo cierto es que hasta la fecha no se ha promulgado nada que derogue o sustituya la reglamentación vigente. El reconocimiento de la necesidad de cambio ha venido aparejado de tolerancia hacia algunas expresiones contrarias a lo establecido en el ordenamiento vigente. Dicha tolerancia ha generado la utilización del término “alegalidad” para denotar la subsistencia, en el espacio virtual, de medios que usan herramientas y distribuyen contenidos que, como ya se ha visto, son prohibidos por la reglamentación vigente. La tolerancia no implica legalidad y la existencia de un ordenamiento prohibitivo que impone sanciones como la ocupación cautelar y posterior decomiso de los medios, instrumentos y equipamientos utilizados para cometer cualquier infracción de las mencionadas, permanece como una espada de Damocles sobre quienes utilizan el espacio virtual. La alegalidad no existe en el ambiente comunicativo cubano. La normativa hasta hoy vigente utiliza conceptos genéricos y de unilateral interpretación –como “intereses del Estado”– para declarar ilegales a actitudes de empoderamiento ciudadano. Debe ser ese mismo ordenamiento prohibitivo el que justifica el bloqueo de sitios web que no han sido objeto de tolerancia ni encajado dentro del concepto de “alegalidad”. Según un reporte emitido por el Observatorio Abierto de Interferencia en la Red (OONI), 41 sitios web se encontraban bloqueados en la Isla entre el 29 de mayo de 2017 y el 10 de junio de 2017. “Todos los sitios bloqueados tenían en común que expresaban críticas al gobierno cubano, trataban asuntos relacionados con los derechos humanos o tenían relación con herramientas para sortear la censura”. Esta cifra podría ser mayor, porque la OONI solo sometió a examen 1 458 sitios
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50 web. La Fundación para el Nuevo Periodismo Iberoamericano Gabriel García Márquez, el Centro de Periodismo Investigativo de Puerto Rico y la Fundación Nieman para el periodismo de la Universidad de Harvard se encuentran actualmente bloqueados en el país y no fueron analizados por el Observatorio. No puede hablarse entonces de derecho pleno cuando existen tolerancias relativas, filtros, bloqueo, vigilancia generadora de autocensura, ciberataques y un ordenamiento prohibitivo utilizado discrecionalmente.
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POR: MABEL OLALDI
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¿Quién eres, Etecsa? En la penumbra que envolvió a Cuba tras la caída de la URSS, el 29 de diciembre de 1993 nació una empresa mixta que antes de cumplir sus 18 años ya estaba conformada por capital enteramente cubano. Desde su inscripción en el registro mercantil, la Empresa de Telecomunicaciones de Cuba S.A. (Etecsa) ha crecido hasta convertirse en un monopolio tropical. Su rol en la informatización de la sociedad salta a la vista: es el único operador de telefonía fija y celular del país, y además sostiene en su red la actividad de todos los proveedores de Internet. Desde los noventa, Etecsa elabora planes de desarrollo de acuerdo con los objetivos generales del gobierno cubano en el área de telecomunicaciones. El más reciente, que recoge el período 2015-2018, coincidió en el tiempo con la aprobación por parte del gobierno cubano de una política
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53 para la gestión de las tecnologías de la información a nivel nacional. En marzo de 2017, el Consejo de Ministros aprobó la Política Integral para el Perfeccionamiento de la Informatización de la Sociedad. Según reportes sobre las sesiones del Parlamento cubano en julio de 2017, ese programa busca asegurar la sostenibilidad y soberanía tecnológicas, ampliar el acceso de los ciudadanos al empleo de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) y modernizar todas las esferas de la sociedad. La primera fase de implementación se extiende de 2017 a 2021 y contiene 21 proyectos. Paralelamente, en junio de 2018 Etecsa debe presentar ante el Ministerio de las Comunicaciones (MINCOM) un documento con sus metas de desarrollo y calidad para el período 2019-2022. ***
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54 ¿CÓMO LA ETECSA DE LOS NOVENTA SE CONVIRTIÓ EN LA ETECSA QUE TENEMOS Según la Gaceta Oficial de la República de Cuba, en 1994 el presidente Fidel Castro Ruz, el ministro de Comunicaciones Silvano Colás Sánchez y el secretario del Comité Ejecutivo del Consejo de Ministros Carlos Lage Dávila firmaron el Decreto No. 190, que otorgaba a Etecsa una concesión administrativa para la comercialización de servicios públicos de telecomunicaciones. En el momento de su constitución, Etecsa estaba integrada por “la empresa cubana Telefónica Antillana S.A. [TELAN] y la entidad panameña Universal Trade and Management Corporation [UTISA]”. En aquella época prestaban servicios de telefonía las Empresas de Comunicaciones Provinciales; pero, de acuerdo con los firmantes, el desarrollo del país demandaba “un sistema de telecomunicaciones moderno, eficiente”, y capaz de incorporar “los últimos adelantos de la ciencia y la tecnología”. Para ello se necesitaba desplegar “fuertes inversiones” y eso solo era posible “en asociación con entidades extranjeras”. Con el decreto quedó sellada la relación legal entre Etecsa y el MINCOM de entonces, que fungiría en lo adelante como órgano regulador de la concesión. El gobierno cubano buscaba ampliar el servicio telefónico en el menor plazo posible: alcanzar en 7 años una densidad de 9 líneas por cada 100 habitantes a nivel nacional; e instalar una red digital de larga distancia con cobertura nacional. El objeto de dicha concesión era que Etecsa prestara, entre otros, servicios de telefonía básica nacional e internacional, transmisión de datos, telefonía pública y telecomunicaciones de valor agregado (que incluían los servicios de información de voz y datos, accesibilidad a bases de datos,
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55 almacenamiento de reenvío de fax, correo electrónico, correo de voz y otros similares). Dentro de los límites de esa concesión no figuraban, por ejemplo, los servicios públicos de difusión de radio y televisión, la telefonía celular o la televisión por suscripción. Sin embargo, Etecsa tenía derecho de primera opción para obtener concesiones adicionales siempre que su oferta fuera igual o superior a la de otros licitadores. La empresa nació con el deber de “cuidar del secreto de la información proporcionada por los usuarios o trasmitida o generada por la red pública […] y no divulgarla si no existe consentimiento previo de estos”. De 2011 a la actualidad, desde Etecsa se han filtrado varias actualizaciones de la base de datos con los nombres, números de carné de identidad y direcciones particulares de todos los titulares cubanos de líneas móviles. El término original de la concesión era de 25 años. Los primeros 12 se consideraban “período de exclusividad” con respecto a servicios como la telefonía básica y la transmisión de datos. Se podrían otorgar, a partir de 2006, concesiones a otros licitadores para explotar servicios idénticos o similares. Pero, “con el objetivo de ofrecer de forma más eficiente y ventajosa una gama integrada de servicios de telecomunicaciones”, el Decreto No. 275 de 2003 convirtió a Etecsa en Operador Unificado de Telecomunicaciones y el período de exclusividad fue renovado por otros 15 años. Este nuevo decreto la obligaba a pagar anualmente al Estado cubano el equivalente al 1 % de las utilidades netas distribuibles en moneda libremente convertible (CUC) desde 2005 hasta 2015. Más adelante, en 2013, recibió otra concesión mediante el Decreto Ley No. 321, firmado por el presidente Raúl Castro Ruz y el ministro de Comunicaciones Maimir Mesa Ramos. Desde entonces, Etecsa realiza pagos anuales equivalentes al 5 % de las utilidades netas.
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56 El alcance de la más reciente concesión, vigente hasta 2036 y prorrogable por dos períodos de 15 años, añade a los servicios anteriormente autorizados la telefonía celular, el acceso a Internet y la televisión por suscripción. El nuevo período de exclusividad se extiende hasta 2023 para la telefonía básica y celular, la conducción de señales y la transmisión de datos; sin embargo, en el caso de la telefonía celular, la exclusividad “no incluye los servicios explotados por sistemas de tercera generación [3G] y posteriores”. Después de sucesivas modificaciones del acuerdo que constituyó la empresa, la composición accionaria en 2003 era así: Telefónica Antillana, S.A. (TELAN, 51,0 %), Universal Trade & Management Corporation, S.A. (UTISA, 11,1 %), Telecom Italia International N.V. (TI INT, 27,0 %), Banco Financiero Internacional, S.A. (BFI, 6,2 %), Banco Internacional de Comercio, S.A. (BICSA, 0,9 %) y Negocios en Telecomunicaciones, S.A. (NETEL, 3,8 %). En 2011, un acuerdo del Consejo de Ministros autorizó a la sociedad mercantil cubana RAFIN S.A. para comprar las acciones de Telecom (TI INT). La composición accionaria se mantuvo similar, solo que RAFIN S.A. adquirió las acciones que poseía Telecom. En ese momento, Cubadebate publicó que el país adquiría por primera vez “el control total de la empresa de telecomunicaciones desde su creación en 1993”, el cual quedó repartido entre esas seis compañías nacionales. De UTISA, la cual aparecía como “entidad panameña” en el Decreto No. 190 de 1994, se dijo esta vez que “es una empresa cubana con sede en Panamá, bajo el control del Ministerio de Comunicaciones de Cuba”. Pocos días después de la compra, AFP mencionó que una entidad llamada Citel había sido accionista en la Etecsa de los noventa hasta que sus acciones pasaron a empresas cubanas. Se refería a la Corporación
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57 Interamericana de Telecomunicaciones (CITEL), una subsidiaria del Grupo Domos de Monterrey. El 23 de julio de 1994, la revista mexicana Proceso publicó un trabajo sobre la participación mexicana en el desarrollo inicial de Etecsa. “Sin que hubiera concurso de por medio, cuatro mexicanos se interesaron en adquirir el 49 % de la industria de telecomunicaciones cubana: Alejo Peralta, Carlos Slim, Alfonso Romo y Javier Garza Calderón”. El primero de ellos, fundador de Industrias Unidas S.A. (IUSA) y director general del Instituto Politécnico Nacional (IPN) entre 1956 y 1958, ganó una concesión en 1993 “pero se retiró al no convenirle el arreglo”. El multimillonario Carlos Slim, que en 2014 era el hombre más rico del mundo, estuvo en Cuba ese año y no hizo ninguna propuesta. “Romo, del Grupo Pulsar, también se quedó en los estudios”. Al Grupo Domos, en manos de Garza Calderón, se le adjudicó el 49 % del capital de Etecsa por 1 442 millones de dólares. El texto de Proceso agregaba que “el triunfo de Garza Calderón […] se debió a la intervención personal del presidente [mexicano] Carlos Salinas, quien atestiguó en su visita a la Isla del 13 de junio la firma del acuerdo”, y añadía que no era la primera vez que Salinas intervenía en los intereses de Garza Calderón. El reporte destacaba que esa era la primera vez que la inversión extranjera se involucraba en los servicios públicos cubanos, pues hasta aquel momento las empresas foráneas operaban fundamentalmente en el sector del turismo y la producción de bienes exportables. Sin embargo, el nombre de CITEL no aparece en el Decreto No. 190, a pesar de que la firma del acuerdo que menciona Proceso fue el 13 de junio de 1994 y la publicación del decreto que otorgó la primera concesión a Etecsa ocurrió el 17 de agosto de 1994.
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58 Proceso contaba que la red cubana de telefonía tenía entonces unos 40 años de edad y nunca había recibido mantenimiento. “Oficialmente hay 536 700 líneas instaladas. Pero un incendio en la planta central dejó fuera de circulación a la mitad de ellas. Actualmente funcionan de manera irregular alrededor de 300 000”. El 20 de julio de ese año, ampliaba la revista, el representante estadounidense Robert Torricelli había advertido al Grupo Domos que en caso de instalar un sistema telefónico en Cuba podría asumirse que lo harían “comprando propiedades que fueron confiscadas”, o sea, “propiedades de las que el gobierno cubano no es dueño”. Como las expropiaciones de compañías estadounidenses fueron sujetas a indemnización, aclaraba Proceso, el gobierno de la Isla considera que esas instalaciones son de propiedad cubana. En esa época Domos era “la principal empresa extranjera en Cuba por sus compromisos de inversión” y fue la segunda, después de la canadiense Sherrit International, en recibir una carta de advertencia por parte de Washington con la entrada en vigor de la ley Helms-Burton. Las presiones desde Estados Unidos en esos años incluyeron negativas de visa para los ejecutivos de Domos y sus familiares, según relata el diario dominicano 7 días. Esto, unido a los problemas económicos internos del grupo durante la época, provocó que para abril de 1995 ya hubieran vendido el 25 % de las acciones de Etecsa a STET International Netherlands, subsidiaria de Telecom Italia; “más tarde los italianos compraron un paquete adicional, con lo cual poseyeron casi un tercio de las acciones (27 %)”. Fue ese 27 % el que compró RAFIN. Pero la relación de Etecsa con entidades mexicanas no terminaría en 1995 con la compraventa entre Domos y Telecom, sino a inicios de los 2000. Durante la firma del acuerdo de junio de 1994, donde estuvieron presentes los presidentes Fidel Castro y Carlos Salinas, este último confirmó que la operación inicial “había sido financiada en parte por el gobierno mexicano,
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59 que permitió así a Cuba cancelar su deuda con México que ascendía a poco más de 300 millones de dólares”. CITEL y Etecsa invertirían a partes iguales, detallaba Proceso, lo que suponía para la Isla “un desembolso de 720 millones de dólares”. La falta de liquidez del gobierno cubano habría impulsado a su presidente a aceptar el intercambio de deuda por inversión. “La deuda que Cuba debe a México –y que asciende a alrededor de 310 millones de dólares– debe ser prácticamente comprada por los empresarios mexicanos por medio de bonos de deuda (conocidos como Swaps), a través del Banco de Comercio Exterior de México (BANCOMEX)”. El 30 de abril de 2002, en una nueva época marcada por el aumento de los vínculos comerciales y políticos entre México y Estados Unidos, Fidel Castro, Carlos Lage e Ignacio González Planas, ministro de la Informática y las Comunicaciones en aquel momento, firmaron el Decreto No. 273, donde se leía: “Las recientes declaraciones del Secretario de Relaciones Exteriores de México vinculando créditos otorgados por el Banco Nacional de Comercio Exterior S.N.C. (BANCOMEX) al Banco Nacional de Cuba con el diferendo político surgido entre los gobiernos de Cuba y México constituyen una amenaza para el normal desarrollo de las entidades cubanas vinculadas a este crédito como Empresa de Telecomunicaciones de Cuba, S.A. (ETECSA) y Telefónica Antillana, S.A. (TELAN) y un inadmisible intento de presionar y desacreditar a nuestro país”. Lo que fue considerado por el gobierno cubano como una “acción malintencionada” del funcionario mexicano condicionó que este decreto dejara sin vigor “las facilidades y garantías que ofrecen ETECSA y TELAN para respaldar las obligaciones contraídas por el Banco Nacional de Cuba con el Banco Nacional de Comercio Exterior S.N.C.”. Esto se hizo “a fin de evitar que se vean involucradas en el diferendo político existente, por los perjuicios que esto pudiera ocasionar al país si no se toman de inmediato las medidas pertinentes”.
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60 Dos décadas después de las advertencias realizadas por Torricelli al grupo Domos, durante el acercamiento diplomático protagonizado por Raúl Castro y Barack Obama, el gobierno estadounidense autorizó a compañías de su país para establecer contratos con Etecsa. En 2016, la empresa cubana firmó un acuerdo con Verizon Partner Solutions, la unidad mayorista de la compañía estadounidense Verizon Communications Inc., para el intercambio de tráfico de voz internacional entre Estados Unidos y Cuba; y otros con AT&T para el intercambio de tráfico de voz internacional entre Estados Unidos y Cuba, así como para el servicio de roaming de voz, texto y datos para clientes de AT&T que viajan a Cuba. Finalmente, en diciembre de 2017 fue posible enviar SMS desde cualquier móvil en Cuba hacia cualquier móvil en Estados Unidos. El actual gobierno estadounidense, presidido por Donald Trump, tomó medidas para restringir las relaciones económicas con organizaciones e instituciones cubanas en noviembre de 2017 y publicó una lista que incluye decenas de entidades con las cuales los estadounidenses no pueden establecer transacciones financieras directas. Etecsa no aparece en la lista. El diario 7 días comentó en 2014 que durante la década de los noventa una de las principales fuentes de ingresos de Etecsa provenía de las llamadas desde y hacia al exterior. “De acuerdo con estimados, en 1995 facturó unos 145 millones de dólares por este concepto”. En 1994, el negocio de las llamadas de larga distancia internacional efectuadas vía Canadá e Italia valía “más de 400 millones de dólares anuales en facturación”. A través de esos países se triangulaban las llamadas de Estados Unidos a Cuba. En relación con las tarifas de las llamadas internacionales, destacan las que se aplican a Estados Unidos y Venezuela. Al precio de las llamadas destinadas a los Estados Unidos se les adicionó entre 2000 y 2015 un impuesto de 0,245 USD por minuto. En contraste, los precios de las llamadas hacia Venezuela, país con el que Cuba firmó un Convenio
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61 Integral de Cooperación en 2000 y donde trabajan decenas de miles de cooperantes cubanos, se han mantenido particularmente bajos. La resolución ministerial No. 102 , con la firma del ministro de Comunicaciones Silvano Colás Sánchez, protegió desde 1996 los servicios de llamadas internacionales que brindaba Etecsa al declarar ilegal toda operación comercial basada “en Procedimientos Alternativos de Llamadas” ejecutados por personas o entidades nacionales o extranjeras, radicadas dentro o fuera del país. Veinte años después, la empresa Cuballama, que ofrece llamadas a Cuba desde 29 centavos USD, protagonizó el caso más célebre de desafío a la exclusividad de Etecsa en el área de la telefonía internacional. Etecsa describió a Cuballama como una organización fraudulenta que activa líneas móviles locales e introduce en el país equipos llamados Simbox, los cuales permiten realizar llamadas o enviar SMS internacionales a través de Internet utilizando tarjetas SIM nacionales. De esta manera, las llamadas de larga distancia internacional quedan registradas como llamadas locales. Cuballama, subsidiaria de Techrrific Inc. con dirección legal en Canadá, insistió en que no tenía presencia dentro de la Isla, ni había participado en los esquemas descritos por Etecsa. Añadió que prepagaba a sus proveedores todos los servicios y que “las empresas tienen la libertad de establecer los precios de sus productos y de operar a costo, o incluso a pérdida si así lo desean durante determinados períodos”. Aseguró tener contratos con “las principales empresas de telecomunicaciones del mundo, las mismas con las que Etecsa ha firmado acuerdos comerciales”. Cuballama mencionó en varias ocasiones a Telecom Italia, como ejemplo de “compañías de nivel 1” que “son dueñas de los cables físicos que conforman las redes regionales y mundiales”, con las cuales “se garantiza conectarse indirectamente a todos los destinos y orígenes del mundo”.
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62 Etecsa acotó que la actividad de Cuballama puede ser legal en otras partes del mundo, pero que la empresa procedía de manera ilegal para ofrecer llamadas hacia Cuba. Coincidía con Cuballama en que es posible prestar servicios mediante terceros, pero que “todo el tráfico de voz o mensajes de texto debe terminar en las centrales telefónicas de Etecsa, único operador de telecomunicaciones autorizado a brindar el servicio en Cuba”. Según Etecsa, “Cuballama viola este proceso” pues sus llamadas o mensajes de texto no transitan por ninguna de las dos centrales telefónicas internacionales del país que distribuyen el contenido hasta los usuarios finales. La empresa cubana aseguró que había desarticulado al menos tres redes ilegales en territorio nacional cuyos organizadores eran amigos del director de Cuballama, y agregó que los bloqueos de líneas móviles detectadas en la comisión de fraudes coincidieron con publicaciones en la página web de Cuballama que anunciaban afectaciones en sus servicios. Cuballama insistió en que su modelo de negocios se basa en la venta directa por Internet al cliente final y en que han perfeccionado su gestión hasta reducir al máximo los costos. ***
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EL MÓVIL QUE USTED LLAMA Antes de Etecsa, fue Cubacel. Y después fue C_COM. Cubacel, que obtuvo una concesión para construir y explotar una red pública de radiotelefonía celular en 1992, nació bajo el nombre de Teléfonos Celulares de Cuba S.A. como entidad mixta conformada por la Empresa de Telecomunicaciones Internacionales de Cuba (EMTEL-Cuba), del MINCOM, y la sociedad mercantil mexicana Telecomunicaciones Internacionales de México S.A. de CV (TIMSA).TIMSA era dueña del 10 % de las acciones. Cubacel obtuvo una inversión inicial de aproximadamente 200 millones de dólares y un año después de la concesión brindaba servicios a alrededor de 5 000 clientes, fundamentalmente diplomáticos, empresarios y periodistas extranjeros radicados en Cuba. En 1998, Sherritt International compró un 37,5 % de las acciones de Cubacel.
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64 Desde el año 2000, comenzó a operar también C_COM, o Empresa de Telecomunicaciones Celulares del Caribe, S.A., que recibió una concesión administrativa por 20 años para prestar un servicio público de telecomunicaciones móviles terrestres [celulares] en la banda de 900 MHz, GSM 900. Al convertirse en Operador Unificado de Telecomunicaciones para todo el territorio nacional, Etecsa absorbió a Cubacel y a C_COM. Según consta en el Decreto No. 275, como resultado de esta fusión “y demás ampliación del capital social de ETECSA”, este ascendió en 2003 a 1 749 313 080 dólares estadounidenses, representado por 12 132 acciones con un valor de 144 190 USD cada una. Estaban clasificadas en 6 188 acciones de la clase A en manos de TELAN y 5 944 de la clase B repartidas entre el resto de los titulares. Cuando Telecom le compró a Domos el 25 % de las acciones de Etecsa, pagó poco más de 291 millones de dólares. En cambio, cuando RAFIN compró las 3 276 acciones de Telecom (27 % de Etecsa) lo hizo por un valor de 706 millones de dólares. De lo anterior se desprende que en 2011 cada una de esas acciones valía 215 506 USD y, por tanto, podría decirse que “el capital social” de Etecsa ese año era aproximadamente 2 614 518 790 USD. Esto significa que entre 2003 y 2011, el valor de la empresa aumentó a razón de unos 100 millones por año. En abril de 2008, Ramiro Valdés Menéndez, quien entonces ocupaba el cargo de ministro de la Informática y las Comunicaciones, aprobó que las personas naturales residentes en Cuba contrataran y usaran los servicios móviles celulares en la modalidad prepago. O sea, a partir de ese momento, los cubanos podían ser legalmente dueños de líneas móviles. Durante los últimos 10 años se implantaron diferentes sistemas de tarifas para los servicios de telefonía móvil que ofrece Etecsa y los usuarios han
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65 practicado decenas de soluciones creativas para proteger el saldo de la línea durante el mayor tiempo posible. A pesar de que una línea móvil cuesta el equivalente al salario promedio de un mes y un minuto de llamada celular vale 280 veces más que un minuto de llamada desde un teléfono fijo, Etecsa cumplió en 2015 su plan de comercializar 800 000 líneas celulares. Ese año, el director de Comunicación Institucional, Luis Manuel Díaz Naranjo, dijo que no estimaban rebajar las tarifas de activación, de llamadas ni de SMS. No obstante, el número de líneas móviles activas siguió aumentando y en 2017 se activaron 600 000 nuevas líneas, con lo que el total ascendió a 4 500 000. Las tarifas máximas de los servicios que oferta Etecsa –por ejemplo, los 0,35 CUC del minuto de llamada celular– son propuestas por el MINCOM, teniendo en cuenta las consideraciones de la empresa, y aprobadas por el Ministerio de Finanzas y Precios. Es decir, ni el MINCOM ni Etecsa pueden aumentar esos precios. Al mismo tiempo, las rebajas con respecto a esas tarifas máximas sí solía aprobarlas el MINCOM a partir de las propuestas presentadas por Etecsa y, desde 2013, las aprueba la presidencia ejecutiva de la empresa. Este último período coincide con la proliferación de bonos y ofertas promovidos por Etecsa. Desde 2013 no se aprueba la rebaja de ninguna tarifa máxima aplicable a la telefonía celular –el período más largo de 2008 a la fecha–.Y fue en enero de 2018 que Etecsa comenzó a aplicar la tarifa en tiempo real. Hasta entonces, estuvo fijada por intervalos de 30 segundos. Para atraer divisas frescas, Etecsa promueve la recarga de móviles nacionales desde el exterior. Durante los últimos meses, la empresa prácticamente no ha lanzado ninguna oferta de este tipo a la que acceder desde Cuba. Además, ha reducido el tiempo de duración de los bonos de las recargas desde el exterior y tras ese período se pierde la parte del paquete de servicios que el cliente no utilizó.
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66 La Directora Central de Comercial y Mercadotecnia, Tania Velázquez Rodríguez, defendió en mayo de 2017 que las características de las promociones –entre ellas, el tiempo para consumir los bonos– deben variar de acuerdo con diversos factores considerados por la empresa, entre ellos la capacidad de la red ante un aumento de tráfico. Las actuales ofertas o la aparición de otras, dijo, dependen del mejoramiento de las plataformas tecnológicas. Unos días después, Velázquez amplió en la televisión nacional durante una transmisión de Mesa Redonda: “De este propio dinero que recibe la empresa se realiza el pago a los proveedores y operadores internacionales con los cuales tenemos convenios”. El sitio web de Mesa Redonda explicó que “los ingresos que se captan desde el exterior son los que permiten la compra de los equipamientos, los pagos de los compromisos contractuales así como el mantenimiento”. Por eso, los servicios exportables son prioridad aunque quienes se benefician directamente de las recargas desde el exterior representan solo el 20 % de los usuarios. ***
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CUELGUE Y ESPERE UNOS MINUTOS, POR FAVOR Las tarifas máximas para la telefonía fija del sector residencial consisten en un monto básico de 6,25 CUP que otorga 300 minutos mensuales para llamadas locales y se cobra independientemente del consumo. A partir del minuto 301, el tráfico adicional se paga a razón de 3 centavos CUP por minuto en horario diurno y 2 centavos CUP en horario nocturno, domingos y días festivos. Estas tarifas han permanecido invariables por más de 19 años. Los objetivos iniciales de Etecsa se concentraron fundamentalmente en la telefonía básica y aparecen, junto a los plazos para alcanzarlos, en el Decreto No. 190 de 1994. Con el Decreto No. 221 de 1997, lo que se pretendía alcanzar en 2002 se convirtió en metas a lograr para 2005. Aun así, la tasa de densidad telefónica ansiada desde 1994 (9 líneas por cada 100 habitantes a nivel nacional) no se alcanzó en 2005, sino en 2006. En cambio, Etecsa sobrepasó el 90 % de digitalización en 2006, dos años antes de lo que preveía otro plan de desarrollo, el que aparece incluido en el Decreto No. 275 de 2003 (que otorgó la segunda concesión).
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68 El funcionamiento de Etecsa está condicionado por las dinámicas del contexto económico cubano, donde opera una distorsión macroeconómica a partir de la cual las cuentas oficiales consideran que los 740 pesos recibidos mensualmente por un trabajador estatal promedio son iguales a los otros pesos con que ese trabajador compra las tarjetas de recarga para su celular; cuando, en realidad, los 5 pesos que cuestan las tarjetas representan 120 pesos de los que recibe el trabajador. Además, la brecha entre los precios de la telefonía fija y la telefonía celular es un ejemplo de lo que ilustraba Marino Murillo Jorge, miembro del Buró Político del Comité Central del Partido, durante el pasado período ordinario de sesiones de la Asamblea Nacional del Poder Popular: “el primer pan nos lo comemos subsidiado[…] y si usted quiere comerse un pan por la libre, entonces paga un 83 % de impuesto […], y a los mismos cubanos les damos un pan subsidiado y a los mismos cubanos les damos un pan con una carga impositiva muy grande”. Dos décadas después de las primeras inversiones que realizara Etecsa, “en La Habana casi todas las centrales están saturadas; es decir, puede que exista el par, pero no hay número”, según declaró a Juventud Rebelde Odalis Montiel, directora adjunta de la División de Servicios Fijos de Etecsa. “En la medida en que el país construye viviendas en localidades para las que hoy la empresa no tiene destinadas inversiones seguirán surgiendo necesidades[…], pues hoy no están a la par las inversiones que se están haciendo en telecomunicaciones con las del desarrollo habitacional”, explicó Montiel. Esto lo dijo refiriéndose a las tardanzas en los traslados de líneas telefónicas fijas de una vivienda a otra, que afecta principalmente a los clientes de Etecsa que se mudan a casas sin teléfono. Mesa Redonda explicó que entre las estrategias para agilizar estos trámites están “las inversiones en las redes de planta exterior, así como la colocación
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69 de la Telefonía Fija Alternativa (TFA)”, pero esto último contradice la resolución No. 105 de 2011, firmada por el ministro Medardo Díaz Toledo. Dicha resolución expone que “la capacidad de conducción de tráfico de la Red de Telefonía Móvil Celular, que sirve de soporte a la Telefonía Fija Alternativa, no permite ofrecer a los usuarios condiciones de uso y de facturación del servicio equivalentes a las vigentes en la telefonía fija, lo que conlleva, desde el punto de vista del usuario, la aplicación de condiciones distintas para un servicio semejante”. En junio de 2008 ya se había aprobado una resolución para limitar el crecimiento de la TFA y ordenar la sustitución gradual de esta tecnología. La misma empresa presentó una propuesta al MINCOM para acelerar su sustitución y optimizar sus inversiones sobre la red celular. Finalmente, la resolución No. 105 dispuso que Etecsa únicamente puede autorizar la instalación de la TFA “en zonas rurales aisladas con dificultades notables para el uso de otra tecnología”. Por otra parte, los decretos leyes 190 y 221, de 1994 y 1997 respectivamente, obligaron a la empresa a tomar en consideración la demanda de los servicios y las tasas de crecimiento demográfico del país para elaborar sus planes de desarrollo. Más allá del desarrollo habitacional reciente que apunta Montiel, en la Cuba de 2012 aún existían 123 asentamientos con más de 200 habitantes sin ninguna conexión telefónica. Entre 2016 y 2018, el plan de Etecsa previó instalar anualmente solo 70 000 nuevas líneas, a pesar de que en 2015 el número de líneas fijas en el sector residencial era de 996 063 y el número de hogares en Cuba era de 3 853 236. Incluso si se cumpliera ese plan y no aumentara el número de hogares, a finales de 2018 quedarían en Cuba 2 647 173 hogares sin una línea de telefonía fija.
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70 Paralelamente, la cantidad de teléfonos públicos a instalar se redujo de 1300 en 2015 a 1000 anuales entre 2016 y 2018.
NO CONECTADO: HAY CONEXIONES DISPONIBLES Hasta 2013, en Cuba los proveedores de Internet no podían prestar servicios públicos de voz por Internet ni de conducción pública de señales (incluidas las de video). El período de exclusividad a favor de Etecsa establecido en el Decreto No. 275 de 2003 –la anterior concesión– lo impedía. Ese período hubiera durado hasta 2018 de no haberse aprobado
Usuarios se conectan a Internet desde un parque wifi (Foto: Ismario Rodríguez Pérez)
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71 el Decreto No. 321 de 2013, que otorgó la más reciente concesión a la empresa. Pero Etecsa nunca gozó de exclusividad como proveedor de Internet y por tanto existen varios proveedores. En Cuba no es lo mismo ser “Proveedor del servicio público de acceso a Internet” que ser “Proveedor de servicios de Internet al público”. El primer estatus lo otorga el Consejo de Ministros mediante concesión administrativa, mientras que el segundo lo aprueba la Dirección de Regulaciones y Normas del MINCOM. Por ejemplo, la Empresa de Tecnologías de la Información y Servicios Telemáticos Avanzados (CITMATEL), perteneciente al Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (CITMA), formaba parte del primer grupo desde 2000 hasta que Etecsa absorbió en 2013 los servicios que solía brindar dicha empresa. En el segundo grupo están los que brindan acceso a través de “áreas de Internet”: Correos de Cuba, Gaviota, Campismo Popular, Residencial Tarará, Oficina del Historiador, Joven Club, Comercializadora de Servicios Médicos Cubanos, la Agrupación Artística Gallega, etcétera. La mayoría de estos proveedores lo hace a través de la plataforma tecnológica Nauta, de Etecsa. Como los servicios de transmisión de datos han estado siempre al alcance de la concesión brindada a Etecsa, ahora con carácter exclusivo hasta 2023, ha correspondido al MINCOM asegurar la interconexión entre las redes y servicios de esta empresa con las restantes redes de datos del país. Además, los servicios de valor agregado que brindan las redes de datos dentro del territorio nacional deben estar soportados en la red pública de telecomunicaciones, es decir, en la infraestructura de los operadores básicos, mientras se encuentren vigentes períodos de exclusividad como el de Etecsa.
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72 Rafael de la Osa, director de Cubarte –organización rectora de la informática en el Ministerio de Cultura, que brinda servicios de conectividad a personas e instituciones vinculadas con ese ministerio–, describió en su texto publicado por Cubadebate las peculiaridades de esta interconexión: “Si desde un hospital en una provincia del país se trata de consultar el sitio web del periódico local hospedado en un servidor de la prensa en la propia provincia, la señal viaja desde la computadora del hospital hasta el nodo central de la red Infomed ubicado en La Habana, según las condiciones y velocidad que esta red tenga contratado en cada tramo desde el hospital provincial hasta el nodo central de Infomed, de ahí transita por un canal hacia las Red de Etecsa que lo enruta por el camino más corto al servidor donde está hospedado el sitio web del periódico provincial, según las velocidades y ancho de banda de estos enlaces”. Por eso, aunque el programa de informatización de la sociedad cubana va más allá del acceso de la población a Internet, según han explicado las autoridades del MINCOM, Etecsa desempeña un rol protagónico en su implementación. El discurso oficial vincula directamente las condiciones del acceso a Internet en la Isla con limitaciones financieras para realizar inversiones en el sector de las telecomunicaciones. Entre las inversiones recientes destaca, por el volumen de expectativas no cumplidas que generó, la instalación de un cable de fibra óptica en Santiago de Cuba. El proceso de instalación del cable submarino de fibra óptica y el sistema de telecomunicaciones ALBA-1 coincidió con la compra de RAFIN a Telecom y el hecho de que Etecsa se convirtiera en una empresa completamente cubana. Entre los objetivos generales de la concesión otorgada a Etecsa en 1994 estaba “incrementar los enlaces internacionales por satélites y participar en la instalación de cables submarinos de fibra óptica con Florida, México y Jamaica o Santo Domingo, potenciando a Cuba como un centro de tránsito internacional de la región”. Sin embargo, de todos los cables que
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73 en 2017 reposaban en las profundidades marinas del planeta, solo dos llegan a Santiago de Cuba. En mayo de 2013 el actual ministro de Comunicaciones, Maimir Mesa Ramos, aprobó que los cubanos pudieran acceder a Internet desde las áreas dispuestas por los proveedores de Internet al público, sin depender de una autorización de su jefe o del jefe de un órgano superior. Desde entonces, el acceso está principalmente mediado por los equipos y la capacidad de pago que posea cada cual. Más adelante, a finales de 2016, ocurrió el primer intento de ampliar sustancialmente el acceso a Internet desde los hogares (Nauta Hogar), ejecutado por Etecsa y con carácter experimental. La experiencia se extiende ahora de manera selectiva. La selección sigue un requerimiento básico: es necesario poseer una línea de telefonía fija. Según la Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI), la densidad de líneas de telefonía fija por cada 100 habitantes en 2016 era 11,8. Si Etecsa mantiene la Línea de Suscripción Digital Asimétrica (ADSL, por sus siglas en inglés) como tecnología elegida para brindar el acceso a Internet desde los hogares, se puede augurar que la mayoría no contará con el servicio, porque la ADSL utiliza el par de cobre de la línea telefónica convencional para realizar la transmisión de datos digitales. Es decir, de cada 100 cubanos, serán alrededor de 12 quienes disfruten la privacidad, la comodidad y los precios más económicos a la hora de acceder a Internet.
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POR: LIANET FLEITES
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Variaciones sobre la wifi Mima… ¿me lees? Atiende: quiero escribir sobre las cabinas para videollamadas, pero necesito que me expliques bien en qué consisten, con detalles, como si yo fuera un inversor que debe confiar en ti como emprendedora. El problema de la wifi en Cuba es que se parece a los carteles de aquella ruina frente al parque Vidal, donde ahora está el hotel. “Bar”, “Restaurante”, “Hospedaje”. ¿Te acuerdas? Allí solo había una cuartería para los damnificados que arrastraban los ciclones. Una vez vi a una pareja de turistas caer en la trampa de los cartelitos. Es decir, como si la wifi en Cuba estuviera dibujada sobre alguna valla publicitaria de cara al exterior, y se quedara en eso, en un eslogan. ¿No has sentido que Internet en Cuba tiene una categoría espacial? Digo, espacio físico, con dirección y posición. “Voy a Internet”, “la cuadra de Internet está al doblar la funeraria”. ¿O que Internet en el interior de Cuba vino a desplazar las áreas recreativas históricas? “Nos vemos a las diez en la wifi”, “cuando cierren
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76 la discoteca, seguimos a la wifi”. Mima, sí, hablar de la conectividad en Cuba es como mascar un chicle sintético, con gusto a plástico, que cede en enormes globos. Ya casi me desconecto, dime si puedes ayudarme. Ay, ya, para irme: ¿has visto cómo Internet en Cuba se ha personificado? “Nunca en mi vida he visto a la Internet esa”. *** Un parque repleto de personas pudiera ser –y es– tierra fértil para toda clase de depredación. Es verano de 2015 en Pinar del Río y el parque se llama Independencia. Es julio en Matanzas y el parque se llama La Libertad. Caen las últimas luces en Cienfuegos y el parque se llama Martí. Y en cada uno de ellos pudiera estar aconteciendo simultáneamente una misma realidad. Incluso, pudiera tratarse de un mismo paisaje para todas las plazas principales al interior de Cuba, excepto por el instante medio profético en que una mancha de pájaros negros, tarde tras tarde, cierra el cielo de un parque llamado Leoncio Vidal, donde ahora la Empresa de Telecomunicaciones de Cuba, S.A. (Etecsa) ha instalado tres antenas wifi que cubren un total de 270 usuarios. Pocos espectáculos consiguen movilizar de forma espontánea a los cubanos como lo hacen un estadio de béisbol o un carnaval. El parque Vidal, con una concentración considerable de personas, tiene una fisonomía similar a la de ambos casos. Y tiene una atmósfera hipnótica. En Santa Clara, al centro de Cuba, donde por vez primera en toda Villa Clara cualquier criatura con el dispositivo adecuado puede realizar videollamadas desde su plaza principal, una señora cincuentona desprende alaridos y besa la pantalla de un smartphone con el estupor y la furia con que no besó, acaso, durante toda su vida. Este punto de acceso wifi es el único no solo en un municipio de 245 470 habitantes, sino en toda una provincia de 787 857 personas.
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77 Es 2015. La señora cincuentona se expone sin pudores. Navegamos en bandas de 2,4 y 5 gigahertz. Hay quien llora frente al cristal líquido de un Samsung y quien detalla, a voz en cuello, los gastos del día en curso. Un parque wifi en Cuba es una zona de catarsis. Una aplicación llamada Connectify Hotspot permite a un joven conectar simultáneamente su teléfono y su laptop desde una sola cuenta Nauta. Algunas personas se desplazan, posesos, con las manos extendidas y un dispositivo en la punta de los dedos en busca de señal, que es también ir tras la salvación, aparentemente, porque la desesperación escénica es la misma. Tres adolescentes emplean el crédito de un solo usuario para navegar a la vez (se consigue a través de Bluetooth). Es 2015 en Cuba. ¡El universo nos recibe, gentil, en su regazo tecnológico! ¡Somos una nación conectada desde una plaza! Es 2015 también en el resto del planeta, por tanto, han pasado cinco años desde que estallara la Primavera Árabe, donde Internet movilizó a jóvenes en Túnez, Egipto y Libia para modificar sus gobiernos. Hace casi diez años que Wikileaks comenzara a generar trastornos de ansiedad en medio mundo. Hace cinco años que Ricky Martin reconociera a través de su página oficial en Twitter que es gay. En tanto, los medios estatales cubanos celebran el raudo crecimiento del acceso a Internet en la Isla y los índices progresivos en cuanto a uso de redes sociales. ¡Conseguimos tomar el pulso a los tiempos actuales! A mis espaldas, un muchacho necesita tenis, los reclama a través de un teléfono, deben ser blancos, exige. Alguien deja caer una granada con forma de pregunta en el auditorio: si el número ocho de su clave-nauta va en mayúsculas. ***
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Zammys Jiménez: Niña, sí, la wifi cubana da para escribir no una crónica sino algo mayor, un ensayo, una novela, una obra de teatro. ¿Has visto cómo los puntos de acceso parecen una feria? Camino por el parque Vidal en horario pico y los veo así, en apareamiento, a un lado u otro de los teléfonos. Entonces me digo que no puede ser. No me gusta ese cortejo de banco público, de contén, de acera. ¡Y es tanta la gente bajo lluvia, sol y sereno! Algo se desperdicia. ¡Se desperdicia oportunidad! Ahí fue cuando se me ocurrió lo de las cabinas, mima. Casetas del Amor, Hot Love, o Hot Spot, lo del nombre nunca lo he tenido claro, pero el negocio es redondo. Fíjate que la implementación práctica de estas cabinas arrojará ganancias hasta al Ministerio de Salud. Lo digo por nuestros médicos internacionalistas, que dejan detrás a sus parejas para cumplir el compromiso laboral. Mima, no sé si te publiquen esto, pero las cabinas poseerían interiores personalizados según el cliente. Mira:
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79 Amor a lo pink, con diseños que aluden al romance ñoño. Las dunas del desierto, con motivos egipcios. Interiores dedicados a Cristiano Ronaldo. También cabinas especiales para la familia cubana, con capacidad para seis miembros, en caso de que se necesite debatir algún asunto sensible como testamentos, compraventa de propiedades, remesas. Esta última ofrecería una decoración bien sobria, pensada para las malas noticias como defunciones o bancarrotas. Bueno, es solo un delirio. Digo, ¿cuándo se han visto cabinas para videollamadas en los parques? Niña, me desconecto, que estoy al sol y el banco es de hierro. Ojalá te sirva. *** Para Juan José Millás, “el delirio es una de las formas de la mentira con más alto porcentaje de verdad”. Pienso entonces que, mientras presenciamos la realidad –la verdad– en el bulevar de Camajuaní, por ejemplo, pudiéramos estar representando esa parte porcentual dentro de un delirio mayor. Puede que estemos, ahora, disueltos en una gran bola de delirio que alcanza una magnitud incalculable. —En la wifi no sé conectarme –dice Alejandro Batista López, escritor e investigador de 39 años, residente en Camajuaní, Villa Clara–. La conexión es muy costosa y no puedo desperdiciar saldo aprendiendo a operar un teléfono. Prefiero sentarme en las salas de navegación. A veces necesito actualizar la página web de la revista Signos, donde trabajo, y se consume buena parte del crédito cargando solamente el sitio. La lentitud nos golpea, el precio de la conexión… En mayo de 2016, Etecsa instaló una torre para la conexión wifi en el bulevar de Camajuaní con capacidad para 90 usuarios en una población de 60 079 personas. Alejandro me explica lo que es, probablemente, una queja nacional. El acceso a Internet en Cuba aún está en ese umbral de la estupefacción, cree.
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80 A pocos metros, una joven distribuye tarjetas promocionales de un sitio web. JW.org es la página oficial de la Congregación Cristiana de los Testigos de Jehová. El sitio presenta las credenciales de su Organización e invita a consultar la Biblia en línea que ofrecen a disposición de los internautas. Lo que parecería uno de los grupos religiosos más modosos actualmente en Cuba ha echado a un lado cualquier recelo respecto a la tecnología para actualizar el campo de acción de su prédica. Quise saber si conocían a alguna persona que hubiese llegado a Dios a través de la wifi, pero la joven, respetuosamente, me sugirió asistir a la reunión habitual en el Salón del Reino, solo eso. Martes, 6 de febrero de 2018. 7:00 p.m. Salón del Reino. Antes de la wifi, las reuniones eran más sencillas, explican desde esa parquedad intencional. El punto de acceso en el bulevar les ha permitido descargar contenidos multimedias hasta sus celulares a través de la aplicación JW Library. Ahora pueden transmitir para todos los hermanos los contenidos mensuales que ofrece el broadcastingdel sitio oficial, así como descargar los programas de estudio y la bibliografía. Ya no deben moverse hacia otros puntos wifi dispersos por la provincia para acopiar herramientas que enriquezcan sus reuniones. Los jóvenes Testigos, en especial, navegan por las redes sociales y contactan con hermanos residentes en distintos puntos del mundo. Desde la pantalla de su tablet, alguien me muestra este testimonio de conversión: El plano detalle proyecta la textura de una mejilla, luego los ojos, los labios, las manos. El mulato sonríe amargamente mientras evoca un pasado de excesos de la mano de Satán. Luce un elegante traje. Me sorprende su estatura. Una melodía en fade-in se apodera de todas las emociones. Satán le ofreció el trofeo de la fama, asegura el sujeto, pero ahora está a salvo porque Jehová, cual padre, lo recibió.
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81 El mulato en la pantalla derrama unas lágrimas. La muchacha a mi costado no quiere llorar, pero existen fenómenos secretomotores con los que no se puede. Hay un clima sobrecogedor. El mulato es Edgardo Franco, El General, padre del reguetón. ***
Carlos Melián: Lo que yo siento es que Internet es nada. Parecería que la gente la procura, pero Internet es un pasaje, un conducto, un avión que nunca aterriza. Teniendo la conexión, saltará nuevamente la pregunta de qué hacer para ser el más eficiente o el más ingenioso.
Lianet Fleites: No sé, Carlos. El acceso a Internet en Cuba luce como una candonga, una baratija. ¿A qué destino te conduce ese avión? A escasos destinos. No logro imaginar un escenario probable en que la conexión en Cuba sea una realidad naturalizada, tan ordinaria como ir a la bodega o freír un huevo. Tampoco se me ocurren demasiados dividendos que genere ese conducto más allá de las remesas. De todas formas intentaré escribir algo, como una especie de mosaico, un acercamiento al asunto.
Carlos Melián: ¿Y no puedes escribir sobre eso justamente? ¿Sobre lo difícil que resulta escribir acerca de algo que obsesiona a los cubanos y de lo cual pareciera que se ha dicho todo? ¿Qué cosa es Internet en realidad? Hay algo muy curioso en el uso que le dan los cubanos actualmente a Internet, y es que a muy pocos les interesa la política. Todos buscan felicidad en Facebook localizando amigos o hablando con familiares, o
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82 buscando pareja, o buscando emigrar. Etecsa conoce mucho sobre las expectativas de los cubanos. Saben adónde irá Cuba en los próximos años. Yo quisiera recibir esas trazas acerca de adónde va la gente cuando accede a su cuenta Nauta. Un amigo mío, muy inteligente, solo utiliza mucho Internet para bajar porno, y apuntarse en páginas de ligue. Está loco por irse de Cuba, pero también está loco por encontrar el amor. Todo esto redunda en que, cuando hablas del uso de Internet y la indiferencia de los usuarios ante nuestra realidad política, estás frente a una forma elitista y politizada de hablar del tema. ¿Nunca has pensado en esto, Lianet? ¿Su uso para educarnos políticamente te hace más feliz? Me gustaría saber cuál es el uso que le das tú a Internet.
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POR: GEISY GUIA
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Te quiero, mi sangre Una familia está reunida alrededor de un tablet en el Centro de Negocios de Miramar. Un matrimonio de la tercera edad, otro más joven y unos niños gemelos se turnan para ponerse frente a la webcam. Todos hablan deprisa, como si temieran que en cualquier momento se pueda cortar la llamada. —Mi hermano, vine hoy porque dentro de una semana me hago santo y sabes que después no puedo salir. Los dos pares de tenis que me mandaste me sirvieron pero los calzoncillos no, porque tienen cosas de colores. Recuerda que todo tiene que ser nuevo y blanco. —Eso lo compró mi mujer –responde un hombre al otro lado de la línea– y por mucho que le expliqué no hay manera de que entienda. Hay cosas que me cuestan trabajo todavía por el idioma. Pero no te preocupes, que yo
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85 mismo voy a salir a comprar lo que te falta. Conseguí hasta un sombrero. ¿Quién te coge a ti usando un sombrero? —Oye, gracias también por el dinero. Lo íbamos a usar para la ceremonia pero mi mujer dijo que yo no la podía tener de esclava un año entero quitando el churre de la ropa blanca y al final completamos y compramos la lavadora. ¡Ahorra para que puedas venir en las vacaciones a ver al padrino, que tú sabes que todo este trabajo [ceremonia de coronación] lo estamos haciendo por salud! Te voy a poner a los viejos. Te quiero, mi sangre. —¡Aché pa’ ti! –se oye en el tablet. —¡Aché! –responden todos. *** Una de cada tres personas en Cuba tiene un familiar en el exterior, según datos ofrecidos por Antonio Aja, director del Centro de Estudios Demográficos (CEDEM) de la Universidad de La Habana. En un artículo publicado en la revista Temas en 2017 y firmado por el propio Aja, se podía leer: “al finalizar el primer trimestre del año 2016, los estimados de cubanos residentes en el exterior por regiones –según los registros oficiales– rebasan las 2 400 000 personas”. Juan Carlos Albizu-Campos Espiñeira, doctor en Ciencias Económicas y en Demografía del CEDEM, prevé que para 2030 la pérdida neta de la población será de más de 40 000 personas anuales. *** Son más de las 3:00 p.m. y Joaquín lleva casi media hora sonriendo, sentado al sol en un pedazo de malecón que pertenece a Centro Habana. Tiene 27 años y desde hace seis meses se conecta a la wifi para hablar con su novia, que vive en Estados Unidos. Ambos estudiaron juntos, pero habían perdido el contacto. Un día, él la vio en una foto que un amigo en
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86 común compartió en Facebook y comenzaron a escribirse. Un tiempo después ella vino de visita a Cuba y en ese momento empezó el noviazgo. —Es difícil mantener una relación a distancia –dice Joaquín–. Cuando puedo le escribo un poquito por Messenger durante el día, porque sé que está trabajando y no puede hablar mucho conmigo, pero a ella siempre se le olvida que yo estoy en una wifi pública y me manda cada fotos… Incluso a mí a veces se me olvida, y uno tiene ganas de decir cosas, de ser cariñoso, y termina diciéndolas. Por eso siempre trato de conectarme bien tarde en la noche y hasta de madrugada, para no tener tanta gente alrededor y podernos hacer videollamadas. A esos momentos nocturnos en los que ambos coinciden en Internet él les llama citas. La calidad de esos encuentros ha dependido a menudo de la intensidad de la wifi. Si no es buena se distorsiona la imagen en el videochat, se escuchan mal, se desesperan y, de vez en cuando, acaban discutiendo. —Su cumpleaños fue el 25 de diciembre. Si tú me ves ese día cantándole felicidades con el parque repleto de personas… Una locura, pero ella estaba tan emocionada que a mí no me importó nada más. *** En junio de 2013, el Ministerio de Comunicaciones emitió la Resolución No. 197/2013, con la cual se aprobaba la comercialización del servicio de acceso a Internet para personas naturales. Sin embargo, no fue hasta junio de 2015 que la Empresa de Telecomunicaciones de Cuba, S.A. (Etecsa) anunció la creación de unos 35 espacios públicos de conexión inalámbrica (wifi) en todo el territorio nacional. La empresa, asimismo, informó que se rebajaba la tarifa para una hora de conexión (de 4,50 CUC a 2 CUC). Las medidas impactaron en las familias cubanas, especialmente en aquellas con familiares en el exterior, a la espera de que Internet les hiciera más fácil la comunicación. ***
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87 En la calle Línea, frente al Hospital Materno América Arias, hay un parque wifi en el que es muy difícil hacer estancia. Tiene pocos bancos y escasos árboles y está justo detrás de una parada de autobuses. Como consecuencia, casi todos los usuarios terminan recostados a la cerca del hospital. Decenas de mujeres entran y salen con rostros felices o preocupados. Algunas ríen mientras hablan por teléfono y otras, en cambio, lloran desconsoladamente. Hay asimismo semblantes inexpresivos, como los de dos mujeres que están detenidas en medio del parque. —¿Qué quieres hacer? –pregunta una a la otra. —No lo sé. Creo que me voy a conectar ahora al WhatsApp para decirle que estoy embarazada. *** En 2017, el Centro de Investigaciones Psicológicas y Sociológicas (CIPS) desarrolló el estudio “Familias en situaciones de vulnerabilidad social”. Según Milagros Samón, investigadora titular del CIPS, una de las figuras más reiteradas en el escenario doméstico cubano es la familia en situación de transnacionalidad. —Nos tropezamos mucho con familias ensambladas, en las que se desdibuja el concepto de núcleo tradicional y uno de los miembros de la familia ha emigrado ya no por cuestiones políticas sino por razones de bienestar social. Casi siempre, ese miembro que aporta dinero a la economía doméstica u otros bienes sigue siendo cabeza de familia aunque esté en el exterior y toma decisiones con respecto al presente y al futuro de la familia. Las zonas wifi acortan la distancia, y esos procesos se hacen más naturales. A eso nos referimos cuando hablamos de transnacionalidad. ***
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En el parque wifi del Mónaco, en el municipio Diez de Octubre, una madre se esfuerza por colocarle unos audífonos a su hija sin embarrarse la blusa con el barquillo de helado que la niña, en uniforme de primaria, sostiene fuertemente. La hija quiere sentarse en el único asiento que queda disponible, la raíz de un árbol, y se enreda con el cable y la pañoleta azul mientras saluda con cadencia argentina a un hombre en la laptop. Parece que tiene los audífonos mal colocados, porque grita las respuestas y cuando se supone que debe guardar silencio para escuchar a la persona en la pantalla, interrumpe diciendo: —Repetí esa parte desde el principio. La madre se da cuenta, le dice algo con acento cubano, le arregla los audífonos y entonces se puede oír a la niña respondiendo y otras veces preguntando. —Sí, este helado es muy raro pero está delicioso. No sé cuál es el sabor.
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89 —No, mi mamá ya no me compra cereales de fruta y aquí la leche no viene en pomos de cristal como allá. —En el colegio siempre nos dan arroz y frijoles. —¿Por qué tuviste que quedarte con Marcos y no conmigo? Él es el grande y yo soy la pequeña. —Mi mamá me ha dicho que no te eche más la bronca. —No, ya me traje todos mis peluches. Tráeme una torta grande de chocolate, nata y fresas. —Repetí. —¡Ah, yo también lo extraño a vos muchísimo! *** En la tesis de licenciatura “Buscando señal” (2016), de la Universidad de La Habana, la periodista Silvia Oramas Pérez analizó los usos sociales de la red WIFI_ETECSA que realizan algunos usuarios del municipio La Lisa. En su opinión, “las zonas wifi se consolidan como espacios para el entretenimiento, la creación y mantenimiento de redes de relaciones dentro y fuera del espacio virtual, la socialización de habilidades tecnológicas y comunicativas, así como para el acceso a la información y al conocimiento”. *** Dos estudiantes de Secundaria Básica caminan alejándose del parque wifi del Hotel Colina. Uno le pregunta al otro: —¿Qué te dijo tu mamá? —Me castigó. No puedo ir a la fiesta el sábado.
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90 —¿Pero cómo tu mamá, que está afuera, te va a castigar? —Mijo, porque ella desde allá controla todo. —¿Y fuiste tú quien le dijo que desaprobaste? —Ni falta que hizo, si ella hace que mi hermana le mande las notas de todas mis pruebas. —Pero, ¿cómo van a saber en tu casa que te castigaron? —Por la noche viene mi tía, se conecta, entonces mi mamá le dice y si se enteran de que yo me quedé callado capaz de que me quiten la X-Box. Me tienen amenazado con el teléfono y los juegos. *** En la tesis de licenciatura “Maternidad Transnacional. La reconfiguración de la parentalidad en familias cubanas fragmentadas”, la socióloga Déborah Betancourt ahonda en un fenómeno complejo que se está gestando en torno a la familia en Cuba: los efectos de la emigración de la figura materna. Según lo define Betancourt, esta situación plantea “una nueva forma de entender los roles maternos desde las migraciones, conocida como maternidad transnacional, la cual permite llevar a cabo el cuidado y educación de los hijos, en base a circuitos de comunicación, afecto y soporte financiero que transcienden las fronteras nacionales”. *** Un señor de unos cincuenta años escucha de mala gana las instrucciones para usar IMO que le dan sus dos hijos en el parque del Mónaco. No te pongas a contraluz. Levanta el brazo. Pégate el micrófono a la boca. No hables tan rápido.
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91 Pon la cámara apuntando a tu cara. Parece irritado porque ha traído un teléfono pequeño y tiene que acercar el rostro al móvil. Sus padres, según puede intuirse por la conversación, emigraron recientemente a Canadá, donde vive otra hija. —¿Están pasando frío? No vayan a salir a caminar en la nieve aunque se vea muy bonita. Tengo miedo de que alguno de los dos resbale. Cuidado también con la comida nueva. Pregunten primero qué alimentos suben la presión. Y hablen con los vecinos. Aunque sea machacando el inglés pídanles prestada una latica de azúcar si hace falta. Díganle a mi hermana que averigüe, seguro debe haber algún Círculo de Abuelos en Montreal. A lo mejor tiene otro nombre, pero he visto que en las películas salen jugando Bingo. *** En el año 2015, más de 150 000 personas accedían a Internet en la Isla como promedio diario. Según datos ofrecidos por la revista Cubahora, durante 2016 esta cifra aumentó a 250 000 y para 2017 se contabilizaban en más de 410 000 las conexiones diarias. Directivos de Etecsa declararon que en el pasado año un total de 4 500 000 líneas móviles habían sido activadas en el país. *** Después de las 11:00 p.m., en el parque wifi Kcho-Romerillo no hay muchas escenas del tipo: “Y ahora, ¿ya me ves?”. Para poder hacer videochat con la aplicación IMO se necesita buena iluminación y en este sitio no la hay. Solo queda un grupo de estudiantes del Instituto Superior de Arte que comparten una laptop y miran un concierto de jazz en YouTube. Un poco más lejos, otro miembro del mismo grupo realiza una llamada de voz. De vez en cuando, los primeros bromean a distancia con el segundo. —Los que están gritando son la gente de la beca. Te mandan saludos – explica el muchacho al teléfono–. No quiero hablar sobre el correo que
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92 me enviaste. Vine a conectarme porque tenía ganas de hablar contigo pero no podemos discutir todos los días el mismo tema. Si no te hubieses quedado en esa gira ya nos hubiésemos casado y ahora todo sería más fácil. Te dije que esperaras el viaje a Canadá pero tú te desesperaste. Los silencios son largos y los amigos del joven aprovechan para hacerle señas y pedirle que se calme. —Mi amor, yo no puedo dejar todo ahora e irme para allá. Para la graduación todavía falta un poco. Ten paciencia –dice el muchacho, ahora en un tono conciliador–. ¿Tienes sueño? Siempre se me olvida que allá es de madrugada. ¿Escuchaste ya la canción que te envié? Yo mismo escribí la letra… Bueno, te voy a cantar un pedacito nada más. El grupo de amigos, al ver la improvisada serenata, comienza a reírse. —No puedo cantar más alto. Todos me están mirando. *** Varios especialistas del área de la sociología y la psicología en la Isla destacan que los cubanos tienen un concepto amplio de familia y de las personas que la componen, expresado a través de la consanguinidad, la convivencia y la afectividad. Por tanto, es común ver que los amigos, las parejas, los compañeros de trabajo y de creencias religiosas también engrosen el universo familiar en Cuba. Si uno de los miembros emigra pero mantiene una comunicación constante con los que se quedan y estimula el desarrollo de estrategias familiares a distancia, se puede hablar del hogar “glocal”, término usado por investigadores del CIPS para referirse a familias que están en situación de transnacionalidad. ***
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93 Una señora de unos cuarenta años está conectada a la wifi del Malecón desde el balcón de su casa. La calidad de la señal no es muy buena. Lleva un rato intentando entrar a la casa sin que se le “congele la imagen”, porque quiere mostrarles algo a los miembros de su familia. Alguien le pide que haga un video, que no se apure, pero ella dice que no sabe cómo enviarlo. Después de varias pruebas, la conexión mejora y se le oye exclamar desde la sala: —¡Aquí están! ¡Estos son los muebles que compré Ya tengo el cemento. En estos días voy a empezar a hacer el baño para poder alquilar. Ustedes son lo máximo. *** Consuelo Martín Fernández, doctora en Ciencias Psicológicas, considera que las familias transnacionales deben reconstruir deliberadamente sus nociones de familia, sus vínculos emocionales y económicos, debido a la distancia y a los encuentros físicos esporádicos. En su opinión, este tipo de familia “forja lazos afectivos de manera permanente a través de múltiples vías de contacto simbólico y real (remesas, regalos, cartas, llamadas telefónicas, videos, correo electrónico, visitas, celebración de sus tradiciones y costumbres)”. *** Debajo de la única farola que funciona en el parque está Rosa. Llovizna, pero en la glorieta hay muchas personas y hablan unos encima de otros. Tiene 56 años, cuatro nietos, una hija en Miami que viaja a Cuba con frecuencia y un hijo en Texas al que no abraza desde 2012. Tras la inauguración de la wifi en Jaimanitas, se conecta casi todas las noches unos 30 minutos para hablar con ellos. —Llamar a mi familia es lo que me mantiene saludable –dice Rosa–. Para mí, tenerlos a todos lejos es muy difícil. Cuando en Cuba no había wifi yo solo podía hablar con ellos en los cumpleaños o en fines de años. Me
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94 perdí tantas cosas. Hasta que la hora de conexión no bajó de 4,50 CUC a 2 CUC yo no podía siquiera soñar con comunicarme. A mi hijo lo veía en fotos o en videos que mi hija me traía cuando venía de viaje. Rosa recuerda que la primera vez que ella logró hacer una videollamada a través de la aplicación de IMO y ver a su hijo en tiempo real estuvieron como tres horas hablando sin parar hasta que el teléfono se le quedó sin batería. —Yo le decía: “Déjame verte. Enséñame tu casa, el cuarto de los niños, la cocina, el baño, la comida que tienes en el refrigerador”. Quería absorberlo todo como si yo estuviera ahí con él. Me reía cantidad para no llorar. Estaba feliz pero solo podía pensar en el tiempo que faltaba para que él pudiera entrar de nuevo a Cuba, porque se fue ilegalmente. Cuando aquello yo iba en bicicleta desde Jaimanitas hasta La Lisa para conectarme y todo el viaje de vuelta lo hice llorando. *** En enero de 2016 se reportaban unos 65 puntos wifi en el país. En 2017, la cifra ascendió a 328 y se redujo el precio de la hora de navegación en Internet (de 2 CUC a 1 CUC). En lo que va de 2018, ya suman 635 los espacios públicos de conexión inalámbrica y se espera que en este año se comercialice el servicio de Internet para móviles, según afirmó a la prensa Mayra Arevich, presidenta de Etecsa. *** Son las 7:00 p.m. en la zona wifi de Flores, en Playa. Una mujer está hablando por teléfono. Las palabras rifle,muertos, escuela y allá se repiten una y otra vez. Tres veces le da la vuelta al parque, desesperada. Llora, pide que le expliquen, que le vuelvan a explicar: —¿Dónde estabas tú? ¿Conoces a algunos de los muchachos que murieron? ¿Y qué están diciendo los medios? No, no he visto lo que dijo el imbécil ese de Trump, acabo de enterarme. ¿Cómo es que alguien de
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95 tu edad consigue un rifle de ese tipo? ¿Es como una ametralladora? ¿En tu escuela hay detectores de armas? Por favor, dime que no vas a ir a la escuela esta semana. Te voy a llamar todos los días. Ponme a tu papá, por favor. Este fragmento de diálogo no es lineal. Hubo gritos y un poco de llanto en medio de varias frases, muchos regaños y sobre todo impotencia. Cuando colgó le temblaban las manos. Su hijo tiene 17 años y vive en el condado de Broward, en la Florida, el sitio donde este 14 de febrero hubo una masacre que dejó 17 muertos. Blanche Ely High School suena diferente a Marjory Stoneman Douglas High School, escuela donde ocurrió la matanza, pero a ella esos nombres le parecieron iguales cuando escuchó la noticia en el canal Telesur.
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POR: JULIO BATISTA
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Nauta Hogar: nueva herramienta para emprendedores cubanos Antes de Nauta Hogar hubo cuentas Enet, parques wifi y conexión desde hoteles. Hubo, también, muchas soluciones alternativas: estaciones Nano para trabajar desde casa, redes clandestinas (SNET) y tráfico de paquetes off-line de información. En un país con el segundo peor índice de acceso a las tecnologías de la comunicación de América, solo por delante de Haití, no podía ser de otra manera. Después de Nauta Hogar hay un poco menos de todo eso. Pero no han desaparecido ni las cuentas Enet, ni los parques wifi, ni los Nanos, ni la conexión desde hoteles, ni la SNET, ni los bancos de datos off-line. Ni Cuba ha mejorado mucho su posición dentro del continente.
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98 En medio de este contexto, los negocios particulares han tenido que sobrevivir. *** Cuando en 2010 se otorgaron licencias a emprendimientos privados relacionados con la tecnología, Cuba apenas exhibía una penetración de Internet del 18 % y las posibilidades de acceso se concentraban, fundamentalmente, en el sector del turismo, en centros de estudio e investigación, y en empresas y organismos estatales. Seis años después, el número de licencias de ese tipo casi se había triplicado y Cuba ya vivía la fiebre de los puntos de acceso wifi ubicados en espacios públicos. Entonces, las cifras oficiales reportaban un 40 % de penetración de Internet en la Isla, al contabilizar, según el Anuario Estadístico de Cuba 2016 (2017), 4 529 000 usuarios de la red. Trabajar temas de tecnología sin acceder expeditamente a Internet fue un reto con el que convivieron los emprendedores cubanos por varios años. Una situación que trajo consigo la búsqueda de soluciones que estuviesen a la mano y mitigaran los problemas de conexión. Alberto Castro, al frente del taller Celulares 411 en la calle Obispo, recuerda su rutina de trabajo en aquel momento: “Cuando necesitaba una información muy específica que definía una reparación, tenía que ir a un hotel, moverme con la laptop. Además, tienes que consumir algo en estos sitios porque no puedes convertir un hotel en tu centro de trabajo. Por no hablar del tiempo. Muchas veces un trabajo que podía tomar apenas 20 minutos se transformaba en uno que duraba hora y media, o dos horas. A eso súmale la velocidad de conexión, o que estuviese lloviendo”. La de Alberto fue una de las soluciones más empleadas por quienes apostaron por la tecnología y la informática como negocio en Cuba. Sin embargo, en el taller Avansys, dedicado a la reparación de laptops, la idea más sensata era comprar grandes paquetes de softwares para ofrecer las
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Alberto Castro, propietario del taller Celulares 411, en la calle Obispo (Foto: Julio Batista)
reparaciones informáticas. Y en MovilServer alternaban esa modalidad con la descarga de datos a través de terceros que tuvieran una mejor velocidad de conexión, muchas veces desde instituciones estatales. La primera experiencia para conectar las casas cubanas a Internet, sin que mediaran consideraciones profesionales o políticas, se realizó entre el 19 de diciembre de 2016 y el 28 de febrero de 2017. Eran los inicios de Nauta Hogar. A este proceso se le denominó Prueba Piloto y consistía en la instalación del servicio ADSL –entonces libre de costo– en 2 000 hogares de la Habana Vieja por dos meses. En octubre de 2017 sabríamos finalmente que en esa fase apenas se instalaron 868 cuentas, según confirmó a la prensa cubana Amarelys Rodríguez Sánchez, jefa del proyecto. Ese mismo mes, Etecsa comunicó que, a partir del 29 de septiembre, el servicio se extendería por todo el país, y que se ofrecería su contratación en 70 consejos populares repartidos entre las provincias de Pinar del Río (8), La Habana (14), Villa Clara (16), Ciego de Ávila (6), Las Tunas (2), Holguín (11), Granma (5) y Guantánamo (8).
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100 Con el plan inicial, la única empresa de telecomunicaciones que opera en Cuba quería poner en funcionamiento un máximo de 38 000 cuentas, lo que representa, de acuerdo con las cifras publicadas por el Anuario Estadístico de Cuba 2016 (2017), menos del 4 % de los potenciales clientes con servicio de telefonía fija en el sector residencial. Ese mismo año, Cuba se ubicó en el puesto 166 del ranking mundial de acceso a Internet, publicado por la Unión Internacional de Telecomunicaciones (ITU). En la Isla, apenas el 7,5 % de los hogares contaba con acceso a la web, en una región donde el promedio es del 44,62 %. Para finales de 2017 e inicios de 2018, la prensa cubana anunciaba el inicio de la contratación en otras provincias no incluidas en el primer lote, como Matanzas, Cienfuegos y Santiago de Cuba. La expansión de Nauta Hogar estaba en marcha. La ubicación de los talleres Celulares 411, Avansys y MovilServer en La Habana Vieja –epicentro del Proyecto Piloto y uno de los sitios donde se inició la comercialización de Nauta Hogar– supuso una ventaja para estos locales y permitió a sus propietarios un acceso casi inmediato a la oferta de Etecsa. Tanto Alberto como Héctor Venegas (Avansys) y Jorge Fernández (MovilServer) coinciden en que una parte significativa del beneficio que reporta Nauta Hogar a sus negocios es la posibilidad de trabajar sin tener que ir constantemente a otro sitio para descargar información. “Con el servicio que contratamos ha subido mucho la velocidad con respecto a las wifis que hay en los parques”, explica Alberto. En Celulares 411 se paga la oferta más cara que ofrece Etecsa: 70 CUC por una velocidad de navegación de 4 Mbit/s y subida de 512 kb/s. “Nos simplifica mucho el trabajo. Y como tenemos el triple de la velocidad que teníamos antes, podemos utilizarla tres personas haciendo el mismo trabajo y eso te permite optimizar tiempo, multiplicando tu potencial y elevando las posibilidades de encontrar rápidamente la solución”, comenta.
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Héctor Venegas, técnico medio en Informática y miembro del equipo de Avansys (Foto: Julio Batista)
Héctor Venegas y Jorge Fernández, quienes en sus talleres contrataron el paquete de 15 CUC, aseguran que la llegada de Nauta Hogar les ha facilitado el acceso a la información para hallar soluciones, aunque no han abandonado las viejas prácticas. “En Avansys lo empleamos para descargar algún driver esencial que no tenemos en nuestro poder, o alguna actualización de softwares, aunque sobre todo para obtener información sobre reparaciones complejas o de equipos que no sean muy comunes”, explica Héctor, pero confirma que todavía mantienen la compra de paquetes de softwares. A eso se suma que Avansys se promociona en Revolico, la red de anuncios clasificados más grande dedicada al comercio de productos y servicios dentro de Cuba. Y en posicionarse allí también se invierte tiempo de conexión. Mientras, en MovilServer, Jorge ha conseguido acelerar los tiempos en las reparaciones para ofrecer mayor inmediatez a los clientes. Además,
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102 resulta mucho más simple la descarga de drivers, aplicaciones y sus bases de datos y firmwares para teléfonos móviles. Pero, con una velocidad de navegación de 1Mbit/s, cuando es necesario descargar firmwares muy pesados deben conectarse en otros sitios para tener mejor velocidad. Hasta el momento, en ninguno de los tres talleres la presencia de Nauta Hogar ha supuesto una diversificación de los servicios que se brindaban. En todo caso, les ha permitido explotar al máximo sus potencialidades para la solución de problemas que antes escapaban de sus manos. “Para nosotros es una gran enciclopedia, y si tienes una buena velocidad tienes la oportunidad de llegar a la respuesta que necesitas mucho más rápido”, asegura Alberto. Los entrevistados reconocen no haberse detenido mucho en las limitaciones o prohibiciones del uso de Nauta Hogar cuando firmaron el contrato de ese servicio. En los incisos 1 y 6 del segundo capítulo del contrato establecido entre Etecsa y sus clientes, se recogen las principales limitaciones que concibe la empresa para el uso de Nauta Hogar, relacionadas con la reventa del servicio de Internet; atentar contra la seguridad nacional del país u otros Estados, contra los derechos de la propiedad intelectual o industrial, la protección de la privacidad de los datos personales o sociales; y violar las normas sobre la difamación y obscenidad, entre otras. Fuera de esas restricciones, la empresa no pone otras. Puede usted, como usuario de Nauta Hogar, acceder a páginas web dentro y fuera del país, excepto a las bloqueadas por razones políticas como los medios CiberCuba, 14yMedio, Café Fuerte o Diario de Cuba. Puede usted compartir el servicio con quien quiera, siempre que no cobre por ello. Puede, como hacen Alberto, Héctor y Jorge, poner este servicio a disposición de su negocio. ***
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Prohibiciones establecidas al CLIENTE del servicio Nauta Hogar, recogidas en los incisos 1 y 6 del Capítulo 2 del contrato.
Aunque todos los entrevistados coinciden en que Nauta Hogar puede mejorar, teniendo en cuenta las necesidades de clientes como ellos, todos también admiten que los beneficios son innegables. Alberto, incluso pagando la tarifa más alta, asegura que “vale la pena contratarlo. Realmente cuando tienes que emplear ese dinero en ir a conectarte a otro sitio, estarías pagando lo mismo por menos velocidad y menos comodidad. Cuando sacas la cuenta con los precios estándares, 30 horas serían 30 CUC en una wifi; los otros 40 que pagamos aquí los veo como la comodidad de trabajar desde el taller con una buena conexión. Además, tengo la ventaja de que una vez que se me acaban las 30 horas, durante el resto del tiempo que compre, disfrutaré de la misma velocidad que contraté”. En MovilServer, Jorge reconoce el beneficio, sobre todo para agilizar las soluciones. “Lo que pasa es que no nos daría resultado pagar más por el mismo tiempo, aunque aumente la velocidad de conexión”. Como la lógica indica, cada uno de los talleres contrata el servicio que puede pagar acorde con sus necesidades y posibilidades.
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104 Si hablamos de insatisfacciones, la respuesta es unánime: el tiempo. Más allá de la velocidad de navegación, el principal reclamo de los usuarios apunta a que las 30 horas mensuales no bastan para negocios como los suyos, que precisan búsqueda de información y descarga de archivos casi constantemente. “Yo puedo ajustarme a la velocidad y acomodar los tiempos de descarga. Pero lo que más me golpea es el tiempo, que nunca me alcanza”, comenta Jorge, quien trata de “estirar” sus 30 horas hasta mediados de mes. De ahí en adelante, debe recargar su cuenta Nauta. Incluso para Alberto, con una mejor velocidad, “sería muy bueno tener un precio fijo y poder despreocuparte por el reloj. Tener Internet full time sería lo mejor para un taller como el nuestro”. Se trata de una aspiración cuyo planteamiento es simple: una estructura de pago basada en la velocidad de conexión y no en el tiempo de la misma. Por supuesto, hay una porción de las 30 horas que se destina al esparcimiento y a otras tareas que nada tienen que ver con la reparación de celulares y laptops. En Avansys, por ejemplo, Héctor se mantiene actualizado en temas musicales y videoclips, mientras que en MovilServer la familia del propietario utiliza la conexión para revisar su emails y perfiles de Facebook. Sin embargo, todos aseguran que el tiempo inicial seguiría siendo insuficiente aunque lo emplearan solo para trabajar. A pesar de sus beneficios, lo cierto es que Nauta Hogar aún dista mucho de ser la iniciativa que por fin conecte a la sociedad cubana y satisfaga, a la vez, las necesidades de pequeños negocios como los de Alberto, Héctor y Jorge.
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POR: JESÚS J. CURBELO
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El color verde en la palabra Sígueme La última vez que se vieron las caras, Jorgito regresaba a las siete de la mañana de la guardia en el hospital y Homero iba saliendo. Había pasado la noche despierto, hablando con La Rikiti Gbcoa, y ahora tenía que ir a trabajar. Se vieron en el pasillo. Homero bajó las escaleras. Jorgito abrió la puerta de la casa maquinalmente, encendió la PC, dejó la bata de médico en la cama y se sirvió un vaso grande con café, a tope; abrió el Mozilla, accedió a un directorio llamado Scope, pinchó REDES SOCIALES, y se alegró de que estuviera verde el icono con la palabra Sígueme: el servicio estaba habilitado. Usuario: Jorge. Contraseña: ******. Llevaba poco más de 12 horas sin conectarse y tenía 6 mensajes, 49 notificaciones, 2 solicitudes de amistad.
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107 En Facebook, a veces tenía un nuevo mensaje (Paola Delgado se ha unido a Messenger), una notificación (Paola Delgado ha añadido una foto), nada trascendente. Tampoco es que se hubiera esforzado por empezar a ser alguien en Facebook, por que sus fotos rompiesen la barrera de los cien likesy su página dijera orgullosamente que 320 personas le seguían. Para eso, tendría que conectarse por lo menos dos horas al día en la wifi del parque, y eso, ya sabemos, le costaría 1 CUC la hora. En Sígueme, sin embargo, se había armado un perfil admirable en menos de un mes y, aunque ya no podía conectarse con usuarios de toda la ciudad, tenía 143 seguidores, más o menos 60 likes por publicación, un par de amigos nuevos, y todo a cambio del costo de un NanoStation que le permite conectarse a SNET y del aporte que le corresponde pagar como usuario de esta red pública: 1 CUC mensual. ***
Captura de pantalla de Sígueme
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108 El comienzo de SNET es sencillo: muchachos de 20 años como promedio, fanáticos de los videojuegos de estrategia de acción en tiempo real, aburridos de unirse todas las noches en la casa de alguien, de pasar cables y cables por el suelo entre una máquina y otra; aburridos, sobre todo, de cargar con las máquinas, empezaron a pasar cables de red entre una casa y otra, por el espacio entre los edificios, por los postes. Empezaron, también, a conectarse por wifi, y pasaron de diez a cientos, a casi todas las PC del barrio. Fue un proceso sincrónico: en La Lisa, Playa, Vedado, Cerro, Centro Habana… Luego, con la ciudad interconectada, la red fue organizada de manera piramidal: Subnodo (base: pequeño grupo de usuarios conectados por cables o por Nanos), Nodo (conjunto de subnodos con un jefe común) y Pilar (cúspide: conjunto de nodos agrupados, generalmente, por cercanía geográfica, que cuenta con un grupo de administración general). En 2013, mientras los usuarios dejaban ir los días cacharreando el recién nacido y popular Dota 2, el Pilar Habana–Este (H.E.), que había sido el último en conectarse, liberó Tribu, una copia primitiva de Facebook que comenzó a expandirse dentro de SNET y que no pretendía ser una red social, sino ser la red social. Alejandro Pérez, un usuario de Cojímar, la había montado sobre una extensión de Joomla (Joomla Social), un sistema de gestión de contenidos que agiliza el desarrollo de sitios web; la había propuesto a los administradores de H.E. (dijo que había intereses en la red que iban más allá del juego; que los foros –Wifinet y Partagás– eran demasiado estáticos; que hacía falta otro tipo de interacción), y había asumido, él mismo, el manejo de Tribu. Sin embargo, la masividad la llevó al colapso: lentitud en la respuesta del servicio, demasiado consumo de recursos, inestabilidad, errores constantes. Cancaneó online hasta 2014. Feneció. Se perdió la base de datos. Luego Alejandro se fue del país y dejó aquellos flecos de red social en manos de los administradores, que asumieron los reclamos de más de 1 000 usuarios y que, además, prometieron una nueva.
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109 Buscaron un servidor poderoso: Dual Xeon, con 48 gigabytes de RAM. Le llamaron La Montaña. Buscaron una plataforma: Oxwall, un software para crear redes sociales que se autodescribe como flexible y fácil de usar. Una herramienta básica. Después de dos semanas de diseño y programación (de madrugada siempre, o en tiempo libre, porque cada uno tenía un trabajo estable, una familia, responsabilidades, y ninguno iba a ganar con esto más que el placer de hacer algo que beneficiara a otros), el 6 de agosto de 2014, Mystic, de Diez de Octubre, y IanPedro & javier_531, de Cojímar, tuvieron lista Sígueme: violeta y verde; ideal para grupos, eventos, enlaces, encuestas; con una máxima: “[Este es] un espacio de interacción social donde puedes conocer nuevos amigos, seguirlos, y compartir junto a ellos tus experiencias”; con un logotipo: un globo de viñeta que enlaza la S (una flecha en la punta de la S) con la G. Activaron funcionalidades que no había en Tribu: opciones para aumentar la privacidad sobre el contenido compartido, chat, etiquetas múltiples en las publicaciones. Establecieron reglas: no publicar imágenes con contenido sexual explícito, nudismos, o provenientes de sitios pornográficos; no molestar (trolear) a otros usuarios; no fomentar vicios o dependencias… En pocos meses, Sígueme superó los 10 000 usuarios. Sirvió de impulso para nuevas redes sociales que permanecen activas en SNET (Súmate, Social Habana, SocialNet, Top Havana) y para otras que tuvieron su boomy, a la larga, colapsaron (MediaNaranja, ILike…). El 2 de febrero de 2016, con 20 000 perfiles registrados en toda la ciudad, una capacidad en el servidor de hasta 200 usuarios concurrentes (a la par) y cientos de gigabytes compilados en fotos e interacciones, una avería grave en La Montaña sacó a Sígueme de circulación. ***
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110 Lo que separa la casa de Jorge de la de Homero es una pared mínima, que ahora tiene un agujero en medio por donde pasa el cable del NanoStation: un artefacto que compraron entre los dos, a través de una página de anuncios clasificados, por 180 CUC, y que ahora cuelga de un clavo en la pared mientras se conecta por wifi con otro que se conecta a otro, a otro, a otro, hasta conformar la red. Homero, que antes de tener el Nano se conectaba a IMO casi todas las noches desde el parque, y hablaba con los tres o cuatro socios que tiene en Miami, ya ni baja al parque, ni va a casa de Jorge a buscar café. Sale por la mañana, llega al trabajo, hace lo suyo, vuelve, se conecta, duerme (poco y a veces), sale por la mañana… *** En diciembre de 2017, hastiados ya de buscar la manera de rearmar La Montaña, Mystic y IanPedro & javier_531 dieron por fin, en gran medida gracias al aporte mensual de los usuarios, con un servidor nuevo, Dual Xeon, pero menos potente, con solo ocho gigabytes de RAM. Le llamaron El Perro. Además, mejoraron el diseño. Hicieron una página completamente azul y un logo nuevo: dos huellas de pies, una junto a otra. Corrigieron errores de programación y relanzaron Sígueme, ahora con un equipo permanente de moderadores, activos diariamente, entre las ocho y las diez de la noche, con dos misiones: atender reclamos y velar por el cumplimiento estricto de los términos de comportamiento: no plagiar avatares ni firmas de los usuarios, no difamar ni mantener actitudes irrespetuosas hacia personalidades públicas o miembros de la comunidad, no publicar datos personales de otros usuarios sin sus consentimientos… No hay promoción de negocios. No hay propaganda. Lo más parecido a un evento que se hace notar en Sígueme son encuentros que a veces organizan los usuarios, y que incluyen a los moderadores, en el maleconcito de Cojímar.
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Ante el incumplimiento, las medidas oscilan entre una advertencia y la desconexión de SNET por un rango de seis meses o definitivamente. Sin embargo, a esta evolución de Sígueme, por divergencias dentro de SNET, solo pueden acceder los usuarios de Habana del Este y Guanabacoa (Pilar Habana–Este), Nuevo Vedado y parte de Diez de Octubre y Cerro (Pilar Wifinet), Vedado (Pilar Imperivm) y parte de Playa y de Marianao (Pilar R.O.G.). A las seis de la tarde del 10 de abril de 2018, desde el perfil de Jorge, había en Sígueme más de 50 páginas creadas y administradas por usuarios: Game of Thrones (453 likes), Serás tú el amor de mi vida (292 likes), Republic of Gamers (253 likes)… Había 190 grupos: Fashion Fiesta Locura (388 miembros), Fans del Barcelona (335 miembros), Super Chiks (259 miembros), #AldeaReal (211 miembros), Mayco D’Alma (184 miembros)… También, un Grupo de Soporte Técnico que conecta a los usuarios comunes con los moderadores. Desde el 1ro. de enero hasta el 10 de abril, había 98 934 visitas registradas
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112 (516 de ellas, el mismo día 10). Había 4 404 perfiles. Y hojarasca: Yoandry ha compartido la publicación de Kira: “Gracias a todas aquellas personas que han aceptado mi solicitud de amistad, muchas cosas buenas para todos, los quiero amigos”; galerías de fotos de gente en el zoológico, o de tenis, o muchachitas de 14 años en fiestas de la espuma o en la playa, con tangas y de espaldas a la cámara para enseñar la punta soleada de las nalgas; o posts bastante nobles con erratas: “A ese viejo hombre del cual te reíste por tener cicatrizes espantosas, pelio en la guerra por tu país. Publicalo en tu muro si estás en contra del Bullying”. *** La última vez que se vieron las caras, Jorgito regresaba a las siete de la mañana de la guardia en el hospital y Homero iba saliendo. Al principio, cuando no había SNET, uno iba con frecuencia a la casa del otro, o bajaban por las noches a fumar a los bancos, frente a la escalera del edificio. Ahora, la próxima vez que conversen, cuando el icono verde con la palabra Sígueme esté rojo, porque el servicio está inhabilitado, probablemente se deba a un desperfecto en el servidor.
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POR: CARLOS MELIÁN
Se venden héroes a 10 pesos Norges, de 23 años, es negro, tiene la frente pronunciada, los dientes salidos, los brazos algo largos y flácidos. José Daniel, de 14, trigueño, un niño guapo, con smartphone y línea prepaga con saldo, observa a Norges jugar World of Warcraft (WoW) con las manos apoyadas en sus rodillas. Es de noche ya, y afuera el Parque de Diversiones 26 de julio (PD26J) está vacío. Un coche ferroviario del Servicio Especial Santiago-Habana, montado sobre un corto tramo de línea férrea, es el único local con las luces encendidas. Dentro, media docena de jugadores se afana entre una nube de trompadas, interjecciones en inglés y chorros de rayos eléctricos. Norges mata criaturas semejantes a jirafas con el mismo ensañamiento
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115 con que deshace una a una las opiniones de José Daniel. José Daniel sostiene con desdén que WoW es un juego innecesariamente infinito, con gráficos primitivos, mientras que Dota ofrece un objetivo exacto con mejores gráficos: dos equipos de 5 jugadores cada uno, buscando destruir el Ascient del contrario. José Daniel nunca alza la voz y ejerce un control sexy sobre la situación. Norges insulta, gesticula, lo acusa de “hablar sin saber”, porque no conoce WoW en profundidad, porque incluso Stalker –seudónimo de uno de los mejores jugadores de Dota de Santiago– afirma con cierta tristeza que WoW es un juego superior. Superior a Dota. Norges estudia Economía en la Universidad de Oriente y es el jugador más longevo e instruido entre los que frecuentan el lugar: puede leer los textos del juego en inglés, se interesa por seguir los contenidos promocionales de Dota y WoW que circulan entre la comunidad de jugadores. Dice que cualquiera juega WoW y avanza, pero cualquiera no es bueno en Dota, porque es un juego repetitivo que se basa en pulir cada vez más las habilidades combativas y estratégicas. Y eso, precisamente eso, es lo que lo empobrece. Norges termina de matar jirafas, su Dark Knight junta las manos, crea una bola luminosa y hace aparecer una alfombra sobre la cual vuela entre pinos, colinas verdes con cascadas y animales mansos o feroces. Se trata de una alfombra que confeccionó juntando tejidos de diferentes arañas que mató, mezclados con minerales específicos por los que combatió en túneles de mineros y vigilantes hostiles. Por elementos como este –sudarla para construir una alfombra que servirá de medio de transporte sobre lejanos parajes–, acota Norges, WoW es mejor que Dota. José Daniel lo escucha con la sonrisa de la Mona Lisa. En Dota no hay paseos inútiles, no hay paisajes, ni ríos para nadar. No hay sapos, ni alces mansos que mueren de un solo flechazo, solo equipos luchando contra sus contrarios en un cuadrado con árboles y torres que no excede los 500 metros de un extremo al otro.
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116 José Daniel deja de discutir con Norges, ha estado toda la tarde observando a los jugadores del vagón ferroviario. Él también venía a jugar antes, cuando no tenía computadora propia ni red de juego a la cual conectarse. Ahora parece aquel que regresa a su pueblo natal desde un país brutal, rápido y tecnológico, y siente que sus amigos de la infancia se quedaron habitando en la ingenuidad y la redundancia.
Joven Club de Computación y Electrónica en Santiago de Cuba (Foto: Carlos Melián)
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117 Con esa indulgencia observa a Norges volar en su lerda alfombra mágica. *** Víctor y Raudelis, de 15 y 16 respectivamente, son al coche ferroviario del PD26J lo que la luna y el sol a los seres humanos. Todos los días abren y cierran el local y solo salen de él para hacer un número uno o un número dos entre la maleza. Parecen primos, y aunque no son familia algo los une en una solidaridad muda. Nunca se insultan ni se alzan la voz y de insultarse no pasan de llamarse “tiesos”, que en su argot significa andar sin armadura, ser jugadores inútiles y vulnerables. Se las arreglan un día tras otro para pagar a 3 pesos la hora de navegación en el vagón ferroviario. Raudelis ha conseguido durante los últimos meses que en su casa le den 10 pesos diarios, pero eso se desmorona. Al padre le comienza a preocupar que su hijo derive en un vago enganchado a una tarea inútil. Raudelis es el tipo de buenazo que baja la cabeza para hablar y le cuesta mirar a los ojos a la gente. Teme dejar de ser anónimo, o que lo sermoneen, o que no lo dejen ser. Víctor es más activo. Por lo que cuenta, buena parte del dinero con que juega se lo busca merodeando al turismo en el vecino Hotel San Juan o vendiendo cosas que le obsequian. Además de pedir dinero o especies en el mundo real, su fuerte es una “granja” virtual de personajes que va subiendo de level hasta acercarlos a 80, que es el más alto. Con un level 80 el jugador, vestido con una buena armadura, puede derribar de un mazazo o disparo a cualquier criatura débil que lo ataque. También puede combatir sin morir fácilmente en un Battle Ground (BG), o una Arena, o un duelo, zonas de combate preferidas entre los jugadores inquietos. O visitar escenarios en donde solo pueden entrar los 80. Cualquier cosa traspasable del juego puede ser vendida por Víctor. Hace unos días cambiaba 500 monedas de oro de WoW por 5 pesos. En el mismo juego, dichas monedas de oro se pueden transferir por un
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118 correo postal de un jugador a otro si son de la misma facción: Horda o Alianza. Si conseguía convertir esas monedas virtuales en dinero real podría jugar una hora y media más. Y con esa hora y media podría completar un BG y subir de level a uno de sus personajes. Con las 500 monedas de oro el comprador de bajo level podría adquirir cosas como armas, vestidos o una montura vistosa con la cual atravesar los kilómetros que a veces separan una misión de otra. Los precios de un level 80 oscilan en dependencia de la solvencia real de la comunidad de jugadores que rodee al vendedor. Según Norges, en otras comunidades se pueden vender hasta en 20 CUC. Pero el caso de Víctor en la comunidad de niños y adolescentes “proletarios” que frecuenta el vagón es diferente. En la última semana, cedió un 80 en 10 pesos, equivalente a 0,40 centavos en CUC. No lucra, sobrevive. De él se dice que es un “afixiao”. Una especie de adicto que se abarata sistemáticamente. Criar un level 80, alcanzarlo, demanda matar cientos de criaturas, una a una, y semanas de juego (en los Jóvenes Clubes de computación esto requiere pagos que superan los 5 CUC semanales). Comprarlos es un atajo. La página web del servidor que evitaría ese trasiego de cuentas – asociándole una dirección de correo electrónico al usuario– es inestable, no funciona hace semanas. *** WoW pertenece a la especie de videojuego de rol multijugador masivo en línea (o MMORPG, siglas en inglés de Massively Multiplayer Online Role-Playing Game). Juegos que funcionan todo el tiempo, de lunes a lunes, las 24 horas, como un universo paralelo donde la lámpara no se apaga nunca.
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119 Dota, siglas en inglés de Defense of the Ascients (Defensa de los ancestros), es algo más específico y lúdico. Se trata de un campo de batalla para multijugadores en línea (o MOBA, siglas en inglés de Multiplayer Online Battle Arena). Si WoW es un mundo en expansión con territorios separados por mar como islas-continente, en el que individuos pueden enfrentarse a misiones o pruebas individuales o en equipo si así lo desean, Dota es apenas un pequeño campo de batalla con objetivos específicos y reglas rápidas y límites espaciales como los que puede tener un partido de fútbol entre dos equipos que compiten por invadirse unos a otros. Por características como esas, que comparte con el resto de los deportes, el Dota puede encarnar certámenes regionales (incluso en Cuba) e internacionales con premios en metálico y becas para deportes en países que pueden permitírselo. Sus jugadores van dejando de a poco el estatus de desvergonzados inútiles, o de ciberadictos parásitos de la sociedad, y están siendo tomados en serio por padres, novias, novios y rectores de universidades que emiten becas para deportistas. *** Los jugadores tienen aquí su puesto de mando (Foto: Carlos Melián)
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120 —¡Fíjense todos!, atiendan pa’ cá –ordena sin éxito el especialista del Joven Club. Es sábado y el coche está repleto de niños y adolescentes escandalosos que juegan partidas tensas y violentas y se insultan entre sí llamándose “tiesos” unos a otros. El instructor habla, sin ser escuchado, por encima de esta algarabía polvorienta. —Cuando venga el belga el sábado ustedes tienen que hablar, fíjense: hablar. Hablen: Core i7, con 8 gigas de Ram. Repito: Core i7, con 8 gigas de Ram. Digan que tienen que upgradear las computadoras. —¿Y entonces se va a poder jugar Dota, profe? –pregunta Erislandy, de 11 años. —¡Claro que sí, apestoso! –grita Víctor. Es un hecho que Erislandy entró ya en la pubertad y que no usa desodorante. Víctor lo llama apestoso por eso, pero esta no es la causa principal de su antipatía. Víctor le reprocha a Erislandy ser una especie de moscardón que pide transferencias de dinero, o indica qué hacer, o juega partidas de otros la mayoría del tiempo. Los fines de semana la algarabía alcanza el pico, los especialistas son como niñeras de un jardín infantil ordenando parar el escándalo, desapartando si se van a las manos, expulsando si se ponen a hacer coro luego de que se les gasta el saldo para navegación. Aunque les pagan un salario mensual, en teoría por dar instrucción informática, una buena parte del año están allí atendiendo el pago de la navegación, jugando o conversando por Facebook, toreando a niños y adolescentes inflamables. El PD26J posee dentro tres instalaciones administradas por los Jóvenes Clubes de Computación con máquinas donadas casi en su mayoría por el proyecto belga de cooperación VLIR-UOS. En las computadoras se puede disfrutar de productos cubanos como Comando Pintura, Gesta
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121 final o Beisbolito, pero los niños prefieren los que demanda la mayoría de los usuarios mundiales, Call of Duty, Transformer, Need for Speed, Dota o WoW, en versiones piratas que el bloqueo económico de Estados Unidos contra Cuba vetaría en caso de que pudieran adquirirse formalmente. Como Internet en la Isla es extremadamente costosa y está regulada por el Estado, el juego en red no sobrepasa el territorio nacional y la limitada navegación “.cu” (muy barata en comparación a Internet, pero costosa en comparación al salario medio oficial del país), ya sea en la red de los Jóvenes Clubes o en las redes de juego e intercambio de datos que se generan en algunas ciudades. Estas instalaciones de videojuegos son la única inversión en entretenimiento que ha tenido el PD26J en 30 años, salvo un parque inflable que se acondicionó en la entrada de la institución en una revitalización reciente. *** Jugadores en el Parque de Diversiones 26 de Julio de Santiago de Cuba (Foto: Carlos Melián)
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122 Yo quiero ser abogado”, dice Manuel, de 11, “porque quiero defender a las personas de mi país”. Manuel tiene una voz trémula, como ciertas abuelitas, y sus ojos se demoran en lo que mira. De la banda de jugadores que frecuenta el vagón ferroviario, es el único que se detiene sistemáticamente a ayudar a otro jugador. Como casi ninguno domina el inglés, ni tiene el hábito de navegar en red (hay un blog llamado Wowmanía accesible, pero ignorado), la mayoría del aprendizaje de obtención de poderes, comercio, oficios y entrenamiento se realiza por la colaboración de otros jugadores. Aun cuando una de las fortalezas de WoW como juego de roles en tiempo real es potenciar el trabajo en equipo, la solidaridad no abunda entre los jugadores del PD26J. Como norma, si algún chico se ofrece a ayudar (y Erislandy es el arquetipo) es porque ha gastado su tiempo de navegación y necesita hinchar una vez más su vanidad como guerrero. Si un jugador, desde su cuenta, se ofrece a ayudar con su personaje a cumplir una misión difícil, es probable que después de cumplida rete a duelo al que hace unos minutos era su compañero. Manuel va todos los fines de semana al vagón ferroviario, pero a diferencia de Víctor y Raudelis es capaz de detener el juego a las 11:30 de la mañana, subir a su casa a almorzar y regresar una hora después a jugar, o a mostrarle a otros cómo se juega. Lo que más le gusta de este juego es poder comunicarse con amigos que conoció en el PD26J las vacaciones anteriores. Uno de ellos es del municipio Mella. Lo busca dentro del juego y conversan un rato. No tiene muy buena opinión del resto de los jugadores, y la manera seca y realista en que habla de ellos se parece a la manera en que hablaría una monja habituada a perdonar las miserias de un pabellón de presos. Cree que todos quieren aprovecharse de la cuenta del otro, y que ninguno persigue ayudar de veras, pero aun así ayuda a todo el que puede. Parecía un niño envejecido, parecía en verdad una especie de aberración, hasta que participó riendo en el bullying que el resto de los jugadores emprendió
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123 contra Erislandy, al que Víctor seguía llamando “apestoso”, y al que todos le daban un pase de papazos como si explotaran bolitas de aire de nailon para embalaje. En WoW hay una manera poco peligrosa de trasladarse de un lugar a otro: cogiendo por los caminos empedrados que conectan las ciudades y los caseríos que los forman. Aunque sucede, es menos probable que en esa vía una bestia ataque a un jugador. A diferencia de Víctor y Raudelis, que viven de bosque en bosque, y de BG en BG, Manuel parece haber encontrado un camino empedrado, claro y recto hacia un futuro estable en el que defenderá a los hombres y las mujeres de su patria. Entre los que visitan el vagón, él no es el único que parece bien encaminado: el sueño de José Daniel es graduarse de informático. El de Ángel, de 16, es ser cocinero como su papá, que es chef del paladar La Gran Carreta, al lado del teatro Martí. Norges insiste en que él no es un vago, insiste en que va a la Universidad y que se graduará de Economía en su curso por encuentros. *** A la pregunta de por qué no se va a Ferreiro u otros centros tecnológicos a jugar Dota, Víctor responde que no sabe jugarlo. Raudelis dice algo parecido, dice que ya ha ido pero los muchachos allí están “escapaos”, que pierde, y queda mal, no vale la pena ir. El Dota, por demás, no es solo combatir, sino trabajar en equipo, cuajar en el grupo y tomar decisiones complejas en muy poco tiempo. Una sociabilidad que a ellos les cuesta asimilar. En Los juegos y los hombres, Roger Caillois propone llamar “paideia” a la pulsión sin forma de divertirse. Se trata de las manifestaciones espontáneas y primitivas del instinto de juego, en las que un niño construye y luego destruye algo, en las que se causa dolor a voluntad, en las que pide atención de todos, y se siente causa. Asimismo, propuso llamar “ludus”
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124 al posterior instinto de ordenar e institucionalizar esa paideia en juegos y objetivos concretos. Además del valor de explorar regiones nuevas, o cazar animales, monstruos, magos y bandidos en escenarios exóticos, el WoW tiene otros espacios donde el ludus se emplaza en mayor o menor medida: la Arena, espacio cerrado donde pueden enfrentarse dos bandos; el duelo, que sucede en cualquier sitio que prefieran los jugadores; el BG y las Instancias. Pero el WoW, en toda su expresión, fue diseñado como una gran paideia, un gran repositorio de varias formas de jugar o simplemente vagar a través de desiertos o bosques húmedos, fértiles de enemigos y aventuras, ausentes en el objetivo claro de Dota. Dota es puro ludus; WoW, paideia. *** El PD26J es un jardín del edén. Sus coordenadas tecnológicas son propicias a WoW porque sus computadoras no son lo suficientemente poderosas para la potencia que necesita el Dota. Son el margen, un margen benévolo para jugadores tibios. Los jugadores duros no se asoman por allí porque van por Dota. En Dota alcanzan su mayoría de edad, como guerreros y estrategas que necesitan la guerra hardcore para forjarse. En la ciudad hay dos grandes redes de videojuegos, la de los Jóvenes Clubes de computación y otra que comunica jugadores de barrios como Martí, Santa Bárbara y Pastorita. Según José Daniel, su barrio, Rajayoga, estuvo conectado a esta red de servidores privados hasta que se robaron el dispositivo de enlace wifi (nano) de Pastorita. En aquel momento tenía un software que le permitía contabilizar hasta 200 máquinas en red. WoW es hacer jardinería, pintar paisajes o empinar papalotes. Y el PD26J, en todo caso, es uno de los escenarios más pacíficos de toda la ciudad. Los fines de semana se repleta, pero los días entre semana solo navegan en él los adolescentes habituales que han decidido dejar de ir a la escuela.
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Ni Víctor ni Raudelis conocen las sinopsis de WoW. No lo viven como si leyeran un libro de leyendas, conociendo las causas de las cosas. En realidad, son como soldados que van a la guerra sin saber las cuestiones políticas que la desencadenaron. El primer sueño de Raudelis es tener una computadora, el segundo sueño es tener un smartphone, el tercero es tener un jugador completo, cerrado, invencible, en WoW. No ha pensado aún en una profesión. Si le preguntas se encoge de hombros. El sueño de Víctor no lo conoceremos porque a mitad de la entrevista alguien se asomó en la puerta corredera del vagón ferroviario, él se paró nervioso de su silla frente a la computadora y se fue dejando su cuenta abierta. Según sus compañeros, se metió en otro lío.
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POR: MÓNICA BARÓ
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Tecnología, educación y cambio social: en busca de hipervínculos Empoderamiento Ciudadano en la Web: esa fue la propuesta de la periodista y educadora popular Yohana Lezcano Lavandera cuando en 2012 defendió su tesis de licenciatura. No fue una propuesta solo teórica. Implicó una experiencia de talleres basados en la concepción y metodologías de la Educación Popular, en la que un grupo diverso de estudiantes universitarios, que participaron de manera voluntaria, aprendió a hacer un uso crítico y activo de las tecnologías de la información y las comunicaciones. Durante seis meses debatieron, construyeron sus propios conceptos, crearon un grupo en Facebook y un blog (Trazo digital) en el que sistemáticamente publicaban textos
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128 sobre la realidad cubana. Casi seis años después, en un escenario comunicativo distinto, Yohana Lezcano conversa con Periodismo de Barrio. ¿Cuáles fueron los principales aprendizajes que se generaron durante los talleres educativos sobre Empoderamiento Ciudadano en la Web que coordinaste? Uno de los principales aprendizajes fue que es posible hacer un uso crítico de Internet cuando se generan procesos educativos que parten del análisis de las relaciones de dominación y proponen un camino plural, amplio y liberador. Y que no solo es posible, sino necesario. Internet y las tecnologías están ahí y no aprender a usarlas de manera crítica puede ser un peligro. No estar o no participar es casi imposible hoy. Entonces, si ya de todas maneras vas a estar, ¿por qué no hacerlo con un sentido crítico? ¿Qué significaría estar con un sentido crítico? Pasaría por saber discriminar y jerarquizar información ante la avalancha informativa que hay hoy en las redes, saber cuáles son las fuentes confiables, saber dónde yo puedo posicionarme, y saber que existen también relaciones de dominación en esos espacios. El empoderamiento es un proceso. No es llegar a decir: “Me empoderé y ya terminé”. Siempre decimos que no es un fin sino la capacidad de cuestionar, de desconfiar de ciertas cosas y tener conciencia de las implicaciones de lo que hacemos. ¿Y cómo se vivenció y materializó en los talleres ese proceso de empoderamiento? Se trabajó primero en reflexionar sobre las relaciones de poder que existen en la web y fuera de ella, en deconstruir y problematizar nuestras prácticas comunicativas diarias, en aprender a utilizar plataformas como Facebook, Twitter, Wikis y Blog, y en labrar un camino en el
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Participantes durante uno de los talleres (Foto cortesía de Yohana Lezcano)
que los participantes se sintieran como protagonistas de cambios importantes. En una segunda etapa, se continuó el trabajo de reflexión, pero los estudiantes comenzaron a participar ya no solo reaccionando a los contenidos que podían encontrar en las aplicaciones web sino también generando contenidos propios, y para ello organizaron estratégicamente un blog grupal (Trazo digital), que sirvió para poner en práctica la voluntad de tomar decisiones desde un colectivo, con responsabilidades claras. Existe el prejuicio de que empoderarse es algo que tiene que ver con la política más tradicional o “aburrida” y hay mucha gente que dice que no le interesa hacer un uso crítico de Internet sino comunicarse con su familia y amigos y entretenerse. A esas personas, con esa actitud frente a las redes, ¿crees que le sirva de alguna manera el concepto de empoderamiento? Esa es la idea. Por eso yo defiendo la educación y la comunicación populares, porque develan que por más apático que seas, siempre
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130 estás asumiendo un rol político. El político no es solo la figura tradicional que sale en los grandes medios. Los ciudadanos también pueden hacer política y les toca hacer política. Y si se unen pueden llegar a algo que dé respuesta a sus necesidades. ¿Pero tendría sentido posicionarse críticamente en las redes sociales si luego en la vida cotidiana no hay una coherencia con ese posicionamiento? Para mí no. La coherencia es un concepto muy grande, no creo que todas las personas podamos ser cien por ciento coherentes todo el tiempo, pero evidentemente no es tan auténtico un empoderamiento ciudadano que solo funciona en la web. Desde las redes se apoya, pero no se transforma profundamente, no si las acciones dentro de las redes carecen de un correlato sustantivo en la vida cotidiana. Las aplicaciones web son instrumentos que facilitan el empoderamiento ciudadano, pero no constituyen el proceso en sí mismas. Las oportunidades que ofrecen no garantizan que ocurra una participación contrahegemónica. ¿Crees que los debates y posicionamientos que ocurren hoy en las redes en torno a Cuba tienen un correlato sustantivo en la vida cotidiana? Creo que en Cuba la gente que está dando la batalla en las comunidades no está tan cerca de las redes. Y al revés: la que está dando la batalla en las redes no está tan cerca de las comunidades. Es posible que haya gente que empiece a ser activa dentro de la web y luego comience a ser activa en su vida cotidiana. La web puede servir para movilizar, pero no se transforma una sociedad solo desde ahí. Es necesario tener una mirada crítica que entienda las ventajas y limitaciones de ese entorno tecnológico.
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131 ¿Qué significaría para quienes están intentando transformar su comunidad contar con mayor acceso a Internet? Visibilidad, reconocimiento, legitimidad. Que se sepa que existen, cuáles son sus problemas y cómo se organizan para solucionarlos. Pero eso depende del contexto en que está la gente, de sus necesidades y de cómo entiende la tecnología. Hay algunas comunidades a las que ahora mismo no se puede llegar con el discurso de un uso con sentido de la web, porque tienen necesidades de vida más básicas, como la electricidad o el agua. Ese problema todavía existe en Cuba hoy. Además, a veces hay que empezar por crear comunidad, porque la comunidad se crea estableciendo sentidos compartidos, y eso requiere tiempo y trabajo sistemático. Cuando expusiste los resultados de tu tesis en 2012, el escenario comunicativo cubano era muy distinto. Ahora el acceso de los ciudadanos a Internet es mucho mayor. ¿Qué perspectivas ves de generar un proceso de empoderamiento ciudadano en la web en el escenario actual? Primero hay que convencer a la gente de participar, de que puede hacer, de que su opinión vale, de que si se une puede lograr algo, porque tampoco es que la gente en Cuba se muera de ganas de participar, sea dentro o fuera de la web. Lo que se ha naturalizado es que los ciudadanos no somos actores políticos, que no podemos cambiar nada. Eso es lo que es natural hoy en Cuba. Pero eso hay que desnaturalizarlo. Y después entonces veremos cómo la tecnología nos puede ayudar y cómo podemos incorporarla. ¿Cuál sería el rol de la educación en impulsar un proceso de esa índole? Sin dudas, tiene que haber educadores que medien ese proceso, porque muy poca gente llega por sí misma a entender que puede haber un uso crítico de Internet. El sistema educativo tradicional nos forma
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Un grupo diverso de estudiantes universitarios participó de manera voluntaria en los talleres (Foto cortesía de Yohana Lezcano)
para acumular y reproducir conocimientos de manera acrítica. Por eso una de las recomendaciones de mi tesis fue que se impulsaran, en las escuelas cubanas, procesos de aprendizaje participativos que propusieran un uso de las tecnologías de la información y las comunicaciones menos instrumental y más consciente de para qué sirven y para qué las usas. ¿Qué potencialidades existen para desarrollar en Cuba procesos educativos que enseñen a los ciudadanos a hacer un uso crítico, distinto, de Internet? Ciertamente, el hecho de contar con educación pública nos coloca en una posición de ventaja. Yo en eso veo un potencial importante. Sin embargo, hay condiciones estructurales que tienen que madurar. Para sentir que tenemos que hacer un uso crítico de Internet, primero la tenemos que usar, aunque sea acríticamente. Primero hay que conocer la herramienta. Aquí todavía estamos en la fase de deslumbramiento, de exploración.
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133 ¿Y qué significa estar en esa fase? Que todavía para gran parte de los cubanos Internet es algo muy distante, que no forma parte de la gestión diaria de su vida, que se utiliza sobre todo para establecer comunicación con las personas queridas que viven fuera del país. Entonces, no podemos poner a competir un uso crítico de Internet con la necesidad básica de comunicarse con hijos, parejas, madres… Pero tampoco debemos esperar a que Internet tenga mayor presencia en nuestras vidas para empezar a educar en una relación diferente con Internet, las redes sociales, las tecnologías. En cinco años puede cambiar el escenario comunicativo y tecnológico de Cuba, pero formar ciudadanos críticos y activos en el uso y apropiación de la web, con capacidades para proponer y generar proyectos autóctonos, requiere un proceso gradual de cambios en el sistema educativo cubano que implica mucho más tiempo.
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POR: ROGELIO SERRANO
El Callejón de los Milagros En uno de los sitios de Camagüey que más le gustan, un espacio entre cines llamado El Callejón de los Milagros y dedicado al séptimo arte, converso con el reconocido crítico de cine, profesor e investigador Juan Antonio García Borrero. Uno advierte su dimensión intelectual cuando lo escucha. Las palabras le salen vivas, hondas, certeras. Textos suyos se han publicado en México, Estados Unidos, Argentina, Colombia, España, Francia, Italia y Perú, además de en disímiles revistas cubanas; ha sido jurado de varios eventos nacionales e internacionales; ha impartido clases en la Escuela Internacional de Cine y Televisión de San Antonio de los Baños, en la Universidad de las Artes (ISA) y en universidades de Estados Unidos, Brasil y España. Entre su multitud de premios sobresalen los seis de Ensayo e Investigación que concede anualmente la Unión de Escritores y Artistas
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136 de Cuba (UNEAC), y los dos años consecutivos del Premio Nacional de la Crítica Literaria, que, hasta el momento, han sido las únicas ocasiones en que este galardón ha distinguido textos sobre cine. Juani, como le conocen sus amigos, creó el Taller Nacional de la Crítica Cinematográfica y fungió como su coordinador general entre 1993 y 2003, período en el que el evento llegó a considerarse como el más importante de su tipo en Cuba. En la actualidad, tres libros ocupan su tiempo: la Guía crítica del cine cubano de ficción, cuya reedición debe salir por la Editorial Oriente; la segunda parte de la biografía intelectual de Tomás Gutiérrez Alea, que se llamaría Ciudadano Alea; y otro más breve titulado Los testamentos del cine cubano. A la vez, trabaja con la Enciclopedia Digital del Audiovisual Cubano, un proyecto off-line que ya cuenta con más de 6 000 entradas. Sin embargo, sus mayores esfuerzos se concentran en un proyecto sociocultural pensado para impactar la comunidad. No quiere quedarse en la memoria como un hombre de letras y burós. Siempre ha sido inquieto, siempre ha preferido, más que decir, hacer. Al proyecto lo nombró igual que el espacio entre cines en el que conversamos. ¿En qué consiste El Callejón de los Milagros? Hay quien dice que se trata de una utopía. A mí no me molesta esa calificación, porque al final, efectivamente, hablamos de un proyecto que intenta imaginar un espacio donde el uso creativo de la tecnología, vinculado en este caso al legado que nos ha dejado el cine en su primer siglo de existencia, así como a todo lo que tiene que ver con la cultura audiovisual más contemporánea, ayude a generar soluciones informáticas y servicios culturales para la comunidad. Por lo pronto, estamos hablando de un proyecto que está auspiciado por el Sectorial Provincial de Cultura en Camagüey, la Asociación Hermanos Saíz, el Centro Provincial del Cine y la filial de la Unión de Informáticos de Cuba en esta ciudad.
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137 ¿Cómo surge la idea del proyecto? En el año 2014 tuve la oportunidad de participar en el VIII Congreso de la UNEAC como delegado. Quedé bastante insatisfecho con los debates que allí se generaron y con la ausencia de una mirada, digamos, creativa ante los nuevos escenarios en que vivimos los consumidores de cultura en la Cuba del siglo XXI. A raíz de ello, y de la intervención final del vicepresidente Miguel DíazCanel, quien proponía a los intelectuales allí presentes asumir el desafío de un uso creativo de la tecnología, le propuse al ministro de Cultura, Abel Prieto, la realización de un evento que nos ayudara a obtener un diagnóstico confiable de lo que venía sucediendo, a fin de elaborar estrategias que no partieran del mero impresionismo, sino de lo que la realidad (que siempre será más compleja de lo que el lenguaje humano puede describir) nos indicaba. Mi propuesta era hacerlo en Camagüey, tomando en cuenta que aquí contamos con una infraestructura única (el Paseo Temático del Cine), que, a mi juicio, sigue estando subutilizada. Por cuestiones de presupuesto, no se pudo realizar en Camagüey, pero sí se organizó con gran éxito en La Habana. En aquel Primer Foro de Consumo Audiovisual, celebrado en el mes de octubre del propio 2014, participaron muchísimos especialistas, y por primera vez se debatió en público y sin prejuicios sobre el Paquete Semanal, los videojuegos y otras modalidades modernas de consumo cultural informal. Con todas esas consideraciones teóricas, llegamos a la conclusión de que el próximo paso debía estar dirigido a construir una agenda práctica que, como plantearon los situacionistas franceses en su momento, interviniese con alternativas en aquellos espacios donde ya estaba operando la tendencia hegemónica. La idea del proyecto nace de esa conclusión colectiva.
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138 ¿Cuándo comienza a funcionar El Callejón de los Milagros en Camagüey? Como proyecto nace en el mes de febrero de 2016, cuando celebramos aquí en la ciudad el Primer Encuentro sobre Cultura Audiovisual y Tecnologías Digitales. Fue un encuentro bastante modesto porque oficialmente ni siquiera es considerado evento, es decir, no contamos con un presupuesto que nos permita desplegar grandes actividades. Pero fue interesante porque nos permitió trabajar en función de las alianzas estratégicas que queríamos lograr. Esto es importante resaltarlo, porque todavía hoy algunos piensan que se trata de un evento sobre informática, y no consiguen apreciar que estamos hablando de algo que se vincula a las humanidades digitales. Es decir, aquí estamos hablando de algo esencialmente cultural que, pese a las precariedades de conexión a Internet que existen en Cuba, ya acompaña la vida cotidiana de un gran número de ciudadanos. ¿De su concepción inicial a su actual puesta en marcha ha tenido cambios notables? ¿Cuáles? A mí me gusta hablar del proyecto como algo que está en permanente construcción, y que es escalable. Es decir, aquí estamos hablando de algo que se está proponiendo un grupo de acciones a lo largo del tiempo. No se puede lograr todo en un solo momento, porque en todos estos procesos asociados a la informatización de la sociedad la tecnología es importante, pero no menos esencial es la formación de usuarios que sean capaces de hacer un uso creativo de esa tecnología. En este sentido, el proyecto ha conseguido impulsar una red wifi que ilumina todo el Paseo Temático y a cuyo Portal El Callejón de los Milagros se puede acceder de modo gratuito a cualquier hora del día. O sea, que ya tenemos garantizada parte de la tecnología, por lo que ahora viene el desafío más importante, que es formar comunidades de usuarios.
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139 La wifi del proyecto no es muy conocida por el público camagüeyano. ¿Qué acciones se han realizado para acercar esa señal a las personas? Falta mucho por hacer. Para empezar, ni la televisión ni la radio camagüeyana, que serían los ojos y los oídos de la comunidad, han trabajado en función de este proyecto institucional. Y aquí lo que necesitamos es promoción sistemática, no promoción de un día. ¿Por qué el proyecto no tiene una plantilla fija que dinamice su impacto en la sociedad? Por las mismas razones a las que aludía antes. Todavía no se ve el proyecto como algo novedoso, sino en todo caso como una extensión de lo que existía antes. El proyecto puede funcionar perfectamente con tres personas (un bibliotecólogo, un informático creativo y un coordinador general), pero obviamente esas tres personas tendrían que estar impregnadas de ese humanismo digital al que hacía referencia antes. Eres un prolífero autor, de lo que se supone la intensidad intelectual con que vives. ¿Qué tiempo te consume liderar El Callejón de los Milagros? Ahora mismo mi prioridad es el proyecto El Callejón de los Milagros, lo que, efectivamente, ha afectado el tiempo que antes le dedicaba a la investigación y a la escritura. Con este proyecto he tenido que meterme a veces a ayudante de constructor (rol para el cual no tengo ninguna habilidad), pero lo que más tiempo me consume son las explicaciones que debo dar a fin de argumentar la importancia del proyecto. El problema es que en Cuba todavía no se tiene una gran claridad de lo que significa la informatización, lo que explica que para algunos resulte difícil asociar el trabajo de un crítico de cine con esto del uso creativo de la tecnología.
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140 A mí no me deja de llamar la atención que en pleno “Período Especial”, con el país atravesando una de sus peores crisis económicas, un grupo de compañeros en Camagüey logramos convencer a los decisores del momento para que apoyaran el Taller Nacional de Crítica Cinematográfica, que hoy es un referente insoslayable para los estudiosos. Y, sin embargo, con el proyecto El Callejón de los Milagros no puede decirse lo mismo, pese a que cuenta con el respaldo de la vanguardia política del territorio, y hasta con la buena consideración de Díaz-Canel. Pero aquí tienes un ejemplo de que no todo lo que se respalda de un modo institucional u oficial alcanza fácilmente su objetivo. En el caso del proyecto, ha tenido que lidiar y sigue lidiando con lo que yo llamaría “la resistencia analógica”, que lo mismo puede provenir de un directivo que de un ciudadano que no tiene la más mínima idea de lo que significa la revolución digital. A mí no me preocupan tanto los ciudadanos, como los que dirigen las instituciones, porque en este caso estamos hablando de una ralentización y parálisis del servicio cultural que podrían brindar esas instituciones. Yo creo que es legítimo que como individuos sigamos usando las computadoras como si se tratasen de máquinas de escribir un poco más sofisticadas, pero el sistema institucional tiene el deber público de estimular el desarrollo de soluciones informáticas en función de los servicios que brinda. ¿Qué implica liderar un proyecto cuyo alcance se limita a una urbe alejada de la capital cubana? Pero es que lo del alcance local es algo que se presta a equívocos. En primer lugar, al proyecto le interesa fomentar el desarrollo endógeno. No es que estemos asumiendo la posición del aldeano vanidoso, sino que creemos que las soluciones informáticas en función de nuestra comunidad deben ser desarrolladas por miembros de la comunidad. No
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141 tiene sentido impulsar un proyecto que va a depender constantemente de la jerarquía de quienes son invitados desde el exterior. El proyecto necesita ser sostenible, pero solo se logrará cuando se estimule la creatividad en el interior de la comunidad. Otra cosa es la promoción que pudiera tener, y en este sentido, no creo que el proyecto sea tan local. Si pones en Google “Callejón de los Milagros, Camagüey”, verás que los resultados de esa búsqueda son numerosos. El proyecto aspira a ser un repositorio de materiales audiovisuales. ¿Qué sentido tienen estos ante iniciativas como el Paquete Semanal o La Mochila, de demostradas conexiones con el gusto popular? La idea de crear un repositorio hay que vincularla a las acciones de aprendizaje que queremos impulsar. No creo que baste con la simple acumulación de fondos. Nuestras bibliotecas (incluyo la “Julio Antonio Mella” de Camagüey) cuentan con un gran número de libros que las personas consultan cada vez menos. Mi criterio es que deberíamos apoyar mucho más la formación de usuarios que la simple acumulación. A nosotros no nos interesa competir ni con el Paquete ni con la Mochila. La idea no es esa, sino que los fondos existentes en ese repositorio estén a la vista de las personas que usan las nuevas tecnologías. Por ejemplo, si ponemos en el Portal un catálogo que incluye información de todos los filmes que poseemos, hay más posibilidades de que los interesados descubran opciones cinematográficas que ahora mismo permanecen invisibles en el Paquete o la Mochila. Digamos que como proyecto no queremos imponerles a las personas lo que tienen que ver, sino mostrarles que además de lo que consumen de modo hegemónico existen otras opciones. ¿Cómo sortear el reto de resultar atractivo sin abandonar las aspiraciones de educar el gusto del público? Yo siempre he defendido el pensamiento crítico por encima de lo que llamo “la dictadura de los críticos”. Lo de “educar al público” tiene
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142 sus peligros, porque hay ocasiones en que los críticos se convierten en voceros reaccionarios al defender lo que la tradición asegura que es lo máximo solo porque lo dice “la tradición”. Y se pierde de vista que el público no es una abstracción, o algo que tiene una esencia imperturbable. Los públicos responden a su tiempo y a sus necesidades más íntimas, que siempre serán personales e intransferibles. Y la cultura está en permanente transformación, al igual que las tecnologías que la hacen posible. De modo que habría que construir nuevas maneras de asomarnos a esos universos que hoy nos parecen predios de bárbaros para entender cómo funciona este fenómeno, y sobre esa base proponernos la apropiación de lo valioso (que con seguridad también allí existe algo valioso) vinculándolo a todo lo grande que hemos heredado. Mantener un espacio mensual para el debate sobre el audiovisual es una novedad para el público camagüeyano. ¿Cómo valora la asistencia de personas y la calidad de los debates en las cibertertulias? Algunas han estado más concurridas que otras, aunque para mí lo importante no es el número de personas, sino la calidad de lo que se discuta y el impacto práctico que puedan tener esas discusiones en lo que se hace. Creo que en algunos asuntos sí hemos logrado avances. Y hemos ganado a algunos aliados estratégicos, como la empresa de informática Desoft, que ya están aportando muchísimo al proyecto. Pero en modo alguno estoy satisfecho con lo conseguido. Tan novedosos como los espacios de las cibertertulias son los Encuentros sobre Cultura Audiovisual y Tecnologías Digitales. ¿Qué resultados concretos se han desprendido de esos eventos? Aquí sí creo que los resultados positivos son más tangibles. El año pasado dedicamos el Encuentro al Universo Audiovisual del Niño, y a
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143 partir de lo que allí discutimos comenzamos a vincularnos de un modo más oficial a Educación, y ya se han realizado varios intercambios con profesores y alumnos. Es por el momento la semilla de lo que en algún instante germinará. El Cine Club infantil “Meñique”, cuyo fin es enseñar a crear materiales audiovisuales con teléfonos y tablets, ¿ha dado frutos? ¿Qué metas tiene por delante?
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144 La inauguración oficial del Cine Club infantil “Meñique” ocurrirá en el marco del III Encuentro sobre Cultura Audiovisual y Tecnologías Digitales. Nuestro interés está dirigido por igual a niños, adolescentes y padres. La idea es que los adultos acompañen a sus hijos en estas rutas de aprendizaje que estamos proponiendo. La brecha que se percibe entre los llamados “nativos digitales” y sus mayores no va a desaparecer del todo, pero en la misma medida en que se integren los intereses, hay más posibilidades de que se tome conciencia de los riesgos que trae el uso acrítico de la tecnología. La ciberalfabetización funciona como un superobjetivo de El Callejón. ¿Cómo pretende lograrlo un proyecto de fomento de la cultura audiovisual en medio de un despliegue de oportunidades como el Nauta Hogar, que alcanza ya a tres consejos populares de la ciudad de Camagüey? A mí me gusta recordar siempre que con la informatización estamos hablando de algo que atraviesa a lo largo y ancho a toda la sociedad. Aquí no hay insularidades, sino que todo estaría integrado dentro de un conjunto de prácticas que buscan beneficiar al ciudadano. O sea, la ciberalfabetización de la que hablo contemplaría aprovechar como una fortaleza la existencia del Nauta Hogar. Lo que pasa es que ahora mismo Etecsa se comporta como la empresa que es. Es decir, su gran objetivo está dirigido a obtener ganancias a partir de los servicios que brinda, de manera que lo que propone nuestro proyecto sonaría algo raro allí. No así en otros países, donde entidades como la multinacional española de las telecomunicaciones, Telefónica, han financiado investigaciones y libros que hablan de Facebook u otras redes sociales como espacios ideales para fomentar los saberes. ¿Qué debería garantizar un proyecto que aspire a ciberalfabetizar a los cubanos?
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145 Lo primero es garantizar el libre acceso a Internet. Tenemos que luchar para que lo que se llama “inclusión digital genuina” sea una realidad en Cuba. Hoy, lamentablemente, no tenemos esa inclusión digital. Ni siquiera después de que se multiplicaran esos puntos wifi a los que podemos acceder en el país, pues lo que allí opera está condicionado por lo económico: se conecta el que tiene dinero, y no todo el mundo tiene dinero como para hacerlo sistemáticamente. Pero aquí viene el abogado del diablo: una vez que tenemos Internet, necesitamos una Política Pública que incentive desde edades tempranas el uso creativo de la tecnología. Debemos dejar a un lado el uso de Internet como fetiche, para proponernos la exaltación de la creatividad, y de ese modo pasar del consumo activo al consumo creativo. ¿Cuáles constituyen las principales dificultades de El Callejón de los Milagros? Ya lo dije antes: vencer la resistencia analógica que llevamos dentro, y que de modo inconsciente sacamos a relucir a cada rato. Finalmente, ¿qué aspectos de El Callejón de los Milagros podrían servir de modelo a un proyecto de ciberalfabetización a gran escala y cuáles deberían ser desdeñados? El aspecto institucional es algo recomendable. Y sé que esto puede sonar polémico en una época donde varias personas se quejan de lo institucional, y lo asocian a lo históricamente superado. Para mí eso es un disparate: ningún país puede prescindir de su sistema institucional. Pero eso sí, las instituciones están obligadas a modernizar el modo en que ofrecen sus servicios. Con El Callejón de los Milagros estamos tratando de influir para modificar ese orden de cosas. En cuanto a lo de desdeñar, prefiero que sea el Tiempo, ese gran curador, el que diga la última palabra.
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POR: MÓNICA BARÓ
Ocho aplicaciones contra la desconexión Las limitaciones físicas y económicas para el acceso a Internet en Cuba han impulsado el desarrollo de diversas aplicaciones que, sin requerir que sus usuarios se conecten a la red de redes, facilitan la vida cotidiana y satisfacen necesidades de distinta naturaleza. Algunas han sido creadas por especialistas de centros que pertenecen al Estado, y otras, por emprendedores o desarrolladores independientes. Los fines han sido múltiples: desde entretener hasta orientar a viajeros y residentes cubanos en general. Sin embargo, el denominador común de todas siempre ha sido servir como alternativas off-line que proveen acceso a contenidos valiosos.
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148 Su distribución se realiza de manera gratuita. Pueden descargarse desde sus sitios web o desde otras plataformas digitales, tanto nacionales como internacionales, que comparten aplicaciones. También pueden adquirirse y actualizarse a través del Paquete Semanal. A continuación, una muestra de las más populares y paradigmáticas en el país.
1. CONOCE CUBA Su propósito, como indica su nombre, es ayudar a conocer Cuba. Funciona a partir de un mapa donde se encuentran localizados distintos puntos de interés para visitantes o residentes de varias ciudades. Incluye categorías de búsqueda como vida nocturna, gastronomía, hospedaje, artistas, salud, belleza y deportes. Se presenta como “un proyecto del Grupo CyRBES, surgido en el año 2013 y especializado en el desarrollo de aplicaciones informáticas. Es un sistema de promoción y búsqueda de perfiles de negocio, eventos y servicios en Cuba, tanto del sector comercial privado como estatal”. En las versiones más modernas se resaltan los lugares nuevos y los actualizados y se facilita la ubicación del usuario mediante Sistema de Posicionamiento Global (GPS), incluyendo puntos de referencia cercanos en un radio determinado. Se encuentra disponible para los sistemas operativos iOS y Android. También cuenta con una versión para Windows. Sitio web: http://conocecuba.com Perfil en Facebook: https://www.facebook.com/pg/conocecubaapp
2. A LA MESA Es un directorio de restaurantes cubanos. Comenzó como un sitio web en 2011, pero se popularizó cuando sus creadores lanzaron una aplicación que podía compartirse y utilizarse fácilmente con teléfonos móviles. Sus bases de datos incluyen información de unos 1 000
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Captura de pantalla de A la mesa
destinos gastronómicos y servicio de geolocalización. Permite filtrar las distintas opciones según rango de precios (desde 7 hasta más de 29 pesos convertibles, que en Cuba tienen un valor bastante similar a los dólares americanos), tipo de cocina (caribeña, china, italiana, iraní, japonesa, etcétera), zona (por municipios de cada provincia) y tipo de lugar (restaurante, bar, cafetería, dulcería, etcétera). Se encuentra disponible para los sistemas operativos iOS y Android. Cuenta con versión en inglés. Sitio web: https://www.alamesacuba.com/es/la-habana/ Perfil en Facebook: https://www.facebook.com/alamesacuba/
3. MAPA DE CUBA OFF-LINE Es exactamente lo que su nombre indica. El mapa puede ampliarse hasta abarcar toda la Isla o reducirse al nivel de barrios y calles. Posibilita calcular las distancias existentes entre un punto y otro, señalar sitios favoritos, realizar búsquedas a partir de distintas categorías (entretenimiento, turismo, salud, transporte, tiendas, comida, etcétera) y utilizar GPS. También localiza los restaurantes, cafeterías, teatros,
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Captura de pantalla del Mapa de Cuba off-line
mercados, iglesias, industrias y otros sitios de interés existentes en la zona que se explora. Se encuentra disponible para el sistema operativo Android.
4. HABANA TRANS Registra las distintas rutas del transporte público urbano y las ubica en un mapa de la ciudad. Incluye la Red Principal (conformada por 17 rutas por donde circulan los ómnibus que se identifican con la letra P), la Red Alimentadora (que cubre recorridos de menor distancia y funciona con ómnibus más pequeños que los anteriores), la Red de Ferrocarril,
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151 las rutas de la cooperativa Taxis Ruteros y de los taxis privados. Ofrece información sobre diversos puntos de interés (hospedajes, compras, cultura, comunicaciones, gastronomía, etcétera) e indica cómo llegar a ellos utilizando las rutas de transportación presentadas y la opción de GPS. Cuenta con versiones en inglés y francés. Se encuentra disponible para el sistema operativo Android.
5. MINI FOTOS NAUTA Permite reducir el tamaño de las imágenes para enviarlas más rápidamente por correo electrónico; lo cual ayuda a reducir los costos de la comunicación con las redes Nauta. Además, cuenta con las opciones de editar y colocar filtros a las imágenes y realizar fotos utilizando la propia aplicación. Se encuentra disponible para el sistema operativo Android. Perfil en Facebook: https://www.facebook.com/minifotos
6. LA CHOPI Es una especie de mercado alternativo cubano. Sus usuarios pueden consultar los anuncios de compra y venta de diversos productos que han sido publicados en el sitio web bachecubano.com y publicar otros de manera gratuita utilizando solo el correo de Nauta; aunque si alguien desea destacar un anuncio deberá pagar por ese servicio. Las búsquedas se pueden efectuar a partir de las categorías presentadas o escribiendo directamente en su buscador. Ofrece la opción de filtrar las publicaciones según los precios y la inclusión o no de imágenes del producto. También es posible actualizar cualquier categoría utilizando el correo electrónico. Se encuentra disponible para los sistemas operativos iOS y Android. Sitio web: www.lachopi.com Perfil en Facebook: https://www.facebook.com/aplicacionlachopi
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Captura de pantalla del sitio web de La Chopi
7. LA PAPELETA La Papeleta es originalmente una cartelera cultural cubana que funciona desde una plataforma nacional en Internet. Publica la programación mensual de gran parte de los eventos artísticos que se desarrollarán en las instituciones estatales del país y los clasifica a partir de las distintas manifestaciones (música, teatro, danza, cine, literatura, etcétera). No incluye los eventos programados en sitios privados. Sin embargo, ahora cuenta también con una aplicación que permite consultar los contenidos que publica en su plataforma y aporta mapas para facilitar la localización de los eventos anunciados. Se presenta como “la brújula del acontecer cultural cubano”. Se encuentra disponible para el sistema operativo Android. Sitio web: http://app.lapapeleta.cu/ Perfil en Facebook: https://www.facebook.com/lapapeletacuba
8. LIGA FANTASY CUBA Está pensada para los aficionados al fútbol. Permite acceder en tiempo real a los resultados de los partidos y seguir las noticias publicadas. Las actualizaciones se solicitan a través del correo Nauta. Cuenta con distintas opciones en las cuales es posible consultar el lugar, descripción y plantilla de cada equipo, el calendario de la temporada (con fechas, horarios y estados de los enfrentamientos), los cambios, goles, alineaciones, fichas de los jugadores, etcétera. Sin embargo,
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Captura de pantalla de La Papeleta
para acceder a estadĂsticas de los equipos (que incluyen mĂĄs de 20 datos por cada jugador) debe pagarse 1 CUC al mes. Se encuentra disponible para el sistema operativo Android. Cuenta con unos 6 200 usuarios. Perfil en Facebook: https://www.facebook.com/ligafantasycuba
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POR: JESSICA DOMÍNGUEZ
¿Qué podría hacer el gobierno cubano en el escenario virtual? En noviembre de 2016 la Asamblea Nacional del Poder Popular (ANPP) publicó en su sitio web –puesto en funcionamiento después de un rediseño total– el proyecto de Ley de Aguas Terrestres y habilitó un correo electrónico, del 11 al 25 de ese mes, para que las personas enviaran opiniones antes de su aprobación. Este hecho invitaba a creer que el escenario virtual se convertiría en un nuevo espacio para la participación ciudadana en asuntos sustantivos de la política en Cuba; sin embargo, experiencias como esa no han vuelto a repetirse.
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Internet podría transformar el funcionamiento de los órganos de Estado, así como las relaciones entre los representantes populares y sus electores, e incluso entre los propios representantes. Además, permitiría a los ciudadanos involucrarse directamente en la toma de decisiones y, por tanto, ayudaría a democratizar la comunicación y la práctica políticas. Es común escuchar a los decisores posponer las posibilidades de desarrollo –participativas e informativas– en el ámbito virtual por considerarlo utópico, alejado de la realidad inmediata de Cuba. La inconexión ha sido la excusa neutralizadora; no obstante, la infraestructura y el acceso a Internet en el debate sobre la gestión de un gobierno electrónico en Cuba son secundarios. Hasta tanto las instituciones gubernamentales no trasformen sus prácticas internas y organicen sus procesos en el espacio virtual, la cantidad de personas que puedan conectarse y desde dónde carecerá de relevancia. Si bien es cierto que sin ciudadanos conectados no pueden aprovecharse al máximo las oportunidades que ofrece ese espacio, para que esto sea posible también es necesario prepararse con anterioridad y generar capacidades técnicas y humanas, algo que no se ha hecho aún. Desde diciembre de 2015, la ANPP tiene presencia en Twitter y Facebook. Asimismo, han aumentado en los últimos cuatro años las asambleas municipales y provinciales que se expresan en algún espacio virtual: al menos 33 en Facebook y 5 con plataformas web. Lo mismo ha ocurrido con la mayoría de los Ministerios, que progresivamente se han sumado: de 21 solo faltan 8 por tener sitio web (Economía, Interior, Fuerzas Armadas Revolucionarias, Turismo, Construcción, Transporte, Comercio Exterior y Comercio Interior). El problema es que no siempre estas iniciativas han perdurado en el tiempo y muchos de esos espacios se encuentran desactualizados o con muy baja frecuencia de publicación. El Consejo de Estado permanece ausente.
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Si alguien se preguntara cómo funcionan los órganos de Estado en Cuba, cuáles son sus dinámicas internas o cómo ocurren los procesos políticos en curso, no hallaría en sus sitios web una respuesta suficiente. Más que un espacio natural de vida, son una prótesis, un apéndice gris. En el caso de la ANPP, el único ejemplo de participación on-line que permanece –en su nivel más bajo– es la posibilidad de enviar sugerencias, quejas y/o reclamaciones a su Área de Atención a la Población y de recibir respuesta mediante correo electrónico. Sin embargo, no se autorreconoce como una vía de comunicación para los asuntos sustantivos de la política. Entre los casos más recientes de implementación del gobierno electrónico en Cuba, a tono con el proceso de informatización del país –según se reconoció en la 17ma. Feria y Convención Informática 2018–, se hallan las plataformas del portal del ciudadano desarrolladas por la Empresa Nacional de Software (Desoft) para los gobiernos de las provincias Granma y Pinar del Río, puestas en funcionamiento desde octubre pasado y aún en construcción. Sin embargo, estos espacios no trascienden el nivel informativo. Si bien constituyen un punto de avance importante, conciben un nivel de interacción con el usuario limitado y todavía no en práctica sistemática. Desde que en la década del noventa del siglo pasado empezaron a aparecer experiencias de gobierno electrónico en el mundo, según explica el académico Stephen Coleman, “los organismos tradicionales de la democracia representativa han tratado de institucionalizar la tecnología, usando las TIC [Tecnologías de la Información y la Comunicación] para replicar las prácticas existentes en lugar de adaptarse a las nuevas formas de comunicación”. Cuba no es la excepción, pero con el tiempo transcurrido –llega más de veinte años tarde– no hay por qué recorrer el camino largo si se puede aprender de la experiencia de otros.
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Para implementar en el contexto cubano prácticas comunicativas que favorezcan la participación ciudadana, lo primero a tener en cuenta es la información. Trasparentar la actuación gubernamental y poner a disposición de las personas información pública organizada es una condición básica para la participación –el primer paso, no el único. Hasta ahí han llegado, de momento, las acciones emprendidas por órganos de Estado y gobierno. Sin embargo, la información ha sido incompleta y no se actualiza de forma sistemática. Publicar información básica en el instante oportuno, no como relatoría del suceso, permitiría fomentar una política de transparencia y el derecho de acceso a la información pública (no reconocido legalmente en Cuba), para elevar la cultura política y dotar de argumentos a la ciudadanía en el ejercicio de sus derechos, entre ellos conocer el trabajo de sus representantes para evaluar a posteriori su desempeño. Todo esto contribuiría a legitimar y revitalizar el sistema político cubano. Además, es importante construir mecanismos y plataformas que viabilicen la circulación-jerarquización de la información al interior de las instituciones y hacia los ciudadanos. Esta es la principal barrera interna para la participación. Con la idea de tratar de extender estas prácticas no solo en cantidad sino en calidad, la Unión Interparlamentaria (organización de la que Cuba es parte) pautó, desde el año 2000, un grupo de elementos que deben tener los sitios web parlamentarios: información general, sistema electoral y de los partidos, acceso a importantes textos legales y documentos complementarios, actividad legislativa activa (incluidas las propuestas legislativas, los argumentos hacia estas propuestas, quienes las realizan y los registros de votación), videos de las sesiones e información sobre los parlamentarios y cómo comunicarse con ellos. La participación realmente se materializa con plataformas que favorezcan ser parte en la toma de decisiones, que va desde opinar
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159 hasta evaluar. Encuestas, comentarios, debates públicos, foros, audiencias, peticiones electrónicas, consultas y chats son algunas de las acciones que se pueden desarrollar en los sitios webs, los blogs, las redes sociales y mediante la telefonía móvil. No importa cuál sea el canal, sino cómo se utiliza. Reunir a todo el mundo todo el tiempo para tomar decisiones fue, hasta la era de la información, Internet y la web 2.0, inviable. Hoy los canales de comunicación on-line permiten la expresión de temáticas de interés social, la consulta pública, la agregación de demandas, la elaboración de propuestas, la intervención de las personas en la toma y ejecución de las decisiones, el control democrático y la evaluación de la gestión de los funcionarios públicos. Por ejemplo, la información de contacto de los diputados es importante porque permitiría la comunicación directa entre los ciudadanos y los representantes. De acuerdo con el sistema político cubano, los representantes populares en su mayoría no son profesionales y en el caso de los diputados responden a un interés nacional; sin embargo, se eligen territorialmente y les deben rendir cuentas a sus electores. Por ello, es pertinente que la comunicación se horizontalice hasta su máxima expresión. En el caso de los delegados u otros representantes locales, es aún más importante. Otro elemento, necesario y posible, tiene que ver con soportes para mantener una comunicación multilateral entre los propios representantes. Podrían, dentro de Intranet, concertar acuerdos, desarrollar iniciativas legislativas y proponer temáticas para las sesiones. Acciones que hoy ocurren en su mayoría de la dirección hacia los diputados y viceversa, pero que entre los diputados mismos son poco frecuentes. También se podrían realizar, en sitios webs y blogs, comentarios sobre noticias, la agenda de trabajo del órgano, el uso del presupuesto y proyectos de leyes antes de y durante su aprobación. Si se realizaran
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160 consultas por Internet, podrían tener un carácter consultivo o vinculante, aunque estas últimas serían más complejas. Otras acciones que permiten los espacios digitales son la publicación de todos los proyectos de leyes para que los ciudadanos puedan, por párrafo y de manera general, incluir, suprimir o modificar elementos, así como hacer comentarios, de forma tal que cuando llegue el momento de revisarlos o presentarlos se hayan conocido públicamente criterios diversos al respecto. Los diputados y otros actores con opiniones relevantes por su rol político no deberían tener privilegios en el proceso legislativo, en tanto lo hacen mandatados por los electores y para ellos. Controlar de forma pública la ejecución del presupuesto del Estado, dando posibilidad a los usuarios de emitir criterios; realizar encuestas para definir las prioridades sociales y sobre esa base elaborar el orden del día de las sesiones y someter los informes a debate público antes de la sesión plenaria son otras acciones posibles. Por último, el nivel más alto al que se puede llegar en materia de participación estaría en utilizar el espacio virtual para evaluar. ¿Qué cosas? La actuación de los funcionarios públicos, el impacto de una medida, el resultado de la ejecución del presupuesto. Todo ello se podría incorporar como método válido a los mecanismos de control popular. Estas son algunas ideas generales, esbozadas a partir de las funciones sobre todo de la Asamblea Nacional del Poder Popular, pero que cada órgano de gobierno debería adecuar a sus especificidades. En el caso de las Asambleas Municipales es importante, incluso, utilizar metodologías participativas para diagnosticar, de conjunto con los actores involucrados y la ciudadanía, las principales necesidades tanto informativas como de servicio propias del territorio. Una experiencia en curso es la plataforma de gestión de gobierno para el municipio de Centro Habana, desarrollada por la Facultad de
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161 Comunicación de la Universidad de La Habana y recién puesta en funcionamiento en el mes de febrero. En el caso de los Ministerios o gobiernos locales, la opción de realizar trámites on-line supondría un impacto favorable en la solución de demandas y necesidades ciudadanas. Todos estos espacios sirven para desarrollar una participación de tipo coyuntural que ayude a conquistar esfuerzos por una causa o movilizar para algo en particular. Las personas tienden a motivarse por asuntos puntuales y no por procesos largos, aunque las acciones generadas desde la institución en el ámbito on-line pueden traer asociado un grupo de iniciativas que desborden lo virtual. La ciudadanía también requiere aprendizajes para el ejercicio pleno de la participación. Es necesario desarrollar procesos educativos y de empoderamiento que contrarresten el desgaste de formas participativas tradicionales. Por eso, un rol proactivo de la institución puede ser motivador. Para materializar el desplazamiento de la comunicación política en Cuba hacia el espacio virtual, Internet no es una barrera. Todo lo antes descrito es posible y se ha puesto en práctica en otros contextos. No digo que mañana ya se pueda implementar aquí, sino que tecnológicamente existen todas las potencialidades para ello. Las limitaciones fundamentales son de índole jurídica y de cultura política, porque algunas de estas prácticas caen sobre un vacío legal. No existen regulaciones públicas que pauten el uso de las TIC en la actividad de gobierno; ni la Constitución, ni los reglamentos de los órganos, ni normas internas consideran este espacio para el ejercicio de la participación, lo cual es lógico por el instante en que se crearon. Es necesario revisitar y actualizar algunas regulaciones para validar los métodos on-line como canales efectivos. Entre ellas, las referentes a los mecanismos de rendición de cuentas, los reglamentos que pautan
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162 el funcionamiento y las rutinas productivas, y, sobre todo, cuestiones relacionadas con la clasificación y publicación de información. Además, implementar este tipo de propuesta requiere utilizar fuerza de trabajo capacitada, superar temores, organizarse de modo diferente, involucrar a más personas y tener en cuenta sus criterios en el resultado final. Precisa, sobre todo, la voluntad real de transformar. Internet le sirve a la política, principalmente, si permite a los ciudadanos participar en la toma de decisiones y llevar las acciones de gobierno a su expresión más popular y abierta; pero eso supondría cambiar las reglas del juego para ponerlas a tono con el nuevo escenario.
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Dirección: Elaine Díaz Edición: Tomás E. Pérez y Gilberto Padilla Ilustraciones y diseño: MONK Fotografía y video: Ismario Rodríguez.