En el
Camino
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Ejemplar gratuito
La crisis humanitaria dentro de un albergue para niños migrantes en E.U. Pág. 4
México, DF, lunes 4 de mayo de 2015 | Número 22
Tus derechos: ¿Quién puede aplicar a una Visa Humanitaria en México? Pág. 7
Viacrucis Migrante
Día de las madres Cuando los hijos faltan
Desobediencia civil en contra del Plan Frontera Sur
El 10 de mayo es el día dedicado a las madres en países de Centroamérica y México. ¿Cómo celebrar cuando un hijo falta? Cada año, la caravana de madres de migrantes recorre el país en busca de los suyos. Para las miles de familias que han sufrido con desapariciónes, esta fecha es un día de batalla contra el olvido.
Foto: Ximena Natera
Fotos: Prometéo Lucero
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Consejo PRÁCTICO
¿CÓMO VIAJAR?
La temporada de calor se ha acentado en el país, el camino se vuelve más complicado y cansado por las altas temperaturas que agotan el cuerpo. Llevar agua no siempre es posible, para aliviar la sed, mastica las frutas que te encuentres en el camino, así conseguirás jugo sin enfermarte, pues, por la teporada, aún no madura.
En el Camino es un proyecto de Periodistas de a Pie con el apoyo de Open Society Fundation. Se imprimen 3,000 ejemplares. Editores: Alberto Nájar y Daniela Pastrana. Diseño: Jazmín Estrada. Fotografías: Prometeo Lucero, Ximena Natera Y Ana Ramos . Asistente de edición: Ximena Natera.
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2 de ayuda Albergues Casa del Migrante. Tapachula, Chiapas. Avenida Hidalgo sin número, colonia San Antonio Cahoacán. Tel. 01 96262 67770 cdelmigrante@yahoo.com
Albergue Jesús El Buen Pastor. Tapachula, Chiapas Carretera a Raymundo Enríquez sin número. Cel. 962-1532-995 alberguejesuselbuenpastor@yahoo.com.mx
Casa del Migrante Hogar de la Misericordia. Arriaga, Chiapas. 5ª Sur No. 1420, colonia Playa Fina.
Tel. 966 665 8904 044-966-1010973 044-966-10500029 carbartsol@hotmail.com
Albergue Hermanos en el Camino, Ixtepec, Oaxaca. Av. Ferrocarril Poniente No. 60, Barrio La Soledad
Tel. 971-7132264 solalinde@hermanosenelcamino.org
Comedor Migrante San José Huehuetoca, Edo. de México Quintana Roo sin número, Barrio San Bartolo
Tel. 202-4586002 Albergue Belén, Posada del Migrante. Saltillo, Coahuila Juan Erbaez No. 2406, esquina con Prolongación Salazar, colonia Landín.
Tel. 844-4148317 y 844-4891804 Casa del Migrante. Irapuato, Guanajuato. Calle Río Silao No. 1897, Frac. La Pradera
Tel. 462 135 3654
EDITORIAL
El instituto Nacional de migración otorgó 80 permisos de salida a migrantes
Desafío de Migrantes P
72 migrantes
200 migrantes y activistas protestaron en contra del Plan Frontera Sur Por XIMENA natera
El Viacrucis Migrante que desde hace cuatro años se lleva a cabo en el sur del país como protesta por la precaria situación de los migrantes, se convirtió en uno de los mayores desafíos a la política de cierre de fronteras que México instaló con el Plan Frontera Sur en 2014. Más de 200 migrantes encabezados por el Padre Solalinde empujaron fronteras con una caminata para exigir al gobierno la eliminación del Plan que se ha invisibilisado a los migrantes al prohibirles el uso del tren y alejarlos mediante retenes de los Albergues. El viernes 4 de abril entró a la ciudad de Ixtepec en Oaxaca, el Viacrucis Migrantes 2015, formado por casi 200 personas. La procesión, que había iniciado 11 días antes en el Río Suchiate, sumó integrantes mientras recorría, a pie, los 446 kilómetros desde la frontera con Guatemala. Una vez en el albergue Hermanos en el Camino de Ixtepec y ante el acecho que el Instituto Nacional de Migración había mantenido sobre la caravana, Solalinde y los organizadores decidieron seguir con el viacrucis hasta la Ciudad de México como protesta. “Dejarlos aquí es como dejarlos libres para la caza”, dijo en una reunión Armando Medi-
Foto: Ximena Natera
Teléfonos
Miembros de la procesión forman cadena humana durante el enfrentamiento con el INM. na, el Colocho, un joven activista hondureño. Tras anunciar la decisión de seguir, el INM impidio el paso del Viacrucis, sitiando al albergue y a los casi 500 inquilinos dentro del el, por más de dos semanas, provocando una situación de desesperación sin precedentes para los voluntarios. Bajo circunstancias normales, el albergue llega a mantener un promedio de 80 personas al día, muchos de ellos con estancias largas que acompañan sus procesos de regularización o denuncias penales. Con 400 migrantes, su capacidad está rebasada. El viacrucis llegó en momento de sequía, por lo que el suministro de agua disminuyó a casi la mitad y mantener comida en los platos de todos los inquilinos du-
rante dos semanas fue una tarea titánica, un jueves por la mañana, una camioneta pick-up entregó al albergue media tonelada de verduras viejas y podridas. 20 voluntarios pasaron toda la mañana y parte de la tarde espulgando y limpiando las verduras hasta dejar 15 cestos de comida lista para usar. El equipo de encargados de la cocina, dos voluntarias, tres migrantes y una hermana religiosa, trabajaban bajo presión de 6 de la mañana a 10 de la noche, intentando insertar en sus rutinas mil 200 raciones extras de comida al día. Aunque cada uno de los 500 kilómetros recorridos pesa sobre el cuerpo, el viacrucis significó para la familia Sánchez su seguridad. Al caminar los 24 kilómetros sobre la carretera entre Arriaga y Corazones, la carava-
na evadió la zona de la Chatarrera y la Tembladera, donde miembros de las comunidades se han unido en grupos para instalar puntos estratégicos de asaltos. Empezaron como puntos de robo común pero la violencia se ha disparado, rápido y sin detenerse. “Llegan a una trampa preparada por personas que conocen las zonas, porque les pertenecen”, dice Jessica Cárdenas, trabajadora social. Después de romper el cerco policiaco del INM, el viacrucis pudo seguir su camino hacia el D.F en un acto de desobediencia civil. “La causa es mayor que avanzar, es para asegurarnos que los que vienen detrás de nosotros no sufran este acoso y violencia”, termina Wilson Alexi, activista Hondureño refugiado en México.
or primera vez en la historia reciente, el número de migrantes centroamericanos que cruzan a Estados Unidos es mayor a los mexicanos. Eso dicen las últimas estadísticas de deportaciones realizadas por la Patrulla Fronteriza, que avalan algunos centros académicos estadunidenses. En 2014 más de 229,000 mexicanos fueron repatriados mientras que en el mismo lapso la cantidad de migrantes de Centroamérica fue superior a 257,000 personas. Los números reflejan el descenso paulatino de la migración mexicana al norte que empezó hace seis años, pero también evidencian que el sellamiento de la frontera con Guatemala ha servido de muy poco. Desde agosto del año pasado se implementó el Plan Frontera Sur Segura, una estrategia que se presentó como acción humanitaria pero que en el fondo sólo pretende cerrar la puerta a los migrantes más pobres y sin documentos. La realidad es otra. A pesar del despliegue de miles de policías y soldados la migración no se detiene, sigue. Lo subraya el número creciente de deportaciones centroamericanas. El Plan Frontera Sur debe cancelarse. Hasta ahora, lo único que ha sucedido es que los migrantes corren más riesgos y los traficantes de personas ganan más dinero. ¿Es ese el objetivo real del gobierno de México?
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Mamá, migrante y defensora
LA HISTORIA
Los niños refugiados en el norte El 70% de los niños que llega a Estados Unidos se reunirá con su familia Por Periodistas de a pie El presidente Barack Obama le llamó “crisis humanitaria”, una diplomática forma de decirse sorprendido por el cambio en el flujo de niños no acompañados que llegaron a su frontera en 2014. La cifra promedio de 4 mil niños detenidos al año pasó a más de 57 mil. La mayoría proveniente de Honduras, El Salvador y Guatemala. Estos niños tienen razones para emigrar: la falta de oportunidades en sus países, el deseo de reunificarse con sus familias o por huir de la violencia. Quizá, la razón más importante es la creencia, esparcida como rumor en centroamércia, de que si logran sobrevivir el viaje por México, tienen muchas probabilidades de quedarse en Estados Unidos por un tiempo. Según datos oficiales sólo 10 % de los niños son deportados. Otro 20% es enviado a casas especiales mientras se hace una búsqueda familiar. El restante 70% consigue reunificarse con su familia mientras espera una audiencia para definir su situación en el país. Es un proceso que puede durar años, pues el sistema migratorio está saturado, pero el hecho de llegar con sus familias no los hace residentes y no garantiza de ningún modo la permanencia en el país.
Joe ha pasado la mitad de su vida con niños migrantes, desde los tiempos en que caminar por Texas sin documentos migratorios era tan normal como votar por el Partido Republicano. Ahora es responsable de una casa a donde llega un pedacito de la oleada de niños desde centroamérica. “Tenemos tres funciones: reunificar a los niños, aculturarlos a la forma de vida y darles seguimiento, partiendo de la idea de que todos los niños que han decidido migrar han sufrido algún tipo de abuso”, dice este mexicano nacionalizado estadunidense. A las 7 de la mañana, los chicos arreglan las camas, limpian el piso y los baños. Su rutina cotidiana. El cuarto huele a naranja, hay cuatro camas con cuatro vestidores, el piso se ve mojado y sobre la cama está sentada una niña de tez morena, cabello negro y ojos color olivo. Su nombre es Irene y tiene 13 años. Irene mueve el trapeador de un lado a otro sin levantarse. Deja de trapear y sonríe con una mueca. – Si huele bien, tiene que estar limpio, ¿no? Cuenta que le molesta hacer el aseo, lo hace desde que llegó, tres semanas atrás. Emigró desde El Salvador después de que murió su abuela. Iba a reunirse con su madre, que desde hace 10 años vive en Houston. – Mi mamá lo organizó todo (el viaje) en cuanto se enfermó mi nana. Después del entierro me subí a el camión con él, y como verás, llegué. “Él” es el pollero que la guió en el camino. Joe explica que el hombre también abusó de ella durante el trayecto. Irene no puede pronunciar su nombre, mientras el hombre sigue guiando migrantes a la frontera. – ¿Por qué te molesta que Joe te llame “ojos bonitos”? – Así me llamaba él.
En E.U hay tres categorías de albergues para niños migrantes sin documentos: “shelter”, donde se da alojamiento, vestido, comida y educación; “staff secure”, a donde se envía a los chicos con comportamiento disfuncional; y “secure”, que aloja a niños que han cometido delitos con agravantes. La decisión final de a qué tipo de albergue se enviará a cada niño, corresponde a la Oficina de Reubicación de Refugiados (ORR), que financia los 140 programas que ven por el cuidado de los niños en la Unión Americana. A las 10 empiezan las clases. El enfoque principal es geografía, historia, ciencias, inglés. Los profesores repasan sus conocimientos sobre las leyes estadunidenses y los “live skills”, consejos prácticos para el día a día en Estados Unidos: Cómo contratar una cuenta bancaria, llenar solicitudes de empleo y cómo abordar el transporte público. En promedio, se quedan entre tres semanas y tres meses. Pero hay casos en los que la estancia se extiende. Joe recuerda a una niña de 10 años que, como Irene, fue a Estados Unidos a buscar a su madre después de que murió su abuela. La niña tenía ilusión de conocer a su madre, a quien no había visto en más de 5 años, pero la mujer llegó con otra hija pequeña y la niña ya no la quiso ver. Fue necesario que su madre se la llevara por la fuerza, después de 7 meses. “Es muy difícil para los niños darse cuenta de que hay otros niños en su familia con una realidad mucho más bonita – dice Joe. Por lo que supe, la primera semana que vivió con su mamá lloró todos los días, le costó trabajo, pero ya después, pues creo que se acostumbró a su nueva realidad”.
Foto: Ana Ramos
Por Periodistas de a pie Hace un par de meses Paola intentó viajar a su natal Honduras desde la Ciudad de México. En el aeropuerto, cuando intentaba documentar su equipaje, la encargada de la aerolínea le informó que su boleto había sido cancelado. Paola, decepcionada y enojada regresó a su casa y le habló a su madre en Tegucigalpa. -Yo cancelé tu boleto hija, le dijo. -¿Porqué mamá? Yo las quería ir a ver. Quiero verlas. Las extraño -No hijita, ahorita tu lugar está allá. Paola Quiñones, dejó su natal Tegucigalpa hace dos años. La desesperación la sacó de su país. Desesperación por su futuro y el de su hija de tres años que tendría que crecer esquivando la violencia desquiciada en las calles de su país. Así que se fue, de 20 años, cruzó Guatemala y entró a México, caminó cientos de kilómetros y recorrió otro tanto en el tren. Con cada kilómetro recorrido fue transformando su terror en coraje. “Los policías, la migra, los que buscan sacarte todo... el abuso... como si no fueramos personas. No importamos, estamos solos.” En Ixtepec, Oaxaca pasó cuatro meses mientras tramitaba su visa humanitaria y encontró un vínculo con la otras mujeres y sus historias. “Empecé a ayudar a las mujeres porque igual que yo, estaban solitas, pero me di cuenta que reconfortarnos después del viaje no es suficiente, hay que luchar para evitar los peligros y las injusticias.” Paola escogió su lucha desde entonces, es activista y vocera de las mujeres migrantes. “Se que me quieres y que allá estás ayudando a otras mamás. Estoy muy orgullosa de ti mami”, le dijo su hija ese día por teléfono. “Yo me limpié las lágrimas y regresé a trabajar al albergue”, dice Paola.
Paola Quiñones, defensora de migrantes.
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pasatiempo
Tus derechos: Visa Humanitaria
Basta
Por Periodistas de a pie En la Ley General de Víctimas, publicada el 9 de enero del 2013, se obliga a las diferentes autoridades de todos los ámbitos de gobierno a proporcionar ayuda, asistencia o reparación integral a aquellas personas que sin importar, sexo, edad, religión, orientación sexual o nacionalidad hayan sido víctimas. Dentro de la misma ley, se considera que víctimas son aquellas “personas físicas que hayan sufrido algún daño económico, físico, mental, emocional, en general cualquiera puesta en peligro o que haya sufrido lesión a sus bienes jurídicos o derechos como consecuencia de la comisión de un delito o violaciones a sus derechos humanos reconocidos en la Constitución del Estado Mexicano sea Parte. Con esto como contexto, la Visa de Visitante por Razones Humanitarias es un permiso renovable otorgado para extranjeros que han sido “víctimas o testigos de un delito cometido dentro del territorio nacional cuando dicha circunstancia sea reconocida por la autoridad competente”. Esto significa que si sufriste algún tipo de violencia, robo o delito por parte de autoridades o personas civiles en México tienes derecho a denunciar sin ser detenido o deportado por tu situación migratoria, lo que te permitirá recibir una visa humanitaria y ayudar a evitar futuras víctimas en el camino. Pide orientación sobre tu caso en los Albergues para migrantes. Ellos te ayudarán.
¿Tienes algo que contarnos?, envíalo al facebook /enelcamino
El CAMINO DEL MIGRANTE
¿sabías qué? Foto: Ximena Natera
“Al migrante le pesa el hambre y la sed. Ser inmigrante es como ser delincuente sin serlo; es como ser fugitivo, sin haber cometido falta alguna. Algunos dicen que el delito fue ser pobre. A nadie importó en su propia tierra. Asfixiado por las deudas y la violencia; sin oportunidades; sin futuro; partió. El migrante no encuentra su lugar en ningún sitio; es mercancía para la delincuencia. Sabe que si llega a Estados Unidos allí tampoco lo recibirán.” Alejandro Solalinde
En los siguientes meses, ondas de calor elevarán las temperaturas del desierto hasta los 55 grados en ciudades como Altar, Caborca y Nogales, zonas con alta presencia de migrantes.