Autobiografia aneli

Page 1

BENEMERITA ESCUELA NORMAL MANUEL ÁVILA CAMACHO

DOCENTE: ANELI GALVÁN CABRAL

CURSO: EL SUJETO Y SU FORMACIÓN PROFESIONAL COMO DOCENTE

LICENCIATURA EN EDUCACIÓN PREESCOLAR

PRIMER SEMESTRE

AUTOBIOGRAFIA

NOMBRE: PERLA LIZBETH NÚÑEZ MARTÍNEZ


“La formación es un proceso de desarrollo individual tendiente a adquirir o perfeccionar capacidades de sentir, de actuar, de imaginar, de comprender, de aprender, de utilizar el cuerpo”…(Guilles Ferry, 1990)

Al hablar de formación profesional y de esa elección de vida tan importante es necesario tener presentes los momentos y las circunstancias que motivaron en nuestra persona esa gran decisión que transformara mis estructuras mentales y será mi forma total de vida, por lo tanto en éstas páginas haré un intento de encontrarme con mis propias circunstancias, tratare de comprender que fue lo que me llevó a elegir ésta tan digna profesión. Es necesario conocer los sucesos pasados en la vida de las personas para poder comprender el presente y llegar a imaginar su futuro, esto puede ser un intento de escribir mi autobiografía, en la cual describiré sucesos importantes o no, que le darán claridad a mis lectores y a mi propia persona del porque he tomado tales decisiones. Primeramente entendamos pues que es autobiografía y que aporta. Según Clark, (2004) las biografías son procedimientos, de objetivaciones los individuos en sujetos. Este querer saber de sí mismo, puede ser –entonces- un instrumento de poder; modas secularizadas de «confesión» para controlar accediendo al conocimiento de una vida personal y privada, “para la elaboración de la autobiografía se requiere de dos elementos”: A) Encontrar la información dentro de nosotros mismos B) Buscar en nuestro exterior.

Primeramente me gustaría mencionar que hasta hace poco tiempo el escribir una autobiografía, era hablar de aquellos hombres ilustres e importantes que parecen ser parte de lo no común y en realidad no lo fueron, pues de alguna manera, si analizamos éstas autobiografías los escritores son personas que tuvieron cosas importantes que decir de sí mismos, de hechos y acciones desarrolladas en sus tiempos, hechos y acciones trascendentales. En las cuales lo irrelevante quedó fuera del contexto.


En mi caso la intención es conocerme un poco más a mí misma, comprender el porqué de mi presente y seguir en la construcción de mi proyecto de vida que a fin de cuentas está en proceso de construcción. Hoy recurro a los recuerdos más lejanos, profundos e importantes de mi vida; con la intención de volver a disfrutar de esos cálidos instantes donde aparecen las primeras personas de mi vida. Mi nombre es Perla Lizbeth Núñez Martínez tengo la edad de 20 años, nací un 5 de agosto de 1994 en la ciudad de Zacatecas, México. Hija de Lorena Núñez Martínez, y soy la hermana mayor de 4 mujeres Sugey Jazmín Núñez Martínez de 18 años, Ana Isabel Rodríguez Núñez de 7 años y Rubí Estefanía Rodríguez Núñez de 5 años. Mi crianza estuvo a cargo de mis abuelos maternos María Teresa Martínez Cabrera y Juan Francisco Núñez Romero, quienes apoyaron totalmente la formación permanente de mi madre pues los tiempos requerían cada vez mas de la actualización continua, dentro del ámbito del magisterio. Para Ferry la formación permanente ha ocurrido específicamente a enseñantes para asegurar conferencias y cursos de su especialidad ella seguía estudiando mientras mi hermana Sugey menor que yo dos años, crecimos con nuestros abuelos, quienes con su ejemplo de vida nos despertaban el amor por prepararnos siempre para “defendernos” en la vida. Según Jiménez el contexto familiar en el que convivieron, la atmosfera simbólica que valoraba la docencia, las practicas formales e informales observadas en sus padres y el trayecto de escolarización produjeron disposiciones para elegir la profesión como una herencia en las relaciones sociales. Mi trayectoria de formación comenzó cuando al ir creciendo mi madre me llevaba a su trabajo, también la acompañaba en ocasiones a los cursos de actualización a los que asistía, esto influyó en mí el amor a la escuela, a aprender, a querer ser una persona de bien, esto se lo agradezco demasiado, ya que ahora estoy donde estoy. Gracias a este amor que en mi creció por la escuela yo quería asistir a clases en el Jardín de niños de mi madre, pero ella me decía que en realidad no podía llevarme con ella a diario ya que laboraba en una comunidad muy lejana y sería cansado para mi, así que solo me llevaba en ocasiones. A la edad 5 años comenzó mi primer ciclo escolar formal, ingresé al jardín de niños cerca de mi casa llamado “Tizinzilini”, no recuerdo específicamente el nombre de mi maestra de éste ciclo, recuerdo que era de piel blanca, pelo corto y rubia. Esta primera experiencia en una institución no fue muy grata para mí ya que yo esperaba algo como las clases de mi madre que impartía a sus alumnos, esa


dinámica que compartía ella con ellos, esa comunicación y ese entusiasmo; yo era una niña muy tímida y poco sociable y creo que la docente no tuvo esa dinámica para hacernos sociables entre nosotros y tampoco formo mucha comunicación ante ella, esto me desmotivaba, también un factor que influyo en esta falta de dinamismo fue que la maestra estaba un poco desmotivada o falta de energías ya que estaba pasando por un embarazo, creo que no fue uno de sus ciclos preferidos. Delors afirma que si el primer maestro que encuentra un niño o un adulto está insuficientemente formado y poco motivado, son las bases mismas sobre las que se debe edificar el aprendizaje futuro las que conocerán de solidez. Pero aún así yo seguía con esas ganas de aprender, y de querer ser docente de preescolar, por influencia de mi madre aunque no había tenido esa satisfacción del preescolar al que asistí. A la edad de 6 años ingreso a otra etapa la cual trajo consigo experiencias significativas, emociones y sentimientos encontrados hacia mis docentes y compañeros; la primaria. Mi primera maestra de este ciclo fue Yolanda una docente ya grande de edad, no recuerdo en si características físicas de ella, solo recuerdo esos cálidos momentos de satisfacción al haber cursado con ella dos ciclos escolares de gran aprendizaje, la maestra Yolanda siempre me tomó como una de sus mejores alumnas ya que a fin de ciclo se me otorgaban diplomas de los primeros lugares en aprovechamiento; veía una figura materna en ella por el tiempo que estuvo con nosotros y por esa preocupación que ponía por nosotros sus alumnos. Así seguí pasando hermosas experiencias en la primaria, como también experiencias no muy agradables, ya que en ocasiones no teníamos un profesor fijo y esto retrasaba nuestro aprendizaje, aunado con esto llamábamos malos profesores a quienes no tenían valores, no tenían un trato digno con nosotros, no sentían ese gran compromiso con su trabajo y no se apreciaba ese amor hacia nosotros “los niños”. Según Emilio Tenti podemos clasificar características no cognitivas señaladas como deseables y prioritarias en este perfil del maestro ideal en dos tipos distintos: a) Características morales y conductuales que se expresan durante las

siguientes voces: “entusiasmo”, “paciencia”, “perseverancia”, “dulzura”, “ternura”, “afabilidad”, “prudencia”, “honestidad”, “desinterés”, “vida sin tacha”, “firmeza de carácter”, “caballerosidad”, “abnegación”, “entrega”, “temperancia”. b) Características físicas y de autopresentación tales como el “porte exterior”,

“los buenos modales”, “el tono de la voz, la vista y los oídos”, “vestimenta”, etcétera. Así fui concluyendo una etapa y seguí mi formación profesional, a la edad de 12 años ingresé a lo que fue mi educación secundaria, ésta etapa creo que como


para todos es algo difícil ya que es donde vamos adquiriendo nuestra identidad y personalidad, hubo un momento en que yo estaba insegura de que profesión tomar más delante, ya que fui siendo mas consiente y crítica del trabajo de mi madre y tomaba por conclusión que era una profesión digna ya que trabajar con pequeños es hermoso, pero notaba que mi madre en la mayoría de las ocasiones no estaba con su familia, con nosotras sus hijas, y esto para mi repercutía mucho ya que soy una persona muy sensible, respecto a esto hubo un momento en que dije jamás seria maestra, yo quiero pasar tiempo con mis hijos cuando los tenga. Pero yo seguía asistiendo al jardín de niños de mi madre y seguía causándome ese entusiasmo ver su aula de trabajo, el trabajo con los niños y todo las cualidades de esta profesión. En una ocasión una amiga de mi madre me comentó de un programa en donde adolescentes podrían realizar un servicio social como instructores comunitarios, es decir trabajar con infantes; me emocionó demasiado la idea de ingresar a esta experiencia que sabía que me iba a dejar gran sabiduría y contribuiría a tener claro si estar enfrente de un grupo de niños era lo que yo veía desde el exterior, así que tomé esta gran decisión en mi vida. Apenas cumpliría 15 años de edad al ingresar a esta nueva experiencia, de hecho me festejaron mi cumpleaños ahí, para mí la capacitación que recibí durante más de dos meses fue muy placentera ya que conviví con personas de diferentes edades, todos adolescentes pero unos mayores que otros y esto fomentó una gran convivencia entre todo el grupo, Ramírez afirma que crear un ambiente de confianza favorece para que los alumnos puedan expresar sus ideas explicar procesos y aclarar dudas: el ambiente es uno de los factores más importantes que influyen dentro de un salón de clase. Al terminar la primera semana de la capacitación nos dijeron en qué nivel impartiríamos clases, por supuesto yo quedé en preescolar afortunadamente, yo me sentía muy contenta y animada, al terminar el curso me asignaron mi comunidad, creo que me consideraron por ser una de las más pequeñas y me dejaron en una comunidad no muy lejana no como lo esperaba, la comunidad se llama “San Antonio de los Negros” en la cual viví la experiencia más hermosa y significativa que he vivido me llene de experiencias buenas y malas, pero en realidad todas fueron benefactoras porque así logré superar retos y dificultades que me hicieron más fuerte e independiente cada día, conviví con mi objetivo principal que fueron los niños, al igual que madres y padres de familia, gente de la comunidad y hasta con maestros titulados que me ayudaron a salir adelante con mi trabajo y concluirlo con gran satisfacción; creo que sin la maestra Luz no hubiera sido lo mismo por lo cual estoy plenamente agradecida con ella ya que me orientó por un buen camino, me enfrente con dificultades como en una ocasión, los niños eran muy salvajes y no conocían de una figura autoritaria de maestro (a) ya que yo fui la primera instructora de esa comunidad, en un principio los niños no me aceptaban e incluso llegó a decir un niño que


tomarían su pistola y me mataría lo cual yo me decepcione de mi misma y me dije “no estás haciendo un buen trabajo” y fue ahí que me propuse a poner más empeño, tener más paciencia e incluso planear correctamente mi clase, tomar otras medidas para lograr que les motivara ir al jardín. Así que éste fue mi primer acercamiento a lo que es hoy la profesión que estoy formando. Como nos menciona Ramírez la verdadera docencia, la que no nos enseñan en la Normal, esa que solo se obtiene viviendo la experiencia –una muy significativa experiencia– que combinada con los procesos de enseñanza-aprendizaje, conjuntamente con los modelos pedagógicos, marcará la pauta en nuestro trabajo docente y durante las siguientes prácticas. Ingresé a la edad 17 años al bachillerato me afilié un poco después por los dos años que presté para mi servicio comunitario, aquí empecé a ver la vida de otra manera, con más responsabilidad ya que iba dos años “atrasada” y no podía perder más el tiempo para ingresar a la Normal, estaba desesperada por ya ingresar al nivel superior porque estaba plenamente segura d lo que quería, puse todo mi empeño para que me asignaran buenas calificaciones para poder ingresar a la Normal, pero empezaron los rumores de que los docentes ya no tendrían trabajo, que ya no iba a ser lo mismo, que se verían muy afectados los docentes, yo desconcertada me preguntaba que pasaba, me empecé a desanimar incluso mi madre triste también me aconsejó que optara por otra profesión, pero que si mi vocación eran los niños pues que no me importara y siguiera con mi sueño, pero fue ahí que tome la decisión de optar por psicología ya que se relaciona con la educación, pero en realidad no era muy satisfactorio para mí, y me decía a mí misma “pero es lo que te gusta échale ganas” y como aporta Jiménez, los imaginarios son representaciones sociales no concretas, sino esquemas abstractos subjetivos de representación de los fenómenos sociales que rigen los sistemas de identificación y de integración social. Al terminar mi bachillerato tome la decisión de realizar examen CENEVAL para dos licenciaturas como ya lo mencioné psicología y para educación preescolar. Favorablemente me aceptaron en psicología y al día siguiente de los resultados de la facultad de psicología publicarían los de la Normal yo me sentía un poco nerviosa pero no demostraba estarlo tanto, en cambio mi madre estaba tan entusiasmada por saber los resultados y al amanecer me despierta y tomamos la decisión de ir a ver personalmente lo resultados, en ese momento me encontraba muy nerviosa, demasiado incluso vi mi nombre pero no quise ver el numero a su lado ya que de ahí partiría mi nueva vida, mi futuro, le dije a mi hermana que no me dijera que esperara, cuando me decidí ver el numero no pude creer que era la número 10 así que quise asegurarme de que era verdad y fui a control escolar preguntar quienes eran los aceptados, me dijeron que los 20 primeros números,


yo me llene de alegría, mi vida tomo otro sentido y me propuse poner todo de mi parte para enorgullecer a mi madre y devolverle un poco de eso que ella me ha dado; así que ella me estaba esperando en el carro y cuando llego le doy la noticia y ella llena de felicidad me felicita y con sus ojos cristalinos me da un fuerte abrazo y me dijo sabia que lo lograrías y solo te queda poner todo de tu parte para lograr ese gran sueño que debes concluir. Y ahora me encuentro en la Benemérita Escuela Normal Manuel Ávila Camacho orgullosamente en la Licenciatura de Educación Preescolar cumpliendo mi objetivo desde hace varios años, formándome profesionalmente y como dice Ferry la formación puede verse también como una institución que es un dispositivo organizacional que, por ejemplo, está hecho de programas, planes de estudio, de certificaciones, de construcciones. Una institución es también el lugar de práctica, con sus normas, modelos, su propia tecnicidad, su lenguaje fácilmente trivializable y sus practicantes, los formadores En lo que respecta lo que son ahora mis clases en la BENMAC estoy verdaderamente encantada con lo que he visto hasta el momento, al igual que mis profesores, mis compañeras de clase, hemos formado vínculos de amistad y afectivos que nos han fortalecido y nos apoyamos mutuamente, al principio tenía una perspectiva diferente de lo que serian mis clases en esta institución, pero eso no cambia mi opinión ni seguridad de lo que estoy haciendo “formándome”, no solo como profesionista sino como persona. como afirma Ferry una formación doble, una formación profesional y una formación de formadores: estas características estructurales, constitutivas de la problemática actual de la formación de enseñantes, aparecieron sucesivamente en relación con el contexto histórico-cultural. En éste momento la educación se ha visto modificada en su esencia con la nombrada reforma educativa, que se llevó a cabo este año y que pretende transforma de manera radical en las practicas escolares en función de la calidad de la educación, muchos docentes afirman que es una reforma laboral que trasgrede sus derechos de seguridad social y según Delors la concepción y aplicación de las reformas deberían ser de ocasión para tratar de lograr un consenso sobre los objetivos y los medios. Ninguna reforma de la educación ha tenido nunca éxito contra el profesorado o sin su concurso. Asi que yo he decidido correr el riesgo, el enfrentarme a ésta situación y valer por mis propios actos dentro de un sistema del cual ahora solo me interesa ese contacto con los niños que se manifiesta en la práctica docente, eficaz y pertinente.


Bibliografía Ricardo Clark, 2004

Ferry, Guilles, “El trayecto de la formación: los enseñantes entre la teoría y la práctica”, México, Paidós educador, 1ª edición, 1990. Jiménez, María de la luz, “Aprendices de maestros: la construcción de sí”, México, Pomares, Sin edición, Sin año. Mercado, Eduardo, “El oficio de ser maestro: Relatos y reflexiones breves”, México, Sin edición, 2007. Felipe de Jesús Ramírez Mendiola, “mi primera experiencia docente” , México, primera edición, 2004 Tenti, Emilio, “El arte del buen maestro”, México, Pax México editorial, Sin edición, Sin año. Delors, capitulo 7, “el personal docente en busca de nuevas expectativas”, sin edición, Sin año.


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.