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CARNE VACUNA UN DAÑO INESTIMABLE

¿Y los daños quién los paga?

LA SUSPENSIÓN DE LAS EXPORTACIONES DE CARNE VACUNA TIENE CONSECUENCIAS NEFASTAS SOBRE LA VOLUNTAD DE INVERSIÓN DEL SECTOR, DAÑA EL INGRESO DE DIVISAS DEL PAÍS Y NOS DEJA MAL PARADOS ANTE CLIENTES CLAVE, COMO LOS CHINOS.

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Por SUSANA MERLO ESPECIAL PARA CHACRA | contenidos@revistachacra.com.ar

Nadie, ni en los sueños más trasnochados, hubiese imaginado que los venezolanos,

habitantes del país del petróleo, iban a hacer largas colas para conseguir un litro de

combustible. O importarlo desde Irán. Menos que menos podían sospecharse las emigraciones masivas de personas que no pueden poner un plato de comida en la mesa todos los días. Hablamos de un pueblo que se autoabastecía en más del 85 % de los rubros alimenticios, un escenario que casi ha desaparecido totalmente. Vale la pena recordar este drama humano; hay

mucha gente que cree que jamás nuestro país

podría llegar a esa situación. Tal vez sean los mismos que pensaron que nunca se iban a cerrar las exportaciones del principal y más antiguo producto de la industria local, ya que se remonta a los saladeros de la Colonia, y sin embargo, Néstor Carlos Kirchner lo hizo en marzo de 2006. La referencia es a la carne vacuna, nuestro producto emblemático, como el petróleo para Venezuela.

TODO MAL

Tras el dramático resultado de aquella equivocada decisión, que llevó a saltos estrepitosos de los precios internos, a una caída de la oferta y, peor aún, a la liquidación de un 20 % del rodeo vacuno total (que aún no se termina de recomponer a pesar del tiempo transcurrido), hubo más de uno que sostuvo que jamás se

podría repetir una decisión oficial tan errónea, y con un costo tan alto para el país, hasta que apareció Alberto Fernández y lo hizo de

nuevo. El golpe es profundo. De más está decir que el

daño ya está hecho, más allá de que pudiera

haber algún tipo de corrección. Y esto es así porque en cualquier planteo humano, comercial o político, la clave está en la confianza, y es lo que ha perdido la gente de campo. ¿Cómo se puede invertir si no hay credibilidad, ni en el futuro ni en la política interna? Obviamente, los bolsillos se cierran, independientemente de las protestas que puedan o no hacerse. Es uno de los grandes motivos por el cual la Argentina

productiva está virtualmente estancada, y

hasta en retroceso, en muchos de sus rubros más importantes, desde hace más de una década y media. Y quién tranquiliza a China, que vio cómo desaparecía de golpe el país que explica el 23 % de sus importaciones de carne vacuna, lo cual la obliga a buscar nuevos proveedores. O al co-

mercio global, que se sacudió por la ausencia

repentina del quinto exportador mundial. Dicen los corrillos que los chinos están muy disgustados, veremos cuán difícil es volver a ellos, si es que se logra.

INMUTABLES

Lo cierto es que nadie hizo jamás un mea cul-

pa sobre los resultados de las políticas lle-

vadas adelante. ¿Qué tienen ahora para decir, por ejemplo, la exministra de Economía, Felisa Micceli, o su subordinado en Comercio, Miguel Peirano, o Miguel Santiago Campos, extitular de Agricultura, que eran quienes estaban en funciones en 2006 cuando se produjo el primer cierre de exportaciones? ¿Se arrepintieron?, ¿hicieron un acto de contrición y pidieron disculpas?, ¿el sector se los pidió o, por el contrario, los contrató? Se podrían hacer muchas más preguntas de este tipo, pero no hace falta. Con-

testando estas pocas se sabrá qué es lo que

nos espera, y también por qué.

INSÓLITO

Todo es tan increíble que hasta se escucha a exfuncionarios muy controvertidos como Ricardo Echegaray, que estuvo al frente de la ONCCA, o el exsecretario de Comercio, Guillermo Moreno, opinando sobre distintas cuestiones como si nada tuvieran que ver con la situación a la que llega hoy el campo (y el país).

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