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Consolidación AgTech

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Se realizó en Honduras un encuentro sobre innovación tecnológica en el sector agrícola con expertos de la región. En dos días de conferencias, se buscó promover el intercambio y el desarrollo. Ecosistema AgTech: el desafío de consolidarlo

Por CARLOS VIDAL ESPECIAL PARA CHACRA | contenidos@revistachacra.com.ar

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El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) realizó en la ciudad de San Pedro Sula, Honduras, el “Congreso Internacional de Innovación Tecnológica en el Sector Agropecuario Agrotech 2019”, en el que reunió a expertos nacionales e internacionales del sector, incluyendo sectores públicos y privados, academia, instituciones internacionales y ONG (Organismos No Gubernamentales) de casi todos los países de América Latina y el Caribe.

El objetivo fue promover el conocimiento, diálogo e intercambio de experiencias sobre el desarrollo e implementación de innovaciones tecnológicas en la región. El evento contó con un foro y una feria de proveedores de tecnologías aplicadas, y el patrocinio de la Alcaldía Municipal de San Pedro Sula y el Fontagro, entre otros.

Como parte de este encuentro, las principales temáticas abordadas versaron sobre: • T ecnologías para la provisión de servicios, monitoreo y resiliencia climática. • L a nueva agricultura digital y climáticamente inteligente. • R esponsabilidad social y tecnología. • I nversiones en innovación tecnológica inclusiva. • Implementaciones tecnológicas en el sector. • La relevancia de la formación de ecosistemas de innovación.

Las dos conferencias magistrales estuvieron a cargo de representantes de Argentina: Carlos Vidal, secretario de Fundación CEDEF, quien disertó sobre “Revolución 4.0 en el sector agropecuario” y Julian Baldunciel, de ACRONEX, sobre “Tendencias globales de innovación en el sector agropecuario”.

La participación de Fundación CEDEF (Fundación Centro de Estudios para el Desarrollo Federal) estuvo orientada a analizar el potencial impacto de esta revolución 4.0 caracterizada, principalmente, por la interrelación entre la sensorización y la automatización, la disponibilidad de datos en tiempo real y el poder de la nube.

En este marco, el sector agroindustrial debe internalizar que ya no es solo productor de alimentos, sino también un gran productor de datos que, relevados, sistematizados, procesados y analizados, son la base para la conformación de granjas y/o empresas inteligentes que permiten eficientizar los procesos productivos y comerciales, desde el productor hasta el consumidor.

El sector agroindustrial debe internalizar que ya no es solo productor de alimentos, hay otros puntos que debe tener en cuenta.

La relevancia de los datos se manifiesta en su máxima expresión en países como EE.UU., donde existen regiones en las que el 74% de los productores utiliza drones para evaluar, controlar y gestionar su establecimiento. El 51% ya lo opera y gestiona por su cuenta para monitoreo, análisis de suelo y salud de cultivos y ganados. AGTECH | CONGRESO

COMPARATIVO ENTRE DIFERENTES LÍNEAS DE INNOVACIÓN

CONVERGENCIA DE LAS CIENCIAS FÍSICAS, DIGITALES Y BIOLÓGICAS

FÍSICAS DIGITALES BIOLÓGICAS

Vehículos, tractores, sembradoras autónomas Internet de las cosas Agricultura Celular

Nuevos materiales (materiales inteligentes) Blockchain Microbiomas

Agrobots Sensorización Edición Génica

Impresión 3D y 4D Inteligencia Artificial Nanotecnología

Adicionalmente, surge el desarrollo de apps para celulares (como está sucediendo en Argentina), por ejemplo, para localizar contratistas, maquinaria de cosecha o camiones disponibles en tiempo y forma a fin de dar la máxima eficiencia al proceso. Todo este camino de innovación es posible a través de la convergencia de las ciencias físicas, digitales y biológicas (ver cuadro).

La dinámica experimentada por estas innovaciones marca el rumbo que el sector agropecuario enfrentará en las próximas décadas. A modo de ejemplo, podemos citar el mercado de drones: en el sector agrícola se espera un crecimiento del orden del 69% para 2050.

Lo mismo sucede con la impresión 3D y 4D, los mercados vinculados a la agricultura celular y las carnes sintéticas, los avances relacionados con “BlockChain” y -a partir de ello- de los “Smart Contract” y las posibilidades de mejora de trazabilidad.

Sin dudas, el gran dinamizador de muchos de los procesos de interconexiones de datos es el potencial del Internet de las Cosas (IoT): se estima que hay interconectados aproximadamente 10.000 millones de aparatos y se espera que ese número supere los 50.000 millones en el año 2030.

Este panorama de desarrollo tecnológico del agro puede resultar de sumo optimismo, pero hemos resaltado–como lo venimos haciendo- la preocupación que desde Fundación CEDEF tenemos respecto a la realidad que enfrenta el sector en muchas regiones.

Si bien en América Latina y el Caribe disponemos del 38% de la tierra agrícola del planeta y somos los mayores proveedores de alimentos del mundo, tenemos desafíos asociados a la desigualdad, los problemas de inversión, financiamiento e infraestructura que provocan la exclusión de muchos sectores productivos, el cambio climático y la desertificación.

Las herramientas vinculadas con la revolución AgTech prometen cambiarle la cara al sector agroindustrial.

En tal sentido, remarcamos cuatro de los desafíos que consideramos deben ser atendidos en la región con suma premura para lograr una mayor equidad en el desarrollo sectorial: la inversión y la adaptación de los sistemas de investigación, desarrollo e innovación; la educación; la infraestructura y la conectividad, y los aspectos regulatorios. Estos son solo algunos de los tópicos que se trataron durante el Congreso, en pos de avanzar en la superación de la brecha de innovación que existe en la región y que -como refleja un reciente estudio del BID- es responsable del 75% de la producción agrícola mundial pero receptora únicamente del 25% de las inversiones en tecnología global.

Tenemos el desafío de avanzar, como viene expresando desde hace tiempo el Instituto para la Integración de América Latina y el Caribe - INTAL, en un nuevo Contrato Social Tecnológico que, enmarcado en un Gobierno 4.0, permita a Estados, empresas, instituciones, empresarios e innovadores disponer de ámbitos de intercambio, crecimiento y desarrollo. Por ello, debe destacarse que -tal como nos sucedió en Argentina en noviemEN EL SECTOR AGRÍCOLA SE ESPERA UN CRECIMIENTO DEL 69% PARA 2050

bre de 2018 con las Jornadas de Silicon Valley Forum, organizadas por CEDEF, Revista Chacra y el Gobierno de Santa Fe- el entorno de este tipo de eventos internacionales permite afianzar espacios de intercambio y relacionamiento fundamentales para lograr que los beneficios de los procesos de transformación en marcha alcancen a cada uno de quienes son parte del sector.

Es prioritario multiplicar este tipo de acciones para la consolidación de un ecosistema de innovación exponencial, cada vez más amplio y profundo no solo en Argentina, sino en toda América Latina y el Caribe.

Nota de la redacción: El autor de este artículo es secretario de la Fundación CEDEF.

Los drones son una de las tecnologías que mayor desarrollo están teniendo a nivel local.

La cosecha de la actual campaña gruesa de soja y maíz se desarrolla anticipando cifras muy alentadoras. Ante este panorama, especialistas del INTA recomiendan prestar especial atención en la poscosecha. La “caja fuerte” de plástico

Por EZEQUIEL PEZZONI ESPECIAL PARA CHACRA | contenidos@revistachacra.com.ar

El productor que decida guardar parte de la producción en el silobolsa, debe evaluar el contenido de humedad del grano antes del embolsado.

Una vez más el acopio de granos en bolsas plásticas será la clave para resolver los asuntos de logística, alta demanda de transporte y acopio en instalaciones fijas.

La demanda es claramente superior a la oferta en una ventana de tiempo muy estrecha. Para el uso del silobolsa, la clave principal es la hermeticidad, aunque hay otros puntos clave para tener en cuenta.

Con el objeto de facilitar la toma de decisiones en estas labores y hacerlo con la mayor eficiencia para evitar pérdidas en calidad y cantidad, se detallan los puntos fundamentales, a partir de las recomendaciones del INTA-Manfredi y Balcarce. „

Para el uso del silobolsa, la clave principal es la hermeticidad, aunque hay otros puntos importantes para tener en cuenta.

Humedad

Además de los detalles técnicos a la hora del armado de la bolsa (ver Plazos máximos...) se debe considerar el contenido de humedad del grano al momento del embolsado, por su efecto posterior. Dicho valor dará las condiciones y plazos de guarda dentro de la bolsa. Cuando la humedad es inferior a 13,5 por ciento, el riesgo de pérdidas es bajo, el porcentaje de granos dañados por brotado o ataque de hongos es menor a 5 y podrá ser comercializado sin restricciones, incluso luego de doce meses de conservarlo intacto dentro del silobolsa.

No debe dejarse de considerar, además, que el grano durante la cosecha y manejo hasta la bolsa, o silo de chapa, puede sufrir daño mecánico no visible, además de la rotura.

Esto lo predispone de un modo diferente al ataque de insectos y microorganismos. Además, el tegumento de la semilla de soja sirve también para regular el intercambio gaseoso. Cuando la humedad es mayor a 13,5 % y menor a 16 %, el riesgo de deterioro es mayor y el costo de comercialización puede subir por el secado que, además, genera mermas por la humedad misma.

Para este rango de humedad y mayor también, se puede utilizar una solución de ácido propiónico a razón de, como mínimo, 3 litros por tonelada de soja para mejorar las condiciones de almacenaje.

Tal tarea debe ser muy bien realizada ya que hay que impactar sobre la mayor parte posible del grano. Buscar una buena distribución de los picos y trabajar con bajo flujo de granos. Si la humedad es mayor a 16%, el riesgo es muy alto, con valores claramente superiores a 5% de granos dañados y, normalmente, no se puede extender más de 30 días el plazo hasta la extracción.

En estos rangos de humedad del grano, la temperatura ambiente juega un rol preponderante, pues incrementa el riesgo; las bolsas ofrecen una su-

No debe dejarse de considerar, además, que el grano durante la cosecha y manejo hasta la bolsa, o silo de chapa, puede sufrir daño mecánico no visible, además de la rotura.

PLAZOS MÁXIMOS DE ALMACENAJE PARA SOJA. (Elaborado por INTA-Manfredi/Balcarce)

Contenido de humedad (%) Tiempo máximo de acopio Factores condicionantes Riesgo de pérdidas

Menos de 13 18 meses Hermeticidad Bajo

13 a 16 2 a 3 meses Hermeticidad y temperatura Medio

16 a 18 45 días Hermeticidad y temperatura Alto

18 a 20 Menos de 10 días Incremento de pérdidas Alto

Más de 20 0 días Incremento de pérdidas Muy alto

Es muy importante conocer que, durante la trilla, el grano puede sufrir daño mecánico, lo que lo predispone al ataque de todo tipo de patógenos. En soja, además, el tegumento de la semilla regula el intercambio gaseoso.

perficie proporcional muy superior a los silos de chapa y es más fácil que la temperatura llegue y afecte los granos.

Información no visible El control interno de los silobolsas es una de las claves que reduce las pérdidas de granos, tanto en cantidad como en calidad, ya que permite conocer qué es lo que pasa dentro y tomar decisiones asociadas y rápidas. La frecuencia depende del estado de los granos al momento del cierre. Cuando el grano fue guardado seco (13 % de humedad) puede monitorearse cada 30 a 45 días; de lo contrario, deberá ser más seguido.

Una de las opciones es realizar un calado que debe llegar hasta la parte más baja, sector donde la mayoría de las veces comienzan los problemas. Los puntos o sitios de monitoreo, y la cantidad por bolsa, dependen de la uniformidad de los granos guardados dentro. Si se marcó algún punto como de riesgo, será un sitio específico para el testeo. Otra forma de controlar el estado de los granos almacenados es mediante el monitoreo con equipos de medición de dióxido de carbono, que se basa en la respiración del grano asociada con los microorganismos, lo que produce un incremento en la concentración del gas y una reducción en la concentración de oxígeno, sobre todo con grano húmedo.

Esta tecnología permite localizar áreas o focos de alteración en plazos no superiores a los siete días de almacenamiento. Los equipos permiten sectorizar la bolsa y localizar el problema previo al deterioro de los granos, con una alta sensibilidad y sin dañar la integridad del plástico, ya que para la medición se introduce una pequeña aguja hipodérmica al tomar la muestra. „

El riesgo es alto con humedades por encima del 16% y un 5% de grano dañado. Normalmente el almacenamiento no puede ir más allá de 30 días.

Esto permite que un solo operario pueda evaluar entre 15 y 20 bolsas en una hora. El muestreo puede, además, georreferenciarse y hacer seguimiento remoto del historial de datos recolectados para planificar el orden que se dará a la extracción.

Cuando se desconoce el estado original de los granos guardados, los monitores no deben distanciarse a más de 4 metros entre sí, de modo de asegurar la detección de cualquier tipo de anomalía, incremento de dióxido de carbono y, en ese caso, proceder al calado en el sitio específico para determinar la causa y, entonces, tomar la decisión que corresponda para no tener pérdidas económicas en la comercialización.

Del mismo modo, cuando los granos acopiados con esta tecnología presentaban contenidos de humedad heterogéneos, los controles debían ser seguidos e intensos, uno cada 4 a 6 meses.

TÉCNICAS PARA UN BUEN ALMACENAMIENTO

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El sector donde se armará la bolsa debe ser firme y parejo, además de estar ubicado en una zona alta del campo o lote. Es preferible el uso de hojas niveladoras para alisar y limpiar la superficie del suelo en lugar de rastras de casquetes o zona con rastrojo en superficie. La bolsa debe ser armada en forma bien recta y con orientación norte-sur, de modo que reciba sol de ambos lados y no se produzca migración de la humedad intergranaria dentro de la misma. Durante el llenado es importante tener bien ajustado el freno de las embolsadoras y, de ser necesario, utilizar el freno del tractor especialmente en los momentos en que la máquina no recibe granos, ya que es allí cuando ocurren las deformaciones de la bolsa en forma de valle, que resulta en una cámara de aire donde condensará humedad. Esto es más grave y notorio cuando la humedad del grano en el momento de la cosecha es más elevada, superior a 14-15 por ciento. Al momento del cier re, además del termosellado, es recomendable hacer una zanja y enterrar la punta de la bolsa de modo de permitir el escurrimiento del agua de lluvia. El monitoreo frecuente de las bolsas ya cerradas es una condición obligada, además de protegerlas con alambrados eléctricos y limpieza de los alrededores. La hermeticidad del silobolsa se debe mantener durante todo el período de guarda y eso obliga a la revisión para realizar las reparaciones que correspondan y determinar causa y frecuencia de las roturas para aprender y planificar la siguiente campaña.

Cuando el grano fue almacenado con una humedad por debajo del 13%, es decir que tiene bajo riesgo de pérdidas, la frecuencia de monitoreo del contenido de la bolsa puede ser menor.

Nabos sin un pelo de zonzos

Diferentes tipos de crucíferas le complican la vida al productor en el sudeste bonaerense, especialmente en la implantación de la fina. Antes de mover los equipos asegúrese de haberlas eliminado.

Muchas crucíferas se han sumado a la lista de malezas con resistencia a herbicidas.

Las crucíferas se están incorporando a la lista de las familias de malezas con más casos de resistencia en Argentina, luego de las gramíneas y seguidas por las amarantáceas (yuyos colorados), y se están convirtiendo en un preocupante problema para la siembra de cultivos de invierno en zonas tradicionalmente trigueras. Hasta el momento, hay cinco especies de crucíferas con resistencia en el país: Raphanus sativus (Nabón), Brassica napus (Colza o Canola), Brassica rapa (Nabo), Hirschfeldia incana (Nabillo) y Rapistrum rugosum (mostacilla).

Entre las mismas, se presentan biotipos con resistencia a diferentes herbicidas, como al glifosato, a los inhibidores de ALS y al 2,4-D, a uno, a dos e incluso a los tres sitios de acción (ver cuadro).

La resistencia a los tres sitios de acción mencionados, limita marcadamente el número de herramientas químicas disponibles para su control. Si bien quedan otras alternativas de control (PPO, Fotosistema I y II, HPPD, PDS, etc.), se pierden naturalmente las más utilizadas.

La zona de mayor abundancia de estas especies resistentes son el centro y sur de la provincia de Buenos Aires, donde impactan, mayormente, en los cultivos de invierno (trigo y cebada) y en los barbechos a cultivos de verano.

No obstante, su amplio período de emergencias hace que también estén presentes en estos últimos. En Santa Fe y Córdoba, ya hay lotes con problemas de crucíferas resistentes, en especial, Hirschfeldia incana y en Tucumán, la Sección Malezas de la Estación Experimental Agroindustrial Obispo Colombres confirmó la resistencia de Raphanus sativus a inhibidores de ALS, de manera que las resistentes no se limitan al sur de Buenos Aires. Un trabajo experimental realizado por la Estación Experimental Agropecuaria INTA Barrow clarificó la problemática, de acuerdo con distintos tratamientos realizados con diferentes modos de acción.

En la localidad de Cristiano Muerto (partido de San Cayetano), en la provincia de Buenos Aires, los especialistas Ramón Gigón y Carolina Istilart llevaron a cabo un trabajo de evaluación de resistencia sobre una cebada implantada e infestada con una crucífera sospechada como resistente a los herbicidas de la familia sulfonilureas.

La maleza, al momento de la investigación, se encontraba en estado de roseta de 10 centímetros de diámetro y el cultivo, en estado de 2 macollos. Como parte del trabajo, se evaluaron once tratamientos, de los cuales cuatro fueron herbicidas comerciales de la familia sulfonilureas y los mismos con el agregado de un herbicida clorofenoxiacético de acción hormonal, como es el 2,4-D. Todos los tratamientos se aplicaron con el agregado de un coadyuvante tensioactivo no iónico al 0,2%.

Los resultados del trabajo de Gigón e Istilart fueron aclaratorios para las futuras tomas de decisiones. Todas las sulfonilureas evaluadas tuvieron un control similar y muy bajo. Si bien algunas plantas dentro de la población AGRICULTURA | MALEZAS RESISTENTES

BIOTIPOS DE BRASICÁCEAS CON RESISTENCIA EN ARGENTINA, SEGÚN AÑO DE CONFIRMACIÓN.

Año Especie Nombre común Resistencia a...

2008 Raphanus sativus Nabón ALS

2013

2014

2015

2016

2017

2018 Brassica napus Colza-Canola Glifosato

Brassica rapa Nabo Glifosato + ALS

Hirschfeldia incana Nabillo ALS

Brassica rapa Nabo 2,4-D

Hirschfeldia incana Nabillo ALS + 2,4D

Brassica rapa Nabo Glifosato + ALS + 2,4-D

mostraron reducción de crecimiento y clorosis, en general no superaron un 40% de control, mostrando una alta tolerancia a esta familia de herbicidas. Además, todas las plantas que sobrevivieron lograron florecer y producir semillas, provocando de esta manera un problema para los cultivos siguientes.

Por otra parte, agrega el informe final de la investigación, fue notable la sensibilidad que mostró la maleza al 2,4- D, tanto cuando se hicieron tratamientos a 600 como a 1200 centímetros cúbicos por hectárea, los cuales fueron suficientes para obtener controles del 90%.

El agregado de 2,4-D a las sulfonilureas evaluadas logró elevar el control a niveles muy altos. Es para destacar en estos casos que en ninguno de los tratamientos, la maleza logró producir semillas que favorecieran la descendencia y dispersión en la región.

A la vista de los resultados, los expertos aconsejaron rotar herbicidas con diferentes modos de acción en la secuencia de cultivos tradicionales en la zona. También, monitorear los lotes para detectar a tiempo problemas de malezas resistentes y poder buscar soluciones acordes y sustentables con el agroecosistema. El monitoreo constituye una herramienta de suma importancia para un control efectivo durante las aplicaciones.

Los sensores y las nuevas tecnologías de aplicación de herbicidas permiten aumentar la eficacia de los productos en el control de las malas hierbas.

UN POCO DE HISTORIA

En los cultivos de trigo y cebada, luego de la introducción de los primeros productos de la familia química de las sulfonilureas, hacia mediados de década de los ‘80, el control de las principales malezas latifoliadas se basó casi exclusivamente en estos herbicidas que tienen un mecanismo de acción muy específico como inhibidores de la enzima Acetolactato Sintetasa (ALS), que es una de las responsables de la síntesis de ciertos aminoácidos.

En concordancia con lo anterior, para el control de gramíneas se utilizaron intensivamente productos de la familia química de ariloxifenoxipropionatos (FOP’s) o ciclohexanodionas (DIM’s) y, posteriormente, fenilpirazolonas (DEN’s), todos ellos con un mecanismo de acción que es la inhibición de la enzima Acetil CoA Carboxilasa (ACCasa) involucrada en la síntesis de lípidos.

El uso frecuente de estos dos grupos de herbicidas y otros con igual sitio activo sumado a las aplicaciones repetidas de glifosato en cultivos que portan la resistencia, barbechos químicos y en lotes para promociones de raigrás, condujo al desarrollo de biotipos de malezas con resistencia que, actualmente, representan una problemática de manejo.

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