analgĂŠsico inmunizante para la causa, el movimiento y el colectivo
ยกBienvenida a nuestra efervescencia!
Borboteo organizado
De verdades y resistencias Primera secuencia Segunda secuencia Tercera secuencia Secuencia final Final abierto
De verdades y resistencias
Cuando me enfrenté a la situación de consuelo que me plantearon sus ojos llorosos, solo acerté con el abrazo. Siempre he recurrido al humor como síntoma inherente a mi ácida personalidad. No puedo decir que en aquel momento no lo hiciera. Sin carcajada en respuesta, mi abrazo resultó más provechoso que mis chanzas. El enfrentamiento a un mundo lleno de fieras bestias, aulladoras de un silencio que acalla el discurso de réplica y acción, necesita pequeñas dosis de entereza. Cooperativas píldoras que actúan de analgésico, inmunizando los golpes que vienen y vendrán; porque los recibimos a diarios y, para desgracia de la humanidad, lo seguiremos haciendo. No obstante, el silencio ahora está quebrado por una multitud que responde a unísono. Es el momento de cantar más alto y marchar más rápido. Entre serenatas para nunca apagar la voz, el movimiento se abre paso, camina y entraña la causa de todo colectivo de resistencia.
Primera secuencia Violación y afonía: INGRATITUD Ella aplacó el primer impacto. No el segundo, ni el tercero, ni el cuarto... Volvió a colisionar, ahora contra su cabeza; conmoción emocional que aturdió sus pensamientos durante el fatídico episodio. Paralizó sus movimientos, dejando al amparo del destino su devenir. Escuchó los gritos de euforia de aquel que desgarró su paz. Sintió la presión del invierno sobre las flores que aguantan el primer frío. Ella mitigó el inicio de su llanto, pero dejó correr el resto por sus mejillas ardientes mientras caminó entre las tinieblas. El comienzo de su nueva entonación, durante aquel momento entumecida, significó el despertar de una nueva melodía de revolución, de un cántico que retornaría en alto y nunca dejaría de ser escuchado.
Segunda secuencia Justicia, fallo y condena: TRIBUNAL Él escuchó el ruido desde su elevado púlpito. Continuó prestando oídos a aquel sonido estrepitoso que maltrataba su armonía estival. La venda que cegaba sus ojos no le permitía dibujar una forma emisora de aquel estruendo, no dejaba de pensar en lo molesto que resultaba. Olvidó el placer del silencio; no lo merecía. Pensó en cómo conseguir la afasia de aquella entidad anónima que jamás descansó, ni lo haría. Decidió marcharse, tomando un camino sombrío, alejándose incluso de la cordura. La paz de esa realidad dio calma a la ciega visión de un alma que se marchita en enaltecido reposo. Aunque nunca dejaría de escuchar aquel estruendo. Él escogió el sendero de la aparente tranquilidad, de fácil acceso; sin embargo, el escandaloso sonido perseguiría su pasos hasta el fin de sus días.
Tercera secuencia Rencor y lucha: ZOZOBRA
Ella advirtió la ansiedad que le produjo su falta de empatía. Reparó en su corazón, quebrado en mil pedazos. Presagió la rabio y alzó la mirada con entereza. Repitió en su cabeza la sentencia para reiterar su confusión. Cuando comprendió que todo había acabado, se percató también del último sello en el papel que aquel firmó como fallo a la sentencia. El final del trámite impuesto, anterior al que realmente nunca acabaría. La angustia se tornó en ansias de cambió, en combate y revolución.
Utilizรณ la palabra en voz alta:
Gritรณ
Cantรณ
Luchรณ
Persistiรณ
Secuencia final
Jamás olvidó, hasta el fin de sus días, que los trámites impuestos, junto a los golpes, son infinitos para ejecutar el crimen perenne de la justicia que (mal) gestiona y archiva nuestras zozobras.
Las secuencias pueden reducir los episodios que atraviesas cuando te enfrentas a trámites de aquella envergadura en soledad. También pueden tomar otra estructura, agrandar o visibilizar cada uno de los estadios... Todo depende de la cuestión de perspectiva. No obstante, siempre ocupan un espacio. La sociedad tiene que concienciarse, abrazarse y desbancar el abandono, porque cada secuencia ocupa un límite social. Es fácil el destierro dentro del proceso de esta gestión, acaparando e inundando a la víctima con los síntomas de la desesperanza. Por ello, en necesario intentar incluirnos dentro de esos espacios con el ímpetu de buenas nuevas, de semillas que madurarán y conseguirán la caída definitiva de este sistema malgestionado. En el proceso seguiremos gritando, cantando y luchando juntas. De vez en cuando, recurriendo a la Pildorita, para reforzar nuestro ánimo con ese algo más.
Emociones para empatizar, o no.
pildoritafanzine