AnalgĂŠsico inmunizante para la causa, el movimiento y el colectivo
ยกBienvenida a otra efervescencia!
Borboteo organizado Relectura y reescritura: nuevos mitos El traje de Mitología - Nuevos mitos - La lucha de Sabina - La vindicación de Proserpina - La huida de Dafne - El último vistazo de Mitología Final de la relectura
Relectura y reescritura: Nuevos mitos Cuando leí los relatos mitológicos que describían muchas de las obras de la Historia del Arte, no entendía por qué las Amazonas no eran las dueñas de la cosmogonía griega. Me gustaba pensar que las Sabinas acabaron por asentarse lejos del Lacio, buscando su plena autonomía, llegando al cenit de la teoría de la autoinseminización autoinseminización, creando una sociedad matriarcal, guerrera y autosuficiente. Sin embargo, a Tito Livio le parecía más oportuno y lógico describirlas como sufridas dolientes del síndrome de Estocolmo, enamorándose de aquellos que habían conseguido liquidar a "su pueblo". Dafne, una ninfa del bosque que danzaba en libertad, llena de vitalidad y aspiraciones, no podía reafirmarse en los valores de autoderminación, porque preferían diseñar el ideal modélico de mujer sumisa en su persona. Así, Ovidio decidió transformar su cuerpo en árbol, que ya estaba siendo muy pesada con el ruido de su baile y estaba mejor calladita... tanto danzar por el bosque a su antojo no era propio de su rol.
Por esa razón, Peneo tuvo que ayudar a su hija a que no perdiera el norte. Gracias a sus creadores, Dafne jamás pudo modelar su personalidad, convirtiéndose en la rectitud y silencio que todos desean. Existen muchas historias que toman como protagonista a la mujer, confinando su cuerpo a una narración de violencia o a un devenir de contradicciones y ausencias de libertad. Como si de una lección moralizante se tratara, la protagonista se ve abocada a un destino en el que los hombres deciden su desenlace, construyendo su protagonismo en la pasividad de un sujeto incapaz de actuar definitoriamente. Nuestra reescritura de los mitos posiciona a la mujer como la verdadera protagonista, situándola en los referentes de acción que son capaces de construir una identidad y valores propios. Con entereza y predisposición, cada una inventa su andadura por un mundo que ella misma es capaz de dibujar.
El traje de Mitología El traje de Mitología' es una narrativa de resignificación de la historia de personajes mitológicos. Sabina, Proserpina, Dafne y Políxena, como hijas de Mitología, participaron para bordarse una nueva personalidad en un telar identitario. Aplicando valores autodeterminantes y eligiendo un destino que les es suyo y les pertenece, el desenlace de cada mito evidencia una representación simbólica de decisión y lucha.
Mitología no atendía a comprender como los años no habían confeccionado nuevas galas para sus hijas. Sus vestimentas destilaban aromas agrios. Estaban tejidas con telas quebradas en una grieta temporal desentonada. Aturdida en desconcierto, adquirió un telar para cada una y, encomendando la re-confección de nuevos trajes, prestó su tiempo a la espera de un nuevo comienzo.
La lucha de la Sabina
Sabina nunca dejaría su hogar; aún arrebatándole su identidad, siempre estuvo decidida a luchar. Cuando aquellos hombres con rostro, con nombre, con historia pero sin futuro, pasaron el umbral de su puerta, jamás fue cautivada por el resentimiento, ni por el miedo, ni la congoja. Decidió emprender la disposición de Mitología y bordando un nuevo traje, blandió su espada contra el invasor. Vio a su pueblo resistir y a sus hermanas pelear, hasta el final de la batalla que, con sangre, consiguieron ganar. Ahora, disponiendo nuevas telas para el telar, la guerra y la victoria eran suyas.
La vindicación de Proserpina Cuando escuchó aquella voz, perturbando su tranquilidad en el prado de azucenas, pudo cerciorarse de su hostilidad. A golpe de conquista, el asaltante irrumpió en su armonía, perpetrando la imposición de su disonancia. La vindicación de Proserpina puso en alerta a Cancerbero, fiel compañero de lucha, en la escaramuza contra aquel hombre que pretendía sellar su destino. Le hicieron frente con valor y astucia y, sin quebrar ningún pétalo de las flores expectantes, devolvieron a las tinieblas a aquel perturbador. En la prisión de las Furias, bajo las llamas, comenzó su condena en la oscuridad. A día de hoy sigue allá, paciendo su ira, en silencio, perdido en la glorificación de algún recuerdo. Proserpina brincó sobre las violetas y Cancerbero elogió su alegría. El triunfo de aquella guerra le concedió el tiempo, la vida y el transcurrir. Ella vería siempre la primavera. También el verano, el otoño y el invierno. Y era ella quien dibujaría las nuevas tonalidades que vestían las sedas de cada estación, prestando hilos de colores al telar de Mitología.
La huida de Dafne Danzar y saltar sobre la hierba solo invitaban a la ninfa a trazar nuevas rutas, a sonreír sobre el verdor. Los bosques eran suyos y los animales habían reconocido su amistad. Peneo hacía reflejar el rostro de Dafne sobre sí en aquellos remasos. En su despreocupación, Apolo persiguió con insistencia su caminar, mas ella solo quería danzar sobre sí misma, esquivando su hostigamiento y atendiendo a las peticiones de su piel, que se fundía con el viento cada amanecer. Apolo no cesó su insistencia y mientras Dafne volvía a huir de su perseguidor, el viento, los bosques y el agua decidieron frenar el paso del que no dejaba de mermar su felicidad. Los pies de Apolo se tornaron fríos, su cuerpo se petrificó y su corazón quedó sepultado en un lecho de piedra. La agilidad de la ninfa y la ayuda de los elementos naturales habían conseguido la metamorfosis del dios en una losa que decoró un claro entre la frondosidad de los árboles. Al compás de aquella danza y con saltos de alegría, hilvanó las tres agujas con las que un nuevo traje bordaría. No obstante, ella prefirió coserlo nuevo, más versátil y dinámico, participando del telar a su manera, con su movimiento.
La resistencia de Políxena
Políxena sintió aquella colisión, mudó sus labios un momento, incluso pensando en rendirse. Sin embargo, apostó por gritar, por resistir y luchar, reparando en que su corazón latía intensamente. Mientras Políxena rendía homenaje a la persistencia y la seguridad, los brazos de aquel hombre cedieron a su peso. La angustia de la joven se mostró en rabia y tomando su espada le esgrimió un golpe tenaz sobre los hombros. Dijo adiós a la herencia de Aquíles. Adquiriendo el telar de Mitología, confeccionó una bandera de libertad que izó sobre la mirada atenta de aquellos que contemplaron el final y triunfo de su guerra.
La última observación de Mitología
Mitología había visto a sus hijas rompiendo contratos con la historia. Después de la perseverancia de sus voces en alto, el combate y la revolución fueron los patrones que determinaron las nuevas vestimentas que habían tejido con su regalo.
Final de la relectura Ahora la historia de Mitología se alza en feminismo, en revolución; reescribiendo un relato que altera y genera un nueva identidad para las mujeres protagonistas de esos mitos. Sabina, Proserpina, Dafne y Políxena se posicionan como las verdaderas protagonistas. Personajes resignificados y redefinidos, capaces de imaginar su andadura en un mundo que ellas mismas son quienes escriben, dibujan, cantan o bordan. La Pildorita os incita a preguntar, a no perder el interés en descubrir y buscar explicación a por qué las historias que cargan nuestro imaginario cultural posicionan el cuerpo de la mujer como una diana sobre la que cargar. Esto no es más que un apagón de libertad, de actualización y construcción de la personalidad individual de cada carácter y, por lo tanto, es una configuración de referentes pasivos y pacientes que asumen su destino a la sombra de sus "creadores". Cuando os desploméis abatidas por el cansancio, podéis impulsar vuestro ánimo con una dosis de nuestro gorgoteo, para reforzar vuestro ímpetu y ganas de seguir avanzando.
pildoritafanzine