Abelardo Bustamante / El maestro Lalo Paschín

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ABELARDO BUSTAMANTE

El maestro Lalo Paschín

Pinacoteca Unversidad de Concepción 1 de julio 2021


Retrato de Abelardo Bustamante. Ezequiel Plaza. 1918

ABELARDO BUSTAMANTE El maestro Lalo Paschín

Curadora: Sandra Santander Montero Pinacoteca Universidad de Concepción


Valentina Cruz. Entre líneas y sombras

A

belardo Bustamante es uno más de aquellos pintores que se forman bajo la tutela de Fernando Álvarez de Sotomayor en la Academia de Bellas Artes. Es la época en que la Generación del Trece, su grupo generacional, comienza a configurar un nuevo discurso pictórico. Sus integrantes, todos jóvenes, idealistas y temperamentales, coinciden en concepciones estéticas comunes y en la convergencia de aspiraciones artísticas similares. Una especie de hermandad espiritual que se proyecta y fortalece en un medio adverso, en un Chile inquieto por los cambios sociales y culturales que surgieron con el nuevo siglo, y en un medio cultural que se resiste y los ignora. Bustamante como sus compañeros, pretenden renovar el lenguaje y los temas pictóricos en la pintura nacional, aspiración que encuentra eco y sustento en su maestro Álvarez de Sotomayor. Sobre ellos la historiadora Isabel Cruz señala: “Los pintores del Trece, muestran por primera vez, y con una intención distinta, al proletariado urbano, con su aire melancólico y apagado y sus pintorescas y a veces bárbaras costumbres; a su propia clase, que habita en conventillos y se lanza apasionadamente por los caminos del arte como una aspiración de vida mejor, asfixiándose en la bohemia de los cafés y tabernas, en acaloradas discusiones estéticas. Son los primeros también en valorizar el paisaje urbano, descubriendo consciente o inconscientemente una identidad en esta arquitectura sencilla y anónima” Revisando la escasa bibliografía sobre este autor, me encuentro con algunas reseñas que coinciden en su calidad de artista incomprendido e inexplicablemente olvidado, de extraordinaria

calidad humana, de gran capacidad creativa, obsesivo, inteligente, incisivo, y de un humor ácido que le acarreó no pocos detractores. Abelardo Bustamante, que gustaba usar el pseudónimo de Paschín o Lalo Paschín, nació en Santiago en 1888. Fue artista múltiple, pintor, grabador y escultor, también artesano que dignificó los oficios de ebanista, encuadernador y forjador de metales. Por lo mismo su producción pictórica fue escasa, cuando pintaba prefería la figura humana como expresión plástica, como estos desnudos, íntimos, aureolados, delicados, de contornos esfumados que parecen flotar en una luz imprecisa. Sus retratos en cambio, insistían en el estudio que repetía innumerables veces, le preocupaba más que una técnica, más que un aspecto aislado del arte figurativo, el sentido universal del arte, en un sentido integral, de profundo misticismo. Obtiene algunas medallas y distinciones oficiales, tanto en pintura como en artes decorativas, curiosamente Bustamante jamás realizo una exposición individual.

“Los pintores del Trece, muestran por primera vez, y con una intención distinta, al proletariado urbano, con su aire melancólico y apagado y sus pintorescas y a veces bárbaras costumbres; a su propia clase, que habita en conventillos y se lanza apasionadamente por los caminos del arte como una aspiración de vida mejor, asfixiándose en la bohemia de los cafés y tabernas, en acaloradas discusiones estéticas.”


Mi hija (Olga) Óleo sobre tela, 83 x 66 cm. Archivo Pinacoteca Universidad de Concepción


Valentina Cruz. Entre líneas y sombras

Lalo Paschín, fue un personaje, contradictorio, generoso y genial, de figura esmirriada y carácter indómito, era conocido entre sus contemporáneos por su mordacidad e ironía, también por su permanente insatisfacción y autocrítica, parecía destinado a grandes proyectos artísticos, pero se hundió en un clima de incomprensión y olvido.

Viajó en varias ocasiones a Europa. Una vez como pensionado con una beca del Gobierno de España en 1920, luego en otras dos ocasiones fue enviado por el gobierno chileno a Francia, para que perfeccionara sus estudios en pintura y artes aplicadas. Allí junto con Arturo Gordon y Laureano Guevara, diseñó el pabellón chileno en la Exposición Iberoamericana de Sevilla en 1929. Sus estadías en Paris fueron determinantes en la evolución de su actividad artística, recorría una y otra vez los museos buscando desentrañar los misterios de la pintura de los maestros europeos y por otro lado indagaba sobre los movimientos y las vanguardias francesas. Es conocida su legendaria anécdota que relata Marco Bontá, con quien coincide en París en los años 20, luego que Abelardo recorriera una vez más el museo del Louvre. En el camino de regreso, con gran desaliento arroja al

Sena su caja de pinturas, al llegar al taller de Bontá le pregunta: “¿tu, todavía pintas?, pues yo no vuelvo a pintar más en toda mi vida. No hay nada que hacer. Está todo hecho, los europeos lo han realizado todo…” “Así, un día cualquiera, sin más preparativos que unos regalitos para sus niños, le vimos abandonar Europa para siempre, ya que permanecer allí era un motivo más de pesadumbre…” A su regreso a Chile participa en la fundación de la Escuela de Artes Aplicadas de la Universidad de Chile. Allí enseñó y dignificó la práctica de las artes decorativas con gran entusiasmo. Para él los valores estéticos no tenían límites en el dominio genérico, sino en la perfección de la obra y en la fuerza con que ésta se ejecutaba. El pintor Abelardo Bustamante, Lalo Paschín, fue un personaje, contradictorio, generoso y genial, de figura esmirriada y carácter indómito, era conocido entre sus contemporáneos por su mordacidad e ironía, también por su permanente insatisfacción y autocrítica, parecía destinado a grandes proyectos artísticos, pero se hundió en un clima de incomprensión y olvido. Su conocimiento de la obra de los grandes maestros de la pintura le producía un sentimiento de apocamiento y renuncia, tanto como para un día, romper su paleta de pintor “para no caer en el pecado de pintar mal”. Su vida, desde su origen hasta su malogrado destino, se desenvolvió en una mezcla de poesía, incertidumbre y nostalgia, características compartidas con su grupo generacional, que sin proponérselo permaneció unido en el tiempo por algo inmaterial e imponderable. Abelardo Bustamante, muere prematuramente de tifus en el año 1934.


Desnudo (Blanca) Óleo sobre tela, 71 x 51 cm. Archivo Pinacoteca Universidad de Concepción


Valentina Cruz. Entre líneas y sombras

Retrato de Deolinda Óleo sobre tela, 100 x 83 cm. Archivo Pinacoteca Universidad de Concepción


Desnudo con cortina azul Óleo sobre tela, 69 x 37 cm. Archivo Pinacoteca Universidad de Concepción


Valentina Cruz. Entre líneas y sombras

Desnudo de la cortina roja Óleo sobre tela, 60 x 36 cm. 1920 Archivo Pinacoteca Universidad de Concepción


Retrato de Berta Óleo sobre tela, 26 x 33 cm. Archivo Pinacoteca Universidad de Concepción


Valentina Cruz. Entre líneas y sombras

Berta Óleo sobre tela, 41 x 37 cm. Archivo Pinacoteca Universidad de Concepción



Valentina Cruz. Entre líneas y sombras

Retrato de Aliro Oyarzun Óleo sobre tela, 72 x 55 cm. 1923 Archivo Pinacoteca Universidad de Concepción


La casa de Mimí Pinzón Óleo sobre tela, 37 x 37 cm. Archivo Pinacoteca Universidad de Concepción


Valentina Cruz. Entre líneas y sombras

El Sena y Notre Dame Óleo sobre tela, 33 x 37 cm. Archivo Pinacoteca Universidad de Concepción



Valentina Cruz. Entre líneas y sombras

Retrato de Ignacia Vásquez Óleo sobre tela, 59 x 49 cm. Archivo Pinacoteca Universidad de Concepción


Cabeza de estudio Óleo sobre tela, 37 x 34 cm. Archivo Pinacoteca Universidad de Concepción


Valentina Cruz. Entre líneas y sombras

Cabeza de estudio (2) Óleo sobre tela, 40 x 35 cm. Archivo Pinacoteca Universidad de Concepción


Desnudo de espalda Óleo sobre tela, 63 x 40 cm. Archivo Pinacoteca Universidad de Concepción


Valentina Cruz. Entre líneas y sombras

Desnudo inclinado Óleo sobre tela, 50 x 36 cm. Archivo Pinacoteca Universidad de Concepción



Valentina Cruz. Entre líneas y sombras

Desnudo de pie y espalda Óleo sobre tela, 90 x 42 cm. Archivo Pinacoteca Universidad de Concepción


En el Parque Forestal Óleo sobre tela, 15 x 21 cm. Archivo Pinacoteca Universidad de Concepción


Valentina Cruz. Entre líneas y sombras

Naturaleza muerta Óleo sobre tela, 26 x 36 cm. Archivo Pinacoteca Universidad de Concepción


Cabeza de hombre Óleo sobre tela, 30 x 25 cm. Archivo Pinacoteca Universidad de Concepción


Valentina Cruz. Entre líneas y sombras

REFERENCIAS Generación del Trece. Cien años después/Pinacoteca Universidad de Concepción/ Catálogo Vila, Waldo. Una capitanía de pintores. Ed. Pacífico S.A. 1966 Romera, Antonio. Historia de la pintura chilena. Ed. Zig Zag, 1968 www.artistasplasticoschilenos.cl Archivo documental Pinacoteca Universidad de Concepción

Rector Universidad de Concepción Carlos Saavedra Rubilar

Documentación y Registro Fotográfico Rosario Arias Garrido

Vicerrectora de Vinculación con el Medio Claudia Muñoz Tobar

Comunicaciones Ignacio Basualto Morales

Director de Extensión y Pinacoteca Rodrigo Piracés González

Diseño Gráfico Natalia Ormeño Uslar

Curadora Pinacoteca Sandra Santander Montero

Audiovisual Alejandro Malet Carvajal

Coordinación de Exposiciones Temporales Valentina Molina Alarcón

Operador de Sistema de Audio Víctor Osorio Ormeño

Jefatura Administrativa Ximena Monsalve Cisternas

Maestro Especialista José Ortiz Becerra

Secretaria de Extensión y Pinacoteca María Eugenia Bachman Pino

Encargado de Edificio Juan Carlos Valenzuela

Educación y Mediación Andrea Pérez Quiroga

Auxiliar Encargado de Edificio Benigno López Escobar

Atención de Público y Tienda Pinacoteca Gabriela Astete Parra

Auxiliar Irma Garrido Rebolledo

Conservación y Restauración María Pavés Carvajal

Auxiliar Carlos Forcael Carrasco



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