Pineal #14

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#Sep


Melanie Benyahya

Kate Shogun

Directora editorial, maquetación Relato, cadáver exquisito

Director de comunicación

Andrea Toribio

Freiya Bernárdez

Jefa de redacción Poesía, fotografía

Community Manager

Pablo Álvarez

Belén Paco

Poesía

Fotografía

Andrea Frye

Lisa Palper

Poema roto

Collage

Sesi García García

La Lechuza Poética

Poesía

Poesía

Priscila Hernández

Álvaro Rodriguez Blasco

Fotografía

Relato

Rodrigo Mendoza

Miguel Sáez Martín

Cadáver exquisito

Collage

Neocórtex

Sofía Yanes

Poesía

Fotografía

Portada y contraportada: Flor García Isotipo: Melanie Benyahya Logotipo: Marjan Roshan


SUEÑOS Septiembre 2016


Molécula de melatonina. Neurohormona producida por la glándula pineal que regula los patrones del sueño, ritmo circadiano y ciclos estacionales en los animales y las plantas. En humanos, la desregulación de la misma puede asociarse con trastornos del estado de ánimo, insomnio, delirios y adicciones. La melatonina es ampliamente utilizada de forma terapéutica, tanto en medicina como en psicoterapia; sin embargo, provoca dependencia si su uso se prolonga durante más de tres meses, provocando que el individuo deje de secretar melatonina por sí mismo y llevándole a un estado de deprivación mayor de la misma, que a la larga, suele empeorar el trastorno que se estaba tratando.


SUEÑOS Cierra los ojos. Siente tu respiración. Cada vez más lenta... Más pesada. Siente cómo se acompasa a los latidos de tu corazón, mientras tu mente accede a los recodos de tu inconsciente. ¿Notas cómo tu cuerpo se relaja desde la punta de los dedos de los pies hasta los músculos de tu cara? Bien, ahora, déjate llevar. 1. Todo comienza a empañarse. Estabas despierto, pero ¿sigues así? La barrera entre lo real y lo irreal comienza a hacerse más y más fina, y las sábanas mecen el delirio y la confusión. Has estado ahí un millón de veces, tu cerebro no para de crear ocurrencias y contenidos absurdos, pero pronto acabará todo. 2. Ahora caes, y una sacudida, una patada al aire evita que te precipites al vacío. Vuelves a estar despierto, pero no importa. 3. Vacío. Vacío. Vacío. Vacío. Vacío. Vacío. Vacío. 4. Ahora nada importa. Respiras despacio, y tus latidos son lentos. Aún estás en camino; toca descansar, para lo que está aún por llegar. 5. Rapid Eye Movement (REM) o sentir cómo no te puedes mover. Ahora es cuando aparecen los extraños. Nacen alas en tu espalda, vuelas a ciudades imposibles, se te caen los dientes, asesinas a tus padres y haces el amor con alguien que ni siquiera conoces bien. Todo ocurrirá, pero, al final, nada tendrá importancia. Olvidarás el noventa por ciento de todo lo que ocurra. Volverás a la realidad, inevitablemente. Soñar es salir al exterior, esto es: respirar; es creerse el cuerpo, los ojos, la mentira, los labios, la voz, el miedo de otro, solo que ese otro soy yo. Me recuerdo en las imágenes que (re)presento para mí; vuelvo a pasar por el corazón, que eso es lo que recordar significa, y asisto a mi propia obra. Y es que soñar es desbarrar, es jugar en borrador. Siempre suelen actuar los mismos personajes. Regresamos en automático sobre un momento preci(o)so que rescatamos de lo real y, por lo tanto, que no fue, para que sea, claro está, de otra manera. Mis sueños son mi yo, mis sueños son mi lenguaje secreto. Soñar no es más que existir distinto o la posibilidad de ser como se ha sido siempre.


Collage: Lisa Palper


DEL SUEÑO

Poesía: Pablo Álvarez

El sueño es un intervalo de necesidad Entre la vida y la muerte La otredad de uno mismo Desmintiéndose en la noche azul El camino de la servidumbre Clamando a expensas en nombres raros En lugares imposibles en deformaciones variables Belleza o abandono Agua que cristaliza en el olvido que despertamos en mil pedazos


¿VIVIMOS SOÑANDO O SOÑANDO VIVIMOS? Al intentar exponer aquí la interpretación de los sueños, no creo haber rebasado el círculo de los intereses neuropatológicos. Pues el examen psicológico demuestra que los sueños son el primer eslabón de una serie de formaciones psíquicas anormales, entre cuyos eslabones subsiguientes, las fobias histéricas, la representación obsesiva y la delirante deben ocupar al médico por motivos prácticos. o sueños -como se mostrará- no pueden aspirar a semejante significado práctico; pero mayor es su valor teórico como paradigma, y quien son sepa explicarse la génesis de las imágenes oníricas se esforzará también en vano por comprender las fobias… La interpretación de los sueños, Freud.

Nos mentimos a nosotros mismos todos los días en diferentes niveles y formas; desde la hipocresía, o la falta de reconocimiento de lo claro, hasta el punto de lo cínico, con una negación total. Podemos preguntarnos entonces, ¿existe algún lugar donde ni si quiera nuestra parte consciente sea capaz de llegar a tergiversar con su observación y análisis? Una de las respuestas que podrían darse –ya que el tema de la subjetividad y la objetividad es, a veces un camino sin retorno– sería que ese lugar donde la falsedad de la intención del pensante no tiene tanta capacidad de uso activo: en los sueños. Como regla general, los sueños son manifestaciones de deseos y, como decía Freud, estos deben siempre llegar a una sublimación, a una realización. Durante las horas de descanso, la mente continúa con ese trabajo. A través de la aparición de imágenes recogidas en la memoria a corto plazo, y con recuerdos de nuestro pasado, se crean escenas con nosotros, en la mayoría de los casos, como protagonistas. Para cerrar este escueto resumen, las pesadillas serían fugas de la irrealidad que se presentan durante el sueño. Nuestro nivel de ansiedad se dispara y antes de llegar al colapso, el policía, como llamaba Freud a nuestro controlador inconsciente, pulsa el botón de alarma y nos despertamos sintiendo que venimos desde muy lejos, dando gracias a esa cuerda que nos ha traído de vuelta. Por su puesto luego existen infinidad de sueños, al igual que ideas, que podemos llegar a imaginar. Los arquetipos, símbolos, desarrollos, y formas


de las que bebe el inconsciente colectivo serían esa unión que manifestamos incluso cuando somos creadores y directores de nuestros sueños. En este punto se encuentra una de las mejores habilidades de los sueños. En ocasiones somos «conscientes» y podemos manejar ciertos aspectos del sueño. En niveles bajos de entrenamiento haríamos aquello que sería lógico que hiciéramos; y, en caso de entrenamiento y conocimiento de los niveles de conciencia y supraconciencia, lo utilizaríamos como un campo de experimentación de posibilidades infinitas. Por ello, la pregunta: ¿podemos mentirnos en sueños? Carece de una respuesta clara. Podría decirse, incluso, que todos los sueños se parecen, pues todos, en el fondo, nos parecemos del mismo modo. El deseo genera la pulsión del sueño, y la surrealidad lo camufla con imágenes cada vez más simbólicas, por un distanciamiento entre las personalidades internas: Ello, los deseos, y el Superyo, la moral y los límites de cada uno (así como los marcados social y culturalmente).

Relato: Álvaro Rodríguez Blasco

En algunas novelas cuando el protagonista está actuando de una forma contraria a su moral, las pesadillas con imágenes de la persona siendo descubierta y expuesta por el resto hacen temblar con sudor a la conciencia, empujando a este a afrontar la realidad de sus actos. A partir de esto existen dos caminos que intentaré explicar solo con la intención de mostrar cómo los sueños, al ser el lenguaje del inconsciente, son capaces de ser cuánticos, en el sentido de que todo está permitido, al todo poder ser fragmentado, simbólicamente, y tener sentido completo. Por un lado, la reinterpretación del psicoanalismo que realiza Lacan añade a la teoría de Freud la estructura de «lenguaje» a los sueños. Jung, con su magistral sentido de conocimiento de lo holístico, sumaría la importancia de la interconexión real entre todos los inconscientes. Se puede entender en la forma en que nuestras vidas y realidades diarias se entremezclan con las de los demás imposibilitándonos en decir «mi vida» sin contar con lo demás. Y todo esto lo dice un hombre con insomnio.



BAJO CUALQUIER FORMA

Fotografía: Belén Paco, Poesía: a.t.

mi amor es mi fundación, es el espejo: mi amor o el sueño


FALÓ #2 Jesolo, 31 de julio de 2016, 23:00 horas. Acabo siempre meditando Con un sueño dentro del agua dentro del agua Me alcoholizo con unos ojos y Sabe el mundo algo mejor algo mejor

Poesía: La Lechuza Poética

Cauterización, Pues me he teñido la sangre: Lo bueno de ser querido y Todo lo demás como que no como que no


Collage: Miguel Sáez Martín

Cocinando sueños.


Fotografía: Sofía Yanes, Poema roto: Andrea Frye

La eternidad onírica me espera en una húmeda zanja en la tierra. Hasta entonces no habrá descanso.



DIÁLOGO ENTRE SUEÑOS Los sueños como portal de acceso a realidades paralelas. El tiempo transcurre a otra velocidad, las leyes de la física no siempre funcionan. Saltos espacio-temporales que se asumen con total normalidad. Llevo diez horas durmiendo y he recorrido innumerables escenarios. A veces no soy yo, y no importa. Puedo mirarte a los ojos desde otro cuerpo, teniendo tú otra identidad. Pero somos tú y yo en este escenario, en este ahora. Vuelta a empezar. Llevo diez horas durmiendo y quiero quedarme aquí. La realidad golpea contra mis tímpanos; el mundo está vivo fuera de mi, y me toca. Tratan de despertarme con ternura, con rabia, con decepción. Pero llevo diez horas durmiendo y prefiero poder mirarte desde otros ojos, lo prefiero así. Contrario a toda norma e idea de descanso, contrario a ti, he dormido no más de 3 horas las últimas dos semanas. En este tiempo he soñado que enloquezco pero cuando despierto corroboro que nada pasa, solamente me encuentro un poco fuera de mi. Tengo sueños recurrentes de agonías, de deseos mutilados, de bombas y asaltos. Busco constantemente el Tafil, lo uso para volver a soñar contigo. Cada vez que logro perderme en el sueño y que mis ojos se desprenden de esas imágenes que a pocos nos parecen grotescas, entonces apareces tú, con ese caminar tan arrogante, tan lleno de seguridad, caminando en línea recta, sin mirar a otro punto que no sea el horizonte. Siempre terminas hundida en mi inconsciente, perdida entre los recuerdos de mi infancia y los del día que dejé de creer en dios. Así eres tú, siempre como un sueño trillado que se repite para mostrarme que los hechos son solamente acontecimientos que se proyectan en lo efímero y se desvanecen en las miradas. Pienso en el descanso de la ansiedad, en pequeñas píldoras sintetizadas, en modernos laboratorios completamente aislados de la luz.


Los pienso como pienso en las habitaciones que se han construido en mí y a las que todavía no puedo acceder, no conscientemente, no sin olvidarlo todo después. Como la ansiedad, como las píldoras, como las bombas y los asaltos. Como tus manos en mis sueños, y tus ojos agua, tus ojos dolor, tus ojos.

Anoche desperté gritando…No es la primera vez que me pasa. Recuerdo el sueño justo antes de la crisis de pánico y ansiedad, previo a la píldora diaria. En el sueño había cerca de 10 niños asiáticos formados en fila. Todo estaba en ruinas, como si un misil acabara de estallar; al fondo, entre los niños y el derrumbe, estaba un hombre, todo de negro, alto, con una gabardina negra; apenas podía ver su rostro. Comenzó a caminar hacia mí; yo no tenía idea de qué estaba haciendo ahí, pero sabía que no era algo bueno. Conforme se aproximaba, podía distinguir el rostro de un hombre de 55 años, lleno de grietas y de marcas de acné, quemado, con la cara manchada de negro, todo sucio. Llegó hasta mí, me miró largo rato, con voz fuerte y grave me dijo: «esto es el inicio y no te dejaré hasta destruirte, porque yo soy tú y soy tu peor enemigo». Escupió en mi cara y se fue. Desperté llorando como nunca, como siempre. Como cuando lloré la muerte, como cuando lloré la partida. Los días empezaron a empeorar, a salirse fuera de control; dejé de dormir, entré en el laberinto donde la lucidez se pierde a cada paso que das. Soñaba con los muertos del pasado, mi cerebro ardía, se fundía, hasta que un día... Explotó. Todos podemos volver, dar un paso atrás del precipicio, pero pocos podemos volver a soñar que volamos sin tener miedo a caernos.

Cadáver exquisito: Rodrigo Mendoza, Melanie Benyahya

Fotografía: Sofía Yanes, Poesía: Vade

Narrar a dios en minúsculas al volver después de diez horas durmiendo, porque tenemos la misma carne, misma partida y punto final. Creo que todavía no he muerto porque siento la pulsión, el temblor de los deseos y la mutilación. ¿Has tratado alguna vez parar una guerra? Con huesos, con plumas y fuerza. ¿Has conseguido cerrar las heridas? ¿O sangras, sueñas y duele?



Fotografía: Priscila Hernández; Poema roto: Andrea Frye

Solo supimos soñar con los ojos abiertos. Cuando el cansancio calaba en el hueso, aterrorizados nos Dábamos la mano antes de caer dormidos al hondo y oscuro Vacío Sin saber si volveríamos a vernos de nuevo.


Es esto más verdad que todo agosto. Es esto más distancia que todo un recorrido de viajes, nuevos mares, fiestas nuevas. Y he tenido que irme para ver las toallas limpias, los carteles que no dejan fumar sobre la cama, la maleta que nunca suelo dejar cerrada, el balcón que descubre el extranjero. He tenido que irme para verme, para ver los zapatos de mi pueblo y entender que el descanso solo lo encontraré en una ducha que huele a nadie. Pero aquí estoy subiendo por la calle Real, chocándome con los turistas, escuchando, aunque leve, un acento distinto, y me topo con un escaparate y entro —y es esta— en la tienda de souvenirs de mi ciudad imaginada, o, mejor dicho —ahora lo voy entendiendo todo—, de la ciudad construida en los sueños que son mi experiencia pretérita. Me olvido entonces de aquellos hoteles y de Segovia, y no quiero saber el precio, solo aspiro a coger estas postales y descubrir las calles que soy porque he andado delante de sus números. Cuántas caras de golpe ahora sin edad, sus olores que fueron un goteo, y el ardor y los nervios cuando joven me creía arquitecto de mis quimeras. Enseguida me canso; tanta memoria agota. Salgo y echo a andar. Lo que quiero es un techo y perderme mirándolo. Recuerdo esa pensión. Aquí yo estuve hace dos años. Y se duerme bien.

Poesía: Sesi García García

LA PURGACIÓN EN LOS HOTELES


NADA PASA nada pasa, pero, cuando lo hace, duermes había un poste eléctrico, y algunas voces tenues se alejaban por un camino, sí, cerca de un pueblo

Fotografía, poesía: a.t.

y allí, en el sueño, era la noche y era la luz quienes soñaban y te soñaban, solamente


Collage: Lisa Palper


Most people are better in the abstract, #OITNB

Estaba otra vez corriendo por encima del agua, siendo perseguida por la sensación de la tragedia gris. Tu mirada en el horizonte, allá a lo lejos, in al can za ble, me hacía saber que no volverías a por mí.

«No voy a salvarte».

De todas formas no puedes hacerlo, no quieres, no debes, no serviría de nada.

Las zancadas cada vez más largas, más apresuradas, y el agua abriéndose en remolinos grises, dejando paso al blanco espuma.

Aquí no hay vida, ni siquiera la que trato de encender dentro de mí. Paisaje estéril en movimiento lineal. Y la ligereza de mi cuerpo muerto, de mi cuerpo recipiente, de mi cuerpo vacío,

Relato: Melanie Benyahya

saltando, corriendo, rozando el agua con los pies.


Poesía: Neocórtex

El mejor momento del día Para la poesía es recién despierto, Cuando aún me impregno del paseo Por el mundo de los muertos Y todavía siento el poder De los símbolos del sueño. Muerte, Dolor, Crecimiento, Sexo, Dios, Alcohol. Fuerza. Espectros. Soñé que comprendía la vida y abrazaba a mi madre. Soñé que besaba a una mujer. Ella lo hizo también. La profecía se cumplía dos días más tarde. Mis familiares hablan con muertos mientras duermen. A mí, de momento, nadie viene a verme. Creo que es una suerte, pero anhelo el día que llegue. El día en que la verdad se estrelle y las leyes De la física se arruguen como una polla sin semen. Tu escepticismo materialista No te aleja del cementerio. Para quien llora Imaginar vida más allá de la vida es prolongar el tormento. Pero la vida es un manantial En mitad del desierto y La existencia es un desierto En mitad del universo. El universo es el proyecto de un cerebro Que alberga otros miles de millones dentro. Como ves, tenemos trabajo por hacer. Primero vivir, después comprender Todos estos secretos.


Š Pineal Magazine. Madrid, Septiembre 2016. pinealmagazine@gmail.com



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