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Opinión
martes 30 de marzo de 2021, Punta Arenas
Cartas al Director
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Cartas al Director
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No sOlo sube el dólar cuando sube el dólar Señor Director: El billete verde ha experimentado una volatilidad inusual en los últimos meses. A mediados de octubre de 2020, el tipo de cambio superaba los $800, pero de ahí fue cayendo rápidamente hasta ubicarse bajo $700 a principios de enero de este año. Y después de recuperar terreno, ha perdido $20 en días. Como suele suceder cuando el precio de la divisa estadounidense se toma los titulares, naturalmente las personas empiezan a especular respecto a la conveniencia de comprar o vender dólares. Sin embargo, pensar en esta moneda sólo como un instrumento financiero es un error. ¿La razón? El costo de nuestra vida está muy influenciado por el dólar, a pesar que usemos el peso como moneda. Muchas de las cosas que compramos en el día a día son afectadas directamente por el tipo de cambio. Algunas son obvias: si viajas al extranjero, por ejemplo, el alojamiento, los pasajes y todo lo que vayas adquiriendo con tu tarjeta internacional será un gasto en dólares. Pero hay otros gastos menos evidentes. Los combustibles, las cuentas del gas y la electricidad se mueven al ritmo del tipo de cambio. Lo mismo pasa con precios derivados de éstas, como por ejemplo, el pasaje de la micro. Además, está el efecto en las importaciones. Al comprarse en el extranjero, las fluctuaciones de precio del dólar las afecta directamente, produciendo un impacto en una serie de productos que están insertos en nuestro diario vivir, como los automóviles, electrodomésticos, ropa e incluso algunos alimentos. ¿Qué se debe hacer ante esta realidad? Simplemente ubicar una parte importante de nuestros ahorros en instrumentos denominados en dólares. De esa forma, nos estamos “cubriendo” ante las variaciones que pueda tener la moneda y no tendremos que preocuparnos mayormente de los titulares respecto al vaivén del dólar. Podemos utilizar herramientas como fondos con acciones internacionales o bonos del Gobierno de Estados Unidos, por nombrar un par de ejemplos. A nadie le gusta ver caer el valor de sus ahorros arrastrados por el dólar, tal como ha ocurrido en las últimas semanas, pero cuando uno entiende que los precios de muchas de los bienes que consumimos se mueven al compás de la divisa estadounidense, se hace indispensable que parte de tus inversiones estén en instrumentos en esta moneda. Hay que dejar de pensar en la ganancia pequeña que ofrece el sube y baja del dólar. O peor aún, tratar de adivinar hacia dónde va. Sea cual sea el precio, hay que empezar a verlo como un ente estructural en tus inversiones, uno que a pesar de su fortaleza estacional, nunca puede faltar. Rafael Donoso, socio de Soyfocus.com
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Haciendo familia
Rodrigo Prenafeta, Youtuber Paralelo 33
Nuestra Antártica: el otro tesoro de Magallanes “A futuro, muchos señalan que la Antártica también se convertirá en una alternativa turística para nuestra Región de Magallanes. Es probable que nosotros no lo podamos apreciar, pero sí las futuras generaciones”. La Región de Magallanes debe tomar conciencia de la importancia que tiene la Antártica y que la denominación de nuestra región es de Magallanes y Antártica Chilena. El continente blanco tiene las reservas de agua dulce más grande del planeta y por ahí va el futuro que tenemos que empezar a analizar. En algunos lugares de la Antártica, los investigadores rusos se jactan de su descubrimiento de una reserva de agua dulce del tamaño del lago Ontario, después de perforar a través de kilómetros de hielo sólido. Los minerales, el petróleo y el gas de la Antártica son un premio a largo plazo. El tratado que prohíbe la minería ahí y que protege las codiciadas reservas de hierro, carbón y cromo, expira en 2048. Los investigadores encontraron depósitos de kimberlita insinuando la existencia de diamantes. Y si bien las evaluaciones varían, los geó-
logos estiman que la Antártica tiene al menos 36 mil millones de barriles de petróleo y gas natural. Entonces hay que empezar a dar los pasos y acercarnos. Para Magallanes es fundamental la Antártica y su importancia radica en el futuro de la región. Más allá de los tratados, persisten enormes obstáculos para aprovechar los recursos, como témpanos a la deriva que podrían poner en peligro las plataformas marinas. Pero los avances en la tecnología podrían hacer a la Antártica mucho más accesible en tres décadas. E incluso antes de eso, los estudiosos advierten la demanda de recursos, en un mundo hambriento de energía, podría aumentar la presión para renegociar los tratados de la Antártica, posiblemente permitiendo emprendimientos comerciales mucho antes de que expiren las prohibiciones contra ellos.
Señor Director: Uno viene a la luz del mundo para recrearse, pero también para socializarse y hermanarse; o sea, para crecerse en el espíritu fraterno. Lo hace en una familia, que lo vincula para siempre, desde su mismo origen. Por tanto, está bien que los Estados tengan la obligación moral y legal de eliminar las leyes discriminatorias y aprobar otras que protejan a las personas en favor de esa vida colectiva que todos nos merecemos porque sí. Pero la cuestión es, conjuntamente, algo más profundo. De entrada, no podemos ir contra nuestra propia naturaleza humana. Estamos aquí para construir asociados un mundo, en unión y en unidad, con la luz imaginativa de este innato impulso creativo. Lo importante, en consecuencia, no son tanto los conflictos que puedan surgir, como la resolución de nuestras típicas debilidades, que al tiempo que nos fortalecen, nos acabarán despertando. Reconozco que en el mundo de hoy, hambriento de amor verdadero, no sea fácil esperanzarse. Sin embargo, en cualquier esquina puede surgir una luz ilusoria, que nos ponga en movimiento para explorar el futuro de una nueva forma. Desde luego, esa vida en común, nos invita a proseguir con la audacia del saber, en la búsqueda de nuevos horizontes, al menos para conseguir sosiego interno y sonrisas en el alma. Del ocaso también se sale, sólo hay que querer hacerlo, y ponerse a dar vueltas y revueltas con la certeza de que el sol siempre sale para esclarecernos el camino. Lo sustancial es entenderse uno consigo y con los demás. Quizás tengamos que comenzar a participar en la lucha contra el aislamiento, cultivar más y mejor ese entronque soñador, que es lo que verdaderamente nos enriquece como seres pensantes. Sea como fuere, nadie puede cambiar nada por sí mismo. Necesitamos de ese empeño colectivo, el de hacer familia en común y de sentirnos como tal. Pueblos enteros sufren cuando no se planta cara a ese hálito que nos separa. Debilitar esa innata cohesión social nos deja sin sentimientos, para poder enderezar lo torcido de nuestra historia, que no es poco. Al fin y al cabo, el mundo es algo más que un poema a reconstruir, es un verso diario al que nos hacemos cada día con jubilosa esperanza. Por eso, es fundamental volver al corazón para verse y reconocerse y, así, poder entrar en una etapa de mayor conciencia, al menos para fortalecernos como humanidad. Ciertamente, nos falta sensibilidad y nos sobran aspas contaminantes, corruptas en su mayoría, que producen unos efectos tan preocupantes como mortecinos. Sin duda, no tenemos derecho a degradar algo que nos pertenece a todos. Ya está bien de accionar una silenciosa ruptura de los nexos de integración y de aproximación social, algo que la misma tierra nos requiere en cada instante que subsanemos, para que el quebrantamiento no se produzca. Víctor Corcoba Herrero
Digitalización: esencial en la construcción del nuevo Chile
“Cero papel” un aliado contra el cambio climático
Señor Director:
Señor Director: Quienes conformamos actualmente la fuerza laboral somos personas que crecimos en un mundo muy diferente a la realidad que vemos hoy. A dos décadas de haber iniciado el siglo 21, somos parte de una sociedad más consciente del impacto de sus acciones realizadas en pos de la modernidad y el desarrollo. Hace un siglo atrás las chimeneas con humo eran sinónimo de progreso, las estanterías llenas de papeleo eran interpretadas como ‘negocio boyante’ y los basureros repletos de envoltorios eran vistos como señal de poder adquisitivo. Ahora el papel -en casi todos sus usos- va en retroceso. Sí, seguiremos utilizando celulosa para productos relacionados con la higiene y algunos tipos de empaques, pero todo lo relativo a documentos ha migrado -y debe continuar haciéndolo- hacia lo virtual. Contamos con tecnología avanzada para digitalizar y mantener alojados en plataformas todo tipo de archivos, desde contratos hasta boletas de servicios, informes, reportes, formularios y todo tipo de documentación que pasaba por la impresora. ¿Si no nos ‘despapelizamos’, cómo aportaremos al cumplimiento de acuerdos internacionales como el Acuerdo de París? Frenar el cambio climático es nuestra responsabilidad como humanos que hemos heredado una mala costumbre, aún estamos a tiempo de mantenernos en temperaturas pre-industriales dando tan solo un paso a la vez. No hacen falta grandes acciones para frenar de una sola vez el cambio climático, requiere de un compromiso diario con una manera diferente de hacer las cosas, una mirada distinta hacia cómo operar nuestros negocios y una consciencia sobre el origen de los recursos que utilizamos y el impacto que tiene en el ambiente cada hoja impresa. Seamos el cambio, ‘despapelizémonos’.
Es impresionante cómo en momentos de crisis, el instinto de superación y la capacidad de adaptación se potencian. Esto se demostró, una vez más, este año con la pandemia que empujó a las personas a transformar problemas en oportunidades. Ejemplos como el teletrabajo, la educación online y el comercio electrónico se implementaron y consolidaron en tiempo récord, avances que no habríamos visto en tiempos normales. Según un sondeo de Ipsos, Chile fue el país que más incrementó el uso del comercio electrónico durante el 2020, creciendo más de un 50% versus el año anterior. Muchos emprendimientos vieron esa oportunidad y comenzaron a abrir tiendas online, lo que generó una creciente demanda de programadores y servicios de delivery. Por otro lado, 1 de cada 4 trabajadores chilenos se adaptó al teletrabajo, según informe del INE, y también empresas de diferentes rubros adaptaron su modelo de negocio a uno más digital y con miras a la cuarta revolución industrial. Los usuarios de internet, por su parte, también aumentaron su participación en el comercio online. Así lo detalló en su Informe de Tendencias de e-commerce la Cámara de Comercio de Santiago, pasando del 66% en el trimestre abril-junio de 2019 al 81% en el mismo periodo de 2020 en la Región Metropolitana, y de un 59% a un 74% en regiones. Junto a esto, la tecnología 5G está llegando a pasos agigantados a Chile con la adjudicación de las licitaciones que hemos visto por estos días. La expectativa es que se multiplique 10 veces la velocidad de navegación de Internet y 100 veces la capacidad de las actuales redes 4G y además, contempla contratos que buscan equidad digital, exigiendo una cobertura para al menos el 90% de la población en los próximos 3 años. Y esta digitalización tiene ventajas, pero también desafíos. Por ejemplo, aporta mayor autonomía en la distribución del tiempo, permite conectar personas a la distancia, generar servicios más expeditos y ahorrar tiempos de traslado y espera. Pero debemos ser concientes de que como toda revolución, sus consecuencias en lo laboral también tienen impactos negativos como la urgencia de capacitarse y una importante pérdida de puestos de trabajo por la automatización. Christoph Schiess, socio fundador de Un Nuevo Equilibrio
Rodrigo Mortara, Gerente general de Despapeliza
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