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Manco Inca. Credulidad y ambición

Pizarro, el Rey de la Baraja español.

Además, con gran inteligencia, logró evitar la posible aunque remota unión de Huáscar y Atahualpa contra los extranjeros, la que hubiera significado el desastre de la presencia española. Con ese fin, coronó a Manco al día siguiente a su llegada al Cusco, impidiendo todo contacto con los quiteños que todavía se encontraban en las inmediaciones de la ciudad y que, como se sabe por los cronistas, calcularon tempranamente, en noviembre de 1532, su posible alianza con los cusqueños, la que luego desecharon por temor a ser castigados por los maltratos infligidos a Huáscar y al Hanan Cusco.

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De esta manera Pizarro actuó en su escenario, tal cual Napoleón lo hizo en el suyo. José de San Martín por su parte, aunque no ganó la independencia definitiva, originó con su plan de ataque por mar a Lima y a través de Chile la división del ejército español en dos frentes, el Alto Perú y la costa inmediata a Lima, un escenario del cual se aprovechó Bolívar. Adicionalmente, al repartir el rescate de Cajamarca días antes de la llegada de Almagro a Cajamarca, Pizarro premió y enriqueció a cada uno de los soldados de infantería o de caballería y generó con ello una clara división entre los enriquecidos por el rescate y los llegados posteriormente, privados de riqueza. Ello supondría una permanente y mayor adhesión de los primeros hacia él, pero también la adhesión de los segundos con Almagro y eso iría alimentándose hasta la batalla de Las Salinas, cuatro años después.

Hizo así imposible la unión de los propios soldados españoles, que en algún momento hubiera podido significar un problema para él. Siguiendo las viejas tácticas, Pizarro impedía que los componentes de autoridad y quienes los encamaban se unieran en un solo grupo. Pero al mismo tiempo debía impedir que el enfrentamiento entre sus subordinados llevara a hechos consumados, irreversibles o sangrientos, que terminaran debilitando la conquista como objetivo primordial de su presencia y, con ello, el establecimiento de un nuevo reino. Pareciera haber pensado que quien mantiene la rivalidad y él conflicto al interior de su tropa puede, a pesar de eso, ganar una batalla, pero el que divide irremediablemente su hueste pierde

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