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Herramientas de manipulación e izamiento

Los utensilios que proponemos como parte del conjunto de herramientas de los tiahuanaco que no son propias de los incas son aquellos tipo cincel o punzón, los instrumentos penetrantes o cortantes, una escuadra y escantillón, o sus equivalentes. Los perforadores formaban también parte del conjunto tiahuanaco, como evidencian los múltiples orificios perforados en los frisos de la Puerta III en Pumapunku, el arquitrabe curvo de Kantatayita, y otras piedras. La consistencia con que se mantuvieron las proporciones en los distintos tamaños de los nichos, la precisión con que los trazados seguían ciertos patrones y la repetición frecuente de ciertas dimensiones sugieren que los tiahuanaco poseían instrumentos de medición bastante exactos. Quizá las futuras investigaciones y registro arqueológico permitan, algún día, revelar cuál fue realmente el conjunto de herramientas que utilizaron.

Herramientas de manipulación e izamiento

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Cuando discutimos el asentamiento y la manipulación de las piedras supusimos que estas tareas podrían haber sido considerablemente facilitadas por el uso de algún tipo de mecanismo de izamiento. Estos mecanismos son, de hecho, sugeridos por las grapas de izamiento que encontramos en varias de las piedras. Desafortunadamente, como en el caso de muchas de las otras herramientas utilizadas por los constructores tiahuanaco, no hemos podido encontrar ningún tipo de evidencia de estas en el registro del sitio arqueológico.

Evidentemente, nuestro relato de las técnicas de construcción tiahuanaco deja varias preguntas sin resolver. Además de los vacíos que ya mencionamos antes, no tenemos ningún tipo de información sobre la fuerza de trabajo. ¿Qué tan grande era esta? ¿Cómo se reclutaba, entraba y organizada a los trabajadores? Como hemos notado, la posibilidad de que los sillares regulares hayan sido producidos en masa sugiere que los mamposteros pudieron haber estado organizados en talleres y que otros grupos de trabajadores fueron enlistados para tirar de los bloques hasta transportarlos al sitio de construcción. El fino y preciso tallado de los detalles sugiere que entre estos albañiles debió haber existido una élite de especialistas. Pero, claro, estas por ahora no son más que hipótesis y la duda sobre si estas preguntas podrán ser resueltas algún día queda como una cuestión abierta.

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