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I I . LOS AUTORES Y SUS TEXTOS

LYDIA FOSSA

bélicas en el sitio de Lima, en las que habría participado a su llegada al

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Perú, como lo afirman varios historiadores (Domínguez 1994: 68). Se ha

identificado otro documento de La Gasca que menciona a Juan de

Betanzos: es una carta que dirige al rey de España y que cita Villanueva

(1987: xxxiii): “El P. Angulo reproduce un fragmento de la carta de Gasca

al Real Consejo en donde el Pacificador explica que adoptó la decisión

antes señalada por si el rey era servido de dar dichas encomiendas ‘[...] a

un hijo del Marqués Dn. Francisco Pizarro, que hubo en una india que es

agora muger de un Betanzos, lengua’. Carta de Gasca datada en Lima el

25-IX-1548”. “Lengua” y marido de “una india” es como se identifica a

Betanzos en 1548.

Fray Antonio, a quien aún no se ha identificado plenamente,

4 indica

en los primeros párrafos de su “Discurso sobre la descendencia y gobier-

no de los incas” (1608) que Juan de Betanzos era “vecino desta ciudad

del Cusco”, cuando se hizo la diligencia encomendada por el gobernador

Cristóbal Vaca de Castro en 1542 para averiguar “las antiguallas” de los

indios, “[...] a sólo diez años de distancia de la prisión de Atahualpa”

(Pérez 1986: 510). De acuerdo a Garcilaso, que rememora lo que sucedía

en 1557-1558, Betanzos vivía en el barrio de Carmenca: “[...] estaban las

[casas] de Pedro López de Cazalla, secretario que fue del presidente

Gasca, y las de Juan de Betanzos [...]” (1995: 445). Hay que notar que la

“vecindad” en el siglo XVI implicaba poseer un repartimiento de indios,

o como lo explica el mismo Garcilaso:5 “vecinos que tenían indios” (1995: 445). En la época de Vaca de Castro (1541-1543), Betanzos debe haber sido “residente” o “estante” en el Cuzco, puesto que sus primeras encomiendas documentadas vienen a través de su esposa, Angelina Yupanki, con quien se casa en 1544.

6 Doña Angelina había recibido la encomienda

de Larata, en lo que hoy es Apurímac, de Francisco Pizarro, con quien

tuvo dos hijos varones (Domínguez 1992). María Rostworowski ha publicado el documento referido a los “Títu-

los de tierras que fueron de doña Angelina Yupanqui, mujer de Juan de

Betanzos, fechado en septiembre de 1558” (Rostworowski 1993). Allí se

enumeran los bienes que tuvo en vida doña Angelina y se pide posesión

oficial de ellos, probablemente preparándolos para la herencia testamen-

taria. En el documento, algunos testigos indican que las tierras y perso-

nas enumeradas ya pertenecían a los padres de Angelina, Túpac Inka

Yupanki y Mama Anauarque. Otros indican que eran de Angelina desde el

tiempo de Francisco Pizarro. Cabe destacar que todas las tierras mencio-

nadas se encuentran en el Cuzco; entre ellas aparece Quiquijana, ubicada

en el valle de Yucay (cf. Rostworowski 1993: 120-130).

Villanueva (1987: xxxiv) extracta un documento posterior que con-

firma las propiedades que tenía doña Angelina al momento de casarse

con Juan de Betanzos:

4. Había varios fray Antonios en el Cuzco en ese tiempo, tal como lo explica Porras: “Pero la

balanza parece inclinarse del lado de fray Antonio Martínez, agustino aunque hubo otro del

mismo nombre dominico predicador y más tarde prior de Chuquisaca” (1986: 747).

5. “[...] este nombre ‘vecino’ se entendía en el Peru por los españoles que tenían repartimiento

de indios” (Garcilaso de la Vega [1609] 1995: 6).

6. Nicanor Domínguez da el año de 1544 para la boda en su memoria de bachillerato, de 1992,

basándose en “[...] la carta de dote y arras que suscribió y se encuentra en la Biblioteca

Nacional del Perú, A-29” (Pease 1995: 242). El hallazgo de este documento zanja la cuestión

de la fecha del matrimonio de Juan de Betanzos y doña Angelina Yupangui o Yupanki.

JUAN DE BETANZOS 127

[...] en escritura pública firmada ante el escribano Pedro Días Baldeón el

17 de agosto de 1566, declara Betanzos que habiendo contraído matrimo-

nio con doña Angelina Coya, “mujer principal que fue”, llevó ella como

bienes nupciales crecida cantidad de hacienda entre los que se contaron

los siguientes:

“Estancia de Cachi en el Valle de Yucay, con tierras y chácaras anexas [...]En

la probanza que hizo Betanzos en 1558 se afirma que estas tierras tienen

una extensión de once topos que tienen ocho casas donde viven diez indios

con sus mujeres [...]

Dos topos de tierras más, cerca a las anteriores.

Cuatro bohíos en el mismo Valle de Yucay[...]

Otros dos topos de tierras [...] “el un topo se llama Pucamarca y el otro

Guancaparara” [...]

Otro topo de tierras llamado “Ayamaylla” [...]

El sitio [y] chacara llamado Quiquijana que es un topo de tierra [...]

Otros dos topos que se hallan junto a Quispeguanca, que se llaman

Choquepincullo [...]

Otros dos topos ubicados en el lugar llamado Chuqibamba [...]

Otros dos topos de chacaras en el lugar llamado Chicho, con dos buhíos

Chacaras en el sitio llamado Carmenga, a espaldas de la Iglesia de Santa

Ana del Cuzco, donde dicen Sabanmarca.

36 pozas de salinas ubicadas antes de la Iglesia de San Sebastián, también

en Cuzco.

40 cabezas de ganado vacuno.

LYDIA FOSSA

Pease nos informa que una copia de este instrumento notarial sirvió

como fundamento para que María Díez de Betanzos solicitara en su mo-

mento la restitución de los bienes de su madre, Angelina Yupanki, ante la

amenaza de su padre de desheredarla. Este documento se encuentra en la

Biblioteca Nacional del Perú (Sala de Investigaciones, A-155; Pease

1995: 242).

Es de notar que Garcilaso afirma que Betanzos vivia en el barrio Car-

menca, y que es allí donde tenía tierras doña Angelina: “Chacaras en el

sitio llamado Carmenga, a espaldas de la Iglesia de Santa Ana del Cuzco,

donde dicen Sabanmarca” (Villanueva 1987: xxxv). Como el presidente

La Gasca le otorga la encomienda de Caquixane en el Collao recién en

1548,

7 Garcilaso se refería a que Betanzos era “vecino” del Cuzco desde

1544. Por lo expuesto, la afirmación de fray Antonio de que Betanzos era

“vecino del Cuzco” cuando participó en la diligencia de Vaca de Castro

con los khipukamayuq en 1542 no tiene sustento documental.

En vista de que la primera actividad registrada de Juan de Betanzos

tiene lugar en el Cuzco, a partir de informaciones solicitadas por don

Cristóbal Vaca de Castro, vamos a introducirnos en la vida peruana de es-

te personaje para entender mejor su relación con nuestro autor y el im-

pacto de su trabajo en la Suma y narración de los incas. 8 El licenciado

Cristóbal Vaca de Castro, oidor de Valladolid, fue nombrado juez y visita-

dor del Perú por el rey de España “[...] para poner remedio a la guerra entre ‘pizarros’ y ‘almagros’” (Pérez 1986: 242). El rey quería que su re-

presentante en los Andes terminara con las disputas sobre posesión de

tierras y límites territoriales en que habían caído los conquistadores, divi-

didos en dos facciones: una bajo Francisco Pizarro y la otra bajo Diego de

Almagro. Estos dos grupos habían estado peleando desde 1536-1537 por

la posesión de la ciudad del Cuzco y por otras desavenencias. Ambas

facciones aducían que esa ciudad estaba dentro de los límites de sus terri-

torios: los Pizarro que estaba dentro de Nueva Castilla y los Almagro que

estaba dentro de Nueva Toledo. Estos bandos se enfrentan en la Batalla

de las Salinas, y Hernando Pizarro le hace cortar la cabeza a Diego de

Almagro, el viejo.

Ante las noticias del ajusticiamiento del adelantado Almagro, el rey

“[...] se tubo por deservido [...] y mando a los de su Consejo [de Indias]

que proveyesen justiçia sobre aquel caso [...]” (Cieza 1994b: 91). El Con-

sejo de Indias, “[...] deseando ser avisados de la verdad, nonbraron por

juez de comision e para que hiziese las ynformaçiones al liçençiado Cris-

tobal Vaca de Castro” (Cieza 1994b: 92). Vaca de Castro recibió sus ins-

trucciones el 15 de junio de 1540, y se embarcó en San Lúcar de Barra-

meda en una flota de 17 navíos el 5 de noviembre del mismo año (Pérez

1986: 132).

Su viaje estuvo lleno de vicisitudes, especialmente desde Panamá. Salió

del puerto de Panamá “[...] a diez y ocho de março de mill e quinientos e

quarenta e dos años [sic: un año]” (Cieza 1994b: 93). Al poco tiempo de

estar navegando, desde la isla Gorgona, “[...] los tienpos se les mostra-

ron contrarios y los aguaçeros heran muchos y los vientos esparciendose

por el espaçioso mar hazian que las olas se engrandeçiesen[...]” (Cieza

1994b: 93). Un poco más adelante, “[...] vino un tan furioso viento que

pensaron ser anegados e perdidos e anduvieron por la mar derramados

los unos navios de los otros y venido el dia el galeon [en que viajaba Vaca

de Castro] estaba solo y no se vieron mas los otros navios” (Cieza 1994b:

97-98). En vista de estas contrariedades, decidieron tomar el puerto de

Buenaventura para ir a Cali. Pero sin conocer los ríos que desembocaban

en el mar en esa zona, la empresa era muy difícil. Estas exploraciones

tomaron más tiempo del previsto, y se acababan las provisiones. Cuando

ya iban a iniciar el viaje de regreso a Panamá, avistaron “[...] dos navíos

que a la vela venyan arribando adonde estava el vatel” (Cieza 1994b: 101),

pero “[...] trayan la misma neçesidad porque venian de Nicaragua e los

pilotos no savian el puerto ni avian estado en el” (Cieza 1994b: 101). Para

colmo de males, “[...] aquella noche hizo muy gran tormenta e pensaron

de pereçer” (Cieza 1994b: 101). Finalmente, apareció una embarcación

7. La Gasca lo premió con mil cien pesos y con los repartimientos de Quiquijana y Curahuasi

(Del Busto 1987: 43). Pero obsérvese que Quiquijana le llega a Betanzos a través de su

esposa, Angelina: “El sitio [y] chacara llamado Quiquijana que es un topo de tierra…”

(Villanueva 1987: xxxiv).

“Consta también la recepción que hacía de los tributos que percibía por su encomienda,

según pudimos ver en tres declaraciones que, a manera de cartas de pago, firma a petición

de los caciques de los ayllus respectivos y en presencia del Corregidor del Cuzco, licencia-

do Polo Ondegardo, en 4 de marzo de 1572. En estos documentos aparecen, en represen-

tación de los indios de sus ayllus respectivos, Diego Callapusa, cacique del pueblo de

Camesane; Cristóbal Cutipa, cacique del pueblo de Capissi y García Roadquira, a nombre

de Francisco Ruquisaxoma, del pueblo del mismo nombre. (Protocolo de Luis de Quesada.

Años 1571-1581, ff. 247-249v. del primer registro. Archivo Departamental del Cuzco)”

(Villanueva 1987: xxxv-xxxvi).

Esta información documental coincide parcialmente con la que proporciona Domínguez

(1991: 5): “Betanzos logró una pequeña encomienda en el Collao (Caquixana, al NO del

Lago Titicaca)”, entendemos que por intervención de La Gasca en Guaynarima. Los

topónimos a que hace referencia Villanueva son aimaras, de manera que la ubicación en

zona altiplánica es correcta. Pero los pueblos encomendados son: Camesane (Kamisani),

Capissi (Kapisi) y Ruquisaxoma (¿Rukisashuma?).

8. De aquí en adelante, Suma y narración.

JUAN DE BETANZOS 129

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