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Introducción a la edición peruana

En primer lugar está el problema del arranque, es decir, de cómo ir desde donde estamos ahora, y ahora mismo todavía no estamos en ninguna parte, hasta la orilla opuesta. Solo es cuestión de cruzar, de tender un puente. La gente soluciona problemas así todos los días. Pongamos por caso que lo conseguimos, sea como fuere. Digamos que el puente ha sido construido y cruzado, y que podemos quitarnos el problema de encima. Hemos dejado atrás el territorio en el que estábamos. Y estamos al otro lado, que es donde queríamos estar.

J. M. Coetzee, Elizabeth Costello

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Como todo libro de historia, este libro quiere ser un puente. Un puente entre dos orillas del Atlántico, entre dos continentes, entre diferentes historiografías. Un puente que nos permita, en el sentido vislumbrado por J. M. Coetzee, encontrarnos a la vez en dos lugares diferentes, mundos lejanos pero también unidos, ahora, como en el pasado, por una cantidad de elementos que en este libro se intenta, parcialmente, reconstruir. Unidos por hombres que han cruzado el mar y que han llevado sus vidas a la otra orilla, y por hombres que vieron a otros hombres llegar e imponerse como dominadores. Un puente entre dos diferentes etapas de la aventura humana, entonces. En este caso, entre el estudio de los diferentes territorios y trayectorias políticas en el conjunto de los dominios que, bajo diferentes títulos, pertenecían a la Corona de Castilla en el siglo dieciséis, y que la historiografía más reciente considera como la Monarquía hispánica. Actualmente, su comprensión y conocimiento es objeto de estudio de un sector importante de la historiografía internacional1 ,

1 Entre las visiones de historia global que se vienen manejando para comprender el conjunto de las monarquías ibéricas destaca, además de los estudios del británico John Elliott, el de Bartolomé Bennassar y Bernard Vincent, Le temps de l’Espagne: XVIe-XVIIe siècles, París, 1999; sin embargo,

gracias a la superación de las dificultades originadas por el carácter particular que las diversas historiografías nacionales habían dado al análisis del pasado de sus territorios, permitiendo, de este modo, aclarar el panorama de las dinámicas e interacciones, así como de la conducción política (y, quizás, preguntándonos si la hubo o, también, si se puede considerar una única gestión política). En importantes sectores de la historiografía permanece abierto el debate sobre la naturaleza de la articulación política de la Monarquía, si es que puede ser considerada como un «sistema imperial». Este concepto, como observa el italiano Aurelio Musi, «ya ha entrado en el sentido común historiográfico», además de ser útil para la descripción y el análisis de las relaciones, tanto internas como internacionales, de la misma Monarquía, si se le emplea en sentido «no organicístico»2 . Especialmente porque la renovada historia política, socio-política y jurídica ya ha señalado la existencia de elementos comunes que se engendran y perciben, ya sea en el funcionamiento administrativo de la Monarquía, como en las grandes tendencias institucionales y culturales que se produjeron en su interior, así como en otras realidades del siglo dieciséis3. Finalmente, hay que recordar los estudios que aplican a la Monarquía hispánica el modelo analítico de la Corte, que tienen en cuenta no solo el modelo de Norbert Elias, sino también los interesantes aportes que la antropología ha ofrecido a los historiadores4 (dinámicas de grupos, relaciones y redes de poder, representación simbólica del poder, ceremonias y rituales), cuyo interés ha sido recientemente renovado5 .

hay que recordar también, tanto los ensayos sobre la imagen de la Monarquía hispánica que se han venido realizando en los últimos años, entre otros, Jean-Frédéric Schaub, La France espagnole. Les racines hispaniques de l’absolutisme français, París, 2003; los estudios de historia cultural sobre la percepción de las grandes corrientes intelectuales a escala local, cf. Serge Gruzinski, Les quatre parties du monde. Histoire d’une mondialisation, París, 2004. 2 Para una reciente reflexión metodológica sobre las potencialidades analíticas del concepto, enriquecida por abundantes aportes bibliográficos que reconstruyen un recorrido historiográfico, cf. Aurelio Musi, «Sistema imperiale spagnolo e sottosistemi: alcune verifiche da studi recenti», L’Acropoli, VI, 4 (2005), pp. 406-422. 3 Cf. Francisco Tomás y Valiente, Gobierno e instituciones en la España del Antiguo Régimen, Madrid, 1982. 4 Clifford Geertz, The Interpretation of Cultures. Selected Essays, Nueva York, 1972. Entre los estudios más recientes, atentos al ceremonial y a los rituales políticos y cortesanos, Alejandro Cañeque, The King’s Living Image: The Culture and Politics of Viceregal Power in Colonial Mexico, Londres-Nueva York, 2004. 5 Me refiero a los congresos internacionales: desde el XII Congreso Internacional de AHILA: «América Latina: Outro occidente? Debate do final do milénio», Facultad de Letras do Porto, setiembre de 1999 (actas publicadas por Eugenio Dos Santos, 5 vols., Oporto, 2002); Simposio Internacional: «Una monarquía de cortes. La corte virreinal como espacio de comunicación política en la Monarquía Hispánica (siglos XVI y XVII)», Universidad de Bielefeld, Bielefeld, 13-15 de

Sin embargo, este estudio tiene la intención de ir más allá de la historia comparada y encuadrar la obra política del virrey Francisco de Toledo dentro del régimen administrativo y político de la Monarquía hispánica, llenando, quizás con nuestra investigación, un vacío en la historiografía del siglo dieciséis; pero, sobre todo, pensando, como hicieron los contemporáneos, en esa Monarquía como un unicum, como un «todo», sin que ello suponga cuestionar la singularidad de cada dominio, de cada espacio político. Si es verdad —como afirmaba el historiador británico Edward Carr6 en un muy conocido estudio sobre la naturaleza de la historia— que cada investigación histórica es originada por una primera cuestión que el investigador formula, y se desarrolla a través de la dialéctica entre la búsqueda de una solución a la primera pregunta, y a todas las otras preguntas que surgen de esta actividad y, en particular, de la lectura de las fuentes que el historiador consulta, entonces podemos afirmar, sin duda, que Gobernando los Andes es un título muy adecuado al volumen que escribí. Estoy muy agradecido a Marco Curatola Petrocchi por haber pensado y sugerido este título, porque pone de relieve los dos elementos principales de la cuestión que origina la estructura del libro. El hecho político, es decir la actividad de gobierno, y el hecho geográfico que nos inserta en un complejo universo social y cultural ligado al mundo andino. Estos son los dos ejes en torno a los cuales se desarrolla toda la investigación. La mayor atención de nuestro análisis ha sido dedicada a la comprensión de los fenómenos y dinámicas que permitieron a la Corona de Castilla establecer y, progresivamente, fortalecer su control sobre los territorios que componían el Tahuantinsuyu, el antiguo Imperio de los incas. En el plazo de algunas décadas, entre 1532 y 1572, los españoles enfrentaron y derrotaron a los antiguos dominadores del mundo andino, los incas, un pueblo de cultura refinada y compleja, que se había expandido militarmente en el último siglo, y que había sido capaz de adaptar su organización económica y social al difícil entorno natural andino, como demuestran los estudios realizados a partir de los de John

mayo del 2004; al más reciente I Coloquio Internacional «Las cortes virreinales de la Monarquía española: América e Italia», Sevilla, 1-4 junio 2005, cuyas actas han sido publicadas en Francesca Cantù (ed.), Las cortes virreinales de la Monarquía española: América e Italia. Actas del I Coloquio Internacional (Sevilla, 1-4 junio 2005), Roma, 2008. 6 Edward H. Carr, What is History?, Londres, 1966 (traducción italiana, Sei lezioni sulla storia, Turín, 1966, en particular, p. 94 y ss.).

Murra7. Ya desde la misma época de la Conquista, el análisis del Tahuantinsuyu, de su cultura y de la sociedad incaica han sido temáticas de gran interés para la historiografía. Muchos castellanos quedaron sorprendidos y fascinados por esta realidad tan diferente, transformándose (como, por ejemplo, en el caso de Cieza de León) en cronistas de Indias. El recordado Franklin Pease ha hecho de este tema uno de los objetos de sus investigaciones8. En años más cercanos, en diferente medida, la historiografía se ha confrontado con el mundo andino en la época inmediatamente anterior y posterior a la llegada de los españoles, mirándolo a través del enfoque de las poblaciones indígenas, los incas en particular, cuya civilidad ha catalizado la atención de muchos estudiosos americanos y europeos, desde Alfred Métraux, María Rostworowski, María Concepción Bravo Guerreira, Karen Spalding, Steve Stern, Terence D’Altroy y Marco Curatola Petrocchi, hasta Catherine Julien, autora de un fundamental estudio crítico sobre las fuentes para la historia inca9 . Pero no es este el objeto de esta investigación, como no lo es la mencionada etapa de la «Conquista de los Incas» (para emplear una expresión del historiador John Hemming, autor de un estudio muy completo sobre ese tema10), lo que forma el centro de interés de este trabajo, sino el intento por comprender cómo la Corona de Castilla, a través de sus ministros y agentes, pudo adquirir un control eficiente de estos territorios amplísimos, y cómo consiguió imponerse, como elemento central, en la explotación de las inmensas riquezas que el mundo andino brindaba. En este ámbito, hemos utilizado los trabajos muy útiles de autores como Luis Millones, Carlos Sempat Assadourian, Steve Stern

7 John V. Murra, Formaciones económicas y políticas del mundo andino, Lima, 1975 (trad. it., Formazioni economiche e politiche nel mondo andino, Turín, 1980). 8 Franklin Pease G. Y., Las crónicas y los Andes, Lima-México, 1995 y, del mismo autor, Del Tawantinsuyu a la historia del Perú, Lima, 1978; véase también Catherine Julien, Reading Inca History, Iowa, 2000. 9 Los trabajos mencionados constituyen solo una parte de la literatura científica existente: Alfred Métraux, Gli Incas. Profilo storico-antropologico di una civiltà, Turín, 1969; María Rostworowski, Historia del Tawantinsuyu, Lima, 1988; María Concepción Bravo Guerreira (ed.), El mundo precolombino, Barcelona, 2001; Íd., Los Señores de los Andes. Entre el Cauca y Potosí, Madrid, 1991, Íd., El tiempo de los Incas, Madrid, 1986; Terence D’Altroy, The Incas, Oxford, 2002 (traducción castellana, Los Incas, Barcelona, 2003); Marco Curatola, Il giardino d’oro del dio sole. Dei, culti e messia delle Ande, Nápoles, 1997; Marco Curatola y Fernando Silva-Santisteban (eds.), Historia y cultura del Perú, Lima, 1995; Julien, Reading Inca History, cit., e Íd., Atunqolla: A View of the Inca Rule from the Lake Titicaca Region, Berkeley-Los Angeles-Londres, 1983. 10 John Hemming, The Conquest of the Incas, Nueva York, 1970 (trad. it., La fine degli Incas, Milán, 1975; trad. cast., La conquista de los Incas, México, 2000); Franklin Pease G. Y., Los últimos incas del Cuzco, Lima, 1976.

y Karen Spalding11, todos muy atentos a la perspectiva de los pueblos andinos. En el esfuerzo por contestar esta primera pregunta, nuestra atención se ha centrado en un determinado plazo de tiempo: finales de la década de 1560 y toda la de 1570, y en un personaje: el virrey Francisco de Toledo. Este arco cronológico, que está muy ligado a la actividad de gobierno del virrey Toledo, ha demostrado ser, tanto en la percepción de los contemporáneos, como en la historiografía más reciente, el momento más interesante para ser analizado. Es un momento particularmente importante, también, para el gobierno de Felipe II. En estos años el soberano de Castilla intenta rediseñar una nueva estructura para sus dominios europeos y americanos. A través de la convocatoria de la célebre Junta Magna, que tuvo lugar en Madrid en 1568, la Monarquía católica intenta sustentar con más fuerza su presencia en los territorios americanos, y decide estudiar los medios más idóneos para esta nueva fase política. Los nuevos virreyes del Perú y México, Francisco de Toledo y Martín Enríquez de Almansa, son nombrados teniendo en cuenta esta nueva estrategia política. El virrey de Nueva Castilla participará en varias sesiones de la misma Junta, hecho que demuestra la importancia para el rey del virreinato peruano, y su actividad de gobierno estará profundamente marcada por las deliberaciones de la Junta, transformadas por el soberano en Instrucciones de gobierno para su alter ego. Entonces, Francisco de Toledo y su gobierno son elementos que nos permiten entender esta compleja etapa de transición entre dos universos en principio muy lejanos, el andino y el castellano, pero que, por el contrario, se encuentran atados muy estrechamente, cercanos al punto de sobreponerse, en la realidad concreta, en la prosecución de los hechos históricos de un área geográfica muy amplia, habitada por diferentes etnias y pueblos, conectados por la común pertenencia a la Monarquía hispana. Para un estudioso que ha manifestado su interés por profundizar temas ligados a la historia política y cultural del mundo andino, entre los siglos dieciséis y diecisiete, es un honor y un placer particular publicar la edición de un volumen como este, en el lugar que encarna el centro geográfico de sus intereses, el Perú, y muy en particular por la editorial de una institución académica tan prestigiosa como la Pontificia Universidad Católica del Perú. Tengo deudas con los colegas y

11 Luis Millones, Historia y poder en los Andes Centrales. Desde los orígenes al siglo XVII, Madrid, 1987; Carlos Sempat Assadourian, Transiciones hacia el sistema colonial andino, Lima, 1994; Karen Spalding, Huarochirí. An Andean Society Under Inca and Spanish Rule, Stanford (California), 1984; Steve J. Stern, Peru’s Indian Peoples and the Challenge of Spanish Conquest. Huamanga to 1640, Madison (Wisconsin)-Londres, 1982.

amigos Marco Curatola Petrocchi y José de la Puente Brunke por haberme permitido acceder a este privilegio y por haberme ofrecido su constante colaboración y sostén durante la preparación de la presente edición; así como con el Dipartimento di Studi Storici Geografici Antropologici de la Universidad de Roma Tre, especialmente con Francesca Cantù, por brindarme el apoyo necesario para terminar este proyecto. Un agradecimiento particular a Antonino Colajanni, que tuvo la idea de realizar una edición peruana, y que estableció personalmente los primeros contactos durante una estadía de estudio en Lima. Pilar Latasa12 , María Concepción Bravo Guerreira13 y Aurelio Musi14 me han animado, directa o indirectamente, a publicar la presente edición, gracias a sus observaciones, muy atentas y circunstanciadas, con las cuales han reseñado el texto en su edición italiana, ofreciéndome un ulterior estímulo para esta edición, en la cual han sido incorporados cambios y mejorías. Finalmente, agradezco a la traductora Patricia Unzain, y muy en especial a Ximena Fernández Fontenoy, que ha revisado con gran esmero y competencia el texto en castellano y todo el aparato bibliográfico. A todos los mencionados, mis agradecimientos más sinceros.

12 Pilar Latasa, «Reseña al libro de Manfredi Merluzzi, Politica e governo nel Nuovo Mondo: Francisco Toledo vicerè del Perù (1569-1581), Rome: Carocci Editore, 2003», Hispanic American Historical Review, 86:1 (2006), pp. 156-157. 13 María Concepción Bravo Guerreira, «Reseña al libro de Manfredi Merluzzi, Politica e governo del Nuovo Mondo. Francisco de Toledo vicerè del Perù (1569-1581), Roma, Carocci, 2003», Revista Complutense de Historia de América, 31 (2005), pp. 266-268. 14 MUSI, «Sistema imperiale spagnolo e sottosistemi», cit., pp. 406-422.

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