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Geosistemas tibios y cálidos
1/ Fundamentos ecológicos 31
las bromeliaceae de hojas lanosas (como las achupallas), y también las cyperaceae (Carex bonplanti), de largas hojas ricas en sílice.
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Al igual que en el páramo alto, la geomorfogenesis es relativamente reducida. Si se presta la cobertura coluvial (arcillasque se hinchan) y si el sustrato geológico es favorable en las pendientes, se observan fenómenos de solifluxión y aluviónicos.
Los páramos bajos se roturan a menudo y se les transforma en pastizales de altura para ganado vacuno y ovino, o en campos de papa, col y avena. Bajo las cenizas, la formación de andosoles (suelos de alofán) constituye un factor favorable para la agricultura, al asegurarle a la planta una provisión regular de agua. A veces estos cultivos se realizan en camellones para permitir una mejor circulación del agua.
Sin embargo, a lo largo de la historia los páramos bajos constituyen franjas pioneras, que alternativamente se explotan y abandonan.
Esta es una diferencia importante con las punas, ocupadas ininterrumpidamente durante milenios. A consecuencia de la humedad, en los Andes ecuatoriales los límites superiores de los cultivos se sitúan de 200 a 400 m. más abajo que en los Andes tropicales.
Geosistemas templados
De una parte, los criterios de diferenciación se vinculan a una división térmica, por encima y debajo de la media anual de 14°C, y, por otra, la isoieta de 1,200 mm. de precipitaciones anuales.
El maíz produce bien encima de los 14°C. Las precipitaciones sobre los 1,200 mm., relativamente distribuidas a lo largo del año, favorecen el mantenimiento del bosque. En los geosistemas templados la división se hace en función del valor de la humedad y de las precipitaciones y, a escala local, entre los sectores en pendiente y las cuencas y fondos de valles.
La selva nublada marca un medio caracterizado por una humedad y nebulosidad casi constantes; no hay mes sin lluvia (precipitaciones orográficas) y el total anual, siempre superior a 1,500 mm., a veces llega hasta 3,000 mm. Las temperaturas medias, que en la parte superior del piso, hacia 3,200 m., son del orden de una decena de grados, hacia los 2,000 m. alcanzan 17° y 18°C. En la región selvática la transición entre las especies arbóreas del páramo bajo y las de la
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selva tibia y cálida es progresiva. La selva prácticamente cubre todas las vertientes, aparte de los pequeños claros de las zonas taladas, constantemente recubiertos por el rebrote selvático, trazos de rutas y recientes talas. En la parte alta, la vegetación leñosa de altura (polylepis, buddleia) se mezcla con bambús (Chusquea chusquea) y grandes helechos. Podocarpus y Weinmania, de troncos esbeltos y frágiles, marcan la parte baja del piso alto. En toda el área, los musgos, líquenes y epífitas se adhieren a los árboles y arbustos.
Estas selvas, de un verde oscuro, cubren pendientes largas y escarpadas, modeladas en poderosas formaciones de esquisto atravesadas por granito. La cobertura selvática morigera los efectos topoclimáticos y regulariza los flujos de humedad del suelo. Un lavado poderoso y oblicuo contribuye a la formación de podzoles bajo una cobertura húmica de materias orgánicas en descomposición. Los esquistos subyacentes se disgregan y originan arcillas. Los granitos, a menudo frágiles por la trituración tectónica, se descomponen en arena. La cubierta de los suelos es de diferente espesor y las raíces de los árboles suelen amarrarse en las fisuras y diaclasas del estrato. Los procesos geomorfogenéticos son poderosos: escurrimiento areolar sobre suelos saturados, bruscos movimientos de masas, derrumbamientos y desmoronamientos.
Las vertientes de selva nublada proveen agua, pero también son fuentes aluviónicas para las regiones situadas en su piso inferior.
La humedad es muy fuerte, la inestabilidad de las vertientes y la poderosa vegetación selvática limitan las posibilidades de utilización humana. Esta faja de selva alta ha constituido y constituye aún un límite importante entre las montañas andinas con población campesina y las poblaciones de las planicies. Sin embargo, queda una faja cuyo paso es indispensable para acceder a la parte baja de la montaña desde las mesetas y vertientes de la cordillera. De ahí su importancia estratégica en el pasado y su actual condición de obstáculo para las comunicaciones modernas. Sin embargo, y pese a la sólida carga de los ríos y a su régimen muy regular, la altura de las caídas de agua hacen de ciertos sectores sitios privilegiados para la instalación de centrales hidroeléctricas.
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La selva de altura mesójila
Las precipitaciones y sobre todo la nebulosidad son menos intensas que en la selva nublada. Estas características climáticas (precipitaciones suficientes para una agricultura sin riego), aunque no excesivas, explican su importancia agrícola. Este 'piso frío' de los ecólogos colombianos está profundamente modificado por la acción humana. Deben distinguirse los sectores de vertientes de los de planicies. En el primer caso, en laparte superior del piso, la presión humana prácticamente ha destruido a la selva climática que no subsiste sino en hoyas. El paisaje corresponde a campos donde pastan vacunos, que alternan con campos de papa, trigo, avena y legumbres; en la parte inferior del piso, en sitios donde la temperatura media es superior a 14°C, el maíz es un elemento fundamental.
El estrato está muy descompuesto (a menudola fersialización es profunda); solifluxión y desprendimientos caracterizan el modelado de esas pendientes herbosas.
En las penillanuras o sobre las mesetas onduladas son posibles varias situaciones. En la sabana de Bogotá, antiguo lago cuaternario, los sedimentos lacustres son hidromorfos y el drenaje es una de las condiciones para su utilización. Sobre la meseta granítica del oriente antioqueño, el modelado de detalle en pequeñas colinas y cubetas genera un mosaico pedológico, caracterizado por la potencia de alteraciones fersialíticas. En el fondo de las hoyas volcánicas, como en las de Nariño y norte del Ecuador, las cenizas recientes producen andosoles (suelos alófanos), fértiles y tenaces sobre las pendientes bajas, que se deslizan del fondo de las hoyas a gleys que deben drenarse. De ahí la frecuente disposición en aureolas: agricultura intensiva (papa, haba, cereales) en los bordes, y ganadería en los fondos húmedos.
Geosistemas tibios y cálidos
Las temperaturas medias anuales están comprendidas entre 17° y 23°C. En los Andes ecuatoriales corresponden a la faja altitudinal comprendida entre 800 y 2,000 m. (piso templado para los ecólogos colombianos) .