mientos imposibles de modificar; 3° Porque en todos sus actos demostró Santa Cruz completa predilección por el Perú aun en contra de los intereses bolivianos". Otros historiadores de ese país, sin llegar a un juicio severo, creen que el plan fue demasiado vasto, superior a las posibilidades del caudillo y a las circunstancias (Alcides Arguedas, Los caudillos letrados, Barcelona, 1922; Alfonso Crespo, Santa Cruz, el cóndor indio, México, 1966). Una excepción a todo punto de vista nacionalista es la Julio Alberto D’Avis S., en su obra El Estado boliviano y la unidad peruana (Cochabamba, 1944). En ella hay una franca actitud favorable a la fusión entre los dos pueblos no solo en la época de Santa Cruz sino en la actualidad y en el futuro, sobre la base de la geografía, la historia y las necesidades de los venideros tiempos. Al conmemorarse el 23 de diciembre de 1965 el centenario de la muerte del Protector de la Confederación, él ha recibido homenajes plenos de orgullo nacional. Los historiadores peruanos también han presentado, como frecuentemente ocurre, desunión. En el período inmediatamente posterior a la batalla de Yungay, predominó, sin coacciones oficiales, la idea de que la Confederación había sido una invasión extranjera y una tiranía. Mariano Felipe Paz Soldán, con su enorme aporte documental, ratificó esta tesis. Pero la guerra con Chile de 1879 a 1883 ayudó a un actitud muy distinta. El elogio del plan confederal tuvo su vocero elocuente y enérgico en José de la Riva-Agüero y Osma cuando hizo la crítica del ya mencionado historiador Mariano Felipe Paz Soldán en La historia en el Perú (Lima 1910) y cuando, más tarde, complementó su actitud unionista Perú-boliviana en trabajos tan sustanciosos como "Los dos Perúes" (El Comercio, 6 de agosto de 1942)(1). En un plano independiente, Nemesio Vargas se mostró en actitud beligerante antichilena y moderadamente a favor de Santa Cruz. Llegó a escribir de la siguiente manera: "Chile envidiaba la suerte de Perú y tramó una confabulación con ayuda de unos malos patriotas y a fin de deshacerse de la canalla de su país ideó una invasión normanda lanzándolos a nuestra tierra para esclavizarla a la aduana de Valparaíso" (Historia del Perú independiente, Vol. IX, p. 32). Julián Santisteban Ochoa, investigador cuzqueño prematuramente desaparecido, indicó una historiografía regionalista de exaltación sudperuana. El autor del presente libro ha querido tomar en diversas oportunidades una posición objetiva, estrictamente analítica y a ella intenta corresponder la valoración de las probabilidades históricas de la Confederación Perú-boliviana que viene a continuación.
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setiembre 1825 [ perú ] CHILE EnVIDIABA
LA SuERTE DE san martín creó PERÚ Y TRAMÓ la primera unA en el bandera COnfABuLACIÓn puerto de pisco, COndespués AYuDAdeDE poco llegar perú. la unOS al MALOS hizo oficial elY21A PATRIOTAS de fInoctubre DE de 1821, mediante un DE DESHACERSE decreto en el que LA CAnALLA DE Su también disponía PAíS IDEÓ unA que ésta debía ser InVASIÓn de seda o lienzo y nORMAnDA medir 8 pies de LAnzánDOLOS A largo por 6 de nuESTRA TIERRA ancho. PARA ESCLAVIzARLA A LA ADuAnA DE VALPARAíSO.
[ II ] RELACIONES GEOGRÁFICO-ECONÓMICAS ENTRE EL SUR DEL PERU Y BOLIVIA.- Es frecuente, cuando se alude a las circunstancias que favorecieron la invasión dirigida por Santa Cruz en 1835, mencionar los vínculos entre Bolivia y el Perú. Cuando en 1777 el virrey del Río de la Plata prohibió la exportación de oro y plata no elaborados a cualquier lugar excepto Buenos Aires, el comercio entre las dos grandes comarcas que llevaban el mismo nombre peruano quedó muy afectado. Sin embargo, no murió. En unas informaciones estadísticas que el ministro de Hacienda boliviano entregó en 1827 al inglés J.B. Pentland ya aparece que el costo del transporte al nivel de 100 libras por mercaderías era más bajo (1)
No obstante su notoria posición bolivianista, Riva-Agüero pronunció una conferencia el 26 de julio de 1932 en el Salón de Actos de la Escuela Militar de Chorrillos bajo el título del "Problema diplomático en del sur. Relaciones con Bolivia y Chile". Dicha conferencia fue impresa el mismo año en la localidad y por el plantel mencionado y circuló poco, ya que recibió el nombre de "confidencial". Riva-Agüero señala la posible amenaza boliviana sobre el sur del Perú que él, siendo gran historiador, tenía que saber que era muy vieja. Como fórmulas para evitar un choque, entonces quizá inminente, defiende la unión aduanera y una confederación de estructura amplia entre los tres contendores en la guerra de 18791883, sobre la base de que el Perú se fortaleciese. Análoga tesis había sido planteada en 1930 en las páginas finales del libro de J. Basadre, La iniciación de la República. Después de 1932, ya Riva-Agüero no insistió en lo que dijo ese año confidencialmente ante su auditorio castrense sobre el peligro boliviano que fue muy real ya que el general Kund había trazado el esquema minucioso sobre el ataque al Perú. Las circunstancias llevaron, más bien, a la guerra del Chaco.
[ CAPÍTULO 25 ] PERÍODO 1
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