cales y relaciones de comercio como mejor conviniera a sus intereses; este mismo principio serviría de base cuando creyesen oportuno celebrar un tratado de comercio. Bolivia defendió aquí el decreto dado en La Paz el 20 de febrero de 1842 que siguió vigente. Consignó este decreto, en su parte inicial, que no había pacto alguno explícito que determinara las relaciones de comercio entre ambos países, ya por haber caducado el que existía, ya por haber roto la invasión los vínculos de amistad. Para fomento del puerto de La Mar o Cobija estableció un impuesto de 40% a los efectos ultramarinos que se introdujeran en la República por las fronteras de la tierra; en cuanto al comercio de Cobija ratificó los derechos señalados por la ley de 13 de octubre de 1840 y agregó otras cargas tributarias. Además ordenó que los productos de la industria agrícola y fabril de los Estados vecinos pagaran un gravamen de 20% aumentando el de los vinos al 25% y el de los aguardientes al 30%. Estos asuntos contribuyeron a las divergencias entre el Perú y Bolivia que se ahondaron en 1846 y 1847.
MANUEL MENéNDEZ (1793-1847)
[ II ] El político limeño asumió el Poder Ejecutivo en tres ocasiones: en 1840, mientras el presidente Gamarra se encontraba enfermo; en 1841, tras la muerte de Gamarra; y en 1844, cuando triunfó la revolución encabezada por Nieto y Castilla. También ocupó la prefectura de Lima y la Presidencia del Consejo de Estado.
LOS PROBLEMAS DEL GOBIERNO DE MENéNDEZ.- Gamarra usó de su influencia para llevar a la Presidencia del Consejo de Estado, o sea a la Vicepresidencia de la República, no a un militar sino a un agricultor, don Manuel Menéndez. Asumió Menéndez la Jefatura del Estado cuando Gamarra emprendió la campaña de Bolivia en 1841. Su gestión no fue subordinada o fugaz como había sido la de sus antecesores civiles en el ejercicio interino del mando supremo: Salazar y Baquíjano, Reyes, Tellería, Camporredondo. Le tocó afrontar las consecuencias del desastre militar de Ingavi y de la invasión boliviana en el sur del país y asumir la responsabilidad de las gestiones de paz. El Consejo de Estado autorizó la prórroga de las elecciones presidenciales; pero ella no impidió que fermentaran ambiciones, esperanzas e intereses contrapuestos alrededor de ese proceso. Menéndez hubiera podido ser derrocado por el general en jefe del ejército, La Fuente, ante quien no faltaron consejeros que a ello lo indujesen; o algún otro jefe militar bien pudo intentar la repetición de lo que ocurriera primero con Salazar y Baquíjano en 1829 por obra del propio La Fuente y, luego, en 1835, a consecuencia de la irrupción de Salaverry. No fue igual la situación entre noviembre de 1841 y julio de 1842. En las postrimerías de ese período de aparente estabilidad política pudo firmarse el tratado de paz con Bolivia. Pero Menéndez tuvo otro motivo de seria preocupación, además del conflicto bélico en el sur y de la sucesión presidencial. Fue el que ocasionaron al Perú Santa Cruz y los proscritos peruanos en el Ecuador y el presidente de esa República, general Juan José Flores. Con el objeto de dar mayor claridad a este asunto se ha reservado para el presente capítulo la serie de hechos que, con estricto sentido cronológico, corresponde, en parte, a un período anterior. LA TENTATIVA EXPANSIONISTA DE FLORES SOBRE NUEVA GRANADA.- Flores era un caudillo inquieto que aspiraba a ensanchar el territorio del Estado que mandaba y que él había constituido. Su afán expansionista se orientó ostensiblemente por el lado de Nueva Granada. Después de intrigas y de luchas entró a Pasto como pacificador en setiembre de 1841 no sin que antes, en esta provincia, como en Tuquerres, brotaran, bajo su inspiración, declaraciones de anexión al Ecuador. Por breve tiempo pareció amagar Popayán. Sin embargo, el Gobierno neogranadino logró detener esa amenaza, hacerle devolver Pasto y liquidar el separatismo de la zona que hubiera podido ser atraída a la órbita ecuatoriana. La aventura neogranadina de Flores interesa a la historia del Perú porque sirve para revelar sus tendencias como gobernante y porque explica los motivos en la decisión de concentrarse en los planes para avanzar hacia el sur. La presencia de Santa Cruz y de los demás emigrados de la Confederación sirvió, sin embargo, como un excitante para Flores. Entre 1840 y mediados de 1842 comenzó este a definir lentamente,
236
PERÍODO 1
[ CAPÍTULO 28 ]