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Óscar Miró Quesada
el curso de filosofía del Derecho en 1907 sobre las ciencias morales contemporáneas y sus tendencias positivas apareció en Revista Universitaria y es un documento típico de esta época.
Las influencias positivistas en el campo de la historiografía no tuvieron vasta repercusión; pero no dejaron de esbozarse nítidamente. El estudio de Pedro M. Oliveira sobre la política económica de la metrópoli aparecido en 1906 siguió las rutas del trabajo de Javier Prado sobre las clases sociales en la Colonia y puede ser ubicado dentro de la literatura de la “leyenda negra” acerca de la obra de España en América.
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El positivismo universitario peruano quedó, en conjunto, como un movimiento tenue o larvado. Su sostenedor más resuelto se limitó a publicar un tratado vigoroso pero aislado de sociología para dedicar sus mejores energías a la política y a la diplomacia. Sus principios tiñeron la enseñanza filosófico-jurídica; pero a ellos se sumaron otros que los moderaron o equilibraron. En el campo historiográfico dejaron una señal fugaz. Las nuevas generaciones no evidenciaron entre fines del siglo XIX y comienzos del XX vivo interés por las ciencias penales dejando sin continuar los ensayos sobre antropología criminal de Fuentes Castro y el estudio de Mariano Ignacio Prado sobre el tipo criminal. No hubo en el Perú, como en Chile, adeptos de la “Religión de la Humanidad” propugnada por Augusto Comte.
[ VI ]
ÓScaR MIRÓ QueSada.- Óscar Miró Quesada, uno de los hijos de José Antonio Miró Quesada, nació en Lima el 30 de julio de 1884. Muy joven recibió la influencia del médico Antonio Muñiz, hermano del general Pedro Muñiz, y quiso seguir la misma profesión por lo cual se matriculó en la Facultad respectiva en 1902. Pero en 1904 viajó a Europa, cursó como alumno libre cursos de filosofía y letras en la Sorbona y se interesó vivamente por el laboratorio de psicología experimental de Binet. Por ese camino científico-filosófico ambuló su juventud que cultivó un cientificismo no compartido por sus compañeros de generación. A esta tendencia se juntó la facilidad que para escribir y para ponerse en contacto con el gran público le dio el periódico de su familia. Su primer artículo apareció en El Comercio el 8 de setiembre de 1901 y versó sobre el hipnotismo. Desde entonces ha publicado en ese mismo diario innumerables contribuciones.
Delegado de los estudiantes al Congreso de Montevideo de 1908, estuvo ese año entre los fundadores del Centro Universitario e incorporó en el programa de este organismo la conveniencia de popularizar la cultura. “Nosotros los estudiantes (léese en la Memoria del comité organizador) que hemos tenido la dicha de poder cultivarnos, que vimos con ojos curiosos descorrerse el velo impalpable que ocultaba las estatuas maravillosas y eternas de la belleza y la verdad, que nos hemos librado de la esclavitud de la ignorancia y de la superstición, debemos, si deseamos ser honrados y ser buenos, devolver a la vida lo que la vida nos dio, y cumpliendo la obra evangélica, enseñar a los que no saben, así como a nosotros nos enseñaron. Que la palabra convencida y sabia de nuestros maestros no se pierda para siempre en la indiferencia egoísta de nuestros cerebros estériles, que las verdades superiores y esenciales que aprendimos en las cátedras sean comunicadas a los hombres humildes como la buena nueva, para que así podamos decir con el legítimo regocijo de un convencimiento sincero: lo que sabemos no se ha perdido, lo hemos enseñado a los demás, devolviendo a la vida lo que la vida nos dio: cultura de espíritu y liberación mental. Hemos pagado nuestra deuda”. Estas palabras pueden ser consideradas como un lema para la obra de Óscar Miró Quesada. El suyo ha sido un periodismo raro en cualquier ciudad del mundo, pues ha divulgado ideas y teorías a veces abstrusas en lenguaje sencillo y claro, el periodismo más antagónico que cabe concebir, a la búsqueda de la nota sensacional en la actualidad volandera, al culto de la superficialidad y a la exacerbación de los instintos groseros del público lector. el positivisMo universitario peruano Quedó, en conJunto, coMo un MoviMiento tenue o larvado. su sostenedor MÁs resuelto (Mariano H. corneJo) se liMitó a publicar un tratado viGoroso pero aislado de socioloGía para dedicar sus MeJores enerGías a la política y a la diploMacia.
BIeneS Y apunteS de MeSoloGía cRIMInal peRuana
Óscar Miró Quesada (18841981) conocido por el seudónimo de Racso, era un reconocido catedrático de criminología en la Facultad de Jurisprudencia de la universidad Mayor de San Marcos. en 1922 publicó esta obra, que ayudó a sentar las bases de la criminología en el país. también empleó la estadística aplicada a los delitos cometidos en el perú.
Hasta 1933 (fecha en que, conviene repetirlo una vez más, se detiene el presente libro) la obra de Óscar Miró Quesada habíase proyectado en muchas direcciones. La primera que apareció fue la sociología con su folleto Problemas ético-sociológicos del Perú (1907) con prólogo de José de la Riva-Agüero con reflexiones sobre la organización judicial y política de nuestro país, el fomento de la agricultura, la inmigración asiática, el abaratamiento de las subsistencias, el saneamiento y la colonización de la costa y otras cuestiones capitales, entre las que destaca su condena al culto de los valores económicos.
Hubo un momento en que Óscar Miró Quesada pareció interesarse mucho sobre temas pedagógicos. Fue cuando redactó en 1908 su tesis para el bachillerato en letras sobre formación del profesorado de segunda enseñanza para auspiciar y desarrollar el proyecto presentado en la legislatura anterior por Javier Prado, Joaquín Capelo y otros senadores sobre una sección especial con este objeto en las facultades de Letras y Ciencias de San Marcos. Allí sostuvo también la necesidad de una preparación general filosófica y pedagógica de los futuros maestros que debían contar también con una práctica especial en el Colegio Guadalupe. En el folleto El problema de los exámenes (1908) Miró Quesada abogó luego contra estos procedimientos por considerar que arrojan un falso valor de capacidad individual. Se adelantó así a la boga en el Perú de los métodos para observar y medir la aptitud mental a la vez que el aprovechamiento de los alumnos. En la tesis sobre El arte y la cultura general (1911) presentó las razones científicas y filosóficas que existen para considerar a la belleza natural y artística como elemento de cultura poderoso y fecundo, e insistió en la importancia de la educación estética del espíritu humano.
Notable es el aporte de Óscar Miró Quesada dentro de las ciencias jurídicas. En La nacionalización del Derecho y la extensión universitaria (1911) estudia el origen y la formación del Derecho, la génesis del Derecho patrio y su nacionalización. Sustenta la tesis fascinante de que nuestra vida en este campo ha sido centrípeta y exógena y deformada y de que su proceso de nacionalización puede gestarse mediante la cultura del pueblo.
En los Breves apuntes de mesología criminal peruana (1922) entró el primero en nuestro país en consideraciones doctrinarias sobre la criminología y utilizó luego la estadística al ocuparse del delito en el Perú. Para esto último hubo necesidad de que efectuara o mandase efectuar una labor directa de investigación, que no tenía precedentes, en la cárcel de Guadalupe y en la penitenciaría. En El caso del asesino Montes (1916) hizo un ensayo de criminología aplicada. Por último su tesis sobre el divorcio (1911) proclamó la conveniencia de esta institución.
Con Elementos de geografía científica del Perú (1919, 2ª ed., 1926) renovó los conceptos sobre la ciencia geográfica, resaltó sus aspectos físico, biológico y económico y utilizó los aportes de la geología, la antropología y la sociología. Es este un lindo libro sobre el país que reconcilió a muchos rectores con aquella ciencia entendida en su sentido cultural e integral con sentido renovador pues primaban entonces textos que concedían preferencia a la lista de los nombres de los lugares del territorio y a la fase política. Complementan este aporte La nueva geografía y la enseñanza universitaria (1923) y Lecciones y conferencias de sociogeografía (1924).
Bajo el rubro de Extensión universitaria editó Miró Quesada en 1914 y 1916 dos volúmenes sobre La salud y el cuerpo humano y sobre Enfermedades evitables.
Dentro del terreno filosófico de su producción estuvieron en esta época El arte y la cultura general (1911), La realidad del ideal (1922), Psicología integral (1925). En esta obra cita a autores como Freud, Adler y Jung. No debe ser omitido que Miró Quesada fue uno de los primeros estudiosos del psicoanálisis en el Perú y que, interpretando, sobre la base de esas ideas, el arte genial de Antonia Mercé, La Argentina, ganó la perdurable amistad de la artista. Obra menor en campos limítrofes fue Tres conferencias (1923).
La bibliografía netamente literaria de Miró Quesada abarca los libros Con motivo del tricentenario de Cervantes (1916) y Versos (1923). No ha publicado su drama La esclava (1917) cuyo tema es el amor físico y espiritual y uno de cuyos personajes representa, por vez primera, un sirviente
serrano; ni tampoco su “astrakanada” La muerte de Timoteo donde se burla de la sociedad de temperancia, y los monólogos La ciencia del saludo y Leyendo el periódico.
Dentro de su vasta producción periodística no compilada merecen recuerdo la serie de artículos sobre las operaciones militares durante la guerra de 1914-1918 que recibió una carta laudatoria del jefe del Gabinete del mariscal Foch y la serie, por primera vez publicada en el Perú, sobre radiotelefonía. Miró Quesada no fue solo un escritor en este último campo sino también un fabricante de aparatos y un entusiasta cultor de la onda corta cuando dicha afición era calificada por muchos como cosa de chiflados.
Después de 1930, la fecundidad intelectual de Miró Quesada siguió indeclinable. Tiene libros sobre economía, filosofía, gramática, literatura, estética (la estética del toreo), astronomía y física. Con más de 70 años, ha explicado últimamente los vuelos interespeciales y la cibernética y ha tratado sobre la habitabilidad de otros mundos. [óscar] Miró Quesada no Fue solo un escritor (…) sino taMbiÉn un Fabricante de aparatos y un entusiasta cultor de la onda corta cuando dicHa aFición era caliFicada por MucHos coMo cosa de cHiFlados.
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[ adenda: breves notas relacionadas con la educación, la ciencia y la cultura entre 1895-1933 ]
capítulo 9 ● I El Instituto Histórico del Perú ● II Max Uhle y los comienzos de la arqueología científica peruana ● III El descubrimiento de Machu Picchu ● IV Las exploraciones de Julio C. Tello en Chavín, Paracas y otros lugares ● V Las excavaciones arqueológicas y el comercio con el patrimonio cultural del país ● La colección Corbacho ● VI La fundación del Museo de Historia Nacional ● La organización del Museo Histórico Nacional ● Los museos durante el Oncenio ● Emilio Gutiérrez de Quintanilla y la obra La campaña de Ayacucho ● VII El Archivo Nacional ● El abandono de la Biblioteca Nacional ● VIII El Patronato Nacional de Arqueología ● IX Pablo Patrón ● X La Colección de tratados y los congresos y conferencias internacionales de Ricardo Aranda ● Los Anales de la hacienda pública ● La colección de Larrabure y Correa sobre Loreto ● La Historia de las misiones franciscanas del padre Izaguirre ● XI La Historia del Perú independiente de Nemesio Vargas y la Historia republicana de Pedro Dávalos y Lissón ● La Historia de Arequipa. El Diccionario de Piura y la Historia del Protectorado de Germán Leguía y Martínez ● Francisco Mostajo ● Enrique Brüning, sus estudios monográficos sobre Lambayeque y su trabajo sobre canciones eróticas en ese departamento ● XII Manuel Moncloa y Covarrubias y la historia teatral del Perú ● XIII El Carácter de la literatura del Perú independiente ● La historia en el Perú ● Paisajes peruanos ● El elogio del Inca Garcilaso ● El Perú histórico y artístico ● El discurso de la Recoleta ● XIV Luis Antonio Eguiguren ● XV Carlos Wiesse ● XVI El Conservatorio Universitario. Leguía, Porras, Sánchez ● XVII César Antonio Ugarte y la historia económica, Alberto Ulloa Sotomayor