PERFIL DEL DOCENTE INCLUSIVO
Hablar de educación inclusiva no es hablar de integración. La educación inclusiva es un proceso para aprender a vivir con las diferencias de las personas. Es un proceso de humanización y, por tanto, supone respeto, participación y convivencia. Requiere estar dispuestos a cambiar nuestras prácticas pedagógicas para que cada vez sean menos segregadoras, esto es, cambiar la mentalidad del profesorado en las competencias cognitivas y culturales de las personas diferentes, significa que se ha de cambiar los sistemas de enseñanza y aprendizaje, significa que se ha de cambiar el currículum, significa que se ha de cambiar la organización escolar, significa que se ha de cambiar los sistemas de evaluación. El trabajo que presentamos aquí es el inicio de este cambio HACIA UNA ESCUELA INCLUSIVA y está relacionado con una visión de la escuela pública como lugar donde las niñas y los niños se educan para aprender a ser personas democráticas, libres, cultas y respetuosas con la diversidad. Se han organizado las ideas sobre el perfil del docente inclusivo atendiendo al proceso lógico de pensamiento, esto es, qué debería saber (cognición), qué valores
y
normas
(actitud)
favorecen
e
influyen
en
el
proceso
de
enseñanaza/aprendizaje y qué habilidades necesitaría para la puesta en práctica (acción). Los factores expuestos son sólo algunos, no tienen ningún orden jerárquico y no deben verse de forma aislada. El principio general que debe regir en las escuelas inclusivas es que todos pueden aprender y la mejor manera es hacerlo juntos.
COGNICIÓN
1 – Aspectos centrales del currículum académico El docente inclusivo debe tener presente qué aspectos son más importantes, válidos y útiles para el alumnado teniendo en cuenta las características y necesidades que precisan. Este currículum no debe entenderse desde una perspectiva fija o rígida sino que debe interpretarse desde una marco flexible que se adapte a les necesidades de todos ya que la educación inclusiva no va dirigida solamente a aquellos con necesidades sino que va dirigida a todo el alumnado. Se trata que el alumnado sea capaz de resolver situaciones problemáticas de la vida cotidiana.
2 – Procesos de aprendizaje y modelos de docencia Un modelo de docencia se puede definir como una figura mental que nos ayuda a entender cosas y aspectos que no se pueden explicar o ver directamente. Los distintos modelos tienen detrás una teoría del aprendizaje que el docente debe conocer y dan como resultado un tipo de educación u otro. La educación centrada en las disciplinas y en la trasmisión de conocimientos, centrada en competencias, centrada en la selección, centrada en una buena ciudadanía y la más importante para nuestra idea inclusiva es la educación centrada en enseñar a pensar y enseñar a convivir. El docente inclusivo debe trabajar desde las aulas heterogéneas y tiene que aprender otros sistemas de enseñanzas para darle respuesta a la complejidad del contexto actual de nuestras aulas. Cuestionarse aspectos como qué se enseña, cómo se hace, qué y cómo se evalúa, qué recursos se tienen al alcance, a qué tipo de alumnado nos dirigimos y qué características tiene y partiendo siempre de lo que sabe y lo qué es capaz de aprender por sí mismo y con ayuda de los demás. El papel que asume el docente ha de ser el de mediador entre el currículum y el alumnado.
3 – Organización y gestión del aula El aula deber ser entendida como un espacio donde interactúan el profesorado, el alumnado y los conocimientos. Fruto de estos tres factores encontramos diversidad en intereses y motivaciones, ritmos de aprendizaje, inteligencias, capacidades, experiencias, estrategias de aprendizaje, etc... Nuestra clases son un espacio convivencia y aprendizaje, tenemos que transformarlas para que niñas y niños dispongan de oportunidades equivalentes y puedan participar así en la construcción del conocimiento. Conceptos como flexibilidad y diversificación, engloban la diversificación de materiales, organización y adecuación del currículum… o la corresponsabilidad y autorregulación basada en la acción tanto del profesorado y el alumnado como en la acción compartida.
4 – Características del desarrollo integral Es fundamental para el docente inclusivo saber cómo funciona el proceso lógico de pensamiento. El desarrollo multidimensional de la persona, comprende diversos ámbitos que se engloban en el plano cognitivo, afectivo y motriz:
El plano cognitivo responde a la capacidad que la persona tiene de entender el entorno más inmediato y la forma en la cual se adapta a éste y a las
diferentes y continuas situaciones que se le plantean. Las funciones cognitivas básicas son: La percepción, entendida como la manera de interpretar la información que nos llega por medio de todos los sentidos. La atención, nos permite seleccionar la información y procesar solo algunos datos de todas las estimulaciones sensoriales que se reciben. La memoria, es la persistencia de información y conocimientos a lo largo del tiempo mediante el almacenaje y recuperación. El
pensamiento,
es
una
capacidad
mental
asociada
al
procesamiento, la comprensión y la transmisión de la información. Se necesita de un cierto nivel de simbolización. El lenguaje, supone el mecanismo a través del cual la persona expresa y comunica sentimientos, emociones y pensamientos.
Plano afectivo, responde a la necesidad de sentirse querido, aceptado y valorado dentro de un entorno (clase, centro, familia..).
Plano motriz, hace referencia al crecimiento y desarrollo físico. Los seres humanos aprenden sobre el mundo en el que viven a través del movimiento.
ACTITUD Una actitud o creencia necesita de un conocimiento o nivel de comprensión y posteriormente de unas habilidades para llegar a resolver situaciones prácticas de una forma efectiva y eficiente. El docente como facilitador del proceso de aprendizaje debe crear las condiciones que lleven a la actitud idónea ya que ésta determina el resultado del aprendizaje.
1.- Valoración de las diferencias como fuente de aprendizaje La educación inclusiva no sólo postula el derecho a ser diferente como algo legítimo, sino que valora explícitamente la existencia de esa diversidad. Se asume así que cada persona difiere de otra en una gran variedad de formas y que por eso las diferencias individuales deben ser vistas como un elemento que enriquece el desarrollo personal y social. Un modelo educativo tolerante en el que se aceptan y potencian las características y circunstancias de cada uno. La diferencia es un valor y no una lacra. Todos aprendemos de todos en el contacto interpersonal. Esta visión enfatiza el rol del maestro como facilitador más que como instructor. La creación de equipos multidiversos favorece el aprendizaje en todos sus aspectos.
2.- Expectativas positivas hacia el alumnado Las creencias positivas de los docentes son una clave determinante para el éxito del alumnado. La existencia de un buen clima afectivo y emocional en el aula y en la escuela también es una condición fundamental para que el alumnado aprenda y participe plenamente.
3.- Respeto al entorno y a las personas La escuela es un espacio de socialización clave para desarrollar el diálogo entre todos los miembros de la comunidad educativa. El respeto es aceptar que cada persona es libre de pensar y hacer lo que considere mejor para sí misma y para los demás, sin causar daño. Es actuar o dejar de actuar, sin perjudicar a nadie. Es obrar de acuerdo a la verdad y a la justicia, aceptando las normas existentes para mejorar la convivencia en unos niveles de armonía. Este valor permite aceptar al otro tal y como es y no como queremos que sea. En definitiva, es el valor que define las relaciones humanas.
4.- Democrático Los centros deben desarrollar una cultura democrática global que implique a todos sus miembros (estudiantes, docentes, familias y personal no docente) y abarque todos sus ámbitos (pedagógico, organizativo, de gestión, etc...). Esta participación significa que todos y todas estamos implicados en el aprendizaje. Es imprescindible saber escuchar y valorar las opiniones porque todo el mundo tiene algo que aportar. La democracia se aprende. Por ello la escuela debe promover actividades que estimulen la participación de los diferentes colectivos en la toma de decisiones, el debate constructivo, el ejercicio de libertades, el cumplimiento de normas, etc... El papel de los equipos directivos es determinante. Una enseñanza democrática, por tanto, no puede ser concebida como mero “adoctrinamiento” curricular sino como un proceso guiado de participación responsable.
PRÁCTICA 1.-Destrezas metacognitivas personales para “aprender a aprender”
El objetivo es el desarrollo de habilidades para aprender a aprender. El docente debe hacer consciente al alumnado que está aprendiendo a construir el conocimiento de forma cooperativa y la mejor manera es hacerlo a través de proyectos de investigación porque la indagación es el fundamento del aprendizaje. La enseñanza es una actividad que resuelve situaciones problemáticas partiendo siempre de la curiosidad del alumnado y requiere de una planificación continua y sistemática además de reflexión para posteriormente evaluar y realizar los cambios oportunos en el propio proceso.
2.- Enfoques educativos efectivos y enfoques metodológicos eficientes A lo largo de la historia de la educación encontramos diversos enfoques educativos y cada uno responde a las características y necesidades de un periodo o etapa histórica y han hecho posible el surgimiento de explicaciones y instrumentos metodológicos aplicados al ámbito educativo. Estos paradigmas han dado una visión diferente de los roles que debe adoptar el alumnado y el profesorado. Tenemos que cambiar el paradigma centrado en el déficit para pasar a otro centrado en la compensación dónde el alumnado es el elemento activo dentro del proceso de enseñanza-aprendizaje y el profesorado es el facilitador para la consecución del mismo. Una metodología eficiente ha de partir siempre de la observación y de las características y necesidades de las personas que componen la clase, nunca al revés. Es fundamental utilizar una metodología qu fomente la participación, la interacción, que se adapte a ritmos de aprendizaje diferente, que posibilite la flexibilidad de tiempos y grupos y que ofrezca una variada gama de recursos y materiales.
3.- Trabajo cooperativo El aprendizaje cooperativo es una manera de construir el conocimiento trabajando juntos a través de grupos heterogéneos cuyos componentes son interdependientes y comparten una serie de cosas (espacio, tiempo, materiales...). Supone el empleo didáctico de grupos reducidos. No es lo mismo trabajar en grupo que estar agrupados. Se socializa el aprendizaje adquiriendo valores y normas necesarias para la construcción de ese conocimiento. Para que éste sea beneficioso, el docente debe tener presentes aspectos como la interdependencia positiva, (debemos saber que el esfuerzo personal beneficia al grupo), la interacción (realizar juntos un trabajo, toma de decisiones, comunicarse, dar argumentos, escuchar a los demás,...) y la evaluación personal y de grupo (valorar las acciones positivas y negativas decidiendo qué conductas conservar o modificar y los aprendizajes adquiridos.). Otros elementos a tener en cuenta en este tipo de trabajo son la formación de los diferentes grupos, la
disposición de los equipos en el aula, la asignación de roles y funciones y la puesta en práctica en el aula.
4.- Habilidades emocionales, sociales, comunicativas y empáticas El docente debe tener claras qué habilidades debe desarrollar y fomentar para favorecer así el proceso de enseñanza-aprendizaje. La construcción de nuestras aulas como lugar de convivencia y aprendizaje se inicia con el conocimiento del otro. Poner en práctica técnicas para fomentar las relaciones sociales y comunicativas favorece la participación y promueve el respecto. Las habilidades emocionales pueden ser aquellas que se refieren a uno mismo (valoración y confianza de uno mismo, autocontrol, responsabilidad, compromiso, iniciativa,...) y las que guardan relación con los demás (comprender y valorar a los demás, entender la diversidad, la comunicación, el liderazgo, trabajo en equipo, cooperación,...). Las habilidades sociales responden a la capacidad del individuo para interactuar con los demás de un modo que es valorado y aceptado socialmente y al mismo tiempo, resulta beneficioso para uno mismo. En la escuela se lleva de forma globalizada y los aspectos más importantes son:
Aspectos ecológicos: situación de la escuela, espacio disponible, número de alumnado, distribución de los mismos, etc.
La organización escolar
La relación entre el alumnado
La relación profesorado–alumnado
La metodología empleada
El grupo de iguales: éste propicia oportunidades para aprender normas sociales, diferenciar comportamientos correctos e incorrectos, de conocerse a uno mismo, conocerse a los demás,... Las habilidades comunicativas son aquellas que utiliza el individuo para
expresar su pensamiento e implican ciertas normas dependiendo del código que se vaya a utilizar. El docente debe adquirir estas habilidades para utilizar el lenguaje de manera clara, coherente y adecuada en los diferentes contextos. La empatía es entender lo que el otro individuo siente y saber responder en consecuencia. El docente inclusivo debe tener esa capacidad de entender y ponerse en el lugar del otro que le permitirá conocer al alumnado y comunicarse de forma más eficaz. Es una capacidad que se puede aprender y mejorar.