PRODUCTIVIDAD, COMPETITIVIDAD Y CALIDAD EN LA SIERRA Proyecto del PNUD y DPS apoyan la economía propia de los pueblos indígenas
La Sierra Nevada de Santa Marta emerge de las profundidades del mar Caribe, se levanta sobre los departamentos de Cesar, Magdalena y La Guajira. En este complejo montañoso, convergen la cultura, el arte, la sabiduría y la tradición, pero también el emprendimiento, el rescate de las raíces y la soberanía de los pueblos indígenas.
El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), desde el Proyecto Red de Observatorios Regionales del Mercado de Trabajo (ORMET)
Wiwas, arhuacos, kankuamos y koguis habitan esta prometedora tierra, la respetan, viven de ella y la cuidan como uno de sus tesoros más preciados.
y el Departamento para la Prosperidad Social (DPS) respaldan esta iniciativa, reconociendo el enfoque diferencial y propiciando la inclusión laboral y pro-
Basados en sus tradiciones, satisfacen sus necesidades básicas, las de la familia y la comunidad a partir del desarrollo de actividades propias de sus creencias, entre las cuales se destaca el amor por la madre naturaleza y por su territorio .
Fotografías PNUD COLOMBIA/ MARTHA FORERO
ductiva de las comunidades.
La cosecha del cacao, la producción y comercialización de miel, la transformación del plátano y la creación de mochilas son algunos de los principales emprendimientos de los pueblos indígenas de la Sierra.
Gracias a este trabajo conjunto en el cual, como en el mito de creación, se unieron tres fuerzas en pro de la economía propia; los indígenas de la Sierra tienen ahora posibilidades frente al mercado capitalista. Sus modelos, basados en la agroindustria, cada vez están más preparados para asumir el reto de la globalización .
FOTOGRAFÍAS Y TEXTOS
Martha ForeroComunicadora Proyecto
ORMET Martha.forero@pnud.org.co
(571) 2182990 - 112
Esta conexión con la tierra trasciende en la defensa a los recursos naturales, los páramos, bosques, aguas, minas y la biodiversidad como parte del conocimiento colectivo, sobre el cual se basa un concepto que incluye sus procesos productivos a los de la occidentalidad, pero que a su vez, enaltece su independencia: la economía propia. Una propuesta que les permite a los pueblos amerindios fortalecer la organización social, las relaciones, la coordinación y la mejora de sus métodos, tecnificando sus cosechas y volviéndose cada vez más competitivos.
Superando obstáculos, construyendo juntos La base de una tutu (mochila) es un símbolo que recuerda a los creadores. Según la tradición de estos pueblos originarios Serankua, Ñankwa y Seukukuy se extendieron por todo el territorio ancestral en forma de espiral, al igual que el caracol, y fueron regando hijos en su recorrido. Cuentan los mamos de la Sierra que gracias a los tres descendientes de la madre universal se crearon las culturas de este territorio. Fueron tres los progenitores de la majestuosa montaña, tres fuerzas que juntas crearon el equilibrio para la pervivencia de las comunidades; la unión nació con cada retoño y de esta forma en el imaginario indígena quedó establecido el principio de solidaridad. De la misma manera, estas comunidades se plantean la economía propia gracias a la cual, pueden mejorar sus condiciones de vida, pero también asegurar el control y la propiedad de sus tierras sagradas. “Hemos generado un espacio para que el gobierno central se acerque a las comunidades y a partir de allí pueda orientar sus políticas de inclusión, reconociendo la cultura de estos pueblos”, explica Oliverio Huertas, coordinador nacional del Proyecto Red ORMET.
Proyectos de infraestructura para poscosecha de cacao, producción y comercialización de miel y de mochilas, mejoramiento de centros de acopio y de estancias paneleras y la instalación de maquinaria agroindustrial para la molienda, deshidratación y empaque de harinas de plátano, para la alimentación de los niños y niñas de los resguardos fueron algunos de los modelos de negocio apoyados en el CLAP indígena; luego del intercambio de saberes que se realizó con el apoyo del PNUD.