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Gelman
POEMAS DE JUAN GELMAN
Certezas
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A ver cómo es. Estaba quieta la inquietud por una vez. La desazón en sazón y ¡cómo se parecía el mundo a Gerarda envuelta en sensaciones de encaje! Las palabras chocan contra la tarde y no la descomponen. La furia no me deja solo conmigo. Habrá que recortar la sombra militar. ¡Camaradas especialistas en esperar cansancios: apaguen el amor dudoso que baja humilde y despacito! ¡Hasta el revés del cosmos morirá!
Oración de un desocupado
Padre, desde los cielos bájate, he olvidado las oraciones que me enseñó la abuela, pobrecita, ella reposa ahora, no tiene que lavar, limpiar, no tiene que preocuparse andando el día por la ropa, no tiene que velar la noche, pena y pena, rezar, pedirte cosas, rezongarte dulcemente. Desde los cielos bájate, si estás, bájate entonces, que me muero de hambre en esta esquina, que no sé de qué sirve haber nacido, que me miro las manos rechazadas, que no hay trabajo, no hay, bájate un poco, contempla esto que soy, este zapato roto, esta angustia, este estómago vacío, esta ciudad sin pan para mis dientes, la fiebre cavándorne la carne, este dormir así, bajo la lluvia, castigado por el frío, perseguido te digo que no entiendo, Padre, bájate, tócame el alma, mírame el corazón, yo no robé, no asesiné, fui niño y en cambio me golpean y golpean, te digo que no entiendo, Padre, bájate, si estás, que busco resignación en mí y no tengo y voy a agarrarme la rabia y a afilarla para pegar y voy a gritar a sangre en cuello
El juego en que andamos
Si me dieran a elegir, yo elegiría esta salud de saber que estarnos muy enfermos, esta dicha de andar tan infelices. Si me dieran a elegir, yo elegiría esta inocencia de no ser un inocente, esta pureza en que ando por impuro. Si me dieran a elegir, yo elegiría este amor con que odio, esta esperanza que come panes desesperados. Aquí pasa, señores, que me juego la muerte.
Sentado al borde de una silla desfondada, mareado, enfermo, casi vivo, escribo versos previamente llorados por la ciudad donde nací. Hay que atraparlos, también aquí nacieron hijos dulces míos que entre tanto castigo te endulzan bellamente. Hay que aprender a resistir. Ni a irse ni a quedarse, a resistir, aunque es seguro que habrá más penas y olvido.
Opiniones
Un hombre deseaba violentamente a una mujer, a unas cuantas personas no les parecía bien, un hombre deseaba locamente volar, a unas cuantas personas les parecía mal, un hombre deseaba ardientemente la Revolución y contra la opinión de la gendarmería trepó sobre muros secos de lo debido, abrió el pecho y sacándose los alrededores de su corazón, agitaba violentamente a una mujer, volaba locamente por el techo del mundo y los pueblos ardían, las banderas.
Si Dulcemente
si dulcemente por tu cabeza pasaban las olas del que se tiró al mar/ ¿ qué pasa con los hermanitos que entierraron? / ¿hojitas les crecen de los dedos?/ [¿arbolitos/ otoños que los deshojan como mudos?/ en silencio los hermanitos hablan de la vez que estuvieron a dostres dedos de la muerte / sonríen recordando/ aquel alivio sienten todavía como si no hubieran marido/ como si paco brillara y rodolfo mirase toda la olvidadera que solía arrastrar colgándole del hombro/ o haroldo hurgando su [amargura (siempre) sacase el as de espadas/ puso su boca contra el viento/ aspiró vida/ vidas/ con sus ojos miró la terrible/ pero ahora están hablando de cuando operaron con suerte/ nadie mató/ nadie fue muerto/ el [enemigo fue burlado y un poco de la humillación general se rescató/ con corajes/ con sueños/ tendidos en todo eso los compañeros / mudos/ deshuesándose en la noche de enero/ quietos por fin/ solísimos / sin besos
Epitafio
Un pájaro vivía en mí. Una flor viajaba en mi sangre. Mi corazón era un violín.
Quise o no quise. Pero a veces me quisieron. También a mí me alegraban: la primavera, las manos juntas, lo feliz.
¡Digo que el hombre debe serlo!
(Aquí yace un pájaro. Una flor. Un violín.)
Velorio del solo
En la fecha
Solo de ti, lleno de ti, esta tarde a las 7, el ciudadano de tu ausencia se palpaba la cara, la voz, los papelitos, de veras comprobando que tus ruidos andaban por sus huesos y en general te habías ido.
Golpeó puertas, teléfonos. La gran ciudad estaba equivocada sin tu pelo, señora, y él sentía tirones detrás del corazón.
A lo mejor era el tabaco, de todos modos yo soy otro: un pedazo de ti, alguien a quien castigan puertas, ruidos, teléfonos, y, andá a saber por qué, toda la parentela de la muerte.
Documentos
Llena de signos y de árboles, ella cruza la noche como un fuego o un río, asciende en el silencio y la memoria, es infinita como un hecho, la existo, la conduzco, yo soy su certidumbre.
Una mujer y un hombre llevados por la vida, una mujer y un hombre cara a cara habitan en la noche, desbordan por sus manos, se oyen subir libres en la sombra, sus cabezas descansan en una bella infancia que ellos crearon juntos, plena de sol, de luz, una mujer y un hombre atados por sus labios llenan la noche lenta con toda su memoria, una mujer y un hombre más bellos en el otro ocupan su lugar en la tierra.
Héroes
Los soles salan y los mares maran los faramacéuticos especifican dictan bellas recetas para el pasmo se desayunan en su gran centímetro
a mi me toca gelmanear hemos perdido el miedo al gran caballo nos acontecen hachas sucesivas y se amanece siempre en los testículos
no poca cosa es que aquello suceda vista la malbaraja del amor estos días los mazos de catástrofes las deudas amados sean los que odian
hijos que comen por mis hígados y su desgracia y gracia es no ser ciegos la gran madre caballa el gran padre caballo el mundo es un caballo a gelmanear a gelmanear les digo a conocer a los más bellos los que vencieron con su gran derrota
Juguetes
hoy compré una escopeta para mi hijo hace ya tiempo que me la venía pidiendo y comprendiendo mi hijo que no hay plata que alcance pero pidiéndola proponiendo los sitios de la cocina de la pieza donde recién traída la escopeta esperaba que él saliera del sueño donde estaba esperándola para verla tocarla convertirla despuués en otro sueño no para matar bichos o pájaros o arruinar las paredes las plantitas o bajar a la luna de su sitio lunar no para esas pequeñas cosas molestas mi hijo quería su escopeta y esta noche la traigo y escribo para alertar al vecindario al mundo en general porque que haría la inocencia ahora que está armada sino causar graves desórdenes como espantar la muerte sino matar sombras matar a enemigos a cínicos amigos defender la justicia hacer la Revolución y además compré una camita para mi hija donde acostará a su muñeca cubriéndola con el trapo amarillo como esa noche que yo estaba por escribir un poema intentando apresar los rostros últimos del bello amor humano imperfecto perfecto como una madre oscura acercándome a ellos casi rodeando su aire cálido como un fuego cara a cara a su fuego oyéndolos temblar inasibles y mi hija me tomó de la mano para mostrarme la muñeca que ella había abrigado es su cuna tapándole los ojos pintados con un pedazo de papel para que pueda dormir y le besó la frente le dijo que descanse y yo volví a la mesa y en silencio guardé mis papeles vacíos
Preguntas
Ya que navegas por mi sangre y conoces mis límites y me despiertas en la mitad del día para acostarme en tu recuerdo y eres furia de mi paciencia para mi dime qué diablos hago por qué te necesito quién eres muda sola recorriéndome razón de mi pasión por qué quiero llenarte solamente de mí y abarcarte acabarte mezclarme a tus huesitos y eres única patria contra las bestias el olvido