La reinvención de Jesús Cobo
Bacón en el diálogo de dos mundos
Del kichwa al sánscrito, peligro en el Patrimonio Musical de Chimborazo
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Todos los martes a las 19H00
editorial No. 1 | Año 1 | Junio 2015
Raúl Pérez Torres Presidente de la Casa de la Cultura Ing. Guillermo Montoya Merino Presidente de la Casa de la Cultura de Chimborazo Patricio Herrera Crespo Director de Publicaciones
EDITOR – INVESTIGADOR
C
hilca, la planta sagrada de los Andes latinoamericanos que muchas veces ha sido minimizada dentro del imaginario colectivo, olvidando sus mágicas propiedades y la importancia que tiene para nuestros pueblos originarios, es el nombre que asumimos en este impreso cultural, para resignificar su sentido dentro de la visión pluricultural de nuestras políticas editoriales, que buscan sobremanera poner en valor a los actores culturales de Chimborazo en la ciudad de Riobamba. Es un esfuerzo que surge dentro de la responsabilidad social de la Universidad Regional Autónoma de los Andes, que forma profesionales que están aportando a la discusión del tipo de desarrollo que necesitamos y, sobre todo, a generar relaciones humanas que forjen una sociedad más solidaria y comprometida, y a la visión de la Casa de la Cultura Ecuatoriana y su Núcleo de Chimborazo de apoyo a la cultura. Con la publicación de Chilca, aspiramos a romper en algo la brecha frente a la centralidad que se genera de manera inconsciente desde esa falsa premisa de que todo lo exógeno es mejor, a valorar de forma diferente nuestra relación con el mundo y a dinamizar el debate como respuesta al silencio del colonialismo cultural que nos ha tenido tanto tiempo ausentes.
Gabriel Cisneros Abedrabbo COLABORADOR
Mario Godoy Aguirre EDICIÓN DE TEXTOS
Katya Artieda DISEÑO
Tania Dávila FOTOGRAFÍA DE PORTADA
Marco Cruz FOTOGRAFÍA INTERIOR
Salvador Bacón, Jesús Cobo, Xabier Etxeberria, Mario Godoy, Suplemento Oasis, Gustavo Ortiz, Revista Municipal No. 12, Milton Romero, Luis Yaulema. IMPRESIÓN
Editorial Pedro Jorge Vera Casa de la Cultura Ecuatoriana
CONTACTO Casa de la Cultura Ecuatoriana Benjamín Carrión Núcleo de Chimborazo www.culturaenecuador.org cculturach@hotmail.com Riobamba – Ecuador 2015
índice
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Del kichwa al sánscrito,
en el diálogo de dos mundos
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Los rostros invencibles
Músicos
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Guanando
La reinvención de Jesús Cobo
Bacón
chimboracenses
peligro en el Patrimonio Musical de Chimborazo
de Naveda
y los Ortiz Arellano
Fotos: Archivo, Jesús Cobo
Alerta, Jesús Cobo, escultura en acero inoxidable. JUNIO 2015
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La reinvención de
Jesús
Cobo Gabriel Cisneros Abedrabbo
S
iempre he admirado a Jesús Cobo, su obra es un encuentro maravilloso que nos permite conocerlo, desde el ser que se extasía en la culminación de un trabajo, hasta aquel insatisfecho que deja abierta las posibilidades para descubrirse con la violencia que solamente pueden encontrar los seres sensibles, aquellos que se estremecen con la belleza y por ello buscan recrearla en un retorno interminable. La vida me permitía acercarme a él, habíamos cuadrado la entrevista en su casa, ubicada en la parroquia Alangasí en Quito, garuaba en la
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ciudad como trayendo una nostalgia que desapareció cuando Jesús irrumpió en el espacio con tal sencillez que me era imposible recordar un segundo antes, lo importante en ese momento de encuentro eran sus manos, las que habían acariciado el mármol, la madera, los metales en busca de la redención del ser, las que me apretaron vigorosas para darme la bienvenida. Es un artista que con generosidad tiene mucho que contar y con quien tengo mucho en común: el arte, Chimborazo, las crisis de la creación, que cuando se la logra, es acto de amor que redime y engrandece, un acto a veces doloroso que hoy permite
este encuentro en torno a la escultura de un creador que no deja de reinventarse. La conversación fue la de dos seres que de alguna forma se conocían, aunque no se habían visto nunca, con interrupciones, risas, preguntas y repreguntas. Espero que ustedes disfruten de este diálogo tanto como lo disfruté yo.
Fotos: Luis Yaulema
conversación
Quiero agradecerte, Jesús, por recibirnos en tu casa, en tu taller, por abrirnos el corazón de esa manera. Deseo preguntarte ¿qué memoria tienes de Chimborazo, de Chunchi, de Riobamba y cómo inicias tu viaje vital? De Chunchi tengo el maravilloso registro de lo andino, de la montaña, del abismo, de la cumbre, de
la neblina, del sol, fundamentalmente de ese paisaje agreste que acuna a un hombre andino muy armónico. A este paisaje lo concibo como un arriba, un medio y un abajo. Otros valores los descubrí más tarde cuando ya había pasado por la Academia. Por el trabajo de mi padre, en los ferrocarriles, nos trasladamos a Ibarra y de ahí
a Quito, para continuar mis estudios de arte. ¿A qué edad sales y cuáles son tus recuerdos? Salgo de Chunchi a los siete años. Algunos recuerdos giran alrededor de los toros de pueblo, como cuando de chicos queríamos ser como Pepe Tamayo, el referente de los toreros populares en las JUNIO 2015
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fiestas del 4 de Julio. Otra remembranza está relacionada con el paisaje de la alta montaña, maravilloso recuerdo que afloró muchos años después, cuando trabajé una serie de esculturas a la que denominé Los Andes, en las que, con ojos críticos y un ejercicio abstractivo, representé ese paisaje natural a través de la disciplina escultórica. ¿En dónde inicias tus estudios artísticos? En San Antonio de Ibarra, concretamente en el Colegio Daniel Reyes, de donde me expulsaron dos años más tarde. Los profesores les dijeron a mis padres que yo no servía para artista, que podía ser cualquier cosa menos artista. Ahí aprendí lo que es el poder cuando es ejercido con abuso. Por suerte yo ya estaba ‘picado’ por el arte, vine a Quito a continuar mis estudios en el Colegio Universitario de Artes Plásticas, donde tuve importantísimos maestros no solamente de arte sino de vida.
Vuelo, escultura en bronce.
¿Quiénes, y qué significaron en tu ser? Leonardo Tejada, Ulises Estrella, Nilo Yépez, Gui-
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llermo Muriel, Galo Galecio, Patricio Gudiño, grandes artistas y seres humanos maravillosos. Me acuerdo del maestro Tejada que decía: “Si a usted le expulsaron de otro colegio por pensar, aquí es obligatorio hacerlo”. Eso cambió mi panorama, ya que por fin encontré la libertad para expresar mi particular visión del mundo sin temores. Me encontré, por suerte, con otro sistema de educación artística. De esa supuesta educación que era obedecer ciegamente, sin opción a pedir una explicación lógica, pasé a la que nos proponía el maestro Tejada, que hablaba acerca de la obligación de pensar, motivándonos a encontrar en la realidad otras lecturas y otros ángulos para la representación. Al fin y al cabo esa es la esencia del arte, lo mismo dicho de varias maneras y desde diferentes interpretaciones. ¿Quizá eso te hizo ser maestro en la Facultad de Artes? En principio era la posibilidad de tener un ingreso para seguir produciendo,
luego me fui enganchando y comprometiendo y me gustó la obligación de la academia por la investigación y la actualización. Estar junto a los jóvenes con su dinámica y sus particulares inquietudes, era como participar de un mismo viaje con gente haciéndose las mismas preguntas. Se dice que el artista es un sobreviviente, ¿cómo has sobrevivido, cuál es el secreto? Con un poco de terquedad, pienso yo, con una disciplina a toda prueba, con esa actitud permanente de meter la cabeza por algún resquicio y luego pasar el cuerpo una y otra vez, y de ida y vuelta, con una gran pasión y con una especie de adicción a lo que es la creación. Esa afición a estar jugando permanentemente sin esperar que esa sea la obra que te lleve a la consagración, sino tomando esta experiencia lúdica como una razón de vida, hasta que después la obra comienza a tener
Estudios
autonomía y uno se vuelve un instrumento del arte. La obra termina siendo independiente del artista, ¿qué obra te ha conmovido, te ha roto y te ha hecho odiarla en algún momento, y que naciendo de tu amor te ha alejado de ella? Me ha pasado muchas veces. Una vez destruí una exposición íntegra un poco antes de inaugurarla. Entré en crisis; cuestiones vivenciales y de pareja que hicieron que me viera como un artista fracasado. Fui al taller, tomé un combo y destruí las obras. ¿Una forma de destruirte a ti mismo? Exactamente, mi historia, mi pasado, mi parte negativa. Son procesos de los que he salido vigoroso, pues, luego de esa experiencia, seguí en el sueño de ser un escultor, no dejé el oficio, busqué otras ideas y alternativas. Cuando uno no se replantea su len-
guaje diariamete, se corre el riesgo de levantarse al día siguiente y, casi a ciegas, continuar realizando lo que ya sabe de memoria; eso es mortal para un creador. Como una exigencia de vida en mi experiencia, hay capítulos marcados, incluso con los materiales que he trabajado. ¿Cuáles son las épocas de Jesús Cobo? Tengo una época de la madera, en mis primeros años, cuando vuelvo de mis estudios en Italia y no tenía para alquilar un taller, herramientas, ni materiales. No podía
quedarme en lamentaciones, conseguí madera, de nogal, lo recuerdo, en diferentes sitios. También utilicé rechazos para estructurar y ejecutar mis proyectos. Luego vino el mármol, cuando pude pagarlo, y más tarde diversos materiales: lava volcánica, fundición en aluminio y bronce y últimamente el acero inoxidable con soldadura de última tecnología, obra que será mostrada en mi próxima muestra. La última exposición individual que presenté en Chicago fue trabajada en lava volcánica, del volcán Chimborazo, por cierto.
De Chunchi tengo el maravilloso registro de lo andino, de la montaña, del abismo, de la cumbre, de la neblina, del sol, fundamentalmente de ese paisaje agreste que acuna a un hombre andino muy armónico. JUNIO 2015
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¿En estos tiempos, Jesús Cobo ha cambiado? Hay cambios, obviamente. Cambió el sentido del arte y las prioridades. La visión de la vida misma también cambió. De aquella lícita aspiración de los artistas jóvenes de ser ricos y famosos, conocidos y reconocidos, creo que he llegado al momento de disfrutar plenamente de lo que hago sin más presiones que la búsqueda de la excelencia. ¿Tú quieres ser reconocido? Lo que busco es la paz. Paz para crear en un ambiente tranquilo como este en donde estamos. Después llegará el momento de compartir mi obra con las otras sensibilidades. Luego, que vayan los críticos, criticones o critiquillos y que reaccionen como quieran, ya no importa su aprobación, porque ya contribuí con la construcción de la cultura y, además, fui feliz. Como creador es importante compartir este lenguaje artístico con la gente, despertar sus emociones y tocar su lado sensible; eso para mí es fundamental en el arte, de la misma forma en que yo también soy tocado con la música o la poesía y las varias disciplinas artísticas. ¿Cómo llegas a la obra? A través del juego. Ensayando con toda libertad, mediante líneas y formas, una primera versión de lo que me gustaría representar. No es que porque comienzo algo 8
tiene que desembocar en una obra. A veces en lo que aparentemente es un fracaso está la esencia de la obra que se busca. No es una obra perdida, siempre es una ganancia porque, además, es el ejercicio pleno de la libertad. ¿Cómo entender el oficio del arte y sus relaciones con la institucionalidad? Es un trabajo profesional como todos, y la diferencia entre uno y otro artista radica en la calidad de lo creado. En lo que tiene que ver con tu pregunta referente a la institucionalidad y al arte público, debo decirte que no siempre se encarga la obra a quien debe ejecutarla, sino que se ha caído en una cuestión clientelar. Esto también en
relación a los espacios mediadores entre artista y público. ¿Qué les recomiendas a los jóvenes que quieren ser artistas? Que cada uno traza su propio destino y que el arte es una maravillosa forma de ser libre. A los jóvenes les digo que crean en la utopías. Vuelvo a la autodestrucción del hombre y del artista. ¿Cuál es esa oscuridad en Jesús Cobo y cómo se refleja en su obra? Los miedos. Cuando era chico y vivía en un bello rincón de la selva, en Lita, entre Esmeraldas, Carchi e Imbabura, casi muero ahogado en el río. Por años soñé que me estaba ahogando.
En una actitud resiliente volví al mismo río y me lancé a sus aguas. El juego era: si muero se acabó la pesadilla y si no, la pesadilla debe acabar de forma consciente. De eso saqué una exposición: ‘Piedra Agua’. ¿Cuándo sabes que tu obra está concluida? Siento al arte como una posibilidad de ofrecer lo mejor de mí. En un principio trabajo para llenar mis necesidades expresivas, con seriedad y exigencia. La primera comunicación con la obra concluida es íntima. Cuando uno siente que esta existe por sí misma y cuando han transcurrido los tres segundos de éxtasis inigualable, ahí uno se da cuenta de que esa obra ya no le pertenece, que solo le pertenece como materia, como capital,
pero ya no como algo que para ser dependa de uno; luego, para que cumpla su ciclo debe ser socializada. Pasa eso y vuelve el vacío. Es el momento de la urgencia por comunicarme de nuevo. Ahora también tengo la música, estoy aprendiendo a tocar el violín, no con la pretensión de componer nada, sino para expresarme a través de otro lenguaje, de sentir el espacio en sus dos estados, el vacío y lo concreto, y volverlo evidente mediante sonidos, relacionándolo con la forma en la escultura. ¿Cómo conecta tu escultura con la poética de la palabra? La poesía es un discurso que destaca sus partes significantes
mediante espacios vacíos y llenos, así como la escultura es un discurso de formas en el espacio. Espacios llenos y espacios vacíos que crean imágenes, ritmos, silencios, tensiones en espera de la siguiente palabra para crear sentidos, al igual que la música con sus sonidos y silencios. Cuando leo poesía, al margen de la significación de la palabra, también indago por su musicalidad y, por qué no, su representación como forma experimentable por los sentidos. Pienso que la experiencia del arte, en todas las experiencias, en todas las disciplinas, en todas las dimensiones, siempre nos deja con hambre de más arte.
Estudio para agua, desnudo en bronce.
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El escultor en su galería.
Jesús Cobo Chunchi, 13 de agosto de 1953 Jesús Cobo cursó sus estudios en el Colegio Universitario de Artes Plásticas y en la Facultad de Artes de la Universidad Central del Ecuador, en Quito. Realizó estudios en el Instituto Profesional del Mármol ‘Pietro Tacca’, en Carrara, Italia. En University of Kentucky, Lexington, USA. Fue profesor de escultura y Decano en la Facultad de Artes de la Universidad Central del Ecuador. Tiene un Diplomado Superior en Estudios del Arte (2004-2005), una Especialidad en Estudios del Arte (2006-2008) y una Maestría en Estudios del Arte (2009-2011). Obras suyas están ubicadas en Netanya-Israel; Egirdir-Turquía; El Alto-Bolivia y en México-DF.
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Exposiciones colectivas
Premios
Entre sus exposiciones colectivas se destacan: 1976 y 1978 Salón Nacional de Dibujo, Acuarela, Témpera y Grabado, Quito. 1976 Integrafik, Berlín, Alemania. 1978 Alianza Francesa, Quito. 1978 Casa de Rafael, Urbino, Italia. 1978 Salón de Invierno, Carrara, Italia. 1980 World Print Council, USA. 1980 Salón Mariano Aguilera, Quito. 1980 Museo Guayasamín, Quito. 1981 Primera Bienal de Grabado Latinoamericano, Puerto Rico. 1982 y 1984 Mini Grabat Internacional, Barcelona, España. 1984 Galería de Arte Moderno, Santo Domingo, República Dominicana. 1992 Exposición Sevilla 92, España. 1993 Escultores del Mundo, Quebec, Canadá. 1999 Bienal de Escultura, Toyamura, Japón. 2002 Instituto Mexicano de Cultura, Chicago, USA.
Exposiciones individuales 1981 Colegio de Arquitectos, Quito. 1984 Museo Guayasamín, Quito. 1986 Museo Camilo Egas, Quito. 1986 Museo Municipal de Arte Moderno, Cuenca. 1986 Museo del Banco Central del Ecuador, Guayaquil. 1989 Museo del Banco Central del Ecuador, Quito 1991 Banco Interamericano de Desarollo – BID, Washington D.C., USA. 1991 Library Gallery, Lexington, Kentucky, USA. 1993 Galería Artelite. Guayaquil. 1994 Museo Nacional de Arte Moderno, Casa de la Cultura Ecuatoriana, Quito. 2000 Museo de la Ciudad, Quito. Club La Unión, Quito. 2007 Centro Cultural Metropolitano, Quito. 2007 Aldo Castillo Art Gallery, Chicago-USA. 2013 Katara Foundation, Doha- Qatar.
1975 Tercer Premio Nacional en Grabado. Quito. 1976 Segundo Premio Nacional en Grabado. Quito. 1978 Primer y Tercer Premio Nacional en Grabado. Quito. 1979 Tercer Premio Salón ‘Luces y Colores en el Arte’. Carrara-Italia. 1980 Primer Premio en Escultura. Salón Nacional de Artes Plásticas. Casa de la Cultura Ecuatoriana. Quito. 1981 Segundo Premio Nacional de Escultura. Salón Mariano Aguilera. Quito. 1983 Mención de Honor. Bienal de Grabado Latinoamericano. Puerto Rico. 1983 Segundo Premio en Escultura. Salón Mariano Aguilera. Quito. 1995 Premio de los Escultores. Concurso Internacional de Escultura. AsunciónParaguay. 1996 Primer Premio. Segundo concurso Internacional de Escultura. RosarioArgentina. 1997 Premio del Público. Concurso Internacional de Escultura. Alem- Argentina. 1998 Primer Premio. Segunda Bienal de Escultura. Cuenca-Ecuador. 1999 Premio a la Originalidad (Compartido) Concurso Internacional de Escultura Saint Blassien-Alemania. 2002 Condecoración al Mérito Cultural. Ministerio de Relaciones Exteriores. Quito, Ecuador.
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pincel
Bacón
en el
diálogo de dos mundos Gabriel Cisneros Abedrabbo
P
ienso en Salvador Bacón con la nostalgia de los andes, con el frío que enciende en su natal Guamote fraternidades y silencios, cantos de bocina y locomotora; diálogo entre dos partes que se atraen y se repelen, que se encuentran en la fiesta donde lo pagano y lo divino se funden en el mismo barro, en un todo que se niega a reconocerse. El primer recuerdo que tengo de él es de un guerrero en batalla para ser —ya que el oficio de pintor es duro y poco reconocido—, peleándose a fuerza de tenacidad las salas y emprendiendo un autoexilio doloroso para que su arte sea reconocido. Bacón seguramente se cuestiona y en ese interrogatorio esencial halla formas y conceptos que vienen de la fuerza de una metástasis de colores que va más allá del autor, que se plasman en una obra que ya ha tomado distancia con la levedad del ser y que se incendia en el patrimonio
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y la sustancia de nuestro colectivo yo. En su plástica imprime con oficio ese habitar dos mundos que son uno y que desgarran el corazón desde el mestizaje, en su hibridación donde el amor no es suficiente frente a la barbarie, donde la angustia de amar a la madre o al padre se sobrepone a la urgencia de odiarlos.
El hombre y su entorno Salvador es un ser que se hace en una provincia que enfrenta la crisis del modelo feudal que la había constituido históricamente, donde sus habitantes niegan lo indio y ostentan lo que no son; sin embargo, ese negar es perturbador para el alma, por lo que se suceden una serie de cambios que buscan el camino de la reconciliación. El artista en su obra quizá recoge lo mejor de los dos mundos: los mitos de los Andes, las historias
Fotos: Archivo, Salvador Bacón La familia, óleo sobre lienzo.
contadas por la abuela al pie del fogón y las tradiciones occidentales. Ese hacer el amor desde los pinceles es, sin lugar a dudas, un espacio esperanzador entre quienes tienen un corazón sensible. Bacón pinta desde la redención, desde los ojos de un hombre sencillo que nos representa con dignidad y
que se niega a silenciar su pincel y su ser, porque al no tener todas las respuestas se ha convertido en un buscador interminable. El autor grafica la hibridación y el sincretismo de nuestra memoria histórica en seres mágicos que conviven con peces, pájaros y flores, lo que necesariamente invoca a
una reconciliación del ser desde la estética del color, desde sus formas y desde los personajes que van comunicando en el lienzo que en ellos hay otra vida, una en la que se puede encontrar respuestas, una en la que se puede amasar al ser con lo mejor de su genética, con el azul más virgen de sus océanos. JUNIO 2015
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El beso, 贸leo sobre lienzo.
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La construcción de la obra de Bacón recrea, por un lado, los grandes temas del mundo occidental con una visión andina; es decir, con un colorido pleno se van llenando todos los espacios, no se deja nada al vacío, como queriendo desterrar la angustia con la alegría del color, que la vaciedad de la no-vida desaparezca en una pincelada; dicho de otra forma, la obra de Bacón habla del dolor del mestizaje y busca desterrarlo creando nuevas escenas donde los mitos del padre sean también los mitos de la madre: Eva, el paraíso, Una mujer tocando una guitarra del medio evo, lo que crea nuevos diálogos en la cultura y del dolor esculpen un todo que respira y se levanta a crear la vida, su vida, con lo mejor de los mundos que lo constituyen. La otra temática de Bacón gira alrededor de su natal Guamote, cantón de la provincia de Chimborazo, que dentro de la invención social, en los últimos cincuenta años ha creado dentro de la fiesta del carnaval personajes que evocan las antiguas monarquías europeas, donde el Rey del carnaval preside una serie de rituales con nacimiento, muerte y honras fúnebres: las fiestas del carnaval. Fiesta donde coexisten de forma muy sutil la redención de la carne y el desenfreno, traída desde Europa con el Pawkar Raymi de nuestros pueblos
originarios. La exuberancia en la obra y en la fiesta embriagan, los papeles se invierten y el artista con la majestuosidad de su pincel nos invita a conocer el mundo íntimo de su ser, en una obra que seguramente sobrevivirá a su levedad por mucho tiempo.
Bacón visto desde la crítica La identidad de las cosas cotidianas Rilke dijo que la belleza es el primer grado de lo terrible, y recuerdo que algún escritor decía que la Bella Durmiente del bosque estaba soñando un maravilloso sueño de 100 años cuando el Príncipe la despertó con un beso, y que después ella se lo reprochó a menudo, porque las cosas, le decía ella, eran más hermosas antes. Pero también puede ser lo contrario, porque todo fue más hermoso después. Traigo a colación estas encrucijadas geométricas de la sensibilidad, no solamente para recordar la niñez llena de tristezas aritméticas de Salvador Bacón, sino esos golpes de amor eterno que sufrió en carne propia, sin saber todavía que el amor es eterno mientras dura, amor que indescifrablemente le llevó a descubrir la pintura,
En su plástica imprime con oficio ese habitar dos mundos que son uno y que desgarran el corazón desde el mestizaje, en su hibridación donde el amor no es suficiente frente a la barbarie.
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nuestra cabellera de peces, una mandolina como la que tocaba Santa Mariana de Jesús, pájaros y payasos girando alrededor de la fiesta popular de nuestro corazón. Raúl Pérez Torres
La fuerza y la inocencia de Bacón
Monalisa criolla, óleo sobre lienzo.
la cromática, el espacio, el volumen, la luz y la sombra, pero más que todo, a descubrir en sí mismo algo que quizá ella pasó desapercibido: su espíritu delicado, su inocencia, esa diáfana sencillez que ahora Salvador plasma en sus cuadros, con una aparente facilidad que en realidad es identidad de las cosas cotidianas, identidad de las personas sencillas, capturadas en su momento de sueño, de ese sueño maravilloso y auténtico en el que nos sentimos rodeados de palomas y frutas, con 16
Tiene esperanza, por eso pinta esperanzas. Y pone en sus cuadros toda la fuerza y todas las ganas humanas de vivir, de resistir, de ganar la larga batalla de la vida, de construir un presente no violento, no destructivo, no egoísta, no vil. Cuando pinta tiene en su cabeza y en sus manos el presente. Porque el presente es lo primero y lo último, lo único cierto. Él tiene la esperanza. Por eso hace una pintura inocente, ingenua, pacífica, tierna, aunque los tiempos pretendan imponer la muerte, la oscuridad o el silencio. Él pinta gestos y rostros y actitudes modestas, sencillas. Gestos humanos. Escenas humanas. Rostros que no invitan a la contemplación sino a la solidaridad. Trazo a trazo, tono a tono… Presenta un mundo pequeño, sencillo, ansioso, alegre, del cual muchas buenas cosas se pueden rescatar para definir la personalidad de un Ecuador colectivo. Rubén Darío Buitrón
Nuestra fiesta, óleo sobre lienzo.
Los mensajes profundos de la existencia Salvador Bacón es un pintor por naturaleza. Su instinto de hombre, su pensamiento y su capacidad de abstracción de la realidad, le llevan inmediatamente a expresarse con el pincel. Su escuela es su propia
inquietud cognoscitiva. Sus temas emergen naturalmente de su vida, de su experiencia, de su medio. Si queremos encontrar un mérito especial en la obra de Salvador Bacón, éste radica en la sencillez y naturalidad de representar sus temas. Mientras en las escuelas pictóricas del mundo actual
se navega en un mar de imaginación desbordante, imposible a veces de comprender, en la escuela sencilla y dulce de Salvador Bacón se viaja hacia mensajes tiernos, reales y profundos de la existencia misma del hombre. Carlos Arsenio Larco V. JUNIO 2015
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El artista se confiesa Bacón en su obra se declara buscador de un sentido de la vida, de una forma, un punto, una coloración que graba su ser en la memoria del futuro; nos dice: “En mi obra evito la penumbra que me asecha. En torno a un canto, en nombre de la vida, hombres, mujeres y niños con una dulce tristeza recogen la pureza de mi arte, trato que esa fuerza llegue al público en la presencia de un paraíso. Flores, peces, guitarras y palomas acompañan a seres que irradian la luz más simple y pura. Quiero poner en las figuras un fragmento que refleje e ilumine al mundo con su propia luz”. Bacón se declara un ser de luz, porque ha vivido en la oscuridad y porque en ella aprendió a ver con otros ojos el mundo. 18
Salvador Bacón Guamote – Chimborazo, julio de 1954 Artista plástico cuya obra sincretiza los mundos andino y europeo, creando a través de sus lienzos un diálogo pluricultural en expresión de reconciliación frente a la hibridación y sincretismo del mestizaje. Entre las principales exposiciones podemos citar: 2005 Embajada de Ecuador en Washington D.C. 2005 Casa Internacional Charlotte, U.S.A 2005 Galería de Arte del BID, Washington D.C. 2006 Galería Frascatty Internacional U.S.A. 2006 Central Library Arlington, Virginia, U.S.A. 2007 John Thompson Museum Charlotte, U.S.A. 2007 House of the Americas OEA Washington D.C. 2008 Museo Delaware U.S.A. 2008 Iberoamericano Salón Washington D.C. 2010 Art Expo Malaysia, Kuala Lumpur 2011 City Art Gallería, Kuala Lumpur, Malaysia 2011 Ankara, Turquía 2011 Estambul, Turquía. 2011 Irán, Alemania, La India. 2014 Sala de Arte Contemporáneo Museo Municipal Guayaquil, Ecuador.
Biblioteca Luz
Elisa
Borja
Diversa información cultural en una amplia sala de lectura.
El fondo bibliográfico guarda las colecciones del Dr. Constantino Álvarez Arias y Julio Contero Samaniego. Horario de atención: Lunes a viernes 09h00 a 13h00 15h00 a 19h00 Dirección: 10 de Agosto y V. Rocafuerte www.culturaenecuador.org Telfs: 2960219 • 2941075
Fotos: Archivo, Mario Godoy
pentagrama
Conjunto Los Barrieros. Gonzalo Carrasco, Rodrigo Barreno (trompetas); Bolívar Ortiz (guitarra); Teófilo Durán (contrabajo); Segundo Jiménez (piano). Teatro Sucre, Quito, 1952.
Músicos
chimboracenses Mario Godoy Aguirre
L
a provincia de Chimborazo tiene gran tradición musical. Desde la época colonial, en algunos poblados donde hubo doctrinas o parroquias franciscanas se fundaron escolanías y se cultivó la música con esmero. La música generalmente ha sido una profesión que se transmite de generación en generación. Hay familias con gran tradición musical, se destacan los músicos: Huilca, Llangarí, Parreño, de Calpi; Falconí, Samaniego, Chávez, Parra, Moyón, de
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Cubijíes; Gallegos, Cuadrado, Gavilanes, de Chambo; Pulgar, Huilcapi, de San Andrés; Viñán, Naula, de Punín; Godoy, de Sicalpa, etc. Riobamba, desde la primera década del siglo XX, hasta los años cuarenta, tuvo un período de apogeo musical. Esta ciudad contó con la presencia de destacados músicos. Las programaciones musicales en vivo de la Estación El Prado (1925-1939), primera emisora ecuatoriana, la presencia de varios batallones militares con sus respectivas bandas de músicos, la escuela
salesiana de Artes y Oficios, la presencia de varias fábricas de guitarras, etc., incentivaron la actividad musical.
¿Quién es compositor? En el aparente caos del universo, el compositor transforma y encuentra orden y belleza. El compositor es un mensajero, un ser creativo, observador, despierto, lúdico, sensible, intuitivo, solidario, inspirado y crítico. Para afinar esos niveles, es necesario tener plena conciencia de unidad e integración, capacitación constante, esfuerzo, humildad, búsqueda y amor. Se crea desde el espíritu. En la poiesis musical, el compositor tiene un rol social, es un portavoz de la sociedad, es como un espejo y volcán que sin miedo transmite las alegrías, tristezas y frustraciones del pueblo. Una obra musical es una huella, una propuesta que parte de los condicionamientos estéticos, ideológicos y sociopolíticos. Para enfrentar con propiedad la realidad social, el presente y el devenir histórico, el compositor debe tener una clara posición ideológica, contextura moral, conciencia, y compromiso social. Se crea cuando se tiene plena conciencia de unidad. El aporte, impacto y trascendencia musical
chimboracense se traduce en las obras de sus compositores. En este ensayo expongo una nómina de compositores chimboracenses, que no son de la ciudad de Riobamba, a veces poco visibilizados. Complemento el ensayo con datos de los guitarristas Víctor Hugo Haro y Francisco Pástor.
En el aparente caos del universo, el compositor transforma y encuentra orden y belleza.
Arias y Arias, Gerardo San Juan-Riobamba, 17 de octubre de 1914; Quito, 30 de noviembre de1983. Compositor, pianista, acordeonista, fagotista. Músico precoz. Su padre, Manuel Ramón Arias, y su abuelo, Juan Arias, fueron maestros de capilla de la iglesia de la parroquia rural San Juan, provincia de Chimborazo. Estudió en su pueblo natal, en la escuela de los Hermanos Cristianos y en el Colegio San Felipe de Riobamba. Con su hermano Ramón, conformaron el conjunto Los Yumbos, tocaban rondador y pífano. En 1931 actuaron en la Estación El Prado, ofrecieron una función musical en el Teatro León. Gerardo viajó a Quito, estudió fagot y piano en el Conservatorio Nacional de Música de Quito. En 1945 se graduó en el Conservatorio Neumane de Guayaquil. Fue director de las Bandas de los Batallones Carchi y Esmeraldas. En la ciudad de Riobamba integró JUNIO 2015
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En la poiesis musical, el compositor tiene un rol social, es un portavoz de la sociedad, es como un espejo y volcán que sin miedo transmite las alegrías, tristezas y frustraciones del pueblo.
las orquestas: Saint Louis Blues, Los Estudiantes del Ritmo, Roxi Star, Ángeles del Infierno, Falconí Jr. y Shangay, y el conjunto Los Típicos Andinos; fue director de los coros: Santa Cecilia, Municipal de Riobamba, 8 de Noviembre de Piñas, etc. En Riobamba fue profesor de música de la escuela Simón Bolívar, de los colegios Pedro Vicente Maldonado (1946 – 1971), Juan de Velasco, Normal San Vicente de Paúl y Colegio Velasco Ibarra de Guamote, y Amazonas y San Gabriel de Quito. Recibió varias condecoraciones y fue miembro de círculos musicales y culturales. De su autoría son muy conocidos los albazos El canelazo, y El pilahuín; el danzante Ruco Chimborazo y el pasacalle El chulla riobambeño.
Obras.Aires típicos: La rogadora (1939) El canelazo (1940) Albazos: El puruhá (1940) El pilahuín (1941) Danzas aborígenes: Huiracocha (1935) Nicanchij Purac (1939) Sumag Llacta (1948) El rodeo (1953) La Virgen del Sol (1956) Danzantes: Carnaval indiano (1940) Shamuy caiman (1942) Ruco Chimborazo (1950) 22
Himnos: A la provincia de Chimborazo; Himno a Guano, Himno al Colegio Juan de Velasco. Pasillos: Riobamba (poesía de Cristóbal Cevallos) Última morada (1942) Mitad del camino; Encargo maternal (1949) Romería de mis fontanas (1950) Y pienso que la vida Olvida corazón En una misma fosa Súplica (1968) Sin rumbo (1970) Pasacalles: El chulla riobambeño (1946) Serrana mía (1950) Río Guayas (1952) Sufriendo vivo (1956) Lejana tierra mía (1970) Sanjuanitos: Adiós pueblito mío (1932) San Juanito de mi pueblo (1940) Jacu Huasiman (1942) Son ecuatoriano: A bailar quiteñita Romanza: Queja indiana Tonada: Puca poncho (1944) Valse: Súplica (1938) Yaraví: Cuando me muera (1938)
Barreno Familia de músicos integrada por Joaquín Barreno, su hijo Abel Barreno y su nieto Rodrigo.
1. Barreno, Joaquín.-
Químiag, Chimborazo. Ca. 1860 – 1920. Director de bandas.
2. Barreno, Abel.- Químiag,
Chimborazo. Ca. 1885-1945.
Director de bandas, compositor. Aprendió la música en las bandas del ejército. Fue director de las bandas de Químiag y Penipe. Su obra más conocida es el albazo La Valentina.
3. Barreno Cobo, Rodrigo
Sabino.- Riobamba, 16 de junio de 1912. Quito, 1997.
Trompetista, compositor, director de bandas. Descendiente de una familia de músicos, desde los 6 años integró la Banda de Químiag dirigida por su padre. Estudió en el Conservatorio Nacional de Quito. En 1927, en calidad de trompetista, ingresó a la Banda del Regimiento Sucre Nº 2, dirigida por Segundo Luis Moreno Andrade; de 1927 a 1947 integró en Quito la Orquesta de Luis Aníbal Granja, luego fue parte de las orquestas de Humberto Jácome (Quito), Siboney y Blacio Jr. de Guayaquil. En 1947 funda y dirige el conjunto de música popular ecuatoriana Los Barrieros, con el que logró exitosas presentaciones, especialmente en Radio Quito y en Radio HCJB, La Voz de los Andes. En los
años cincuenta y sesenta Los Barrieros graban más de un centenar de discos, como solistas o acompañando a los más destacados artistas ecuatorianos. En 1970, Rodrigo Barreno ingresa a la Banda Municipal de Quito en calidad de escribiente.
Obras.Albazos: Amanecer quimiano Mi tierra linda Danzante: Los cachas Danzas ecuatorianas: Llacta urco Sandra Pasacalles: Chimbacalle Eres mi encanto Fabián el 11 del Nacional Lindas ecuatorianas Olguita Varios: Marianita Aire típico, Danza: Anita Pasillo: Tatiana
Carrasco Barragán, Gonzalo Químiag, Chimborazo, 6 de noviembre 1918. Quito, ca. 1997. Trompetista, compositor. Integró desde niño la banda
de Químiag, posteriormente, en calidad de trompetista, ingresó al Batallón de Infantería Atahualpa. En Quito formó parte de la Orquesta de Luis Aníbal Granja y en Guayaquil de la Orquesta Blacio Jr. En los años cincuenta funda y dirige en Quito la Orquesta Internacional Casino. Durante más de cuatro décadas, con su coterráneo Rodrigo Barreno integró el prestigioso conjunto Los Barrieros. En 1959 fue trompetista de la Orquesta Sinfónica Nacional del Ecuador. Trabajó para el Departamento de Educación y Cultura Municipal de Quito, fue director de la Banda de Chillogallo.
Obras.Sanjuanito: Imposible olvidarte Canciones: Alma enamorada y Olvidarte jamás
Gavilanes Familia de músicos chimboracenses, integrada por Pablo Gavilanes, sus hijos Joaquín y Luis María Gavilanes Díaz.
1. Gavilanes, Pablo.- Chambo, Chimborazo, 1875 Chambo, 19 de marzo de 1967.
Compositor, clarinetista, maestro de capilla e instructor de bandas. Es JUNIO 2015
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Una obra musical es una huella, una propuesta que parte de los condicionamientos estéticos, ideológicos y sociopolíticos. Para enfrentar con propiedad la realidad social, el presente y el devenir histórico.
padre de Ubaldina, Joaquín, Luis, Felicidad y Juan Miguel, todos músicos. Aprendió a tocar el clarinete y el pícolo. Fue requisado por las tropas del General Eloy Alfaro para la batalla de Gatazo (Chimborazo), fue nombrado cornetero del general. De esa fecha data una de sus primeras composiciones: De Chambo y Químiag en cruda guerra. Probablemente recibió algunas clases del maestro Facundo Bayas, pero con seguridad aprendió al oído y se le puede considerar autodidacta. Fue maestro de capilla de la iglesia parroquial San Juan Evangelista de Chambo entre 1894 y 1964. Segundo Luis Moreno se refiere a él como: “Músico de talento. Se ha formado por sí mismo en el arte y desde hace ya muchos años ha desempeñado, con notable competencia, la maestranza de capilla en su tierra nativa. Hombre provecto, ya que se propuso estudiar el clarinete y consiguió dominarlo con halagadores resultados, debido solo a su decisión, constancia y dotes musicales. Ha compuesto, por pura intuición, pequeñas piezas religiosas y profanas. Decidido amante del divino arte, a su culto ha dedicado Gavilanes los mejores días de su vida”.
Obras.Música sacra: Letanías 24
Misas a la Virgen María Sagrado Corazón de Jesús Santísima Trinidad Mes de María Novenas Trisagios al Santísimo Corazón Corazón de Jesús Santísima Trinidad Motete Oficio Parvo en honor al Santísimo Sacramento Yo seré tu esclavo en la Eucaristía Villancicos: Yo he visto un angelito Mi hermana me dio un pañal Ven Jesús querido Marchas fúnebres: Los siete dolores, Mi sentimiento, sobre mi tumba Emperatriz La Magdalena Los tres clavos Descendimiento Aire típico: Qué viva el santo Tonada: La Catita Pasacalle: Bienvenido La guayaquileña El pepitote A mi madre Sanjuanito de mi tierra La bocina de Chambo
2. Gavilanes Díaz, Joaquín.Chambo, 16 de septiembre de 1902; Ca. 1990.
Compositor, flautista, pianista. Estudió en la escuela particular Leopoldo
Orquesta Los Ángeles del Infierno, Riobamba, 1948. A la izquierda de pie Ángel Pulgar, director, trompetista; sentado, al lado derecho, Víctor Hugo Haro, contrabajo y violín.
De izquierda a derecha los trompetistas Segundo Pulgar y Ángel Serafín Pulgar, Arcesio Saquicela, piano.
Orquesta Continental Jazz, en el piano Gerardo Arias y Arias.
Freire de Chambo y en el Conservatorio Neumane de Guayaquil. Como flautista, integró la orquesta del conservatorio dirigida por Pedro Traversari. En 1929 funda la Lira Chambeña, integrada por su hermano Luis, violinista y director; Inocencio Moncayo, violinista; Ángel Larrea y los hermanos Juan y Miguel Gavilanes,
flautistas; José María Rodríguez, bandolinista; Pepe Cuadrado Gavilanes, clarinetista; José María Díaz y Martiniano Freire, guitarristas; Manuel Guerrero, guitarrón. Fue profesor de música de varios colegios y maestro de capilla de las iglesias: La Concepción de Riobamba y San Juan Bautista de Chambo.
Fecundo compositor de música sacra y popular.
Obras.Entre sus obras destacan: Cantos escolares, Colección de villancicos. Himnos: Cuarenta himnos, entre los que sobresalen: Himno a Licto JUNIO 2015
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Cantón Chambo Al Club Los Chicos Malos Al Colegio San Felipe Marchas fúnebres, misas, pasacalles: Viva Riobamba Soy de Chambo, oh tierra hermosa Pasodoble: Toros de Chambo Trisagios: Las siete palabras
3. Gavilanes Díaz, Luis María.Chambo, 25 de enero de1907. Quito 13 de octubre de 1985.
Compositor, pianista, violinista y pedagogo. Estudió sus primeras nociones musicales con su padre. En 1928 ingresa en el conservatorio Antonio Neumane. Fue profesor de música en Guayaquil durante 17 años. Fue director artístico de la Estación Metropolitana La Voz del Litoral y la Radio Americana HCODA. Integra y forma la orquesta South American Boys, especializada en música norteamericana. Director fundador de la orquesta La Lira Chambeña. Fundador de varios centros culturales, en 1944 se radica en Riobamba y es nombrado profesor de música de las escuelas fiscales. Desde 1973 fue maestro de piano y acordeón del conservatorio de la ciudad de Riobamba. Ha 26
musicalizado la poesía de José Echeverría López, M. Montalvo, Fernando Silva Vela, Hilda Valdez Acosta y Francisca Uraga.
Valses: Amadas son mis horas
Obras.-
Himnos: Himno de la raza
Entre sus obras merece destacar: Misa ecuatoriana, dedicada a la Dolorosa del Colegio. Sanjuanitos: Pobre corazón Desde aquí te estoy mirando Mi deseo es verte Bailemos los dos Yo te iré siguiendo Pasacalles: Mujer riobambeña (coautor Mario Godoy) Pasillos: Gloria Quiero secar tu llanto El prisionero Recuerdos (éxito en las voces del dúo de las Hnas. Guerra, Programa Ondas del Guayas, Radio Guayaquil, 1949) Danzante: A qué te metes El borrachito Rondas: Las obreras Los deportistas
Villancico: No lloréis mis ojos;
Canción: A qué te metes morlaca.
Haro, Víctor Hugo La Candelaria, Penipe, Chimborazo, ca. 1900 – Riobamba, ca. 1972. Músico no vidente, hábil intérprete de la guitarra, violín, viola y contrabajo. Fue maestro en la Escuela de Ciegos de Quito, e influyó notablemente en los estilos y las carreras musicales de los guitarristas Segundo Guaña y Segundo Bautista Vasco, sus alumnos. Hugo Haro, por corta temporada, integró el conjunto Los Montalvinos, con quienes grabó varios discos para el sello Cóndor de Guayaquil. En Riobamba integró la orquesta Los Ángeles del Infierno, el conjunto Condorazo, dirigidos por Ángel Pulgar, el conjunto Voces del Chimborazo y el conjunto Adagio.
Tangos: Ante mi tumba
Izurieta Arias, Luis Alberto
Tonadas: Yo te he querido
San Juan, Chimborazo, 31 de julio de1934. Guayaquil, 15 de enero de 2015.
Director de bandas, compositor. Su padre fue músico, era el encargado de la Banda de San Juan, tocaba barítono. Luis Izurieta se inició en la música a los seis años de edad, a los once años aprendió a tocar el clarinete. En Quito estudió en el Colegio Montúfar y cursó hasta el quinto año de clarinete (1954-1960) en el Conservatorio Nacional. Prosiguió su formación musical en el Conservatorio de Guayaquil, en donde se graduó en 1964. En 1953 ingresó como músico a la Banda de la Primera Zona Militar de Quito, dirigida por Ernesto Rivadeneira; en esa temporada, simultáneamente estudiaba en el Conservatorio y tocaba en la orquesta Los Estudiantes del Jazz, dirigida por el Maestro Ricardo Becerra. En Guayaquil, en 1962, fue nombrado director de la Banda de la Segunda Zona Militar. Como ejecutante del saxo tenor, ha integrado las orquestas: Falconí Jr.; Costa Rica Swing Boys, América (1964), Los Cinco Ases (1969-1980) y Tucusito y sus Ases, agrupaciones con las que ha realizado varias giras internacionales, especialmente a los Estados Unidos de América y Colombia. De su autoría se han grabado cuarenta y cinco canciones. En concursos nacionales de composición musical ha alcanzado diez galardones.
Obras.Cumbión: Bejarana Marchas: Jambelí Cordillera del Cóndor Paseíto: Qué le pasó a Juana Pasillos: Guayaquil setenta Elizabeth Sanjuanito: Toros de San Juan Son ecuatoriano: Muchachita campesina
La provincia de Chimborazo tiene gran tradición musical. Desde la época colonial, en algunos poblados donde hubo doctrinas o parroquias franciscanas, se fundaron escolanías y se cultivó la música con esmero.
Oleas Carrasco Tomás Érmel Cajabamba, 1 de enero de 1926. Riobamba, 26 de abril de 2012. Radiodifusor, productor discográfico, cantante, letrista, compositor. Fue el primero en grabar para discos Orión el tradicional capishca La venada, y el sanjuanito Riobamba sin igual, con música atribuida a Ignacio Romero (1947), cantando a dúo con Sergio Bedoya y el acompañamiento del arpista Juan Castro. Para el sello Rondador, en 1950, grabó el pasacalle Noche riobambeña, a dúo con Galo Mancero. Productor de seis discos de larga duración, para el sello Puruhá.
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Obras.Aire Típico: Guitarra querida Danzante: Ya me voy Pasillos: Serenata colteña Fanny Pasacalles: Noches riobambeñas Riobamba de mis ensueños Cuna de amor, 1981 Vals: Santo nombre Otros temas: Chola resentida Amor con interés Mirlo negro Abrileña flor
Pástor Guerra, Francisco
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de cualquier concertista español. De acuerdo con el testimonio de doña Judith Nolivos de Cordovez, primera locutora ecuatoriana (esposa de Carlos Cordovez, propietario de la Estación El Prado de Riobamba): “Varias radioescuchas del extranjero deseaban casarse con él. Recibíamos muchas cartas de felicitación por su alta calidad musical y el dominio técnico de la guitarra. Tocaba música ecuatoriana, española y repertorio internacional”. Grabó varios discos en la Estación El Prado, los que luego eran reproducidos por la RCA Víctor, grabó, por ejemplo: Zamba ecuatoriana, (disco 82192). Tocaba por igual la guitarra o el guitarrón.
Pulgar Tixe, Ángel Serafín
Nació en Guano, Chimborazo, 1871–1947.
San Andrés, Chimborazo, 29 de octubre de 1913, Quito, 15 de marzo de 1982.
Guitarrista, no vidente. Fue uno de los artistas más cotizados de la Estación El Prado (1926–1939). Según el maestro Segundo Luis Moreno: “En pulsación, volumen de sonido, limpieza y elegancia de ejecución, Pástor se hallaba a gran altura. Tocaba en un guitarrón; y la pieza más sencilla ejecutada por él recibía un torrente de sentimiento y gracia”. Según el mismo musicólogo, Pástor estaba a la altura
Director de bandas, arreglista, trompetista, compositor. Se inició musicalmente a los seis años de edad, tocando el bombo en la banda de San Andrés dirigida por su padre, don Marcelino Pulgar. Estudió música en Guayaquil, en la Escuela La Filantrópica del Guayas, y luego en el ejército, especialmente con el maestro José Ignacio Rivadeneira. Muy joven dirigió la banda de Daule. Fue trompetista, calígrafo y encargado de las bandas de los batallones
Córdova y Dávalos. En 1942, en Quito, integra el conjunto Los Cuatro Diablos del Jazz. En 1944 funda y dirige la orquesta de baile Los Ángeles del Infierno; también fundó y dirigió los conjuntos típicos: Los Condorazos y Los Provincianos. Desde los años cuarenta, hasta 1963, fue director de la Banda Municipal de Riobamba, el año mencionado viajó a Ambato, para dirigir la Banda Municipal de esa ciudad. Fue profesor fundador del Conservatorio La Merced de Ambato, y luego profesor y director del Conjunto de Cámara del Conservatorio Vicente Anda Aguirre de Riobamba (1977–1982). Propició la creación y fue director y arreglista de las Bandas de la Policía del Comando Chimborazo N. 5 (marzo de 1975), y la Banda de la Brigada Blindada Galápagos (1978); también dirigió la Banda de Cajabamba. En los años cincuenta grabó para Ónix varios discos, cuando dirigía el conjunto Los Andes de Riobamba. Hizo los arreglos del disco Lp. de la orquesta El Combo Puruhá (Fadisa). Con la Banda de la Policía grabó el disco de larga duración: Qué buena está la banda. En el Museo del Ministerio de Cultura y Patrimonio de Riobamba existe un archivo que recoge la amplia producción musical del maestro Pulgar y los innumerables arreglos que hizo para bandas y orquestas.
Obras.Albazos: Mama Shobol (texto Julio C. Murillo) Año Nuevo (texto Mesié Borja G.) Fruta prohibida (texto Mesié Borja) Bomba: Bomba caliente; Chilenas: El chasqui Mi dulce amor (texto Julio C. Murillo) Himnos: Al cantón Píllaro Colegio Nacional Riobamba Escuela César A. Naveda (texto Saúl Velasco) A la sociedad de sanandreños Marcha: Independencia, dedicada al ex presidente Richard Nixon. Pasacalles: Reina del Guayas (texto Néstor Aguayo) Al corazón (texto Mario Godoy) Mi lamento (texto Mario Godoy) Pasillos: Fuga, Déjame (poesía Eudófilo Costales) Sanjuanito: Morenita caprichosa (coautor Gonzalo Godoy) Tonada: Despedida (coautor Gonzalo Godoy)
Yumbo: Bombo y bomba
Porro: La pacharaca
Romero Carrión, Ruperto ‘Kiko Romero’
Sanjuanitos: Merceditas La hormiguita
Tixán, Chimborazo, 12 de octubre de 1926. Guayaquil, ca. 1990.
Tonada: Silenciaron las guitarras
Compositor y periodista. Su primera composición fue el sanjuanito, Merceditas (1950). El tema de su autoría, dedicado al partido político CFP (Concentración de Fuerzas Populares) fue la primera canción que grabó Julio Jaramillo con el trío Los Soberanos.
Obras.Bolero mambo: Por tan poca cosa Guajira: Porque me gusta Guaracha: El policía Fox incaicos: Collar de lágrimas, col., S. Bautista, 1958 Cantina Pasacalles: Mi bello Alausí Pedro Carbo Pasillos: En el campanario Destino Gracias a la vida Pañuelo de despedida Mi corazón no miente Lágrimas Amor crucificado
Valse: Negrita prometida Otros temas: Suegra ni con ají Por tu amor Cielo bohemio El querer y no poder Negrita prometida Orgullo quiteño Estrellita de amor Nuestro recuerdo Viva San José Santa Rosa y San Ramón A bailar el carnaval Algo pasa con esta casa Cristal herido De qué te avergüenzas Destino El signo de la muerte La canción del Emelec Madre santa Maldito licor Mi carta Mi Navidad y año Nuevo Mi salsa Muchachita Nuestro recuerdo Nuestros hijos; Rumbo Viva la amistad Zorzal del Ecuador
Salas Mancheno Familia de compositores ecuatorianos integrada por los hermanos Marcial y Jorge. 1. Salas Mancheno Teófilo Marcial.- Químiag, JUNIO 2015
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El compositor es un mensajero, un ser creativo, observador, despierto, lúdico, sensible, intuitivo, solidario, inspirado y crítico.
Chimborazo, 16 de marzo de 1912; Riobamba, 16 de julio de 1991. Autor, compositor. Desde 1940 fue profesor fiscal en varias escuelas. Luego fue supervisor provincial de Educación. Con Rodrigo Barreno es coautor de los albazos: Mi tierra linda y Amanecer quimiano; los danzantes Los cachas y El Chimborazo; los pasacalles Chimbacalle, Lindas ecuatorianas, Eres mi encanto o Noches de encanto y los pasillos Fiel mujer y No más tortura.
Obras.Albazos: Fiesta quiteña Loca pasión Momento bohemio Pasacalles: ¡Viva Quito! Balcón quiteño Mañanitas quiteñas Riobamba tierra de encantos Pasillos: Mi soledad Tonada: Tu partida Otras: Negra ingrata Noches bohemias Calma mi dolor
Sampedro, Luis Alberto
2. Salas Mancheno Jorge.-
San Andrés, Chimborazo, 1918. Santo Domingo de los Colorados, 26 de mayo de 1995.
Compositor. Músico autodidacta se inició como compositor en 1956 con el pasillo Amor eterno y la tonada Calma mi dolor; ese
Guitarrista, compositor. Estudió en Riobamba, en la Escuela de los Hermanos Cristianos, autodidacta musical. Para fines de los años cuarenta e inicios de los cincuenta logró construir
Químiag, Chimborazo, años treinta.
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mismo año ganó en Quito el premio en un concurso de composición musical organizado por la Unión Nacional de Periodistas. En 1958 compuso el conocido pasacalle Balcón quiteño. Ha recibido múltiples galardones.
y perfeccionar un tipo de guitarra eléctrica, accionada con dedales, conocida en el Ecuador con el nombre de ‘guitarra hawaiana’. En los años cincuenta grabó e hizo varias presentaciones como solista en Radio HCJB, luego acompañó al dúo Salinas Ramos (Jorge Salinas y Rogelio Ramos), con quienes grabó de su autoría el albazo Mitad del corazón, la tonada Pan de Pinllo, el sanjuanito Testamento del indio, el danzante tradicional chimboracense El anaco de mi longa, etc. Desde los años sesenta, radicado en Santo Domingo de los Colorados, fue uno de los grandes animadores y estrellas de la potente e influyente emisora Radio Zaracay, “… entre 1963 y 1968, Philips Ecuador y sus distribuidores autorizados en todo el país, contrataron ‘La hora Philips’ en el horario de ocho a nueve de la noche, con la presentación exclusiva del artista y compositor ecuatoriano Luis Alberto Sampedro y su guitarra hawaiana, quien con el acompañamiento de Arnulfo Chiluisa Moya y Pepe Bayas, interpretaba música ecuatoriana que era la favorita del público”. Luis Alberto Sampedro, en los años sesenta, grabó con el Trío Atahualpa el pasacalle Las leyes del amor, y el albazo La flor del romero, de su autoría, luego, en calidad de solista, grabó muchas obras también de su autoría, entre las que se destacan los sanjuanitos La muchita (1968)
y Mi runa shungo, La cumbia colorada, las mañaneras, Mi plato de barro, Olga María, etc. Para IFESA, con el conjunto y dirección de Héctor ‘Manito’ Bonilla, grabó un disco de larga duración, acompañando al Dúo de los Hermanos Villamar; en calidad de solista, para discos Ónix grabó los discos de larga duración Bailemos la del estribo (LP Ónix, 50152), Nos vamos de amanecida (LP Ónix, 50177), Mi plato de barro (LP Ónix, 50256), Serie Ecuatorianísima Vol. 22 (LP Ónix, 50325), etc. En 1967, Luis Alberto Sampedro, con el organista Polibio Mayorga, grabó para Discos Cordillera de Quito el disco de larga duración Una noche para todos. Luis Alberto Sampedro es considerado representante del estilo tradicional, y uno de los precursores de los estilos chicha y cumbia andina.
Urquizo Huilcapi, Ángel Serafín San Andrés, Chimborazo, 6 de marzo de 1948. Pedagogo, matemático, compositor, cantante. Autodidacta musical, como cantante se inició en Radio Central de Riobamba en 1966. Aprendió la guitarra con los maestros Raúl Calderón, Juan Viteri, Pepe Galán y Hugo Terán. Conformó un trío vocal con Rosita Cárdenas y Wilfrido Maggi. Fue presidente de la Asociación de Artistas de Chimborazo.
Ha recibido numerosos galardones. Su primera composición fue el valse Amémonos. Ha musicalizado versos de Carlos Vinueza, Iván Vásconez y Mario Godoy. Su obra más conocida es el pasillo Idilio.
Obras.Albazos: Amor mentiroso Beso de Rosa Cantando por no llorar El corazón no miente Espinitas Locura de amor Longa de mi amor Pienso en ti Baladas: Amor imposible Para Mercedes (letra Mario Godoy) Dos estrellitas La última primavera Noche de amor Un beso y un clavel Vuelve al paraíso Boleros: Cara a cara Loja de fantasía Pecado capital Boleros rancheros: Amor y olvido A tu hermosura (letra Mario Godoy) Diario de tu vida Carnaval: Nuevo carnaval Danzante: Vagabundo Fox: Indio americano
Pasacalles: Amor sin condición Pasillos: Idilio Entre las flores Añoranza Amor bendito Amor infinito Amor ingrato Brillantes ojos (letra, Mario Godoy) Calvario de mis penas Cartas de amor Corazón agonizante Corazón de cristal Cuando de mí te alejes Dedicatoria de amor Despedida Diamantina Evocación Invocación (letra, Mario Godoy) Jardín de amor La tristeza del corazón Lirio amarillo Linda Rosa Mi gran amor Nacimos para querernos No puedo perdonarte No puedo adorarte Pétalos purpúreos (l. Mario Godoy) Para mi madre Pecado de amor Pena mía Presentimiento Recuerdos que matan Reina de armiño Sendas separadas Siempre te esperaré Simplemente amor Sueño imposible Traicionera con mi amor Tormento Tus ojos negros Tú eres mi amor Último adiós Unidos para siempre JUNIO 2015
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Vacío Venganza Valses: Amas a otro Arráncame el corazón Amor de colegio Amigo de la cantina Amémonos Ausencia y retorno Con la misma moneda Dime la verdad Dulce recuerdo El bohemio El errante Falsedad Flor sin amor Heridas de amor La vida del pobre Me estoy enamorando Mi destino Mi vida por tu vida No podrás olvidarme Te acordarás de mí La ley del corazón
Velasco Montesdeoca, Saúl Gustavo Pungalá, Chimborazo, 28 de diciembre de 1933. Riobamba, ca. 1998. Literato, compositor, pedagogo, periodista, profesor universitario, socio de Sayce, Unech y UNP. Ha obtenido galardones nacionales.
Obras.Danzante: Atardecer andino Pasacalles: A Tixán 32
Riobamba primigenia Chunchi lindo Riobamba sultana Al maestro Cumandá, pénsil en flor Achupallas A mi escuela 24 de Mayo El estudiante aplicado Pasillos: Reminiscencias Niña mía Presentimiento Canciones escolares: 24 de mayo Civismo escolar Marsellesa escolar Fuego, brillo y sol Escuelita mía El sapito Felicitación El taller de mi escuela Salve bandera mía Mi parcela Riobamba A mi niño; ¡Salve!, oh, María! Veinte himnos institucionales; dos zarzuelas, una estampa folclórica nacional; una ronda escolar; una dramatización; 2 estampas costumbristas, 1 proceso didáctico de la recitación y de la canción. Autor de la obra Guzla infantil, ed. Pedagógica Freire, Riobamba, 1984.
Villacrés Falconí, Francisco Eulogio Guamote, Chimborazo, 9 de marzo de 1904; Guayaquil, ca. 1980. Compositor, pianista. Su primer maestro de música
fue su padre, don Marcial Villacrés Chiriboga, luego estudió en el Conservatorio Nacional de Música. Desde 1925 se radicó en Guayaquil. Fue copista de la Banda del Batallón Córdova. En Ecuador Radio fue director de la Orquesta Chimborazo; en Radio El Telégrafo, director de la Orquesta Típica de Cámara, pianista de las emisoras Cenit, Ondas del Pacífico y CRE de Guayaquil, profesor de música del Colegio Vicente Rocafuerte. Varias de sus obras, especialmente pasillos, fueron grabados para los sellos RCA Víctor, Columbia, Gennet, en Nueva York, por los artistas mexicanos Guty Cárdenas, Margarita Cueto y otros. De su autoría es muy popular el yaraví Desesperación.
Obras.Cantos escolares: Alfabeto para un niño (poesía J.J. Olmedo) Gesta amazónica (poesía Cristóbal Cevallos Larrea), Juramento de redención patriótica Danza autóctona: Anita zambita Danzante: Solito yo Negra linda Fox incaico: Mi Ecuador Himnos: Al cantón Guamote
A Santa Rosa de El Oro Capitán de capitanes Centro Social Bolivarense. Marcha: 21 de Abril Pasacalle: Tu mirada Pasillos: Gorizzia Cuando tú me querías (Rosario Sansores) Emmita A lágrima viva Aunque lejos Nunca Ya es tiempo Alma dormida Último canto del suicida En tu recuerdo Mata de nardos Merceditas querida Pasodoble: Quito (poesía Remigio Romero Cordero) Sanjuanito: Ya volviste Blanca luna Tonada: Noticias del cielo Yaraví: Desesperación (1932) Otros: Cerro Luz Volviendo a mi tierra Al Chimborazo
Mario Godoy Aguirre Riobamba, 1954 Investigador musical, compositor, promotor cultural. Ex becario de la American Field Service, Schenectady, NY, U.S.A. (1973) y del CLADEC - OEA, Caracas, Venezuela, (1994). Coordinador en el Ecuador del Diccionario de la música española e hispanoamericana (1989 - 1994). Autor de varios ensayos y libros musicales, sobresalen: La música en la época colonial en la Presidencia y Real Audiencia de Quito, 2004. Breve historia de la música del Ecuador, 2006. Profesor invitado de la PUCE, Quito (2012, 2013). Miembro de ASCAP, EE.UU. Ha realizado un sinfín de proyectos culturales entre los que se destacan: Proyectos: Curador del II y III Encuentro Internacional de Musicología, Loja, (2010 2012). Consultor: Investigación del ‘Jahuay, canto ritual de la cosecha’, Instituto Nacional de Patrimonio Nacional INPC R3, (2012). Compositor: Álbum Discográfico Solidaridad (15 temas). Ganador Género Nueva Canción. Ministerio de Cultura, 2012. Productor, coordinador, Festival Sumac Jahuay, Cacha, Chimborazo (9 de septiembre de 2012).
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patrimonio
Del
kichwa al sánscrito, peligro en el patrimonio musical de Chimborazo Gabriel Cisneros Abedrabbo
Las voces en kichwa me advierten que este canto se puede convertir en sánscrito, que pueden desaparecer los hitos de esta memoria vital porque nos va ganando la homogeneización de los seres humanos. 34
E
l sábado 18 de abril de 2015, por esos encuentros inesperados que da la vida, asistí a la presentación del disco-libro Sicalpapi kawsakkuna ñukanchik kikin unukunata takikunatapishmi charinchik, fruto del trabajo de la Pastoral Indígena de Sicalpa con la ayuda del musicólogo español Xabier Etxeberria Adien, que durante cinco años coordinó el proyecto del mismo nombre, propiciando que sean los indígenas quienes se autoinvestigaran, se reapropiaran de su patrimonio musical e identidad y lo revitalizaran. Algo que hasta la fecha no se había dado en ningún lugar. Con la ayuda de la Pastoral Indígena de Chimborazo, Xabier Etxeberria pudo llegar
a la presencia de los taquiguandos del pueblo Puruhá asentados en el territorio del cantón Colta de la provincia de Chimborazo. El encuentro se dio en la iglesia de Sicalpa, y las palabras del investigador Mario Godoy en el seno del templo, aún me estremecen y me hacen pensar cómo la modernidad y el ‘blanqueamiento’ van matando nuestra identidad y patrimonio sonoro: “Tienes el privilegio de escuchar las últimas voces de los cantores de Chimborazo”, me dijo Mario y continuó. “Sus hijos han cambiado los cantos, este conclave de ancianos hombres y mujeres se llevarán con su vida su memoria”. Las voces en kichwa me advierten que este canto se puede convertir en
sánscrito, que pueden desaparecer los hitos de esta memoria vital porque nos va ganando la homogeneización de los seres humanos en una globalidad donde las diferencias son una amenaza para el mercado y el capital, en la intimidad de las disquisiciones me confronto: ¿quién tiene la culpa de esta memoria en peligro, por qué nos importa tan poco nuestro patrimonio?, y si bien existen esfuerzos para salvaguardar esta memoria, sería terrible que después de algunos años estas voces se escuchen en un museo interactivo. Entre los cantores hay paquis, cantores del ‘Jahuay, en la cosecha’, que todavía se puede escuchar en algunas provincias andinas del Ecuador. El Instituto Nacional de Patrimonio Cultural, por iniciativa de Mario Godoy, le contrató para que hiciera los estudios a fin de enviarlos a la Unesco y lograr que estos cantos se declararan patrimonio cultural de la humanidad, mientras en un escritorio de Quito se decide si se publican o no estos estudios, los paquis siguen muriendo con la cuesta de los años sobre sus ojos y con ellos un poco de nosotros se pierde en el olvido. La Pastoral Indígena de Sicalpa había organizado un evento de presentación en el que los sujetos que fueron
Portada del libro que recoge la investigación del musicólogo Xabier Etxeberria Adien sobre las últimas voces cantoras de Chimborazo
objeto de investigación recibían el trabajo, más bien definido como un proceso de investigación participativa, raro ejemplo de honestidad intelectual, yo realmente estaba emocionado, era una reunión de más de cuarenta cantores que entre bocinas, guitarras, tambores y pingullos venían a la celebración por el libro; era evidente su emoción cuando Xabier y su mujer iban llamando a cada uno de ellos para entregarles la obra. Cantaban en una forma que parecía que estaban orando y tejiéndose con la vida y el aire. En medio de la alegría, rompo mi timidez y me pongo a tomar
fotos, alguien me pide que guarde distancia porque los cantores son muy tímidos y desconfiados frente a los extraños, no había entendido que yo lo era. Así es nuestra realidad, somos extraños en nuestra propia patria, una construcción social donde las formas del pasado vienen a desempolvar el miedo y la desconfianza; trato de olvidar toda esa distancia y con más prudencia sigo en ese tiempo donde el hombre y la tierra tienen puentes desde la música; sacralidad del arte donde los caminos del hombre y del universo se encuentran en la nota de JUNIO 2015
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Fotos: Archivo, Xabier Etxeberria Adrien
una anciana. Es increíble que el quichua en el Ecuador y el quechua en el Perú, que en su primer momento fueron formas de colonialidad, sean ahora formas identitarias donde hombre y territorio convergen. Xabier me cuenta que los investigadores indígenas de Sicalpa han recopilado más de 700 cantos y que en el disco-libro solamente se han publicado 145, le asusta que estos cantos se conviertan en sánscrito; a mí me asusta que estos taitas y mamas dejen de cantar, porque siento que de alguna manera ese día terminará una parte de la historia.
Taitas cantores y músicos de Chimborazo.
Xabier Etxeberria Adrien Pamplona, 1978 Profesor de Musikene-Centro Superior de Música del País Vasco, España. Tiene estudios superiores de Musicología (Universidad de Salamanca), Teoría de la Música y Pedagogía Musical (Conservatorio Superior de Salamanca) y Composición (Conservatorio Superior del Liceu y Universidad Pompeu Fabra de Barcelona). Obtiene el diploma de Estudios Avanzados en Musicología en la Universidad del País Vasco y actualmente realiza el PhD en la Royal Holloway University of London. Entre los años 2010 y 2015 ha coordinado el proyecto de etnomusicología Ñukanchikka kikin tunukunata takikunatapishmi charinchik, en Sicalpa, Ecuador. Entre sus publicaciones se encuentran Azuke eta Aita Donostiaren kantutegien berrikuspenaren alde (Musiker, 2010) y La música de los kichwas de Sicalpa: etnomusicología e identidad (en Identidad y Patrimonio de los Pueblos de América Andina, 2014). También en activo como compositor, sus actuales encargos incluyen una obra orquestal para la Orquesta Sinfónica de Bilbao y una pieza para Chelo para Guillermo Pastrana.
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Archivo
Histórico
Juan fÉlix Proaño
Fondo documental desde 1575 hasta 1968, con 29 clases de documentos organizados en protocolos y escrituras públicas por diás, meses y años. Una base para investigadores, historiadores y público en general.
Otra forma de conocer nuestra historia... Horario de atención: Lunes a viernes 09h00 a 13h00 15h00 a 19h00
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10 de Agosto y V. Rocafuerte • Telfs: 2960219 • 2941075 • www.culturaenecuador.org
reminiscencia
Los
rostros invencibles de Naveda Gabriel Cisneros Abedrabbo
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Fotos: Revista musical No. 12 Riobamba, 1930
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a muerte, como un punto interminable en el que se pierden los seres, me abruma, sobre todo cuando la columna rota es la de alguien que fue más allá de su quehacer y sin embargo de él, sobre la tierra apenas quedan vanas sombras que van desapareciendo; todas estas disquisiciones me asaltan mientras sigo como un detective los rastros de uno de los personajes más importantes de Chimborazo en el siglo XX. Su muerte, a sus treinta y cuatro años, fue de tal manera que esta desmemoria colectiva duele. Me duele César Naveda Ávalos, como un padre en mil batallas, como un hijo que muere antes que uno, como el ser cuyo nombre se repite sin sentido habiendo dado tanto. Esta vez la muerte no va a vencerme, al menos no en este instante; así que voy a entrevistar desde el delirio a César Naveda Ávalos y
César Augusto Naveda
tratar de responder desde las migajas de pan con las que trato de volver a su nombre, en el inmenso bosque del tiempo, como en el cuento de Hansel y Gretel. Su mirada me inquieta, impecable me recibe e invita a compartir la tarde en su tránsito por Quito, sabe que quiero tomar algo de él y sólo va a darme lo que quiere, frente a su presencia la gula no es un pecado, así que voy a forzar el diálogo para apropiarme de su vida. César, gracias por este viaje, por su vida y por su tiempo. ¿Cómo se ve en la infancia? Soy el mayor de seis hermanos, mis primeros recuerdos se dan en la ruralidad de San Andrés, creo que la influencia del Chimborazo estuvo presente durante toda mi vida, ella viene desde la infancia; la secundaria estudié en el colegio San Felipe Neri y ahí empiezan mis búsquedas, por un lado todo el conocimiento que se me ofrecía; por otro, el discurso de Dios que en mí se vuelve un volcán quemándome las entrañas y la vida en el anacronismo que más tarde encontraría entre él y la religión. ¿No le parece contradictorio que habiendo estudiado en un colegio cristiano luego haga profundos cuestionamientos a la religión católica? Soy de los hombres que se cuestionan la realidad, que no la aceptan, que viven en una íntima contradicción; ello me hizo pensar, repensar y cues-
tionar muchas de las prácticas que iban contra el humanismo. Recuerde que yo nací prácticamente con la revolución de Alfaro y estar fuera de la transformación social del pensamiento era casi imposible, recuerdo las peleas en las familias de mis amigos entre conservadores y liberales. El ser humano siempre ansía la libertad y en el fondo sabe que no la puede conseguir si no logra la de los demás. En 1918, usted se matriculó en la Facultad de Medicina de la capital, ¿por qué abandono este empeño? Por amor, en esos tiempos era joven y palidecí ante una mujer, que en mí encontró un sentimiento interminable. Sabe, la amaba, me amaba, y sin embargo el abismo era tan grande que tuve que huir para poder arrancarla a medias de mi pecho; tomé un barco a Panamá pero por problemas de visado no me permitieron ingresar; al llegar al puerto de Buenaventura, por esos azares de la vida me encontré con la comitiva del presidente colombiano Marco Fidel Suárez, y en un momento de ímpetu les pedí que me permitieran acompañarlos, así llegué a transitar por Cali, Palmira, Buga, Morillo, Armenia, Cambao, Ibagué, la Línea y Bogotá. Pensé estudiar allá; es más, me matriculé en la universidad en mi segundo intento por cumplir mi vocación de servir desde la medicina pero me fue imposible, el clima, o no sé qué,
Esta vez la muerte no va a vencerme, al menos no en este instante, así que voy a entrevistar desde el delirio a César Naveda Ávalos y tratar de responder desde las migajas de pan con las que trato de volver a su nombre, en el inmenso bosque del tiempo.
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El hombre es más que una confluencia de alma y corazón, es la respuesta a un tiempo, a un territorio, y a quienes le tocan con su halo, lo que José Ortega y Gasset decía: “Yo soy yo y mi circunstancia, y si no la salvo a ella no me salvo yo”.
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impidieron que me adaptara, así que tomé mi cuerpo rumbo a la Madre Patria. Recuerdo que llegué a Madrid un Jueves Santo y sentí que iba a conquistar con mis sueños la esperanza. ¿Qué significó su paso por la universidad española? El desarraigo, a pesar de encontrar el paraíso, siempre es doloroso, digo esto porque en mi búsqueda de encontrarme fallecieron mis padres, los dos en 1923, no se imagina lo que es no asistir al entierro de una madre y enterarse de su muerte por una epístola que la lees meses después de que fue escrita. La madre, mi madre, volvió a morir en ese instante, volvió a morir en mí. Por otro lado, España fue el espacio donde pude ser de muchas maneras: inauguré el Ateneo Científico y Literario de Madrid, organicé el Congreso de Juventudes Universitarias Iberoamericanas, con otros soñadores fundé la Federación Universitaria Hispanoamericana, espacios que me permitieron juntar voluntades para empoderar el camino de muchos hispanoamericanos en un país que nos abría las puertas pero que tenía sus propios problemas y que, en ese momento, enfrentaba la dictadura de Primo de Rivera, y nosotros, como intelectuales de izquierda, no podíamos sino ser insurgentes contra ese poder dictatorial. Como ve, nuestros pasos transitaron un país que lue-
go se desangraría en una terrible guerra civil y en el fascismo de Franco. ¿Cómo coexistían en usted sus profesiones de médico, dirigente estudiantil, político y diplomático? Servir es la mayor aspiración humana. Las profesiones son formas con las que asumimos ese servicio, son trajes que nos cubren en determinados momentos. Ellas no son en sí sino en nosotros, por ello a ese quehacer que usted me cuenta, algo incompleto por cierto, le faltó mi quehacer de escritor, periodista y maestro; siempre estuvo conectado a mi alma, ahí coexistían y se alimentaban entre sí. Quizá su mayor obra organizativa fue fundar la Federación Universitaria Hispanoamericana, ¿qué significó ella para usted? Significó el más bello de los encuentros, sin exagerar, eran parte de nuestra organización o se relacionaron con ella mentes brillantes de los intelectuales iberoamericanos, quienes regresaron a su patria en América Latina; fueron referente en el arte, la política, las luchas sociales. Como toda empresa humana también sufrí decepciones y la traición humana, eso no me angustia porque la felicidad sólo puede entenderse cuando el dolor se acuna en ella; caso contrario, sólo es una efímera lisonja que se olvida en la primera madrugada.
Fotos: Revista musical No. 12 Riobamba, 1930 César Naveda en compañía de varios eminentes españoles desterrados en Francia por la dictadura de Primo de Rivera: de izquierda a derecha: Vigurí, César Naveda, Miguel de Unamuno, E. Ortega y Gasset, ecritor y político; Hilario Ayuso y Laudelino Moreno.
¿En sus esfuerzos, usted se manifestó convencido de la doctrina arielista, qué nos diría ahora? El hombre es más que una confluencia de alma y corazón, es la respuesta a un tiempo, a un territorio, y a quienes le tocan con su halo, lo que José Ortega y Gasset decía: “Yo soy yo y mi circunstancia, y si no la salvo a ella no me salvo yo”. Respondo a esa época en que los americanos caímos en la extensa valoración de Europa, en que nos invisibilizamos con su cultura, con su música, con su poesía. Su filosofía y pensamiento nos sedujeron a tal extremo que desarrollamos el arielismo, corriente filosófica que surge desde el uruguayo José Enrique
Rodó, y que busca implantar esos valores espirituales en Latinoamérica y el rescate de su cultura. El error fue no entender que nuestras manifestaciones eran tan ricas y fundamentales como las de Europa y que era nuestra obligación desarrollarlas y sentirnos desde ellas, pero como ya le dije, fue una respuesta tal vez necesaria en un tiempo que ahora es absolutamente impensable en nuestra Patria Grande, llegamos a publicar nuestra revista que tenía este nombre, Patria Grande, la fundamos con Rodolfo Barón Castro, Rubén Salido y Abel Romeo Castillo. ¿Y cómo contrasta esto con su vida socialista y su vi-
sión antiimperialista en esa época? Perfectamente, recuerde que la proclama arielista reniega de la industria cultural norteamericana por considerarla burda y mera propagandista de ese imperio del consumo que no había logrado crear desde los cánones establecidos y entendidos por nosotros, en ese tiempo, para tejer la belleza, para conmover más allá de la vida o de la muerte. Europa era la panacea del arte, incluso se llegaba a decir que quien no había vivido, o al menos pasado una breve temporada por París, no podía considerarse artista. Por otro lado, mi conciencia política surge de esa necesidad de cuestionar, surge JUNIO 2015
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Foto: Suplemento Oasis, junio, 1944 Sobre el lado izquierdo, de traje claro, Federico García Lorca; a su derecha, Abel Romeo Castillo. César Naveda está ubicado a la izquierda de Federico García Lorca. Constan además, Guillermo Enciso, paraguayo, y Díaz Gomar, guatemalteco. Ateneo de Granada, 1927.
de desmenuzar lo que me enseñaban en el colegio cristiano en que me eduqué, y la respuesta fue el socialismo como un modelo para lograr mayor humanidad en la visión idealista. Las carencias del hombre son en este mundo y la respuesta debe ser en este mundo. Por ello, en julio de 1929, participé en el II Congreso Mundial Antiimperialista del 29 en Francfort Sur Mein, junto a quienes nunca aceptamos que las naciones fuertes se crean con derechos sobre las otras y que en nombre de la libertad inflamen con su odio la barbarie.
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¿Qué siente por Europa? La amé, no como a América, pero amé sus países sus tierras su gente, sus luchas; visité casi todos sus países, París me sedujo con el vértigo de sus artes, España fue mi hogar y mi alimento, cada espacio tenía un ser extraordinario que nutría mi espíritu. En estas tierras pude conocer a las mentes más brillantes de su época; por ejemplo en Hendaya, Francia, tuvimos un encuentro, por el que valió la pena vivir, con Miguel de Unamuno, José Ortega y Gasset, Hilario Ayuso, Laudelino Moreno, exiliados de la dictadura española de Primo de Rivera…
¿Y Federico García Lorca? Cuando lo conocí e intercambiamos versos y vino, no tenía la fama que acompaña a su nombre, así que puedo decir que me relacioné con él en su lado más humano, en su esencia y verbo. Yo siempre supe que era un gran poeta y un ser humano íntegro, de verdad que su poesía fue esos hallazgos que se quedan con uno para siempre y que de forma interior van construyendo otro ser humano; soy un ser lleno de esas presencias que aglutinaron mi vida, las de Europa, las de Latinoamérica, las de mi Patria, como Francisco Ferrándiz Albors, Adolfo Hidalgo Ne-
Respondo a esa época en que los americanos caímos en la extensa valoración de Europa, en que nos invisibilizamos con su cultura (...). El error fue no entender que nuestras manifestaciones eran tan ricas y fundamentales como las de Europa y que era nuestra obligación desarrollarlas y sentirnos desde ellas.
várez, Adolfo H. Simmonds, Joaquín Gallegos Lara, Rigoberto Ortiz Bermeo, Jorge Flor, G. Humberto Mata, entre tantos amigos que me acompañaron siempre con su abrazo y sus cartas. Me resulta imposible no preguntarle por su poesía Es el todo, bálsamo que me acompañó siempre en los más difíciles momentos, lo más bello, entendiendo por belleza esa capacidad humana por crear lo etéreo, donde los hombres pueden de alguna manera coexistir con los dioses. El hecho de la creación es la verdadera esencia de la existencia y yo lo aprendí en la poesía. ¿Por qué regresó al Ecuador en 1930? Por la misma razón que salí de mi Patria, por amor. Estaba enfermo, el corazón tenía una lesión, a esto se sumaba la tuberculosis; en el fondo sabía que la muer-
te me tendía una trampa y no quería irme de este mundo sin volver a ver a Fanny Game Castro, recuerdo cómo se nos iluminó el rostro cuando nos conocimos en Madrid, cuando viajamos a París y nos pasábamos horas degustando del otro: risas, palabras, anécdotas poemas y sueños juntos en un tiempo que debía llegar y que sólo lo pudimos compartir brevemente de forma dolorosa, para todo hombre la mujer de su vida es perfecta; ella no solamente lo era sino que también me amaba; pero ya ve, si he triunfado en mis luchas, en el amor he sido triste. La muerte, la mía, nos arrancó de esos sueños lanzados al horizonte en Europa, después de eso nada… ¿Ha muerto César Naveda? Si fuera así, debería pedir una camisa de fuerza y encerrarse en el agujero más oscuro del mundo; no, no he muerto, vivo en mi pen-
samiento, en las luchas que he forjado, en quienes me recuerdan y escribieron libros tratando de desempolvar mi memoria, y ahora en usted, que no puede negar su fascinación por mi obra y por mi poesía, que aún no puede leer y sin embargo la siente. Terminó la entrevista, siento que la voz sigue viva en el fondo, ya no puedo escucharla; sin embargo, sé que es verdad lo que ha dicho Naveda: él vive en mí y ahora en usted que al leer esta entrevista ha caído en mi trampa y piensa en Naveda como se piensa en los cuentos y en las historias de héroes que nos contaban nuestras madres para hacernos dormir.
César Naveda A. San Andrés, parroquia de Guano, 28 de febrero de 1898; Quito, 3 de mayo de 1932. En su breve vida transitó la poesía, la organización social, el ensayo, la política. Fue médico endocrinólogo, tuvo la suerte de estar cerca de los personajes más importantes de su época de Europa y América. Su muerte, a los 34 años, se lloró en muchos países, el Ecuador tiene una deuda con su nombre.
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Guanando y los
Ortiz Arellano Gabriel Cisneros Abedrabbo
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uanando es el espacio donde surgen los hermanos Ortiz Arellano, hijos de Juan y Zoila Rosa, seres con un alto espíritu que acrecientan en sus cinco hijos la necesidad de encontrarse y encontrar lo mejor de la vida. Sobresalen Gonzalo, Gustavo y Carlos. La genética de la familia nos constituye, así la familia Espejo en nuestra vida colonial, en la dimensión política de país, y en lo local la familia Ortiz Arellano; su nexo común, sus experiencias y su quehacer ayudó a crear personajes que transformaron sus realidades y las de quienes les rodearon. La magia de ese pueblito, parroquia del cantón Guano, ubicado a veinticinco kilómetros de Riobamba, seguramente influyó en las percepciones y construcciones históricas de estos hermanos que, a diferencia de su terruño, nunca aparentaron detenerse en el tiempo, más bien fueron dueños de su tiempo y sus memorias. Este pueblo donde el Cristo de la Buena Muerte fue el centro de la fe y de la vida cultural, donde el tiempo parece no existir, tanto que daría la impresión de que las casas, en lugar de levantarse, comienzan a desaparecer con los seres que las habitan. Este como otros pueblos tiene historias increíbles que quienes las habitan no las ven como tales porque están acostumbrados a esa realidad. El tercer quehacer común en nuestros personajes es que le apuesten su vida a la búsqueda de algo más allá de la levedad del ser; quizá por ello inquieren en el camino de la religión a través de la congregación de los Redentoristas, si bien solamente a Gonzalo se le permite culminar su vida sacerdotal, no es menos cierto que el paso por la congregación marca a Gustavo y Carlos que adquieren profundas habilidades lingüísticas y filosóficas con los religiosos.
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Fotos: Archivo, Gustavo Ortiz Hidalgo
tradición
Gonzalo Ortiz Arellano Guanando, 22 de diciembre de 1928 – Riobamba, 14 de febrero de 2010. Sus estudios primarios los inicia en Guanando y los termina con los hermanos Cristianos en Riobamba, luego es reclutado por la Orden Redentorista, donde haría sus votos sacerdotales, el 9 de marzo de 1952. En su aprendizaje se nutre de latín, griego y quichua, filosofía, lingüística, teología y ciencias bíblicas. Realiza estudios en Roma, donde demuestra su gran capacidad y se alimenta de su arte y su cultura. Al igual que sus dos
hermanos, ejerce la docencia con mística y capacidad. Como sacerdote muestra liderazgo y habilidades políticas, por lo que es nombrado Superior de los Redentoristas de Ambato y Consultor Provincial entre 1964 y 1967. En 1967 es nombrado Consultor General, por ello viajó y tuvo una permanencia en Roma durante seis años, tres de los cuales (1970–1973) colaboró con Radio Vaticana. Fue Superior y Párroco de Loja (1987–1990), Superior de Riobamba (1993–1996), Provincial de Transición (1996– 1999). Superior de
Loja (2005–2008), Superior de Riobamba (2008–2011). Creo que su más grande triunfo fue ser párroco de Guanando, de enero a junio de 1978. Son muchas las publicaciones religiosas y de investigación del Padre Gonzalo Ortiz, por citar algunas: Gustavo Ortiz Arellano, poeta y maestro (Antología poética de su hermano Gustavo, 1976). Sobre San Alfonso (dos ediciones 1987 y 2007). ‘Juan Bautista Stiehle’, artículo publicado en la revista bilingüe KHIPU (Múnich 1984). El quichua en el Ecuador (Abya Yala 2001). ‘El quichua en el Ecuador, breve ojeada histórica’, artículo publicado en la revista N° 16 de la Casa de la Cultura Núcleo de Chimborazo (Riobamba, 1993). ‘El Padre Juan Gualberto Lobato, indio puruhá’, artículo publicado en la revista N° 17 de la Casa de la Cultura Núcleo de Chimborazo (Riobamba, 1993) Gonzalo Ortiz fue un lingüista muy reconocido fuera del país, sus aportes han sido importantes para una mejor comprensión del kichwa. JUNIO 2015
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Gustavo Ortiz Arellano Guanando, 13 de abril de 1932 – La Toma, Loja, 18 de julio de 1966. Estudió en el Colegio Maldonado en la ciudad de Riobamba, en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Cuenca, e hizo una especialización en Fonética y Lingüística en la Sorbona de París. La palabra y la docencia fueron las magas que rigieron su vida, de ahí sus publicaciones y su fuerte vocación por la docencia. Muere siendo maestro de la Universidad Nacional de Loja, en un accidente de tránsito, junto a doce compañeros. Son muchas sus publicaciones: traducciones, ensayos y poemas. Textos 46
trabajados con el oficio de quien encuentra en el verbo el motor para entender la vida y la cultura, de quien se resiste a ser un ser expectante. La poesía lo nutre, lo alimenta y en ella es. Entre sus publicaciones se destacan: Artículos, poemas originales y traducciones en la revista Signo, de la Asociación Escuela de Filosofía (Cuenca). Poemas galardonados en el concurso ‘Ismael Pérez Pazmiño’ y publicados en El
Universo: Cuando hay campanas (1962). Ternura del amor y de su sombra (1963). Plenitud del tiempo (1965). Nacimiento o muerte de las rosas (1966) póstumo. Grandeza de Bolívar moribundo, premio único latinoamericano Simón Daro D. (Bogotá, 1964), publicado por la Universidad de Loja (1965) y por el diario lojano La Verdad. En la fontana de la sugerencia, trabajo de crítica literaria sobre Miguel Ángel León, premiado en concurso nacional (Riobamba, 1965), publicado por la Revista Nº 14 de la Universidad de Loja (1966). Dios en la cumbre de la hipérbole, artículo publicado por la Revista Nº 7 – 8 de la Universidad de Loja (1964). Raza dormida, una elegía mínima, poemario a Riobamba, publicado por la revista Germinal Nº 2 de la Alianza Francesa de Riobamba (1967). Ternura del amor y de su sombra, incluido en Poesía ecuatoriana del siglo XX, Colección Letras del Ecuador, Nº 11, Casa de la Cultura del Guayas (1976).
El presidente colombiano Guillermo León Valencia (extremo superior derecho), presente en la entrega del Premio Simón Daro a Gustavo Ortiz A.
jeroglíficos
Hay que escribir como dibujando jeroglíficos. Es decir: l-e-n-t-a-m-e-nt-e. Hay que trabajar con las palabras como con jeroglíficos. Es decir, signos sagrados. Hay que dar a cada palabra la importancia que da el padre a cada palabra, débil, insegura, adorable, que pronuncia el niño, dando así el primer paso en la tierra de lo racional y lo humano. Siempre hay alguien que sabe más que nosotros y que, con razón, critica. Por medio de los escritos queremos probar lo mucho que sabemos y terminamos demostrando, pública y duramente, que no sabemos nada. Si no queremos hacer propaganda de nuestra ignorancia, entonces hay que escribir poco y no mucho, tal vez nada. Hay que pesar las palabras. Hay que medir su capacidad expresiva y no sus dimensiones materiales. Cuando de escribir se trata, se debe atender a la comprensión y no a la extensión. Cuántas veces un simple ‘Sí’ ha abierto mundos enteros. La fuerza no está en la dispersión sino en la síntesis. No está en decir sino en sugerir, no en
amontonar sino en ordenar y construir. Conocimiento es exclusión y, por tanto, selección. Hay que escribir no lo cambiante, más lo definitivo. Y lo definitivo es muy poco, casi nada. La semilla diminuta, la primera célula fecunda encierran todas las virtualidades. Hay que escribir poco y no mucho. Hay que podar y diezmar. Hay que escribir como Baudelaire, que llega muchas veces a la perfección. Hay que escribir como el autor de la Señora Bovary. Hay que leer un libro para escribir una frase. No todos los momentos son propicios ni fecundos. La inspiración no es constante en los poetas. Tienen que esperar largas épocas hasta que los dioses, como decía Valery, les hagan el regalo del primer verso. (Se habla de los poetas verdaderos). El mundo casi nada ha aumentado con las palabras, porque muchas de ellas son solo palabras y no cosas. Hay que hacer pasar al simún otoñal por entre la fronda espesa. La primera arma, la primera fuerza, la primera alegría, la primera razón es la palabra. Pero la segunda es el silen-
ARTÍCULO DE GUSTAVO ORTIZ A.
Dibujando
cio. Negar y callar supone más ciencia que hablar y afirmar. Desde el siglo XV, el mundo huele a espesa tinta de imprenta. El trabajo de tipógrafo, para arreglar palabras, es lento, minucioso y difícil. Lastimoso es que tanto arte y paciencia correspondan muchas veces a palabras insustanciales, comunes, inútiles. Escribir es un arte y una ciencia. Cualquier facilidad natural debe someterse a largos ejercicios y pruebas. No hay solo palabras en las palabras. Debe haber imagen, debe haber forma, debe haber música, debe haber vida. Bosque significa sombra y misterio, extensión e iridiscencia. Infancia significa alegría y seguridad, colores vivos y marcha acelerada. Amor significa compañía y gozo, riqueza y generosidad. Y qué significa alba, dolor, ausencia. ¡Tantas cosas y significaciones en las palabras tan cortas! Que cada nombre sea un nombre colectivo. Que cada palabra sea sustantiva. Y que todo esté en caso dativo. Hay que escribir poco y no mucho. Artículo publicado en Signo, Cuenca, 1961
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Fotos: Luis Yaulema
Carlos Ortiz Arellano Guanando, 24 de febrero de 1936. Al igual que su hermano Gustavo, estudió Filosofía en la Universidad de Cuenca y Lingüística en la Sorbona de París. Su pasión por la historia y los personajes se inicia a partir del concurso nacional de biografía sobre Miguel Ángel León, el cual ganó (1965). Su vida como docente gira alrededor de la Universidad de Loja, el Colegio Pedro Vicente Maldonado y la Universidad Nacional de Chimborazo. Fue parte del grupo Guaminga, cuya propuesta estética se sumaba a la de grupos como los Tzántzicos, que propugnan las grandes trasformaciones sociales. Ha publicado más de cuarenta títulos, entre los que se destacan: 48
Ecuador, sociedad y lenguaje (1975). Pedro Vicente Maldonado (1986). Una historia de amor: Isabel Gramesón de Godín (1986). Investigación histórica puruhá. Contribución a la época prehispánica (1986). El socialismo en Chimborazo (1987). Miguel Ángel León (1988). Riobamba en el centro de la historia ecuatoriana (1992). Riobamba en el siglo XX. La antigua Villa de Riobamba (2005). Luis Alberto Falconí (2010). Cien figuras en la historia de Chimborazo (2009). Figuras en la historia de Riobamba y Chimborazo (2012). Son innumerables sus obras inéditas y aunque no hay un pronunciamiento por parte del Municipio de Riobamba, muchos reconocen a Carlos Ortiz Arellano como el cronista de la ciudad de Riobamba.
DIÁLOGO
Diálogo con
Carlos
Ortiz Arellano Tenemos una amistad de más de veinte años, nos hemos seguido y apoyado en nuestro quehacer cultural, por lo que volverlo a ver tenía gran importancia para mí; era volver la palabra al amigo, al hombre que no se rinde frente a la diabetes y la ceguera que ésta genera; a su compañera Chelita Hidalgo, que no solamente es su camino sino que ahora también hace de secretaria, de confidente y lectora. Por esa familiaridad, entre el café con humitas, más que una entrevista es un diálogo de amigos que ríen y añoran.
Siempre me ha intrigado cómo un territorio y una familia pueden generar personajes. En Guanando, del seno de la familia Ortiz Arellano surgen tres personajes fundamentales para el desarrollo de la cultura de la provincia de Chimborazo. ¿Cómo surgen los hermanos Ortiz? Me he preguntado siempre por qué los hermanos Ortiz, de dónde vinieron estos genes. Entiendo que de la influencia de mis padres, de mis abuelos, que tenían esa chispa para vivir, para el trabajo, para todo. Mi padre, Juan Ortiz, durante toda su vida fue el símbolo del pueblo; es decir, la instancia de parte activa del pueblo: dentro de la iglesia del Señor de la Buena Muerte, como sacristán, en la vida civil como secretario de la Tenencia Política, como teniente político.
En la vida cultural, como difusor de la misma, llegó a escribir una crónica de viaje al Oriente. Su pasión por las obras de teatro hizo que preparara a la gente del pueblo en dramas que mi propio padre componía, o ese tan memorable drama llamado Lo irreparable, que le fue confiado por el gran Miguel Ángel León, amigo de mi padre, para que se estrenara en Guanando, y que fue compuesto como una herramienta de denuncia social para reivindicar los derechos de los obreros en el año de 1923. Mi madre cantaba temas que se han olvidado, como La tortolita; ella me dio la música, esa música que me acompaña en la tristeza y la alegría. La canción que le digo no es muy popular y narra la muerte de la tórtola por defender su nido, mis hijos lloraban cuando cantaba esa canción.
¿Qué significa Guanando para Carlos Ortiz? Guanando es parte de nuestra forma de ser. En el ambiente en que vivimos todo el mundo trabajaba, los niños nos dedicábamos a los hilos; mi madre a los ponchos. Era un emporio de actividad, eso fluyó en nosotros, nos volvimos gente activa dedicada a muchas cosas. La presencia del río impacta. El pueblo era muy risueño, con casitas pequeñas, ningún lujo, con una iglesia que sólo se llenaba en los días de fiesta, el cura era el centro de la actividad social, deportiva y cultural. Las ceremonias religiosas alrededor del Cristo de la Buena Muerte, las fiestas de San Pedro, del patrón del pueblo, Santiago, y el sermón de las tres horas o las siete palabras eran el eje aglutinador del pueblo. JUNIO 2015
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Guanando es parte de nuestra forma de ser. En el ambiente en que vivimos todo el mundo trabajaba, los niños nos dedicábamos a los hilos; mi madre a los ponchos. Era un emporio de actividad, eso fluyó en nosotros, nos volvimos gente activa dedicada a muchas cosas.
¿Hasta qué edad estuvo en Guanando? Estuve en Guanando hasta los diez años y medio; había repetido dos veces el cuarto grado porque no había quinto, por eso salimos a Riobamba a la escuela de los Hermanos Cristianos. Después ingresé como aspirante a sacerdote donde los Redentoristas, de allí me sacaron porque decían que no tenía vocación, lo cual no era verdad. Estuve seis años y medio en esta aspiración. Luego volví a Guanando como profesor y maestro de música de la parroquia. Después me fui a la zafra en San Carlos, dos o tres temporadas, ahí me di cuenta de la vida dura y de las injusticias humanas. Así nació una novela que nunca publiqué: El oro blanco, que narra toda la barbarie contra los trabajadores en los ingenios azucareros del Ecuador. ¿Cómo surge su vinculación con la palabra, la pasión, la búsqueda? Son en buena forma los padres Redentoristas los que me acercan a ella, ya sea en el latín, el griego, el francés o el español. Realmente con mis hermanos, Gonzalo y Gustavo, recibimos una educación inmejorable. A eso se suma mi facilidad con los idiomas, cuando aprendíamos griego, a mis compañeros les hacían traducir al español, a mí al latín, La Anábasis, de Jenofonte, para que se viera la diferencia.
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¿Por qué no se hizo cura? Por envidia, no soportaban que tres hermanos Ortiz pudieran llegar a ser sacerdotes en una misma congregación. Tres hermanos Ortiz con tanta inteligencia y capacidad. Primero le sacaron a mi hermano Gustavo y luego a mí, con el argumentó que no teníamos vocación. A mi hermano Gonzalo le hicieron algo de lo que ahora se conoce como bullying: alguno de los superiores había llegado a decir que “cómo es posible que este hijo de ponchero haya llegado a tanta dignidad en Roma”, eso fue un golpe grave para él cuando lo supo. Hay un Carlos Ortiz muy político, que incluso fue candidato a prefecto de Chimborazo por el Frente Amplio de Izquierda (FADI). ¿Qué nos dice de él? Si fui candidato a prefecto, fue frustrante. Cuando se lanzó mi nombre todo el mundo pensaba que iba a ganar por el prestigio que tenía, no fue así; en Riobamba hubo momentos muy agradables pero en el campo y en los cantones fue una experiencia terrible, muchas veces nos tocaba dar los discursos casi casi para nosotros mismos. ¿Cómo surge en usted el ímpetu por la historia? Cuando vuelvo a Riobamba en el año de 1963, comienzo a transitar por sus calles y un sentimiento de asombro se apodera de
mí; empiezo a cuestionarme cómo existe esta ciudad, quiénes son los seres de los monumentos y quiénes los constructores de la Basílica, del Colegio Maldonado, de las casa del centro de la ciudad, del Correo, en una ciudad que prácticamente estaba en venta. Era imposible no admirase. En 1965 se convoca a un concurso nacional sobre la vida y obra de Miguel Ángel León, decidí participar y ganamos el concurso: primer lugar quien habla y el segundo premio mi hermano Gustavo; ese hallazgo vital me permite poner de manifiesto mi inclinación por la historia. De este personaje empiezo a conocer el resto. El mismo año Guido Falconí dona al colegio la colección de periódicos que dirigió su padre Luis Alberto Falconí, eso me permitió descubrir la época de oro de Riobamba a principios del siglo XX. De ahí inició mi tránsito por los archivos, el de Guanando, San Andrés, el de Chambo, en el archivo histórico Juan Félix Proaño de la Casa de la Cultura de Chimborazo realicé hallazgos extraordinarios sobre los personajes de Riobamba: Isabel de Godín, Pedro Vicente Maldonado, etc. Cuénteme de los Guaminga Yo era parte del club ‘Chicos Malos’, donde estaban Daniel Pazmiño, Pedro Caiza, Pepe Parra, el Flaco Negrete y mucha gente interesante que nos reuníamos los
fines de semana a conversar en un ambiente de bohemia. Teníamos tal actividad cultural que logramos crear un coro. Ser Guaminga era una experiencia integral donde el arte, las causas sociales y la toma de los espacios de la ciudad era importante, nuestro grito era: “Aquí estamos los Guamingas, / como Julián Quito, /Avemañay y Curillo, / como Fernando Daquilema, / a vivir, a vivir, /a ser indios nuevamente”. Recuerdo haber participado en la obra musical Jahuay para Riobamba, que producimos con los Guaminga. Los textos eran de Daniel Pazmiño y de Enrique Romero, fue una época impresionante. Viene a mi memoria el teatro del Colegio San Vicente de Paúl completamente lleno. También dábamos recitales poéticos en las plazas, en los parques, muchos de nuestros integrantes fueron quienes se tomaron la Casa de la Cultura de Chimborazo. ¿Cuénteme sobre el padre Gonzalo Ortiz y su aporte al quichua? Cuando nació mi hermano Gonzalo, mi padre trabajaba como mayordomo en una hacienda de Guamote. Como mayordomo tenía servidumbre, de entre las cuales le servía una indígena llamada Fabiana, ella crío a mi hermano; él, cuando niño, hablaba quichua, a esto se suma su misión redentorista, cuya prédica en JUNIO 2015
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Foto: Milton Romero
El hecho de haber manejado la palabra refleja su tenacidad por llegar al contenido propio de las palabras, para que ninguna quede flotando como una cuña y que cada palabra tenga valor.
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el Ecuador se hace en quichua, por eso empieza a hablar y estudiar el quichua. Gustavo, en el libro Cantos de luz frente a la sombra, tiene un nexo común en la palabra con sus hermanos, los tres son lingüistas. ¿Cómo la palabra en Gustavo lo emancipa y lo forja? El hecho de haber manejado la palabra refleja su tenacidad por llegar al contenido propio de las palabras, para que ninguna quede flotando como una cuña y que cada palabra tenga valor. Trabajaba sus versos hasta el amanecer, hasta que los sentía como parte de él, por eso logró hacer muchas obras. La poesía que él escribió tiene un contenido y una fraseología que corresponde a la de un buscador inagotable. Le invito a releer La grandeza de Bolívar moribundo, 10 sonetos, en frases y versos sin nombrar a Bolívar sino en el título.
¿Cree que hay desmemoria en Riobamba y se olvida pronto a sus personajes? Es la cultura del pueblo, de los intelectuales. Quién recuerda la nueva edición del libro de Gustavo. Se ha hecho muy poco por pensar en quiénes nos hemos puesto la piel de Riobamba, a quién le importa que hayamos escrito, pensado, hecho música. Debería importales, no por los monumentos, no porque una calle o una escuela lleven nuestro nombre, sino porque si les importa van tener una forma irreductible de desarrollo y no van a poderles engañar como hacen muchos. La noche nos gana, pienso en los libros inéditos de Carlos Ortiz y en que es urgente publicarlos, la Casa de la Cultura editará dos este año; los demás, llegarán a tener cuerpo o se olvidarán sin un nombre y muchos desapareceremos con ellos.
Gabriel Cisneros Abedrabbo Latacunga, 1972
Escritor, gestor cultural y comunicador social. La poesía ha sido para él un refugio donde respirar, una necesidad ineludible, pero también, un puente para encontrarse con el lector, con ese ser que se palpa en el silencio infranqueable, en el desamor y en la muerte, como génesis indiscutible del pensamiento que cuestiona y deconstruye la realidad. Sus búsquedas se confrontan con un ser que teme la frágil memoria de los actos. Ha publicado once poemarios entre los cuales se destacan: Ceremonias de amor y otros rituales, Ombligo al infierno, Mujeres para morir y su último libro, Pieles.
Museo
Paquita de
Jaramillo
Una visiรณn total de nuestro pasado histรณrico
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10 de Agosto y V. Rocafuerte www.culturaenecuador.org Telfs: 2960219 โ ข 2941075 JUNIO 2015 53
Xingu
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