Atención primaria de terapia física y patologías PRAXIS CAPITAL
RESUMEN La presente investigación busca vincular al positivismo como ente generador de conocimiento de la ciencia hacia el bienestar social, con la inclusión de la terapia física dentro de la atención primaria para reducir el nivel de patologías en grupos vulnerables. Ante lo cual, se a determinado que el positivismo originario de Auguste Comte, es la clave de la generación de la ciencia con base de la observación, emisión de hipótesis y validaciones con referencia a estudios de caso y que el profesional en terapia física, lo debe implementar fuera se sentimentalismos hacia el paciente, bajo el manejo del dato clínico (estadísticas médicas), para entender los procesos accionados y como ligar estos a futuras practicas dentro de la atención primaria para reducir en forma oportuna las diferentes patologías. Palabras claves: Positivismo, atención primaria, terapia física, patología.
ABSTRACT The present research seeks to link positivism as a generator of knowledge of science towards social welfare, with the inclusion of physical therapy within primary care to reduce the level of pathologies in vulnerable groups. In view of this, it has been determined that the original positivism of Auguste Comte is the key to the generation of science based on observation, emission of hypotheses and validations with reference to case studies and that the professional in physical therapy, must implement outside sentimentality to the patient, under the management of clinical data (medical statistics), to understand the processes and how to link these to future practices within primary care to reduce in a timely manner the different pathologies. Keywords: Positivism, primary care, physical therapy, pathology
INTRODUCCIÓN La generación del conocimiento como base de la ciencia puede ser entendida desde diferentes corrientes o paradigmas del pensamiento como son: empirismo, pragmatismo, realismo o positivismo. Cada una de estas buscan defender bajo sus propios conceptos como desarrollan un nuevo conocimiento y este a su vez conformado como parte esencial de la verdad del saber. En forma específica y apegado a la presente investigación, el positivismo mantiene como base que “el conocimiento surge de lo todo observable, transformado en forma de objetivo; así, los fenómenos investigativos son factibles de medición y validación para favorecer al desarrollo de la ciencia” (Esterner, 2016, pág. 26). Hoy en día, las denominadas ciencias duras, como son la medicina y vinculadas a sus ramas afines como la terapia física, se han guiado bajo la perspectiva positivista para desarrollar conocimiento, no sólo con una validez comprobable, sino que mantengan su funcionalidad de cuidado social, ante todo. La principal característica de las ciencias direccionadas al positivismo está dado por la explicación científica en donde se busca que los resultados investigativos puedan ser contrastados en aplicaciones de estudios de casos y a su vez los resultados favorables, sustenten la generación de hipótesis, leyes e inclusive generalizaciones universales, es decir, crear conocimientos expandibles para aplicaciones en diferentes niveles de las ciencias bajo un fin común, mejorar las condiciones humanas. Una de las características más representativas del positivismo es el uso de “las matemáticas, la lógica, la observación, la experimentación y control como medio de ratificación del conocimiento” (Cifuentes, 2017, pág. 40). Ante esto, la explicación científica bajo el positivismo desde una de las metas de la investigación de la terapia física es el entorno a la práctica del cuidado; donde la práctica es el resultado concreto y verificado de indicadores cuantitativos. Este proceso ha sido beneficio de la influencia del positivismo, donde la terapia física se vuelve la evidencia acumulada de “cuidados de salud bajo sustento científico y no simplemente una práctica por rutina” (Valles, 2016, pág. 104). Así, la naturaleza disciplinar de la terapia física se convierte en una combinación de la postura biologicista - anatómica y la psico-social, donde se habla de una atención primaria como parte clave de su tratamiento social.
Históricamente, la terapia física ha sido apreciada como un servicio poco prioritario en la planificación de los servicios de salud públicos y privados, más que un recurso básico y necesario de los pacientes, de esta forma se a entendido a la terapia física como una labor mayormente asistencial. No obstante, la terapia física dentro de la atención primaria halla un lugar propicio para identificar y evaluar las necesidades sociomédicas y bajo esta premisa poder intervenir y desarrollar programas de prevención y atención de urgencia médica sobre todo en grupos sociales vulnerables como son los conformados dentro de la tercera edad. En Latinoamérica y en forma específica en el caso ecuatoriano, los fisioterapeutas no están incluidos como otros profesionales médicos afines dentro de la estructura básica de los equipos de atención primaria. Así, a estos profesionales se los puede incluir como parte de un grupo de apoyo, pero no como un equipo esencial de asistencia médica; por tanto, su inclusión depende de las características socioculturales, políticas y económicas de cada autonomía de salud, donde los grandes perjudicados no son los profesionales de esta área, sino los pacientes que requieren de forma urgente de sus servicios. Este aspecto, supone una dificultad hacia la verdadera integración de la misma en el primer nivel asistencial y ampliando las dificultades del servicio médico ecuatoriano, que en cierta medida aun cuando ha existido grandes cambios propuestos por la (Constitución de la República del Ecuador, 2008), el (Plan Nacional del Buen Vivir, 2016) y en forma específica por el (MSP, 2017) dentro del “Plan nacional de salud geriátrica”, aún existe varias deficiencias de implementación hacia la atención primaria que también desliga a otros grupos sociales más jóvenes pero necesitados de dichos servicios de terapia física. Con la implementación de la terapia física dentro de la atención primaria se puede claramente mejorar la accesibilidad y el primer contacto con el sistema médico, de esta forma el fisioterapeuta puede incrementar la proactividad con los servicios de salud. A su vez, que, al existir más servicios disponibles, los ciudadanos pueden dirigirse directamente a la atención primaria y no acudir a urgencias o a consultas externas extrahospitalarias, asegurando una atención adecuada con un coste más bajo no sólo para el paciente sino para el Estado, en cuanto a salud pública se refiere. Además, una atención temprana, “puede reducir la cronicidad de ciertas patologías, sobre todo de los adultos mayores” (Monge, 2017, pág. 15).
Por tanto, compaginar el acceso directo a la fisioterapia dentro de la atención primaria permite beneficiarse de los conocimientos que el médico tiene sobre la persona y sus circunstancias y pasar de ser un grupo de apoyo profesional a emitir soluciones patológicas tempranas. Si se liga a este concepto con el definido dentro de la (Constitución de la República del Ecuador, 2008), al hablar de “la vida digna”, el fisioterapeuta en un sistema de atención primaria puede ser muy útil en el cuidado de la población con afecciones musculoesqueléticas donde se produce dolor y una disminución de la movilidad, dado que “la detección y el abordaje precoz son fundamentales para evitar su cronicidad y enriquece el tipo de vida que conllevan sobre todo los ciudadanos ecuatorianos” (Armijos, 2017, pág. 32). Por tanto, una buena coordinación multifuncional médica, permite ser más resolutivos permitiendo ofrecer los mejores recursos en cada situación a los ciudadanos, evitando la masificación en la atención especializada y participando con el equipo en la elaboración de una información clínica completa, pero y sobre todo brindando un mejor y mayor servicio ante el bienestar de los pacientes. Por tanto, la presente investigación busca vincular al positivismo como ente generador de conocimiento de la ciencia hacia el bienestar social, con la inclusión de la terapia física dentro de la atención primaria para reducir el nivel de patologías en grupos vulnerables.
DESARROLLO EL POSITIVISMO COMO PARADIGMA DE LA TERAPIA FÍSICA Antecedentes históricos El positivismo surge como concepto por Auguste Comte a finales del siglo XIX para definir “el conocimiento científico como punto culminante del saber humano” (Fonseca, 2016, pág. 72). Es decir, que la meta del hombre es transformar todos sus conocimientos en una ciencia aplicable y de uso común. Posterior a este aporte, en un sentido más moderno surge el positivismo lógico, que busca “nuevas formas de explicación científica con base a la lógica formal” (Villegas, 2015, pág. 31). Tradicionalmente bajo este pensamiento el investigador (el profesional en terapia física) debe medir y corroborar, mediante un lenguaje matemático, el valor de la ciencia y su aporte intelectual. Así, el positivismo lógico edificó su disciplina bajo las pautas que guían el conocimiento científico y que carece de carácter empírico, definiendo simplemente lo que no se comprueba, no es ciencia. Dentro de esta directriz, los postulados fundamentales del positivismo son:
La investigación científica nace con la observación o experiencia personal, pero desde un enfoque profesional.
Las observaciones deben regirse a una hipótesis primaria o enunciados singular, completamente libres de prejuicios, refiriendo un determinado acontecimiento o hecho de las cosas en un lugar y un momento predeterminado.
Los enunciados singulares, resultan de enunciados universales.
Mediante el desarrollo de conceptos se alcanza la elaboración de teorías generales que se someten a contrastación por medio de un método adecuado de validación que incluye la experimentación de casos. Si esta contrastación es exitosa se acepta la teoría, de otro modo se rechaza.
El positivismo y la terapia física La primera concepción de la terapia física liagdo al positivismo surge con la corriente higienista del medio ambiente con “los principios de limpieza, espacio, luz y aire” (Rueda, 2014, pág. 66). Así, los primeros estudios de impacto y desgaste muscular
emitidos por Tomason (1976), determinó la relevancia del manejo cuantitativo como sistema de seguimiento y evolución de pacientes que se sometían a terapia física. Hoy en día en varias instituciones de educación superior e instituciones de salud a nivel internacional donde se forman profesionales en terapia física, mantienen un alto estudio de la importancia en el dato clínico (estadísticas médicas), es decir, la formación de estudiantes mantiene su práctica en las cuestiones biológicas - anatómicas que se pueden medir, que dan resultados y que pueden ser verificados con ayuda de la tecnología o con técnicas concretas como la exploración física. Así, los parámetros de cuidado y servicio de terapia física son factibles de verificación matemática (estadísticas descriptivas), es decir, pueden ser medidos, y el dato concreto indica al fisioterapista lo que tiene que hacer para mantener o recuperar los niveles normales, aunque se pase por alto las necesidades emocionales del paciente; lo que importa es su estabilidad orgánica, a lo demás se le resta importancia, porque lo principal es la recuperación, generando en forma clara la objetividad del positivismo que demanda el mercado de trabajo en el ámbito hospitalario. Pero, dejar de lado las acciones emocionales ante el paciente no esta dado por el hecho de que el profesional en terapia física no se vincule con dar un mejor servicio, sino en ser claro dentro del positivismo, como mejorar e incrementar los beneficios de mejora del mismo, sobreponiendo el uso de la ciencia sobre el sentimentalismo y de esta forma tener resultados más beneficiosos, que son la meta final de su trabajo. Para ser concretos, llegar a un cuidado de la terapia física como parte de un sistema de atención primaria bajo un fundamento científico es necesario la verificación de varios resultados previos que pueden ser contrastados sin el involucramiento de emociones con los pacientes, y esto se hace mediante una revisión sistemática de resultados de investigación publicados y de las practicas que a nivel profesional se ejercen. Es decir, integrar los conocimientos con la praxis profesional. Por tanto, la ciencia le da significado al fenómeno de la terapia física que se explica por medio del método de verificación, cuando el fenómeno se repite en ciertas condiciones, se prueba su veracidad, es así como emanan postulados, leyes y generalizaciones científicas para usos futuros. El razonamiento sobre el cual se sostiene todo esto es “la teoría de la terapia física tiene el fin de explicar o describir los fenómenos
de cuidado de la salud musculares mediante la formulación de postulados, enunciados o hipótesis” (Rueda, 2014, pág. 92); y éstos deben de ser contrastados en diferentes escenarios por medio de las practicas profesionales de fisioterapista. Sólo de esta forma se puede reducir el impacto de las patologías y proporcionar una contribución para explicar o describir científicamente los fenómenos en torno al cuidado de la salud dentro de la atención primaria y la evidencia del conjunto de los resultados que posee el potencial para modificar los procedimientos técnicos de la práctica médica y comunitaria. En la actualidad, se ha observado con mayor frecuencia el uso de diseños descriptivos, y la tendencia es utilizar diseños correlacionales, experimentales o cuasiexperimentales, para validar conjuntos de patologías por grupos sociales dentro de la terapia física y de esta forma promover a nivel de la atención primaria, diseños que den una mayor explicación de la realidad del cuidado en la salud de los grupos humanos. ATENCIÓN PRIMARIA DE LA TERAPIA FÍSICA Para Monge (2017), dentro de su accionar en la Organización Mundial de la Salud (OMS), la terapia física es “la ciencia, que, bajo el ejercicio terapéutico, calor, frio, luz, agua, masaje y electricidad, tiene como fin prevenir, readaptar y rehabilitar al paciente susceptible del tratamiento físico” (pág. 16). En una vinculación con la atención primaria, la terapia física debe dar solución a las necesidades y problemas de salud de la sociedad y sus pacientes, a los que atiende desarrollando “no sólo actividades asistenciales sino también actividades de promoción de la salud y de prevención de patologías” (Valles, 2016, pág. 166). Para lograr esta meta, el equipo de atención primaria debe vincular profesionales especialmente formados en determinados ámbitos sociomédicos, entre los que se encuentra la figura del fisioterapeuta de atención primaria. Bajo esta perspectiva, se debe vincular las siguientes metas:
Los equipos de atención primaria deben emitir actividades fisioterápicas para la población acorde a las necesidades de salud existentes y los recursos disponibles, para fijar las actividades a realizar, estableciendo objetivos alcanzables y estrategias concretas, para llevarlas a cabo y que se vinculen con las bases del positivismo.
La idea primordial de la atención primaria ligada a la terapia física es el manejo de los problemas de salud diagnosticables y resolver con los recursos humanos y materiales existentes.
Las actividades fisioterápicas se deben sostener siempre dentro de protocolos de derivación y manejo de las patologías de mayor prevalencia en la población, ante lo cual, debe existir un plan estatal o privado de funcionamiento.
Para la realización las actividades de terapia física dentro de una atención primaria se debe siempre considerar las características de los profesionales y el dimensionamiento de la funcionalidad de la institución sea esta privada o pública.
El fisioterapeuta de atención primaria debe mantener un funcionamiento acorde a las zonas o número de pacientes asignados.
Patologías A continuación, se determinan las patologías dentro de la terapia física según Monge (2017): Afecciones no traumáticas osteoarticulares y de partes blandas del hombro:
Artrosis localizada en hombro
Luxaciones recidivantes de hombro
Rotura total no traumática del manguito de los rotadores
Rotura no traumática de la porción larga del bíceps
Tendinitis del manguito de los rotadores
Tendinitis de la porción larga del bíceps.
Afecciones no traumáticas osteoarticulares y de partes blandas de la rodilla:
Gonartrosis
Condromalacia, no quirúrgica, de rodilla
Luxaciones recidivantes de rótula
Entesopatía de rodilla.
Otras afecciones no traumáticas osteoarticulares y de partes blandas de las extremidades:
Osteoartrosis generalizada
Entesopatía de codo, muñeca y carpo
Entesopatía de cadera, tobillo y tarso
Tenosinovitis
Laxitud ligamentosa (esguinces crónicos)
Síndromes álgicos vertebrales:
Artrosis / Espóndiloartrosis de columna vertebral
Hernia discal sin tratamiento quirúrgico
Cervicobraquialgia
Lumbalgia
Neuritis o radiculitis dorsal o lumbosacra no especificada y sin tratamiento quirúrgico.
Deformidades vertebrales y otras alteraciones del sistema:
Cifosis
Lordosis
Escoliosis
Anomalías congénitas con espondilolistesis. Otras patologías
Patología respiratoria:
EPOC, asma, enfisema
Patología neurológica crónica:
Radiculopatías por compromiso en raquis o musculatura paravertebral por contracturas, espondiloartrosis, hernias, entre otras.
Secuelas de Ictus, Esclerosis Múltiple, lesión medular, TCE u otras afecciones de SNC en fase crónica que no reciban atención fisioterápica en centros especializados.
CONCLUSIONES El positivismo está determinado como una corriente de gran impacto cuyo fin es generar el conocimiento proveniente de las ciencias empíricas pero validado por medio de metodologías de casos, ante esto no puede dejar de lado la integración de estudios de casos en forma crítica y rechaza los juicios no comprobados. Así, la determinación cuantitativa es clave para el establecimiento de leyes generales. Sólo así, dentro de un contexto continuo y progresivo, inacabado y en constante evolución se puede generar una ciencia del conocimiento hacia el uso social en post de su beneficio. La terapia física no es una ciencia dura, tampoco es una ciencia totalmente biológica - anatómica, dado que no tiene la estructura necesaria para establecer leyes universales del cuidado de la salud humana. La naturaleza abstracta que representa el fenómeno del cuidado físico y sus múltiples variantes en torno a la respuesta humana hace que predecir las conductas patológicas tenga una serie de limitaciones. Donde, la práctica médica que utiliza la evidencia científica con base al dato clínico cuantificable, por tradición es lo que importa en el resultado de un cuidado de terapia física. Así, el positivismo es utilizado mediante el uso de modelos teóricos de terapia física, evidenciando su utilidad concreta en las prácticas de salud, mostrando un círculo entre la práctica y la necesidad de esta de ser parte de la atención primaria dentro de la salud de los ciudadanos.
LISTA DE REFERENCIAS Armijos, V. (2017). Manejo de medicina preventiva en Ecuador. Quito - Ecuador: MSP publicaciones. Cifuentes, A. (2017). Metodologías médicas investigativas. México D.F.: Palenque ediciones. Constitución de la República del Ecuador. (2008). Constitución de la República del Ecuador. Montecristi - Ecuador: Registro Oficial 449. Esterner, M. (2016). El positivismo y su implicación en las ciencias. Dallas - Estados Unidos: Western ediciones académicas. Fonseca, S. (2016). El positivismo intelectual. México D.F.: Saveedra ediciones. Monge, D. (2017). La terapia física en adultos mayores. Quito - Ecuador: MSP publicaciones. MSP. (2017). Plan nacional de salud geriátrica. Quito - Ecuador: MSP publicaciones. Plan Nacional del Buen Vivir. (2016). Plan Nacional del Buen Vivir. Quito - Ecuador: Registro oficial. Rueda, V. (2014). Protocolos de seguridad dentro de la terapia física. México D.F.: Polaris ediciones médicas. Valles, A. (2016). La terapia física y el rol dentro de la ciencia médica. México D.F.: Oxatlan ediciones. Villegas, M. (2015). la lógica positivas. Bogotá - Colombia: Atenea ediciones.