Visualización teórica de estrategia, geoestratégica y geopolítica desde una perspectiva militar. consultaspraxis@gmail.com Antecedentes e introducción La relación en la educación militar de fines, modos y medios, constituye la trilogía del estudio de la estrategia. Sin embargo, el pensamiento estratégico hoy en día se constituye dentro de un espacio geográfico ante objetivos políticos, sociales, militares, comerciales entre otros. Por tanto, la estrategia está considerada como la diferenciación de lo que se quiere hacer y lo que se debe hacer, lo cual se limita al espacio de acción, la capacidad instalada, el talento humano, el liderazgo entren otros. Los mismos que se cruzan tanto a nivel geopolítico como geoestratégico dentro de un proceso permanente de acción. (Alonso, 2012, pág. 92) No obstante, dicho proceso no siempre es afrontado con la importancia del caso por las políticas de los gobiernos pertinentes, sino que se presentan con mayor responsabilidad en su uso por las Fuerzas armadas, generando una mayor integración de las políticas de defensa y de relaciones exteriores; y su debido cumplimiento por esta institución. (Liddel, 2011, pág. 144) El autor (Rosso, 2010), denuncia que existe una: (…) inadecuada función de los medios estratégicos en relación con sus objetivos, tomando como referencia la Armada francesa de la época: al referirse que, de este modo, cuando la política exterior requiere una Fuerza Armada disuasiva, la misma se limita por el accionar de los gobernantes. (Pág. 71)
Dentro de un contexto histórico, (Pulrier, 2012) se refiere a la época napoleónica donde se expone que: Francia descuidaba la coordinación estratégica desde su visión geopolítica determinada, cuyos objetivos políticos que se desprendían y la solución geoestratégica que buscaban alcanzar, se mantenían en constantes errores atribuibles a la fuerte influencia marítima dejando de lado el aporte continental o terrestre. En gran medida tomada como decisión por los gobernantes que por los propios militares. (Pág. 97)
Dicho análisis, muestra que una de las primeras dificultades es la poca coherencia entre las políticas de defensa y de relaciones exteriores de los Estados, desde una coordinación entre sus visiones geopolítica y geoestratégica, vinculados hacia las decisiones de los gobiernos y de la carente integración de todos los medios de acción sean estos, terrestres, marítimos y aéreos. Por tanto, la estrategia está definida por (Collins, 2013, pág. 204), como “la dialéctica de las inteligencias que emplean la fuerza para resolver sus conflictos en un medio conflictual”, En tanto, para (Mead, 2014 , pág. 72), es “(…) el puente que conecta el poder militar con los objetivos políticos”. Así, para (Collins, 2013, pág. 218), la verdadera estrategia se distingue de los niveles operacional y táctico, “en cuanto debe considerar los fines últimos que se desprenden de la política”. Pero que están pre condicionados por la cultura estratégica de las Fuerzas Armadas a consecuencia de la lógica del pensamiento militar, que dentro de un elemento bélico es el más acorde ante las necesidades del evento, pero que en muy variadas veces es limitado por
el accionar de los gobernantes que desprenden su importancia por desconocimiento antes que por la buena fe manifestada ante sus decisiones. Desarrollo La estrategia La Estrategia para (Aranda, 2014, pág. 114), “puede y debe consistir en el arte de operar correctamente dentro del campo de batalla”. Por tanto, para dicho autor es la “elección del modo correcto de operar en situaciones conflictivas” (Aranda, 2014, pág. 122). Complementado dicho concepto, (Liddel, 2011, pág. 99) refiere que la estrategia “supone la presencia de voluntades hostiles entre grupos sean estos sociales o políticos organizados para la acción”. Uno de los primeros conceptos vinculados al tema estratégico es el arte operacional, el mismo que desde la perspectiva de varios autores está por encima de la táctica y la logística. Ahora bien, el arte operacional vinculado a la estrategia operativa no debe dejar de lado la táctica y logística, pero debe concebir planes de operaciones que habrán de ser coherentes con la finalidad de que la estrategia sea la directriz de la táctica y logística y no al revés. Además, dicho concepto se debe complementar con el estratega, quien “concibe planes de operaciones para los efectivos humanos que habrán de ser conducidos hacia los objetivos decisivos y hasta vitales de una comunidad en riesgo o en peligro por medio de la intervención de las Fuerzas Armadas. (Mead, 2014 , pág. 99)
La geoestratégica La geoestratégia para (Hill, 2014, pág. 72), “estudia la influencia de la geografía desde el punto de vista estratégico, de tal manera que permita el control y/o posicionamiento físico de los espacios que den, a quien los posea, ventajas geopolíticas”. Además (Collins, 2013, pág. 117), sostienen como definición que es un “(…) ejercicio del poder sobre espacios críticos de la superficie de la Tierra”; también, (Rosso, 2010, pág. 147) complementa dicho concepto con la siguiente interpretación, es “la mezcla de consideraciones estratégicas y geopolíticas que sumado a los factores geográficos que interactúan para influir o intervienen para modificar el planeamiento estratégico”. Dentro de una definición más profunda, (Verdesoto, 2016) cita que la geoestratégia es: (…) el estudio de la incidencia de los factores geográficos en el planeamiento de estrategias políticas y militares, con el uso de factores geográficos que abarcan ya no sólo los aspectos físicos, sino los humanos, los económicos y los políticos, teniendo en cuenta también las circunstancias ligadas a la ordenación del territorio y al medio ambiente y, desde luego, no limitada ya al ámbito del globo terrestre y su inmediata atmósfera, sino a la porción del espacio que es alcanzable y utilizable por la tecnología. (Pág. 199)
Para lo referenciado dentro del presente ensayo, la geoestratégica militar es “(…) la toma en consideración de las características geográficas globales del territorio del Estado propio, y de los demás Estados que impliquen un interés militar, en el planeamiento de la Defensa desde el punto de vista del empleo de las Fuerzas Armadas y de la proyección del poder militar”. (Ontaneda, 2014, pág. 66)
Pero existen también investigadores y conocedores que sostienen que la moderna tecnología ha restado importancia a los factores geográficos - estratégicos o que incluso los ha hecho irrelevantes. Dentro del contexto ecuatoriano, no es posible llegar a un consenso común dado el carente material interno actualizado sobre dicho tema y en menor caso ligado en referencia a las Fuerzas Armadas. Así, Ecuador como en el uso de cualquier estrategia, dentro de la geoestratégica militar debe adecuar los medios a los fines; y re direccionarlos hacia los nuevos objetivos militares mundiales como son ataques del exterior e interior, protección de las zonas sensibles y manejo de riesgos ante los factores geográficos, históricos, políticos, humanos y económicos básicos del país. Geopolítica Para el autor (Anderson, 2014, pág. 37), la geopolítica es “la ciencia que pretende fundar la política nacional e internacional en el estudio sistemático de los factores geográficos, económicos y raciales”, pero dicha definición aún mantiene una limitación hacia su aplicación militar, dentro de las nuevas teorías y análisis geopolíticos emitidos por autores como (Pllerttu, 2015) y (Pouy, 2016). Así dentro del concepto de varios autores, la Geopolítica indica “los lazos y las relaciones causales entre el poder político y el espacio geográfico” (Ontaneda, 2014, pág. 97). Para lo cual, no se debe olvidar que dicha ciencia es multidisciplinar, que va más allá de los aspectos geográficos vinculados a la política, relaciones internacionales, jurisprudencia internacional y las ciencias sociales. Aunque los pioneros de la Geopolítica fueron Rudolf Kjellén y
Friedrich Ratzel, quienes emplearon por primera vez la noción del “espacio vital” y de la concepción de geopolítica, hoy los nuevos autores buscan definir a esta ciencia no sólo dentro de sus estudios sino de mantener una constante vinculación con otras ciencias, pero sobre todo en instituciones que lo apliquen como son las Fuerzas Armadas. Toda geopolítica militar puede ser vislumbrada como una representación racional y subjetiva de las relaciones de poder establecidas entre actores respecto de un territorio y sus recursos militares, pero no debe dejar nunca del lado el apoyo del Estado y el respeto hacia la sociedad. Las críticas más acertadas que se han planteado al enfoque geopolítico militar son las que cuestionan el excesivo y unilateral determinismo geográfico que subyace en muchas escuelas de pensamiento geopolítico y geoestratégico, sobre todo las que ligan a esta ciencia como mero entorno de confrontación bélica y no la refieren como base clave para poder generar estrategias previas ante cualquier problema militar con otro país, a modo de ejemplo se enfoca la teoría de “fronteras vivas”. La reflexión ante la estrategia, geoestratégia y geopolítica, se contextualizan y racionalizan en las relaciones de poder que se configuran entre actores en el sistema internacional, a partir de su oposición y consenso en determinados espacios y territorios además de su complejidad objetiva, en procura de recursos, prestigio y o hegemonía, los cuales son los nuevos elementos que las Fuerzas Armadas deben estudiar dentro de los actuales modelos estratégicos mundiales.
Conclusiones Durante muchos años se ha debatido sobre si la geopolítica es diferente a la geoestratégia o si ambas se complementan, lo cual ha llevado a cometer un gran error al abordar a cada una como elementos independientes ya sea en el plano académico o práctico, parte de este inconveniente se deriva de la mitificación del termino geopolítica, luego de que varios eventos bélicos usaron las ideas geopolíticas como métodos de justificación de los mismos, y no como herramientas innovadoras de estrategia miliar sobre resguardo estatal. Las ideas de varios autores clásicos como son: Haushofer, Kjellén y Ratzel; conllevaron al mundo científico a asociar el termino geopolítica con expansionismo y posteriormente al campo bélico. Esto nos lleva a percibir porque el mundo occidental implanta el término geoestratégia, cuyo fin es de cumplir con el análisis de la dinámica política en relación con el espacio geográfico sin tener una línea militar de por medio. Tanto la geopolítica como la geoestratégia mantiene un conjunto de herramientas y conceptos, tales como los escenarios, los hechos portadores de futuro, las tendencias profundas, que les permite construir visiones multidisciplinarias complejas acerca de los futuros que pueden presentarse en determinados horizontes de tiempo, a fin de proporcionar, en el presente, información relevante sobre los cursos de acción futura para los procesos de toma de decisiones. Pero que dichos conceptos, no solo pueden estar ligados a un sector sea este el militar o el político – estatal. Sino que debe existir una integración en consenso que garantice el beneficio de los ciudadanos, sobre todo.
Bibliografía Alonso, M. (2012). La estratégia. Madrid - España: Amperio ediciones. Anderson, F. (2014). La geopolítica en el siglo XXI. Estados Unidos: Clone ediciones. Aranda, A. (2014). La estrategia militar. México D.F.: Star ediciones. Collins, J. (2013). Principios y prácticas estratégicas. Estados Unidos: Montreal ediciones. Hill, A. (2014). La geoestratégia. Argentina: Flacso ediciones. Liddel, B. (2011). El arte de la estratégia militar. Estados Unidos: Atlas ediciones. Mead, E. (2014 ). La creación de la estratégia moderna. Estados Unidos: Visión publicaciones. Ontaneda, A. (2014). Sistemas estratégicos militares. México D.F.: Jobs ediciones. Pllerttu, A. (2015). La geopolitica en la enseñanza militar. Francia: Universidad Sorbonna. Pouy, P. (2016). La geopolítica innovadora. Estados Unidos: Proctor ediciones. Pulrier, L. (2012). La estratégia de las Fuerzas Armadas. Madrid - España: Estelar ediciones. Rosso, V. (2010). Elmentos de la guerra. Madrid - España: Harmony publicaciones. Verdesoto, S. (2016). La geostratégia. México D.F.: Atlas publicaciones.