“La arquitectura orgánica” PRAXIS CAPITAL
Introducción La sociedad dentro de su desarrollo histórico ha mantenido diferentes formas de impacto en el planeta, pero una de las más significativas ha sido la ambiental, que durante décadas ha mantenido un desgaste constante de la naturaleza, pero que en la actualidad ante la identificación de diferentes problemáticas ligadas a esta como son las construcciones con alta intervención y degeneración del entorno ambiental. Para esto, se ha conjugado un conjunto de acciones para prevenir o reducir las mismas; así, la arquitectura orgánica dentro de su coyuntura como técnica antes que ciencia, también ha emitido diferentes cambios en sus procesos proyectivos y constructivos para reducir el desgaste del entorno ambiental; ante esto, la arquitectura orgánica es una de las mejores alternativas dentro de este campo para vincular un menor impacto, uso de materiales amigables, diseños naturales y reducción energética. Comprender la arquitectura como una búsqueda de las reminiscencias del origen del ser humano tiene como finalidad volver a ese refugio de orden más orgánico, y entenderlo como un lazo espacial entre la naturaleza y las especies que la habitan en el planeta, además de interponer al ser humano como parte de dicha relación. Así, en la actualidad no sólo se busca generar dichos espacios simbióticos, sino de recuperar elementos naturales bajo una arquitectura que es moderna pero que no deja de lado esa integración del medio ambiente en su conformación ante los espacios de construcción que usan materiales propios de los espacios de trabajo. Este movimiento arquitectónico parte del funcionalismo o racionalismo generado por los arquitectos escandinavos en la década 1940, cuyos mayores aportes fueron dados por el arquitecto estadounidense Frank Lloyd Wright. De esta forma, la arquitectura orgánica busca la promoción de “un planta libre, el predominio de lo útil sobre lo meramente ornamental, la incorporación a la arquitectura de los adelantos de la era industrial, pero procura evitar algunos de los errores en que cae el racionalismo y aportar nuevos valores a la arquitectura con el cuidado del medio ambiente” (Saveedra, 2017, pág. 43). Arquitectos como “Gustav Stickley, Antoni Gaudí, Alvar Aalto, Louis Sullivan, Bruce Goff, Rudolf Steiner, Bruno Zevi, Hundertwasser, Samuel Flores , Imre Makovecz, Antón Alberts y Javier Senosiain, son los mayores exponentes de la denominada arquitectura orgánica y dentro de sus bases de construcción promueven el uso de materias de bajo proceso industrial y en lo posible propios del espacio donde se trabaja,
la concepción de espacio y forma apegado al respeto de la naturaleza, reducción del uso energético tradicional por elementos más apropiados al tipo de construcción. Por lo expuesto, el presente trabajo busca analizar los aportes de Javier Senosiain e Iván Andrés Quizhpe dentro de dicha corriente arquitectónica. Desarrollo Javier Senosiain Javier Senosiain es un arquitecto mexicano de la Universidad Nacional Autónoma de México, que hoy en día cuenta con más de 40 años de trayectoria y ha generado cerca de 32 proyectos arquitectónicos alrededor del mundo. Dicho arquitecto se ha enfocado en trabajar sobre bioarquitectura, donde sostiene que “el ideal moderno y la enseñanza es tan necesaria para combinar la vida, y servir desde una perspectiva distinta, cuyo concepto debe ser trasladado a la arquitectura de respeto hacia el planeta” (Senosiain, 2015, pág. 19). Javier Senosiain, a nivel de su proyectos combina volumetrías que evocan elementos de la naturaleza como animales, conchas, cuevas, cascadas, entre otros; con materiales propios de la región y con alusiones que evocan también a la tradición artística mexicana, lo que resulta en convergencias de detalle impresionante donde ventanas se vuelven ojos y azulejos, escamas. Sin embargo el valor de estas características combinadas con las oportunidades espaciales de los proyectos, es el verdadero valor agregado de su obra, que para varios autores se define ya como una forma de arte. Su trabajo, va más allá de las expresiones plásticas, que si bien cuentan con un valor importantísimo al servir como referencias del espíritu del arte mexicano trasladado al extranjero, la principal idea es que se ha querido imprimir en todas sus obras la materialidad de sus elementos arquitectónicos que recuerdan la volumetría entre función y apertura de sentido envolventes. Esta afirmación queda clara al momento de recorrer los espacios resultantes de sus construcciones y entender que cada elemento plástico responde a la búsqueda de una experiencia espacial que recuerde al usuario las memorias más profundas de su habitar humano. Dentro de su conferencia el arquitecto señala que el primer paso al desarrollar un proyecto es la investigación; donde “(…) se recupera información, fija un programa de necesidades, hace los análisis de sitio necesarios, análisis de edificios homólogos, diagramas de funcionamiento con áreas y zonificación para llegar a una síntesis que dará lugar a la propuesta conceptual del proyecto” (Senosiain, Conferencia en Cuenca, 2018). Al momento de revisar su trabajo se puede comprender que los bocetos y las maquetas hechas a manos no son ajenos en el proceso de diseño del arquitecto. Incluso la exploración de materiales es esencial
en el proceso de producción, donde ya va dejando un claro detalle de su accionar futuro. Así, se observa claras similitudes con el seno materno, plantas, animales o espacios verdes, de esta forma se busca recuperar “la armonía entre ser humano y el mundo natural desde el regreso al origen en la arquitectura, hacia espacios de hábitat más biológicos” (Calle, 2017, pág. 105). En los proyectos de Javier Senosiain, los muros se convierten en barras y sillones, los techos son también amplios jardines; la manera en la que están adecuados los espacios al interior proponen al usuario a someterse a distintas maneras de lo cotidiano al evocar espacios similares a los que nos encontraríamos en la naturaleza, por ejemplo las caídas del agua en regaderas y lavamanos que recuerdan cascadas y manantiales. Por ende, la arquitectura de este autor es aquello que se escapa a la descripción textual de la experiencia, sino que se la podría definir como una arquitectura que busca recorrer nuevos espacios llenos de sorpresas y memorias espaciales, donde tanto las manos de los artesanos que edificaron la obra, como las del usuario que acaricia las paredes al recorrerlas exijan al ser humano a una nueva experiencia de sentidos hacia la naturaleza. Iván Andrés Quizhpe Dicho arquitecto, estudió en la Universidad de Cuenca, además de una maestría en la Universidad de Cataluña. Dentro de su conferencia expuso en forma profunda uno de sus mayores trabajos, “La casa de la loma” (2013), un proyecto ubicado en San Joaquín – Cuenca, donde su labor de restauración fue amplia y mantuvo una relación entre la arquitectura orgánica y el respeto a la infraestructura en su modernización. El proyecto referenciado, es una vivienda rural tradicional del siglo XX, que fue inventariada por el Instituto Nacional de Patrimonio Cultural (INPC). La propuesta se basó en la reutilización de la estructura existente y la refuncionalización de los espacios para generar las condiciones de habitabilidad y confort que la vida contemporánea demanda acorde a las tendencias de la arquitectura orgánica. El proyecto rescata la construcción tradicional en adobe a partir del empleo de técnicas tradicionales y con la integración de materiales como la piedra, la tierra, la madera de eucalipto, la paja y el carrizo para rehabilitar la estructura original, mientras que para la refuncionalización de los espacios se incorporaron elementos con materiales industrializados como el acero y el vidrio, capaces de evidenciar lo nuevo de lo existente. Dentro de la intervención de las áreas exteriores destaca la consolidación de las plataformas, las cuales se construyen a partir de la utilización de la piedra extraída en la conformación del terreno, generando por lo tanto su propia materia prima. Elementos como muros y vegetación propios de la zona respetan la memoria colectiva y contribuye al paisaje hacia el cuidado ambiental.
El programa está dividido en dos zonas principales definidas por el grado de privacidad de los espacios y conectadas a través del patio. El bloque de una planta contiene espacios de carácter más social, salas de estar, comedor y parrilla, mientras que el fogón y horno de barro se encuentran en el interior del antiguo cuarto de cocina que sobresale por la pátina preexistente. El bloque de dos plantas contiene espacios de uso más privado, dispone de salas de estar, comedor, cocina, estudio, biblioteca, habitaciones y servicios. El mobiliario, casi en su totalidad está diseñado especialmente para la vivienda. Una fachada de vidrio se antepone a las galerías interiores para aumentar el confort térmico de los espacios y proteger la estructura de madera de la lluvia y el viendo, principales fenómenos atmosféricos responsables del deterioro en el que se encontraba la vivienda antes de intervenirla. Visualmente la vivienda se concibe como un elemento que evoca la naturaleza y la inserta en lo doméstico. Conclusiones El trabajo descrito por los arquitectos referenciados da una clara evidencia del aporte de la arquitectura orgánica y como esta puede en gran funcionalidad combinar aspectos modernos y antiguos que no dejan de lado el confort y el cuidado de la naturaleza. Así, permite al ser humano habitar en un espacio interactivo con el medio ambiente sin dejar de ser un espacio que satisfagan las necesidades de sus habitantes. La arquitectura orgánica tiene como finalidad la adaptación de una construcción al ambiente que lo rodea, sin dejar de lado que la conformación de espacios mantenga una clara armonía entre hombre y naturaleza. Ante esto, el arquitecto mexicano Javier Senosiain ha encontrado en dicha armonía la motivación para sus proyectos. Para Senosiain, uno de los mayores retos modernos de la arquitectura es lograr espacios agradables que no sean agresivos con la naturaleza y que al mismo tiempo expresen emociones. Así, revisando diferentes proyectos de Javier Senosiain y de Iván Andrés Quizhpe se puede observar como los mismos despiertan una emoción distinta y cada una de sus construcciones, residenciales, públicas o privadas nos llevan a otro mundo, donde la cotidianidad urbana se desconecta y pasa a una relación de antigüedad, fantasía y naturaleza.
Bibliografía Calle, F. (2017). La biología arquitectónica. Madrid - España: Polaris ediciones. Saveedra, A. (2017). La arquitectura orgánica. México D.F.: Atlantis ediciones. Senosiain, J. (2015). La arquitectura como forma de vida en respeto al medio ambiente. México D.F.: Poker ediciones en arquitectura. Senosiain, J. (2018). Conferencia en Cuenca. Cuenca - Ecuador.