Análisis de la obra “¿Qué es la estrategia?” de Michael Porter PRAXIS, Consulting
Introducción
Michael Porter en su obra “¿Qué es estrategia?”, hace referencia a la eficacia operacional dentro de las organizaciones, y cómo un correcto manejo puede ser un plus de crecimiento y desarrollo ante los competidores, dentro de lo cual se debe considerar la flexibilidad empresarial para reconocer con premura los cambios del mercado, así no sólo distingue las características de cada uno de sus competidos sino que en forma indirecta los obliga a mejorar generando un sector donde “(…) el mayor beneficiado es el cliente al poder acceder a productos y servicios con mayores valores agregados” (Porter, 2008, pág. 3).
Por tanto, el adecuado uso y direccionamiento estratégico permite la toma de decisiones a nivel gerencial dentro de la empresa limitando la “(…) mentalidad destructiva de los mercados en competencia” (Porter, 2008, pág. 2); y enfocarse en “(…) la productividad, eficacia, operacionalidad y competitividad por medio de las correctas técnicas de gestión” (Segal, 2013, pág. 83).
Desarrollo
Así y por lo expuesto dentro de la introducción, uno de los mayores beneficios de las estrategias empresariales se sustenta en la elección de actividades, lo que permite una ventaja competitiva y un mayor uso de los insumos dentro de la producción. Dentro de esta conceptualización, hace referencia a la frontera de productividad, la cual es “(…) la suma de las mejores y óptimas prácticas productivas por medio de la tecnología, habilidades del talento humano, gestión oportuna de los insumos, entre otros” (Porter, 2008, pág. 4); logrando una mejor eficacia operacional y maximizando los niveles de capacidad productiva dentro de la capacidad instalada.
No obstante, la eficacia operacional a nivel estratégico no permite una clara convergencia competitiva dado, que a mayor medida que las empresas se comparan y analizan en sus funciones ejecutadas en diferentes niveles asumen las estrategias de otras como propias; ganando en imitación y homogeneidad, pero perdiendo en innovación hacía en cliente. Por tanto, una eficacia operacional no es igual a un correcto manejo estratégico.
Así, Michael Porter propone a la estrategia competitiva como un accionar de ser distinto como empresa; dado que “(…) la mezcla única de valor genera un óptimo posicionamiento estratégico” (Porter, 2008, pág. 7), sustentado en el posicionamiento por variedad, posicionamiento por necesidades y el posicionamiento por acceso. Por ende, cualquiera que sea la forma de posicionamiento, necesita de la correcta aplicación de actividades “(…) hechas a la medida y diferentes a las emitidas por la competencia” (Porter, 2008, pág. 10).
Otras conceptualizaciones a nivel estratégico que referencia el autor son la ventaja competitiva y la sustentabilidad, las mismas que están referenciadas como actividades sistemáticas para lograr una mayor rentabilidad. Pero, que en forma previa a su instauración se debe considerar todos los criterios u opiniones del mercado como son: clientes, talento humano y accionistas. Dentro de lo cual, Michael Porter recomienda generar una posición estratégica “(…) apalancada en las actividades de la empresa y no en las características de la competencia” (Porter, 2008, pág. 13). Donde, el liderazgo y la toma de decisiones es el factor que gestiona la existencia entre la relación capacidad y disciplina de los miembros empresariales y que la misma pueda ser transmitida al cliente final.
Conclusiones
La estrategia empresarial no puede funcionar sin la correcta integración de cada uno de los componentes organizacionales, del mercado y competidores. Donde el papel de líder permite asumir los retos en forma estratégica con una visión hacia resultados exitosos sin buscar imitar en éxito de otra organización, sino ser un únicos y generar un valor agregado propio hacia los clientes.
Los sistemas de actividades empresariales deben estar apalancados en las estrategias propias de cada empresa hacia los clientes. Una organización que se enfoque en solo generar estrategias de competencia sustentadas en imitar está destinada a luchar por clientes fijos con gustos y preferencias estandarizados ya por una empresa previa. Pero, la apertura de bienes y servicios con distintos valores no presentes en un sector económico hace que se aperturen nuevos nichos de mercado y así poder maximizar los beneficios.
Los mandos altos o gerentes deben saber diferenciar entre la eficacia operativa y la estrategia. Si bien, ambas son claves, mantienen un orden distinto de aplicación. El no saber cómo implementar una eficacia operativa dentro de los procesos pertinentes en la empresa puede volver vulnerable a mismas, aún cuando posean un correcto conjunto de estrategias.
Bibliografía
Porter, M. (2008). ¿Qué es la estrategia? Estados Unidos: Harvard Business Review. Segal, M. (2013). Implementación organización de las estrategias de Michael Porter. México D.F.: Amperio ediciones académicas.