“La importancia de las abejas en el medio ambiente y su declive en la polinización mundial” PRAXIS, Consulting Introducción Dentro de la última década se ha determinado una importante caída de las abejas como entes polinizadores, el cual se ha convertido en un problema preocupante dado que de ellas depende en gran nivel la seguridad alimentaria y biodiversidad mundial. Esta caída incurre en múltiples factores, como son las actuales prácticas agrícolas y en forma directa el uso de plaguicidas peligrosos para las abejas. Entre las múltiples explicaciones que sustentan la importancia de estos insectos se encuentra el del beneficio ambiental en los cultivos que dependen de la polinización por parte de las abejas para subsistir y crecer. Estos efectos, según varios estudios estadounidenses y europeos como los emitidos por (Harris, 2012), (Zamora, 2013) y (Herbert, 2014), han demostrado tanto su importancia como la crisis actual que afecta a las abejas como medio de polinización, pero que a nivel ecuatoriano no existe un estudio de estas dimensiones hacia la agricultura. La polinización por abejas en Ecuador tiene una gran importancia socioeconómica y ambiental, ya que es considerada como una de las principales actividades pecuarias generadora del incremento de la agricultura nacional, dado que permite la expansión forestal y el enriquecimiento de la diversidad natural. Actualmente las abejas han pasado a un contexto netamente industrial al estar vinculadas a actividades únicamente como la producción de miel, polen, jalea real, propóleos, sin embargo, las abejas son fundamentales para un equilibrio del medio ambiente ya que al obtener el alimento de las flores fomentan en las plantas la capacidad de fecundarse. Lo anteriormente referenciado se conoce como polinización cruzada, la cual permite aumentan el rendimiento en los cultivos, favoreciendo al incremento de alimentos de origen vegetal, materia prima e insumos agropecuarios. En base de estos estudios previos surge el objetivo de dar a conocer cuál es el valor ambiental de la polinización por parte de las abejas a nivel mundial y su incidencia
dentro del contexto nacional, lo cual busca establecer el grado de vulnerabilidad de la agricultura ante la pérdida de las abejas y su situación actual. Desarrollo El impacto de las abejas El bienestar de la especie humana en el mundo se sostiene en base de las funciones proporcionadas por la naturaleza. Muchas veces se da por sentado que la polinización existe para nuestro beneficio, dejando de lado la idea original sobre la existencia de un sistema netamente natural que existe antes de la era del hombre y que es parte de los múltiples subsistemas de funcionamiento del planeta Tierra, que generar y autorregulan su funcionamiento como ecosistema. Gran parte de los alimentos que se consumen diariamente dependen en gran medida de la polinización entomófila: un servicio clave de las abejas y otros insectos, por medio del cual transportan con eficacia el polen de una flor a otra, pero que actualmente está en un proceso de crisis por la reducción poblacional de abejas, limitando la expansión ambiental y el desarrollo agrícola. Dentro de este contexto (Vela, 2012, pág. 56), manifiesta lo siguiente: “(…) aproximadamente un tercio de los cultivos que consumimos en los próximos 10 años tendrían que ser polinizados por otros medios o producirían una cantidad de alimento significativamente menor”. Además, dentro del contexto de la problemática (Pedrosa, 2014), expresa: “(…) una gran cantidad de la flora silvestre entre un 60 % y un 90 % precisa de la polinización por intermedio de animales para reproducirse y, por lo tanto, otros servicios ecológicos y los hábitats naturales que los proporcionan dependen también directa o indirectamente de los insectos polinizadores, de aquí la importancia de mantener un medio ambiente regulado y protegido no solo por el bienestar humano sino del planeta”. (Pág. 117)
Si bien el arroz, trigo, y maíz, son una gran parte de la dieta de las personas, los cuales se polinizan en su mayoría por el viento, y no parecen tan afectados por el declive de las
abejas. Los cultivos más nutritivos conformados por fruta, verduras y forrajes utilizados para la producción de carne y lácteos, se ven gravemente afectados por un descenso en las poblaciones de abejas a nivel mundial, dato ratificado por la (FAO, 2015). Gran parte de las plantas requiere polinización intermediada por animales para producir semillas y frutos. Solo unas pocas especies vegetales no pueden necesitar de la transferencia de polen de otras plantas para reproducirse. Pero de las especies vegetales que sí requieren de polen de plantas próximas para la producción de semillas y fruto, muchas podrían sufrir un impacto negativo cuando cambien los niveles de poblaciones de abejas. Incluso cuando no es un requisito esencial para su reproducción, muchas tienden a producir más semillas y frutos más grandes cuando las abejas transportan polen entre ellas. Para destacar el impacto de la polinización por abejas (Rhea, 2014), cita lo siguiente: “Algunas plantas comerciales, como las almendras o los arándanos, no producen fruto sin polinizadores. Para muchas, una flor bien polinizada contendrá más semillas, con mayor capacidad para germinar, lo que llevará a frutos más grandes y mejor formados. Una mejor polinización también puede reducir el tiempo entre la floración y la fructificación, lo que reduce el riesgo de exposición del fruto a plagas, enfermedades, mal tiempo, sustancias agroquímicas, y permite ahorrar agua.” (Pág. 90)
Según datos de la (FAO, 2015) un 88,6% de las plantas de florecimiento se polinizan gracias a animales, de las cuales el 75% aproximadamente requiere de abejas dentro de este proceso. Esto incluye tanto especies cultivadas como silvestres y subraya la importancia crucial de las abejas (como uno de los principales polinizadores globales) en el mantenimiento de la producción alimentaria y los ecosistemas de flora silvestre. La polinización por abejas presume un incremento en frutas o semillas en un 78% de los principales cultivos alimentarios en el mundo (FAO, 2015, pág. 19). El cálculo más reciente en contraste del beneficio ambiental con el beneficio económico de la polinización estima un total de 322 mil millones de dólares en productividad debida a polinización. Por supuesto, como en cualquier valoración de un servicio medio ambiental, si éste se ve comprometido, descenderá no solo impactando en su contribución productiva – económica sino en el efectos ambiental.
Factores que afectan a las abejas Para la (FAO, 2015, pág. 28) existe un acuerdo general sobre “(…) el hecho de que el descenso en las poblaciones de abejas y la merma de su salud global (colapso de colonias y otros fenómenos) son producto de múltiples factores, unos conocidos y otros no, que pueden actuar por separado o combinados”. De forma general, la disminución en el número de abejas puede deberse a tres factores: Abejas enfermas Dentro de este contexto (Herbert, 2014), refiere lo siguiente: “Las abejas cuentan con sus propios parásitos y enfermedades, que las debilitan y, a menudo, las matan. La mayor parte de dichos parásitos y enfermedades son especies invasivas que las abejas locales no pueden combatir mediante adaptación natural o inmunizándose a ellos. Las abejas enfermas o con parásitos pueden, a su vez, ser más vulnerables a otros factores, como una mala nutrición o la exposición a sustancias químicas tóxicas”. (Pág. 122)
Abejas hambrientas Las abejas se alimentan de flores, y a su vez las que son domesticadas reciben de los apicultores alimentos suplementarios, cuando es necesario, que complementa su nutrición, pero aun así necesitan flores para recolectar polen, su principal alimento y fuente de proteínas, alrededor de las colmenas. Cuando no hay suficientes flores durante la temporada de abejas, estas no pueden alimentarse ni alimentar a su progenie. Esto se debe a diversos factores, la mayoría relacionados con prácticas de agricultura industrial: herbicidas que reducen la diversidad de las plantas silvestres en las tierras de cultivo y alrededor; y la expansión de la agricultura eliminando los lindes de los campos, sus límites, los setos y demás, que mantienen la diversidad vegetal alrededor de las tierras cultivadas. A estos factores es pertinente mencionar el cambio climático que “modifica los patrones de floración y desplaza las importantes fuentes de alimento para las abejas de una zona
determinada o causar un “desplazamiento de las estaciones”, en el que la floración ya no coincida con el surgimiento de abejas en primavera”. (Vela, 2012, pág. 178) Abejas envenenadas Muchas flores, ubicadas cerca de las colmenas se contaminan a menudo con sustancias químicas, en su mayoría, plaguicidas. Dichos insecticidas, herbicidas y fungicidas se aplican a los cultivos para el consumo humano, pero llegan a las abejas a través del polen, el néctar, el aire o el agua y el suelo. Estos plaguicidas, por sí solos o en combinación, pueden ser tóxicos para las abejas. A corto plazo lo son de manera grave o en dosis bajas tener efectos crónicos que las debilitan y pueden llegar a matarlas (ver los apartados de más adelante). Formas para proteger a las abejas Las amenazas para las abejas son reales, significativas y complejas. Enfrentar todas de forma integrada es una tarea muy compleja, pero fundamental para la sostenibilidad del medio ambiente. Está claro que los principales factores que afectan hoy a la polinización de las abejas son los efectos negativos de la agricultura químicamente intensiva y las diferentes desencadenantes que se obtiene por este fenómeno. Así, convertir el sistema actual agrícola en uno que satisfaga tanto las ambiciones de protección medio ambiental como las necesidades globales de alimentación es una tarea de enormes proporciones, y requiere pasos seguros hacia una sólida visión a largo plazo. Uno de los más importantes será intentar evitar daños a los polinizadores eliminando su exposición a plaguicidas potencialmente tóxicos para las abejas. Al hacerlo, se protegerán directa e indirectamente componentes claves de los ecosistemas naturales y gestionados. A corto y medio plazo, hay asuntos específicos que la sociedad moderna puede abordar sin retraso por el bien de la salud global de las abejas. Los beneficios podrían ser evidentes casi de inmediato. Para lo cual y desde la perspectiva de la (FAO, 2015) se debe eliminar la exposición a plaguicidas potencialmente tóxicos, para las abejas en un paso fundamental para salvaguardarlas, sean silvestres o domesticadas, y proteger el alto valor ecológico de la polinización natural.
Además, se debe generar una concientización sobre el alto beneficio de todos los insectos polinizadores y como la sociedad no ha concebido una conciencia del daño que se da a esta especie, quienes más allá de realizar la polinización como parte de su vida son clave en la existencia de los productos alimenticios para los humanos. Si bien, generar un plan de cuidado para las abejas como elemento clave del medio ambiente puede ser muy difícil, es prioridad de las empresas productoras de químicos y feticidas en generar productos menos impactantes no solo para las abejas sino para cualquier especie que tengas contacto con ello. Y por otra parte el Estado debe salvaguardar el cuidado ambiental, controlando los químicos usados en las diferentes producciones agrícolas, lo cual de forma indirecta mejorará las condiciones de vida de las abejas, limitando el actual problema de reducción de la población de abejas a nivel mundial. Conclusiones •
El beneficio de la polinización por parte de las abejas es bastante alto en el mundo como para afectar seriamente las estrategias de conservación y las decisiones de uso del suelo si se tuviesen en cuenta estos valores. Las implicaciones de solución deben incluir desde proyectos de trabajo con agricultores locales que permitan una subsistencia sostenible, la reducción y uso de químicos en los procesos agrícolas, hasta promover la recuperación y conservación de los polinizadores en todo el mundo.
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Las políticas mundiales deben incorporar las evidencias científicas sobre los beneficios de las abejas en los sistemas polinizadores silvestres y los peligros que las amenazan.
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Se necesita acciones inmediatas para proteger la polinización por medio de políticas agrícolas como medio de fomento que protejan a las abejas. Además, se deben establecer a nivel mundial pero sobre todo en Latinoamérica normativas sobre el uso de sustancias potencialmente tóxicas para las abejas, que respeten rigurosamente el principio de precaución e incorporen las evidencias científicas actuales sobre los daños a las abejas, su vulnerabilidad y se amplíen, asimismo, la precaución a otros polinizadores silvestres, en vista de su papel crucial para el desarrollo agrario.
Bibliografía Harris, S. (2012). La polinización en Dallas. Estados Unidos: Harvard ediciones académicas. Herbert, C. (2014). Sistemas de polinización actuales y su crisis. Estados Unidos: Universidad de Dallas. Pedrosa, S. (2014). Los cultivos decrecientes mundiales. Colombia - Bogotá: Amperio ediciones. Rhea, S. (2014). La polinización ambiental. México D.F.: Kalas ediciones. Vela, N. (2012). Las abejas en el medio ambiente. México D.F.: Quetzalt ediciones. Zamora, V. (2013). España y sus problemas agrícolas por la carente polinización. Madrid - España: Universidad Complutense de Madrid.