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LA INFLUENCIA DEL TERRENO Y CONDICIONES METEOROLÓGICAS DURANTE LA GUERRA DEL YOM KIPUR The influence of the land and meteorological conditions during the Yom Kipur War Resumen: La Guerra de Yom Kipur, fue iniciada por Egipto y Siria el 6 de octubre de 1973, en el día sagrado judío de Yom Kipur y durante el Ramadán, el mes de ayuno en el Islam, y continuó hasta el 26 de octubre de 1973 contra el territorio de Israel. Dentro del contexto estratégico el terreno (Altos del Golán) y las condiciones meteorológicas sobre las altas y bajas temperaturas desarrolladas durante el día y la noche, combinado con las tormentas de arenas y días despejados sobre grandes planicies que dejaban visible al enemigo, determinaron el éxito dentro de la guerra para Israel y como a nivel de la estrategia dichos factores deben ser altamente considerados previos a la emisión y movimiento de acciones militares. Palabras claves: Terreno, meteorología, Yom Kippur, guerra, influencia. Abstract: The Yom Kippur War was initiated by Egypt and Syria on 6 October 1973, on the Jewish holy day of Yom Kippur and during Ramadan, the month of fasting in Islam, and continued until October 26, 1973 against the territory of Israel. Within the strategic context of the terrain (Golan Heights) and the meteorological conditions on the high and low temperatures developed during the day and night, combined with the storms of the sands and the clear days on the great plains that left visible to the enemy, determined success within the war for Israel and as a level of strategy. Keywords: Land, meteorology, Yom Kippur, war, influence. SUMARIO: INTRODUCCIÓN, DESARROLLO, CONFIGURACIÓN OPERACIONAL, CONCLUSIONES, BIBLIOGRAFÍA.
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1. INTRODUCCIÓN La Guerra de Yom Kipur, también llamada Guerra de octubre, Guerra del Ramadán o la Cuarta Guerra Árabe-Israelí, fue iniciada por Egipto y Siria el 6 de octubre de 1973, en el día sagrado judío de Yom Kipur y durante el Ramadán, el mes de ayuno en el Islam, y continuó hasta el 26 de octubre de 1973. “La misma que se desarrolló durante la confrontación indirecta existente entre Estados Unidos y la Unión Soviética más sus respectivos aliados” (Wiltong, 2014, pág. 93). En la tarde del 6 de octubre, Israel fue atacado simultáneamente en dos frentes por Egipto y Siria. Con el elemento de sorpresa a su favor, las fuerzas egipcias cruzaron con éxito el Canal de Suez con mayor facilidad de lo esperado, sufriendo sólo una fracción de las bajas previstas, mientras que las fuerzas sirias lograron lanzar su ofensiva contra las posiciones israelíes y atravesar los Altos del Golán. Ante esto cinco divisiones de infantería de los egipcios cruzaron en botes el Canal de Suez mientras que el Ejército sirio se direccionaba a los Altos del Golán para mantener la visión sobre el terreno desértico. Así, la intensidad del asalto egipcio y sirio, tan diferente de la situación en 1967 (Guerra de los Seis Días), comenzó rápidamente a agotar las reservas de municiones de Israel. La primera ministra de Israel, Golda Meir, se dirigió a Estados Unidos en busca de ayuda, mientras que el personal general israelí improvisó a toda prisa una estrategia de batalla. La renuencia de los Estados Unidos a ayudar a Israel cambió rápidamente cuando la Unión Soviética comenzó su propio esfuerzo de reabastecimiento hacia Egipto y Siria. Por su parte, Richard Nixon “contrarrestó el establecimiento de una línea de suministro de emergencia a Israel, a pesar de que los países árabes impusieron un costoso embargo petrolero y varios aliados estadounidenses se negaron a facilitar los envíos de armas” (Skerret, 2016, pág. 287). Con refuerzos en el camino, las Fuerzas de Defensa de Israel rápidamente cambiaron la corriente. Israel logró desactivar porciones de las defensas aéreas egipcias, lo que permitió a las fuerzas israelíes comandadas por el general Ariel Sharon cruzar el Canal de Suez y rodear al tercer ejército egipcio. “En el frente del Golán, las tropas israelíes, a gran costo, repelieron a los sirios y avanzaron hasta el borde de la meseta del Golán en el camino de Damasco” (Hills, 2013, pág. 318). El 22 de octubre, el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas aprobó la resolución 338, en la que se pedía que se pusieran fin de inmediato a los combates; a pesar de
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esto y, sin embargo, las hostilidades continuaron por varios días después y finalmente cesaron el 26 de octubre. Israel y Egipto firmaron un acuerdo de cesación del fuego en noviembre y acuerdos de paz el 18 de enero de 1974. Los acuerdos previeron la retirada de Israel al Sinaí al oeste de los pasos de Mitla y Gidi, mientras que Egipto reduciría el tamaño de sus fuerzas en el este paso del canal. Una fuerza de mantenimiento de la paz de las Naciones Unidas (ONU) estableció una zona de amortiguación entre los dos ejércitos. Este acuerdo fue complementado por otro, firmado el 4 de septiembre de 1975. El 31 de mayo de 1974, “Israel y Siria firmaron un acuerdo de cese al fuego que también abarcaba la separación de sus fuerzas por una zona de amortiguación de la ONU y el intercambio de prisioneros de guerra, determinando que en junio se levantara el embargo de petróleo” (Jarrín, 2016, pág. 105). Ante esto (Garrido, 2015), expone: Con bajas significativas y grandes cantidades de equipo militar inhabilitado o destruido, la guerra resultó costosa para Israel, Egipto y Siria. Sin embargo, aunque Egipto no ganó la guerra en ningún sentido militar, sus éxitos iniciales en octubre de 1973 permitieron que el presidente Anwar el-Sādāt declarara a la guerra una victoria egipcia y buscara una paz honorable (Pág. 188).
Pero dentro del presente ensayo, se busca analizar la influencia del terreno y condiciones meteorológicas durante la Guerra del Yom Kipur y como esta, a nivel estratégico fueron predominantes sobre todo y de acuerdo al aspecto desértico donde se ejecutaron. 2. DESARROLLO 2.1. Configuración operacional El objetivo militar sirio en la guerra fue posicionarse en los imponentes Altos del Golán debido a la influencia del terreno. El Golán ofrece una vista dominante de Israel y Siria, y es el terreno más dominante en la zona. Desde el Golán, la artillería siria sería capaz de disparar profundamente en el corazón agrícola de Israel sin mayor inconveniente. Así, “la principal línea de defensa israelí en la frontera se tomaría junto con la ventaja inherente del terreno” (Portero, 2012, pág. 97). Del mismo modo durante el conflicto se eliminaría el principal puesto de guerra electrónica de Israel en el Hermón. Llamados “los ojos de Israel” (Friedtron, 2016, pág. 266), los israelíes -4-
eran desde este punto de vista capaz de ver desde Haifa en el Oriente a Damasco en el oeste. Esto ofrecía no sólo una excelente observación del terreno, sino también un lugar natural para los equipos de radar y otros componentes electrónicos sensibles. Los sirios se vieron seriamente obstaculizados en su planificación por la sumisión de los planificadores egipcios. El plan original de Siria para la operación AI-Owda era generar ataques en la madrugada con un bombardeo de objetivos israelíes fuera del Golán excepto para sitios selectos en el valle del río Jordán debido a que de esta fuente se proveían de recursos hídricos todos los bandos. Los sirios imaginaron volver a tomar el Golán en 48 horas, efectivamente un día de batalla alargado y difícil, muy por debajo de la guerra total que los sirios creían que indignaría al liderazgo israelí. Pero la alianza con Egipto obligó a Siria a “trasladar su ataque a mediados de la tarde en su mayoría se debía a que las tormentas de arena eran menores y se podía divisar de mejor forma a los objetivos” (Pastrano, 2016, pág. 83). No sólo eso, sino que los egipcios proporcionaban sólo cinco días de aviso en cuanto a la fecha del ataque en sí; esto se debe desde la perspectiva de (Diller, 2014) a lo siguiente: Durante el desarrollo bélico los factores climatológicos fueron relevantes dado que las tormentas de arena eran impredecibles por la tecnología, pero se aprovechaba las bajas temperaturas de la noche y la reducción de las tormentas de arena para generar las estrategias de ataque (Pág. 166).
Mientras el ministro sirio durante la guerra había confiado en el éxito de AI-Owda, había mucha menos confianza en el plan egipcio para la operación Badhr. Los consejeros soviéticos ofrecieron a los sirios que los israelíes aplastaran cualquier intento de los egipcios de cruzar el Suez en menos de una hora, dejando a los sirios para enfrentarse a la totalidad del ejército israelí. Así, el objetivo de Badhr para el presidente sirio era evitar la derrota y salvaguardar el régimen de Assad contra golpes de Estado y otras amenazas en lugar del objetivo de Al-Owda de capturar el Golán. De hecho, las consideraciones de planificación relativas a la protección del régimen de Assad afectarían profundamente el logro futuro del objetivo militar sirio. El plan Al-Owda había pedido aislar al Golán de los refuerzos, para de esta forma interrumpir las instalaciones de apoyo y de mando, y el derrocamiento de las posiciones israelíes en el Golán antes de que pudieran ser fortalecidos.
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Ante esto, el plan Badhr perdió algunos de estos aspectos. Mientras que Al-Owda incluyó una infiltración antes del amanecer de los comandos sirios para capturar los mensajes de la guerra electrónica israelí, lo cual; el plan estratégico de Badhr carecía de este aspecto; según (Jeremies, 2016, pág. 206) dicho ataque se dio en la madrugada debido a que según el personal estratégico había percibido ese día un conjunto de tormentas que impedirán cualquier movilización de tropas y mantendrían a la contraparte sin pensar en alguna acción militar a ejecutarse durante ese día. Los cinco batallones de élite del 1er Grupo de Comandos, junto con una brigada de hombres, las unidades de elite que poseía Siria, se perdieron en el cambio a Badhr que incluyó la decisión de retener algunas de las mejores tropas en Damasco como un resguardo ante contrataques militares. El resto de esta brigada que comprendía la “Guardia de Assad” eran las brigadas de tanques 70 y 81 bajo el mando del hermano de Assad, el coronel Rifat Assad. Sin embargo, la operación siria se planificó meticulosamente en consonancia con la táctica soviética de ataque de varios escalones salvaguardada en los informes meteorológicos. Después de golpear inicialmente a Israel, el primer escalón aseguraría las brechas cruciales de Rafid y Kuneitra y permitiría al segundo escalón continuar el ataque al resto del Golán. Con la lucha principal hacia el final del primer día, el segundo día permitiría a estas mismas fuerzas barrer hacia el sur, eliminando cualquier otra resistencia. “El Golán estaría más seguro en la hora 30 de la batalla” (Jeremies, 2016, pág. 183). Por su parte las fuerzas egipcias atrás de la primera línea paralela al canal de Suez generaron un conjunto de fortificaciones de 8 kilómetros tras el canal, construidos sobre dunas de arena, donde el uso de agua impediría el paso de las tropas israelí. Para sacar ventaja del obstáculo del agua, los israelíes instalaron un sistema de tuberías bajo el agua para bombear crudo inflamable en el canal y crear una cortina de llamas. Algunas fuentes israelíes dicen que el sistema no era de confianza y que sólo unos pocos surtidores eran operacionales. A pesar de ello, los egipcios se tomaban esta amenaza muy en serio y, la víspera de la guerra, durante la tarde noche del 5 de octubre, equipos de submarinistas egipcios bloquearon con cemento las salidas bajo el agua. Esto se complementaria mediante el uso de las fuerzas de infantería, tanques y artillería en concierto. La infantería y las fuerzas armadas avanzarían bajo la cubierta de un fuego de artillería fuertemente concentrado y masivo. Las brigadas de la infantería entonces -6-
engancharían las filas delanteras del enemigo, permitiendo que sus batallones orgánicos de tanques pasaran a través de ellos y acoplaran al enemigo. Los Comandos del norte planean combatir la invasión dependiendo de dos suposiciones clave. Primero: que habría suficiente advertencia para movilizar el sesenta por ciento del ejército de la nación acorde a un buen clima estimado por los expertos. Segundo: que la fuerza aérea pudiera derrotar con éxito cualquier avance árabe hecho. El objetivo operativo israelí era rechazar a los sirios mientras mantenía su frontera en su posición actual tan pronto como fuera posible. Esta necesidad de conveniencia fue agudizada por la lucha simultánea que tuvo lugar en el Sinaí, visto como la amenaza inmediata a Israel. Los israelíes estaban plagados de exceso de confianza en sus capacidades. Las derrotas que habían humillado a los árabes también habían fortalecido la resolución de los enemigos de Israel. Los comandantes israelíes, mientras tanto, se burlaban de la idea de tener sólo dos días de advertencia para movilizarse para la guerra, esperando cinco o seis de la calidad de su inteligencia. La totalidad del ataque, tal como fue adoptada por el comandante del Ejército Israelí y el Jefe Adjunto del Estado Mayor, el Teniente General Tal, había sobrepasado en efecto la doctrina de la guerra de armas combinadas. Gran parte de lo que se invirtió en tanques y tecnología de tanques con fondos sifonados de los sistemas de armas de infantería como las municiones antitanques más avanzadas. Se convirtió en el pensamiento prevaleciente en el ejército israelí que la artillería podía estar sola en la guerra del desierto donde la visibilidad era excelente y la cobertura y la ocultación escasa. La fuerza aérea también se volvió excesivamente confiada. Así, el teniente General Elezar, el jefe de gabinete del primer ministro, minimizó la amenaza que representaban para los aviones israelíes las capacidades antiaéreas de Siria, afirmando que la fuerza aérea podría cuidar de ellos. El general Zeira, ministro israelí de Inteligencia Militar, llegó a decir: “No habrá otra guerra por diez años” (Hills, 2013, pág. 72), apenas ocho días antes de los ataques. Para el 24 de octubre, los israelíes habían mejorado sus posiciones considerablemente y completado su cerco ante el tercer ejército egipcio y tomando la ciudad de Suez. Este acontecimiento condujo a tensiones entre Estados Unidos y la Unión Soviética. Como resultado, un segundo alto el fuego se impuso de manera cooperativa el 25 de octubre para poner fin a la guerra, donde el Ejército israelí aprovecho un clima despejado en el desierto y el -7-
combate directo marco la supremacía ante Israel al contener un cuerpo de artillería mejor conformado a nivel de unidades, tecnología y unidades. 3. CONCLUSIONES La Guerra de Yom Kipur es un evento bélico donde la influencia del terreno (Altos del Golán), era clave para poder tener una visión sobre el desierto, que de acuerdo a su composición geográfica de ser un espacio plano y solo interrumpido por algunas dunas permite una mayor visibilidad del enemigo. Combinado con los factores meteorológicos que influyen en el mismo como son las tormentas de arena, las temperaturas altas en el día y las frías noches, hace que múltiples estrategias de acción militar dependan de dichas circunstancias. Volviendo al terreno y a las condiciones meteorológicas factores influyentes en los resultados de éxito para Israel.
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4. BIBLIOGRAFÍA Diller, B. (2014). La Guerra de Yom Kipur. Estados Unidos: Moverly ediciones militares. Friedtron, A. (2016). Análisis de la guerra de Yom Kipur. Estados Unidos: Lorex jewish ediciones militares. Garrido, A. (2015). Cronologías de eventos militares. México D.F.: Atlas ediciones militares. Hills, E. (2013). Yom Kipur y su impacto militar. Estados Unidos: Palermis ediciones. Jarrín, F. (2016). Analisis de eventos militares internacionales. México D.F.: Edding ediciones. Jeremies, J. (2016). Yom Kipur y sus efectos políticos vs militares. Estados Unidos: Army secrets ediciones. Pastrano, A. (2016). Yon Kipur y su relevancia militar. Estados Unidos: Palensis ediciones académicas y militares. Portero, B. (2012). La Guerra de Yom Kipur. Estados Unidos: Kloser ediciones. Skerret, P. (2016). Yom Kipur y su impacto militar moderno. Estados Unidos: Queen ediciones. Wiltong, A. (2014). La Guerra de Yom Kipur y su análisis. Londres - Inglaterra: Atlantis ediciones militares.
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