“Ley Orgánica para el Equilibrio de las Finanzas Públicas y Ley de Contribución Solidaria y Corresponsabilidad Ciudadana ante el impacto redistributivo ecuatoriano” PRAXIS, Consulting Introducción En el proyecto de reforma tributaria con carácter urgente determinado como “Ley Orgánica para el Equilibrio de las Finanzas Públicas” (SRI, 2016), emitido a la Asamblea Nacional el 30 de marzo y con fecha de vigencia al 1 de mayo de 2016, entre sus líneas principales busca la reducción a 1.098 dólares en efectivo como límite a transportar un viajero al exterior, con relación a los 11.170 dólares aceptados hasta antes de dicha reforma, lo cual se rige a so pena de detección por el SRI y otros entes de control. Así, quien salga de Ecuador con un monto mayor al indicado, será sujeto a una multa equivalente al 50% sobre el valor pretendido sin declaración. Dicha propuesta se enfoca en evitar la salida de recursos económicos al extranjero y resta de circulante nacional. Además, se propuso y en estado de vigencia la elevación de los impuestos a las bebidas alcohólicas (75% por litro de alcohol puro, ad valorem), azucaradas (10% ad valorem) y cigarrillos 0,1396 por unidad) lo cual y según el experto tributario (Vela, 2016, pág. 2), incrementaría el contrabando en los procesos de importación; para lo cual el gobierno deberá controlar en mejor forma el sistema ilegal, redoblando esfuerzos en el Servicio de Vigilancia Aduanera, Policía, y Fuerzas Armadas con controles en las carreteras, puertos, aeropuertos y cruces fronterizos. Dentro de este punto (Silva, 2016, pág. 19), refiere: “La última vez que ocurrió un alza de impuestos a los productos importados, los controles fueron poco efectivos, porque para nadie es desconocido que en el mercado se oferta a precios mucho menores a los oficiales, whisky, perfumes y productos de marcas internacionales de prestigio”.
Lo cual destaca en primera instancia uno de los conflictos a generarse con el contrabando, pero desde la perspectiva estatal se busca con este medio recaudar en
promedio 844 millones de dólares, lo cual tributariamente hablando es un buen recurso para las arcas nacionales. La reforma tributaria también busca incentivar el uso del dinero electrónico mediante la devolución de hasta 2 puntos en el IVA pagado por transacciones formales empresariales, o también con tarjetas de crédito o débito, lo cual expresa claramente que el gobierno busca limitar la salida de capital y mantener liquidez pero, sobre todo circulante dentro de las fronteras nacionales ratificando la concepción del tributo hacia la salida de capitales expuesto en el inicio de este ensayo. Es pertinente mencionar que dicho sistema se encuentra vigente de forma oficial desde el 20 de marzo del año pasado, y que actualmente mantiene múltiples dudas tanto en analistas privados como en el sector público, dado que expresa una falta de claridad sobre el papel de intervención por parte el Banco Central del Ecuador (BCE), además, porque el reglamento actual de aplicación tiene plazo para entrar en vigencia el 20 de septiembre de 2016 y muchas empresas consideran; como refiere (Barreiro, 2016, pág. 6), “…aún las reglas no están muy claras para las empresas, dado que existe ambigüedad en el plan de control y guía del BCE”. Además, lo anteriormente expuesto dio pie a la “Ley de Contribución Solidaria y Corresponsabilidad Ciudadana por las Afectaciones del terremoto”, que después del efecto telúrico registrado el 16 de abril de 2016, busca en su parte esencial pasar del 12% al 14% de Impuesto al Valor Agregado (IVA), más un conjunto de contribuciones solidarias basándose en una meta gubernamental de recaudar en promedio para el 2016 cerca de 1.090 millones de dólares (con las tres contribuciones solidarias sobre los sueldos de más de $ 1.000 por una sola vez ($ 50 millones), el 3% adicional del impuesto a la renta a las utilidades ($ 340 millones) por una sola vez, y el patrimonio de más de un millón de dólares ($ 110 millones) y, el alza de dos puntos al impuesto al valor agregado (IVA) del 12% al 14% por un año ($ 750 millones)). Pero dentro de esta misma línea varios expertos como (Guevara, 2016, pág. 8), manifiesta que el 2016 tendrá una caída en la recaudación de este impuesto (refiriéndose al IVA), lo cual desde su experiencia y ya tomando en cuenta el incremento, la recaudación será de 6.300 millones de dólares, menor en un 3% aproximadamente al
año 2015 que fue de 6.500 millones. Debido principalmente a factores socioeconómicos como el incremento de la tasa desempleo, pérdida de capacidad adquisitiva del ecuatoriano, restricción de la inversión extranjera y animadversión a incrementar el gasto familiar motivado por la potencial idea de una economía en contracción. Desarrollo El analista (Acosta, 2016, pág. 4), expresa que el incremento del IVA al 14% sólo significa una cosa: “millones menos en los bolsillos de los ecuatorianos, y esos recursos pasarán al sector público”. Denotando también que la contracción económica del Ecuador no es un espejismo sino que hace más de un año y medio se lo puede percibir en forma directa por los ciudadanos, además que los indicadores macroeconómicos como el Producto Interno Bruto (PIB) lo confirman. Las implicaciones para Alberto Acosta desde una perspectiva de mercado solo significan menos ventas, menos actividad económica y por ende menos ingresos a los hogares, desestabilizando en mayor forma la economía nacional. El investigador (Acosta, 2016), menciona también lo siguiente: “Se encarece el costo de la vida, cuestan más los productos que pagan IVA, más recursos salen del bolsillo de la gente y eso implica que las personas comprarán menos, al comprar menos son menos ventas para las empresas y negocios y si estos venden menos recortan gastos mediante la reducción del empleo. Finalmente afecta”
Así, las medidas emergentes a las que recurre el presidente Ec. Rafael Correa demuestran lo poco preparado económica y socialmente hablando para un fenómeno natural de esta índole. Si bien, el gobierno nacional maneja un fondo de contingencia de 600 millones de dólares, ante el impacto del terremoto fueron insuficientes y el gobierno denotó claramente que no estaba preparado; y en busca de una solución oportuna pero breve hace que los ciudadanos sean quienes paguen por una política poco provisoria. Considerando inconcebible la idea de no tener un mayor recurso económico, a sabiendas que el país tiene un alto nivel riesgos por su geografía por medio de: terremotos, volcanes, fenómeno del niño, etc.
Dentro de una línea similar al autor (Acosta, 2016), el director ejecutivo de la Cámara de Comercio de Quito (CCQ) (Peñaherrera, 2016, pág. 12), refiere lo siguiente: “…lo que necesita el país es reconstruirse en su economía y aparato productivo y la restricción a las actividades productivas que son las que generan la riqueza del país es aumentando el IVA. No debe confundirse la solidaridad con alza de impuestos”.
Dentro de su opinión, el incremento de este impuesto contraerá más el comercio y, afectando también a las personas de ingresos bajos dado que tendrán que pagar un 2% más sobre sus compras que de hecho ya son limitas en función de la Canasta Básica Familiar. Para (Peñaherrera, 2016), dentro de un contexto lógico se debe buscar la activación productiva y mas no su limitación con más tributos que desestimen el consumo, la producción y por ende la reducción de fuentes de empleo. Así lo refleja en el siguiente comentario: “Ecuador requiere incentivar el consumo para que se origine un círculo virtuoso de aumento de las ventas, producción, empleo y consecuentemente pago de impuesto a la renta de las empresas, al momento que se imponen impuestos al consumo sucederá exactamente lo contrario, proceso que desencadenará en una situación económica aún más complicada” (Peñaherrera, 2016, pág. 9).
Lo referido por los dos anteriores autores más el conocimiento crítico aquí emitido expresa que el incremento porcentual del IVA no necesariamente, aunque inicialmente se puede creer que sí, implicará un aumento en la recaudación. Si bien, en una situación económica normal del Ecuador, el aumento de tarifa sí produciría un aumento en la recaudación, la actual presencia de una potencial crisis más bien afecta al consumo y todos los sectores vinculados. Por lo tanto, con un menor nivel de consumo, existen menos transacciones gravadas con el IVA y, aunque se suba el impuesto, no necesariamente el nivel de recaudación tributaria se incremente. Además se debe considerar otro factor fundamental, el tiempo de implementación de este incremento, donde y en palabras del presidente Ec. Rafael Correa la medida es temporal; pero por experiencia en otros países como Chile y Colombia una vez incrementado el IVA, los gobiernos deciden mantenerlo indefinidamente.
Por tanto, es necesario tomar medidas para afrontar la situación trágica que está sucediendo en la costa ecuatoriana a causa del terremoto, pero lamentablemente las decisiones previas del actual régimen, como la eliminación de los fondos de emergencia y el mal manejo de los ingresos estatales referidos mayormente al gasto corriente nacional ha demostrado que siempre es necesario tener un fondo al cual recurrir en casos no previstos o con mayor importancia ser austeros y precavidos en momentos de bonanza. Ahora para poder completar y enfrentar la emergencia nacional también se está recurriendo al endeudamiento internacional en cual ya antes de esta problemática era sumamente intrigante por el alto nivel ya referido (65.000 millones de dólares aproximadamente) (BCE, 2016) y que de acuerdo a lo estimado puede crecer un 15% a 20% en los próximos 6 meses, volviéndose simplemente intratable para la economía del país. Conclusiones •
La reducción de recursos en la caja fiscal es notable, debido a la baja del precio del petróleo y de la apreciación del dólar, lo cual es externo e independiente del mercado, pero el inconveniente se centra, en el pobre resguardo económico que se tuvo en periodos de abundancia económica petrolera, vinculadas al sobre gasto nacional. Este es uno de los principales efectos que han ayudado a no cubrir de buena forma la crisis actual por el terremoto en la zona costera ecuatoriana.
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El incremento del IVA, si bien en un sentido teórico garantiza el incremento de los ingresos tributarios, tienen más efectos negativos que positivos, para lo cual la Asamblea Nacional y la Comisión Económica deben enfocar bien su análisis sin dejar de lado el impacto tanto público como privado.
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El Estado ecuatoriano, debe también tome medidas para reducir el gasto nacional, entre ellas buscar la reducción del gasto corriente generado por el alto aparataje burocrático, disminuir rubros de prensa, espacios publicitarios, gastos en las concentraciones masivas “sabatinas” y reestructuras instituciones que por
el momento no tienen mayor interĂŠs estratĂŠgico como la secretaria del Buen Vivir.
BIBLIOGRAFÍA Acosta, A. (2016). Análisis del incremento del IVA. Quito - Ecuador: Flacso. Barreiro, G. (2016). Critica a la reforma tributaria. Quito - Ecuador: El Comercio. BCE. (2016). Indicadores macroeconómicos. Quito - Ecuador: BCE. Guevara, P. (2016). Consultora de Fidesburó. Quito - Ecuador: Fidesburó. Peñaherrera, B. (2016). Analisis profesional sobre el IVA. Quito Ecuador: CCQ. Silva, S. (2016). Sistemas tributarios nacionales. Quito - Ecuador: Ciespal. SRI. (2016). Ley orgánica para el equilibrio de las finanzas públicas. Quito - Ecuador: SRI ediciones. Vela, C. (2016). Crítica a la reforma tributaria. Quito - Ecuador: Flacso.