1
2
“Los perjuicios sociales de la industria de alimentos mundial” Praxis Capital Introducción En la actualidad, la alimentación mundial se ha vuelto un asunto que ha logrado colocarse en varias agendas de los Estados, dentro de la cual más allá de determinar los niveles de satisfacción y cumplimiento alimentario, las patologías se han enmarcado como uno de las problemáticas derivadas más relevantes por la mala gestión estatal alimenticia y sus respectivos escasos controles sanitarios y nutricionistas; así, el índice de obesidad es un indicador que alcanzado niveles alarmante y que hoy en día exige una intervención de parte de la salud publica en forma urgente. Uno de estos países con el mayor rango de obesidad a nivel mundial es Estados Unidos, siendo este país la cuna del “consumismo exponencial” (Segal, 2015, pág. 84); así que hoy en día no es de sorprenderse que la adquisición de comida chatarra se haya incrementado drásticamente durante los años precedentes, llegando para el siglo XXI, la obesidad a convertirse como una enfermedad preocupante ya no sólo desde la directriz nutricionista, sino también desde la función médica, social y política. Esta problemática se ha llegado a plasmar en varios artículos académicos, noticias y estudios académicos acerca de la salud; inclusive la misma televisión y documentales afines a encontrado un gran interés en tratar dicho tema de una forma más clara y sociable para que los ciudadanos entiendan la gravedad de dicho tema. Uno de estos medios de información en forma masiva ha sido el documental “Fed Up”, el cual su objetivo principal es presentar el gran problema de la obesidad en Estados Unidos, sobre todo en niños que a nivel estadístico ha sido alarmante porque varios nutricionistas y médicos no han logrado encontrar un medio para enfrentar enfermedades como la Diabetes tipo 1 que habían sido propio y sólo en adultos hasta los años 90´s , y que ahora son afecciones que se encuentra comúnmente en niños de 12 o 14 años.
3
Esta difícil situación ha sido el resultado de la gran producción de comida chatarra en el mercado de Estados Unidos, donde ha sido muy poco o nada regulado por parte del gobierno las diferentes actividades de las empresas productoras de este tipo de comida y peor aún regularizar los métodos y materias primas usadas en la producción de los mismos. Esta carente seguridad o control del lobby empresarial se ha limitado en función que a la fecha existe una clara relación de protección entre las grandes productoras de comida y el gobierno. Demostrando así, que los intereses de las grandes corporaciones han llegado a primar sobre el bienestar de la población estadounidense. Por tanto, el presente ensayo busca dilucidar las situaciones por la cual las grandes corporaciones alimenticias han logrado que el problema de obesidad en Estados Unidos se logre agravar y dentro del mismo, diferentes profesionales denotan que ya no sólo se trata de un problema cultural sobre una correcta alimentación como hasta la fecha se idealizaba, sino que el Estado debe intervenir en dichas empresas multinacionales de productos de consumo masivo para salvaguardar el derecho a la salud de los ciudadanos. Desarrollo Dentro del documental referenciado es necesario puntualizar el problema del abastecimiento de alimentos en las escuelas públicas de Estados Unidos que se ha dado por las reducciones presupuestarias para el abastecimiento de alimentos en las cafeterías. Así, debido a la gran preocupación por encontrar fondos y productos para el abastecimiento de alimentos en las cafeterías, varias escuelas públicas se han visto obligadas a firmar contratos perjudiciales con varias empresas de comida chatarra para lograr el abastecimiento necesario para todos los estudiantes. De acuerdo al documental “Fed up” (2014) por lo menos el 50% de las escuelas públicas sirven comida chatarra en sus cafeterías. Una de las industrias que ha logrado sacar más provecho en las escuelas públicas han sido las empresas de bebidas azucaradas, Coca Cola y Pepsi Co., las mismas que han logrado firmar contratos conocidos como “pouring rights” donde, al aceptar dichos productos reciben por parte de las empresas donación económicas para apoyar el desarrollo educativo; sin embargo el monto percibido por las escuelas es significativamente menor que lo recibido por las
4
compañías al poder colocar sus productos en el interior de dichas escuelas. Dentro de esta conceptualización (Simon, 2006, pág. 5); expone: (…) muchas veces el monto de dinero que reciben las escuelas depende del monto de dinero que la venta de las sodas genera en estas instituciones, lo cual llega a darse una situación de conflicto de intereses entre la salud y el ingreso de dinero que reciben las grandes corporaciones de soda antes mencionadas. Así, en forma general la escuela está pagando a las empresas de gaseosas por contaminar con azúcar a sus estudiantes.
Esta situación demuestra la escasa regulación o control por parte del gobierno logrando que la obesidad infantil se dispare en Estados Unidos llegando a superar a varios países como Canadá que para el año 2012, llego tan solo al 13% de niños obesos mientras que en Estados Unidos los rangos de obesidad llegaron al 17.5% (CNN, 2015). Este alarmante rango de obesidad en el país anglosajón muestra claramente que los niños son los más vulnerables y muy poco se está haciendo en las instituciones públicas para controlar este grave índice de obesidad infantil. Durante los años 70 hasta la actualidad se ha ido fomentando la idea en Estados Unidos que es necesario una buena dieta y ejercicio para que la gente baje de peso, y que los productos no son el problema sino la escasa cultura de ejercitarse en forma constante. Sin embargo, en Estados Unidos el problema va más allá del mantra que se ha creado y que varias personas han fomentado como imagen de solución en dicha relación dieta - ejercicio. Sino, que los mismos alimentos no son sanos desde su fabricación y la problemática no sólo se direcciona a nivel de las calorías que tiene un producto y como una persona por medio del ejercicio las puede quemas; sino que las calorías en función del producto que las contiene puede no solo impactar en la obesidad sino en diferentes daños fisiológicos y patológicos. Uno de los elementos dinamizadores de dicha problemática es el ambiente en el que se vive en Estados Unidos, es decir, un ambiente consumista tan saturado de publicidad sobre todo de productos de comida chatarra y bebidas azucaradas, donde las grandes corporaciones buscan meterse en la mente del consumidor desde tempranas edades con el objetivo de incrementar los ingresos de los productos, logrado que la obesidad se convierta en un tema crucial en la sociedad estadounidense y que lastimosamente ha llegado a considerarse como normal. Es así, que a nivel familiar
5
como refiere el presente documental, tener una persona con problemas de obesidad o diabetes desde temprana edad no genera ninguna alarma más allá de la discriminatoria por parte de la sociedad. Esta elevada tendencia de publicidad continua se pudo observar en el año 2004, cuando el gobierno “(…) busco regular la propaganda de la comida chatarra, pero la industria de alimentos contra ataco impidiendo que esta regulación se vuelva realidad, al dilucidar que se oponía dicha regularización sobre la libertad de expresión referida en la Constitución estadounidense” (Soechtig, 2004, pág. 167). Debido a que no hay nada de regulación en cuanto a la publicidad, las industrias millonarias de alimentos que ayudan al incremento de obesidad pueden acentuar su dominio en el ambiente estadounidense por medio de la creación de nuevas tácticas publicitarias que permitirá entrar a la psique de la población logrando un mayor nivel de consumo. Discusión A modo ejemplo, una de las tácticas más utilizadas es el “product placement” que consiste en la apuesta por películas o series para posicionar el producto en el público, se pudo evidenciar esta táctica históricamente cuando “(…) los chocolates Reese’s utilizaron la película E.T. para hacer publicidad, la cual, logró aumentar sus ventas en un 65% a los tres meses del estreno del film” (Insight, 2016, pág. 56). Este incremento de publicidad masiva en la vida de los estadounidenses muestra que es un ambiente en el que el consumo se muestra a flor de piel, logrando varios problemas sociales como médicos (en este caso la obesidad y varias enfermedades que se dan a consecuencia de la obesidad); ante el cual el gobierno se ve imposibilitado de actuar debido a la tradición norteamericana para evitar a toda costa la intromisión del gobierno en la propiedad privada empresarial y en la libre decisión de las personas sobre lo que consumen. La fortaleza del lobby que tienen las industrias alimenticias en el gobierno norteamericano es alarmante, a tal punto de impedir que varias leyes se lleguen a aprobar en la Cámara de Representantes con el fin de proteger la salud del consumidor.
6
Para entender la influencia de la industria alimenticia en la política estadounidense, es necesario entender que es un lobby, el mismo que se define como: Una forma de negociar e influir en los centros de las decisiones políticas y económicas, tanto del país como aquellos otros en los cuales actúa una empresa, con el propósito de (…) adecuar a las decisiones de política económica y social de los distintos niveles del Estado en función de las necesidades propias de un conglomerado empresarial (Sierralta, 2005, pág. 98).
Esta influencia en las decisiones políticas norteamericanas ha permitido que la industria de comida chatarra se consolide en la sociedad. Por un lado, esta atribución se puede observar en cuanto a la no aprobación de una regulación de la comida chatarra en las escuelas públicas; donde Coca-Cola y Pepsi han logrado minar políticas de nutrición con tácticas de lobby sobre una acción inmoral de incorporar sus productos dentro de la dieta diaria de cada uno de los estudiantes. Por ejemplo, en Arizona en el 2005 se prohibió la venta de bebidas azucaradas, pero en forma parcializada hasta grados de K-8, pero: (…) no se pudo lograr en todos los niveles de la escuela pública por el alto nivel de influencia del lobby en el Estado en cuestión, debido a varias influencias políticas quienes consideraban que el acceso o no de bebidas azucaradas es un deber de la política de salud pública y no de la política escolar hacia su restricción. (Simon, 2006, pág. 6).
Estas prácticas de influencias en varios niveles del gobierno han logrado que el ambiente norteamericano sea difícil para las personas sobre todo para los niños que lleven una vida plena y saludable con hábitos alimenticios sanos; sí también se considera que la relación precio – comida es un elemento distorsionador de las buenas constupres alimenticias. Así, en Estados Unidos “(…) se puede acceder a una hamburguesa doble con queso por 99 centavos, pero una manzana tiene un costo de 3,20 dólares” (Brown, 2017, pág. 17). Por otro lado, es necesario puntualizar que la obesidad es culpa del sistema de influencias en Estados Unidos, sobre todo en aquellas organizaciones que deberían proteger la salud y la vida de las personas. Un claro ejemplo de la situación es la influencia que dio Coca Cola en la organización “Save Children” para que cambien su postura acerca de los impuestos a las bebidas azucaradas, por alguna razón esta
7
organización cambio su posición rechazando los impuestos a estas bebidas al mismo tiempo “que recibió cerca de 5 millones de dólares por parte de esta empresa como donativo por su acción social”. (Freedhoff & Hérbert, 2011, pág. 182). Debido a estas influencias muchas veces la situación de vulnerabilidad de la población estadounidense se incrementa de una manera más drástica porque se evita el apoyo de medidas que claramente podría salvar millones de vida norteamericanas. Así, la obesidad hoy en día, no solo representa la lucha personal de quienes la padecen y sus familias ante los trastornos nutricionales que tienen, sino que el Estado y los entes institucionales no frenan a las multinacionales alimenticias que dentro de cada producto contaminan a los ciudadanos en gran medida a esa relación eterna de favores económicos entre gobierno y empresas. Conclusiones Se puede concluir que la obesidad en Estados Unidos va más allá de un problema individual de las personas dentro de la cultura nutricional, sino que el sistema que se vive actualmente en este país es un sistema que está plagado por intereses de grandes corporaciones para obtener millones de ganancias, donde las diferentes instituciones públicas son manipuladas y se han desviado de su objetivo principal; de velar por el bienestar de los sectores más vulnerados como son los niños; determinado en forma clara la existencia de un sistema político que esta corrompido por el lobby empresarial de comida chatarra quienes se han encargado de obstaculizar leyes que perjudiquen a estas grandes corporaciones y sus beneficios económicos. Así el único perdedor dentro de este millonario negocio son los niños que día a día son bombardeados de múltiples propagandas consumistas y envenenando sus cuerpos al límite de la obesidad con productos que lo último que generan como expresa Coca Cola, “destapan felicidad”.
8
Bibliografía Brown, R. (2017). El consumo alimenticio masivo. Estados Unidos: F&G publicaciones. CNN. (26 de Agosto de 2015). Los niños en EEUU vencen a Canadá... en índices de obesidad infantil. Recuperado el 15 de Mayo de 2017, de CNN Español: http://cnnespanol.cnn.com/2015/08/26/los-ninos-en-ee-uu-vencen-a-canada-enindices-de-obesidad-infantil/#0 Consumers just wanna have fun . (2016). Insights, 56-58. Freedhoff, Y., & Hérbert, C. (2011). Partnerships between health organizations and the food industry risk derailing public health nutrition. Canada: Canadian Medical Association. Insight, A. (2016). Posicionamiento y marketing de productos de consumo masivo. Dallas - Estados Unidos: King ediciones. Segal, A. (2015). El consumismo dilatado. Estados Unidos: Harmony ediciones. Sierralta,
A.
(2005).
EL
LOBBY
Y
LAS
RELACIONES
COMERCIALES
INTERNACIONALES. Bogotá, Colombia: Pontificia Universidad Javeriana . Simon, M. (2006). Appetite for Profit. How the Food Industry underminesour health and how to fight back. Nation Books. Soechtig, S. (Dirección). (2004). Fed Up [Película].