RECURSOS NATURALES, CAMBIO CLIMÁTICO Y DESARROLLO REGIONAL
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RECURSOS NATURALES, CAMBIO CLIMÁTICO Y DESARROLLO REGIONAL consultaspraxis@gmail.com INTRODUCCIÓN El paradigma actual del cambio climático está referenciado en el crecimiento y la evolución de los habitantes dentro de la interacción de sus diferentes labores con el planeta al comprometer el futuro de los mismos acorde al entorno físico y social; sin embargo, en la actualidad existe un amplio desequilibrio dentro de la sustentabilidad al ver que las acciones del ser humano están afectando su hábitat y así mismos, para lo cual y con base en el respeto de la democracia, los derechos humanos y la equidad se debe generar un conjunto de alternativas y estrategias de desarrollo regional que redireccione los derechos humanos y su nivel de cumplimiento: económico, social, cultural, civil y político hacia la supervivencia de los recursos naturales. Hoy en día, el desarrollo regional se enfoca hacia el direccionamiento sustentable que busca fomentar un contexto figurado, con una visión innovadora a la humanidad dentro de la cual se busca proponer la protección de la naturaleza y sus recursos, además de la equidad social presente, pero sobre todo futura. El desarrollo sustentable se puede entender como la alternativa más clara para el desarrollo regional que, más allá de criticar las estructuras políticas y económicas de cada país, requiere un cambio social pacífico y gradual, que de manera organizada y planificada modifique la relación de la humanidad ante los recursos naturales. Conforme a esto, el desarrollo sustentable busca generar una adhesión social regional a favor del consenso de prácticas más sensibles hacia los medios naturales sin dejar de lado el accionar cotidiano de cada Estado. 2
No obstante, es necesario precisar que no existe una conceptualización globalmente aceptada hacia la definición de sustentabilidad. Desde una perspectiva esto puede ser determinado según la precisión y flexibilidad en diferentes contextos sociales, económicos, políticos y éticos. Así, (Cárdenas & Villarraga, 2014, pág. 15) la definen como “(…) la relación e interdisciplinaridad de la explotación de los recursos naturales y la sociedad moderna”, caracterizada por el progreso que conlleva la industrialización y la seguridad de un futuro mejor, para lo cual la sociedad actual le falta esa certeza sobre su futuro; y procede a explotar todos los recursos que pueda por su satisfacción momentánea, generando un cuadro de incertidumbre sobre las consecuencias de los diferentes caminos que se puedan elegir y adoptar menores riesgos en pro de la explotación del planeta, así uno de los problemas que se pueden visualizar en la actualidad es el cambio climático. El cambio climático, es el primer problema que afectan a la humanidad referente al mal manejo de los recursos naturales y su explotación indiscriminada, lo cual ha generado el incremento de los gases de efecto invernadero promoviendo cambios dentro de la composición atmosférica, alteraciones de las corrientes oceánicas, el efecto albedo y, sobre todo, los efectos antropogénicos. La rapidez del cambio climático en las últimas décadas, es consecuencia principal del incremento de gases de efecto invernadero producidos por el uso de combustibles fósiles y de otros procesos de explotación de recursos naturales aumentando la temperatura global responsable del aumento del nivel del mar, de la disminución de las capas de nieve y hielo así como del cambio de tendencia en las precipitaciones y todo ello afectando a los sistemas naturales vinculados a los sistemas hidrológicos y a la calidad de las aguas, a los sistemas biológicos marinos y de agua dulce y a la productividad agrícola y forestal. Elementos, que si se desean reformar
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dentro de un cambio del desarrollo regional se deben vincular a una reforma ambiental como es el desarrollo sustentable. Para entender mejor el concepto de desarrollo sustentable dentro de la coyuntura ecuatoriana hacia la mejora ambiental se debe comprender la diversidad de posibles políticas públicas y perspectivas que pueden ser encontradas bajo este concepto en pro de emitir transformaciones sociales direccionadas a cumplir las siguientes fases: a) intervención estatal en los mercados para fomentar el crecimiento y desarrollo sustentable; b) reducción de la visión neoliberal de la sobre explotación de recursos naturales y abuso de combustibles fósiles; acompañado de la c) autorregulación del desarrollo socioeconómico bajo el concepto sustentable de los recursos naturales. Las tres fases tienen en común el deseo que Ecuador dentro del desarrollo regional, pueda llegar a ofrecer a su población los mismos niveles de calidad de vida que se ve en los países desarrollados respetando a la Pachamama. Dentro de lo cual elementos estatales como la (Constitución de la República del Ecuador, 2008) y el (PNBV, 2013), tiene como fin que la relación entre los seres humanos y la naturaleza sea armónica y garantizando los mismos recursos hacia las generaciones futuras, tal cual como a nivel internacional a vinculado el PNUD (Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo) y el (Río + 20, 2012). Para poder comprender de mejor forma las perspectivas del desarrollo regional del Ecuador, se debe entender las políticas públicas direccionadas hacia un cambio sustentable del manejo de los recursos naturales en pro de limitar el cambio climático, partiendo desde los cuerpos legales que la vinculan con los diferentes sectores estratégicos, hasta las actuales propuestas gobiernistas de como enfocar acorde a los
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nuevos planes de gobierno una visión más sustentable del desarrollo económico – social ecuatoriano. Es así que el presente ensayo tiene como finalidad detallar los diferentes cambios y propuestas a nivel público que buscan un desarrollo regional estatal de Ecuador sin vulnerar los derechos de la naturaleza citados dentro de la (Constitución de la República del Ecuador, 2008) y que garanticen a los ciudadanos un mayor bienestar en conjunto hacia la reducción de los cambios climáticos. DESARROLLO Alcance del cambio climático y el desarrollo sustentable Un elemento indiscutible es que los efectos del cambio climático son directos sobre los organismos individuales, poblaciones y recursos naturales. En referencia a los individuos, se ha determinado que el cambio climático podría afectar “(…) su desarrollo, fisiología y sus comportamientos durante las fases de crecimiento, reproducción y migración” (Pesantes, 2014, pág. 99). Dentro de otra perspectiva, es posible también que la modificación en los patrones de precipitación y el aumento de la temperatura perjudiquen “(…) la distribución, tamaño, estructura y abundancia de las poblaciones de algunas especies animales” (Gallo, 2013, pág. 23). Lo expuesto, sumado a los efectos del cambio climático sobre el mal manejo del desarrollo sustentable, podría perturbar las interacciones entre las especies, los ciclos de nutrientes y el funcionamiento, estructura y distribución misma de la naturaleza. Esto, traería como consecuencia la alteración en los flujos y calidad de los servicios ambientales que prestan los ecosistemas. Por tal razón, la interpretación del desarrollo sustentable ha cambiado de forma gradual acorde a las diferentes aproximaciones y acuerdos, según las diferentes reflexiones y análisis sobre su aplicación y evaluación como efecto de la relación entre personas y 5
naturaleza. Así, (Saavedra, 2014, pág. 14), refiere que el desarrollo sustentable se constituye en “un proceso que pretende la satisfacción de las necesidades actuales permanentemente, sin comprometer la satisfacción de las necesidades futuras de las actuales generaciones y de las que vendrán, sin dejar de lado los efectos adyacentes como el cambio climático”, es decir, que la explotación de recursos naturales no debe por parte del ser humano ser agotadas ni desperdiciadas evitando lesionar innecesariamente al ambiente. Para cumplir con dicho direccionamiento hacia el cambio climático y desarrollo regional el desarrollo sustentable debe estar direccionado a obtener, al mismo tiempo, el crecimiento económico, la equidad y progreso social, en base del uso racional de los recursos naturales y la conservación del ambiente, en un marco de gobernabilidad política, con el objetivo de lograr mejores condiciones de vida para toda la población. Para ello, la política ecuatoriana dentro de su confluencia regional debe “(…) promover la efectiva participación de todos los actores sociales en la toma de decisiones” (Ocaña, 2014, pág. 96); dentro de una primera visión, el medio económico debe promover la generación de excedentes en forma segura y sostenida, justificada en la equilibrada distribución de beneficios y considerar a los recursos naturales como bienes económicos sustentables en su explotación, a fin de impedir su deterioro y extinción; por su parte, el sistema productivo debe respetar la base ecológica con políticas industriales amigables y de mínimo impacto contaminante; además la tecnología debe desarrollar y aplicar soluciones limpias e innovadoras. El comercio debe considerar los atributos ambientales de los productos y servicios, así como instituir una estructura de importaciones ambientalmente limpias; apoyada a nivel administrativo con eficiencia y modernidad
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dentro de la gestión de los diferentes procesos hacia la diversidad y heterogeneidad nacional. Dentro del contexto de desarrollo regional y que confluye con la política ecuatoriana, se refiere los siguientes elementos establecidos en la Declaración de Río sobre medio ambiente y desarrollo (Río + 20, 2012), para encaminar el desarrollo sustentable que respalde la disminución del cambio climático:
El ser humano es el centro de las preocupaciones sobre el cambio climático.
La protección de los recursos naturales debe componer parte integral del proceso de concientización.
Todos los países deben cooperar en la labor de eliminar la pobreza como exigencia indispensable del desarrollo sustentable.
Debe ejecutarse como la principal prioridad la situación y necesidades de los países menos desarrollados desde una perspectiva ambiental.
La solidaridad mundial debe como fin tener la conservación, protección y restablecimiento de la salud y la integridad del planeta.
Las responsabilidades de los países sobre la degradación de la naturaleza deben ser comunes y apuntaladas dentro de sus diferentes sectores en la medida que los Estados han contribuido a dicha degradación.
Los países deben desistir y prescindir de sistemas de producción y consumo insostenibles acompañados de políticas demográficas apropiadas.
La mejor forma de relacionarse sobre las problemáticas ambientales es por medio de la participación de todos los ciudadanos en el nivel que corresponda.
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Los países deben favorecer un sistema económico globalmente participativo y abierto, evitando que las medidas de política internacional con fines ambientales se establezcan en medios de discriminación o como sistemas de restricción del comercio internacional.
Para la protección de los recursos naturales y minimizar el cambio climático, los sistemas y herramientas preventivos deben ser ampliamente aplicados, utilizando la Evaluación del Impacto Ambiental como instrumento nacional de política por cada Estado.
La paz, el desarrollo sustentable y la protección de la naturaleza son interdependientes e indivisibles. (Río + 20, 2012, pág. 56)
Así, hoy en día se ha avanzado en los saberes, la reflexión y conciencia pero sobretodo en el desarrollo sustentable hacia la preservación de la naturaleza y sus recursos, pero aún existen varios temas referentes hacia los compromisos adquiridos por los Estados, que parecen haber sobrepasado las capacidades productivas y de consumo; cuya voluntad política de cumplirlos aún es esquiva dentro de países sobre todo los desarrollados, quienes y referentes algunos gobiernos de turno consideran al cambio climático como una directriz de manejo mediático por ciertos grupos ambientalistas para mantener el pánico global sobre efectos que no existen, tal es el caso del actual presidente de Estados Unidos Donald Trump. Por tanto, un compromiso ético acorde a la realidad mundial debe exhortar a los países desarrollados y subdesarrollados, dirigentes políticos, sociedad y sectores empresariales, a modificar sus patrones de conducta, pues pronto podría ser demasiado tarde para generar políticas emergentes ante la preservación de la Tierra.
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La problemática sobre los recursos naturales de Ecuador El Ecuador, maneja un territorio conformado de varios ecosistemas lo cual, lo convierte en un país rico en recursos naturales sin embargo su población afronta los problemas propios de los países en vías de desarrollo sobre el cambio climático, además de diferentes inconvenientes ambientales en parte a los procesos extractivistas que maneja para mantener su economía exportadora primaria hacia productos agrícolas, camarón y petróleo. Así, el país ha tenido serias limitaciones para aprovechar en forma eficaz los recursos naturales durante las épocas de bonanza y generar una adecuada distribución conforme a la equidad social que busca mantener, pero que en la actualidad se sostiene en mayor forma gracias a la (Constitución de la República del Ecuador, 2008) y al (PNBV, 2013), que buscan sostener su garantía política dentro del desarrollo regional. Dentro de la coyuntura ambiental los inconvenientes del Ecuador históricamente son ampliamente conocidos: deforestación, erosión, reducción de la biodiversidad, explotación irracional de los recursos naturales, contaminación de las fuentes hídricas, suelo y aire; acompañado desde una perspectiva administrativa del mal manejo de desechos y menoscabo de las condiciones ambientales urbanas. Esta complicada red de inconsistencias tiene su origen, esencialmente, en la falta de sustentabilidad de los modelos de desarrollo que a lo largo del tiempo se han consolidado en el Ecuador por gobiernos anteriores y que han sido los generadores de estructuras de pobreza y detrimento ambiental. A esta causa de orden estructural, se suman otros factores restrictivos como son: el carente cumplimiento de las normas, leyes y regulaciones existentes por parte de los ciudadanos y empresas y de un marco legal bien conformado,
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que guíe y regule la gestión ambiental; lo cual, dentro de la historia pública ecuatoriana se ha dado por la débil institucionalidad de las entidades reguladoras y de control. Además, de la inexactitud dentro de las políticas económicas que fomenten el uso racional y revaloricen los recursos naturales así como los perjuicios que en ellos se producen; la falta de planes, programas y proyectos políticos del Estado que subsistan en el largo plazo; la carencia de un sólido cuerpo integral en ciencia y tecnología para recuperar, adaptar y desarrollar tecnologías sustentables; la ausencia de una educación que vincule en forma eficaz la variable ambiental en los contenidos curriculares a todo nivel de enseñanza estudiantil. (Jácome, 2014, pág. 36) Lo anteriormente descrito, discrepa con las potencialidades naturales que mantiene el país, dado que es poseedor de abundantes y variados recursos naturales figurando a nivel mundial entre los cinco países con más alto grado de diversidad biológica. Los recursos hídricos y la fertilidad de los suelos le permiten cubrir todas las necesidades alimentarias de sus ciudadanos y generar excedentes exportables vinculados a diferentes sectores y actividades productivas como son: pesca, agricultura, minería y turismo, entre las destacables. Lastimosamente, para superar la actual crisis económica y social, Ecuador continuará apelando en los próximos años a la explotación de los recursos naturales lo cual mantendrá de una u otra forma un efecto dentro del cambio climático; sin embargo, dentro del aprovechamiento sustentable se ha adoptado un conjunto de estrategias que procuren en forma sincrónica la rentabilidad económica, la justicia social y la racionalidad ambiental bajo un direccionamiento de optimización y evaluación sustentable de nuevos proyectos macro ambientales referentes a un marco económico, legal y social hacia el
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desarrollo sustentable regional que se propuso por parte del PNUD y la CEPAL (Comisión Económica para América Latina) (ONU, 2015, pág. 36) Perspectivas de desarrollo regional como alternativa al correcto uso de los recursos naturales y el cambio climático por parte de Ecuador Las estrategias y perspectivas ecuatorianas para el desarrollo regional están enfocadas en un conjunto de proyectos bajo políticas nacionales vigentes y sobre las experiencias acumuladas en el país hacia la sustentabilidad de los recursos naturales; especialmente durante la última década las mismas han sido adecuadas hacia las nuevas tendencias globales de reflexión y conocimiento de la protección del ecosistema. Así a nivel país se propone cuatro niveles de intervención prioritaria:
La conservación y aprovechamiento sustentable de los recursos naturales.
Apoyo a las políticas internacionales sobre reducción de los niveles contaminantes de combustibles fósiles.
El control y mejoramiento de la calidad ambiental en los centros urbanos y en las áreas rurales.
La intervención urgente en ecosistemas frágiles y amenazados.
Implementación e inversión en proyectos sustentables y que mejoren el nivel de vida de los ecuatorianos.
Para alcanzar estos propósitos el gobierno nacional se a planteado políticas relacionadas con:
Biodiversidad
Zonas protegidas
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Recursos biooceánicos
Cultivos estratégicos
Ecoturismo
Recursos energéticos alternativos
Transferencia de tecnología
Hoy en día son destacables los avances nacionales en relación al cambio de la matriz productiva y energética vinculados al compromiso social y ambiental por mantener un desarrollo regional equilibrado y sustentable direccionados hacia una economía verde que garantice el cumplimiento de los Derechos de la Naturaleza efectivos dentro de la (Constitución de la República del Ecuador, 2008). Cuya meta al largo plazo es “(…) estructurar sistemas económicos más justos y redistributivos que potencien la utilización responsable de los recursos naturales enfatizando el equilibrio entre naturaleza y sociedad” (Fonseca, 2015, pág. 74). Así y acompañado de la promoción de un sistema de economía social y solidaria, más el reconocimiento de los Derechos de la Naturaleza; son importantes pasos hacia una economía ecológica ecuatoriana lo que generará oportunidades para que el Estado reconozca la contribución económica de los servicios ambientales como sector estratégico para el establecimiento de una sociedad del Buen Vivir. En otro sentido, el Ministerio del Ambiente de Ecuador (MAE) ha desarrollado diferentes mecanismos para fomentar la conciencia ambiental tanto en lo social como en los diferentes sectores estratégicos industriales, con el firme objetivo de garantizar el menor impacto ambiental del cambio climático por medio de la aplicación de prácticas ambientales correctas, procesos amigables de producción y explotación, gestión integral
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en el manejo de residuos y la ejecución de proyectos para la restauración forestal. Todo lo anterior, bajo la inversión de 7 billones de dólares ampliados hacia el cambio de matriz productiva como refiere el (PNBV, 2013), que permita generar un 90% de energía limpia proveniente de fuente hidroeléctricas como: Coca Codo Sinclair, Minas San Francisco entre otras centrales. Por lo expuesto, la producción y consumo sustentable se han convertido en una directriz nacional para fortalecer el cambio de la matriz productiva que fortifica la implementación de tecnologías limpias y acentuando las buenas prácticas ambientales; forjando una reducción en los niveles de contaminación y optimizando el uso de recursos naturales donde el beneficiario directo es el ciudadano ecuatoriano y su entorno natural manteniendo un desarrollo regional y apoyando a la reducción del cambio climático. CONCLUSIONES
En sustento de los diferentes enfoques analizados dentro del presente ensayo se puede observar que las posiciones y concepciones extremas sobre el cambio climático y el desarrollo regional oscila entre quienes consideran que es posible mantener la actual expansión extractivista económica y social, y que la misma sólo se regule por medio de algunas leyes y compromisos internacionales; y aquellas que consideran al desarrollo sustentable como un sistema de protección y conservación de la naturaleza que se mantiene como eje central de cualquier actividad humana. Dichas concepciones se deben a las diferentes interpretaciones que se determinan de la explotación de recursos naturales en función de los contextos social, económico, político, científico e ideológico. Concluyendo que el tema aún es difuso, de difícil delimitación y definición absoluta; cuyo interés
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debe sustentarse en un mejor enfoque hacia el crecimiento económico, la desigualdad social y la crisis ecológica sin renunciar al desarrollo de los Estados.
El desarrollo regional sobre una base sustentable es un concepto fluido que continuará cambiando a través del tiempo y desarrollo de la humanidad, sin embargo, todo parece indicar que la idea de fondo; la de hacer compatible a la naturaleza con el desarrollo, se mantendrá vigente mientras los seres humanos consideren la idea de un medio ambiente amenazado dentro de la conciencia colectiva por su accionar consumista y sobre explotador como se refiere al estudiar el cambio climático.
Se debe buscar la construcción nacional de metas cuantificables del desarrollo regional que permitan conocer con precisión la necesidad de recursos y monitorear su asignación y cumplimiento, además de incluir los los requisitos y criterios de presentación y priorización de los proyectos de inversión pública, generando parámetros ambientales que permitan contabilizar y evaluar adecuadamente el impacto en efectividad en el manejo sustentable de recursos naturales y el mejoramiento de la calidad ambiental, a nivel nacional y local.
El Estado ecuatoriano, dentro de su contexto actual está correctamente direccionado hacia una economía verde que apoye el desarrollo regional con un enfoque claro sustentable, pero es relevante que el futuro gobernante o equipo de trabajo mantenga este direccionamiento, dado que no sólo significa un mejor cuidado de los recursos naturales sino un bienestar en conjunto de todos los ciudadanos.
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