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San Francisco, Iglesia y Convento de Santa María Magdalena
3. SAN FRANCISCO, IGLESIA Y CONVENTO DE SANTA MARÍA MAGDALENA
Portada manierista en piedra con puntas de diamante; el altar mayor está dedicado a la Magdalena, tiene como figura central un San Francisco de Asís, de origen sevillano, con incrustaciones de rubí en sus estigmas en el costado, las manos y los pies, que es otra de las maravillas de Tunja. El artesonado mudéjar que representa un azul cielo estrellado es uno de los más bellos del arte colonial neogranadino. Bello camarín de la virgen de la Inmaculada Concepción, que fue diseñado por Bartolomé Carrión.
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Oleos de San Roque, Santa María Magdalena y de La Crucifixión del romano Angelino Medoro y, en la capilla al lado del Presbiterio, se encuentra el bellísimo Altar de los Pelícanos (ca. 1780) en caoba sin dorar, obra del maestro tallador del siglo XVIII, Pedro Caballero, el principal representante del estilo rococó en el Nuevo Reino de Granada.
En el convento franciscano existió Casa de Estudios y Noviciado y vivió el cronista Fray Pedro Simón, quien llegó al Nuevo Reino de Granada en 1606 y es autor de las Noticias Historiales de las conquistas de Tierra Firme en las Indias Occidentales, conocida como Noticias Historiales, que publica en 1626, franciscano español, que llegó a ser Provincial de su orden en la Nueva Granada. Dos leyendas de Tunja se escenifican en este espacio, la del Toque de Ánimas, un alma en pena, vestida de sacerdote con casulla roja, que daba misa en la madrugada pidiendo por su salvación y la del Perro de san Francisco, un perro tallado en piedra con cadenas, situado en el patio del convento que, en las frías noches tunjanas, parecía que tomaba vida, le brillaban sus ojos con diabólica luz, mientras estiraba el cuello para aullar, a manera de lúgubre quejido que aterrorizaba a los vecinos, que cuentan que también se oía como arrastraba sus pétreas cadenas por el desaparecido claustro tunjano.
En la segunda mitad del Siglo XIX, tras las leyes de la desamortización de Bienes de Manos Muertas, los franciscanos fueron expulsados del Convento y el claustro fue destinado a cuartel del Batallón Bolívar; posteriormente fue sede de la Escuela
Normal de Señoritas de Tunja, y más tarde fue cedido a la Beneficencia de Boyacá, para ser demolido, en medio de la polémica, para construir el Hotel Hunza, en 1965. El 75% del convento del siglo XVI de estilo mudéjar, hermano del tunjano de San Agustín, fue demolido, solo se conserva la crujía Norte que está integrada a la iglesia. En el Quinto Centenario de la Evangelización en América, en 1992, los Franciscanos realizaron la última restauración, que le da el aspecto actual.
SAN FRANCISCO
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