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Ermita de San Laureano
8. ERMITA DE SAN LAUREANO
La Ermita más antigua de la ciudad, obra del encomendero Miguel de Holguín de Figueroa, que fue consagrada en 1574. Fue de los agustinos recoletos, quienes la manejaron por un siglo que va de 1635 hasta 1729, año en que se trasladan al convento de El Topo.
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Iglesia de una sola nave con muros de tapia pisada y artesonado pintado de blanco, en la que se venera un cuadro de San Bartolomé desollado, que está fechado en 1623, obra que está basada en una lámina anatómica renacentista. Cuadro de San Francisco Javier predicando de Alonso Fernández de Heredia, pintado en 1628 y retablo al óleo de la Virgen de Chiquinquirá del siglo XVII, en la parte superior del Altar Mayor. También se destaca una estatua de bulto de San Laureano decapitado, que es el patrón de la Iglesia. En este templo fueron enterrados en 1816 los mártires fusilados en el paredón, cuyos restos fueron trasladados a la Catedral, con honores, un siglo después, en 1916.
El 24 de agosto se llevan a cabo las fiestas patronales en honor a San Bartolomé, a las que acuden gran número de personas, sobre todo provenientes de la vecina vereda de Runta, famosa por los vientos y el cuchuco de trigo con espinazo de cerdo, el plato típico tunjano desde tiempos coloniales, que se servía todos los jueves y hoy, de jueves a domingo.