Aテ前 3 - Nツコ4 - SEPTIEMBRE/FEBRERO 2011
SEBASTIÁN MAGGIO EDITOR
ESTIMADOS LECTORES, ¡Qué bueno es poder editar una publicación orientada a reflexionar, a generar ideas, a difundir el comportamiento de quienes entienden las necesidades del mundo actual! Creemos que PRESENTE ya no es un emprendimiento sino una realidad que ha alcanzado un protagonismo inesperado. Muchas personas me consultaron el motivo por el cual la revista tiene un nivel de calidad tan alto, y mi respuesta ha sido: qué mejor que plasmar con una calidad fotográfica de excelencia a las personas que más contribuyen y están comprometidas; imprimir con materiales de bosques forestados especialmente para la fabricación de papel (FSC) y con la más alta calidad de mercado para mostrar las mejores acciones de RS. Sin duda es ésta la mejor inversión y estamos orgullosos de los resultados. ¡Hasta la próxima!
¿Qué sería de la vida, si no tuviéramos el valor de intentar algo nuevo?
Vincent Van Gogh (1853-1890)
EMPRESAS RESPONSABLES - DANONE LLEGAR A TODOS Francisco Camacho
PERSONAJE - JULIÁN WEICH SÓLO UN HOMBRE NORMAL
INNOVACIÓN - SHELL EL VALOR DE LA EXPERIENCIA
EMPRESAS RESPONSABLES - FIAT “EL MUNDO DEL AUTO ES MI GRAN PASIÓN” Cristiano Rattazzi
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AÑO 3 - Nº4 - SEPTIEMBRE/FEBRERO 2011
EDITOR SEBASTIÁN MAGGIO
COORDINACIÓN EDITORIAL LESLIE B. DRABBLE l-drabble@prs.com.ar
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EMPRESAS RESPONSABLES - AKZO NOBEL CUSTODIO DE LOS VALORES Rodolfo Seró
DISEÑO GRÁFICO EDITORIAL ACCIÓN
IMPRESIÓN ARCÁNGEL MAGGIO
AGRADECIMIENTOS JULIÁN WEICH SURMARINO
PRESENTE RESPONSABILIDAD SOCIAL TEL. (54 11) 4303-1158 E-MAIL: info@prs.com.ar
Propietario: Editorial Acción S.A.
El editor no se responsabiliza por el contenido, opiniones y mensajes vertidos en los artículos. Prohibida su reproducción total o parcial.
PRS se imprime en papel certificado por el FSC (Forest Stewardship Council). Este papel proviene de bosques gestionados responsablemente.
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FUNDACIÓN - AMCHAM LA SUSTENTABILIDAD COMO HERRAMIENTA DE TRABAJO Alejandro Díaz
CARA A CARA Marcelo Dupont y José Pages
TURISMO RESPONSABLE MAMÍFEROS MARINOS EN PATAGONIA
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LLEGAR A TODOS
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Nacido en México y enamorado de la Argentina, Francisco Camacho es responsable para América Latina de Danone, una de las compañías de alimentos nutricionales más importantes del mundo que potencia proyectos sociales apuntados a desarrollar productos que estén al alcance de los más necesitados.
EMPRESAS RESPONSABLES
F
uera de este noveno piso amplio, fresco e iluminado por el cielo diurno, Buenos Aires marcha al ritmo de ese caos en el cual parece sentirse a gusto. Francisco Camacho sonríe y se lamenta, un poco en broma, un poco en serio, de que su acento siempre lo delata. Camacho es mexicano, nacido en el Distrito Federal, y se dice apenado y con una sonrisa: “A pesar de los seis años que llevo viviendo en Argentina siempre llego a algún lado y me tratan de turista”. Camacho, de 46 años, luce informal, relajado y con el transcurrir de la charla va reduciendo la distancia lógica hasta descubrirse una persona accesible, que puede hablar tanto de música argentina como recomendar los mejores restaurantes de comida azteca de Buenos Aires. Desde hace diez años trabaja para Danone, de la que es su presidente. Primero estuvo a cargo de Argentina y Uruguay. Se fueron sumando Chile, Colombia, y hoy es responsable del grupo en toda América Latina. Desde septiembre de 2004 vive en nuestro país: “Decidí quedarme acá. Entre Miami (donde está la mayor parte de las oficinas) y Buenos Aires, elegí Buenos Aires. No había comparación. Viví dos años en EE. UU., dos años en México, cuatro en Venezuela. De los últimos 15 años, he vivido dos en México”, se sorprende al hacer el recuento.
Como compañía involucrada en negocios que tienen que ver con la nutrición y, por consiguiente, con la salud, la de Danone es una responsabilidad aun mayor frente a las distintas comunidades. Estudió Ingeniería en Sistemas (“no me dediqué mucho a eso”), pero decidió volcarse de lleno al Marketing, terreno en el que vio su verdadera vocación. Camacho explica cuáles son los pilares de su compañía: “Nosotros tenemos cuatro negocios: productos lácteos frescos, aguas, alimentación para bebés y nutrición médica, en ese orden de importancia. Nuestro interés es porque van en línea con el objetivo de Danone, que es proveer salud a través de la nutrición al mayor número posible de gente. Estos cuatro negocios se prestan para ello”. Según se enorgullecen quienes trabajan en Danone, el nombre de este grupo francés está asociado desde el vamos con la responsabilidad social. Camacho elige graficarlo con una anécdota que le despierta algo de nostalgia: “Yo estaba estudiando en la facultad, en México, y había una charla de un astronauta del Apolo XV. Yo era adolescente. Este señor hablaba de la protección al planeta, algo
que en esa época nadie mencionaba. Todo el mundo lo miraba pensando `de qué habla este tipo´. Ahora, todos hablan como hablaba este señor en 1979. Revisando la historia de Danone, desde antes de los años 70, siempre se ha hablado de cuidar el planeta y de devolverle a la naturaleza más de lo que uno toma. Ha sido una práctica común, algo que está ligado a nuestras operaciones”. Está claro que en el mundo, frente a la injusticia y la desigualdad, no todos están en condiciones de acceder a ciertos productos, por más básicos que estos sean. Como compañía involucrada en negocios que tienen que ver con la nutrición y, por consiguiente, con la salud, la de Danone es una responsabilidad aun mayor frente a las distintas comunidades. Debido a eso tienen distintos planes a través de los cuales intentan penetrar en todos los niveles sociales. “Para llegar a la mayor cantidad posible de consumidores la manera tradicional de
hacerlo no alcanza –acentúa Camacho–. Entonces, en distintos lugares tenemos productos diseñados para que lleguen a diferente tipo de gente. Hay un proyecto muy interesante en Bangladesh, en asociación con Grameen. Es un negocio de carácter social. Es decir que no se reciben utilidades por ese negocio; sólo se recupera el capital para su reinversión y para que sea sustentable y el producto llegue al menor precio posible a la gente. Es algo que estamos explorando, para ver cómo más gente puede tener acceso a nuestros productos”. La idea, según cuentan desde Danone, es desarrollar un producto que cubra, al menos, el 20% de las necesidades nutricionales de personas que viven con menos de un dólar por día, algo que en la Argentina está presente en diferentes formatos. El caso de Bangladesh fue el inspirador. ¿Cómo se lleva a cabo? El microproductor recibe el microcrédito para comprar su vaca y Danone da la capacitación técnica o manda el veterinario para ayudarlo. A la distribución la realiza en bicicleta o caminando. “No son proyectos replicables como por ejemplo en América Latina –enfatiza Camacho–, donde no se da la situación extrema de Bangladesh, que sí existe en otros lados del mundo, como África. Hay alimentos que se diseñan especialmente para llevar la nutrición requerida a ese porcentaje que no puede acceder”. Camacho da algunas pistas más de cómo se desarrolla esta situación: “La producción es en el mismo lugar. Hay lo que se llaman microplantas, manejadas por la propia gente del lugar. Hay gente que lleva sus vacas. Los socios pusieron el capital para poner la microplanta y luego la gente la maneja y se encarga de la producción y distribución. Se la capacita para eso. Se lo hace para que sea sustentable y mejore la vida de la gente del lugar y también el ecosistema”. Camacho, que cuenta que el año próximo visitará el emprendimiento en Bangladesh, es parte del Comité de Innovación Social, formado por varios ejecutivos que deciden o aprueban este tipo de proyectos de impacto social a través de actividad económica. Existe lo que se denomina Fondo de Ecosystem, que sirve para apoyar proyectos de negocios con inclusión social. “Lo único que se pide a cambio es que el negocio sea sustentable y que cumpla con los requisitos de ser de inclusión social y ayudar al ecosistema. Tenemos varios proyectos autorizados y en marcha en el mundo”, señala el empresario, y profundiza: “Una de nuestras materias primas esenciales es la leche. Más del 60% de la leche que se utiliza en el mundo viene de productores que son casi familiares, que tienen unas cuantas vacas, producen y venden esa leche. Es la realidad. Pero no les es tan fácil venderla. Entonces, este programa apoya a los muy pequeñitos productores que tienen unas pocas vacas para que tengan un sistema de recolección, que se organicen entre ellos, que tengan acceso a veterinarios, a alimentación para sus vacas... Todo eso requiere de inversión. Y es el tipo
La idea es desarrollar un producto que cubra, al menos, el 20 % de las necesidades nutricionales de personas que viven con menos de un dólar por día. de capital que el Fondo pone. Siempre, a través de alguna ONG, que sirve de ente regulatorio, y en conjunción con gobiernos municipales o estatales. Son donaciones, no microcréditos, porque no se devuelven. Se trata de gente poco incluida en la sociedad, con serias necesidades”. África y Asia, sin dudas, se llevan la atención de este Fondo. Camacho se entusiasma al hablar de los diferentes planes que la compañía impulsa en los puntos más vulnerables del planeta: “Te voy a dar dos ejemplos que me encantan: uno, que es un proyecto que Danone está haciendo en Senegal. Y Danone no tiene operaciones ahí, ni oficina ni fábrica. Ni siquiera como la que tenemos en Bangladesh. Sin embargo, hay un proyecto de recuperación de manglares (suerte de bosques de plantas leñosas que se dan en lagunas, riberas y costas
tropicales). Es un proyecto muy ambicioso, por el cual se llevan plantados unos 15 millones de manglares. Lo están haciendo junto a un pueblo que había perdido a través de los años los manglares y estaba siendo un problema para ellos, porque se había modificado todo su ecosistema y tenían que migrar a otras ciudades. Tiene que ver con el agua y el medio ambiente. Y Danone provee ayuda a través de un fondo especial para causas que tienen que ver con la naturaleza. El otro caso se da en Indonesia, donde se trabaja con las villas y los pueblos que están ubicadas alrededor de las fuentes de agua, que es uno de los principales recursos. Tratamos de que la gente que está en un punto y otro de los cursos de agua cuide y proteja a los mismos”. EN LA ARGENTINA Para un enamorado de nuestro país, como este activo empresario mexicano, el concepto de lo que ocurre aquí es el mejor. “Es difícil hacer una comparación exacta con los otros países latinoamericanos, pero creo que Argentina está a la cabeza en cuanto a la conciencia por el medio ambiente. Por su enormidad geográfica y los recursos naturales que tiene es probablemente el país que se preocupa más por ese tema como sociedad. Eso se refleja en las acciones de todo lo que hay alrededor de las comunidades. Noto que acá hay un poco más de conciencia sobre ese tema, sí”, reafirma, y brinda esclarecedores datos de consumo que posicionan a la Argentina a la cabeza de esta parte del mundo. “Argentina es el principal consumidor per cápita de productos lácteos de América Latina. Aquí se consumen 15kg per cápita al año, mientras que México consume 8 y Brasil, 7”, revela Camacho, y agrega que Argentina también lidera el consumo per cápita de agua embotellada.
Pero no todo es color de rosa en nuestro país, donde también se registra desigualdad en la sociedad. Por eso, para la Argentina también hay emprendimientos especiales con anclaje en lo social. “Hay un proyecto que ya autorizó el Fondo de Ecosystem, que tiene que ver con el reciclaje. Se les dará capital para armar un centro de recolección y de pre-procesamiento de polipropileno (PEP), para que ellos vendan y obtengan la ganancia. Será en Capital y Zona Norte, en el Gran Buenos Aires. Son proyectos a largo plazo, de construcción conjunta. La idea es acompañar la organización de los cartoneros y sus modelos cooperativos. En algunos casos ya están organizados, y el proyecto tratará de optimizar su trabajo. Y también replicar esos modelos en zonas donde no están funcionando. Pero aún no comenzó la ejecución”, avisa Camacho, que prefiere no brindar más detalles hasta tanto no se ponga en marcha. Como hombre que ha vivido en muchos países y que ha atravesado distintas épocas, ¿cree que la cuestión de la responsabilidad social en Argentina ya es moneda corriente entre las empresas y en la sociedad? Creo que el tema de la responsabilidad social está instalado. Por ahí falta trabajar un poco más la cuestión de la inclusión social. Pero en cuanto a lo ecológico y al cuidado del medio ambiente, está instalado. Poco a poco las empresas saben que podemos hacer una diferencia si seguimos haciendo hincapié en estos temas. Y eso es acorde con lo que los consumidores están viviendo como cambios. Hoy los chicos que van a la escuela ya tienen incorporada la protección del medio ambiente, lo cual es una buena noticia. Quiere decir que en el futuro será algo que estará ahí para todos.
JULIÁN WEICH:
SÓLO UN HOMBRE NORMAL Desde su rol de conductor estrella en televisión, siempre estuvo ligado a las causas sociales e intentó elevar el nivel de la tan discutida “caja boba”. Un hombre que mezcla hábilmente su imagen cándida con una fuerte convicción por sus ideas.
PERSONAJE
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atos sobre Julián: tiene mucha experiencia en televisión, más de 25 años de carrera, pasando por Pelito y Clave de Sol hasta Sorpresa y media y Expedición Robinson . Supo manejar de taquito el programa Justo a Tiempo por Telefé, y jugar el papel que más le gusta, el de conductor todoterreno. Tiene la pinta para ser el yerno perfecto de cualquier madre que desea que su hija sea feliz y coma perdices: es vital, gracioso, trabajador, buen padre y, por sobre todas las cosas, tiene cara de buen tipo. Por esa razón muchas empresas y ONG lo quieren de su lado. Participa en campañas solidarias y en programas de Responsabilidad Social de empresas como Carrefour, Farmacity, Mimo, Pampers, Banco Francés y Banelco, entre otras, con el foco puesto en ayudar con un sentido muy pragmático y crítico: “a los medios hay que usarlos y no que nos usen a nosotros”. Sos una de las caras buenas de la tele y sinónimo de solidaridad para mucha gente, ¿cómo nació la vocación por querer ayudar al otro? Fui criado en una casa solidaria, mis viejos, si bien nunca fueron ricos (al contrario, venían de hogares muy humildes) siempre fueron solidarios. No fue algo que me lo dijeran, sino que me lo demostraron con hechos, con actitudes, siempre dentro de lo poco que tenían fueron generosos. Lo aprendí de esa forma.
Alguna vez dijiste que la terapia y el rugby cambiaron tu vida, ¿en qué influyeron? La terapia más que nada: empecé a los catorce años, cuando estaba en el colegio. Desde entonces hice terapia sin parar hasta el año pasado, cuando dejé. El rugby fue parte de mi formación como persona, como deporte el rugby en sí es socio-formativo, y entonces es inevitable que te marque. Empecé a jugar a los ocho años y me marcó mucho, porque por un lado me divertí y por otro lado me enseñó una forma de enfrentar la vida. El rugby te enseña cómo enfrentar una adversidad, a respetar las leyes, al árbitro a pesar de que se equivoque. Te marca muchos conceptos que son muy útiles para la vida de cualquier persona. Me gustó mucho como deporte y como modelo para educarme y educar a mis hijos. ¿Qué opinión tenés sobre la Responsabilidad Social Empresaria? Me gusta mucho que las empresas tengan programas de RSE, lo que a veces no me gusta es cuando hacen un poco de cada cosa y al final no hacen nada. Cuando doy consejos, porque me preguntan, sobre cómo ayudar a nivel social, siempre digo que la mejor ayuda es la que se mantiene. El ejemplo es que si vos tirás un ladrillo en cada lugar nunca ves una pared, si vos todos los meses ponés un ladrillo en el mismo lugar vas a terminar viendo una pared inevitablemente. Eso trasladado a la ayuda es muy importante: si vos sos padrino
de una escuela y te mantenés en el tiempo, no solamente podés ver cómo capitalizan tu ayuda sino que podés ver las necesidades, podés seguir de cerca la evolución de tu aporte. Si ayudás a una escuela hoy y mañana a otra, y a otra, no tenés ningún tipo de continuidad con nada y no se potencia tu ayuda, termina siendo caridad sin sentido. También hay críticas al sector, por ejemplo que las empresas lo hacen como un “lavado de cara” ante la sociedad. ¿Qué opinás sobre esa mirada? Mientras hagan las cosas, que se laven la cara todo lo que quieran. Lo que sí me parece importante es que los empleados aprovechen los programas de RSE de las empresas, ya que muchas veces uno de forma particular quiere hacer cosas y no puede, no te da el cuero, no te animás, y a veces a través de la empresa, que sí te da el contexto y la organización, podés hacer algo. Considero que son buenas maneras de colaborar y la gente lo puede hacer a través de la empresa donde trabaja, que siempre va a ser mucho mejor que si uno lo hace en forma independiente, solitaria. Siempre cuando doy charlas en Unicef con las personas que se encargan de juntar dinero para la organización, les digo que está bueno tener empresas como Farmacity, Oca u otras, que tienen el sistema de redondeo solidario, y que aprovechen esa posibilidad que da la empresa.
“La causa que más me interesa es la muerte prevenible en los chicos”
Sos embajador de Unicef desde 1993, ¿por qué crees que te eligieron? Me eligieron porque en verdad nos elegimos mutuamente, porque yo les sirvo a ellos para comunicar los proyectos en la Argentina y a mí me gusta decir que trabajo en Unicef y que soy embajador. Estoy convencido de la manera que tienen de ayudar, es buena, no es una cuestión de dinero sino de llevar al máximo la capacidad de los recursos que puedan tener ellos, o el Estado, o quien los tenga. Es una manera de ayudar a largo plazo: enseña a pescar, no regala pescado. Tiene muchas puntas que me parecen interesantes y nos servimos mutuamente. Te diría que soy el embajador más activo que tiene Unicef en el mundo, porque embajadores hay muchos, pero activos, que hagan cosas todo el tiempo, hay pocos. ¿Cuáles causas te conmueven más? La causa que más me interesa es la muerte prevenible en los chicos. Si vos podés evitar que un chico esté desnutrido vas a tener la posibilidad de que ese chico se eduque, aprenda, sea estimulado. Si arranca desnutrido ya perdió toda chance de avanzar, de mejorar. Todas las cosas que se hacen para evitar eso son muy buenas, son fáciles de implementar, no son caras, tienen más que ver con una conducta y una educación que con una cuestión de decir “necesito plata para hacer esto”. Las vacunas están, el tema está en educar a la gente para que se vacune.
Te deben llegar muchos pedidos de ayuda, ¿cómo elegís dónde colaborar?
Tenés una visión muy crítica sobre los chicos que trabajan en televisión, ¿por qué?
Lo que a mí me genera participar es fomentar la solidaridad. Siempre digo que, ya sea a través de Unicef o de cualquier otra ONG responsable, cuantos más seamos los solidarios más efectivo será nuestro trabajo. Colaboro donde siento que puedo ser útil. Generalmente me llaman para juntar fondos, me quieren pagar, y yo digo: no puedo cobrar por algo que estoy generando, entonces no hago esas cosas. Colaboro en las cuestiones donde siento que soy la persona indicada para hacer eso. Tampoco me gusta estar en todos los lados, me ofrecen ser padrino de muchas escuelas y siento que para ser padrino tenés que ver a tu ahijado una vez al mes y no puedo, entonces prefiero decir que no.
Los chicos no deben trabajar en televisión, porque es un ámbito de grandes, porque no se divierten, porque suena divertido pero no es divertido. El clima es de grandes, la tensión que se vive es grande, las frustraciones son grandes, el éxito y el fracaso van de la mano y ningún chico está preparado para eso. Sí les digo a los chicos que estudien teatro, que se diviertan, que hagan lo que tengan ganas a nivel artístico, pero el hecho de trabajar no me parece para nada útil. Yo pongo el ejemplo de que si vos de chico querés ser médico no te llevan a ver una operación: te compran un juguete de doctor. Con la tele pasa lo mismo: si querés trabajar acá aprendé teatro, estudiá comedia musical. Cuando seas grande podrás ingresar a la televisión.
“La mejor manera que tengo de criticar al medio, de querer cambiarlo, es desde adentro”
Sos crítico pero trabajás en ella… Yo soy crítico porque la conozco, yo trabajo desde los 18 años en tele. La mejor manera que tengo de criticar al medio, de querer cambiarlo, es desde adentro. Mi forma de opinar sobre la tele es viendo mi programa, no me sirve de nada criticar al programa de al lado porque no tengo injerencia y como opinión no va a cambiar nada. ¿Y cómo intentás hacer algo diferente? Ya con no decir malas palabras logro algo diferenciador. Respetando a los participantes y a los compañeros de trabajo, y tratando de darles la posibilidad de que crezcan y les vaya bien. También tratamos de hacer cosas didácticas, aunque sean chiquitas, dentro del programa, como por ejemplo con las leyes de tránsito. Ver desde este lugar dónde puede uno ir aportando y generando conciencia en la gente. ¿A quien admirás? Admiro a la gente que hace las cosas que le gustan y no le importa la opinión de los demás. Por ejemplo, ese coche que ves todo “tuneado” con el fuego, con las luces abajo... esas personas son ídolos para mí. ¿Por qué?, porque hacen lo que tienen ganas, tienen una pasión, y puede ser desde el que cría perros hasta el profesional que sabe mucho. No todo pasa por ser el ídolo de la tele, porque siento que para muchos soy un ídolo y yo
me siento una persona normal, no tengo ningún poder, nada, lo único que tengo es un trabajo que se ve y eso genera que la gente piense que uno es un ídolo, pero uno es normal. Una cosa es que me vean como Superman y otra es que yo me lo crea. No soy Superman, soy una persona normal. Ni siquiera soy Clark Kent. ¿Sos una persona con esperanzas en el futuro, en la posibilidad de que todo mejore? Para mí el futuro no existe, el presente vale más, se habla mucho de futuro en temas de solidaridad cuando se dice el “futuro de los chicos”, y para mí no existe el futuro de los chicos que no tienen. Un chico que no tiene nada no piensa en el futuro, vive el momento. Por eso, cuando se habla tanto del futuro me enoja, me parece que a las cosas hay que hacerlas ahora, que las posibilidades de hacerlas están ahora. Al futuro no puedo manejarlo; al presente, sí. Hay veces en que soy muy positivo y digo “vamos a arreglar el mundo” y otras en que digo “para qué me esfuerzo sino va a cambiar nada”, pero tengo más ganas de cambiar que dejar que las cosas sigan como están. Mil veces me cuestiono para qué sirve lo que hago, si tiene sentido hacer algo, pero sigo haciéndolo. Me gusta que mis hijos me vean en ese rol porque es algo de lo que pueden aprender, que les puedo inculcar, es un valor que pueden tener ellos para su vida. Así como uno les dice que estudien, que hagan deporte, decirles que pueden ser solidarios también está bueno.
CUSTODIO DE LOS VALORES Rodolfo Seró es Gerente General de Akzo Nobel para Argentina y Uruguay, que tiene a Alba como una de las marcas líderes en el mercado de pinturas. “Para nosotros, la ley es una obligación. Nosotros queremos ir más allá de la obligación. Eso es la responsabilidad social”.
EMPRESAS RESPONSABLES
Generar conciencia en todos los que trabajan bajo su órbita parece ser lo primordial para Seró.
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odolfo Seró luce llano, amable, con aire casi campechano y un acento tranquilo. Nacido en Santa Fe hace 52 años, casado y con cuatro hijos, este ingeniero agrónomo recibido en la Universidad del Litoral está al frente de la gerencia general de Akzo Nobel, una de las corporaciones líderes en el universo de la pintura. Como no podía ser de otra manera, la planta de Alba (una de las principales marcas del Grupo) en Garín, luce impecablemente pintada, de diferentes colores. Llaman la atención el orden, la limpieza y la rigurosa disciplina y el respeto con que se manejan quienes circulan por el predio. Aquí, la impresión es que el concepto de seguridad es seguido a rajatabla; no se negocia. En el camino hacia el edificio donde se encuentra la oficina de Seró (camino puntillosamente marcado por los empleados de Seguridad), unos carteles señalan distintas consignas que buscan crear conciencia sobre el cuidado del medio ambiente. Cuando se le comenta sobre este tema, Seró es contundente: “Lo que viste a la entrada es nuestra galería de los temas que queremos destacar. Eso es de cuando hicimos la Semana de la Sustentabilidad. Dentro de nuestro concepto de Health Security & Environment (HCE), la sustentabilidad es parte fundamental. Para Akzo Nobel, la sustentabilidad
es más que un factor de éxito: es un fuerte compromiso que tiene con la sociedad. Desde que estoy aquí, una vez al año realizamos la Semana de la Seguridad y Medio Ambiente. Cada año lo enfocamos a distintos temas, siempre dentro de esta cuestión. Este año nuestro capítulo principal fue la sustentabilidad, tanto aquí como en Uruguay, donde también tengo responsabilidad. Para nosotros es un camino, una forma de ir, no una forma de llegar. Vos podés creer sólo aquello que conocés; entonces, tratamos de que la gente sepa de lo que hablamos y lo incorpore. Casi 700 personas trabajaron en un workshop y recolectamos casi 100 iniciativas entre los dos países. Y cada tres meses informamos en qué estado está cada una. Además de proclamarla, a la sustentabilidad hay que
“Además de proclamarla, a la sustentabilidad hay que trabajarla con la gente. Paramos la fábrica para hacer eso, porque es un momento de reflexión”
trabajarla con la gente. Paramos la fábrica para hacer eso, porque es un momento de reflexión”. Seró trabajó durante 15 años para una empresa alemana de productos para el agro (fitosanitarios, fertilizantes y vitaminas para la producción animal), hasta que en 1996 la firma lo envió a Brasil para hacerse cargo del área de marketing y comercial del sector de pinturas. “De la agronomía a la pintura”, dice con un gesto de sorpresa que busca complicidad. En 2002, se unió al grupo ICI, antiguo dueño de la marca Alba. En 2005, volvió a la Argentina con su familia para hacerse cargo de la gerencia general de Alba aquí y en Uruguay. Generar conciencia en todos los que trabajan bajo su órbita parece ser lo primordial para Seró. Por eso, la iniciativa de la Semana de la Seguridad y Medio Ambiente, con eje en la sustentabilidad, significó, según su punto de vista, un aporte importantísimo a la cotidianidad de los empleados. “La gente lo tomó como una contribución, un aporte personal, más allá del trabajo, como algo que se llevan de la empresa para sus casas. Fue un éxito mayor del que esperábamos”, se entusiasma. En el caso de este año, el hincapié fue puesto en un recurso natural que se encuentra en todas las agendas internacionales: el agua. “Akzo Nobel pertenece al CEO Water Mandate, un grupo coordinado por Naciones Unidas, compuesto por
distintas empresas y organizaciones. Una de las tareas para llevarnos a casa tiene que ver con el cuidado del agua. Tenemos metas de reducción de agua, de consumo de agua no productiva. Cada uno se llevó la tarea de ver qué puede hacer en su casa, con qué puede contribuir. Durante el año, en las revistas internas de la empresa irán saliendo diferentes artículos que sensibilicen sobre la problemática del agua a nivel local y a nivel mundial. Vas a ver por todos lados, aquí en la compañía, etiquetas pegadas sobre el uso responsable del agua”. El manejo de sustancias peligrosas, en el caso de una compañía que se dedica a producir pinturas, los pone en una situación de extremo celo en cuanto a las medidas de seguridad. Eso es algo que Seró tiene muy en claro, pero que no debería generar problemas, pues, a su modo de ver, “hay suficiente tecnología para manejar sustancias peligrosas de manera adecuada. Todo lo que hacemos acá lo podemos hacer de manera segura” Un equilibrio perfecto es el que, de acuerdo con la visión de Seró, garantizará el éxito en materia de sustentabilidad. “Nosotros abordamos la sustentabilidad mediante tres cuestiones: la parte ecológica, la parte social y la parte económica. Eso tiene que estar en equilibrio. Porque si no tenemos una empresa rentable, no vamos a tener accionistas y nos fundimos. Tenemos que ser rentables y, al mismo tiempo, social y ambientalmente correctos. Esos tres aspectos tienen que estar equilibrados. De allí
“Hay suficiente tecnología para manejar sustancias peligrosas de manera adecuada” surgen cinco pilares sobre los que se sostiene la sustentabilidad: 1) el que se encarga de los residuos; 2) el que se encarga de la gente; 3) el que se encarga de los productos y servicios; 4) el transporte, y 5) la energía. El concepto de sustentabilidad ve la cadena productiva de una forma amplia. Nosotros tenemos que ver desde nuestros proveedores hasta el consumidor final, lo que se llama la huella de carbono. Todas nuestras acciones impactan en el medio ambiente, y nuestra función es minimizar ese impacto (el impacto cero probablemente no exista). Tenemos un compromiso de bajar la emisión de carbono un 10% hasta el año 2015. Son compromisos voluntarios y todos superan lo que pretenden los estándares. Queremos que el 30% de nuestros productos provean soluciones ecológicas
superadoras a la ley. Para nosotros, la ley es una obligación. Nosotros queremos ir más allá de la obligación. Eso es la responsabilidad social”. ¿Cambió mucho la actitud empresaria con respecto a la responsabilidad social en los últimos años? Tal vez en los últimos años hubo un crecimiento en la parte de Seguridad y Medio Ambiente, pero en nosotros no ha cambiado mucho, porque, por ejemplo en el tratamiento de residuos, siempre lo hemos tratado con extremo celo y mucha responsabilidad. Lo que sí está creciendo es que el concepto de sustentabilidad ya está instalado en la sociedad. La gente empieza a saber un poco más de qué se trata.
RODOLFO SERÓ Colegio: Mariano Moreno - Santa Fé Universidad: UNL - Universidad Nacional del Litoral Idiomas: Inglés y portugués Hobbies: Observación de aves
“Tenemos un compromiso de bajar la emisión de carbono un 10 % hasta el año 2015” ¿Y cuáles son sus principales desafíos como líder? El desafío principal es vivir los valores de la compañía, que son la base que queremos que nos diferencie y nos haga más exitosos en el futuro. Mi posición es liderar el proceso de desarrollo de esos valores. Que las personas puedan brindar lo máximo; crear un ambiente donde puedan desarrollar su potencial. En el foco hacia la comunidad creo que nuestra compañía hace la diferencia, pues lo está encarando de una manera más fuerte que el resto. Me gustaría que nuestra empresa sea reconocida, no sólo por proveer productos y servicios, sino por ser una empresa responsable, que tiene un compromiso con la sociedad en la que actúa. Esos son los valores por los que luchamos. La función del ciudadano común, del consumidor, en estas cuestiones, parece ser parte de una evolución más lenta de lo que uno piensa. Ello se desprende de lo que afirma Seró con respecto a los grandes esfuerzos que realizan las empresas en materia de defensa del medio ambiente. “No sé si eso los consumidores lo valoran. Hoy por hoy no lo priorizan. Cuando vos les preguntás a las personas si le comprarían un producto a una empresa responsable ambiental o socialmente, por supuesto te van a decir que sí. Aunque está el preconcepto de que los productos de ese tipo son más caros, cosa que no siempre es así. El tema es menos complejo de lo que uno piensa, y uno puede hacer más de lo que cree. Si nos limitamos a los malos ejemplos de la sociedad, vamos a nivelar para abajo. A mis hijos no los comparo con aquellos a los que les va peor, los comparo con los ideales... En la gente
falta ese clic que le permita ver que con mucho menos de lo que piensa puede hacer una gran contribución a la sustentabilidad del planeta. Es cuestión de colocarlo en tu forma de pensar. De los residuos que generás, de cómo manejás la luz y el agua en tu casa... El uso racional y consciente de los recursos muchas veces significa sacrificar algunos hábitos de consumo. Y vamos a tener, en el futuro, que hacer sacrificios aun mayores de los que estamos haciendo. Desde cada uno. Es una decisión personal cambiarlo”. Seró pone el acento en las nuevas generaciones y, aunque sostiene que los chicos ya incorporan en su vida diaria las preocupaciones por el cuidado del planeta, es, en cierto modo, un tanto alarmista con respecto al futuro. “Yo veo a mis hijos y me doy cuenta de que el tema de sustentabilidad y del cuidado del medio ambiente es un tema que hoy está en las escuelas, algo que no había en mi época. Y creo que esa generación viene con esa información y esos conocimientos que van a contribuir mucho. Porque es una cuestión de actitud, de orientar a las personas a ser mejor en lo cotidiano: qué hacer con las pilas en casa, con las tapitas, separar los residuos secos de los húmedos... después los tiran juntos en el mismo camión, pero ahí ya no puedo hacer más que exigirle al próximo intendente que implemente un programa de recolección selectiva. Pero hay que empezar por hacerlo en casa. En el futuro vamos a estar obligados. No sabemos qué pasará con el agua, con los suelos, con el clima, pero indudablemente hay mensajes bastante negativos que indican que de esta forma no va”, dice. Es la base, sostiene Rodolfo Seró. Son esas pequeñas cosas, esos mínimos gestos que se esperan diariamente de cada individuo en este arduo proceso de salvar un planeta que cada vez tiene menos paciencia. Al despedirse, acompañará al cronista hasta la salida, no sin antes señalar orgullosamente las carteleras con las iniciativas de sus empleados en relación con la sustentabilidad y el medio ambiente. Ese, confiesa Seró antes del apretón de manos final, es su máximo orgullo.
MAMÍFEROS MARINOS EN LA PATAGONIA La clave es la conservación y la elección del destino, nuestra decisión.
TURISMO RESPONSABLE
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esde el principio de los tiempos el hombre se ha nutrido de los recursos naturales, esencialmente de aquellos que le permitieron, con menor esfuerzo o inversión, obtener beneficios para su supervivencia como especie. Las poblaciones humanas fueron creciendo, las culturas comenzaron a encontrarse, y como producto de ese intercambio se incrementó el consumo de aquellos productos de origen silvestre que siempre fascinaron al hombre por su valor como bienes de consumo o como símbolo de su riqueza y poder. Marfil, pieles, aceites, diamantes, oro, súber, palmas, plumas, maderas y especias, entre otros cientos de productos, se consumieron y consumen a costa de la explotación de los ecosistemas y su biodiversidad, conllevando en muchos casos a la sobre explotación de las poblaciones de muchas especies, a la destrucción de sus hábitats, a la contaminación del agua y al saqueo de los recursos naturales. La prosperidad de la raza humana y los avances de las tecnologías ampliaron en pocos años la ya extensa lista de productos explotados de origen natural, siempre considerando a éstos como provenientes de una despensa interminable. Sin embargo, en relativamente poco tiempo de andar la especie humana erguida por el planeta, gran parte de las especies vegetales y animales que proveían dichos insumos han pasado a integrar la lista de las especies al borde de la extinción o, al menos, con serios problemas de conservación.
En Argentina los beneficios económicos de este tipo de turismo se perciben desde hace varios años. Pero la misma humanidad, consumista y oportunista, ha comenzado a generar sus propios mecanismos de defensa, en busca de un equilibrio y de la recuperación del patrimonio natural del planeta. Bajo la consigna global de la conservación, en la actualidad más expresamente en torno a la conservación de la biodiversidad, un importante conjunto de organizaciones trabajan en diferentes escalas en pos de objetivos concretos de preservación de la naturaleza. Con diversos matices, que van desde las posturas más radicalizadas del ecologismo hasta enfoques mas flexibles en términos del aprovechamiento de los recursos naturales, el movimiento de organizaciones no gubernamentales ambientalistas es amplio y está en constante crecimiento. Los nuevos enfoques de gestión de los recursos naturales, tales como el Manejo Basado en Ecosistemas, promovidos por organismos internacionales como la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación) y diversas ONG globales, junto con iniciativas de ecoetiquetados y certificaciones de buenas prácticas y sustentabilidad, están produciendo cambios en los estilos de consumo del público, que ahora puede elegir entre marcas de productos naturales tradicionales y otras provenientes de sistemas de producción sustentables. Esta nueva actitud, que
gana espacio en todas las comunidades, se apoya en gran medida en las tareas de la ciencia que, representada por numerosos grupos de científicos alrededor del mundo, generan la información necesaria para fundamentar políticas y medidas de manejo y conservación. El aprovechamiento de los mamíferos marinos como componentes de esa lista de especies aprovechables no escapa a esa lógica. Explotados en el pasado hasta la extinción total, en el caso de algunas especies, hoy constituyen la base de una actividad que basa su desarrollo en el uso no consuntivo de los mismos: el turismo de avistajes. El turismo de avistamiento de mamíferos marinos es una actividad con mas de 30 años de trayectoria en el norte de la Patagonia. A los emprendimientos pioneros de observatorios y centros de interpretación en apostaderos de lobos marinos (Otaria flavescens) en los golfos San Matías (Punta Bermeja) y Nuevo (Punta Pirámide, Punta Loma), se sumaron en la década del 80’ las iniciativas de avistajes de la ballena franca austral Eubalaena australis, que generaron la actual industria del “whale-watching” en el Puerto Pirámides (Chubut). A fines de los 90’ se sumaron nuevos emprendimientos comerciales que incorporaron a la actividad de avistajes a otras especies de cetáceos, tales como la tonina
overa Cephalorhynchus commersonii en Bahía Engaño (Chubut), y el delfín oscuro Lagenorhynchus obscurus en el Golfo Nuevo. En Argentina los beneficios económicos de este tipo de turismo se perciben desde hace varios años, derivados obviamente del esfuerzo conjunto de investigación y conservación de los gobiernos, empresas, instituciones y ONG. Las investigaciones científicas, orientadas a producir mas información para conocer más y mejor la biología y ecología de estas especies, constituyen la plataforma sobre al cual desarrollar un tipo de turismo de avistajes responsable y sustentable. En el norte de Patagonia se han llevado a cabo numerosos estudios científicos dirigidos a evaluar el estado de conservación y la tendencia poblacional de las especies de mamíferos marinos en las últimas décadas. Las especies más estudiadas han sido las que han sufrido algún tipo de explotación en el pasado y que han evidenciado riesgos de conservación de sus poblaciones, tales como la ballena franca austral y el lobo de un pelo. Para la ballena franca austral existen en nuestro país estudios de largo plazo basados en el reconocimiento individual a partir del patrón de distribución de las callosidades de la cabeza. Mediante la utilización de estas marcas, en la década de los 80’ se realizaron estudios por
En el norte de la Patagonia se han llevado a cabo numerosos estudios científicos dirigidos a evaluar el estado de conservación y la tendencia poblacional de las especies de mamíferos marinos.
métodos de marcado y recaptura, que permitieron estimar la abundancia de la población presente en Península Valdés en más de 1200 animales, y una tasa anual de incremento poblacional cercana al 7,6%. Los censos periódicos realizados más recientemente (entre 2004 y 2007), confirmaron esta tendencia de incremento poblacional.
Para el caso de las poblaciones de lobo marino de un pelo en el Océano Atlántico sudoccidental, los estudios indican que, en términos generales, las mismas han mostrado también una tendencia creciente en su abundancia. Para el caso particular del norte de Patagonia (Río Negro y Chubut), la población ha estado creciendo a una tasa anual cercana al 6% durante los últimos 25 años. Los estudios para evaluar la abundancia de otras especies de mamíferos marinos con potencial para el avistamiento turístico, como es el caso de los delfines comunes y oscuros, son más recientes y por lo tanto no permiten establecer aún tendencias en la abundancia de las poblaciones. Los requerimientos logísticos que demanda el estudio de estas especies de amplia distribución geográfica incluyen, entre otros, el uso de aeronaves y embarcaciones de altos costos operativos, los que son financiados por lo general con los siempre escasos fondos disponibles para la investigación científica y aportes de ONG ambientalistas y de conservación. No estaría mal que en el futuro los principales beneficiarios de estos servicios ecosistémicos que brinda el Mar Patagónico tomaran la iniciativa de implementar un sistema de pagos por servicios ambientales (PSA) para contribuir al desarrollo de la actividad y compensar parte de las actuales inversiones públicas.
Como consumidores podemos contribuir a la conservación de los mamíferos marinos incrementando nuestro interés en visitar aquellos destinos turísticos que son el hábitat de estas especies.
En síntesis, lejos aún de estar en sus niveles de abundancia originales, las poblaciones de las principales especies que sostienen el turismo de avistajes de mamíferos marinos en Patagonia están en franco y constante crecimiento. Los emprendimientos de turismo de observación de mamíferos marinos son más recientes en la zona noroeste del Golfo San Matías. Como consecuencia del crecimiento y diversificación de la oferta del destino turístico Las Grutas-San Antonio, se encuentran en vías de desarrollo varias iniciativas comerciales de avistamientos de mamíferos marinos que plantean su sustento en la ballena franca austral, el delfín común Delphinus delphis, el delfín nariz de botella o tonina Tursiops truncatus y los lobos marinos de uno y dos pelos (Arctocephalus australis). La presencia permanente de algunas especies de delfines y lobos y la visita de ballenas francas y lobos de dos pelos durante los meses de invierno y primavera, generan expectativas para el desarrollo de nuevos proyectos en la región. El creciente interés por el desarrollo del turismo de avistamiento de mamíferos marinos en un contexto de escasa información científica sobre la biología, ecología e historia de vida de muchas de estas especies, como así también la falta de esquemas de manejo adecuados que garanticen el uso sustentable y la conservación de sus poblaciones, genera preocupación en las autoridades provinciales y municipales, instituciones académicas y de investigación,
y ONG’s, sobre el futuro de la actividad; más aún cuando se conoce de la existencia de otras amenazas (ej.: capturas incidentales por pesca, contaminación, etc.) para la conservación de algunas de estas especies. En este contexto, diferentes organismos oficiales, instituciones académicas y ONG han realizado esfuerzos conjuntos para mejorar el conocimiento y ayudar a la conservación y manejo sustentable de las poblaciones de estas especies. En el plano científico se ha destacado la tarea de instituciones de investigación, tales como el Centro Nacional Patagónico (CONICET) y el Instituto de Biología Marina y Pesquera Almirante Storni (Universidad Nacional del Comahue), que llevaron a cabo el proyecto de investigación “Bases para el monitoreo y herramientas de gestión para el manejo de las poblaciones de mamíferos marinos afectadas por las actividades turísticas y recreativas en el litoral Patagónico”, con apoyo y financiamiento de los Proyectos FMAM/BIRF 28385-AR y PNUD ARG 02/018 (Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación), la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica, la Fundación BBVA, la Fundación Vida Silvestre Argentina, el Zoo de Amneville (Francia), el Centro Nacional de Pesquisas de Brasil, la Universidad Nacional de la Patagonia, el International Fund for Animal Welfare (IFAW), y organismos provinciales de Chubut y Río Negro. A estos esfuerzos deben agregarse los del Instituto de Conservación de
Ballenas (ICB), la Fundación de Historia Natural Félix de Azara y la Fundación Patagonia Natural, que vienen realizando también aportes significativos a las investigaciones científicas y a la conservación de los mamíferos marinos en Patagonia. Como consumidores podemos contribuir a la conservación de los mamíferos marinos incrementando nuestro interés en visitar aquellos destinos turísticos que son el hábitat de estas especies. Podemos contribuir a fortalecer la industria turística responsable, eligiendo destinos de naturaleza que demuestren un compromiso con la investigación y la conservación. Se trata simplemente de informarnos debidamente antes de tomar una decisión de viaje. Elegir lugares cuyas propuestas se fundamenten en valores de conservación ambiental beneficia al visitante y al destino.
EL VALOR DE LA EXPERIENCIA Desde hace casi diez años, Shell y la Asociación Cristiana de Dirigentes de Empresa (ACDE) llevan adelante Desafío Joven, un proyecto mancomunado que incentiva y premia a jóvenes emprendedores y prioriza la relación de ellos con sus consejeros.
INNOVACIÓN
L
a búsqueda del primer empleo es siempre una actividad que requiere paciencia, buena voluntad y determinación. Además, implica dejar de lado preconceptos, los nervios inherentes a trabajar con personas más experimentadas y la vida ociosa de los años adolescentes. Poner en marcha un emprendimiento personal, hacerse cargo de sus falencias y beneficios, darse la cabeza contra la pared cuando las soluciones se transforman en conflictos, planificar con otros, crear vínculos de forma continua y salir en la búsqueda de auspiciantes que sustenten la creación propia es una tarea aún más ardua y compleja. Todas estas limitaciones hacen que jóvenes emprendedores muchas veces renuncien a la idea de generar sus propios proyectos o los dejen stand-by hasta obtener más herramientas para llevarlos a cabo. Muchos de ellos nunca se concretan. Para contrarrestar esta tendencia, Shell lanzó un programa que brinda capacitación a nuevos emprendedores. “Su atractivo principal –explica Alejandro Tonnelier, Director Ejecutivo de la Asociación Cristiana de Dirigentes de Empresa (ACDE)– es, por un lado, contribuir en el apoyo y la formación de jóvenes emprendedores que serán los futuros empresarios de nuestro país y, por el otro, canalizar el voluntariado de nuestros socios”. Desafío Joven (tal el nombre del programa en la Argentina) existe desde 1982, cuando Shell Reino Unido lanzó el programa en Escocia con el nombre de LiveWIRE. Desde entonces, se extendió a más de 20 países, entre ellos Australia, Brasil, Chile, Holanda y Sudáfrica. Cada lugar adaptó el programa de acuerdo a sus necesidades y lo puso en práctica desde diferentes variantes. En la Argentina, el programa está avalado por una
única organización social y hace hincapié, como objetivo central, en la relación de un tutor con un emprendedor joven. EL CONOCIMIENTO COMO FUENTE DE INSPIRACIÓN El formato local del programa es un concurso en el cual se invita a jóvenes de entre 20 y 28 años a generar un plan de negocios. Para la inscripción no es necesario poseer estudios secundarios, terciarios o universitarios. Según Verónica Staniscia, responsable de relaciones con la comunidad Shell, este es un punto del programa a destacar ya que les brinda un lugar trascendente a quienes tienen menos posibilidades de acceder a una escuela de negocios o a una universidad. Para llevar a cabo el programa en el país y siguiendo la política de sus otras filiales internacionales, Shell necesitaba una organización social que lo respaldara. “Teníamos que buscar un socio que se acoplara a nuestras necesidades, afortunadamente se dio con la Asociación Cristiana de Dirigentes de Empresa (ACDE)”, indica Staniscia. La elección no fue arbitraria, sino que tuvo que ver con que casi el total de sus socios son empresarios o tienen relaciones con empresas de una forma u otra. “Para Shell, ACDE jugaba un rol trascendental dado que podía difundir entre sus socios la posibilidad de sumarse”, agrega. Para poner todo en marcha se llevó a cabo una prueba piloto en 2001, en la que se inscribieron 50 postulantes. Si bien la idea estaba encaminada, no todo eran certezas. “Nuestro temor más grande era no conseguir consejeros, que son una arista fundamental en el proceso de interacción con el emprendedor”, recordó Staniscia. Por eso, en el comienzo, todos los tutores eran socios de ACDE. Con el tiempo,
una mayor difusión y el afianzamiento del programa, los tutores aparecieron por todas partes y de forma voluntaria. Además, otras empresas que tienen voluntariado también decidieron sumarse. “Uno de los puntos más atractivos del programa es que los consejeros se enganchan y les cuentan a sus amigos; el boca a boca ayuda”, explica entusiasmada Staniscia. En la actualidad, Desafío Joven cuenta con un staff permanente de alrededor de 400 consejeros que va aumentando cada año. Esto, en algún punto, hace más difícil la selección de un tutor para cada inscripto. O como define Staniscia, es un trabajo de “orfebrería artesanal” en el que se cruzan los datos de ambas partes y se arman las duplas. Además, como define Tonnelier, “el número de inscriptos fue creciendo durante los primeros años hasta que tuvimos que poner un cupo máximo de entre 600 y 700 jóvenes porque no podíamos abarcar más”.
Desafío Joven cuenta con un staff permanente de alrededor de 400 consejeros que va aumentando cada año. Luego de la inscripción y una vez presentados los proyectos, se realiza una charla introductoria donde se explica el funcionamiento del programa, que se arma a partir de un plan de negocios de ocho pasos. Allí se detalla cómo se establecen los objetivos y cómo se hace un estudio de mercado, entre otros temas. Los nuevos emprendedores se
Verónica Staniscia Responsable de relaciones con la comunidad Shell
Alejandro Tonnelier Director Ejecutivo Asociación Cristiana de Dirigentes de Empresa (ACDE)
Luciana Burgos Coordinadora de Desafío Joven Shell
“Para ellos hablar con el consejero y preparar el plan ya es un éxito”
reúnen con sus tutores alrededor de dos o tres meses después de haberse inscripto. Antes, durante y después de este encuentro reciben capacitaciones y charlas gratuitas sobre temas legales y financieros, contabilidad y marketing. Además, reciben documentos digitales a través de la web que les permiten consultar cómo crear el nombre de una marca y otros temas relacionados al proyecto. En este sentido, Staniscia destacó que aun cuando estos jóvenes tienen el apoyo y aval de un mentor, ellos siguen siendo los dueños de la idea y, por lo tanto, sus responsables. Sin embargo, esto no impide que los tutores se encariñen con el joven (lo cual ocurre a menudo) y que le faciliten el campo para acceder a nuevos contactos y los alienten a no renunciar a su proyecto. “El deber del consejero es acompañar y aconsejar, la decisión final siempre es del joven”, afirma Staniscia. La dupla trabaja unos cuatro meses hasta la fecha estimada para presentar el plan de negocios, a fines de octubre. Una vez evaluados todos los proyectos sólo se seleccionan diez como finalistas. Sus emprendedores deben defenderlos ante una especie de mesa examinadora integrada por presidentes y gerentes de diferentes empresas, donde se encuentran los directivos de Shell y ACDE, entre otros. Tres de los diez finalistas obtienen los mayores galardones, que tienen un incentivo económico para dar los primeros pasos en emprendimiento. El primer premio recibe 15 mil pesos, el segundo 10 mil y el tercero 7 mil. Este año los ganadores fueron Mijal Iastrebner, Romina Kaczor y Juan Ignacio Quaglia. Los que no ganaron, sin embargo, no se sienten perdedores, sino enriquecidos con la experiencia y la posibilidad de haber estado en contacto con personas idóneas y experimentadas. “Los demás participantes nos comentan todo el tiempo que ya ganaron –relata con orgullo Staniscia–. Para ellos hablar con el consejero y preparar el plan ya es un éxito. Muchas veces sus tutores son gerentes o directores de una empresa, lo cual les facilita una entrada a lugares a los que, por sus propios medios, les costaría llegar”. De todos modos, los siete finalistas restantes, así como los tres ganadores, ingresan de forma directa al programa Naves del IAE, que arranca en mayo y termina en noviembre. El formato es similar a Desafío Joven, pero en este caso la inscripción es arancelada.
EL PAÍS DE LAS MARAVILLAS
Juán José Aranguren Presidente de Shell
RECUPERAR LO PERDIDO Mientras Mijal Iastrebner era alumna de la Universidad del Cine rodaba por su cabeza la intención de emprender un proyecto para ayudar a que la cultura fuera más accesible para todos. Su fanatismo desde muy chica por coleccionar revistas, sumado a los años de periodismo que cursó en Taller Escuela Agencia (TEA), cerraron esa idea. A comienzos de 2010 se quedó sin trabajo y decidió tomar el camino de la autogestión. Sola empezó a meterse en el mercado de las revistas y llegó a la conclusión de que “hay una necesidad de mejora en la comunicación y difusión de la cultura y de un medio que nos represente”. Además, está convencida de que “hay un vacío comunicacional en el área alternativa de la cultura”. Para poner su idea en marcha empezó a incorporar personas al equipo de trabajo de la futura revista que ya tenía nombre: Cultra. Se enteró sobre Desafío Joven a través de un correo electrónico. Si bien no tenía ninguna referencia del programa, le pareció útil para su proyecto luego de leer las bases del
Mijal Iastrebner 1er premio
concurso. En ese momento estaba sola investigando las revistas del mercado y las problemáticas de comunicación de los centros culturales, ni siquiera tenía un equipo. “Me pareció una buena idea para potenciar mi iniciativa”, admite. Su proyecto tiene mucho de autogestión. No hizo ningún curso paralelo al programa, pero tanto ella como su equipo consultaron a profesores de la facultad y, principalmente, a la mentora que le asignó Desafío Joven. Ella fue de gran ayuda para ordenar las ideas del grupo y les dio una estructura de plan de negocios que también los impulsó a tomar decisiones que no tienen que ver con el periodismo y el diseño. Cuando se inscribió en el programa, la estructura de su proyecto no estaba terminada, sólo había comenzado a investigar el mercado de revistas, a recorrer centros culturales y a pensar en el contenido de su futura publicación. “A nivel empresa no habíamos desarrollado nada, lo hicimos en los cuatro meses que duró el programa”, recuerda. De lo aprendido se llevó poder ampliar la mirada hacia el negocio y armar su empresa en menos de cuatro meses. “Participar en Desafío Joven es una buena
Adolfo Ablático Presidente de ACDE
manera de potenciar la idea de que los jóvenes tenemos el poder de cambiar el futuro del país y que este tipo de programas alientan a que eso ocurra –analiza–. Está bueno que los emprendedores, al margen de ganar un premio o lograr armar nuestro negocio, tengamos ganas de intentarlo”. Cultra está pensada como una revista de 40 páginas (en un principio) que tendrá 5 mil ejemplares de distribución en universidades y 35 centros culturales. Luego de la sexta publicación pasará a tener 52 páginas y planean, para el segundo año, ampliar la tirada en bares y museos de la ciudad. En el largo plazo, la idea también es distribuirla en Córdoba y Rosario, así como hacer micros de radio y televisión. En estos momentos, el equipo de Cultra está terminando de investigar las preferencias estilísticas de sus lectores para cerrar la pauta de diseño. También se está conformando la sociedad y comenzando la gestión del contacto con centros culturales y anunciantes. Con convicción, su gestora presenta esta nueva fuente de cultura: “Estimamos que Cultra estará en las calles de Buenos Aires para junio de 2011”.
Romina Kaczor (24) parece una princesa salida de un cuento de hadas. De estatura baja, pelo largo y porte etéreo, no sería difícil elegirla como la heroína de un país lejano, en un mundo de castillos de piedras grises, bosques verdes y lagos cristalinos. En el mundo real, su proyecto comenzó a principios de 2010, pero viene gestándose desde hace muchos años, cuando ella todavía era una nena. Entonces, su sueño era viajar a Disney, aunque no pudo concretarlo hasta octubre de 2009. Lo que vio y vivenció fue mucho más de lo que había imaginado; ese “mundo mágico” le pareció espectacular y también la hizo preguntarse por qué no podía haber un lugar similar en su país, al que todas las nenas que no podían viajar pudieran tener acceso. En la actualidad, Romina está cursando 4to. Año de la licenciatura en economía en la Universidad de Buenos Aires (UBA). Se enteró del programa a través de Sebastián Cesáreo (ganador del año anterior). A partir de entonces, la idea aún sin forma que venía revoloteando en su cabeza comenzó a unir sus piezas. Cuando se inscribió, en marzo de 2010, el proyecto estaba en marcha desde hacía dos meses, sobre todo en lo inherente a la investigación de mercado. Para ello, la joven emprendedora se preparó con libros empresariales de Disney que había traído de su viaje soñado, hizo un curso de coolhunting (relevamiento de tendencias de moda, alimentos o tecnología), visitó shoppings y eventos para estudiar los comportamientos de las niñas y
Romina Kaczor 2do premio
“La idea es que la experiencia sea mágica y que la acompañe el aroma, la música y la ambientación” sus padres, leyó revistas para interiorizarse sobre colores y conversó con docentes y emprendedores regionales. Todo esto lo hizo para poner en marcha su proyecto: Tierra de Hadas, una tienda temática para niñas de entre 5 y 12 años. “El foco principal es crear un momento mágico para las nenas”, narra entusiasmada. El proyecto se compone de dos etapas. La primera es conectar culturalmente a todas las nenas, conocer la cultura de las provincias, el cuidado de la naturaleza, hacer juegos on- line, promociones y participar de iniciativas solidarias, entre otras actividades. Para esta primera etapa, el objetivo es captar la mayor cantidad de volumen de nenas. La membresía del sitio web es opcional pero
gratuita. En caso de querer acceder a descuentos y beneficios se establecerá una suscripción arancelada. La segunda etapa consiste en abrir tiendas físicas donde las nenas puedan vivenciar diferentes experiencias. Allí podrán conectarse entre ellas, expresarse, encontrar una boutique donde peinarse como hadas y donar útiles escolares. “La idea es que la experiencia sea mágica y que la acompañe el aroma, la música y la ambientación”, continúa. También habrá animadores infantiles y personas que hablen el lenguaje de señas. Todos los productos que se vendan en los locales pertenecerán a emprendedores regionales ya que, como dice Kaczor, “la idea es también revalorizar la cultura nacional”.
“Me interesó el programa porque me parece que, como adultos, todos tenemos una responsabilidad social de ayudar a los jóvenes” María Carmen Buelga Otero
LOS PRIMEROS PASOS
Juan Ignacio Quaglia 3er premio
SUEÑO CUMPLIDO Juan Ignacio Quaglia (28), como muchos jóvenes que fueron niños en la década del ´80, era fanático de He-Man, reconocido personaje de dibujos animados. No se perdía ningún capítulo, y para él era un ritual ver la serie todas las tardes mientras tomaba la leche chocolatada. También coleccionaba el álbum de figuritas, tenía los naipes y muchos muñecos. Su sueño era tener la colección completa, pero nunca llegó a cumplirlo. A los 18 años retomó la ilusión de la infancia y volvió a coleccionar los muñecos con el simple objetivo de completar el sueño incumplido. De a poco se puso en contacto con otros coleccionistas para hacer canjes, compras y ventas y descubrió que existía un gran mercado para los juguetes de colección. A partir de todas estas experiencias le pareció interesante crear un sitio web que fuera un punto de referencia, fuente de información y lugar de compra para los coleccionistas. Cuando inició Juguetes de Colección, su proyecto, hizo una búsqueda por Internet sobre sitios
web de emprenderismo e información general. Así llegó a Desafío Joven. Como no tenía recursos ni tiempo ya que trabajaba y estudiaba (está terminando Ciencias de la Comunicación en la UBA y es Técnico en Computación y Redes), todas las noches le dedicaba dos horas a su emprendimiento, generalmente luego de la medianoche. A partir de herramientas gratuitas de software libre fue desarrollando una tienda on-line de juguetes y registró el dominio del sitio web. La página se mantuvo desconocida durante varios meses, hasta que comenzó a utilizar facebook para difundirla. Creó una página de fans con el nombre homónimo y tuvo un éxito “impresionante”. En la actualidad, el sitio posee más de 40 mil fans. Antes de inscribirse en Desafío Joven, el proyecto ya estaba en marcha desde hacía un año y algunos meses. Lo fue desarrollando de manera intuitiva y autodidacta, según sus propias palabras, pero de todos modos sentía que necesitaba apoyo en algunas cuestiones específicas. “Poner mi emprendimiento por escrito me ayudó a racionalizarlo y a pasar en limpio lo que, hasta ese momento, había hecho de manera intuitiva”, re-
“Es muy difícil emprender una tarea sin tener conocimientos sobre el tema y sin contar con familiares o amigos que sepan” cuerda. Lo que más le gustó del programa fue sentir que no estaba solo. “Es muy difícil emprender una tarea sin tener conocimientos sobre el tema y sin contar con familiares o amigos que sepan”, reconoce. Desafío Joven le brindó asesoramiento, know-how y un espíritu de emprendedor, así como también le permitió conocer a otros colegas con las mismas inquietudes. “Creo que ese fue el mayor valor”, reconoce. A largo plazo, el objetivo de Quaglia es que Juguetes de Colección sea la página donde se pueda encontrar cualquier personaje del cómic, la TV o el cine. “Me gustaría que el sitio se convierta en un referente indiscutido en la materia, y también contar con un local de venta al público. Me sobran ideas para poner en práctica”, concluye.
Ser tutor, consejero o mentor de un joven emprendedor no es una tarea fácil. Hay que dedicarle tiempo, estar dispuesto a recibir llamadas por consultas, reunirse (como mínimo) dos veces por mes, elaborar informes sobre las reuniones con el postulante y apuntalar desde la experiencia a quien recién empieza en el mundo de los negocios. María Carmen Buelga Otero es consultora en Recursos Humanos y participa en el programa desde hace siete años. En 2007 fue mentora de Sabrina Di Ciano, ganadora del primer premio. Durante 2010 fue tutora de Romina Kaczor. “Me interesó el programa porque me parece que, como adultos, todos tenemos una responsabilidad social de ayudar a los jóvenes. Desde que empecé, la experiencia siempre fue muy positiva en general. Los jóvenes vienen con muchas expectativas cuando uno los apoya y los guía. Nosotros los ayudamos a que ellos revaloricen su idea original y puedan bajarla a la realidad. En mi caso particular, trato de inculcarles que cada emprendedor tiene un compromiso consigo mismo, más que como empleado. Desde que formo parte del programa, tuve la suerte de que casi todos entregaran sus proyectos; una sola persona no pudo hacerlo. Los demás me siguen escribiendo, me dicen cómo les va, que ya son semi empresarios, y todo eso contribuye al crecimiento social y económico del país. En la medida en que me sigan convocando, planeo seguir formando parte del programa”. LA PERSPECTIVA DE ACDE Luciana Burgos es la Coordinadora de Desafío Joven, donde trabaja desde hace cuatro años. Según relata, cuando ACDE aceptó la propuesta de Shell le interesó el tema de generar nuevas empresas y asesorar a jóvenes emprendedores para que gestionaran su propio emprendimiento. “Tiene que ver con los valores de la asociación y con poder devolver lo que uno aprendió”, comenta. Cuando finaliza cada ciclo, su labor no termina allí. ACDE sigue en contacto con los jóvenes para comprobar
si lograron poner en marcha su emprendimiento o empezaron otro. Esta es una forma de relevar si el programa funciona. También les facilita contactos con otras instituciones y charlas de capacitación, y genera alianzas entre los mismos emprendedores. “Tratamos de que se conozcan a través del foro de la página www.desafiojoven.com.ar/home y que puedan contactarse”, explica. Gracias a toda esta ayuda, Burgos afirma con convicción que uno de los resultados más positivos del programa es que los jóvenes están muy contentos con la capacitación y con la devolución de los consejeros. Por eso, la convocatoria siempre es altísima. En época de crisis muchas personas se anotan, pero el promedio general es casi siempre de unas 500 a 600 personas. Lo más curioso de quienes participan con proyectos de negocios es que los que tienen menos tiempo son los que más generan.
Pero siempre hay un porcentaje de deserción, como pasa en general con los programas gratuitos. De los 600 que se anotan quedan aproximadamente 200. Lo más importante para sus mentores es que pueden ver cómo sus tutelados crecen y se desarrollan en su negocio. Otro de los recientes beneficios que incorporó el programa es una plataforma y un sitio web nuevos. “Nuestra meta a futuro es expandirnos hacia el interior –reconoce Burgos–. Todavía no lo hacemos de forma virtual pero estamos evaluando esa variante. Se pensó hacer una prueba piloto en Mar del Plata, pero necesitamos conseguir consejeros. Por ahora sólo abarcamos Capital Federal y el Gran Buenos Aires. La idea es poder ampliar ese margen”. Luego de 10 años en la Argentina, se anotaron más de 6400 emprendedores, 1400 armaron un plan de negocios y un 22% lo puso en marcha.
CARA A CARA
1. Tres palabras que definan Responsabilidad Social Empresaria. Compromiso – Escuchar – Gestión.
1. Tres palabras que definan Responsabilidad Social Empresaria. Concientización, compromiso, cuidado.
2. ¿Con qué personaje o suceso histórico/social identificás una buena gestión de RSE? No lo quiero poner en una persona o suceso. Hay muchísimas personas que desde su lugar, sea grande o pequeño, realizan una muy buena gestión de RSE.
2. ¿Con qué personaje o suceso histórico/social identificás una buena gestión de RSE? La UN consolidó los avances de la Cumbre de la Tierra; diagramando un plan de Desarrollo Sostenible. En nuestro sector, la prevención del lavado de dinero es responsabilidad social.
3. ¿Qué libro le recomendarías a un gerente de RSE? Todavía me falta leer muchos libros de RSE para sentirme capaz de recomendar alguno.
3. ¿Qué libro le recomendarías a un gerente de RSE? Varios en versión electrónica: The Necessary Revolution, Senge y otros. Corporate Social Responsibility, Kotler y Lee y Os Desafios Da Sustentabilidade, Almeida.
4. RSE, ¿moda o realidad? Sin duda es una realidad. Una realidad, que va creciendo e instalándose en las empresas y en la sociedad. 5. No puede faltar en la oficina de un gerente de RSE… Ante todo muchas ganas, también reportes sociales para aprender y enterarme de qué más se puede hacer y cómo hacerlo. También una red de contactos que permitan articular para lograr resultados superadores.
GERENTE DE RELACIONES INSTITUCIONALES STANDARD BANK OF AMERICA
5. No puede faltar en la oficina de un gerente de RSE… Los videos “Una verdad incómoda” de Gore y “Home” de Bertrand, y estadísticas de educación en Argentina.
6. ¿Qué obstáculos debe superar un nuevo gerente de RSE? Muchos…a) romper barreras culturales, b) animarse a innovar, c) poder medir resultados, d) salirse del “día a día” para pensar en el mediano y largo plazo…entre otros obstáculos.
6. ¿Qué obstáculos debe superar un nuevo gerente de RSE? Instalar la agenda en los stakeholders. Es importante que los empleados comulguen con los valores corporativos. Se debe despertar la vocación de los empleados.
7. Comunicación de RSE, ¿Marketing o replicabilidad? Replicabilidad, sin dudas. Una buena comunicación puede provocar buenos ejemplos a imitar, generación de redes, colaboración, etc.
7. Comunicación de RSE, ¿Marketing o replicabilidad? Ambas. En 2011, Itaú replicará en otras empresas un programa social propio. Esto se logra comunicando el programa.
8. ¿Cómo podemos contribuir los ciudadanos y consumidores con la RSE? Como ciudadanos: primero y principal, haciéndonos responsables de cada una de nuestras acciones individuales, porque ellas repercuten en el resto de la sociedad. Como consumidores: eligiendo aquellos productos y servicios generados por empresas que consideremos socialmente responsables.
8. ¿Cómo podemos contribuir los ciudadanos y consumidores con la RSE? Las empresas deben involucrar a los empleados. En Itaú implementamos: Reciclado de papel, certificación de forestación sustentable, sobre reutilizable, pie de mail con mensaje de concientización, proyectos sociales con 90 voluntarios. Además, las empresas deben alentar iniciativas individuales. Lanzaremos un programa de voluntariado para que empleados propongan proyectos o contribuyan a proyectos de otros.
9. ¿Cuál es la empresa socialmente más responsable del mundo? Por suerte hay muchas empresas que están trabajando muy bien en este sentido. Sería injusto nombrar sólo a una empresa, y más aún cuando hay muchas organizaciones que realizan un ”trabajo silencioso” desde hace mucho tiempo.
MARCELO DUPONT
4. RSE, ¿moda o realidad? Realidad. Hay más conciencia del impacto de las empresas en la sociedad y el planeta.
10. ¿Somos un país socialmente responsable? Creo que somos un país solidario, que si bien se despierta en las crisis o ante hechos urgentes, va capitalizando en aprendizajes cada una de estas experiencias. Nos falta bastante, pero estamos aprendiendo a ser un País Socialmente responsable.
9. ¿Cuál es la empresa socialmente más responsable del mundo? Acudamos a los especialistas: El Dow Jones Sustainability Index lista las empresas más sustentables. Hay 19 líderes, como BMW en autos, Itaú en servicios financieros, o Unilever en alimentos. 10. ¿Somos un país socialmente responsable? Aún no. La educación y la cultura son esenciales, pero hay pocas iniciativas privadas que las apoyen. Los proyectos ambientales encuentran resistencia. Seremos socialmente responsables cuando cuidemos al otro. Nuestra vida cotidiana demuestra que el otro nos importa poco.
JOSÉ PAGES
PRESIDENTE FUNDACIÓN ITAÚ ARGENTINA
“EL MUNDO DEL AUTO ES MI GRAN PASIÓN” Una entrevista a fondo con Cristiano Rattazzi, Presidente de Fiat, y referente obligado del business argentino. Las claves de su gestión.
EMPRESAS RESPONSABLES
E
l tono de voz suave y pausado. La mirada clara y fuerte. La sensación de que nada lo sacará de su eje, y ese inconfundible acento italiano. ¿Por qué será que todavía lo conserva? Con esta pregunta arranca el encuentro con Cristiano Santiago Argentino Rattazzi, presidente de Fiat y uno de los empresarios más reconocidos del país y el mundo. Larga una fuerte carcajada. Entonces toda la distancia anterior desaparece. “Cualquier idioma lo hablo con un acento raro. En Londres me dicen que hablo como un romano, en Roma que hablo como un milanés… Hay gente que tiene más facilidad con su voz, para pronunciar, o para cantar. Yo no consigo ninguna de las dos cosas”, sintetiza entre más risas. Ratazzi nació en Buenos Aires hace 62 años; desde entonces, es un enamorado de esta ciudad. “Es cosmopolita, con innumerables alternativas en cuanto a manifestaciones artísticas, culturales y deportivas”, explica. Nació en el barrio de Palermo, pasó sus primeros años en Balcarce, provincia de Buenos Aires y, tras un período de formación en Italia y los Estados Unidos y algunas experiencias
en Latinoamérica, regresó en 1980 para asumir un cargo en Iglys & Impregilo, empresa en la que el Grupo Fiat tenía una participación relevante. En 1996, cuando Fiat Auto retomó el control directo de sus actividades en el país, le ofrecieron asumir la Presidencia de la compañía, a lo que se agregó, posteriormente, la Presidencia de Fiat Argentina. También, en el ínterin, se enamoró, se casó y tuvo tres hijos: Alexia, Urbano y Manuela. De aquella infancia en Balcarce aún extraña la inmediatez con que sus sentidos percibían la pampa húmeda. “Esas extensiones de tierra generan una dimensión de los espacios y una libertad que a mí me seducen particularmente. Sobre todo habiendo visto cómo es en otros países. En Italia, por ejemplo, hay 60 millones de habitantes y el territorio es siete veces menor”. Allí, alternaba sus clases en un colegio rural con sus juegos de niño en un campo familiar que había pertenecido al arquitecto Alejandro Bustillo. “Retuve gratos momentos de mi infancia en Balcarce junto a mis hermanos y mis padres. Los que más valoro son el contacto con la naturaleza, aprender a montar, acompañar a mi padre a otros campos de amigos y ver cómo jugaban al polo”, recuerda.
Completó la escuela primaria en Roma, más precisamente en el Instituto Massimiliano Massimo, una escuela jesuita. Luego pasó por el Liceo Naval Morosini, en Venecia, para finalmente graduarse en Economía y Comercio en la Universidad Bocconi. Más tarde, luego de una escala en Argentina, completó su formación con un MBA en Harvard. ¿Qué extrañará de Italia el hombre que la lleva en su voz? “Sobre todo su empuje, esa ambición de estar en el primer mundo”, asegura. Y los paisajes de Porto Santo Stefano, una península distante a 150 kilómetros de Roma donde su madre, Susana Agnelli, tenía una casa. Claramente Rattazzi no es de esos hombres que bajarían a cucharadas un frasco de Nutella. Pero sí se desvive por un buen prosciutto (así se refiere al jamón crudo, sin traducirlo) o la mozzarella del sur. “Aunque por suerte nuestra burrata empieza a ser bastante aceptable”, observa. Hacia sus 20 años, los aviones y los “fierros” lo atraían cada vez más. Sacó su carnet de aviador y corrió sus primeras carreras automovilísticas (ambas actividades las practica aún hoy). Pero entonces se le presentó la oportunidad de ingresar a Fiat, la empresa fundada por su bisabuelo. Que a sus ojos apareciera como un buen lugar donde crecer,
y no como un destino familiar inexorable, se lo debe en buena medida a su tío Gianni, por entonces presidente de la compañía. Un hombre con el mismo espíritu libre que Rattazzi, que le mostró que los grandes negocios se pueden combinar con la amistad y el disfrute. “Tenía un carisma innato y un poder de seducción enorme. Era tal su inteligencia, su viveza, que cuando entraba en un cuarto y empezaba a hablar, ganaba protagonismo. Era un placer estar con él”, recuerda. Fue así que descartó la opción de convertirse en piloto profesional y se volcó al mundo empresarial. Su formación exigente es algo que aún hoy agradece y que atribuye a la importancia que los Rattazzi le asignaban a la educación. “Sin duda me ayudó a insertarme en el mundo globalizado de hoy. Cultura general, buen dominio de varios idiomas, buenos profesores, y la oportunidad de hacerme de grandes amigos, así como aprender a vivir distante de mis padres”, sintetiza.
Hacia sus 20 años, los aviones y los “fierros” lo atraían cada vez más. Sacó su carnet de aviador y corrió sus primeras carreras automovilísticas. Al igual que su tío, su madre fue una figura decisiva en la formación de su carácter y hasta los últimos días de ella mantuvieron una relación estrecha. Aun a la distancia, hablaban por teléfono a diario. “Siempre le tuve una enorme admiración por su empuje, por su don de gente, por su sentido solidario, por su fuerza de voluntad para asumir retos y desafíos que podría haber obviado, como ser intendente
de Argentario, vice canciller y canciller de Italia, además de ser muy ocurrente en sus respuestas, como las que daba en la revista Oggi en la sección Carta de lectores”. Con Urbano, su padre, la relación fue más distante, pero así y todo, cuenta con satisfacción, se ven cada vez que viaja a Italia. Hoy, como padre, cree tener una relación normal con sus hijos. Intenta apoyarlos en lo que puede y frenarlos en las cosas que considera inconvenientes. Alexia, la mayor, tiene 35 años, es médica psiquiatra, jefa de Ineco y del Instituto de neurociencia de la Fundación Favaloro. Además, explica Rattazzi, “es una gran deportista, sobre todo en el fútbol”. Sobre su escritorio, entre un montón de papeles tiene, por alguna misteriosa razón, el currículum de su hija. Mientras lo lee, sonríe. Está claro que, por sobre todos sus títulos, está el del “orgullo de papá”. Urbano, de 34, se dedica a los negocios, entre ellos una exitosa obra social. Por último, Manuela, de 30, fue la primera medalla de oro del San Andrés. Se casó hace un año “y me parece que se entregó a su vida matrimonial”, conjetura Rattazzi. “Los tres tienen personalidades muy distintas y pasiones diversas, pero son muy educados y
responsables. Fueron sobresalientes alumnos y buenos deportistas. Buena parte del mérito es de mi ex mujer, que les fue marcando el paso”. Además, hace poco más de un año, Alexia lo convirtió en abuelo de Suni. “El nombre era el apodo de mi mamá, y por suerte nos permitieron inscribirla así. Es una beba adorable. Me llama ‘Nono, nono,’, y viene corriendo a abrazarme”. Un día cualquiera de Rattazzi arranca a las seis de la mañana. Después de desayunar, hace ejercicios y sale hacia la oficina, en el último piso del Catalinas I. A mediodía intenta evitar almuerzos empresariales y prefiere ir a casa a comer algo liviano y dormir veinte minutos de siesta. Más tarde vuelve al trabajo, donde se queda hasta las siete de la tarde. Después, puede seguir un cóctel o una cena con amigos. No encuentra inconveniente en asumir que disfruta de la lectura de las revistas de farándula. Y se divierte con esos artículos que periódicamente protagoniza, en donde le adjudican nuevos romances. Ah, eso sí, con el mote de “playboy” que se ganó entre la prensa rosa, no quiera saber nada: “No puedo ni escuchar la palabra. Soy libre e independiente. No me identifico para
El Grupo Fiat ha sido admitido en el Dow Jones Sustainability World y el Dow Jones Sustainability Stoxx, los más prestigiosos índices bursátiles que involucran parámetros de sustentabilidad. nada con la imagen del hombre bon vivant que anda con sus chicas. Alguien que piense que soy un hombre de la noche está muy equivocado. Porque si son las doce, sólo quiero irme a dormir”. Ahora bien, todo este perfil que lo emparienta –aunque él sienta que el molde le queda grande– con la cálida figura de su tío Gianni, convive con su rol de accionista y presidente de un gigante como Fiat, que actúa en más de 200 mercados del mundo entero, sumando alrededor de 185 mil empleados. Su principal orgullo es “estar a la vanguardia en lo referente a tecnologías de motores diesel y nafteros de baja cilindrada cada vez más amigables con el medio ambiente”. Las consideraciones ecológicas, así como las consideraciones de responsabilidad social, estuvieron, a decir de Rattazzi, desde la génesis de la empresa. “Siempre existieron acciones con foco en lo social, colaborando con iniciativas en el campo de la salud, la cultura y la problemática social. Hoy el concepto es más amplio, porque hablamos de ‘sustentabilidad’. De hecho, el Grupo Fiat opera bajo ese concepto y publica anualmente su reporte. Detrás de ese informe hay una cultura organizativa, un método de gestión responsable que está plasmado en el Código de Conducta del Grupo Fiat y que integra el contrato de trabajo de todo el personal”, puntualiza. Todos estos valores se extienden a la cadena de valor: “Aprovechamos las sinergias factibles con los demás actores en esta materia. Por su parte, las empresas proveedoras tienden a asumir responsabilidades semejantes a las que asume Fiat en materia ambiental y los demás capítulos de una gestión sustentable”.
“Mi estilo es el de ‘despacho abierto’. Siempre dispuesto a recibir al que lo desee, respetando las responsabilidades y competencias de cada uno” En atención a estos logros, el Grupo Fiat ha sido admitido en el Dow Jones Sustainability World y el Dow Jones Sustainability Stoxx, los más prestigiosos índices bursátiles que involucran parámetros de sustentabilidad. Otra preocupación, sobre todo en un país como Argentina, donde hay altas tasas de accidentes automovilísticos, es la seguridad que se ofrece al cliente. Por eso, incluso en los modelos dirigidos a los segmentos más populares, se incorporan elementos para la preservación de los ocupantes en situaciones de riesgo. Por otra parte, se realizan programas destinados a colaborar en el proceso de concientización en la materia. “Años atrás, ejecutamos en la Argentina un programa que se llamó Fiat Vial y que consistía en que un equipo de docentes iba a las escuelas a dar clases sobre educación vial pero a partir de un juego, de lo lúdico.
Hoy, por ejemplo, también las visitas a la planta concluyen con formación en educación vial, particularmente cuando los visitantes son estudiantes”, explica Rattazzi. ¿Y con los empleados? En este punto es bien claro y sintético: “Mi estilo es el de ‘despacho abierto’. Siempre dispuesto a recibir al que lo desee, respetando las responsabilidades y competencias de cada uno”, afirma. Al final de la entrevista, y con una sonrisa, Rattazzi asegura que en Fiat se siente como en casa. “Para un fierrero como yo, ser testigo del desarrollo de nuevos productos es un privilegio. El mundo del auto es mi gran pasión”. ¿Piensa ya en el retiro? “La verdad que no. Tengo 62 años bastante bien llevados. Eso sí, cuando lo haga, me gustaría que me recuerden como una buena persona, intelectualmente honesta”.
LA SUSTENTABILIDAD COMO HERRAMIENTA DE TRABAJO Desde hace varios años la AmCham lidera el mercado de comercio y nuclea a más de 780 empresas nacionales e internacionales. Su compromiso con la responsabilidad social y el medio ambiente se refleja en sus programas integrales para difundir, capacitar y premiar a las organizaciones que siguen esa línea.
L
os comienzos del siglo XX fueron un punto clave para el desarrollo industrial y empresarial del país. Tanto la inmigración europea como la prosperidad de las tierras abrieron camino a importantes inversionistas extranjeros. Así, grandes potencias como Gran Bretaña y Estados Unidos eligieron a la Argentina como destino indiscutido para impulsar grandes cambios. En medio de este crecimiento indiscutido nació la Cámara de Comercio de los Estados Unidos de América en la República Argentina (AmCham, por sus siglas en inglés), una organización sin fines de lucro creada en 1918 con el fin de impulsar y promover el comercio bilateral entre Estados Unidos y la Argentina. “La ventaja de las inversiones norteamericanas es que llevan más de 100 años en nuestro país –analiza
Alejandro Díaz, CEO de AmCham–. Por eso, para esas empresas la Argentina está posicionada entre los diez mejores países del mundo”. Según aclara, si bien el origen del capital es norteamericano, el 99% de los empleados de todas las empresas inversoras es argentino, así como quienes las lideran. “Además –agrega–, luego de la nacionalización durante el gobierno de Juan Domingo Perón la inversión norteamericana fue la mayor de América Latina”. De esta manera, empresas como Ford, IBM y más recientemente Dell, entre otras, lograron mantenerse en el podio aun cuando durante los últimos 20 años su hegemonía se vio amenazada por inversiones españolas. En la actualidad, AmCham nuclea a más de 780 empresas (estadounidenses, argentinas e internacionales) en todos los rubros de la actividad económica
INTEGRACIÓN DE LOS ACTORES “Si bien Amcham es una cámara binacional, su principal característica es que se desarrolla y existe de manera integral”, explica Díaz. De acuerdo a sus estimaciones, un 43% de sus socios son norteamericanos mientras que un 26% pertenece a empresas representantes en las que los dueños y/o accionistas no son norteamericanos pero sí el modelo de negocios que persiguen. Este rubro lo integran empresas y franquicias como McDonald´s, Starbucks, Price Waterhouse y Deloitte, entre otras. El 30% restante es representado por empresas de diferentes rubros como Aysa, Molinos, Arcor, Techint y Banco Nación, entre otras. En este sentido, dado que AmCham busca la contribución sistémica no sólo protege a las grandes
ONG
empresas norteamericanas sino que lo hace también con PyMES y organizaciones nacionales. “Su objetivo principal es promover el concepto de sustentabilidad económica como herramienta principal para gestionar con éxito las instituciones que nuclea así como el desarrollo de la comunidad y el medio ambiente”, indica Díaz. Para cumplir con sus objetivos se basa en cinco ejes de trabajo: 1) Comercio exterior; 2) Público y Privado; 3) Comunidad/ Educación y formación de líderes/ RSE; 4) Energía, infraestructura y tecnología y 5) Innovación y desarrollo.
GANADORES DE LA 12ª EDICIÓN (2010) A) Gestión Empresaria Orientada a la Sustentabilidad (GES) 1er. Lugar: ARCOR. Otras empresas: Natura, Los Grobo, Manpower, Masisa, Petrobras, Gas Natural Ban, Loma Negra, Dow y Carrefour. B) Prácticas o Proyectos de Responsabilidad Social Empresaria (PRSE):
RSE, UN NUEVO PARADIGMA La Responsabilidad Social empresaria (RSE) ocupa un 30% de las actividades generales de AmCham, lo cual, como define Díaz, es “una plataforma”. La incorporación de este concepto tuvo que ver con el crecimiento mundial y la demanda de los consumidores por productos más orgánicos y económicos que permitan una mayor longevidad y calidad de vida. “Esta demanda nos obliga a implementar programas de RSE; si no se gestiona bajo este concepto, las empresas no pueden ser sustentables”, afirma Díaz. Dado que son más de 700 las empresas que nuclea la cámara, Díaz pudo observar en sus cuatro años de gestión cuáles son las necesidades de cada una de ellas. Según comenta, existe compromiso y convicción por parte de los accionistas de buscar una trascendencia que vaya más allá de su trabajo, en un momento en el que el tema social es notable. Además, esto se suma al compromiso sobre el impacto medioambiental. “En la actualidad, existe un esfuerzo por parte de las empresas de tomar decisiones que permitan que la conexión con el mundo genere el menor daño posible”, indica Díaz. Para ello se implementan diferentes medidas, como packaging biodegradables, instalaciones de energía y sistemas sanitarios que permiten el reciclado del agua, entre otras. Todo eso, explica el directivo, requiere tecnología, inversión y una gestión permanente. Para fomentar y difundir los conceptos de RSE, la cámara lleva a cabo encuentros de capacitación y formación, desayunos, ferias y entrega el Premio Ciudadanía Empresaria (PCE). Si bien participa de forma activa en todos estos programas no lleva a cabo ninguna acción de campo. “Creemos que
Arcángel Maggio en la categoría Público Interno PYME por su Escuela de Jóvenes Técnicos. SC Johnson & Son de Argentina en la categoría Público Interno por su programa “Sumar Voluntariado”. Masisa, en la categoría Comunidad por su programa “Formación del Oficio de Carpintero Armador”. Citrusvil – Fundación Vicente Lucci en la categoría Medio ambiente por su Planta de Tratamiento de Efluentes. Frigorífico El Bierzo en la categoría Medioambiente PYME por su programa “Producción sustentable en la industria”. Central de Restaurantes Aramark en la categoría Proveedores por su “Programa de compras locales y desarrollo de proveedores”.
tiene que ver con cada empresa en particular; nosotros nos dedicamos a fomentar la divulgación de las mejores prácticas de RSE para que tengan el impacto adecuado y puedan ser replicadas”, sintetiza Díaz. Sin embargo, el directivo reconoce que AmCham es parte de un programa integral de tratamiento de residuos que tiene que ver con un eje de trabajo medioambiental con el fin de contribuir a las mejores prácticas y políticas públicas. Para estructurar sus otros programas, la cámara posee un comité de RSE que canaliza todas las actividades de divulgación y una gerente de RSE especialista en el tema. El Programa de Capacitación Ejecutiva en Responsabilidad Social Empresaria, organizado junto con la Universidad de San Andrés, es un posgrado formativo de 18 módulos que tiene como fin que los participantes logren comprender a la RSE como un modelo de gestión integral corporativa, examinen de forma analítica los procesos de implementación de la RSE en diversas áreas de la gestión empresaria y conozcan las herramientas aplicables a la relación de la empresa con diversos grupos de
interés. Con este propósito, el programa reunió a un equipo docente de ámbitos nacionales e internacionales que está en contacto con las principales tendencias y desarrollos en el campo de RSE tanto en el mundo académico como empresario. Como parte de la articulación con otras organizaciones, AmCham trabaja junto con la Fundación Compromiso en la construcción de espacios de diálogo con especialistas (desayunos) que trabajan en temas de sustentabilidad y RSE y el Tercer Sector. Este espacio permite que los diferentes protagonistas se conozcan y puedan promulgar el apoyo mutuo. Además, la cámara lleva a cabo la Feria de ONGs, cuyo objetivo es generar un espacio de intercambio y aprendizaje mediante la promoción del encuentro entre los diferentes actores que integran la sociedad. De esta forma, las ONGs más pequeñas o poco conocidas pueden divulgar sus programas a grandes empresas y, a su vez, pueden obtener sponsors y mejorar sus programas. PREMIAR LAS PRÁCTICAS SUSTENTABLES El PCE es pionero en el país y es el único que, de acuerdo a estándares mundiales, premia también a las empresas por sus prácticas orientadas a la sustentabilidad. Las empresas que presentan sus proyectos no tienen que ser socios de la cámara. Desde su implementación en 1999 cuenta con más de 930 programas presentados, alrededor de 160 académicos que participaron como jurados independientes (nacionales e internacionales) y unas 50 empresas y fundaciones que fueron reconocidas. Las empresas y fundaciones empresarias participan en dos modalidades distintas: 1) Prácticas o Proyectos de Responsabilidad Social Empresaria (PRSE). En esta categoría se distinguen los proyectos llevados a cabo por Empresas o Fundaciones Empresarias hacia su comunidad, el medio ambiente, su público interno o sus proveedores. Se evalúan los resultados alcanzados, el compromiso con los públicos de interés, la replicabilidad y la calidad de la información presentada, entre otras características. 2) Gestión Empresaria orientada a la Sustentabilidad (GES), creada hace dos años. En esta modalidad se mide a la empresa en su conjunto. Se reconoce el grado en el que las prácticas de gobierno
y gestión integral de la empresa están alineadas con el concepto de sustentabilidad en sus dimensiones ambiental, social y económica. La gestión tiene que estar materializada en la Argentina. Se evalúan, entre otros factores, la ética y transparencia, el retorno del capital invertido, el impacto ambiental de las operaciones y la promoción del desarrollo económico local y de la comunidad. Las PyMEs también pueden participar en cada modalidad aunque en una categoría diferenciada. “La importancia del premio –afirma Díaz– es la reputación que tiene y qué ranking ocupa la empresa. A partir del resultado que obtiene, la empresa empieza a comprender cómo evolucionar o cambiar. El premio es el reconocimiento”. EL LARGO PLAZO El PCE es único en el país y cuenta con una trayectoria de 12 años. Aun así, la cámara tiene objetivos por cumplir. Dado que casi todas las actividades de todos los rubros tienen su epicentro en Buenos Aires, uno de los deseos de AmCham es difundir el premio a nivel nacional, divulgarlo en otros centros urbanos y así incentivar a otras entidades a participar. También tiene como objetivo realizar alianzas con otras organizaciones para lograr el endorsement de otras empresas, tanto nacionales como internacionales. “Tenemos que trabajar para que el premio sea sustentable, a prueba de balas”, indica Díaz. Pero quizás la meta más difícil sea lograr que el PCE tenga mayor divulgación entre las PyMES. Si bien existen categorías separadas para las pequeñas y las grandes empresas, el concepto de RSE para las primeras es “complejo”. Según menciona Díaz, muchas veces las PyMES no entienden el significado de RSE. Por eso la cámara busca que estas empresas logren entender que el efecto del premio es a largo plazo y tiene trascendencia. “Invertir en RSE tiene un impacto mediato, por eso muchas PyMES piensan que nunca van a ver el resultado –asegura Díaz–. En estos casos, la persona es la misma organización, a diferencia de las grandes empresas donde todo es más estructural. Para una empresa chica, este es un esfuerzo mayúsculo”. Por eso, para AmCham es esencial tener en cuenta que apostar a planes de RSE es invertir, cumplir con las normas e ir más allá.
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